Vous êtes sur la page 1sur 11

Universidad de

Buenos Aires
Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales

La Universidad:
“Entre el ímpetu
modernizador y los
conflictos de poder”

“La cultura universitaria argentina


durante el
Período 1955 – 1966”

JUAN IGANCIO ALVAREZ


Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

DNI: 30.219.284

Modulo I – Pedagogía Universitaria

Docente: Victoria Kandel

I. INTRODUCCIÓN.-

El propósito de este trabajo es analizar algunos de los


interrogantes que han estructurado el debate – aún vigente hasta
nuestros días - sobre los fines y el comportamiento de la universidad
como institución de desarrollo del conocimiento durante el período 1955-
1966, caracterizado por el renacimiento de componentes del modelo
ilustrado y el proceso de modernización, entendido éste último como un
medio para la solución de los problemas sociales y económicos.
Adelanto que abordaré distintas circunstancias que – a mi
entender – resultan, en términos generales, esenciales para el análisis de
la universidad, atendiendo especialmente aspectos históricos, sociales y
culturales.
Para ello, se tomarán en cuenta las múltiples relaciones entre
la Universidad, el Estado, la Sociedad y los distintos factores de poder
con el fin de esclarecer la conducta de los diferentes actores, las políticas
educativas propuestas y las tensiones generadas en el ámbito
universitario.
En ese contexto, y tal como se desarrollará posteriormente se
trató de uno de los períodos más fructíferos desde el punto de vista de
las políticas de extensión universitaria; uno de los más diversificados
desde el desarrollo académico; uno de los más intensos desde la
investigación científica y técnica; uno de los más ricos desde la
profesionalización, uno de los de mayor crecimiento de las unidades
académicas, destacándose específicamente su relación con distintos
sectores del medio social.1
Mención aparte merece el gran crecimiento de la matrícula
universitaria que trajo aparejados varios interrogantes y problemas aún
no definitivamente resueltos: ¿Cómo educar a tantos estudiantes en un

1
Cfme. GORDON, Ariel - “Tensiones entre la Ilustración y modernización en la
universidad de Buenos Aires: reformismo y desarrollismo entre 1955 y 1966”,
en Naishtat y Aroinson (comps.), 2008, Genealogías de la Universidad
contemporánea: sobre la ilustración o pequeñas historias de grandes relatos.,
Biblos Buenos Aires, 2008, pp. 179.

2|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

contexto de masificación? ¿Cuáles deben ser los fines de una universidad


masificada? 2
Más allá de que “apriorísticamente” no resulta posible
encontrar una respuesta univoca a las problemáticas expuestas, a modo
de anticipo, entiendo que dicha dificultad se debe a que la cuestión
universitaria constituye claramente un “problema político”.
En efecto la hipótesis que articula este trabajo sostiene que la
universidad no ha podido en el largo plazo - como política de autonomía
interna - permanecer ajena a los vaivenes políticos y los conflictos de
poder.
Particularmente, nótese que durante el periodo analizado, el
sistema democrático fue quebrantado en dos oportunidades: en 1962 el
presidente Frondizi fue depuesto y reemplazado por Guido, mientras que
1966 fue derrocado Illia y comenzó el “onganiato” que intervino las
universidades y dispuso el ingreso de las “fuerzas del orden”
comenzando con episodios de violencia contra estudiantes y profesores
(se trata de lo que la historia consagrará para siempre como “La Noche
de los Bastones Largos”). 3
De esta manera, corresponde señalar que, con la interrupción
del orden constitucional no sólo desaparecieron las libertades
democráticas, sino que se puso en marcha un plan de destrucción de los
logros alcanzados por la educación superior, vapuleando la calidad de
enseñanza de las universidades nacionales.

II. DESARROLLO DEL TEMA.-

La “Revolución Libertadora”, como fenómeno político, social,


económico y cultural, selló la caída del régimen peronista– en 1955 y
posteriormente con el golpe en 1966 se iniciaría el “onganiato”; ambas
2
Según datos oficiales de la Universidad Nacional de Córdoba la tasa de
egresados creció más que la poblacional a partir de 1960, época en la que se
titulaban 49 personas por cada 100 mil habitantes por año. Por su parte, se
desprende del cuadro comparativo que acompaño al presente el nivel de
crecimiento y evolución de la matrícula universitaria según los cálculos
estimados por el Ministerio de Cultura y Educación (Véase:
http://portal.educacion.gov.ar/?s=estadisticas), a saber:

AñoUniversidad PúblicaUniversidad PrivadaTotal194751.45--------


51.451955136.362--------136.3621966220.52217.548238.070
3
Cfme. EDUL. Editorial Discográfica de la Universidad del Litoral - “La Década
del 60 comienza una etapa oscura para la universidad“- FASCÍCULOS
MENSUALES DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL
LITORAL SANTA FE • AGOSTO DE 2009 – Edición N° 18.

3|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

experiencias constituyen los paréntesis que abren y cierran una porción


“mítica” de la historia de las universidades argentinas, atravesadas por
las tensiones de la desperonización primero y de la radicalización política
después. 4
Dentro de este contexto, los intelectuales antiperonistas – y
entre ellos quienes habían logrado identificarse tanto con el rigor
científico cuanto con las estéticas y de pensamiento de vanguardia –
pasaron a regir las instituciones oficiales y el campo de la cultura todo,
dominado por la preocupación de la apertura y la actualización. 5
Con la asunción de José Luis Romero como rector de la UBA
retomará con fuerza la reivindicación de la autonomía de la universidad
como garantía para la democracia pero dejando en claro con
contundencia que sólo puede existir en el marco de un sistema de
partidos que sea capaz de captar las demandas sociales y mediar entre
los distintos conflictos. Es decir, “la universidad debe ocuparse de
elaborar las ideas que hagan posible una discusión sobre las
reivindicaciones económicas y sociales sin que se cuestione su justicia”. 6
A pesar de las marcadas tensiones políticas, este período fue
resaltado en muchos aspectos como un momento de renovación y
modernización en el espacio académico, donde las instituciones
universitarias fueron vistas como el lugar indiscutido para la producción
intelectual y científica. 7
Como bien señala el autor Ariel Gordon acerca de las
tensiones entre ilustración y modernización en la universidad “el periodo
en cuestión se caracteriza tanto por el resurgimiento de la vida
universitaria en su componente ilustrado, cuando la universidad vuelve a
asumir el rol de faro de la cultura y del debate político de la nación,
cuanto por una profunda modernización universitaria, en la forma de
profesionalización académica, de un desarrollo sistemático de la
investigación científica y técnica, de la profundización de la labor de
extensión universitaria, del enorme aumento de la matricula, de la
reforma curricular, entre otros.” 8
Recordemos que el siglo XX ha sido un período de ensayos y
errores en lo que se refiere a la búsqueda de una solución al atraso
4
Cfme. EDUL. Ob. cit. pp. 4.
5
Cfme. ROMERO, Luis Alberto - “Breve historia contemporánea de la Argentina”,
en Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001, pp. 161.
6
Cfme. CORTES, Cecilia “La disyuntiva universitaria durante el peronismo:
justicia social o ilustración”, en Naishat y Aronson (comps.), Genealogías de la
universidad contemporánea: sobre la ilustración o pequeñas historias de
grandes relatos, Biblos, Buenos Aires, 2008 pp. 155.
7
Cfme. EDUL, ob cit. pp. 4.
8
Cfme. GORDON, Ariel - ob. Cit. pp. 179.

4|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

económico de los países del hemisferio sur del continente americano. Fue
así como surgió el desarrollismo como una de las corrientes intelectuales
más fuertes de la economía posterior de la segunda posguerra y la
descolonización. Se trataba, en otras palabras, de alcanzar el desarrollo a
partir de las propias economías de estos países y no como una
imposición proveniente de las metrópolis del mundo “europeo”.
En el ámbito interno no puede dejar de destacarse que el
periodo comprendido entre 1955-1966 representa el momento de mayor
expansión del “ideario desarrollista” surgido en nuestro país inicialmente
como una serie de principios teóricos aplicados en el campo de la
economía, los que posteriormente se fueron ampliando a diversos
campos sociales.
Desde esta orientación fuertemente vinculada al desarrollo
económico se determinó la primacía de la disciplina de la economía de la
educación dentro del discurso de la planificación educativa, que
consideraba a la enseñanza formal como una inversión, cuyo principal
objetivo era proveer al país de los recursos humanos técnicamente
calificados para afrontar las demandas del nuevo periodo de
industrialización.
Estas ideas-fuerzas tienen su razón de ser en la dinámica del
contexto, donde también debe destacarse que la recuperación de las
premisas reformistas de las primeras décadas del siglo XX –identificadas
con la defensa de los principios democráticos– se entrelazaron con el
nuevo rol que el conocimiento y el desarrollo científico pasaron a tener, a
nivel internacional, en los programas políticos y en la instrumentación de
políticas públicas en el mundo de la segunda postguerra.
En este sentido, se destaca la relación existente entre las
banderas de la Reforma de 1918 – la autonomía universitaria, la libertad
de cátedra, el cogobierno, la extensión universitaria a la sociedad– y la
profundización de un debate no saldado por aquella: aquel sobre el
perfil de la universidad como mera formadora de profesionales, o
como institución central en la investigación y la innovación
científica unida a un fuerte compromiso con el desarrollo social.
Con respecto a este interrogante corresponde indagar acerca
de la misión de la universidad en un esquema donde la metodología
general se basaba principalmente en un enfoque funcionalista entre el
sistema educativo (visto como oferta de mano de obra) y los objetivos
sociales y económicos, cuya realización indefectiblemente demandaba de
todas las formas de transmisión de los conocimientos.

5|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

Es aquí donde la planificación para el desarrollo generó la


construcción de un sistema científico nacional; y en consecuencia se
crearon diversas instituciones de ciencia y técnica centrales para la
transferencia de conocimientos, a saber: INTI, INTA, CONICET, CITEFA, CNEA,
entre otros.
En tal sentido, el filósofo Risieri Frondizi (rector de la UBA en
dos periodos 1957-1958 y 1958-1962) en su modelo de universidad
comparte la idea de modernización imperante en el espectro político y de
la necesidad de una universidad menos profesionalista y más volcada
hacia la investigación a partir de cambios pedagógicos e internos en el
ámbito de la universidad.
A propósito de estos debates, R. Frondizi señalaba: “…una
reforma total de la universidad supone el cambio de los objetivos
fundamentales, de los medios para lograrlo, de las estructuras básicas,
del sentido de la enseñanza y la investigación, de la función social de la
universidad y del rol que le cabe dentro de la comunidad en que se
halla.” 9
En efecto las referencias a una concepción de la formación
universitaria ligada al concepto humboldtiano de Bildung – la formación
del saber – también formaban parte de sus dogmas.
Resulta destacable señalar que los reformistas no entendían
a la modernización y la misión ilustrada como objetivos contrapuestos
sino que intentaban conjugar ambos idearios en el proceso de
transformación y desarrollo.
Sin embargo, según mi parecer, frente a las grandes
transformaciones operadas en la estructura social y económica, producto
de las profundos cambios en el modo de producción y la primacía de la
disciplina de la economía de la educación, se ha alterado la función de la
universidad y su relación con la práctica; en razón de que ésta última
requería de profesionales con saberes especializados.
Dichas circunstancias, entiendo que indefectiblemente
conducen al debilitamiento del concepto de Bildung básicamente ante el
requerimiento de que la formación de profesionales universitarios se
encuentre condicionada por las necesidades del mercado de trabajo y las
estructuras de producción del modelo capitalista.
En este sentido, el modelo de universidad elegido por los
ideólogos del desarrollismo durante el periodo analizado encontraba una
fuerte vinculación en la necesidad de defender la estructura económica -

9
Cfme. FRONDIZI, Risieri. “La Universidad en un mundo de tensiones”, EUDEBA,
Buenos Aires 2005, pp. 33

6|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

lo que también implicaba la protección de la industria nacional naciente


y la especialización de la mano de obra -, como una alianza entre
empresarios industriales, trabajadores y burocracia.
En ese contexto, la relación entre el conocimiento en la
universidad y las instituciones políticas se apoyo en una metodología
general que estaría basada en “…una relación funcional entre el sistema
educacional, considerado como mano de obra, y los objetivos sociales y
económicos cuya realización dependería de una fuerza laboral con un
nivel de capacitación y de una composición determinados…”.10
En esa línea, se ha enunciado con espíritu crítico que “… la
educación superior debe producir profesionales en calidad y cantidad
adecuada a los requerimientos que en cada caso signa la economía. La
formación, visualizada desde la economía de la educación, pasa a ser
entendida en términos de inversión y costo; a la vez que el sujeto de la
educación se convierte en capital humano. En ese contexto, al tematizar
la problemática de la satisfacción de la demanda profesional del mercado
como fin central de la universidad actual en el marco de las
incertidumbres estructurales del mercado como idea reguladora, reduce
la cuestión del sentido de la universidad a la cuestión de sus funciones, y
la cuestión de la responsabilidad a la cuestión de la accountability.
Funciones y accountability sustituyen así a misión y responsabilidad
crítica, erosionando la forma de vida universitaria tradicional, que se ve
envuelta por la vaciedad que procede de la acelerada mutación de todas
las demandas del mercado profesional.” 11
Así las cosas, sobre el debate acerca de los fines y el
comportamiento de la universidad como institución de desarrollo del
conocimiento resulta ilustrativo traer a colación el análisis de Jauretche
“el país necesita una Universidad profundamente politizada; que el
estudiante sea parte activa de la sociedad y que incorpore a la técnica
universalista la preocupación de las necesidades de la comunidad, el
afán de resolverlas, y que, por consecuencia, no vea en la técnica el fin,
sino el medio para la realización nacional".12
Sin bien los interrogantes generados sobre el perfil de la
universidad como mera formadora de profesionales, o como institución
central en la investigación y la innovación científica es una debate que ha

10
Cfme. GORDON, Ariel - ob. Cit. pp. 1185.
11
Cfme. Naishtat, F., Garcia Raggio, A.M., Villavicencio, S. “Filosofias de la
Universidad y conflicto de
racionalidades”, Editorial Colihue, Ed. 2001, Buenos Aires - Argentina, pp- 24.
12
Cfme. Jauretche, A. “Los Profetas del Odio y la Yapa. La colonización
pedagógica”. A. Peña Lillo Editor. Bs. As., Marzo 1975.

7|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

logrado perdurar en el tiempo, debo señalar que, la universidad


constituye un espacio público para la reflexión, el pensamiento crítico y
el desarrollo de conocimientos; y por lo tanto una institución fundamental
para la vida democrática de un país.
Lo cierto es que, con el transcurso de los años y
especialmente con las políticas aplicadas durante el periodo 1955-1966
ha quedado demostrado que la adopción de todo proyecto político-
económico que pretenda producir cambios en la organización social, las
relaciones económicas y transformar la cultura, requiere una política
educativa, no solo desde el punto de vista formal, es decir en términos
de contenidos académicos, sino también una concepción del rol del
conocimiento y la cultura en la sociedad y una redefinición de la misión
de la universidad.
En efecto, durante el proceso iniciado en el año 1955 se
derogaron las leyes y normas de regulación de la actividad universitaria,
marcando el compromiso del nuevo régimen en garantizar y asegurar la
autonomía de las universidades respecto al Poder Ejecutivo Nacional. El
decreto ley 6.403 significó un claro avance al respecto y establecía el
principio de la autonomía universitaria sobre la base de la autonomía
académica y la autarquía financiera. Fijaba también los lineamientos
generales de la forma tripartita de gobierno, dando presencia a los
diferentes claustros en la tarea de llevar adelante las funciones de las
facultades y se delinearon los mecanismos para los concursos de
docentes en las cátedras universitarias. 13
Mención aparte merecen las actividades que llevaron a
reforzar el vínculo entre las universidades y la sociedad a través de las
políticas de extensión universitaria. Asimismo, dentro del proceso de
apertura se creó la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA)
favoreciendo la expansión de obras y material científico.
A decir verdad, la imagen de la universidad mantenía
vigorosa la idea de participación en materia de promoción social y
revitalizaba uno de los pilares de la misión de la Universidad tal como es
la extensión, concebida como posibilidad de compartir la formación
cultural fuera de clase, el aprendizaje en la toma de decisiones, la
ejecución de acciones en corresponsabilidad, la aplicación de saberes
científicos y técnicos.
Sin adentrarme detalladamente sobre los conflictos
producidos por el contexto de “masificación de la universidad” - por
cuestiones que excederían el objeto del presente trabajo -, entiendo que

13
Cfme. GORDON, Ariel - ob. Cit. pp. 187.

8|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

dicho fenómeno no constituye un obstáculo para la enseñanza educativa


si se da dentro de un proceso de jerarquización del nivel intelectual y la
capacidad de los estudiantes. Claro está siempre que se respete la
misión de la universidad.
Ahora bien, como suele suceder frecuentemente en nuestro
país, una de las particularidades de este período de reconstrucción de la
universidad - como entidad de modernidad y desarrollo social -, fue que
acogió a dos grupos intelectuales históricamente opuestos (católicos y
liberales) pero identificados en la década anterior por su oposición al
gobierno peronista y sus objetivos de “desperonizar” el contexto
universitario. Esta precaria asociación entraría definitivamente en
conflicto por la apertura de universidades privadas, durante los episodios
que motivaron la lucha por la educación laica-libre.
Recordemos que el mismo fenómeno de vinculación con el
poder político se verifica durante el periodo peronista donde las
universidades fueron regidas en su funcionamiento por la ley 13.031 de
1947 (conocida como “nuevo régimen universitario”) y posteriormente
por la Ley Orgánica de Universidades N° 14.297 de 1954.
Particularmente, ambas normas limitaban considerablemente las
libertades académicas, toda vez que facultaban al Poder Ejecutivo a
nombrar de forma directa a Decanos, Rectores y profesores titulares. Los
mecanismos de participación en el gobierno universitario estaba acotado
a las autoridades designadas por el gobierno central, como así también el
presupuesto y aportes para el desarrollo de las actividades académicas.
Demás está decir que, en dichos contextos altamente politizados, se
ejercía una fuerte presión sobre los docentes y estudiantes que pudieran
ejercer actividades opositoras, contemplando fuertes sanciones como un
intento por disciplinar el pensamiento y la libertad del conocer.
En este sentido, como señalé en la introducción del presente
trabajo los proyectos políticos, económicos, culturales y sociales
impulsados desde los regímenes autoritarios – a modo de paréntesis en
la denominada “época de oro”- llevaron como rasgo fundamental la
marcada necesidad de determinar y transformar la universidad.
En efecto, a medida que la política asumía una dinámica
centrifuga, el “onganiato” como régimen de gobierno se presentaba en la
escena universitaria con un proceso que marcó abruptamente el fin de
una época del sistema universitario. Adviértase que el 29 de Julio de
1966 el decreto-ley 16.912 dictado por Onganía ponía fin al esquema de
gobierno tripartito y anunciaba la subordinación de las autoridades de las
universidades nacionales al Ministerio de Educación.

9|Página
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

Como reacción a las nuevas políticas educativas y sociales se


levantaron acciones de protesta y resistencia a las medidas dispuestas
por el gobierno en diversas facultades del país, provocando que cuerpos
de la infantería de las Fuerzas Armadas ingresaran en la Facultad de
Ciencias Exactas de la UBA para desalojar a los golpes a estudiantes y
profesores en un violento operativo de seguridad conocido como “La
Noche de los bastones largos”, fenómeno que marcaría el inicio de las
intervenciones en las universidades y el fin de la “época de oro” .

III. A MODO DE REFLEXIONES FINALES.-

Aunque, por razones de espacio, no puedo discutir en detalle


cada uno de los ejes que generaron los distintos debates durante el
periodo 1955-1966, tal como adelantara en la introducción - a modo de
hipótesis -, este trabajo ha intentado demostrar que el avasallamiento de
la autonomía universitaria, que es el derecho de los universitarios a darse
su propia organización, como así también el trazado de las estrategias
educativas constituye claramente un “problema político”.
En efecto, la cuestión universitaria – aun durante la “época
de oro” - no ha podido permanecer ajena a los vaivenes políticos y los
conflictos de poder, incluso durante algunas etapas por el avasallamiento
del orden constitucional como intento de imponer un modelo de
disciplinamiento, control y represión del conocimiento y de la actividad
intelectual en las universidades públicas argentinas.
No obstante, como se señalara, a través de distintas
conducciones el periodo 1955-1966 también se ha orientado a fortalecer
la formación de cuadros docentes, capacitar profesionales e
investigadores, consolidar los programas de investigación y recuperar la
misión social que se expresaba a través de las políticas de extensión
universitaria, concebida como posibilidad de compartir la formación
cultural fuera de clase, el aprendizaje en la toma de decisiones, la
ejecución de acciones en corresponsabilidad, la aplicación de saberes
científicos y técnicos.
Sin embargo, como debería ocurrir en una sociedad
democrática, entiendo que hay distintas maneras de concebir la
universidad: “tanto como una institución formativa, generadora de
títulos, para proveer aquellas profesiones que el mercado o la sociedad
pide, como así también como una entidad de valores vivos, es decir, una
institución formativa que transmite valores que exceden la mera
formación profesional”.

10 | P á g i n a
Juan Ignacio Alvarez
DNI 30.219.284

IV. FUENTES.-

 GORDON, Ariel - “Tensiones entre la Ilustración y modernización en la


universidad de Buenos Aires: reformismo y desarrollismo entre 1955 y
1966”, en Naishtat y Aroinson (comps.), 2008, Genealogías de la
Universidad contemporánea: sobre la ilustración o pequeñas historias de
grandes relatos., Biblos Buenos Aires, 2008.

 EDUL. Editorial Discográfica de la Universidad del Litoral - “La Década del


60 comienza una etapa oscura para la universidad“- FASCÍCULOS
MENSUALES DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
DEL LITORAL SANTA FE • AGOSTO DE 2009 – Edición N° 18.

 ROMERO, Luis Alberto - “Breve historia contemporánea de la Argentina”,


en Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001.

 CORTES, Cecilia “La disyuntiva universitaria durante el peronismo:


justicia social o ilustración”, en Naishat y Aronson (comps.), Genealogías
de la universidad contemporánea: sobre la ilustración o pequeñas
historias de grandes relatos, Biblos, Buenos Aires, 2008.

 FRONDIZI, Risieri. “La Universidad en un mundo de tensiones”, EUDEBA,


Buenos Aires 2005.

 NAISHTAT, F., GARCIA RAGGIO, A.M., VILLAVICENCIO, S. “Filosofias de la


Universidad y conflicto de racionalidades”, Editorial Colihue, Ed. 2001,
Buenos Aires - Argentina.

 JAURETCHE, A. “Los Profetas del Odio y la Yapa. La colonización


pedagógica”. A. Peña Lillo Editor. Bs. As., Marzo 1975.

11 | P á g i n a

Vous aimerez peut-être aussi