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Chacón

I.D. 114652

Comentario de Ébano
Por: Arturo Chacón 03’2002

África es un continente que ha sido víctima de su color y su bajo nivel cultural.


Aquel territorio de excolonias europeas que pareciera no existir, donde el hambre, –los
niños esqueléticos- las enfermedades, –como el sida- y las constantes diferencias sociales
han mantenido a una población que comparte una devastación que no los ha dejado
evolucionar. Quizá es difícil de creer o más aún de imaginar como en el nuevo milenio
es posible que África siga siendo el mismo, por lo menos a los ojos de muchos
occidentales que no somos testigos de la gran diversidad cultural y de formas de vida que
existen.

De entrada pareciera algo inmundo o inverosímil, ya que estamos impuestos a ver


sólo en videos documentales, libros y revistas, esa cruda realidad que viven en aquel
continente. Cuando pienso ¿Cómo es posible que aún mueran personas a causa de
enfermedades tan comunes y que son curables? ¿Por qué si geográficamente se
encuentran debajo de un primer mundo, no les es posible imitarlo? Es posible que
algunos países viven de otros, no digo que este sea el caso, primordialmente, pero es un
lugar que no avanza, tan sólo desde que yo recuerdo, África siempre se ha identificado
por el mismo ìcono como lo ha sido el hambre, y peor aún, se le ha ido aunando el
desenfreno del sida y su imposibilidad por controlarlo.

Es por eso que el mismo autor hace alusión al tiempo de Adán y Eva, su facilidad
para adaptarse al clima y sus naturales necesidades de vida que requerían. El color negro
o su raza, también ha marcado de por vida a los africanos, facilitándoles su adaptación a
este duro ecosistema, pero perturbándolos en la paz cultural. Debido a esta misma gran
diversidad y diferencia de creencias religiosas, ha dificultado su crecimiento. El autor no
hace más que un vista muy personal de todo el tiempo que ha compartido con este
continente, los años de los que ha sido testigo y su “evolución”. Los más de quinientos
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años de esclavitud los han tatuado es las frustraciones por predecir su propio futuro. Es
fácil decirlo o atribuirlo a un solo factor como el de la discriminación.

Pero no sólo los países de África sufren de ese complejo, aunque hablo de lo que
yo he sido testigo, la mayoría de los países donde existen negros, sufren de fuertes
discriminaciones que yo me atrevo a decir, es la misma predisposición con la cual se
encuentran. Que no deseo especificar en este momento.

Definitivamente no puedo generalizar un continente que aunque comparte muchas


costumbres, no es homogéneo. El ser negro siempre ha denominado lamentablemente a
esa raza como la oprimida o la juzgada. Y en la realidad así ha sido. Me parece utópico
encontrar una solución que responda a tal sufrimiento que ha sufragado África. Por
cualesquiera razón que esta sea, desde siempre y más en la década de los setentas y
ochentas, donde vivió sus peores masacres, golpes de estado, guerras civiles y
enfrentamientos sólo han dejado devastación y los países afectados han sido por igual
todos.

Es triste saber que la realidad siga siendo la misma que la que vivía hace
cincuenta años. Y que por encima de eso, otros países pasen sobre los pobres
afectándolos cada ves mas. En agosto de 1998 el sur de África – y todo el continente-
sufrió –creo yo- el peor atentado terrorista y vil de la historia. Al Shifa, un laboratorio
químico donde se producía el 90% de los medicamentos, principalmente antibióticos y
también de medicamentos veterinarios, fue completamente destruido.
Estados Unidos como costumbre es para ellos abogar por falsos principios que no
vienen al caso comentar, bombardeó la planta Al Shifa, causando daños que yo les
llamaría ciegos. Porque nadie o muy poca gente se enteró de tal atrocidad. Daños que han
sido irreversibles y que hasta la fecha siguen causando muerte a los seres más inocentes.
Estragos que no sólo quedaron con el bombardeo, sino que han trascendido y seguirán
por muchos años. Si su realidad es pobre, es decir, los niños mueren por enfermedades
curables y, esa enfermedad a la que todos le temen, como es el hambre, cual es su
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actualidad al no tener ni los más básicos medicamentos.


El libro me ha dejado con un diferente pensamiento acerca de África, como cada
ves que leo algo sobre ese continente. Aunque su realidad esta por demás conocida, las
fotografías y los testimonios nunca dejan de ser deplorables. No es justo que por su
diversidad cultural, la sombra que paradójicamente los cobija por ser negros, los siga
condenando. Que la malaria y esa “oscuridad” que suele aterrarlos no continúe
atrampándolos en sus místicas tribus dentro del Sahara y esas ruinas que son tan
representantes, sólo sean eso.

Es mejor que sus tres mundos sigan siendo esos tres mundos o se unifiquen por el
bien de tantos pueblos, Uganda, Kumasi, Acra, Sudán, Somalia, Nigeria; que su mundo
espiritual y religioso sea capaz mantener su existencia, no sólo por ser el continente más
grande del planeta, sino por su calidad humana.

Otras cosas que me gustaron del libro es la calidad para describir situaciones,
parece fácil, pero lo he intentado en ocasiones y no es así. La segmentación de toda la
cronología me parece exhaustiva. Es largo pero no es aburrido.

Nota:
El comentario anterior sólo refleja mi opinión personal acerca del libro. Ahora yo le recomiendo un libro que
se llama: 11/09/2002 de Chomsky que no tiene que ver con el anterior, pero en lo personal me gusto y me ha ampliado
algunas opiniones sobre ciertos eventos, que parecen pasar desapercibidos.

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