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Los rasgos de un buen aprendizaje, están más vinculados a la construcción del

conocimiento a través de la vía reflexiva propuesta por Glaser, la organización de
las actividades de aprendizaje debe estar supeditada al tipo de aprendizaje que se
pretende lograr, y éste a su vez debe responder a las demandas o necesidades de
aprendizaje que se le plantean al alumno.

Aprender y enseñar son dos verbos que tienden a conjugarse juntos,

aunque no siempre es así. La mayor parte de nuestros aprendizajes en la vida
diaria se producen de manera empírica, incluso sin conciencia de estar
aprendiendo. Podemos decir que es un aprendizaje implícito o incidental.

El aprendizaje implícito nos proporciona teorías implícitas en distintos

aspectos de nuestra vida, por ejemplo: la naturaleza, la economía, las relaciones
interpersonales, la tecnología, la salud y la enfermedad, etc.).

El aprendizaje explícito es el producto de la enseñanza (actividad

deliberada y consciente), el cual comúnmente requiere más esfuerzo que el
implícito.

Actualmente, los maestros deben generar una nueva cultura del aprendizaje
a partir de nuevas formas de instrucción, organizando y diseñando sus actividades
teniendo en cuenta no sólo cómo aprenden sus alumnos, sino sobre todo cómo
quieren que aprendan sus alumnos.

Aprender puede significar o requerir cosas distintas según las demandas

culturales que lo motiven y el enfoque teórico que adoptemos. Los rasgos
prototípicos del buen aprendizaje serán los que debamos mejorar si queremos
lograr mejores aprendizajes, ya sea como alumnos o como maestros.
pichos rasgos prototípicos del buen aprender son:

1.- Un cambio duradero.

Una idea común a todas las teorías del aprendizaje humano, sean asociativas o
constructivas, es que aprender implica cambiar los conocimientos y las conductas
anteriores. Aprender implica siempre de alguna forma desaprender. Muchas veces
lo difícil no es adquirir una conducta o un hábito, sino dejar de hacerlo.

2.- Transferible a nuevas situaciones.

Con mucha frecuencia sucede que creemos haber aprendido algo, pero cuando
nos enfrentamos a una situación que requiere utilizar esos conocimientos, no
sabemos qué hacer. La capacidad de transferir lo aprendido a nuevos contextos,
resulta eficaz ese aprendizaje. La función adaptativa del aprendizaje reside en la
posibilidad de enfrentarse a situaciones nuevas, asimilándolas a lo ya conocido.

3.- Como consecuencia directa de la práctica realizada.

El aprendizaje es siempre producto de la práctica, sin embargo, no siempre una

mayor práctica produce más aprendizaje. Lo más importante al organizar una
práctica es adecuarla a los objetivos del aprendizaje. No todas las actividades de
aprendizaje son igualmente eficaces para lograr cualquier tipo de aprendizaje. En
general, la práctica repetitiva produce aprendizajes más pobres o limitados que
una práctica reflexiva, aunque esta sea más lenta y exigente para el alumno que la
instrucción directa en ciertas técnicas o conocimientos, por lo que se requiere
mejores condiciones de práctica.

En resumen, podemos decir que no hay recursos buenos y malos, sino adecuados
o inadecuados a los objetivos y a los procesos de aprendizaje mediante los que
pueden obtenerse esos fines. La instrucción debe basarse en un equilibrio entre lo
que hay que aprender, la forma en que se aprende y las actividades prácticas
diseñadas para promover ese aprendizaje.

El aprendizaje es un sistema que se compone de tres subsistemas que

interactúan entre sí: lo que se aprende, cómo se aprende y en qué se aprende.

La nueva sociedad que emerge es una sociedad informacional, en la que la
generación, el procesamiento y la transmisión de la información son los factores
fundamentales de productividad y poder.

El paradigma de las tecnologías de la información y comunicación tiene las

siguientes características:

h La información es su elemento fundamental. Son tecnologías para

actuar sobre la información y no solo información para actuar sobre
la tecnología.

h Tienen una alta capacidad para penetrar en todos los ámbitos de la

actividad humana. La existencia individual y colectiva queda
impregnada por las TIC.

h Todo sistema que utiliza las TIC queda afectado por la lógica de la
interconexión.

h La flexibilidad sustenta la forma de operar de las TIC.

h Poseen una tendencia creciente a formar sistemas integrados.

Sin embargo, en la nueva sociedad emergente, el trabajo del conocimiento

se va convirtiendo, cada vez de forma más extendida, en la base de valor,
remuneración y beneficios más importante.
 El aprendizaje es el proceso que nos permite apropiarnos del saber,
desarrollarlo y transformarlo para aplicarlo de forma individual y colectiva a los
problemas y retos que nos plantea la vida económica y social.

La fuerza de las NTIC nos están convirtiendo en autodidactas en un aula sin

paredes en la que el arte de aprender se determina por la solidez de los criterios
que se aplican en la búsqueda constante del conocimiento que constituye la vida
misma.

Aprender es un proceso central para poder actuar plenamente en la

sociedad del saber y del conocimiento. No saber, significa quedar excluido y al
margen de la evolución social. La evolución continua de los entornos tecnológicos,
económicos y sociales precisan una actualización permanente del saber. Por lo
tanto, el período para aprender comprende toda la vida, sin discontinuidad,
aprovechando todas las oportunidades y posibilidades que ofrece la sociedad
educativa en la que todo pueda ser ocasión para aprender y mejorar las
competencias personales y el aprendizaje sea parte intrínseca de la propia vida:
en cualquier parte y en cualquier momento.

Los cuatro aprendizajes básicos para que el aprender a lo largo de la vida

sea útil y permita a las personas aprovechar siempre cada oportunidad para
actualizar, profundizar y enriquecer el primer saber adquirido y adaptarse a una
sociedad en mutación continua:

1.- Aprender a conocer y adquirir los instrumentos de la comprensión.

2.- Aprender a hacer e influir en el entorno propio.
3.- Aprender a vivir juntos.
4.- Aprender a ser personas.