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Pensó alguna vez en Matarse

Amigo de mi alma.

Tengo que hablarle. Usted estuvo andando en esta vida, mirando por
muchos lados y concluyó que nada le encanta, que todo es una decepción,
que su mismo cuerpo le molesta y que ya no quiere vivir más.

Todos somos hermanos pues compartimos el mismo destino en esta vida.


En realidad es algo muy sorprendente ver cómo llegamos acá. La vida en
este cuerpo es muy compleja y estamos dentro de un mundo
inconmensurable. ¿Por qué no nos sentimos bien entonces? Por no tener
la actitud correcta. El sufrimiento refleja únicamente los errores que uno
mismo ha cometido.

La vida es un regalo maravilloso pero pocos saben para qué utilizarla.


Usted es inteligente y quizá hasta se da cuenta de la mentira del
materialismo, de la mentira de la felicidad comprada, intoxicándose o de
tener vida sexual sin control, de la falsedad del status quo, de la moda sin
sentido y de la sociedad llena de hipocresía. Usted es un ser sensible y no
quiere vivir para una nada, o para una mentira. Es allí donde yo le quiero
aconsejar.

En mi vida tuve estos mismos pensamientos. Ya había determinado acabar


con mi existencia. Afortunadamente no tuve el valor para ejecutar mis
impulsos de ese entonces. Tenía sólo 16 años y no aguantaba ver tanta
injusticia y ver frustradas tantas veces mis aspiraciones. Quise culpar al
mundo y a la sociedad por todo. No sabía nada de Dios, no pensaba en Él o
consideraba con desprecio a los así llamados representantes suyos en la
Tierra, “Cristianos” bombardeando Vietnam, guerras mundiales y otros
horrores. No, esto no era mi mundo y todavía no lo es. Ojalá nunca lo sea.

Mi mundo era algo que no podía definir. Así, yo concluía que este era un
mundo sin conciencia. Pensaba que yo era este cuerpo y que lo podía
matar, que podía dejar de existir. “Mundo malo no me mereces.” Pensaba
que así tendría paz o, mejor dicho, nada más qué resolver. Solución
facilista. Un suicidio y ya me libero de toda responsabilidad. No tengo que
trabajar más, ni estudiar pasando por exámenes, ni ser rechazado por
alguien a quien yo quería disfrutar, ni competir deslealmente con los más
fuertes, los más ricos, los más bellos. ¡Qué fácil solución! ¡Qué
descubrimiento! ¿Será que el mundo fue creado sólo para que
descubramos que no sirve para nada y nos retiremos de la locura con un
acto de partida forzada?

Querido amigo, seguro que mi descripción no puede cubrir todos sus


nobles sentimientos. El paralelo entre mi caso y el suyo es que ambos
contamos con vida. Ambos tenemos conciencia y aquí está nuestro
encuentro para comparar; quizá le pueda ayudar como a mí me ayudó lo
que un gran sabio me enseñó en los momentos más difíciles.

Primero, él me dijo algo muy sorprendente. Me dijo que mi cuerpo era sólo
un instrumento y no mi verdadero yo. Algo que es como un vestido del
alma. También me dijo que tenemos un cuerpo sutil que es de una
sustancia imperceptible burdamente pero también material. El se refirió a
lo que nosotros generalmente llamamos mente e inteligencia; algo que la
ciencia no puede explicar pues, la conciencia, las capacidades de sentir,
pensar y desear son cosas independientes del cuerpo. Por ejemplo: usted
desea en el sueño, ve cosas, siente temor, atracción, etc. Aunque sus
sentidos externos están dormidos está en un pleno campo de experiencia;
este es el cuerpo sutil. Pero más profundo y detrás del cuerpo sutil está el
cuerpo espiritual, el alma; nuestro verdadero yo.

El sabio tenía mucho amor y viendo sus ojos percibí que todo lo que
hablaba era su auto-realización. Era la verdad. Claro, traté de refutarlo en
mi mente, traté de enfocar la vida como a mí me había frustrado, pero él
continuó y quiso llevarme a conocer mucho más, realidades que ni los
profesores de la escuela saben; y ni qué decir de los vendedores de ideas
que inundan las calles del mundo. Estuve cautivado, y lo más extraño era
que de mi corazón llegaba la señal de aprobación.

Quise saber más de estos mundos internos, del cuerpo sutil dentro del
cuerpo burdo, de la materia y del cuerpo espiritual. El sabio movió su boca
a una posición de sonrisa compasiva y me preguntó: “¿Te querías matar,
verdad?” Yo sentía vergüenza y sólo aprobé con el movimiento de mi
cabeza... “Pero no sabes que nadie puede matar el alma pues es eterna.
Viene de una dimensión tan alta que ni una bomba atómica puede acabar
con ella.” ¡Qué idea! ¡Que comparación! Suicidio con una bomba atómica.
Un horror. Y aun así no funciona. ¡Qué milagro hay detrás de esta fuerza de
la conciencia!, mi mente quedó casi paralizada.

No sólo me explicó eso el sabio; además me enseñó que al matar este


cuerpo burdo uno queda perdido en el espacio, tiene todavía los mismos
deseos, las mismas frustraciones, el mismo karma (destino, reacciones por
las acciones pasadas) pero ya no tiene cuerpo para aprender y disfrutar.
Queda uno como un fantasma. Y observa, estando en cuerpo sutil,
acongojado, todo lo que tenía: su casa, su familia, sus bienes usados por
otros, etc. Y se siente terriblemente mal.

Esto era mucho para mí. “Karma, Maestro, ¿Qué es karma y qué va a pasar
con este “fantasma”?”, le pregunté. “Es algo muy serio”, respondió el
sabio. “No es juego de niños, es para que la persona pueda aprender los
secretos de su alma y su potencial de amar, para que pueda conocer los
secretos de la vida y la meta última de todo”.

Karma es la simple ley de acción y reacción que nos acompaña de una vida
a la otra pues no es únicamente una vida material la que tienen las almas.
Mientras las almas, en este mundo, sigan teniendo deseos materiales y
reacciones por todo lo que han hecho, tienen que volver a nacer para
disfrutar y sufrir en carne propia lo que estuvieron haciendo a otros. Y sólo
cuando dejen de desear cosas materiales y descubran su tesoro espiritual,
entonces pueden ser liberadas de recibir cuerpos materiales tanto burdos
como sutiles.

Amigo de mi alma; mi cabeza se puso a dar vueltas y a cada momento me


sentía más chico en el mundo. Sólo la sonrisa del sabio me mantenía
conectado con algo real para enfocar.

¿Qué pasará con las almas en esta penosa situación de vivir como
“fantasmas”? Ellas se tienen que quedar así por mucho tiempo hasta que
el karma por haber matado su cuerpo humano se termine. Ellas van a
sentir tanta tristeza sin ningún cuerpo que hasta rogarán poder entrar
inclusive en el cuerpo de un gusano. Ellas no pueden progresar en esa
situación. Así, lo único que hacen es sufrir mucho, pero como todo
sufrimiento, también es temporal. Luego reciben otro chance de nacer en
cuerpos burdos materiales; pero sólo y lamentablemente vuelven a lo
mismo de aquí, un cuerpo humano con los mismos errores de todos, el
deseo de ser feliz a costa de los demás.

El sabio se tornó muy serio y dijo: “Si quieres terminar con esta existencia
material, realmente tienes que dejar de cometer tantos errores. Tienes que
buscar la Verdad y estar dispuesto a servir a la causa común.” “¿Qué es la
causa común?”, le pregunté. “La causa del bienqueriente incondicional de
todos nuestros hermanos y hermanas. Sólo grandes almas pueden
entenderlo. Los que se matan aquí son cobardes. No quieren hacer lo
necesario para superar sus errores del pasado. No saben que todo es para
un fin maravilloso, pero, únicamente con responsabilidad y sin egoísmo se
puede entender. ¿Estás dispuesto a vivir para encontrar la meta real, para
servir a la Verdad?” Yo pensaba que sería lindo. Yo no quería seguir
viviendo para la ilusión, para los explotadores del mundo material. Le dije
que sí y le pedí que por favor me instruyera más.

El sabio se volvió mi maestro espiritual y mi vida tomó un rumbo muy


diferente. Pero esto es ya otro tema aparte, aunque lo comparto con mucho
gusto si alguien lo quiere conocer mejor (www.vrinda.org).

El punto importante es que nada se logra matando el propio cuerpo. No


hay este tal suicidio; como la ilusión le quiere hacer creer a uno. Un ser
está en esta vida para volverse responsable. No hay forma de escaparse de
dicho deber. Sino que, y aquí está la linda noticia, es su hermosa
oportunidad. Y tener cuerpo humano es un regalo muy especial
comparándolo con los cuerpos de nuestros hermanos menores los
animales. Ellos de repente tienen sentidos más desarrollados que nosotros
los seres humanos; pero no pueden hacer este gran cambio en su destino.
Nosotros si al entregarnos a la Verdad y salir del círculo de nacimientos y
muertes para vivir eternamente en el mundo trascendental. Por saber todo
esto yo me siento muy agradecido. Me salvé por mi cobardía de algo tan
terrible como la existencia en cuerpo fantasmal, de deambular sin sentido
en la vida.

El sabio también me dijo que debería ser vegetariano para salir del karma
por derramar la sangre de otros hermanos menores. Él me habló de la
amnistía del karma y otras cosas; pero lo más importante es que me dio
una profunda convicción de que esta vida sí vale la pena.
No importa en qué etapa evolutiva uno se encuentre. Siempre habrá algo
más por llegar a comprender, algo más por alcanzar, algo más por hacer
para crecer, algo más qué conocer para ser una mejor persona y servidor.
La muerte viene por sí misma pero sin el fatal error de despreciar lo que le
fue a uno obsequiado. El negocio más seguro del mundo es pues, la
funeraria. Si no le llega hoy, le llega después. Esto no es algo interesante.
Interesante es lo que usted logró y logrará hacer con su cuerpo, con su
mente e inteligencia; los cuales Dios le dio para algo muy especial.

¿Va a superar el egoísmo o se va a consumir en su vida ególatra


insoportable para nacer en cuerpos más desafortunados después? Aún sin
cuerpo humano siempre tendrá algún cuerpo burdo o sutil mientras que
esté en este mundo, pero como somos amigos del alma podemos
apoyarnos el uno al otro y no hacernos la vida miserable como lo hacen
los egoístas materialistas en nombre del progreso o incluso tan solo
viviendo.

Vamos, tenga paciencia, trabaje y esfuércese por realmente ser un mejor


ser humano. Hágase un excelente y honesto profesional, pero lo más
importante: No ignore el karma, la búsqueda de la Verdad por la cual
hemos venido. Y acepte su karma, su destino, pues fue usted únicamente
quien lo creó. No hay otro a quien echarle la culpa. Así, venza al destino
con la ayuda de los sabios que siempre aparecen si uno desea algo de
sabiduría en una forma u otra.

Ha sido un placer escribir todo esto para usted.

Espero haber alcanzado su alma. Es más, podemos llevar este mensaje a


todos los que tienen estas ideas de matar el cuerpo para que no cometan
semejante error y se preserven como buenos amigos de las almas
mientras que el destino los tiene en la Tierra.

Máximas:

“La libertad es el principio que debemos considerar como el regalo más


valioso de Dios.”

“Volverse responsable es la primera enseñanza del mundo material. Pero


más allá de ello está la meta verdadera; la meta del Amor Supremo, por el
cual todos estamos muy ansiosos, pero por el que muy pocos quieren
pagar el precio que se requiere.

Autor: Swami B.A. Paramadvaiti


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