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RESUMEN DE DERECHO CIVIL I

1. Derecho Civil. a) Origen y evolución: En Roma, de acuerdo con el carácter de la r


aza y de la cultura el derecho positivo asumió una forma muy clara y concreta, y t
omó el nombre de derecho civil (jus civile), es decir, derecho de la ciudad (civit
as), o mejor dicho, de los ciudadanos (civiles). Esto equivalía a lo que ahora lla
maríamos derecho nacional, pues el concepto de ciudad correspondía allí al de nación y E
stado. El derecho civil (jus civile), por su carácter práctico y coercitivo se oponía
al derecho de gentes (jus gentium) y al derecho natural (jus naturale). Comprendía
, no solamente lo que hoy apellidamos derecho civil, sino también el público, el pen
al, el mercantil, etc., o sea, todo el conjunto del derecho positivo. Los romano
s distinguieron dos categorías en el derecho civil: el público (publicum) y el priva
do (privatum), pero esto no motivó la formación de dos ramas diferentes, tanto público
como privado, el derecho civil era todo uno. En la Edad Media, la expresión jus c
ivile ya no significó el derecho de una ciudad, de un pueblo, sino que significó, na
da más y estrictamente, derecho romano o, mejor dicho, el derecho común de cada pueb
lo (contemplándose siempre lo público y lo privado). En la Edad Moderna, el derecho
civil dejó de comprender lo público y lo privado, en sentido unitario, separándose pau
latinamente, las ramas que en fechas más o menos recientes constituyeron el derech
o público, hasta quedar el derecho civil como derecho esencialmente privado. b) De
finición y ubicación: El derecho civil es el conjunto de normas e instituciones dest
inadas a la protección y defensa de la persona, de la familia y de la propiedad, d
e las cosas o bienes, y de los fines que son propios de éstas, así como del régimen de
las sucesiones y de las obligaciones y contratos, además de cierto número de nocion
es generales y comunes a todas esas instituciones especiales. Consta de las sigu
ientes grandes ramas: 1) Derecho de la persona: capacidad, estados civiles, dere
chos de la personalidad, nacimiento, muerte y domicilio, entre otras materias. 2
) Derecho de familia: matrimonio, unión de hecho, parentesco, filiación, adopción, pat
ria potestad, alimentos entre parientes, tutela, patrimonio familiar, Registro C
ivil. 3) Derechos reales: bienes, propiedad, posesión, usucapión, usufructo, uso, ha
bitación, servidumbres, hipoteca, prenda, Registro de la Propiedad. 4) Derecho de
sucesiones: testamento, herencia, legados, sucesión intestada. 5) Derecho de oblig
aciones y contratos: teoría general de las obligaciones y de los contratos, contra
tos en particular (promesa, opción, mandato, sociedad civil, compraventa, permuta,
donación entre vivos, arrendamiento, mutuo, comodato, depósito, obra o empresa, ser
vicios profesionales, fianza, renta vitalicia, loterías y rifas, apuestas y juegos
, transacción, compromiso). Por
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consiguiente, al derecho civil lo podemos ubicar dentro la sistemática jurídica como
perteneciente al Derecho Privado. c) Códigos Civiles de 1877, 1933 y 1963: El der
echo civil de Guatemala se ha inspirado fundamentalmente en las ideas del plan r
omano - francés, contenidas en su mayoría en el Código de Napoleón (24-03-1804), con det
erminadas variantes. El Código Civil de 1877 estaba dividido así: Libro I (De las pe
rsonas), que se quiso sustituir el 30-06-1926 mediante el decreto número 921, lo c
ual no ocurrió; Libro II (De las cosas, del modo de adquirirlas y de los derechos
que las personas tienen sobre ellas); y, Libro III (De las obligaciones y contra
tos). El Código Civil de 1933 estaba dividido así: Libro I (Personas); Libro II (Los
bienes); Libro III (Modos de adquirir la propiedad); y, Libro IV (De las obliga
ciones y contratos), que no era más que el Libro III del Código de 1877 que quedó íntegr
amente vigente. El Código Civil de 1963, que actualmente nos rige, está dividido así:
Libro I (De las personas y de la familia); Libro II (De los bienes, de la propie
dad y demás derechos reales); Libro III (De la sucesión hereditaria); Libro IV (Del
Registro de la Propiedad); y, Libro V (Del derecho de obligaciones –de las obligac
iones en general y de los contratos en particular–). 2. Persona. a) Definición: Se d
ice que la palabra persona (latín: per = mucho, y sono = sonar) originalmente sign
ificaba máscara, representación, investidura, relacionada siempre con las representa
ciones teatrales. La mayoría de autores coinciden en atribuirle origen romano. En
suma, persona es el reconocimiento que las normas jurídicas hacen del ser humano o
de los entes resultantes de su asociación, otorgándoles capacidad para el goce y ej
ercicio de sus derechos y obligaciones. b) Clasificación: Desde el punto de vista
jurídico existen dos clases de personas: 1) La persona jurídica individual (natural
o física); y, 2) La persona jurídica colectiva (sociales, morales, colectivas o abst
ractas). La primera consiste en el conjunto de deberes jurídicos y de derechos sub
jetivos atribuidos o imputados a un determinado sujeto humano. La segunda la ver
emos más adelante (punto 9 del presente trabajo).
3. Personalidad. a) Definición: Es la investidura jurídica que surge por el nacimien
to de una persona, o aun antes (ciertos efectos de la concepción), y otorgada por
el derecho objetivo, al darse los requisitos para su existencia como tal. b) Teo
rías para determinar cuándo principia la personalidad: 1) Teoría de la concepción: que s
e basa en el principio de que la personalidad se inicia
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desde el momento de la concepción, es decir, desde el momento en que se da existen
cia a un nuevo ser humano por medio de la fecundación. 2) Teoría del nacimiento: que
expone que en el momento en que la criatura nace, es el momento en que principi
a la personalidad (esta teoría estaba consagrada en el artículo 1° del Proyecto de Códig
o Civil presentado por el Lic. Federico Ojeda Salazar). 3) Teoría de la viabilidad
: agrega esta teoría, al hecho físico del nacimiento, el requisito de que el nacido
tenga condiciones de viabilidad, de que sea viable, es decir, que haya nacido co
n aptitud fisiológica para seguir viviendo fuera del vientre materno, por sí solo. 4
) Teoría ecléctica: que trata de conjugar las teorías anteriores. En su expresión más gene
ralizada, fija el inicio de la personalidad en el momento del nacimiento, recono
ciendo, desde la concepción, derecho al ser aún no nacido, bajo la condición de que na
zca vivo. Otra tendencia, dicho con distintas palabras, otra modalidad de esta t
eoría exige, además del nacimiento, las condiciones de viabilidad, que el ser sea vi
able, apto para seguir viviendo. c) Teoría que adopta nuestro Código Civil: El artícul
o 1° del Código Civil expone que: “La personalidad civil comienza con el nacimiento y
termina con la muerte; sin embargo, al que está por nacer se le considera nacido p
ara todo lo que le favorece, siempre que nazca en condiciones de viabilidad”. Podría
decirse que nuestro código acepta una teoría ecléctica, puesto que expone la teoría del
nacimiento al decir que la “personalidad... comienza con el nacimiento”; a su vez,
la de la concepción al señalar que “al que está por nacer se le considera nacido para to
do lo que le favorece”; y, por último, la de la viabilidad el resaltar que al ser qu
e está por nacer y le favorece un derecho será investido con personalidad jurídica sie
mpre y cuando “nazca en condiciones de viabilidad”. Es menester hacer notar que la r
edacción en el Proyecto era mucho más clara y acertada al aceptar la teoría del nacimi
ento, que en la actualidad tiende a predominar. d) Conacencia: La ley parte del
supuesto general de que nazca un solo ser humano, varón o mujer, después del proceso
de la gestación. Empero, en realidad no es nada raro que nazcan dos o más personas
de un mismo parto (doble o múltiple), y tengan vida propia cada una, lo cual suced
e aun en el caso del nacimiento de siameses. En especial para efectos hereditari
os, es importante determinar si existe o no, legalmente, procedencia en cada uno
de esos nacimientos. Sin embargo, como bien lo apunta el Lic. Ojeda Salazar, “des
aparecida la institución del mayorazgo en las legislaciones contemporáneas, carece d
e mayor importancia determinar la prioridad del nacimiento, pues no se reconocen
derechos superiores ni privilegios al hijo mayor o primogénito; todos gozan de lo
s mismos derechos”. Es por ello que nuestro Código Civil, en su artículo 2°, expone que:
“Si dos o más nacen de un mismo parto, se consideran iguales en los derechos civile
s que dependen de la edad”.
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e) Comorencia: Así como el nacimiento ocurrido en un mismo parto puede ser de dos
o más personas (conacencia), puede ocurrir, por hecho accidental o premeditadament
e provocado que dos o más personas fallezcan en y por causa del mismo (comorencia)
. Así, pues, nuestro Código Civil, artículo 3°, establece que: “Si dos o más personas hubie
en fallecido de modo que no se pueda probar cuál de ellas murió primero, se presume
que fallecieron todas al mismo tiempo, sin que se pueda alegar transmisión alguna
de derechos entre ellas”. f) Regulación legal: Todo lo relativo a la personalidad ci
vil o jurídica está regulado en los artículos 1°, 2°, 3°, 399 y 400 del Código Civil vigent
contenido en el Decreto – Ley Número 106 del Jefe del Gobierno de la República.
4. Capacidad e incapacidad civil de las personas individuales. Capacidad a) Defi
nición: Es la aptitud para ser titular de facultades y deberes. b) Clasificación: La
capacidad jurídica puede ser de dos clases: 1) Capacidad de goce o de derecho: es
la facultad que las normas jurídicas reconocen a la persona jurídica individual par
a poder adquirir deberes y derechos. Capacidad que vista aisladamente constituye
una parte de la capacidad total, ya que está limitada al goce y no al ejercicio d
irecto. La capacidad de goce se adquiere desde el momento de la concepción del nue
vo ser y se mantiene, generalmente, como única hasta que se cumpla la mayoría de eda
d (véase el artículo 8° del Código Civil). 2) Capacidad de ejercicio, de hecho o de obra
r: es el reconocimiento legal para el ejercicio directo de los deberes y faculta
des, que generalmente se adquiere con la mayoría de edad, la cual es común obtenerla
entre los 18 y 21 años –para nuestra legislación es a los 18 años– (véase el artículo cita
anteriormente). c) Causas modificativas de la capacidad: Son circunstancias dete
rminantes de la capacidad: el sexo (ahora, por la evolución de las instituciones j
urídicas, sin mayor relevancia, salvo los casos de capacidades relativas, en que a
la mujer se le habilita a más temprana edad para contraer matrimonio, por ejemplo
); la edad (que es determinante para fijar la mayoría de edad y autorizar a los me
nores para la celebración de ciertos actos); la nacionalidad (también ahora sin mayo
r importancia para los efectos civiles, a no ser en ciertos casos de excepción: lo
s extranjeros no pueden ser propietarios o poseedores de los bienes inmuebles a
que se refiere el artículo 123 de la Constitución Política de la República de Guatemala,
obligada publicidad del matrimonio que desean contraer en el
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país según el artículo 96 del Código Civil); el domicilio (uno de cuyos efectos principa
les es el de precisar el lugar o lugares en que se han de cumplir las obligacion
es); el parentesco (que generalmente da lugar a ciertas prohibiciones: marido y
mujer no pueden celebrar contratos de compraventa entre sí, o determina el orden d
e la prestación de alimentos o de la sucesión intestada, por ejemplo); y, enfermedad
es físicas y mentales (estas últimas, en especial, pueden tener relevancia cuando al
canzan a constituir causa de incapacitación).
Incapacidad a) Definición: Es el defecto o falta total de capacidad, de aptitud le
gal para ejercer derechos y contraer obligaciones. b) Clasificación: Al igual que
la capacidad, la incapacidad puede ser: 1) Incapacidad de goce: que no es más que
la prohibición legal o la ineptitud personal que priva de poder ser titular de det
erminado derecho. Así, la indignidad constituye incapacidad para gozar de la suces
ión. 2) Incapacidad de ejercicio: es la imposibilidad jurídica de ejercer directamen
te el derecho del cual se es titular, que requiere para su efectividad un repres
entante legal o la asistencia de determinada persona. c) Declaración judicial del
estado de interdicción: Es el estado de una persona a quien judicialmente se ha de
clarado incapaz, privándola de ciertos derechos, bien por razón de enfermedad mental
, congénita o adquirida, que la despoja de discernimiento o por abuso de bebidas a
lcohólicas o de estupefacientes, si la persona se expone ella misma o expone a su
familia a graves perjuicios económicos. Esta declaración se tramita a través del proce
so judicial especial, en jurisdicción voluntaria, denominado “declaratoria de incapa
cidad”, de conformidad con lo establecido en los artículos 406 al 410 del Código Proce
sal Civil y Mercantil. d) Regulación legal: Todo lo relativo a la capacidad o a la
incapacidad se encuentra regulado en los artículos 8° al 14, 81, 94, 218, 259, 303
y 1619 del Código Civil; 150 del Código de Trabajo; y, 143, 406 al 410 del Código Proc
esal Civil y Mercantil.
5. Estado civil. a) Definición: Es la situación en que se encuentra la persona, dent
ro de la sociedad, en relación con los diferentes derechos o facultades y
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obligaciones o deberes que le atañen. Toda persona jurídica individual tiene un esta
do civil, comprendiendo como tal a la relación que guarda ésta con la familia (solte
ro, casado, padre, hijo, abuelo, etc.), con el Estado (nacional o extranjero) y
consigo misma (capaz o incapaz). b) Características: 1) Significado personal: incl
uso cuando se deriva de instituciones con propios principios (por ejemplo: matri
monio, filiación, nacionalidad), pues afecta a la capacidad de obrar. Cada persona
ha de ser encajada en alguna de las casillas que contienen los distintos tipos
de estado, para saber el trato jurídico que le corresponde. 2) Su regulación se cons
idera de orden público: se hace mediante disposiciones imperativas, que excluyen f
undamentalmente la autonomía de la voluntad. 3) Ha de tener eficacia general: la q
ue se procura ordenando y facilitando la inscripción de todos los hechos concernie
ntes al estado civil de las personas y haciendo posible su conocimiento a cualqu
ier interesado. c) Medios de comprobación: De conformidad con lo regulado en el pr
imer párrafo del artículo 371 del Código Civil las “certificaciones de las actas del Reg
istro Civil prueban el estado civil de las personas”. d) Posesión notoria de estado:
La posesión de estado no es más que el conjunto de circunstancias de hecho que pose
en valor de derecho en relación con el estado civil de las personas. Así, pues, nues
tro Código Civil, artículo 223, establece que: “Para que haya posesión notoria de estado
se requiere que el presunto hijo haya sido tratado como tal por sus padres o lo
s familiares de éstos y que, además, concurra cualquiera de las circunstancias sigui
entes: 1° Que hayan proveído a su subsistencia y educación; 2° Que el hijo haya usado, c
onstante y públicamente, el apellido del padre; y, 3° Que el hijo haya sido presenta
do como tal en las relaciones sociales de la familia”. e) Acciones del estado civi
l: La expresión acciones de estado debería, en realidad, referirse a la facultad de
toda persona para exigir el reconocimiento de cualesquiera de los estados que co
nforme a la ley pueda tener (por ejemplo: estado de nacionalidad, estado de libe
rtad). No obstante, se acepta en el derecho civil restringiéndola a ciertos aspect
os del estado de familia, denominándolas generalmente acciones del estado civil. E
n ese orden de ideas, la acción de estado no es más que la acción procesal típica del de
recho de las personas y de familia y que sirve para dilucidar el estado de las p
ersonas. Las acciones del estado civil son las que tienen por objeto las cuestio
nes relativas al nacimiento, defunción, matrimonio o nulidad de éste, unión de hecho,
filiación, reconocimiento de preñez, tutela, adopción, divorcio y separación, patrimonio
familiar y ausencia; en segundo lugar para modificar, rectificar o anular los a
ctos del Registro Civil; y, en tercero para garantizar, impedir o restituir en e
l goce a los poseedores de un estado.
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6. Identificación de la persona: a) El nombre: La identificación de la persona (apar
te de los rasgos naturales que la caracterizan), se obtiene mediante el nombre,
que es el medio de individualizarla en las relaciones familiares y sociales, así c
omo en las jurídicas. En ese orden de ideas, el artículo 4° del Código Civil, reformado
por el artículo 1 del Decreto Número 38-95 del Congreso de la República, en la parte c
onducente de su primer párrafo expresa que: “La persona individual se identifica con
el nombre con que se inscriba su nacimiento en el Registro Civil,...”. Sin embarg
o, es menester aclarar que el nombre, por sí solo, no cumple su objeto fundamental
: identificar, sin lugar a dudas, a la persona, dado, por ejemplo, que pueden ex
istir varias personas con los mismos nombres propios y apellidos (homónimos). Es p
or ello que se han ideado sistemas complementarios de identificación, utilizándose,
aislada o conjuntamente, huellas digitales y fotografías, y en algunas oportunidad
es, números. En Guatemala, la cédula de vecindad y el pasaporte son documentos que l
a ley acepta como medios para identificar a una persona, y se ha generalizado la
práctica de aceptar con ese objeto la licencia de conducir. La ley también permite
como sistema complementario de identificación de una persona, dos testigos conocid
os por el notario y, por ende, de la persona que interviene en el instrumento públ
ico (véase el artículo 29, numeral 9, del Código de Notariado; así como la Ley de Cédula d
e Vecindad y su reglamento). b) Origen y definición: En épocas remotas, el nombre co
nstaba de una sola palabra (por ejemplo: Noé, Abraham, Ciro, Nabucodonosor), y no
era transmisible ni significaba nexo familiar alguno. Los romanos idearon y regu
laron un sistema completo (quizá el más completo) del nombre, que consistía en integra
rlo de la siguiente manera: prenombre (nombre propio o de pila), nombre (especie
de apellido común) y conombre (segundo nombre), utilizado por la escasez de preno
mbres masculinos. Posteriormente, al desaparecer el imperio romano, volvió a utili
zarse el sistema de un solo nombre. En la época moderna, el nombre propio y los ap
ellidos constituyen la esencia de cada sistema. Los nombres propios (Juan, María,
José, Inés, por ejemplo) surgieron como denominaciones aisladas. Los apellidos, en c
ambio, surgieron como derivaciones de nombres propios (Rodríguez, de Rodrigo; López,
de Lope), por referencia a ciudades o regiones (Madrid, Valencia, Galicia), a c
olores (Blanco, Moreno), a minerales (Mármol), a plantas (Olivares, Olmo), a carac
terísticas personales (Calvo, Izquierdo, Lerdo) o por otra clase de referencias (C
uevas, Bosque, Peña, León), sin que sean escasos los apellidos de cuya derivación se d
esconoce el origen. Ahora bien, diremos que nombre, en sentido amplio, engloba e
l nombre propio y los apellidos, está constituido por el conjunto de palabras con
las que, en el plano jurídico y con carácter oficial, se identifica y designa a cada
persona. En
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sentido estricto —conocido también como nombre propio— individualiza a la persona, dis
tinguiéndola en su caso de los restantes hijos de los mismos padres. El nombre de
la persona es el que se otorgue al nacido, el que se imponga en el momento de la
inscripción de nacimiento. La elección se deja al libre arbitrio de las personas co
n potestad para imponerlo, siempre que no dificulte la identificación de la person
a. De modo excepcional, se puede instar el cambio de nombre propio, requiriéndose
para ello una causa justificada y que no provoque perjuicio a terceros. Así, pues,
el Código Civil en su artículo 4°, reformado por el artículo 1 del Decreto Número 38-95 d
el Congreso de la República, nos explica que el nombre “se compone del nombre propio
y del apellido de sus padres casado o del de sus padres no casados que lo hubie
ren reconocido. Los hijos de madre soltera serán inscritos con los apellidos de ésta
. Los hijos de padres desconocidos serán inscritos con el nombre que les dé la perso
na o institución que los inscriba”. Lo interesante de la reforma es que, erradicando
todo tipo de discriminación y en concordancia con el principio constitucional de
igualdad, ahora permite a la madre soltera inscribir a su hijo menor de edad con
sus dos apellidos, evitando así lo molesto que resulta decir la famosa frase “de únic
o apellido”. c) El sobrenombre y seudónimo: El sobrenombre, alias o apodo, se caract
eriza, a diferencia del seudónimo como veremos más adelante, en que por regla genera
l es impuesto a determinada persona por otra u otras, en expresión que se generali
za, casi siempre con el objeto de poner de manifiesto una característica personal
o cierta actividad a la cual se dedica quien recibe el sobrenombre (por ejemplo:
el manco, el cojo, el chato). Por su parte, el seudónimo (etimológicamente, falso n
ombre) es una autodenominación distinta del nombre verdadero, del nombre legal; es
un nombre especial creado y popularizado por impulso propio. No siempre consist
e el seudónimo en uno o varios nombre y apellidos; puede consistir en simples inic
iales o en designación especial que viene a ser en realidad un sobrenombre autoimp
uesto. Generalmente, el seudónimo es utilizado por los hombres de letras y los art
istas, y en menor grado por deportistas y políticos (por ejemplo: Salomé Jil cuyo ve
rdadero nombre era José Milla y Vidaurre, o Charlie Sheen cuyo verdadero nombre es
Carlos Irwin Estévez). d) Escuelas que explican la naturaleza jurídica del nombre:
1) Institución de policía civil: es el criterio de Planiol, quien pone énfasis en la o
bligatoriedad del nombre. Esta designación oficial es una medida que se toma tanto
en interés de la persona como en interés de la sociedad a que pertenece. La ley lo
establece, más que en interés de la persona, en interés general, y es para ella una in
stitución de policía, la forma obligatoria de la designación de las personas. Por supu
esto, la palabra policía ha de entenderse, no en el sentido corriente, sino como p
oder que tiene el Estado para utilizar medios que le permitan un adecuado contro
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del estado civil de las personas que nacen en su territorio, y en ciertos casos
fuera de él. 2) Derecho de propiedad: en virtud que el nombre pertenece a la perso
na a quien se le ha asignado (nombre propio) o por la ley le corresponde (apelli
do); no obstante que otra u otras tengan el mismo nombre, que también les pertenec
e, es lógico que sea considerado como un derecho de propiedad, exclusivo e inviola
ble. Las expresiones mi nombre, su nombre, parecen afianzar esta opinión. 3) Atrib
uto de la persona: así es considerado por quienes opinan que la persona no es un c
oncepto creado por el derecho, sino preexistente a éste, que no hace más que admitir
lo, y reconocer sus cualidades características. 4) Derecho de familia: esta opinión
adhiere el nombre a la familia que lo usa, no importando, o, dicho en otra forma
, sin tener relevancia la repetición del mismo en otra u otras familias, porque la
filiación es determinante para su uso exclusivo, por lo cual viene a ser el signo
interior distintivo del elemento del estado de las personas que resulta de la f
iliación. e) Características: 1) Oponible erga omnes: su oponibilidad contra todos,
o, en otras palabras, ser exclusivo de la persona que lo usa para identificarse
(sin perjuicio, como antes quedó expuesto, de la posibilidad de homónimos, que a su
vez pueden ejercitar el mismo derecho en lo que a ellos concierne). 2) No tiene
estimación pecuniaria: es decir, su inestimabilidad en dinero. 3) Expresa una rela
ción familiar: aunque excepcionalmente puede no suceder así, como en el caso de camb
io de nombre y de los expósitos a quienes se les da un apellido distinto al que le
s corresponde. 4) Su obligatoriedad: si no determinante en cuanto al uso del mis
mo, dados los casos de uso público de nombre distinto al inscrito en el registro,
sí en lo concerniente a la obligación de registrar el nombre asignado. 5) Su inmutab
ilidad: en cuanto a su objeto. 6) Imprescriptible: es decir, que no se puede pre
scribir. 7) Intransmisible: por acto entre vivos, ha de entenderse. f) Cambio de
nombre e identificación de persona: Expresa nuestro Código Civil en su artículo 6° que:
“Las personas no pueden cambiar sus nombres sino con autorización judicial. La pers
ona a quien perjudique un cambio de nombre, puede oponerse a la pretensión del sol
icitante en la forma que dispone el Código Procesal Civil y Mercantil”. Para el trámit
e del cambio de nombre deberá seguirse en jurisdicción voluntaria judicial o notaria
l (véanse los artículos 401 al 405, 438 y 439 del Código Procesal Civil y Mercantil; y
, 1 al 7, 18 al 20 de la Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de J
urisdicción Voluntaria); sin embargo, si el trámite se hace en la vía judicial la soli
citud se deberá presentar ante un Juez de Primera Instancia del Ramo Civil, de con
formidad con el artículo 24 del CPCYM. Ahora bien, sigue expresado el Código Civil,
artículo 5°, modificado por el artículo 1° del Decreto-Ley Número 72-84, que: “El que const
nte y públicamente use nombre propio o apellido distinto del que consta en su part
ida de nacimiento, o use incompleto su nombre, u omita
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alguno de los apellidos que le corresponden, puede establecer su identificación po
r medio de declaración jurada hecha en escritura pública, por la misma persona si fu
ere mayor de edad o por sus padres que ejercieren la patria potestad. También podrá
hacerse por cualquiera que tenga interés en la identificación conforme el procedimie
nto establecido por el Código Procesal Civil y Mercantil”. La norma transcrita es cl
ara, ya que si la identificación es realizada por la misma persona o sus represent
antes legales –si fuere menor de edad–, ésta deberá constar mediante declaración jurada he
cha escritura pública ante notario hábil; empero, si la identificación es hecha por cu
alquier persona que tenga interés en la misma, ésta se hará a través del proceso especia
l de jurisdicción voluntaria, ya sea en la vía judicial o en la vía notarial (véanse los
artículos 24, 401 al 405, 440 al 442 del CPCYM). El primer caso se conoce en la p
ráctica como Identificación de la propia persona o, simplemente, Identificación de per
sona, y el segundo caso se conoce también en la práctica como Identificación de un ter
cero o, llanamente, Identificación de tercero. g) Regulación legal: Todo lo relativo
a la identificación de la persona está regulado por los artículos 4° al 6°, y 404 del Códi
o Civil; 24, 401 al 405, 438 al 442 del CPCYM; y, 1 al 7, 18 al 20 de la Ley Reg
uladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria.
7. El domicilio. a) Definición: El Código Civil (artículo 32) establece que el domicil
io “se constituye voluntariamente por la residencia en un lugar con ánimo de permane
cer en él”. Más sencillamente diremos que el domicilio es la circunscripción departament
al en la cual radica la persona jurídica individual, para determinar a qué autoridad
es judiciales y administrativas está sometida. b) Elementos: 1) Elemento de carácter
espacial: o sea la residencia de una persona en un lugar determinado. 2) Elemen
to de carácter temporal: que consiste en la habitualidad de ese residir. 3) Elemen
to de carácter intencional: la intención de permanecer, que se descubre generalmente
a través del anterior, pero que tiene autonomía y puede acreditarse por otros medio
s. c) Clasificación: 1) Voluntario o real: cuando la persona fija determinado domi
cilio o renuncia al legal, para el cumplimiento de algunas obligaciones. 2) Lega
l, necesario o derivado: dispuesto por la ley. 3) Especial, de elección, electivo
o contractual: es el que las personas, en sus contratos, pueden designar para el
cumplimiento de las obligaciones que éstos originen. 4) Judicial: el que se estab
lece por autoridad judicial.
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d) Diferencia entre domicilio, residencia y vecindad: Como dijimos al principio
el domicilio lo constituye la circunscripción departamental en la cual una persona
reside; por su parte la residencia (o habitación) no es más que el edificio o parte
de él que se destina a la vivienda; y, por último, vecindad es la circunscripción mun
icipal en que una persona reside y se rige por las mismas leyes que el domicilio
. e) Regulación legal: Todo lo relacionado con el domicilio está enmarcado del artícul
o 32 al 41 del Código Civil.
8. Ausencia. a) Definición: El Código Civil (artículo 42) precisa el concepto de ausen
cia en los siguientes términos: “Es ausente la persona que se halla fuera de la Repúbl
ica y tiene o ha tenido su domicilio en ella. Se considera también ausente, para l
os efectos legales, la persona que ha desaparecido de su domicilio y cuyo parade
ro se ignora”. b) Clasificación: 1) Declaración de ausencia para la representación en ju
icio: que se refiere al simple hecho de que la persona obligada en alguna forma
o con derechos susceptibles de ser ejercitados en la República, se ausente de ella
y no deje mandatario con facultades suficientes para hacer valer esos derechos
o cumplir con las respectivas obligaciones (véase el artículo 43 del Código Civil). 2)
Declaración de ausencia para la guarda y administración de bienes del ausente: que
se da cuando una persona ausente tenga bienes que deban ser administrados. Esta
declaración puede hacerse a instancia de cualquier persona capaz o la Procuraduría G
eneral de la Nación. c) Declaración de la ausencia: Como vimos anteriormente, existe
n dos casos de declaración de ausencia. En el primer caso, la declaración de ausenci
a tendrá como único objeto nombrar defensor judicial al ausente para los casos en qu
e deba responder a una demanda o hacer valer algún derecho en juicio, nombramiento
que recaerá preferentemente en el mandatario sin facultades suficientes que hubie
se dejado, y en su defecto en una persona de notaria honradez, arraigo y compete
ncia. Las funciones del defensor judicial están circunscritas al litigio de que se
trate. Su actuación termina desde que termine el litigio en que se le nombro, o b
ien desde que se provea de guardador de bienes al ausente o desde que éste se aper
sona por sí o por medio de apoderado con facultades suficientes. En el segundo cas
o, el Código Civil tiene poca claridad y precisión en el desarrollo de este apartado
, cuyos aspectos procesales sí son tratados ordenada y lógicamente en el Código Proces
al Civil y Mercantil. Conforme a la primera de dichas leyes, pueden distinguirse
los siguientes aspectos:
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la denuncia de la ausencia puede hacerla cualquier persona capaz o la Procuraduría
General de la Nación, cuando el ausente tenga bienes que deban ser administrados;
el nombramiento, por el juez, de un defensor específico que exclusivamente tendrá a
su cargo la representación judicial del presunto ausente, y de un depositario, qu
e puede ser el mismo defensor (si el ausente hubiese dejado apoderado sin facult
ades suficientes, se procederá como en los casos de declaración de ausencia para rep
resentación en juicio); la declaración de la ausencia, que conlleva el nombramiento
definitivo de guardador de los bienes del ausente, la representación de éste será asum
ida por el guardador, cesando en sus cargos el defensor específico y el depositari
o provisional (el representante del ausente, o sea el guardador, es administrado
r de los bienes de aquél y tiene las mismas obligaciones, facultades y prohibicion
es de los tutores, en lo que fuere aplicable); la terminación del cargo de guardad
or de los bienes, que puede ocurrir cuando se apersona el ausente por sí o por med
io de apoderado, cuando se extinguen los bienes o dejan de pertenecer al ausente
, cuando fallezca el guardador, se le admita la renuncia o se le remueva del car
go, en cuyos casos el juez procederá de oficio a nombrar nuevo guardador y cuando
se da la administración de los bienes a los parientes; y, la remoción del guardador,
que puede ser solicitada por la Procuraduría General de la Nación y los parientes d
el ausente, denunciando al juez las causas de la remoción. d) Regulación legal: Todo
lo relativo a la ausencia está regulado en los artículos 42 al 77 del Código Civil; 4
01 al 405, 411 al 417 del Código Procesal Civil y Mercantil; 1 al 10 de la Ley Reg
uladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria; y, 1 del D
ecreto Número 25-97 del Congreso de la República de Guatemala.
9. Personas jurídicas colectivas, morales, sociales o abstractas. a) Definición: Son
las asociaciones o instituciones formadas para la consecución de un fin y reconoc
idas por el ordenamiento jurídico como sujetos de derecho. En ese orden de ideas,
el artículo 16 del Código Civil establece que: “La persona jurídica forma una entidad ci
vil distinta de sus miembros individualmente considerados; puede ejercitar todos
los derechos y contraer las obligaciones que sean necesarias para realizar sus
fines y será representada por la persona u órgano que designe la ley, las reglas de
su institución, sus estatutos o reglamentos, o la escritura social”. b) Clasificación:
El Código Civil vigente, en su artículo 15, dispone que son personas jurídicas: “1° El Es
tado, las municipalidades, las iglesias de todos los cultos, la Universidad de S
an Carlos y las demás instituciones de Derecho Público creadas o reconocidas por la
ley; 2° Las fundaciones y
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demás entidades de interés público creadas o reconocidas por la ley; 3° Las asociaciones
sin finalidades lucrativas, que se proponen promover, ejercer y proteger sus in
tereses sindicales, políticos, económicos, religiosos, sociales, culturales, profesi
onales o de cualquier otro orden, cuya constitución fuere debidamente aprobada por
la autoridad respectiva. Los patronatos y los comités para obras de recreo, utili
dad o beneficio social creados o autorizados por la autoridad correspondiente, s
e consideran también como asociaciones; y, 4° Las sociedades, consorcios y cualesqui
era otras con fines lucrativos que permitan las leyes”. c) Creación, nombre, capacid
ad, domicilio, duración y extinción: 1) Creación: el acto de creación de toda persona ju
rídica colectiva está necesariamente precedido de un proceso de volición, de uno o var
ios órganos estatales si se trata de la formación de un ente de derecho público, o de
una o varias personas individuales si se trata de la formación de un ente de derec
ho privado (fundación, una voluntad; asociación, varias voluntades, por ejemplo). Cu
ando ese proceso formativo culmina en la decisión de organizar y dar vida a una nu
eva persona jurídica colectiva, se procede, ya en los caminos del derecho, a la el
aboración de un proyecto de ley, de un acta constitutiva, de un proyecto de estatu
tos o de escritura pública, según la naturaleza de la misma. 2) Nombre: es necesaria
la identificación plena de las personas, sean estas individuales o colectivas, y
para el caso de las colectivas, casi siempre el mismo, está ligado a la actividad
o finalidad que desempeñan o persiguen. Por ejemplo: Colegio de Abogados y Notario
s de Guatemala, Universidad de San Carlos de Guatemala, Ingenio Azucarero “La Espe
ranza”, Sociedad Anónima, etc. 3) Capacidad: es la aptitud para ser sujetos de derec
hos y obligaciones de acuerdo a la naturaleza de la persona jurídica colectiva. Es
de advertir, que la capacidad de este tipo de personas está circunscrita al objet
ivo que persiguen y que les ha sido reconocido, no pudiendo actuar fuera de tal
marco de referencia, salvo que tengan relación íntima con su finalidad. La persona j
urídica colectiva tiene capacidad de goce, la cual está limitada al objetivo o final
idad que persigue y por consiguiente su representación siempre corresponde a una p
ersona jurídica individual, que reúna los requisitos que para el efecto establecen l
as leyes, según la naturaleza de la misma: Comité Ejecutivo, Gerente, Mandatario Jud
icial, etc. 4) Domicilio: ya indicamos que es la circunscripción departamental en
la cual radica la persona, con el objeto de determinar las autoridades judiciale
s y administrativas a que queda sometida. 5) Duración: ésta está determinada en el ins
trumento que da nacimiento a la persona jurídica colectiva; algunas veces puede se
r por un plazo determinado o, caso contrario, por un término indefinido. 6) Extinc
ión: de las personas jurídicas colectivas que enumera el artículo 15, el Código Civil so
lamente se refiere en forma expresa a la extinción de las asociaciones, disponiend
o que podrán disolverse por la voluntad de la mayoría de sus miembros y por las caus
as que determinan sus estatutos, y que los bienes que le
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pertenezcan tendrán el destino previsto en esas normas, y si nada se hubiese dispu
esto, serán considerados como bienes vacantes y aplicados a los objetos que determ
ine la autoridad que acuerde la disolución (artículos 25 y 26 del Código Civil). La cl
ausura, conforme el artículo 31 del citado código, de las compañías o asociaciones extra
njeras establecidas en Guatemala, no puede entenderse como disolución, sino como e
l fin de la autorización concedida para ejercer sus actividades en el país. d) Regul
ación legal: Todo lo concerniente a las personas jurídicas colectivas está regulado di
stintas Leyes, como por ejemplo: el Código Civil, el Código de Comercio, la Ley Gene
ral de Cooperativas, entre las más importantes.
10. De la familia. a) Definición: La familia es aquella institución que, asentada so
bre el matrimonio, enlaza, en una unidad total, a los cónyuges y sus descendientes
para que, presidida por los lazos de la autoridad y sublimada por el amor y res
peto, se dé satisfacción a la conservación, propagación y desarrollo de la especie human
a en todas las esferas de la vida. b) Derecho de Familia: Es la parte o rama del
Derecho Civil relativa a los derechos y deberes y, en general, a la institución f
undamental que la familia constituye en toda sociedad. c) Su ubicación en la siste
mática jurídica: Tradicionalmente –y es esa la postura de nuestro Derecho– ha sido consi
derada la familia como una parte, quizá la más importante, del derecho civil; o sea,
como una parte del derecho privado. d) La tesis de Antonio Cicu: Ésta afirma que
el derecho de familia debe ser estudiado y expuesto sistemáticamente fuera del der
echo privado así como del derecho público; creándose así una tercera rama, autónoma e inde
pendiente a las otras dos grandes ramas en que tradicionalmente se divide el Der
echo.
11. El matrimonio. a) Definición: El artículo 78 del Código Civil no expresa que: “El ma
trimonio es una institución social por la que un hombre y una mujer se unen legalm
ente, con ánimo de permanencia y con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y
educar a sus hijos y auxiliarse entre sí”.
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b) Naturaleza jurídica del matrimonio: Existen tres criterios para determinar la n
aturaleza jurídica del matrimonio, los cuales son: 1) El matrimonio es un acto juríd
ico mixto o negocio jurídico complejo: ésta es la opinión que acepta el civilista hond
ureño Gautama Fonseca, quien la expone en los siguientes términos: “Se distinguen en e
l Derecho los actos jurídicos privados, los actos jurídicos públicos y los actos jurídic
os mixtos. Los primeros se realizan por la intervención exclusiva de los particula
res; los segundos por la intervención de los órganos estatales; y, los terceros por
la concurrencia tanto de particulares como de funcionarios públicos en el acto mis
mo, haciendo sus respectivas manifestaciones de voluntad. El matrimonio es un ac
to mixto debido a que se constituye no sólo por el consentimiento de los consortes
, sino también por la intervención que tiene el Alcalde municipal. Este órgano del Est
ado desempeña un papel constitutivo y no simplemente declarativo, pues podemos dec
ir que si se omitiese en el acto respectivo la declaración que debe hacer el citad
o funcionario, no existiría desde el punto de vista jurídico”. 2) El matrimonio es un
contrato: es tesis de origen canónico, del derecho de la Iglesia, la cual, a fines
del Imperio romano, en lucha contra la posibilidad de proliferación de la bigamia
, hizo obligatorias las proclamas de matrimonio, y más tarde (Concilio de Trento,
1563) obligó a la celebración pública del mismo, ante párroco y en presencia de dos test
igos (concepción del matrimonio adoptada por la Revolución francesa; se trata, dicen
sus seguidores, de un contrato especialísimo, en el que es un elemento básico el co
nsentimiento). 3) El matrimonio es una institución: un numeroso sector doctrinario
sustenta esta opinión; debe partirse de un punto de vista: el matrimonio como ins
titución, o, dicho en otra forma, la institución del matrimonio, no constituye una p
ersona jurídica del tipo institucional. La palabra institución se emplea, respecto a
l matrimonio, en el sentido de una situación o estado regida por un conjunto espec
ial de reglas impuestas por el Estado. Conforme a la legislación de Guatemala, el
matrimonio es una institución social, es decir, que nuestro Derecho acepta este cr
iterio. c) Clasificación del matrimonio: 1) El matrimonio religioso: que sólo admite
el matrimonio celebrado ante la autoridad eclesiástica, o por lo menos sólo al mism
o reconoce efectos. 2) El matrimonio civil: surgido de la Revolución francesa, que
establece la obligatoriedad del matrimonio civil (en su variedad pura, debe cel
ebrarse antes que el religioso, sin ser éste de ninguna manera obligatorio; otra v
ariedad admite que pueda celebrarse después del religioso). 3) El matrimonio mixto
: surgido como resultado de la existencia y reconocimiento de los matrimonios re
ligioso y civil, a manera de que, en casos determinados, uno u otro surtan pleno
s efectos. Las variedades de este sistema son: el sistema de matrimonio civil fa
cultativo (varón y mujer pueden casarse a su elección ante un ministro religioso o a
nte un funcionario del Estado) y el sistema del matrimonio
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civil por necesidad (cuando admite el matrimonio civil solamente para las person
as que no profesan la religión del Estado, la religión oficial). d) Requisitos legal
es para su celebración: 1) Requisitos personales para la validez del matrimonio: e
stos requisitos son: el consentimiento expreso de ambos contrayentes (artículos 81
al 84, 94 y 99 del Código Civil; y, 425 del Código Procesal Civil y Mercantil); la
capacidad de los contrayentes para contraer matrimonio (artículos 81 al 84, y 94 d
el Código Civil); que no existan impedimentos matrimoniales (artículos 88 al 91 del
Código Civil); y, que no exista insubsistencia del matrimonio (artículo 144 del Código
Civil). 2) Requisitos formales y solemnes para la validez del matrimonio: estos
requisitos son: los requisitos formales, o sea, el expediente matrimonial (artícu
los 92 al 97 del Código Civil); y, los requisitos solemnes, o sea, la celebración de
l matrimonio (artículos 98 y 99 del Código Civil). e) Deberes y derechos que nacen d
el matrimonio: 1) Derechos y obligaciones de ambos cónyuges: el vivir juntos, esto
es, hacer vida en común, cohabitar; el procrear, alimentar y educar a los hijos –el
derecho y la obligación de alimentar a los hijos deben entenderse extensivos a lo
s hijos por adopción–; el auxiliarse entre sí; la representación conyugal; la obligación d
e atender y de cuidar a los hijos, durante la minoría de edad de estos últimos; y, l
a fidelidad recíproca entre los cónyuges (artículos 78, 109, 110, último párrafo, 155, num
eral 1°, y 230 del Código Civil). 2) Derechos y obligaciones del esposo: el marido t
iene la obligación de proteger y de asistir a su mujer y de suministrarle todo lo
necesario para el sostenimiento del hogar de acuerdo con sus posibilidades económi
cas (artículo 110, primer párrafo, del Código Civil); y, Derechos y obligaciones de la
esposa: la mujer tiene el derecho de agregar a su propio apellido el de su cónyug
e y de conservarlo siempre, salvo que el matrimonio se disuelva por nulidad o po
r divorcio; tiene, asimismo, la obligación de contribuir equitativamente al sosten
imiento del hogar, si tiene bienes propios o desempeña algún empleo, profesión, oficio
o comercio –sin embargo, deberá cubrir todos los gastos con los ingresos que reciba
, si el marido estuviere imposibilitado para trabajar y careciere de bienes prop
ios–; tiene el derecho preferente sobre el sueldo, salario o ingresos del marido (
de cualquier naturaleza), por las cantidades que correspondan para alimentos de
ella y de sus hijos menores; y, el derecho a desempeñar un empleo, ejercer una pro
fesión, industria, oficio o comercio –esto en virtud al principio de igualdad, ya qu
e la excepción que impedía este derecho quedó derogada por el artículo 2 del Decreto Númer
o 27-99 del Congreso de la República– (artículos 108, 111 y 112 del Código Civil). f) Re
gulación legal: Todo lo relativo al matrimonio está regulado en los artículos 47, 49 y
56 de la Constitución Política de la República de Guatemala; y, 78 al 172 del Código Ci
vil.
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12. Impedimentos para contraer matrimonio. a) Insubsistencia del matrimonio: Según
el Código Civil, en enumeración tipificante de casos de insubsistencia del matrimon
io, tienen impedimento absoluto para contraer matrimonio (artículo 88): “1° Los parien
tes consanguíneos en línea recta y en la colateral, los hermanos y medio hermanos; 2°
Los ascendientes y descendientes que hayan estado ligados por afinidad; y, 3° Las
personas casadas y las unidas de hecho con persona distinta de su conviviente, m
ientras no se haya disuelto legalmente esa unión”. La declaratoria de insubsistencia
puede hacerla de oficio el juez, con intervención de los cónyuges y de la Procuradu
ría General de la Nación (artículo 144). Asimismo, el Código Civil en su artículo 89 trata
de los casos en que no podrá ser celebrado el matrimonio. Nótese la diferencia. Los
casos de insubsistencia están referidos a la relación parental entre las personas q
ue pretenden contraer matrimonio, en los casos anteriores expuestos. Las de proh
ibición de que el matrimonio sea celebrado, inciden en responsabilidad del funcion
ario que autorice el acto, no obstante la existencia del impedimento, y de las p
ersonas culpables de la infracción, según lo dispuesto en el artículo 90. b) Anulabili
dad del matrimonio: Expresa el Código Civil (artículo 145) que es anulable el matrim
onio: “1° Cuando uno o ambos cónyuges han consentido por error, dolo o coacción; 2° Del qu
e adolezca de impotencia absoluta o relativa para la procreación, siempre que por
su naturaleza sea perpetua, incurable y anterior al matrimonio; 3° De cualquier pe
rsona que padezca incapacidad mental al celebrarlo; y, 4° Del autor, cómplice o encu
bridor de la muerte de un cónyuge, con el cónyuge sobreviviente”. c) Diferencias: Como
expresamos anteriormente, los casos de insubsistencia están referidos a la relación
parental entre las personas que pretenden contraer matrimonio y procede antes d
e la realización del mismo; en cambio la anulabilidad es una condición del matrimoni
o –por supuesto ya celebrado éste– que puede ser declarado nulo e ineficaz por existir
en la constitución del mismo un vicio (error, dolo o coacción), defecto (impotencia
sexual o incapacidad mental) o circunstancia delictiva anterior (el partícipe en
un delito doloso que produzca la muerte de un cónyuge y que pretenda casarse con e
l cónyuge supérstite) capaz de producir tal resultado. d) Regulación legal: Todo lo re
lacionado con este punto está regulado en los artículos 88 al 91, 144 al 150, 370, 4
23, último párrafo, y 1257 al 1268 del Código Civil.
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13. Regímenes económicos del matrimonio. a) Definición: Con esa designación se alude con
cretamente a la organización patrimonial que rige el matrimonio dentro de los dive
rsos sistemas legales adoptados por cada país. b) Regímenes que adopta nuestra legis
lación: 1) Comunidad absoluta: en el régimen de comunidad absoluta, todos los bienes
aportados al matrimonio por los contrayentes o adquiridos durante el mismo, per
tenecen al patrimonio conyugal y se dividirán por mitad al disolverse el matrimoni
o. Bajo este régimen, ambos cónyuges administrarán el patrimonio conyugal, ya sea en f
orma conjunta o separadamente. Cada cónyuge tiene la libre disposición de los bienes
que se encuentren inscritos a su nombre en los registros públicos, sin perjuicio
de responder ante el otro por la disposición que hiciere de los bienes comunes. 2)
Separación absoluta: en el régimen de separación absoluta cada cónyuge conserva la prop
iedad y administración de los bienes que le pertenecen y será dueño exclusivo de los f
rutos, productos y accesiones de los mismos. Serán también propios de cada uno de lo
s cónyuges los salarios, sueldos, emolumentos y ganancias que obtuviere por servic
ios personales o en el ejercicio del comercio o industria. 3) Comunidad de ganan
ciales: mediante el régimen de comunidad de gananciales, el marido y la mujer cons
ervan la propiedad de los bienes que tenían al contraer matrimonio y de los que ad
quieren durante él, por título gratuito o con el valor de unos y otros; pero harán suy
os por mitad, al disolverse el patrimonio conyugal los bienes siguientes: 1° Los f
rutos de los bienes propios de cada uno de los cónyuges, deducidos los gastos de p
roducción, reparación, conservación y cargas fiscales y municipales de los respectivos
bienes; 2° Los que se compren o permuten con esos frutos, aunque se haga la adqui
sición a nombre de uno solo de los cónyuges; y, 3° Los que adquiera cada cónyuge con su
trabajo, empleo, profesión o industria. A falta de capitulaciones matrimoniales so
bre los bienes, se entenderá contraído el matrimonio bajo el régimen de comunidad de g
ananciales (régimen subsidiario). Al igual que en la comunidad absoluta, bajo este
régimen, ambos cónyuges administrarán el patrimonio conyugal, ya sea en forma conjunt
a o separadamente. Cada cónyuge tiene la libre disposición de los bienes que se encu
entren inscritos a su nombre en los registros públicos, sin perjuicio de responder
ante el otro por la disposición que hiciere de los bienes comunes. c) Capitulacio
nes matrimoniales y esponsales: 1) Capitulaciones matrimoniales: expone el artícul
o 117 del Código Civil que: “Las capitulaciones matrimoniales son los pactos que oto
rgan los contrayentes para establecer y regular el régimen económico del matrimonio”.
Es decir, en otras palabras, que es el convenio matrimonial hecho antes o en el
acto de la celebración del matrimonio y mediante escritura pública o en acta levanta
da ante el funcionario que haya de autorizar el mismo, por el
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cual se establecen las futuras condiciones de la sociedad conyugal, en cuanto al
régimen patrimonial de ésta. Las capitulaciones matrimoniales son obligatorias en l
os siguientes casos: 1° cuando alguno de los contrayentes tenga bienes cuyo valor
llegue a dos mil quetzales; 2° si alguno de los contrayentes ejerce profesión, arte
u oficio, que le produzca renta o emolumento que exceda de doscientos quetzales
al mes; 3° si alguno de ellos tuviere en administración bienes de menores o incapaci
tados que estén bajo su patria potestad, tutela o guarda; y, 4° si la mujer fuere gu
atemalteca y el varón extranjero o guatemalteco naturalizado. 2) Esponsales: Nuest
ra legislación no nos da una definición de lo que es esponsales, por lo que tenemos
que acudir a la doctrina que expresa que esponsales “es la promesa de casarse que
se hacen el varón y la mujer con recíproca aceptación”. Esponsales deriva del verbo lati
no spondeo, que significa prometer. El Código Civil (artículo 80) al tratar este tem
a nos dice que: “Los esponsales no producen obligación de contraer matrimonio, pero
dan lugar a demandar la restitución de las cosas donadas y entregadas con promesa
de un matrimonio que no se efectuó”. A su vez, el artículo 1872 en su parte conducente
no expresa que: “No son revocables las donaciones... que se hacen con motivo de m
atrimonio que se ha efectuado y los obsequios que se acostumbra por razones soci
ales o de piedad”. Esto quiere decir, que una vez efectuado el matrimonio las cosa
s donadas no pueden ser restituidas. d) Regulación legal: Todo lo relativo a este
punto está regulado en los artículos 80, 116 al 143, 370, 424, 425, 1792 y 1872 del
Código Civil.
14. Modificación y disolución del matrimonio. a) Separación: Denominada separación de lo
s cónyuges, separación de cuerpos, separación de personas o, simplemente, separación; es
ta figura es definida como la interrupción, de hecho o de Derecho, de la cohabitac
ión entre los cónyuges, entendida como acceso carnal y como unidad de domicilio, a c
onsecuencia de la nulidad del vínculo, de la discrepancia personal o de una causa
forzosa, como por ejemplo la condena a reclusión o prisión; si bien en algunos siste
mas penitenciarios modernos tiende a atenuarse la “incomunicación corporal” entre los
consortes. Su característica fundamental consiste en que, a pesar de traer como co
nsecuencia la terminación de la vida en común, deja vigente el vínculo matrimonial. Nu
estra ley civil vigente (artículo 153) nos indica que: “El matrimonio se modifica po
r la separación...”. b) Divorcio: Del latín divortium, del verbo divertere, separarse,
irse cada uno por su lado. Puede definirse como la ruptura de un matrimonio válid
o viviendo ambos esposos. Ello señala ya una distinción fundamental entre divorcio y
anulabilidad del matrimonio en que no cabe hablar de
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disolución, por no haber existido jamás legalmente, a causa de impedimentos esencial
es o insubsanables. Nuestro Código Civil (artículo 153) estipula que: “El matrimonio..
. se disuelve por el divorcio”. c) Diferencias: El divorcio es la disolución en vida
de los esposos, de un matrimonio válido. La separación es el estado de dos esposos
que han sido dispensados por los tribunales de la obligación de vivir juntos o cua
ndo uno de los cónyuges abandona el hogar, por su voluntad o de común acuerdo con el
otro, a efecto que cese la vida en común, sin mediar en todo caso previa resolución
judicial; difiere del divorcio solamente en que los lazos del matrimonio se deb
ilitan sin romperse, y suprimiendo la obligación relativa a la vida en común. d) Cla
sificación de la separación y del divorcio: 1) Clases de separación: puede distinguirs
e claramente dos clases de separación afectantes del matrimonio: la separación de he
cho y la legal o de Derecho. 1° La separación de hecho se tipifica cuando uno de los
cónyuges abandona el hogar, por su voluntad o de común acuerdo con el otro, a efect
o que cese la vida en común, sin mediar en todo caso previa resolución judicial; y,
2° La separación legal, separación de Derecho, separación de cuerpos o divorcio relativo
es aquella que es declarada judicialmente y es modificativa del matrimonio, por
cuanto hace desaparecer el ánimo de permanencia de la unión conyugal y el fin de vi
vir juntos marido y mujer, dos principios rectores de la institución matrimonial c
onsagrados en el artículo 78 del Código Civil. La separación legal modifica el matrimo
nio, pero deja subsistente el vínculo matrimonial, la institución en sí. La separación l
egal puede ser solicitada y declararse por mutuo acuerdo o consentimiento de los
cónyuges o por voluntad de uno de ellos mediante causa determinada (cualquiera de
las causales del divorcio); en el primer caso (separación por mutuo acuerdo), no
podrá pedirse sino después de un año, contado desde la fecha en que se celebró el matrim
onio (artículo 154, párrafo final, del Código Civil), disposición cuya razón de ser puede
encontrarse en el deseo del legislador de establecer un plazo determinado sufici
ente a los efectos de lograr la permanencia de una unión prematuramente en conflic
to. 2) Clases de divorcio: puede distinguirse aquí –al igual que en la separación lega
l– también dos clases de divorcio: por mutuo acuerdo o consentimiento de los cónyuges
y por voluntad de uno de ellos mediante causa determinada. e) Causas: Expresa el
artículo 155 del Código Civil que: “Son causas comunes para obtener la separación o el
divorcio: 1° La infidelidad de cualquiera de los cónyuges; 2° Los malos tratamientos d
e obra, las riñas y disputas continuas, las injurias graves y ofensas al honor y,
en general, la conducta que haga insoportable la vida en común; 3° El atentado de un
o de los cónyuges contra la vida del otro o de los hijos; 4° La separación o abandono
voluntario de la casa conyugal o la ausencia inmotivada, por
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más de un año (es decir, la separación de hecho, véase el artículo 156); 5° El hecho de que
la mujer dé a luz durante el matrimonio, a un hijo concebido antes de su celebración
, siempre que el marido no haya tenido conocimiento del embarazo antes del matri
monio; 6° La incitación del marido para prostituir a la mujer o corromper a los hijo
s; 7° La negativa infundada de uno de los cónyuges a cumplir con el otro o con los h
ijos comunes, los deberes de asistencia y alimentación a que está legalmente obligad
o; 8° La disipación de la hacienda doméstica; 9° Los hábitos de juego o embriaguez, o el u
so indebido y constante de estupefacientes, cuando amenazaren causar la ruina de
la familia o constituyen un continuo motivo de desavenencia conyugal; 10° La denu
ncia de delito o acusación calumniosa hecha por un cónyuge contra el otro; 11° La cond
ena de uno de los cónyuges, en sentencia firme, por delito contra la propiedad o p
or cualquier otro delito común que merezca pena mayor de cinco años de prisión; 12° La e
nfermedad grave, incurable y contagiosa, perjudicial al otro cónyuge o a la descen
dencia; 13° La impotencia absoluta o relativa para la procreación, siempre que por s
u naturaleza sea incurable y posterior al matrimonio; 14° La enfermedad mental inc
urable de uno de los cónyuges que sea suficiente para declarar la interdicción; y, 1
5° Asimismo, es causa para obtener el divorcio, la separación de personas declarada
en sentencia firme”. f) Efectos comunes y propios de la separación y del divorcio: 1
) Efectos civiles comunes de la separación y del divorcio: 1° La liquidación del patri
monio conyugal; 2° El derecho de alimentos a favor del cónyuge inculpable, en su cas
o; y, 3° La suspensión o pérdida de la patria potestad, cuando la causal de separación o
divorcio la lleve consigo y haya petición expresa de parte interesada. 2) Efectos
propios de la separación: 1° La subsistencia del vínculo conyugal; 2° El derecho del cóny
uge inculpable, a la sucesión intestada del otro cónyuge; y, 3° El derecho de la mujer
de continuar usando el apellido del marido. 3) Efectos propios del divorcio: 1° L
a disolución del vínculo conyugal, que deja a los cónyuges en libertad para contraer n
uevo matrimonio; sin embargo, es preciso aclarar que para que la mujer pueda con
traer nuevas nupcias deben transcurrir trescientos (300) días contados desde la di
solución del matrimonio anterior; y, 2° La mujer divorciada no tiene derecho a usar
el apellido del marido. g) Regulación legal: Todo lo concerniente a este punto está
regulado en los artículos 56 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 1
53 al 172, 370, 404 y 423, último párrafo, del Código Civil; y, 401 al 405, y 426 al 4
34 del Código Procesal Civil y Mercantil.
15. Unión de hecho.
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a) Definición: Es aquella situación o estado en virtud de la cual un hombre y una mu
jer, con capacidad para contraer matrimonio, se unen con el objeto de procrear,
alimentar y educar a sus hijos y auxiliarse recíprocamente, previo a ser declarada
por ellos mismos ante el alcalde de su vecindad o un notario, para que produzca
efectos legales, siempre que exista hogar y la vida en común se haya mantenido co
nstantemente por más de tres años ante sus familiares y relaciones sociales (artículo
173 del Código Civil). b) Declaración de la unión de hecho: 1) Declaración voluntaria o
extrajudicial: es la expresada por ambas personas (hombre y mujer) ante el alcal
de de su vecindad y que debe constar en acta levantada por este funcionario; o,
bien, ante un notario, que la hará constar en escritura pública o acta notarial. Los
documentos públicos relacionados anteriormente deberán llevar los siguientes requis
itos: identificados en forma legal, declararán bajo juramento sus nombres y apelli
dos, lugar y fecha de nacimiento, domicilio y residencia, profesión u oficio, día en
que principió la unión de hecho, hijos procreados, indicando sus nombres y edades,
y bienes adquiridos durante la vida en común. El alcalde o notario deberá dar aviso
al Registro Civil jurisdiccional dentro de los quince días siguientes, para que se
proceda a la inscripción de la unión de hecho, oficina que entregará a los interesado
s constancia de dicha inscripción, la que producirá iguales efectos que la certifica
ción de matrimonio. Es preciso aclarar, que para la unión de menores los alcaldes o
notarios no podrán aceptar la declaración de unión de hecho de éstos, sin el consentimie
nto de los padres o del tutor o, en su caso, autorización del juez. 2) Declaración j
udicial: es la solicitada ante el Juez de Primera Instancia competente por una s
ola de las partes, ya sea por existir oposición o por haber muerto la otra. El jue
z hará la declaración de la unión de hecho en sentencia, si hubiere sido plenamente pr
obada y, además, fijará en la misma el día o fecha probable en que la unión dio principi
o, los hijos procreados y los bienes adquiridos durante ella. La certificación de
la sentencia favorable al demandante, deberá presentarse al Registro Civil jurisdi
ccional y al de la Propiedad si hubiere bienes inmuebles, para que se proceda a
las respectivas inscripciones. La acción para solicitar la declaración de la unión de
hecho, deberá iniciarse antes de que transcurran tres años desde que la unión cesó, salv
o el derecho de los hijos para demandar en cualquier tiempo la declaración judicia
l de la unión de hecho de sus padres, para el solo efecto de establecer su filiación
. c) Cese de la unión de hecho: La unión de hecho puede cesar por mutuo acuerdo de v
arón y mujer, en la misma forma que se constituyó, o por cualquiera de las causas seña
ladas en el artículo 155 del Código Civil para el divorcio y la separación, en cuyo ca
so la cesación deberá ser declarada judicialmente. La cesación de la unión de hecho por
mutuo acuerdo
22
deberá hacerse constar ante el Juez de Primera Instancia del domicilio de los conv
ivientes, o ante un notario, pero para que se reconozca y se ordene la anotación r
espectiva en el Registro Civil, debe cumplirse previamente con la presentación de
un proyecto de convenio que contenga los puntos enumerados en los artículos 163 de
l Código Civil y 429 del Código Procesal Civil y Mercantil, con respecto al divorcio
de los cónyuges. d) Regulación legal: Todo lo relativo a este punto esta regulado e
n los artículos 48 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 173 al 189,
370, 436 y 437 del Código Civil; y, 425 y 429 del Código Procesal Civil y Mercantil
.
16. Patrimonio familiar. a) Definición: Es el resultante de la afectación que una o
más personas hacen de determinados bienes, en la forma y cuantía previstas por la le
y, con el objeto de asegurar un mínimo de garantía para la subsistencia de la famili
a. Por su parte, el Código Civil (artículo 352) expresa que: “El patrimonio familiar e
s la institución jurídico-social por la cual se destina uno o más bienes a la protección
del hogar y sostenimiento de la familia”. El patrimonio familiar puede constituir
se sobre las casas de habitación, los predios o parcelas cultivables, los establec
imientos industriales y comerciales, que sean objeto de explotación familiar, siem
pre que su valor no exceda de la cantidad máxima fijada en el artículo 355 del Código
Civil, reformado por el artículo 1 del Decreto Número 14-96 del Congreso de la Repúbli
ca. Los bienes constituidos en patrimonio familiar son indivisibles, inalienable
s, inembargables y no podrán estar gravados ni gravarse, salvo el caso de servidum
bre. b) Requisitos legales para su constitución: 1) Requisitos formales: 1° El patri
monio familiar puede establecerse hasta por un máximo de cien mil quetzales (Q 100
,000.00); 2° Sólo puede fundarse un patrimonio para cada familia, por el padre o la
madre sobre sus bienes propios, o por marido y mujer sobre bienes comunes de la
sociedad conyugal (también puede constituirse por un tercero, a título de donación o l
egado); 3° El establecimiento del patrimonio familiar no puede hacerse en fraude d
e acreedores; 4° Los bienes deben estar libres de anotación y gravamen, y la gestión d
el instituyente solicitando la aprobación judicial, será publicada para que llegue a
conocimiento de los que puedan tener interés en oponerse; 5° Los miembros de la fam
ilia beneficiaria están obligados a habitar la casa o a explotar personalmente el
predio agrícola, o la industria o negocio establecido, salvo las excepciones que e
l juez permita temporalmente por motivos justificados; 6° Si el inmueble constitui
do en patrimonio familiar fuere inscrito únicamente a nombre del cabeza de familia
, se entenderá que ha sido constituido para el sostenimiento del
23
cónyuge, de los hijos menores o incapaces y de las personas que tengan derecho a s
er alimentadas por aquél; 7° Cuando haya peligro de que la persona que tiene obligac
ión de dar alimentos, pierda sus bienes por mala administración o porque los esté dila
pidando, los acreedores alimentistas tienen derecho a exigir judicialmente que s
e constituya patrimonio familiar sobre determinado bien del obligado; 8° Para la c
onstitución del patrimonio familiar se requiere la aprobación judicial y su inscripc
ión en el Registro de la Propiedad, previos los trámites que fije el Código Procesal C
ivil y Mercantil (sin embargo, cuando el Estado proceda al parcelamiento y distr
ibución de un bien nacional, podrá darle a cada parcela el carácter de patrimonio fami
liar y bastará esa calificación legal, para su constitución y registro); 9° El represent
ante legal de la familia será el administrador del patrimonio familiar y represent
ante a la vez de los beneficiarios en todo lo que al patrimonio se refiera; y, 1
0° El patrimonio familiar a término fijo, debe comprender el término indispensable par
a que el menor de los miembros actuales de la familia alcance la mayoría de edad,
pero en ningún caso podrá constituirse un patrimonio familiar por un término menor de
diez años. 2) Requisitos procesales: Los requisitos procesales necesarios están prev
istos en el Libro 4°, Título I, Capítulo II, Sección 6 , del Código Procesal Civil y Mercan
il, en los artículos 444, 445 y 446, que disponen cuales son los requisitos que de
ben cumplirse en la solicitud y los documentos a presentarse con la misma, la pu
blicación de aquélla, lo relativo a la oposición si la hubiere, y, cuando proceda, la
declaratoria de que ha lugar a constituir patrimonio familiar, ordenando el otor
gamiento de la escritura pública respectiva, determinando la persona del fundador,
los nombres de los beneficiarios, bienes que comprende, valor y tiempo de durac
ión del patrimonio. Conviene aclarar que los artículos 24 al 27 de la Ley Reguladora
de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria, contempla la cons
titución del patrimonio familiar ante notario. Conviene recordar también que la Proc
uraduría General de la Nación intervendrá en la constitución, extinción y redacción del pat
imonio familiar. c) Terminación del patrimonio familiar: El patrimonio familiar te
rmina: 1° Cuando todos los beneficiarios cesen de tener derecho a percibir aliment
os; 2° Cuando sin causa justificada y sin autorización judicial, la familia deje de
habitar la casa que debe servirle de morada, o de cultivar por su cuenta la parc
ela o predio vinculado; 3° Cuando se demuestre la utilidad y necesidad para la fam
ilia, de que el patrimonio quede extinguido; 4° Cuando se expropien los bienes que
lo forman; y, 5° Por vencerse el término por el cual fue constituido. Conviene acla
rar que una vez terminado el derecho al patrimonio familiar, los bienes sobre qu
e fue constituido, volverán al poder de quien lo constituyó o de sus herederos; pero
si el dominio corresponde a los beneficiarios, tendrán derecho de hacer cesar la
indivisión. Cuando el patrimonio se extinga por expropiación del inmueble, la indemn
ización respectiva se depositará en una institución
24
bancaria mientras se constituye un nuevo patrimonio familiar. Asimismo, puede di
sminuirse el valor del patrimonio familiar cuando por causas posteriores a su es
tablecimiento, ha sobrepasado la cantidad fijada como máxima (Q 100,000.00), o por
que sea de utilidad y necesidad para la familia dicha disminución. d) Regulación leg
al: Todo lo relativo a este punto está regulado en los artículos 47 y 119, literales
d), g) y j), de la Constitución Política de la República de Guatemala; 352 al 368 del
Código Civil; 444, 445 y 446 del Código Procesal Civil y Mercantil; 24 al 27 de la
Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntaria; y,
1 del Decreto Número 25-97 del Congreso de la República de Guatemala.
17. Paternidad, maternidad y filiación. a) Definición: 1) Paternidad: es la relación p
arental que une al padre con el hijo; y que puede ser legítima cuando está concebido
en el matrimonio o ilegítima cuando es concebido extramatrimonialmente. 2) Matern
idad: es la relación parental que une a la madre con el hijo; y, al igual que la p
aternidad, puede ser legítima cuando el hijo es concebido en el matrimonio, o ilegít
ima cuando es concebido extramatrimonialmente. 3) Filiación: es el vínculo existente
entre padres e hijos; o, bien, el lazo de descendencia que existe entre dos per
sonas, una de las cuales es el padre o la madre de la otra. b) Clasificación de la
filiación: 1) Matrimonial o legítima: es la del hijo concebido durante el matrimoni
o, aunque éste sea declarado insubsistente, nulo o anulable (artículo 199 del Código C
ivil). 2) Cuasimatrimonial o legitimada: es la del hijo nacido dentro de la unión
de hecho debidamente declarada y registrada (artículo 182 del Código Civil). 3) Extr
amatrimonial o ilegítima: la del hijo procreado fuera del matrimonio o de la unión d
e hecho no declarada y registrada (artículos 182 y 209 del Código Civil). 4) Adoptiv
a: es la del hijo que es tomado como hijo propio por la persona que lo adopta (a
rtículo 228 del Código Civil). c) Impugnación de la paternidad: El nacido dentro de lo
s ciento ochenta días siguientes a la celebración del matrimonio, se presume hijo de
l marido si éste no impugna su paternidad. La impugnación no puede tener lugar: 1° Si
antes de la celebración del matrimonio tuvo conocimiento de la preñez; 2° Si estando p
resente en el acto de la inscripción del nacimiento en el Registro Civil, firmó o co
nsintió que se firmara a su nombre la partida de nacimiento; y, 3° Si por documento
público o privado, el hijo hubiere sido reconocido. La filiación del hijo nacido des
pués de los trescientos días de la disolución del matrimonio, podrá impugnarse por el ma
rido; pero el hijo y la madre tendrán también derecho para justificar la paternidad
de
25
aquél. El marido no puede impugnar la paternidad del hijo concebido o nacido duran
te el matrimonio, alegando el adulterio de la madre, aun cuando ésta declare en co
ntra de la paternidad del marido, salvo que se le hubiere ocultado el embarazo y
el nacimiento del hijo, en cuyo caso sí podrá negar la paternidad probando todos lo
s hechos que justifiquen la impugnación. Si al marido se le hubiere declarado en e
stado de interdicción, podrá ejercitar ese derecho su representante legal. La acción d
el marido negando la paternidad del hijo nacido de su cónyuge, deberá intentarse jud
icialmente, dentro de sesenta días, contados de la fecha del nacimiento, si está pre
sente; desde el día en que regresó a la residencia de su cónyuge, si estaba ausente; o
, desde el día en que descubrió el hecho, si se le ocultó el nacimiento. Los herederos
del marido solamente podrán continuar la acción de impugnación de la paternidad inici
ada por él, pero este derecho podrán ejercitarlo únicamente dentro de sesenta días conta
dos desde la muerte del marido. Podrán asimismo los herederos del marido impugnar
la filiación, si el hijo fuere póstumo, o si el presunto padre hubiere fallecido ant
es de que transcurriera el plazo señalado en el artículo 204 del Código Civil. Los her
ederos deberán iniciar la acción dentro de sesenta días, contados desde que el hijo ha
ya sido puesto en posesión de los bienes del padre, o desde que los herederos se v
ean turbados por el hijo en la posesión de la herencia. d) Investigación de la pater
nidad y la maternidad: Como ya quedó anotado la paternidad se presume dentro del m
atrimonio o de la unión de hecho debidamente declarada y registrada y fuera de él ha
de tener que probarse, si el padre no reconoce voluntariamente al hijo nacido f
uera del matrimonio o de la unión de hecho; sin embargo, la maternidad siempre se
afirma en virtud que es la madre la que lleva en su vientre al hijo que nace. e)
Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los artículos 5
0 y 52 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 199 al 227, 370, 391
al 404, y 426 al 429 del Código Civil; 435 al 437 del Código Procesal Civil y Mercan
til; y, 14 al 17 de la Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jur
isdicción Voluntaria.
18. Técnicas modernas biológicas de procreación. a) Definición: Comprende una serie de p
rocedimiento científicos, efectuados algunos de ellos en el laboratorio, a través de
los cuales se pretende facilitar la fertilidad en el ser humano. b) Inseminación
artificial: Es el procedimiento científico por el cual se prepara el semen del hom
bre de tal forma que los mejores espermatozoides se concentren en un volumen muy
pequeño y se
26
introducen en el útero un día determinado. Esto, para garantizar que existan suficie
ntes espermatozoides al momento de la ovulación. Requiere que las trompas estén en c
ondiciones de absorción. Con respecto a los métodos de inseminación propiamente dicho,
existen tres variedades, ellas son: 1° Inseminación intrauterina; 2° Inseminación endoc
ervical; y, 3° Inseminación exocervical. Es preciso aclarar, que el semen utilizado
puede ser recién emitido o haber estado conservado mediante congelación, y ser desco
ngelado minutos antes de efectuar la inseminación. A la vez la inseminación artifici
al puede hacerse con semen del marido con lo que se llama inseminación artificial
homóloga, o bien, con semen de un tercero (donante), y que recibe el nombre de ins
eminación artificial heteróloga. Procede la inseminación artificial cuando entre la pa
reja (hombre-mujer), se hace imposible el acceso sexual o uno de ellos padece de
alguna deficiencia fisiológica, química o física, que no le permite ser fértil. c) Fert
ilización in vitro: Es la tecnología de reproducción asistida en que se fecundan uno o
varios óvulos fuera del organismo materno. Durante décadas se ha usado en embriología
animal experimental, y desde 1978 se ha aplicado con éxito en la reproducción human
a. Se estimula la maduración de muchos óvulos mediante inyección diaria de hormonas (s
e puede hacer con un solo óvulo). Los óvulos se extraen mediante técnicas ecográficas (l
o más frecuente) o mediante laparoscopia (introducción de un sistema óptico y quirúrgico
por una incisión de 1-2 cm en la pared abdominal). Los óvulos extraídos se mantienen
en un medio líquido especial al que se añade semen lavado e incubado. Después de 18 ho
ras se extraen los óvulos, se cultivan en un medio adecuado y se examinan 40 horas
después. Los óvulos fecundados y con desarrollo embrionario normal se implantan en
el útero materno. Por lo general, se transfieren múltiples embriones para incrementa
r la probabilidad de gestación. Si hay más de cuatro embriones normales se pueden co
ngelar algunos para futuros intentos, y así se evita el riesgo de embarazos múltiple
s. Tras la implantación, se administran inyecciones de progesterona todos los días.
La probabilidad de que una gestación llegue a término es del 20%. Hay técnicas similar
es de reproducción asistida. En la implantación intratubárica de gametos la técnica es s
imilar pero los óvulos y el esperma se introducen directamente en las trompas de F
alopio, y se produce la fecundación en el interior de la madre. En la implantación i
ntratubárica de cigotos la metodología es idéntica a la anterior, pero la fecundación ti
ene lugar en el laboratorio y se implantan los óvulos recién fecundados (cigotos). O
tra técnica consiste en la introducción intrauterina de esperma tratado con procedim
ientos especiales en mujeres con ovulaciones múltiples gracias a las inyecciones h
ormonales. En algunos países se autorizan los bancos de óvulos y/o de esperma; a ell
os acuden aquellas personas con problemas de reproducción.
27
d) Madres sustitutas: El recurso a este procedimiento ocurre porque la mujer, mi
embro de la pareja corriente y arrendataria de los servicios de incubación en útero
ajeno, no puede llevar a cabo el embarazo, de suerte que la propia comitente con
viene con una tercera persona, un contrato de gestación, en útero ajeno, con la fina
lidad de que se implante el embrión en la matriz de ésta y lo desarrolle hasta su na
cimiento, de modo que, posteriormente y en virtud de lo estipulado, lo entregue
a la pareja comitente. e) Efectos legales en el Derecho de Familia guatemalteco:
En la legislación guatemalteca no se contempla este tipo de situaciones y procedi
mientos científicos, es por ello que la regulación de estas técnicas es impostergable,
y para que se lleve a cabo es necesario efectuar un análisis profundo, no olvidan
do que la dignidad del ser humano es el punto de partida para resolver cualquier
cuestionamiento, conflicto de valores o diarquía de derechos que se pueda present
ar. En conclusión, es necesaria la regulación legal de la inseminación artificial, la
fecundación o fertilización in vitro y el contrato de gestación o maternidad subrogada
(madres sustitutas), tomando siempre en cuenta que su finalidad es corregir una
patología, es decir, solucionar problemas de infertilidad de la pareja, por lo ta
nto en primer término se debe resolver el problema atinente a su utilización, resuel
to éste, se debe inevitablemente discutir quienes pueden ser los destinatarios de
estas técnicas. f) Legislación comparada: En el ámbito internacional existen algunos i
ntentos para crear pautas de legislación comunes sobre la procreación asistida y la
embriología humana. La Asociación Internacional de Leyes, en la 60 Conferencia de ag
osto de 1988, adoptó una resolución en este sentido, proponiendo un código internacion
al de conducta en materia de tecnologías de reproducción humana. En ella, sugerían que
el cuerpo competente de la Organización Mundial de la Salud, adoptara las recomen
daciones propuestas en su Resolución como Código Internacional para la Protección del
Material Genético Humano. 1) Países con legislación específica vigente sobre las técnicas
de reproducción asistida y/o experimentación embrionaria: Suecia, Dinamarca, Noruega
, España, Inglaterra y Alemania. 2) Países en donde existen proyectos de ley: Franci
a, Portugal, Italia, Austria y Bélgica, siendo Francia la nación donde la discusión de
l Proyecto en el Parlamento es inminente. 3) Países europeos que incluyen enmienda
s en el Código Civil, reconociendo la paternidad legal del varón que consintió la inse
minación artificial de su mujer con semen de donante: Bélgica, Bulgaria, Grecia, Hun
gría, Luxemburgo, Holanda, Portugal, Suecia, Suiza, Yugoslavia, Bosnia, Croacia, S
ervia y España. 4) Países europeos sin legislación vigente, que se rigen por recomenda
ciones de tipo ético emitidas por asociaciones de profesionales médicos: Irlanda y S
uiza.
28
19. Patria potestad. a) Definición: Es el conjunto de derechos, poderes y obligaci
ones conferidos por la ley a los padres para que cuiden y gobiernen a sus hijos
desde la concepción hasta la mayoría de edad o la emancipación, así como para que admini
stren sus bienes en igual período. La palabra proviene del latín patrius, a, lo rela
tivo al padre, y potestas, potestad, dominio, autoridad. El Código Civil no define
la patria potestad. Se concreta a exponer (artículo 252) que: “La patria potestad s
e ejerce sobre los hijos menores, conjuntamente por el padre y la madre en el ma
trimonio y en la unión de hecho; y por el padre o la madre, en cuyo poder esté el hi
jo, en cualquier otro caso. Los hijos mayores de edad permanecerán bajo la patria
potestad, solamente que hayan sido declarados en estado de interdicción”. Conviene a
clarar que en nuestra legislación no se regula lo relacionado a la institución de la
emancipación, es decir, a la acción o efecto de libertar de la patria potestad, de
la tutela o de la servidumbre a las personas que estaban sometidas a ellas. b) C
ontenido de la patria potestad: En el contenido de la patria potestad se pueden
apreciar cinco aspectos: 1) Personal: en este aspecto deben los padres velar por
sus hijos: cuidarlos en forma correspondiente a su edad y circunstancias; tener
los en su compañía y prodigarles un trato afectuoso; alimentarlos, educarlos y procu
rarles una formación integral, o sea, física, moral e intelectual, en la medida de s
us posibilidades. Están facultados para corregirlos de un modo razonable y con mod
eración; en correspondencia, éstos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan
bajo potestad, y respetarles siempre (artículos 252, 253 y 263 del Código Civil). 2)
Patrimonial: los padres deben administrar los bienes de los hijos con la misma
diligencia que los suyos propios. En casi todos los países ha desaparecido el usuf
ructo de los padres sobre los bienes de los hijos, pero éstos deben contribuir al
levantamiento de las cargas familiares cuando sea preciso (artículos 264 al 267 de
l Código Civil). 3) Representación: en los asuntos personales y patrimoniales el hij
o no emancipado no puede actuar por sí y en lugar suyo actúa su padre o madre, que l
o representan. No pueden representar los padres al hijo cuando exista conflicto
de intereses con él; en estos casos se nombrará al hijo un tutor especial (artículos 2
54 al 262, y 268 del Código Civil). 4) Tutela: la tutela es la institución ordinaria
de guarda legal de los menores de edad que sean huérfanos o cuyos progenitores se
hallan privados de la patria potestad, así como los incapacitados por locura o so
rdomudez, cuando no están sometidos a la patria potestad prorrogada. A los demente
s mayores de edad, en cambio, no se les puede nombrar tutor sin previa incapacit
ación. La tutela es de ejercicio permanente y habitual: no se nombra tutor para un
acto o negocio, sino para cuidar de modo global de las incumbencias patrimonial
es y personales del sujeto a tutela. Se organiza mediante un órgano ejecutivo y de
asistencia inmediata: el tutor,
29
y otro que establece al primero y lo vigila: el juez. El tutor se nombra entre l
os familiares más próximos y lo deciden la ley o el juez. La ley establece un orden
de preferencia para ser nombrado tutor, que el juez puede alterar con carácter exc
epcional. Es una persona física, aunque pueden serlo las personas jurídicas sin fina
lidad lucrativa dedicadas a la protección de menores e incapacitados. Puede haber
varios tutores, con la misma competencia, o con competencias diferentes. Al tuto
r le incumbe el cuidado directo del incapaz cuando resulte necesario; la gestión i
nmediata de sus negocios y administración de sus bienes, y su representación. La rel
ación con el pupilo muestra, en la tutela de menores, semejanza con la paternofili
al. Actúa en lugar del pupilo siempre que éste no pueda hacerlo por sí, como represent
ante legal. Es administrador legal del patrimonio; para los actos más importantes
precisa autorización judicial y debe rendir cuentas al finalizar la tutela (artículo
s 269 al 277, y 293 al 351 del Código Civil). 5) Guarda de hecho: esta figura se c
ontempla en el Código civil español en el capítulo V, título X, libro I. Sin constitución
de tutela, cuyas formalidades en la vida real sólo se han venido cumpliendo cuando
hay que enajenar bienes, muchos menores y algunos discapacitados viven en el ho
gar bajo la hipotética potestad de los cabezas de familia. A estas situaciones ati
ende el artículo 303 del Código civil español, autorizando al juez para pedir informes
en relación con la persona y bienes del seudo-pupilo y establecer medidas de cont
rol y vigilancia del seudo-tutor. "Los actos realizados por el guardador de hech
o en interés del menor o presunto incapaz no podrán ser impugnados si redundan en su
utilidad" (artículo 304 del Código civil español). Conviene aclarar que la figura de
la guarda de hecho no está contemplada en nuestra legislación civil vigente, haciend
o hincapié que, si bien esta situación no está regulada, en la realidad se da con much
a frecuencia, por lo que se debería hacer una revisión de la ley reguladora de la ma
teria y así hacer las reformas y modificaciones pertinentes, todo ello, con el fin
primordial de proteger la salud física, mental y moral de los menores de edad, ga
rantizándoles su derecho a la alimentación, salud, educación, seguridad y previsión soci
al (véase el artículo 51 de la Constitución Política de la República de Guatemala). c) Sus
pensión, pérdida, terminación y rehabilitación: 1) Suspensión: la patria potestad se suspe
nde: 1° Por ausencia del que la ejerce, declarada judicialmente; 2° Por interdicción,
declarada en la misma forma; 3° Por ebriedad consuetudinaria; y, 4° Por tener el hábit
o del juego o por el uso indebido y constante de drogas estupefacientes. 2) Pérdid
a: la patria potestad se pierde: 1° Por las costumbres depravadas o escandalosas d
e los padres, dureza excesiva en el trato de los hijos o abandono de sus deberes
familiares; 2° Por dedicar a los hijos a la mendicidad, o darles órdenes, consejos,
insinuaciones y ejemplos corruptores; 3° Por delito cometido por uno de los padre
s contra el otro, o contra la persona de alguno de sus hijos; 4° Por la exposición o
abandono que el padre o la
30
madre hicieren de sus hijos, para el que los haya expuesto o abandonado; 5° Por ha
ber sido condenado dos o más veces por delito de orden común, si la pena excediere d
e tres años de prisión por cada delito; y, 6° Cuando el hijo es adoptado por otra pers
ona. 3) Terminación: la patria potestad finaliza: 1° Con la mayoría de edad de los hij
os, siempre y cuando no hayan sido declarados en estado de interdicción; 2° Por la m
uerte del hijo menor o el mayor incapaz; y, 3° Por la muerte de los dos padres, pu
es si es uno solo de ellos no se extingue la patria potestad, pues que, como sab
emos, la ejerce el sobreviviente. 4) Rehabilitación: El juez en vista de las circu
nstancia de cada caso, puede, a petición de parte, restablecer al padre o a la mad
re en el ejercicio de la patria potestad en los siguientes casos: 1° Cuando la cau
sa o causas de la suspensión o pérdida hubieren desaparecido y no fueren por cualqui
er delito contra las personas o los bienes de los hijos; 2° Cuando en el caso de d
elito cometido contra el otro cónyuge, a que se refiere el inciso 3° del artículo 274
del Código Civil, no haya habido reincidencia y hubieren existido circunstancias a
tenuantes; y, 3° Cuando la rehabilitación fuere pedida por los hijos mayores de cato
rce años o por su tutor, siempre que la causa de pérdida de la patria potestad no es
tuviere comprendida dentro de los casos específicos que determina el inciso 1° del a
rtículo 277 del Código Civil. En todos los casos debe probarse la buena conducta del
que se intente rehabilitar, por lo menos en los tres años anteriores a la fecha e
n que se presente la solicitud respectiva. d) Regulación legal: Todo lo relativo a
este punto se encuentra regulado en los artículos 252 al 277 del Código Civil.
20. El parentesco. a) Definición: Es el estado jurídico de las personas jurídicas indi
viduales y como tal de carácter general, permanente y abstracto, pues crea vínculos
jurídicos no sólo entre los miembros de la relación sino respecto de terceros; el esta
do que se deriva del parentesco constituye un atributo de la personalidad conoci
do como estado civil o familiar. Nuestro Código Civil no define el parentesco, única
mente expresa (artículo 190) que: “La ley reconoce el parentesco de consanguinidad d
entro del cuarto grado, el de afinidad dentro del segundo grado, y el civil, que
nace de la adopción y sólo existe entre el adoptante y el adoptado. Los cónyuges son
parientes, pero no forma grado”. b) Clasificación: El Código Civil reconoce tres clase
s de parentesco: 1) El parentesco consanguíneo: parentesco de consanguinidad es el
que existe entre personas que descienden de un mismo progenitor. 2) El parentes
co de afinidad: es el vínculo que une a un cónyuge con el otro y sus respectivos par
ientes consanguíneos. El parentesco de afinidad se computa del mismo modo que el d
e consanguinidad, y concluye por la disolución del
31
matrimonio. 3) El parentesco civil: es el nacido de la adopción y que sólo se establ
ece entre adoptante y adoptado. Conviene aclarar que son fuentes del parentesco:
la filiación, el matrimonio y la adopción. c) Sistemas para computarlo: 1) El grado
: el parentesco se gradúa por el número de generaciones; cada generación constituye un
grado. Es decir, en otras palabras, que es la forma de conocer la cercanía o dist
ancia que existe entre un pariente y otro, la forma de establecerse atiende a la
s generaciones que separan a los parientes, cada generación forma un grado, así entr
e padre e hijo hay una generación que constituye el parentesco en primer grado, en
tre el abuelo y el nieto el parentesco es de segundo grado, lo mismo entre herma
nos, pues para contar el grado de parentesco debe salirse de la rama de uno hast
a el padre y bajar al otro hermano, por lo que habiendo un grado en cada rama el
parentesco entre ellos es el segundo grado. La línea: es la serie de generaciones
o grados procedentes de un ascendiente común; la línea es recta, cuando las persona
s descienden unas de otras (hijos, nietos), y colateral o transversal, cuando la
s personas provienen de un ascendiente común, pero no descienden unas de otras (he
rmanos, tíos, primos), o sea, que es cuando sin descender uno de los otros tienen
un progenitor común. En la línea recta, sea ascendente o descendente, hay tantos gra
dos como generaciones, o sea tantos como personas, sin incluirse la del ascendie
nte común. En línea colateral los grados se cuentan igualmente por generaciones, sub
iendo desde la persona cuyo parentesco se requiere comprobar hasta el ascendient
e común y bajando desde éste hasta el otro pariente. d) Regulación legal: Todo lo rela
tivo a este punto se encuentra regulado en los artículos 190 al 198 del Código Civil
.
21. La adopción. a) Definición: Expresa nuestra ley sustantiva civil (artículo 228) qu
e: “La adopción es el acto jurídico de asistencia social por el que el adoptante toma
como hijo propio a un menor que es hijo de otra persona. No obstante lo dispuest
o en el párrafo anterior, puede legalizarse la adopción de un mayor de edad con su e
xpreso consentimiento, cuando hubiere existido la adopción de hecho durante su min
oridad”. Es decir, que la adopción es el vínculo jurídico creador del parentesco civil,
entre adoptante y adoptado y que confiere los derechos y deberes establecidos en
tre padres e hijos. Esta institución cuenta con remotos antecedentes, aunque con e
l tiempo ha evolucionado, de ser una forma de suplir la falta de descendientes y
por lo tanto de herederos y conservadores del culto familiar a una forma de asi
stencia de menores e incapacitados. La adopción es una institución jurídica que ha ten
ido sus alternativas en la
32
legislación de Guatemala. Aceptada en el Código Civil de 1877, quedó suprimida en el l
ibro 1° del Código Civil sancionado por el Decreto del Ejecutivo Número 921, de fecha
30 de junio de 1926, supresión que se confirmó en el Código Civil contenido en el Decr
eto Número 1932 de la Asamblea Nacional Legislativa, del 13 de mayo de 1933. La Ju
nta Revolucionaria de Gobierno restableció la adopción por medio del Decreto Número 63
, del 24 de febrero de 1924, disposición que el Congreso aprobó el 5 de mayo de 1947
, emitiendo el Decreto Número 375, que era la Ley de Adopción que estuvo vigente has
ta la entrada en vigor del Código Civil que actualmente nos rige. Las Constitucion
es de 1945, 1954, 1965 y 1985 (vigente), establecen la adopción en beneficio de lo
s menores de edad, consagrándola definitivamente como institución que debía incorporar
se a la legislación guatemalteca (artículo 54 de la Constitución). b) Clases: 1) Según l
os efectos que produce: 1° Plena, es la que reviste características de consanguinida
d, es irrevocable, crea lazos de parentesco con todas las personas afines o cons
anguíneas de los adoptantes y, en general, otorga exactamente todos los derechos y
obligaciones de la filiación biológica; y, 2° Simple o menos plena, que no crea lazos
de parentesco sino con los adoptantes, es revocable y, en general, tiene limita
ciones en cuanto a derecho y obligaciones de los hijos biológicos. 2) Según el orige
n de los adoptados: 1° Privada, que es cuando el niño adoptado es entregado a los ad
optantes directamente por los padres biológicos o bien por alguna institución no gub
ernamental, pero que tiene la tutela sobre el adoptado; y, 2° Estatal, es cuando e
l niño adoptado es entregado a los adoptantes por una institución estatal que tiene
sobre el niño adoptado la tutela; en Guatemala esta institución estatal es el Hogar
Elisa Martínez o el Hogar Rafael Ayau, dependencias de la Dirección de Bienestar Inf
antil y Familiar de la Secretaría de Bienestar Social. 3) Según la nacionalidad de l
os adoptantes y adoptados: 1° Nacional, que es cuando tanto los adoptantes como el
adoptado pertenecen a una misma nacionalidad y la adopción se lleva a cabo en su
país de origen; y, 2° Internacional, es cuando los adoptantes y el adoptado pertenec
en a nacionalidades diferentes y la adopción se lleva a cabo generalmente en el país
de origen del adoptado. 4) Según el funcionario ante quien se realiza el trámite: 1°
Judicial, es la que se tramita ante un tribunal (en nuestro país, ante un Juzgado
de Familia); y, 2° Extrajudicial o Notarial, es la que se tramita ante los oficios
de un notario. Es importante aclarar que en nuestro país se dan todas estas clase
s de adopción, con la excepción que en Guatemala sólo se admite la adopción simple o men
os plena, ya que la ley civil reconoce la existencia de parentesco únicamente entr
e el adoptante y el adoptado; y, a su vez, que la adopción puede ser revocada por
las causales que señala dicha ley (artículos 190, 229, 247 y 258).
33
c) Requisitos legales para su constitución: La adopción se establece por escritura púb
lica, previa aprobación de las diligencias respectivas por el juez de familia o, e
n su caso, por el notario ante quien se haya seguido el trámite. A la solicitud de
adopción deberá acompañarse certificación de la partida de nacimiento del menor y se pr
opondrá el testimonio de dos personas honorables para acreditar las buenas costumb
res del adoptante y su posibilidad económica y moral para cumplir las obligaciones
que la adopción impone. Si el menor tiene bienes, el adoptante deberá presentar inv
entario notarial de los mismos y constituir garantía suficiente a satisfacción del j
uez. Si el solicitante hubiere sido tutor del menor, deberá presentar los document
os en que conste que fueron aprobadas sus cuentas y que los bienes fueron entreg
ados. Los padres del menor, o la persona (individual o colectiva) que ejerza la
tutela deberán expresar su consentimiento para la adopción. La Procuraduría General de
la Nación examinará las diligencias y si no opusiere objeción alguna, el juez o el no
tario declarará haber lugar a la adopción y mandará que se otorgue la escritura respec
tiva. En la escritura de adopción deberán comparecer el adoptante y los padres del m
enor, o la persona que ejerza la tutela. Firmada la escritura, el menor pasa a p
oder del adoptante, lo mismo que los bienes si los hubiere, y el testimonio será p
resentado al Registro Civil para su inscripción, dentro de los quince días siguiente
s a la fecha del otorgamiento. d) Cesación: La adopción termina: 1° Por mutuo consenti
miento de adoptante y adoptado, cuando éste haya cumplido la mayoría de edad; y, 2° Po
r revocación. e) Revocación: La adopción puede revocarse: 1° Por atentar el adoptado con
tra la vida y el honor del adoptante, su cónyuge, ascendientes o descendientes; 2° P
or causar maliciosamente al adoptante una pérdida estimable de sus bienes; 3° Por ac
usar o denunciar al adoptante imputándole algún delito, excepto en causa propia o de
sus ascendientes, descendientes o cónyuge; y, 4° Por abandonar al adoptante que se
halle física o mentalmente enfermo o necesitado de asistencia. La revocación será decl
arada por el tribunal, a solicitud del adoptante con intervención de la Procuraduría
General de la Nación y de las personas que prestaron su consentimiento para const
ituir la adopción. La resolución que declare la revocación de la adopción, o la pérdida o
suspensión de la patria potestad del adoptante, obliga al juez a tomar inmediatame
nte las providencias oportunas para que el menor vuelva al poder de sus padres s
i existieren, o quede bajo la tutela de algún pariente hábil o del centro asistencia
l que corresponda. La rehabilitación del adoptante para el ejercicio de la patria
potestad, deja en vigor la adopción en los términos establecidos en la escritura res
pectiva. Las resoluciones judiciales a que se refieren los artículos 248, 249 y 25
0 del Código Civil, deberán certificarse para que el
34
Registro Civil y de la Propiedad, en su caso, hagan las anotaciones respectivas.
f) Regulación legal: Todo lo concerniente a este punto está regulado en los artículos
54 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 190, 228 al 251, 258, 37
0 y 435 del Código Civil; 401 al 405 del Código Procesal Civil y Mercantil; 28 al 33
de la Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción Voluntar
ia; y, 1 del Decreto Número 25-97 del Congreso de la República de Guatemala.
22. Tutela. a) Definición: Es la institución parafamiliar que tiene por objeto el cu
idado de la persona de los menores de edad no sujetos a patria potestad y de los
mayores incapacitados, la administración de sus bienes y su representación en sus n
egocios jurídicos y actuaciones judiciales. Por tanto, son sujetos de la tutela lo
s menores de edad que no estén sometidos a la patria potestad de sus padres o abue
los excepto cuando éstos tengan un interés opuesto al de sus descendientes, pues en
este caso debe nombrarse un tutor especial para el caso. Los emancipados por razón
de su matrimonio requieren tutor para sus negocios judiciales. Los mayores de 1
8 años que tengan incapacidad natural y legal, previa declaración judicial de interd
icción. b) Clasificación: La tutela puede ser de cinco clases: 1) Testamentaria: es
aquella que se establece por testamento, por el padre o la madre sobreviviente,
para los hijos que estén bajo su patria potestad; por el abuelo o la abuela, para
los nietos que estén sujetos a su tutela legítima; por cualquier testador, para el q
ue instituye heredero o legatario, si éste careciere de tutor nombrado por el padr
e o la madre y de tutor legítimo; y, por el adoptante que designe heredero o legat
ario o su hijo adoptivo. Los padres y los abuelos, en su caso, pueden nombrar un
tutor y un protutor para todos o para varios de sus hijos o para cada uno de el
los. Pueden también nombrar varios tutores y protutores para que ejerzan el cargo
uno en defecto de otro, respectivamente, en el orden de su designación. Conviene a
clarar que si hallándose en ejercicio un tutor legítimo o judicial apareciere el tes
tamentario, se transferirá inmediatamente a éste la tutela. 2) Legítima: es la que se
confiere a falta de tutela testamentaria y recae en los parientes y cónyuge del in
capaz o del menor cuando no hay quien desempeñe la patria potestad. Corresponde la
tutela legítima de los menores al abuelo paterno, al abuelo materno, a la abuela
paterna, a la abuela materna y a los hermanos, sin distinción de sexo, siendo pref
eridos los que procedan de ambas líneas y entre éstos el de mayor edad y capacidad.
La línea materna será preferida a la paterna para la tutela de los hijos fuera de ma
trimonio. Sin embargo,
35
mediando motivos justificados para variar la precedencia, puede el juez nombrar
tutor al pariente que reúna las mejores condiciones de conocimientos y familiarida
d con el menor, solvencia, idoneidad y preparación, que constituya una garantía para
el desempeño satisfactorio de su cargo. La tutela de los mayores de edad declarad
os en interdicción corresponde al cónyuge, al padre y a la madre, a los hijos mayore
s de edad y a los abuelos, en el orden establecido en el artículo 299 del Código Civ
il. 3) Judicial: ésta procede por nombramiento del juez competente, cuando no haya
tutor testamentario ni legítimo. Para este efecto, la Procuraduría General de la Na
ción y cualquier persona capaz deben denunciar a la autoridad el hecho que da luga
r a la tutela no provista. Para la designación de la persona del tutor, el juez de
berá tomar en cuenta las circunstancias que se mencionan en el artículo 299 del Código
Civil. 4) Legal: los directores o superiores de los establecimientos de asisten
cia social, que acojan menores o incapacitados, son tutores y representantes leg
ales de los mismos, desde el momento de su ingreso, y su cargo no necesita disce
rnimiento. Los institutos de asistencia pública pueden confiar al menor internado,
que carezca de padres, ascendientes y hermanos, a persona de notoria moralidad,
que disponga de medios económicos para proporcionarle alimentos, instrucción y educ
ación. La dirección del establecimiento debe estar frecuentemente informada de las c
ondiciones en que se desarrolla la vida del menor y, en caso de abandono, o camb
io de circunstancias, recogerlo e internarlo de nuevo. 5) Específica: cuando hubie
re conflicto de intereses entre varios pupilos sujetos a una misma tutela, el ju
ez les nombrará tutores específicos; asimismo, si surge conflicto de intereses entre
hijos sujetos a la misma patria potestad, o entre ellos y los padres, el juez n
ombrará un tutor especial. Mientras no se nombre tutor y protutor y no se disciern
an los cargos, el juez de oficio, o a solicitud de la Procuraduría General de la N
ación, deberá dictar las providencias necesarias para el cuidado de la persona del m
enor o incapacitado y la seguridad de sus bienes. Conviene aclarar que las dos últ
imas clases de tutela referidas son, en verdad, de naturaleza excepcional, y que
el legislador puso énfasis en las grandes categorías consagradas históricamente, al e
numerarlas en el artículo 296 del Código Civil. c) Elementos personales: Para el des
empeño de la tutela intervienen los siguientes órganos: Juez de Familia, Procuraduría
General de la Nación, Tutor y Protutor. d) Regulación legal: Todo lo relacionado con
la tutela está regulado en los artículos 51 de la Constitución Política de la República d
e Guatemala; y, 293 al 351, 370, 397, 430 y 431 del Código Civil.
23. Los alimentos.
36
a) Definición: Su connotación jurídica es más amplia que la de comidas y bebidas para el
sostenimiento de la vida. Para el Código Civil (artículo 278): “La denominación de alim
entos comprende todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido
, asistencia médica y también la educación e instrucción del alimentista cuando es menor
de edad”. La obligación de darse alimentos se deriva del matrimonio y el parentesco
; los cónyuges se deben dar alimentos, así como los ascendientes a sus descendientes
y éstos a aquéllos, la obligación se extiende a los hermanos. La adopción es otra fuent
e de esta obligación, pero sólo entre adoptante y adoptado. b) Características: Confor
me al Código Civil, son características de los alimentos: 1° La indispensabilidad (artíc
ulo 278); 2° La proporcionalidad (artículos 279, 280 y 284); 3° La complementariedad (
artículo 281); 4° La reciprocidad (artículo 283); 5° La irrenunciabilidad (artículo 282);
6° La intransmisibilidad (artículo 282); 7° La inembargabilidad (artículo 282); y, 8° La n
o compensabilidad (artículo 282). Sin embargo, pueden compensarse, embargarse, ren
unciarse y enajenarse las pensiones alimenticias atrasadas (artículo 282). c) Crea
ción y término de la obligación alimentaria: 1) Creación: el derecho de alimentos puede
provenir de la ley –matrimonio, parentesco y/o adopción–, de testamento o de contrato.
Por principio general, proviene de la ley. Sin embargo, por ley o por testament
o o por contrato, puede crearse la obligación alimenticia respecto a personas no c
omprendidas en la enumeración legal, respecto a personas no ligadas por parentesco
alguno o por parentesco que no las obligara legalmente a suministrarse alimento
s (artículo 291 del Código Civil). Trátase, por supuesto, de casos excepcionalísimos, qu
e se rigen conforme el artículo citado, por las disposiciones legales sobre la mat
eria, salvo lo pactado u ordenado por el testador o por la ley (ha de entenderse
que se trataría de una ley especial). Conviene aclarar que la obligación de dar ali
mentos será exigible, desde que los necesitare la persona que tenga derecho a perc
ibirlos. El pago se hará por mensualidades anticipadas, y cuando fallezca el alime
ntista, sus herederos no estarán obligados a devolver lo que éste hubiere recibido a
nticipadamente. 2) Término: cesará la obligación de dar alimentos: 1° Por la muerte del
alimentista; 2° Cuando aquél que los proporciona se ve en la imposibilidad de contin
uar prestándolos, o cuando termina la necesidad del que los recibía: 3° En el caso de
injuria, falta o daño grave inferidos por el alimentista contra el que debe presta
rlos; 4° Cuando la necesidad de los alimentos dependa de la conducta viciosa o de
la falta de aplicación al trabajo del alimentista, mientras subsistan estas causas
; 5° Si los hijos menores se casaren sin el consentimiento de los padres; 6° Cuando
los descendientes han cumplido dieciocho años de edad, a no ser que se hallen habi
tualmente enfermos,
37
impedidos o en estado de interdicción; y, 7° Cuando a los descendientes se les ha as
egurado la subsistencia hasta la misma edad (18 años). d) Orden de prestación de ali
mentos: Cuando dos o más alimentistas tuvieren derecho a ser alimentados por una m
isma persona, y ésta no tuviere fortuna bastante para atender a todos, los prestará
en el orden siguiente: 1° A su cónyuge; 2° A los descendientes, del grado más próximo; 3° A
los ascendientes, también del grado más próximo; y, 4° A los hermanos. Si los alimentist
as concurrentes fuesen el cónyuge, o varios hijos sujetos a la patria potestad, el
juez atendiendo a las necesidades de uno y otros, determinará la preferencia o la
distribución. e) Regulación legal: Todo lo relacionado con la obligación de los alime
ntos está regulado en los artículos 55 de la Constitución Política de la República de Guat
emala; 73, 128, 278 al 292, 936 y 1099 del Código Civil; 199 al 210, y 212 al 216
del Código Procesal Civil y Mercantil; y, 242 del Código Penal.
24. Registro Civil. a) Definición: Es la institución de orden público dotada de fe públi
ca, encargada de anotar en formas o libros especiales los hechos o actos jurídicos
que inciden en el estado de las personas, creando o modificando su estado civil
o familiar. Nuestro Código Civil (artículo 369), a este respecto, expresa que: “El Re
gistro Civil es la institución pública encargada de hacer constar todos los actos co
ncernientes al estado civil de las personas”; y, que (artículos 370): “El Registros Ci
vil efectuará las inscripciones de los nacimientos, adopciones, reconocimientos de
hijos, matrimonios, uniones de hecho, capitulaciones matrimoniales, insubsisten
cia y nulidad del matrimonio, divorcio, separación y reconciliación posterior, tutel
as, protutelas y guardas, defunciones e inscripción de extranjeros y de guatemalte
cos naturalizados y de personas jurídicas”. Las constancias, copias certificadas de
las actas expedidas por los encargados que tienen fe pública, constituyen, en la a
ctualidad, la forma auténtica de probar el estado civil, el nombre y el parentesco
de las personas jurídicas individuales o físicas, con exclusión de cualquier otro med
io de prueba, salvo los casos expresamente permitidos que son excepciones a la r
egla general (véanse los artículos 371 del Código Civil; y, 186, primer párrafo, del Códig
o Procesal Civil y Mercantil). b) Principios que lo informan: 1) Principio de pu
blicidad: este es el principio registral por excelencia, pues no se concibe sin
el Registro Civil. El registro ha de revelar la situación o estado jurídico de las p
ersonas; y toda persona, sea o no tercero registral o interesado, tiene derecho
de que se le muestren los asientos del registro y de obtener constancias relativ
as a los mismos (artículos 369, 388 y 441 del Código Civil). 2) Principio de
38
inscripción: por inscripción se entiende todo asiento hecho en el Registro Civil. Ta
mbién significa el acto mismo de inscribir. Los hechos, derechos y actos nacidos e
xtrarregistralmente, al inscribirse, adquieren mayor firmeza y protección, por la
presunción de exactitud de que son investidos, por la fuerza probatoria que el reg
istro les da (artículos 370 y 371 del Código Civil; y, 186, primer párrafo, del Código P
rocesal Civil y Mercantil). 3) Principio de especialidad: se le ha llamado también
principio de determinación, porque la publicidad registral exige determinar con p
recisión a la persona objeto de la inscripción (artículos 376 al 382, 398, 404, 412, 4
22 al 425, 427, 430, 432, 433, 435, 436, 437 y 439 del Código Civil). 4) Principio
de consentimiento: consiste este principio en que para que el registro se reali
ce, debe basarse la inscripción en el consentimiento de las demás personas que inter
vienen en el hecho o el acto a inscribirse; por ejemplo, el consentimiento que d
ebe existir en el matrimonio entre ambos cónyuges, previo a inscribirse en el regi
stro. 5) Principio de tracto sucesivo: a este principio también se le llama de tra
cto continuo. Es un principio de sucesión, de ordenación. Es un derivado del princip
io de consentimiento, por el que el o los interesados quedan inmunizados (proteg
idos) contra todo cambio no consentidos por ellos. 6) Principio de rogación: el re
gistrador no puede inscribir de oficio, aunque conozca el acto o hecho que válidam
ente haya de dar origen a un cambio en los asientos del registro. Se requiere qu
e alguien se lo pida; que alguien haga una solicitud. Esta necesidad de instanci
a, es lo que se conoce con el nombre de “Principio de Rogación” (artículo 378 del Código C
ivil). 7) Principio de legalidad: este principio impide el ingreso al registro d
e actos inválidos o imperfectos y así, contribuye a la concordancia del mundo real c
on el mundo registral. Se llama así, porque conforme a él se presume que todo lo reg
istrado lo ha sido legalmente; y el medio de lograrlo es someter los documentos
que se presenten para inscribir un hecho o acto, a un examen riguroso, que es lo
que se llama calificación registral. Para los efectos que el principio de fe públic
a registral produce, son indispensables el principio de legalidad y la calificac
ión registral. 8) Principio de fe pública registral: el registrador civil es un func
ionario que tiene fe pública, por disposición expresa de la ley. Consecuentemente, ést
a dispone que las certificaciones de las actas del registro prueban el estado ci
vil de las personas. Ahora bien, la fe pública registral no es más que la facultad o
investidura que la ley otorga al registrador civil para certificar y autenticar
los actos que ante él se realicen; sus aseveraciones tienen la presunción de ser la
verdad en lo que a sus funciones se refiere (artículos 371 y 375 del Código Civil).
c) Organización: Expresa el artículo 373 del Código Civil, reformado por el artículo 1
del Decreto Número 124-97 del Congreso de la República, que: “Los registros del estado
civil se llevarán en cada municipio y estarán a cargo de un registrador nombrado po
r el Concejo Municipal. En los lugares en donde no sea necesario el nombramiento
especial de Registrador,
39
ejercerá el cargo el Secretario de la Municipalidad. En la capital y, cuando fuere
posible, en las cabeceras departamentales, el Registrador Civil deberá ser abogad
o y notario colegiado activo, siendo de reconocida habilidad para el ejercicio d
e su profesión, guatemalteco natural y de reconocida honorabilidad e idoneidad”. Seg
uidamente, expone nuestra ley sustantiva civil (artículo 374) que: “Los agentes cons
ulares de la República en el extranjero, llevarán el registro de los nacimientos, ma
trimonios, cambios de nacionalidad y defunciones de los guatemaltecos residentes
o transeúntes en los países en que aquéllos ejerzan sus funciones. De cada partida qu
e asienten en sus libros, remitirán copia certificada al Registro Civil de la capi
tal de la República, por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores, dentro de
los ocho días siguientes para que se hagan las inscripciones que corresponden”. Asim
ismo, el artículo 390 de la citada ley manifiesta que: “El reglamento del Registro C
ivil contendrá las demás disposiciones que deben normar su funcionamiento y regular
su perfecta organización en todos los municipios de la República”. Por último, es conven
iente aclarar, que según nuestro Código Civil vigente el Registro Civil deberá llevar
los siguientes registros: de nacimientos, de defunciones, de matrimonios, de rec
onocimiento de hijos, de tutelas, de extranjeros domiciliados y naturalizados, d
e adopciones, de uniones de hecho y de personas jurídicas (colectivas) a que se re
fiere los numerales 3° y 4°, y párrafo final del artículo 15 del Código Civil. d) Regulació
legal: Todo lo relacionado con este punto se encuentra regulado en los artículos
369 al 441 del Código Civil.
40
RESUMEN DE DERECHO CIVIL II
PRIMERA PARTE: DEL PATRIMONIO, LOS BIENES, LA PROPIEDAD Y DEMÁS DERECHOS REALES.
1. DEL PATRIMONIO. a) Definición: Es el conjunto de derechos subjetivos de una per
sona susceptibles de valoración pecuniaria que constituyen una universalidad jurídic
a. La anterior definición, aceptada por numerosos autores, no considera las obliga
ciones o deudas como parte del patrimonio, pues las consideran cargas del mismo
que deben ser consideradas y deducidas de los bienes, constituyendo el patrimoni
o sólo el remanente líquido. Empero, hay otros tratadistas que definen al patrimonio
como un conjunto de derechos y obligaciones de una persona apreciables en diner
o que constituyen una universalidad de derechos (universitas juris). De esta def
inición se deduce que el patrimonio está conformado por un conjunto de bienes y de d
erechos por un lado (elemento activo), y de obligaciones y cargas por otro (elem
ento pasivo), siendo indispensable que los mismos sean susceptibles de ser aprec
iados monetariamente. Sin embargo, no importando la definición que aprobemos, se p
uede colegir que el patrimonio es una entidad abstracta, distinta de los bienes,
de las obligaciones que lo integran, estos pueden cambiar, disminuir, desaparec
er íntegramente, mas no el patrimonio que permanece siempre, uno mismo durante tod
a la vida de la persona. b) Doctrinas: La naturaleza jurídica de esta institución ha
sido tratada por dos posiciones encontradas que son las siguientes: 1) Teoría clási
ca o del patrimonio personalidad: Esta doctrina, de origen francés, expone que el
patrimonio es la emanación de la personalidad y la potestad jurídica de que está inves
tida una persona como tal. 2) Teoría moderna o del patrimonio afectación: Esta teoría
ve en el patrimonio una universalidad que descansa sobre la común destinación de los
elementos que la componen. La noción de patrimonio ya no se confunde con la perso
nalidad ni se le atribuyen las mismas características de indivisibilidad e inalien
abilidad, propias de la persona. Así, pues, el maestro mexicano Rafael Rojina Vill
egas define el patrimonio aceptación como “un conjunto de bienes y deudas inseparabl
emente ligados, porque todos ellos se encuentran afectados a un fin económico”. Como
vemos el concepto de patrimonio como emanación de la personalidad y equiparable a
la capacidad de adquisición ha sido superada por los hechos. El llamado patrimoni
o afectación ha substituido la noción del patrimonio personalidad, especialmente en
las características de divisibilidad: el
41
activo y pasivo se consideran puramente términos contables, pues quien tiene más deu
das que bienes en realidad carece de patrimonio. c) Elementos del patrimonio: Lo
s elementos del patrimonio tienen un carácter pecuniario. No todo lo que la person
a posee o soporta es patrimonio, dado que solamente puede ser elemento constitut
ivo del patrimonio todo lo que sí tiene una apreciación económica. Los elementos const
itutivos del patrimonio son: 1) El activo: donde están considerados los derechos y
los bienes; y, 2) El pasivo: que son las obligaciones o deudas y cargas de dive
rsa naturaleza. También se consideran como elementos del patrimonio los derechos r
eales y los personales, pero estos pueden enmarcarse dentro del activo del patri
monio, considerados en poder de la persona que aprovecha estos derechos; y, dent
ro del pasivo, considerado desde el punto de vista de la persona que los soporta
. d) Indivisibilidad del patrimonio: Como vimos, la escuela clásica fundamenta que
el patrimonio es indivisible, deduciéndose de esta afirmación que una persona no pu
ede tener más de un patrimonio, por cuanto que las obligaciones y derechos al visl
umbrar en el campo jurídico tendrán que ser agregados a los ya existentes, constituy
endo un todo con relación a una persona determinada. Frente a la teoría clásica france
sa del patrimonio personalidad se levantaron numerosos críticos que se amalgaman e
n la concepción del patrimonio de afectación, como el conjunto de bienes de contenid
o económico pertenecientes a una o varias personas dedicados o afectados, a un fin
que puede ser altruista, científico, cultural o puramente económico independiente y
separado de los patrimonios personales, con lo que se rompen distintos principi
os esenciales del patrimonio personalidad, pues una persona puede ser titular de
varios patrimonios afectos a diversos fines con lo que el patrimonio dejaría de s
er único e indivisible. e) Subrogación real: En materia de patrimonio la subrogación r
eal se produce cuando una persona adquiere bienes nuevos que vienen a acrecentar
su patrimonio, en este momento los bienes adquiridos no gozan de ningún privilegi
o, sino que soportan las mismas cargas, los mismos gravámenes que tienen los biene
s anteriores. Por ejemplo: si una persona es deudora de cierta cantidad de diner
o a una empresa y vencido el plazo para el cumplimiento de la obligación no se hac
e efectiva la misma, procedería iniciar juicio que daría lugar al embargo, pero si l
os bienes anteriores no alcanzan a cubrir el monto de la obligación, los bienes nu
evos adquiridos también sufrirán este embargo ya que se produce una subrogación real y
estos bienes no gozarán de ningún privilegio, pues vienen a acrecentar el patrimoni
o del deudor y soportarán las mismas cargas que los otros bienes, dada la universa
lidad del patrimonio.
42
2. DE LOS BIENES. a) Definición: Nuestro Código Civil (artículo 442) expresa que: “Son b
ienes las cosas que son o puedan ser objeto de apropiación, y se clasifican en inm
uebles y muebles”. Cabe aclarar que la definición que da nuestra ley sustantiva civi
l es poco precisa, puesto que son bienes tanto las cosas como los servicios o de
rechos subjetivos sobre conducta ajena a los que el Código Civil denomina hechos a
l establecer que son objeto de los contratos, las cosas y los hechos. No todas l
as cosas son bienes, pues para que sean considerados tales se requiere que pueda
n ser objeto de apropiación, es decir, que estén o puedan ser objeto de los actos ju
rídicos, o sea estar en el comercio jurídico; están fuera del comercio por su propia n
aturaleza las cosas que no pueden ser poseídas por algún individuo exclusivamente (e
l aire atmosférico, el mar, los astros) y por disposición de la ley cuando ésta los de
clara fuera de la propiedad particular (véanse los artículos 443 y 444). Los hechos
o derecho a ellos han sido llamados cosas o bienes incorporales. b) Clasificación:
1) Por su naturaleza: 1° Corporales, aquéllos que tienen una existencia física apreci
able por nuestros sentidos (un vestido); y, 2° Incorporales, aquéllos que aún no tenie
ndo manifestación concreta y tangible, producen efectos jurídicos determinables (los
derechos de autor). 2) Por su determinación: 1° Genéricos, aquéllos a los que se alude
identificándoles por su naturaleza común (una máquina de escribir); y, 2° Específicos, aqué
los que se particularizan por elementos de exclusiva pertenencia a su naturaleza
(una máquina de escribir marca Brother). 3) Por las posibilidades de uso repetido
: 1° Consumibles, aquéllos en los que su uso altera su substancia de tal manera que
impide su ulterior aprovechamiento (la gasolina); y, 2° No consumibles, aquéllos en
los cuales, a pesar del uso que de ellos se hace, mantienen su naturaleza intact
a (las máquinas) –véase el artículo 713 del Código Civil–. 4) Por su posibilidad de substit
ción: 1° Fungibles, aquéllos que por no tener una individualidad propia y determinada,
pueden ser substituidos por otros de su mismo género (los cereales); y, 2° No fungi
bles, los que teniendo una individualidad propia, precisa y concreta, no pueden
ser representados o substituidos por otros (La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo
Da Vinci) – véase el artículo 454 del Código Civil–. 5) Por la posibilidad de fraccionamie
nto: 1° Divisibles, aquéllos que pueden dividirse en partes, sin detrimento de su na
turaleza (una finca rústica); y, 2° Indivisibles, aquéllos que no deben dividirse porq
ue ello produciría menoscabo en su uso y naturaleza (un cronómetro). 6) Por su exist
encia en el espacio y posibilidades de desplazamiento: 1° Inmuebles o raíces, aquéllos
que no pueden trasladarse de un punto a otro sin deterioro, a su vez han sido d
ivididos en inmuebles por su naturaleza (el suelo y subsuelo), por su incorporac
ión (las construcciones, los árboles), por su destino, cuando un mueble está incorpora
do a un inmueble formando parte de él (los aparatos
43
eléctricos o hidráulicos de los edificios), por el objeto al cual se aplican (los se
movientes cuando están al servicio de una finca, los abonos, semillas, tractores,
bombas, etc.), se trata de muebles cuyo objeto es su incorporación o aprovechamien
to en un inmueble, y por analogía o por disposición de la ley son inmuebles los dere
chos reales sobre inmuebles (la hipoteca), es decir, que son bienes incorpóreos qu
e por constituir derechos sobre inmuebles se asimilan a éstos; y, 2° Muebles, aquéllos
que son susceptibles de trasladarse de un punto a otro sin menoscabo de su natu
raleza (un vehículo). –véanse los artículos 442, 445, 446, 447, 451, 452, 453 y 455 del
Código Civil–. 7) Por su constitución y contenido: 1° Singulares, que son comprensivos d
e los simples y los compuestos. Los primeros son aquéllos constituidos por un todo
orgánico (un caballo). Los segundos integrados por la fusión de varios simples (un
motor); y, 2° Universales, son los bienes que están constituidos por varios elemento
s entre los que no existe una vinculación pero que forman un todo (una biblioteca,
un rebaño). 8) Por la jerarquía en su relación: 1° Principales, cuando lo bienes son in
dependientes y tienen mayor importancia y valor en relación con otros bienes (un v
estido con relación a los botones del mismo); y, 2° Accesorios, cuando los bienes de
penden de uno principal y su existencia está condicionada a la existencia del prin
cipal –véanse los artículos 449, 687, 688, 691 y 692 del Código Civil–. 9) Por su existenc
ia en el tiempo: 1° Futuros, aquéllos que si su existencia no es real, deben raciona
lmente esperarse que pueda tenerla, como susceptibles de venir a la vida (la cos
echa de una finca); y, 2° Presentes, aquéllos que gozan de existencia actual, viven
la realidad del orden físico o legal en el momento de ser tenidos en cuenta como t
ales al constituirse una relación jurídica (maquinaria, fincas). 10) Por la suscepti
bilidad de tráfico: 1° Dentro del comercio, los que son susceptibles de tráfico mercan
til; y, 2° Fuera del comercio, los que no son susceptibles de tráfico mercantil. Abs
oluta, cuando por ningún motivo pueden ser objeto de transacción comercial (los astr
os, los planetas). Relativa, cuando para su tráfico deben someterse a ciertas disp
osiciones (las drogas y estupefacientes) –véase el artículo 444 del Código Civil–. 11) Por
el carácter de su pertenencia: 1° Bienes de dominio público, aquéllos cuyo dominio se a
tribuye al Estado o al municipio. Pueden ser; de uso público común (calles, parques,
plazas) y de uso público no común (subsuelo, yacimientos de hidrocarburos); y, Bien
es de propiedad privada, aquéllos que son pertenencia de los particulares (una tel
evisión) –véanse los artículos 457, 458, 459 y 460 del Código Civil–. 12) Por el titular de
su propiedad: Bienes del Estado, o bienes de corporaciones, como los bienes de l
as municipalidades; y, 2° Bienes de particulares, alude a los bienes de propiedad
privada –véase el artículo 456 del Código Civil–. c) Importancia de la clasificación y su a
licación a casos concretos: Como vimos, en nuestro Código Civil son recogidos varios
de los criterios de clasificación anteriormente expuestos, encontrándose los mismos
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esparcidos en diversos capítulos de su contexto. La trascendencia de la aceptación d
e los mismos reside en que cada uno de ellos encuentre una proyección concreta en
nuestra legislación.
3. DERECHOS REALES. a) Definición: El derecho real ha sido definido por los autore
s, pues los códigos no lo hacen, como el poder directo e inmediato sobre una cosa
frente a cualquiera (erga omnes) que está obligado a respetar y no estorbar su eje
rcicio, es decir, que es oponible a terceros. El derecho real típico es la propied
ad o dominio. b) Naturaleza jurídica: La naturaleza jurídica de los derechos reales
se ha explicado a través de la teoría clásica, la teoría personalista, anticlásica u oblig
acionista y la teoría ecléctica. c) Doctrinas: 1) Teoría clásica: de acuerdo a esta teoría
el titular de un derecho real ostenta un poder inmediato sobre la cosa; hay, po
r lo tanto, una relación directa entre persona y cosa. 2) Teoría personalista, antic
lásica u obligacionista: ésta parte de la afirmación de que sólo cabe relaciones jurídicas
entre personas y no entre personas y cosas, quedando destruido el concepto clásic
o del derecho real y en su lugar se crea un vínculo personal entre el titular del
derecho real y los demás hombres, consistente en una obligación por parte de éstos de
abstenerse de perturbar el derecho real; se caracteriza por tanto al derecho rea
l, como una obligación pasiva universal, razón por la cual recibe esta teoría el nombr
e de personalista y obligacionista. 3) Teoría ecléctica: o integral, por la cual se
llega a soluciones armónicas, conciliando la teoría clásica y la personalista, neutral
izando lo exagerado de cada una de ellas, explicando que la teoría clásica desconoce
que el derecho se da entre hombres, que el derecho es un producto de la cultura
y que el derecho existe para regular la convivencia humana; pero la teoría person
alista confunde el deber jurídico con la obligación patrimonial, es decir, que confu
nde el deber general de abstención de todas las personas con la obligación patrimoni
al. La relación de propiedad se produce entre el propietario y las demás personas, p
ero el objeto de dicho derecho es un bien sobre el cual el propietario tiene un
poder directo e inmediato por consecuencia del cual las demás personas están obligad
as a respetar su derecho. d) Características: Tomando en cuenta la posición ecléctica
respecto de los derechos reales, podemos señalar como características de los mismos
las siguientes: 1) La singularidad de la adquisición: los derechos reales necesita
n de un elemento objetivo que es la transmisión de la posesión, las figuras contract
uales que giran alrededor de los derechos reales
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necesitan para su perfeccionamiento la entrega efectiva del bien. 2) El escaso p
oderío creador de la voluntad humana: porque en su generalidad están determinados po
r la ley los derechos reales siguiendo la orientación moderna y no pueden crearse
a capricho como sucede con los contratos, aunque sea su objeto lícito. 3) Derechos
de preferencia y persecución: derecho de preferencia aquel que permite al titular
excluir a todos aquellos que no tengan más que un derecho de crédito o un derecho r
eal posterior en fecha o clasificado en inferior categoría; y, el derecho de perse
cución es el que faculta al titular de un derecho real a que, mediante el uso de l
as acciones legales respectivas, recupere el bien objeto de su derecho de quien
se hubiere apoderado de él sin título o con título sin valor. 4) La posibilidad de aba
ndono: se refiere esta característica a la circunstancia de que el propietario de
un bien puede eximirse de los gravámenes constituidos sobre el mismo, abandonando
el derecho que le corresponde. e) Diferencias entre derechos reales y derechos p
ersonales: Como vimos, el derecho real es la potestad personal sobre una o más cos
as, objetos del Derecho; y, el derecho personal, como contrapuesto a derecho rea
l, es el vínculo jurídico entre dos personas, que pueden ser acreedores o deudores d
e manera unilateral o recíproca, si existe bilateralidad entre los nexos o las pre
staciones. Con amplitud, en los derechos personales entra todo el Derecho de Fam
ilia y el de las Obligaciones. f) Clasificación: Los derechos reales, teniendo en
cuenta el contenido o facultades más o menos amplias que lo integran, se clasifica
n de la siguiente manera: 1) Derechos reales de goce y disposición: que es el dere
cho de propiedad o dominio y equivale a los derechos reales en sentido estricto,
siendo derecho real pleno. 2) Derechos reales de mero goce: donde están enmarcado
s el usufructo, uso, habitación y servidumbre, los cuales confieren facultades de
inmediata utilidad sobre el bien ajeno, siendo derechos reales limitativos. 3) D
erechos reales de garantía: donde se encuentran la prenda y la hipoteca, estos der
echos solamente otorgan la posibilidad de obtener el valor de la cosa a través de
la facultad de promover su venta, sin que en cambio otorguen facultades inmediat
as sobre el bien, siendo, al igual que los anteriores, derechos reales limitativ
os. g) Enumeración de los derechos reales: El problema de determinar el número de de
rechos reales en forma taxativa en las legislaciones, o de permitir en forma amp
lia la creación de los mismos, ha sido motivo de discusión, al respecto existen dos
sistemas: 1) Legislación de número abierto (numerus apertus): que permite crear a lo
s particulares otros tipos diversos de derechos reales, además de los que la ley r
egula. 2) Legislación de número cerrado (numerus clausus): que solamente admite como
derechos reales aquéllos regulados y consagrados por la ley. 3) Orientación del der
echo
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civil guatemalteco: la orientación que sigue nuestra legislación es la del sistema d
e numerus clausus, en cuanto que el Código Civil tiene dedicado un libro completo
(Libro II) a los bienes, la propiedad y demás derecho reales, contenidos por supue
sto en el mismo cuerpo de leyes.
4. EL DERECHO REAL DE GOCE Y DISPOSICIÓN (LA PROPIEDAD). a) Definición: Expresa nues
tro Código Civil (artículo 464) que: “La propiedad es el derecho de gozar y disponer d
e los bienes dentro de los límites y con la observancia de las obligaciones que es
tablecen las leyes”. Es decir, que la propiedad es la facultad que corresponde a u
na persona, llamada propietario, de obtener en forma directa de una cosa, toda l
a utilidad jurídica y material que es susceptible de procurar. b) Evolución histórica:
1) Propiedad colectiva, familiar e individual: En los albores de la historia de
la humanidad, apenas si se puede concebir la propiedad, ya que resultaba incomp
atible el nomadismo de los pueblos primitivos con un estado jurídico de propiedad;
sin embargo, a medida que el ser humano se vuelve más sedentario y busca un lugar
de asentamiento, principia a tener mayor sentido la propiedad, especialmente, l
a propiedad inmobiliaria, ya que la propiedad mobiliaria desde la primera etapa
(nómada) tenía alguna significación, primordialmente con los objetos de uso personal.
En la etapa sedentaria predomina una orientación colectiva de la propiedad, se da
en forma comunal (propiedad colectiva), lo que se hace necesario y de suma utili
dad al igual que el trabajo común, para alcanzar el éxito en las empresas realizadas
, cosecha, pesca, construcción de viviendas. En esta etapa primitiva, el trabajo aún
no ha alcanzado todavía la productividad necesaria para permitir la división de la
sociedad en clases y por ello, si bien es cierto que existen algunos jefes, éstos
no ejercer ningún derecho de propiedad sobre las cosas ni las personas. Resulta en
tonces, que la noción misma de la propiedad privada, en la etapa primitiva escapa
a estos seres, la repartición de los bienes cuando no pueden ser utilizados en gru
pos, se hace de manera espontánea, sin que nadie acapare todo para sí, puntualizándose
, durante milenios de años, relaciones de cooperación, en donde prevalecen los inter
eses de la colectividad. Luego, cuando la sociedad primitiva se va extendiendo e
n gens, clanes, tribus y familias, aparece la propiedad familiar propiamente dic
ha, pero siempre se mantiene alguna orientación de tipo colectivo, ya que los bien
es pertenecían a la entidad familiar, y no a ninguno de sus miembros individualmen
te; por ejemplo, si una familia no hacía uso de la tierra que poseía y no la cultiva
ba, ésta pasaba de nuevo a la comunidad. En el momento en que el trabajo humano pr
oporciona un excedente constante sobre el consumo del trabajador y otro se lo ap
ropia, nace la división de la sociedad en clases y con ello la propiedad individua
l, siendo detentada la propiedad de los medios de producción por la clase
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dominante y principia a desarrollarse la explotación del hombre por el hombre a tr
avés del sistema esclavista. 2) De la Edad Media a la época actual: En la Edad Media
se produce una significativa transformación del concepto y características de la pr
opiedad surgida especialmente por la contradicción de clases y la invasión del Imper
io romano, quienes a través de esas invasiones se apoderaron de grandes extensione
s de tierra, que hicieron necesario el trabajo del siervo para hacerlas producir
; nace, pues, un nuevo orden de cosas, una nueva concepción de la propiedad, nace
el sistema feudal como una nueva forma de servidumbre y explotación, por el grado
de dominación que ejerce el señor feudal, como detentador de la propiedad de los med
ios de producción, que duró los siglos medios. Específicamente en cuanto a la propieda
d se refiere, paralelo al dominio directo, que ejercía el señor feudal, se da otro d
ominio, llamado dominio útil, que corresponde al siervo que cultiva, era un derech
o de disfrute, que más bien trata de disfrazar la explotación de que era objeto el s
iervo por parte del señor feudal, ya que éste tenía y era obligado a entregar parte de
lo que producía al señora feudal. Con la Revolución francesa, queda abolido este sist
ema feudal (que en América Latina sigue teniendo vigencia a través de algunas manife
staciones). En la Edad Moderna se vuelve al sentido unitario de la propiedad y p
asa la propiedad a ser exclusivamente del terrateniente (propiedad inmobiliaria)
. En la época actual se caracteriza el derecho de propiedad, fundamentalmente, por
el sentido social que se le asigna al mismo, y que se traduce en una serie de l
imitaciones en el uso de la propiedad mobiliaria, que anteriormente apenas si po
día compararse con el valor de la propiedad inmobiliaria. 3) En nuestra legislación:
La Constitución de la República de Guatemala, de 1945, aceptó el criterio de la época a
ctual al disponer (artículo 90) que: “El Estado reconoce la existencia de la propied
ad privada y la garantiza como función social, sin más limitaciones que las determin
adas en la ley, por motivos de necesidad o utilidad públicas o de interés nacional”. E
n las Constituciones de 1956, 1965 y 1985 (vigente), no aparece este principio.
c) Teorías que justifican la existencia de la propiedad privada: Bajo este rubro s
e aglutinan los siguientes criterios: 1) Teoría de la ocupación: expresa esta teoría q
ue la propiedad privada se fundamenta en la apropiación que el hombre primitivo hi
zo de las cosas que no tenían propietario (res nullius), para servirse de ellas en
la satisfacción de sus necesidades y que de una mera apropiación pasajera, pasó a int
egrar una relación permanente y estable, garantizada por respeto de cada uno de la
s adquisiciones de los demás. Esta teoría explica el aparecimiento de la propiedad,
mas no justifica su existencia. 2) Teoría del trabajo: esta teoría afirma que el der
echo a la propiedad privada es justo y legítimo, porque el hombre adquiere los bie
nes mediante su esfuerzo personal, por consiguiente es equitativo que los conser
ve y que pueda transmitirlo a sus descendientes. Se le critica a esta teoría que m
uchos bienes, y los grandes
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imperios financieros, han sido producto de la explotación del hombre por el hombre
y no de su esfuerzo personal. Seguidores de esta teoría son Adam Smith (1723-1790
) y John Stuart Mill (1806-1873). 3) Teoría de la ley: esta teoría dice que la propi
edad se funda en la ley, ya que únicamente la ley puede sancionar la renuncia de t
odos y servir al goce de uno solo. Seguidores de esta corriente son Charles-Loui
s de Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755), Jeremy Bentham (1748-1832) y Hono
ré Gabriel Riqueti, conde de Mirabeau (1749-1791). 4) Teoría de la convención: esta te
oría encuentra la razón de ser del derecho de propiedad en el mismo fundamento de la
sociedad, esbozado por JeanJacques Rousseau (1712-1778), autor que lo contenía en
un contrato social tácitamente otorgado por el hombre. Según este filósofo francés, el
hombre en un estado primitivo de naturaleza, disfrutó de la absoluta independencia
, pero mediante una convención colectiva impuso limitaciones a este libertad, a fi
n de encontrar una garantía real y efectiva a sus derechos, entre los cuales se en
cuentra el de propiedad. Esta teoría encuentra, así, el fundamento de la propiedad e
n la humana comprensión, puesto que según ella, los hombres se han dado cuenta que s
i cada cual se pudiese apropiar de los bienes que quisiera a su libre arbitrio,
el conflicto se enseñorearía en la colectividad humana. 5) Teoría moderna: esta teoría a
firma que si el derecho a la propiedad debe ser individual, su ejercicio debe se
r social, es decir, que el propietario tiene el deber de tomar en cuenta el inte
rés de los demás, y el legislador puede hacer que el propietario lo recuerde al esta
blecer algunas limitaciones; pero esta intervención del legislador tiene un límite q
ue no puede ser rebasado. Seguidores de esta doctrina son Leroy, Beaulieu, Cimba
li y D'Agnano. d) Sentido social del derecho de propiedad: El carácter absoluto de
la propiedad, según la doctrina moderna, consiste en que como todo derecho real e
s oponible a todos, los que están obligados a respetarlo por un deber de abstención,
en el sentido de no realizar actos que perjudiquen o restrinjan las facultades
del propietario. El concepto de absoluto no es sinónimo de ilimitado, pues la prop
iedad debe usarse de tal manera que su ejercicio no dé otro resultado que pueda ca
usar perjuicios a un tercero; además, está restringido por modalidades y limitacione
s. En ese orden de ideas, la función social de la propiedad mira a que su ejercici
o respete las exigencias de los intereses generales del Estado, la utilidad públic
a y las necesidades colectivas, por considerar que el propietario tiene el bien
en nombre de la sociedad y puede servirse y disponer de ella, siempre y cuando s
u derecho sea ejercitado en forma concordante con los intereses generales. El pr
opietario adquiere la obligación de ejercitar su derecho de manera que contribuya
al bien colectivo (por ejemplo: un propietario no podría mantener improductivo un
predio agrícola que está apto para producir, en Guatemala la mayor parte de las tier
ras productivas son ociosas) y que no perjudique. Un tercero, protegiendo no sólo
los intereses materiales, sino que también su salud y tranquilidad, evitando los
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perjuicios ocasionados por el mal uso de la propiedad. Fue el papa León XIII (1810
-1903), papa de 1878 a 1903, quien, en la encíclica sobre la condición del trabajo,
Rerum novarum (1891), propuso que la propiedad privada era un derecho natural, d
entro de los límites de la justicia, pero condenaba al capitalismo como causa de l
a pobreza y degradación de muchos trabajadores, dando así al derecho de propiedad, u
n sentido social. e) Facultades que integran el derecho de propiedad: 1) Faculta
d de disposición: es una de las facultades típicas del dominio, aunque no exclusiva
de él, y tradicionalmente es considerada en las legislaciones. El artículo 464 del Cód
igo Civil la contempla al expresar que: “La propiedad es el derecho de gozar y dis
poner de los bienes dentro de los límites y con la observancia de las obligaciones
que establecen las leyes”. 2) Facultades de goce y aprovechamiento: dichas facult
ades consisten en la más adecuada utilización de los bienes para la satisfacción de la
s necesidades (véase otra vez el artículo citado). f) Extensión y limitaciones de las
facultades dominicales y, en particular, de la propiedad inmueble: Como vimos an
teriormente, el derecho de propiedad se hace extensivo hasta el goce, disposición
y aprovechamiento de los bienes; sin embargo, dicha extensión se ve limitada por l
as prohibiciones (derivadas de la naturaleza misma del dominio, por la utilidad
pública o privada, las voluntarias, y las de orden legal y judicial) que en cada c
aso se establezcan tanto en su uso, como en su disposición, llegándose incluso a la
prohibición de alienar o enajenarlos. Con relación a los límites de la propiedad inmue
ble, según la teoría clásica, el propietario de un predio tenía derecho al suelo en el áre
a limitada por sus linderos, al subsuelo en todo lo que hubiera bajo su suelo “has
ta el centro de la tierra”, incluyendo minerales, hidrocarburos, aguas, etc., y al
cielo o vuelo correspondiente a los límites del suelo sin limitación en la altura.
Esta concepción teórica es antihistórica; pues de hecho nunca se pudo ejercer y el der
echo sufrió innumerables limitaciones que en la actualidad han restringido los límit
es de la propiedad al aprovechamiento del suelo, con las limitaciones administra
tivas que las leyes fijan a la edificación y al uso del suelo. Por lo que se refie
re al vuelo, la altura de las construcciones es materia de regulación municipal, s
ervidumbre de paso de cables de energía eléctrica y comunicaciones, incluyendo los r
eglamentos de aviación y tratados internacionales de naves espaciales y satélites. C
on lo anterior el uso del espacio aéreo del propietario ha quedado restringido a l
as edificaciones asentadas en el suelo hasta la altura autorizada por los reglam
entos urbanos. En cuanto al subsuelo, desde el antiguo régimen de minas limitó el de
recho de los propietarios; las tendencias y regulaciones en el aprovechamiento d
e los recursos naturales excluyeron al propietario de los materiales de naturale
za distinta a los componentes de los terrenos, como los minerales, metales, meta
loides, salinas, los combustibles sólidos,
50
el petróleo y los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, así como de las corrientes
y mantos acuíferos, con lo anterior ha quedado al propietario tan sólo el aprovecha
miento de la superficie del terreno, el subsuelo y el sobresuelo, con las limita
ciones que fijen las leyes (véanse los artículos 121 al 128 de la Constitución). Nuest
ro Código Civil regula, como limitaciones de la propiedad, aquellas que son propia
mente limitaciones, con prohibiciones al y obligaciones del propietario. La mate
ria está regulada en los artículos 473 al 484, cuya lectura se desprende si se trata
de limitaciones al derecho de propiedad, de prohibiciones o de obligaciones del
propietario. Las limitaciones a la propiedad pueden ser: legales, o sea las que
establecen las leyes, y en ciertos casos los reglamentos; y, voluntarias, o sea
las establecidas por decisión del propietario, como en el caso de las servidumbre
s. Conviene aclarar que el Código Civil reconoce como derechos fundamentales del p
ropietario: el derecho de defender su propiedad por los medios legales y de no s
er perturbado en ella, si antes no ha sido citado, oído y vencido en juicio (artícul
o 468); el derecho de reivindicar (recuperar o reclamar) la cosa de cualquier po
seedor o detentador (artículo 469); y, el derecho del propietario a los frutos de
sus bienes y a cuanto se les incorpore por accesión (artículo 471). g) Propiedad del
suelo, sobresuelo y subsuelo: El Código Civil establece en su artículo 473, que: “La
propiedad del predio se extiende al subsuelo y al sobresuelo, hasta donde sea útil
al propietario, salvo disposiciones de leyes especiales”; con lo cual se está recon
ociendo la propiedad del subsuelo y del sobresuelo, así pues, el propietario podrá h
acer las excavaciones para los usos que le convengan, pero siempre sometiéndose a
las limitaciones de orden legal y que favorecen los derechos de minería, aguas y p
atrimonio histórico y cultural.
5. MODOS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD. a) Definición: Son aquellos actos o hechos jurídi
cos a los cuales la ley reconoce la virtud de hacer surgir el dominio en un dete
rminado sujeto. b) Clasificación: 1) Originarios y derivados: 1° Primitivos u origin
arios, es cuando la cosa no ha estado en el patrimonio de determinada persona; n
o ha tenido dueño (ocupación, accesión); y, 2° Derivados, es cuando la transmisión del dom
inio supone una transmisión de un patrimonio a otro (contrato, herencia, prescripc
ión, adjudicación). 2) A título universal y a título particular: 1° Universal, se transfie
re el patrimonio como universalidad jurídica (herencia); y, 2° Particular, se transm
iten bienes determinados (contratos, legados). 3) A título gratuito y a título onero
so: 1° Gratuito, el adquirente recibe un bien sin tener que cubrir una contraprest
ación (donación, herencia, legado); y, 2° Oneroso, el
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adquirente paga un cierto valor en dinero, bienes o servicios, a cambio del bien
que recibe (contratos onerosos, compraventa). 4) Intervivos y por causa de muer
te: 1° Intervivos, son transmisiones por acto entre vivos (acto jurídico en general)
; y, 2° Por causa de muerte, son transmisiones que se dan por el fallecimiento del
propietario de un bien (herencia legítima, testamentaria y legado).
6. LA OCUPACIÓN. a) Definición: Es la aprehensión de una cosa corporal que no tiene du
eño, con ánimo de adquirir la propiedad. Es el modo originario de adquirir la propie
dad mediante la aprehensión o apoderamiento de una cosa que carece de dueño, por no
haberlo tenido nunca o ignorarse quien es, o por haber hecho abandono de la mism
a su último propietario. b) Naturaleza jurídica: La ocupación es un modo originario o
primario de adquirir la propiedad de una cosa. c) Elementos: 1) Sujeto: en relac
ión con el sujeto, se requiere capacidad para adquirir y propósito o intención de apro
piarse la cosa. 2) Objeto: con relación al objeto, se requiere que la cosa no pert
enezca a nadie o que pertenezca a dueño ignorado o a dueño que la haya abandonado. d
) Cosas susceptibles de ocupación: 1) Ocupación de bienes muebles: las cosas muebles
o semovientes (ganado de cualquier especie) que no pertenecen a ninguno, pueden
adquirirse por ocupación, de conformidad con lo dispuesto en leyes especiales. Ca
be aclarar, que los bienes inmuebles no pueden adquirirse por ocupación (los que n
o estén reducidos a propiedad particular pertenecen a la Nación). Pueden ser objeto
de ocupación las piedras, conchas y otras substancias que se encuentran en las rib
eras del mar, de los ríos y arroyos de uso público y que no presentan señales de domin
io anterior. También pueden ser objeto de ocupación las cosas cuya propiedad abandon
a voluntariamente su dueño. 2) Ocupación de tesoro: el tesoro encontrado en terreno
propio pertenece íntegramente al descubridor (o sea al mismo dueño del terreno). El
tesoro encontrado en terreno ajeno se dividirá por partes iguales entre el dueño del
terreno y la persona que haya hecho el descubrimiento. Sin embargo, el descubri
dor no tendrá derecho a su porción sino cuando el descubrimiento sea fortuito, o cua
ndo haya buscado el tesoro con permiso del dueño del terreno. Nadie puede buscar t
esoro en terreno ajeno, sin permiso escrito del dueño. El interesado que obtuviere
permiso y presentare garantía a satisfacción del propietario, podrá hacer excavacione
s para sacar dinero, alhajas u objetos preciosos, que alegare pertenecerle. No p
robándose el derecho sobre dichos dineros, alhajas u objetos preciosos, serán consid
erados como bienes perdidos y como tesoros encontrado en suelo ajeno, según los
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antecedentes y señales. En el segundo caso anterior, deducidas las costas se divid
irá el tesoro por partes iguales entre el denunciador y el dueño del suelo; pero no
podrá éste pedir indemnización de perjuicios, a menos de renunciar a su porción. 3) Ocup
ación de bienes mostrencos: el bien mostrenco es el mueble o semoviente que, por p
arecer extraviado y no tener dueño conocido, se adjudica al Estado o éste se atribuy
e. La persona que encuentre un bien mostrenco deberá presentarlo a la autoridad mu
nicipal más próxima al lugar donde hubiere tenido lugar el hallazgo. La autoridad qu
e reciba el bien encontrado, pondrá el hecho en conocimiento público, y si transcurr
ido el término fijado no se presentare persona que justifique su dominio, se proce
derá a su venta en pública subasta. El dueño que recobre lo perdido o su precio, está ob
ligado al pago de los gastos y a abonar a quien lo halló el diez por ciento (10%)
del valor de la cosa o del producto de la venta. Leyes especiales de carácter admi
nistrativo regulan la ocupación de animales sin dueño, tales, por ejemplo, las relat
ivas a la caza y pesca, enjambres de abejas, etc. e) Regulación legal: Todo lo rel
ativo a este punto está regulado en los artículos 589 al 611, y 680 del Código Civil.
7. LA ACCESIÓN. a) Definición: Aunque el Código Civil no la define, podemos decir que
la accesión es el derecho que tiene el propietario de un bien a adquirir todo lo q
ue el bien produce, se le une o incorpora natural o artificialmente. b) Naturale
za jurídica: Se discute la naturaleza jurídica de la accesión en cuanto algunos autore
s opinan que se trata de un modo de adquirir el dominio; mientras que otros sost
ienen que es simplemente una facultad dominical; y, una tercera posición que consi
dera la accesión discreta como facultad dominical y la continua como modo de adqui
rir la propiedad. c) Clases: Nuestro Código Civil (artículo 471) regula dos clases d
e accesión, como una facultad dominical, al establecer que: “El propietario de un bi
en tiene derecho a sus frutos (accesión discreta) y a cuanto se incorpora por acce
sión (continua), de conformidad con lo dispuesto en el capítulo respectivo de este Cód
igo”. 1) Accesión discreta: establecida la accesión discreta como una facultad dominic
al, el fundamento de ésta es el mismo que el de la propiedad, pues si existe este
derecho es precisamente por razón de las utilidades que pueden obtenerse de los bi
enes. Por el derecho de accesión se adquieren los frutos que producen los bienes, és
tos, según la ley (artículo 655), pueden ser: 1° Frutos naturales, que son las producc
iones espontáneas de la tierra, las crías de los animales y demás productos que se obt
engan con o sin la industria del hombre; y, 2° Frutos civiles, que son los rendimi
entos que se obtienen de una cosa o de un
53
tercero mediante una relación jurídica entre el propietario o titular del derecho y
otra persona; por ejemplo: el alquiler de los edificios, el precio del arrendami
ento de tierras y el importe de rentas perpetuas (vitalicias). 2) Accesión continu
a: así se denomina a la adquisición de la propiedad sobre lo que une o incorpora, na
tural o artificialmente, a una cosa nuestra, en calidad de accesorio y de modo i
nseparable. Tradicionalmente se han venido distinguiendo tres clases de accesión c
ontinua: 1° De inmueble a inmueble: avulsión, cuando la parte de un predio o terreno
, susceptible de reconocerse, es arrastrada por la corriente de un arroyo, torre
nte o río e incorporada a otro (artículos 676 y 677 del Código Civil); aluvión, cuando l
os predios o terrenos por los que pasa una corriente de agua, se acrecienta su s
uperficie por la decantación o separación de las materias que la corriente transport
a (artículo 679 del Código Civil); mutación de cauce, cuando un río varía su cauce en form
a natural (artículos 673, 674 y 675 del Código Civil); y, formación o nacimiento de is
la, ya sea por aluvión o por formación de una nueva corriente, y se produce por suce
siva acumulación de arrastres superiores (artículo 678 del Código Civil); 2° De mueble a
inmueble: construcción o edificación, la construcción en terreno ajeno con materiales
propios, o sea, la edificación con materiales pertenecientes a una persona en el
fundo de otra; plantación, la hecha a través de árboles que pertenecen a una persona e
n el fundo de otra; y, siembra, que se hace a través de semillas de una persona en
el fundo de otra; y, 3° De mueble a mueble: unión, adjunción o conjunción, se produce c
uando se unen dos cosas muebles de diversa naturaleza y pertenecientes a distint
os dueños, formando una sola cosa, pero con la posibilidad de separarlos o de que
subsistan después con independencia; contraria a esta definición el Código Civil guate
malteco, regula en su artículo 689 sobre las cosas que pueden separarse; especific
ación, cuando alguien empleando su trabajo transforma la materia ajena creando una
especie nueva; por ejemplo: el joyero que con el oro y piedras preciosas crea u
n collar; aceite del coco; muebles de la madera; y, conmixtión o mezcla, cuando se
mezclan varios sólidos pertenecientes a distintos propietarios, de tal forma que
no se puedan separar; si la mezcla es de líquidos la doctrina le denomina confusión.
8. LA POSESIÓN. a) Definición: Para algunos autores la posesión es un estado o un pode
r de hecho, pero fundamentalmente la exteriorización de la propiedad, del derecho
de propiedad; o, en cierto sentido y en ciertas oportunidades, que la posesión es
el inicio de la propiedad. Ahora, en su sentido intrínseco, no se admite que la po
sesión sea la exteriorización de la propiedad. Tiende a afirmarse que la posesión es u
na presunción legal de propiedad. El Código Civil (artículo 612) define como poseedor
al que ejerce sobre un bien todas o algunas de las facultades inherentes al
54
dominio. Esta definición es resultado de una síntesis de las doctrinas clásicas sobre
la posesión que han preocupado a los juristas por más de un siglo. Las tesis de Savi
gny y la de Von Ihering fijaron el concepto. b) Elementos: En el estudio del con
cepto de la posesión, como expresamos anteriormente, Savigny y Von Ihering estudia
n dos elementos fundamentales: 1) El corpus (elemento material): que para Savign
y es el poder físico o de hecho sobre la cosa, su tenencia, en suma, la relación dir
ecta entre el poseedor y el bien poseído; sin embargo, para Von Ihering no es sólo t
al poder sino todos los hechos que conducen al aprovechamiento de la cosa, aunqu
e de hecho no la tenga en su poder. 2) El animus (elemento intencional): que par
a Savigny es la voluntad de conservar la cosa, de actuar como propietario. Como
vemos para Savigny el ánimo de la posesión es un animus domine, es decir, con intenc
ión a título de dueño, sólo es posesión la que tiene tal carácter, los que tienen la cosa s
n tal ánimo no son poseedores, son detentadores o precarios. Para Von Ihering el a
nimus es de poseer, es decir, tener la cosa no sólo como propietario sino por cual
quier otro título o intención como el depositario o arrendatario. El que posee a títul
o de propietario tiene una posesión originaria, el que tiene la cosa por entrega d
el primero tiene la posesión derivada. A este respecto, expresa el profesor Federi
co Ojeda Salazar que: “El concepto del Código, expresado en el artículo 479 (se refier
e al Código Civil de 1933), es el tradicional referido a la posesión. En efecto, exi
ge la tenencia o goce de un bien y el ánimo de conservarlo para sí; es decir, requie
re la concurrencia del animus y el corpus, que son los elementos que integran la
posesión según la doctrina de la escuela clásica, en la que se inspiraba también el Códig
o del 77. El proyecto abandona este concepto tradicional de la posesión e incorpor
a en el artículo 595 (actualmente el 612), el principio sustentado por la doctrina
moderna, que es el seguido por los códigos inspirados en el alemán, como son los de
Brasil, Perú y México, entre los latinoamericanos. Es poseedor, dice el mencionado
artículo, el que ejerce sobre un bien, todas o algunas de las facultades inherente
s al dominio. El corpus y el animus se toman en cuenta en la teoría tradicional y
en la moderna; pero en esta última es bastante el uso de la cosa según su destino ec
onómico para presumir el ánimo o voluntad de tenerla como propia. La tenencia misma
presume el ánimo del poseedor sin necesidad de recurrir a un elemento subjetivo mu
y difícil de probar. La manifestación del animus por actos externos, como son el apr
ovechamiento económico total o parcial del bien, es suficiente para proteger la po
sesión”. c) Naturaleza jurídica: De acuerdo a la más reciente doctrina, se nos indica qu
e la posesión no es un simple hecho, no es sólo una relación material, sino que también
es un derecho. Se afirma que también es un derecho, por las consecuencias jurídicas
de la posesión, entre ellas: 1° El derecho del poseedor a los frutos; 2° El derecho de
l poseedor para el reintegro de
55
las mejoras y gastos causados; y, 3° La responsabilidad del poseedor por los deter
ioros sufridos en la cosa. d) Medios de protección posesoria: La intensidad de la
protección posesoria (defensa de la posesión cuando se priva de ésta por vías de hecho a
una persona), depende de cada criterio legislativo sobre la posesión. Y cada uno,
necesariamente, está influenciado en el grado en que se considere la posesión como
reflejo de la propiedad, o bien, simplemente un hecho no necesariamente relacion
able con la propiedad. Pero, de todas maneras, la tendencia predominante es la p
roteger jurídicamente al poseedor, cualquiera sea el título a que posea o aun sin po
seer título, siempre que el acto de poseer tenga alguna apariencia de legalidad. Y
, por regla general, como es lógico, la protección posesoria no está vinculada al dere
cho de propiedad sobre la cosa y la subsiguiente posesión legal. La teoría clásica sob
re el fundamento de la protección posesoria atribuida a Savigny, se basa en el pri
ncipio de que nadie está capacitado legalmente para hacerse justicia por sí mismo. Q
uien se ve privado de la posesión, en consecuencia, debe acudir a la justicia para
que se le restituya el bien o derecho del cual fue desposeído. En aparente incong
ruencia, la ley protege primero al usurpador. En realidad, se trata de la aplica
ción de la tesis de que el poseedor, en el caso el usurpador que se transforma en
tal, tiene una apariencia de legitimidad en su situación, la cual debe atacar por
la vía judicial el verdadero propietario o legal poseedor. La teoría moderna sobre e
l fundamento de la protección posesoria, atribuida a Von Ihering, considera que la
propiedad se ejercita por lo general a través de actos o de hechos derivados o ex
presivos de la posesión. El principio general es considerar propietario a quien es
tá poseyendo. De ahí que la ley proteja al poseedor, a sabiendas de que en algunas c
osas puede por lo menos temporalmente proteger al usurpador. A este respecto, el
profesor Federico Ojeda Salazar expone que: “La protección que se concede al poseed
or atiende a una doble necesidad: la de asegurar el orden público y la de proteger
al presunto propietario. El poseedor de hecho goza de los interdictos para aseg
urar su posesión entre tanto que no se demuestre el mejor derecho del que demanda
la entrega del bien; y éste deberá respetar la posesión del que la tenga sin quitársela
por su propia mano, sino acudiendo a los jueces para probar su derecho”. Como se p
uede apreciar, el redactor del proyecto de nuestra ley sustantiva civil tomó en cu
enta las dos teoría aludidas (la clásica de Savigny y la moderna de Von Ihering), ac
eptando los puntos de vista de ambas, que nada tienen de irreconciliables. En es
e orden de ideas, podemos decir que existen dos formas procesales de proteger un
derecho posesorio, las cuales son: 1) El interdicto: del latín interdictum, que q
uiere decir entredicho; constituye un procedimiento en materia civil encaminado
a obtener del juez una resolución rápida (en nuestro medio en juicio sumario), que s
e dicta sin perjuicio de mejor derecho, a efectos de evitar un peligro o de reco
nocer un derecho posesorio. Los interdictos que contempla nuestra legislación
56
son: amparo de posesión o de tenencia, despojo, apeo o deslinde, obra nueva y obra
peligrosa (véanse los artículos 229, numeral 5°, y 249 al 268 del Código Procesal Civil
y Mercantil). 2) La acción publicana: en el Derecho romano, era la acción que podía s
er ejercitada por quien adquiría de buena fe, para reclamar del poseedor actual la
restitución o devolución de la cosa que tenía sin derecho a con título dudoso. e) Vicio
s de la posesión: Vicio no es más que la mala conducta con probables o seguros perju
icios para el cuerpo o el espíritu, o bien, en lo civil, el defecto que anula o in
valida un acto o contrato, sea de fondo o de forma. En ese orden de ideas, la po
sesión será viciosa cuando fuere de cosas muebles adquiridas por hurto, estelionato
o abuso de confianza; y, de cosas inmuebles, cuando sea adquirida por violencia
o clandestinamente, y siendo precaria, cuando se tuviese por abuso de confianza.
1) Vicios en la posesión de bienes muebles: 1° Hurto, que no es más que tomar, a esco
ndidas sin intimidación ni violencia y sin la debida autorización, cosa mueble, tota
l o parcialmente ajena; 2° Estelionato, incurre en estelionato quien contrata de m
ala fe sobre cosas ajenas, como si fueran propias, o sobre cosas gravadas como s
i se encontraran libres, siempre que la otra parte hubiese aceptado la promesa d
e buena fe; la palabra estelionato fue tomada por el jurista argentino Dalmacio
Vélez Sarsfield (quien compuso el Código Civil de su país) de la vieja legislación español
a vigente a la época de la sanción del Código Civil argentino, vigente desde 1871, per
o ha desaparecido de la terminología penal moderna y en la actualidad representa u
na modalidad de la estafa –caso especial–; y, 3° Abuso de confianza, existe abuso de c
onfianza cuando la persona que ha recibido una cosa a título de acreedor (arrendat
ario, comodatario, depositario, etc.) invierte un título y pretende tener sobre la
cosa un verdadero derecho de posesión; es decir, que no se trata de la negativa d
el tenedor a restituir la cosa, en tanto se limite a defender su derecho de tene
dor precario de la cosa; el abuso de confianza consiste en pretenderse poseedor
pleno de ella. 2) Vicios en la posesión de bienes inmuebles: 1° Violencia, la posesión
es violenta cuando es adquirida o tenida por vías de hecho acompañadas de violencia
s materiales o morales o por amenazas de fuerza, sea por el mismo que causa la v
iolencia, sea por sus agentes; la violencia a la que se alude es la realizada co
ntra las personas, es decir, contra el anterior poseedor, o sus representantes o
empleados; 2° Clandestinamente, la posesión es clandestina cuando los actos por los
cuales se tomó o se continuó fueron ocultos o se tomó en ausencia del poseedor o con
precauciones para sustraerla al conocimiento de los que tenían derecho a oponerse;
lo que caracteriza a la clandestinidad es el sigilo, el ocultamiento con que ha
procedido el poseedor; y, 3° Abuso de confianza, el abuso de confianza en los bie
nes inmuebles se da en igual forma que en los bienes muebles, ya que para que ha
ya abuso de confianza, el detentador, a nombre ajeno debe haber invertido su títul
o, convirtiéndose en poseedor.
57
f) Efectos jurídicos de la posesión: El poseedor de buena fe que haya adquirido la p
osesión por título traslativo de dominio, goza de los derechos siguientes: 1° Hacer su
yos los frutos percibidos, mientras su buena fe no sea interrumpida; 2° De que se
le abonen todos los gastos necesarios y útiles, teniendo derecho de retener la cos
a poseída hasta que se haga el pago; 3° Retirar las mejoras voluntarias, si no se ca
usa daño en el bien mejorado, o reparando el que se cause al retirarlas; 4° Que se l
e abonen los gastos hechos por él para la producción de frutos naturales y civiles q
ue no haga suyos por estar pendientes al tiempo de interrumpirse la posesión, teni
endo derecho al interés legal sobre el importe de esos gastos desde el día en que lo
s haya hecho; 5° No ser desposeído de la cosa, si antes no ha sido citado, oído y venc
ido en juicio; 6° Ser preferido a cualquier otro que la pida con igual derecho, ex
cepto el caso en que deba darse posesión indivisa; 7° Servirse de la posesión como med
io para adquirir el dominio por prescripción; y, 8° Ser considerado dueño de los muebl
es que posee. g) Titulación supletoria (inscripción de la posesión): Expresa la Ley de
Titulación Supletoria, contenida en el Decreto Número 49-79 del Congreso de la Repúbl
ica de Guatemala, que (artículo 1°): “El poseedor de bienes inmuebles, que carezca de
título inscribible en el Registro de la Propiedad, podrá solicitar su titulación suple
toria ante el Juez de Primera Instancia jurisdiccional del lugar en que se encue
ntre ubicado el inmueble. El interesado deberá probar la posesión legítima, continua,
pacífica, pública, de buena fe y a nombre propio, durante un período no menor de diez
años, pudiendo agregar la de sus antecesores, siempre que reúna los mismos requisito
s”. Asimismo, el Código Civil permite que pueda registrarse la posesión de bienes inmu
ebles a través del procedimiento que se conoce como de titulación supletoria. Dice e
l artículo 633 que tratándose de bienes inmuebles, la posesión por diez años, con las de
más condiciones señaladas en el artículo 620, da derecho al poseedor para solicitar su
titulación supletoria a fin de ser inscrita en el Registro de la Propiedad. Estas
diligencias de titulación supletoria deberán sujetarse al procedimiento que señala la
Ley de Titulación Supletoria y la resolución aprobatoria de las mismas es título para
adquirir la propiedad (véase el artículo 634 del Código Civil). h) Regulación legal: To
do lo relacionado con este punto se encuentra regulado en los artículos 612 al 641
del Código Civil; y, la Ley de Titulación Supletoria.
9. LA USUCAPIÓN, PRESCRIPCIÓN POSITIVA O ADQUISITIVA.
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a) Definición: Antes de entrar a definir los que es la usucapión, expondremos los qu
e se entiende por prescripción en un sentido general. La prescripción no es más que el
medio de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el transcurso d
el tiempo que la ley determina; y que es variable según se trate de bienes muebles
o inmuebles, y según también que se posean o no de buena fe y con justo título. La pr
escripción llámase adquisitiva cuando sirve para adquirir un derecho; y, es liberato
ria cuando impide el ejercicio de la acción para exigir el cumplimiento de una obl
igación. Estos plazos liberatorios son muy variables, conforme a la acción que se tr
ate de ejercitar. En ese orden de ideas, diremos que la usucapión o prescripción pos
itiva o adquisitiva es el derecho por el cual el poseedor de una cosa adquiere l
a propiedad de ella por la continuación de la posesión durante el tiempo fijado por
la ley. Generalmente los plazos prescriptivos son menores o mayores según que la p
osesión se haya o no ejercido con buena fe y justo título, y que se trate de bienes
muebles o inmuebles. De manera pues, que reconociendo el Código Civil (artículos 642
y 650) a la usucapión como un modo de adquirir el dominio, puede, en la vía contenc
iosa, hacerse valer la prescripción adquisitiva ya sea como acción o como excepción. E
n el primer caso se tratará de una acción de tipo declarativo. Pero, aparte de lo an
terior, también permite el Código Civil (como lo vimos en el punto anterior, literal
“g”) que pueda registrarse la posesión de bienes inmuebles a través del procedimiento (
en la vía voluntaria) que se conoce como de titulación supletoria. b) Bienes que pre
scriben: Expresa el Código Civil (artículo 643) que: “Son susceptibles de prescripción t
odas las cosas que están en el comercio de los hombres”. c) Condiciones: 1° Los que ti
enen capacidad para enajenar, pueden renunciar a prescripción consumada, pero el d
erecho de prescribir es irrenunciable; los acreedores, y cualquiera otra persona
interesada en hacer valer la prescripción, podrán utilizarla a pesar de la renuncia
del adquirente; 2° El que posee a nombre de otro no puede adquirir por prescripción
la cosa poseída, a no ser que legalmente se haya mudado la causa de la posesión; se
dice mudada legalmente la causa de la posesión cuando el que poseía a nombre de otr
o, comienza a poseer legalmente a nombre propio, pero, en este caso, la prescrip
ción no corre sino desde el día en que se haya mudado la causa; 3° Si varias personas
poseen en común alguna cosa, no puede ninguna de ellas prescribir contra sus copro
pietarios o coposesores, pero sí puede prescribir contra un extraño y, en este caso,
la prescripción aprovecha a todos los partícipes; 4° Para que la posesión produzca el d
ominio se necesita que esté fundada en justo título, adquirida de buena fe, de maner
a continua, pública y pacífica y por el tiempo señalado en la ley; y, 5° El que alega la
prescripción debe probar la existencia del título en que funda su derecho; es justo
título para la usucapión, el que siendo traslativo de dominio (la compraventa, la
59
permuta o la donación entre vivos), tiene alguna circunstancia que lo hace inefica
z para verificar por sí solo la enajenación. Conviene aclarar, nuevamente, que la pr
escripción una vez perfeccionada, produce el dominio de la cosa adquirida, y con l
a acción que nace de él, puede reivindicarse, recuperarse o reclamarse de cualquier
poseedor y utilizarse como acción o excepción por el usucapiente. d) Casos en que no
corre la prescripción: No corre la prescripción: 1° Contra los menores y los incapaci
tados, durante el tiempo que estén sin representante legal constituido (los repres
entantes serán responsables de los daños y perjuicios que por la prescripción se cause
n a sus representados); 2° Entre padres e hijos, durante la patria potestad; 3° Entr
e los menores e incapacitados y sus tutores, mientras dure la tutela; 4° Entre los
consortes o cónyuges; y, 5° Entre copropietarios, mientras dure la indivisión. e) Int
errupción de la prescripción: La prescripción se interrumpe: 1° Si el poseedor es privad
o de la posesión de la cosa, o del goce del derecho durante un año; 2° Por notificación
de la demanda o por cualquier providencia precautoria ejecutada, salvo si el acr
eedor desistiere de la acción intentada, o el demandado fuere absuelto de la deman
da, o el acto judicial se declare nulo; y, 3° Si la persona a cuyo favor corre la
prescripción reconoce expresamente, de palabra o por escrito, o tácitamente por hech
os indudables, el derecho de la persona contra quien prescribe. Es menester acla
rar, que el efecto de la interrupción, es inutilizar, para la prescripción, todo el
tiempo corrido antes de ella. f) Regulación legal: Todo lo relativo a este punto e
stá regulado en los artículos 612 al 654 del Código Civil.
10. LA PROPIEDAD INTELECTUAL. A) DERECHOS DE AUTOR. a) Definición: Expresa el artícu
lo 470 del Código Civil que: “El producto o valor de trabajo o industria lícitos, así co
mo las producciones de ingenio o del talento de cualquiera persona, son propieda
d suya y se rigen por las leyes relativas a la propiedad en general y por las es
peciales sobre estas materias”. Es decir, que el derecho de autor (o como comúnmente
se le conoce como Copyright) es el derecho de propiedad que se genera de forma
automática por la creación de diversos tipos de obras y que protege los derechos e i
ntereses de los creadores de trabajos literarios, dramáticos, musicales y artísticos
, grabaciones musicales, películas, emisiones radiadas o televisadas, programas po
r cable o satélite y las adaptaciones tipográficas de los libros, folletos, impresos
, escritos y
60
cualesquiera otras obras de la misma naturaleza. También se ha llamado derecho de
autor a todo el sistema de comercio de las creaciones intelectuales. El derecho
de autor precisa estar registrado. Una vez que un trabajo ha sido creado de una
forma tangible –un libro, una pintura, un programa o una grabación de una pieza musi
cal, por ejemplo– los creadores o titulares de derechos pueden guardarse para sí mis
mos (o autorizar a otros) la potestad exclusiva de copiar, publicar, representar
, emitir por radio o televisión, o adaptar su obra. b) Naturaleza jurídica: Existen
tres teorías que explican la naturaleza jurídica del derecho de autor, las cuales so
n: 1) La patrimonial: unos ubican este derecho dentro del tradicional concepto d
e propiedad, comparando al escritor que vendía un libro con el agricultor que vendía
la cosecha; otros, consideran este derecho como un monopolio fundamentado por l
a ley, aunque estas ventajas económicas sean derivadas del talento. 2) La personal
ista: argumenta que es un derecho de propiedad emanado de la personalidad del au
tor; se opone a la teoría patrimonio señalándole su exceso al legislar protegiendo la
obra y olvidando los derechos personalísimos del autor o derechos morales según la d
octrina francesa (esta teoría incurre en el error de unilateralidad de apreciación q
ue imputan a los patrimonialista); 3) La ecléctica: que fusiona las posiciones ref
eridas de la siguiente manera: 1° Un derecho moral, que incluye publicar o no su o
bra, que figure su nombre o bien ocultarlo, impedir deformaciones o atentados es
piritualmente dañosos y arrepentirse de una publicación ya hecha; y, 2° Un derecho pat
rimonial, que incluye, derecho de traducción a diversos idiomas, derecho de adapta
ción, derecho de ejecución y de continuidad. c) Teorías que explican este derecho: Son
las mismas que explican la naturaleza jurídica y que tratamos en el literal anter
ior. d) Derechos que corresponden al autor: El derecho de autor comprende los de
rechos morales y pecuniarios o patrimoniales, que protegen la paternidad, la int
egridad y el aprovechamiento de la obra. 1) El derecho moral: el derecho moral d
el autor es inalienable, imprescriptible e irrenunciable, y comprende todas las
facultades enumeradas en el artículo 19 de la Ley de Derechos de Autor y Derecho C
onexos (al fallecimiento del autor, únicamente se transmite a sus herederos sin lími
te de tiempo, el ejercicio de los derechos que se refieren las literales “a” y “b” del c
itado artículo; a falta de herederos, el ejercicio de esos derechos corresponde al
Estado). 2) El derecho pecuniario o patrimonial: confiere al titular del derech
o de autor las facultades de utilizar directa y personalmente la obra, de transf
erir total o parcialmente sus derechos sobre ella y de autorizar su utilización po
r terceros. Sólo el titular del derecho de autor o quienes estuvieron expresamente
autorizados por él, tendrán el derecho de utilizar la obra por cualquier medio, for
ma o proceso, por consiguiente,
61
les corresponde autorizar cualquiera de los actos enumerados en el artículo 21 de
la citada ley. B) LA PROPIEDAD INDUSTRIAL.
a)
Definición: Es la propiedad que adquiere el inventor o descubridor con la creación o
descubrimiento de cualquier producto relacionado con la industria, y el product
or, fabricante o comerciante con la creación de signos especiales con los que aspi
ra a diferenciar los resultados de sus trabajos de otros similares. La propiedad
industrial designa los derechos sobre bienes inmateriales que se relacionan con
la industria y con el comercio: de una parte, los que tutelan el monopolio de r
eproducción de los nuevos productos o procedimientos que por su originalidad y uti
lidad merecen tal exclusividad; de otra, las denominaciones del producto o del c
omerciante que sirven de atracción y convocatoria para la clientela. Los derechos
de propiedad intelectual son derechos absolutos o de exclusión que requieren, para
su válida constitución, la inscripción en un registro especial, relativo a la propied
ad en cuestión. Por otra parte, el interés general exige que las concesiones exclusi
vas de propiedad industrial no sean perpetuas, y ello determina que las leyes co
ncedan a los derechos citados un tiempo de duración distinto según las distintas mod
alidades que discriminen esta propiedad especial y temporal. Transcurrido el tie
mpo de existencia legal, caducan los derechos. La caducidad puede resultar por e
fecto de otros motivos, como la falta de pago de las anualidades o cuotas corres
pondientes, el no uso por el plazo que la ley determine en cada caso, y la volun
tad, por ende, de los interesados. Las modalidades de propiedad industrial son l
as siguientes: derechos que recaen sobre las creaciones industriales, como paten
tes, modelos de utilidad, y modelos y dibujos industriales y artísticos. Mediante
las citadas creaciones, enriquece el actuar humano, para convertirlo en más fácil, e
ficaz o rápido –patentes y modelos de utilidad– o se solucionan problemas de diseño, com
o en el caso de los dibujos industriales y artísticos. Por último existen los derech
os que recaen sobre los signos distintivos de la mercancía, del origen del product
o o del vendedor, que no representan creación industrial alguna y son simples medi
os de identificación frente al público adquirente, como la marca de un producto o se
rvicio, un nombre comercial o el rótulo de un establecimiento. Próximo al campo de l
a propiedad intelectual se encuentra el conflicto que plantea la competencia des
leal, que defiende bienes inmateriales, aunque no afecte a su régimen jurídico. La p
ropiedad industrial, que se centra en el ámbito de la industria, ha de distinguirs
e de la propiedad intelectual, que tiene por objeto las creaciones literarias y
artísticas, las cuales corresponden a su autor por el mismo hecho de haberlas crea
do, sin que se requiera, para ello formalidad alguna. En materia de propiedad in
dustrial en el orden internacional, fue fundamental el Convenio de la Unión de París
de 20 de marzo de 1883, revisado en distintas ocasiones (Acta de Estocolmo de
62
1967, completado a su vez por el Acuerdo de Estrasburgo de marzo de 1971). En lo
que atañe a las marcas, y conforme los principios rectores de Derecho comunitario
, se establece un régimen único de concesiones para eliminar en la Unión Europea el ef
ecto desviacionista que pudiera derivarse de los títulos nacionales de protección. A
sí, herederos del Convenio de Munich de 1975 (nunca aplicado) y del Acuerdo de Lux
emburgo de 1989 son el Reglamento del Consejo de 1993 y el Reglamento de 1986 so
bre control aduanero, este último concebido para confiscar todo producto procedent
e de terceros Estados que imiten marcas de la comunidad europea. Conviene aclara
r que, en nuestro medio, todo lo relativo a la propiedad industrial está a cargo d
el Registro de la Propiedad Industrial, que es una dependencia del Ministerio de
Economía, que tiene la categoría de Dirección General, y su regulación está enmarcada en
el Convenio Centroamericano para la Protección de la Propiedad Industrial, suscrit
o en la ciudad de San José, República de Costa Rica el 01 de junio de 1968, así como e
n la Ley de Patentes de Invención, Modelos de Utilidad, Dibujos y Diseños Industrial
es, contenida en el Decreto Ley Número 153-85 del Jefe de Estado.
b)
Marcas, nombres comerciales, expresiones y señales de propaganda e inventos: 1) Ma
rcas: marca es todo signo, palabra o combinación de palabras, o cualquier otro med
io gráfico o material, que por sus caracteres especiales es susceptible de disting
uir claramente los productos, mercancías o servicios de una persona jurídica individ
ual o colectiva, de los productos, mercancías o servicios de la misma especie o cl
ase, pero de diferente titular. En la doctrina se dan diferentes clases de marca
s; pero nuestro derecho positivo regula las siguientes: 1° Marcas industriales o d
e fábrica, que son las que distinguen las mercancías producidas o elaboradas por una
determinada empresa fabril o industrial; 2° Marcas de comercio, que son las que d
istinguen las mercancías que expende o distribuye una empresa mercantil, no import
a quien sea su productor; y, 3° Marcas de servicios, que son las que distinguen la
s actividades que realizan las empresas dedicadas a dar satisfacción de necesidade
s generales, por medios distintos de la manufactura, expendio o distribución de me
rcancías. 2) Nombres comerciales: nombre comercial es el nombre propio o de fantasía
, la razón social o la denominación con la cual se identifica una empresa o establec
imiento. 3) Expresiones y señales de propaganda: se entiende por expresión o señal de
propaganda toda leyenda, anuncio, lema, frase, combinación de palabras, diseño, grab
ado o cualquier otro medio similar, siempre que sea original y característico, que
se emplee con el fin de atraer la atención de los consumidores o usuarios sobre u
n determinado producto, mercancía, servicio, empresa o establecimiento. 4) Invento
s: se entiende por invento a aquella creación aplicable en la práctica para solucion
ar un problema técnico; podrá ser un producto o un procedimiento, o estar relacionad
o con ellos. Conviene
63
aclarar que la patente es el derecho exclusivo que otorga el Estado para la prot
ección de un invento.
c)
Regulación legal: Todo lo concerniente a la propiedad intelectual y a la propiedad
industrial se encuentra regulado en los artículos 42 de la Constitución Política de l
a República de Guatemala; 470 del Código Civil; el Convenio Centroamericano para la
Protección de la Propiedad Industrial; la Ley de Patentes de Invención, Modelos de U
tilidad, Dibujos y Diseños Industriales (Decreto Ley 153-85); y, la Ley de Derecho
s de Autor y Derechos Conexos (Decreto N° 33-98 del Congreso).
11. FORMAS ESPECIALES DE PROPIEDAD.
a)
La copropiedad: 1) Definición: Existe copropiedad según el Código Civil (artículo 485),
cuando un bien o un derecho pertenece pro indiviso (no está dividido) a varias per
sonas. Es decir, existen tantos propietarios como personas tienen derecho a una
cuota o parte del bien. Esta concepción de la copropiedad tiene su origen en la co
ncepción romana de la propiedad como derecho individual indivisible, así cada coprop
ietario tiene derecho a cada partícula del bien en proporción al valor de su derecho
. La concepción germana del derecho de los copropietarios, se basa en un concepto
comunitario de la que los copropietarios serían socios en una sociedad de la que s
ería propiedad la cosa común. Nuestro sistema participa de ambas posturas, pues de l
a definición que del Código Civil se deduce que cada copropietario es dueño absoluto d
e su porción y sólo tiene la obligación de respetar el derecho del tanto de sus coprop
ietarios en caso de disposición de su derecho, pero para la administración y disposi
ción de la cosa es necesaria la voluntad común, lo que se asemeja a la sociedad, pue
s la voluntad mayoritaria de personas e intereses obliga aun a los disidentes; o
tra característica de la concepción romana, es que no puede obligarse a los copropie
tarios a permanecer en la indivisión y si la cosa no admite cómoda división debe adjud
icarse al que tenga la mayor porción o venderse para dividir el precio. 2) Derecho
s y obligaciones de los copropietarios: 1° Derechos: el derecho a los beneficios d
e los comuneros es proporcional a sus respectivas cuotas (las cuotas de los partíc
ipes se presumen iguales); derecho de cada partícipe a servirse de las cosas comun
es, siempre que disponga de ellas conforme a su destino y de manera que no perju
dique el interés de la comunidad ni impida a los copropietarios usarla según su dere
cho; derecho de cada condueño a la plena propiedad de la parte alícuota (proporciona
l) que le corresponda y la de sus frutos y utilidades, pudiendo, en consecuencia
, enajenarla, cederla o gravarla y aun ceder únicamente su aprovechamiento, salvo
si se
64
tratare de derecho personal; derecho de cada copropietario a pedir en cualquier
tiempo que se divida la cosa común, salvo los casos en que la indivisión esté establec
ida por la ley o por pacto (no mayor de 3 años, pero prorrogable) entre los condómin
os, o cuando la división de la cosa común produzca menoscabo en su uso y naturaleza;
derecho de los condueños de vender la cosa común, cuando ésta sea de naturaleza indiv
isible, repartiéndose entre sí el precio de su venta; derecho de cada uno de los com
uneros a pedir que se acote (reserve) una parte proporcional a su cuota, para ex
plotarla en labores agrícolas; y, derecho de cada condueño para adquirir la parte alíc
uota que se enajene con preferencia a los compradores y por el mismo precio (der
echo de tanteo), este derecho debe ejercitarse dentro de los 15 días siguientes de
haber sido notificados del contrato que se pretende celebrar; y, 2° Obligaciones:
cada partícipe debe contribuir a los gastos necesarios para la conservación de la c
osa común, salvo la facultad de liberarse de esta obligación con la renuncia de la p
arte que le corresponde en el dominio; ninguno de los condueños puede sin el conse
ntimiento de los demás, hacer alteraciones que modifiquen la cosa común, aunque de e
llas pudieran resultar ventajas para todos, a no ser que fueren aprobadas por la
mayoría de los copropietarios que represente; y, para la administración del bien co
mún, son obligatorios los acuerdos de la mayoría de los partícipes, que representen po
r lo menos las dos terceras partes del valor total de la cosa. 3) Regulación legal
: Todo lo relacionado con la copropiedad está regulado en los artículos 485 al 504 d
el Código Civil. Conviene aclarar que la copropiedad cesa por la división de la cosa
común; por su pérdida, destrucción o enajenación; y, por la consolidación o reunión de tod
s las cuotas en un solo copropietario.
b)
La medianería: 1) Definición: Acerca de la copropiedad se ha dicho que ésta puede ser
voluntaria, cuando ha sido constituida gracias a un pacto de indivisión, el que en
nuestra legislación no puede ser mayor de tres años; forzosa, cuando los bienes sob
re los que recae no son susceptibles de división o bien al operarse la misma, pier
den por entero su valor; toda copropiedad voluntaria tiene que ser temporal, mie
ntras que las forzosas, lógicamente, serán permanentes. Dentro de las copropiedad fo
rzosas permanentes se encuentra la medianería y la propiedad horizontal. El profes
or Rafael Rojina Villegas expresa que hay medianería “cuando una pared, zanja o seto
(cerca) divide dos predios y no puede establecerse a quien pertenecen pro indiv
iso a los dueños de ambos predios”. Por su parte, nuestro Código Civil (artículo 505) ex
pone que: “Hay copropiedad en una pared, foso o cerca que sirva de límite y separación
a dos propiedades contiguas; y mientras no haya prueba o signo exterior que dem
uestre lo contrario, se presume: 1° En las paredes divisorias de los edificios con
tiguos, hasta el punto común de elevación; 2° En las paredes divisorias de los jardine
s o corrales situados en poblado o en el campo; y, 3° En las cercas, vallados y se
tos vivos que dividen los predios rústicos”.
65
2) Naturaleza jurídica: La medianería es una copropiedad forzosa y permanente; lo pr
imero, porque el dominio de la cosa común (por ejemplo: una pared que divide a dos
casas de distintos dueños) es necesaria e ineludible, y lo segundo, porque subsis
te hasta que cesa la copropiedad (por ejemplo: por la demolición de ambas casas).
3) Regulación legal: Todo lo relacionado con la medianería esta regulado en los artícu
los 505 al 527 del Código Civil.
c)
La propiedad horizontal: 1) Definición: Denominación difundida para designar el dere
cho, común en parte y privativo en otra, resultante de corresponder los distintos
pisos, departamentos y habitaciones de un mismo edificio de más de una planta, sus
ceptibles de aprovechamiento independiente, a diferentes propietarios, dueños excl
usivos cada uno de ellos. La ley sustantiva civil a este respecto expresa (artícul
o 528) que: “Los distintos pisos, departamento y habitaciones de un mismo edificio
de más de una planta, susceptibles de aprovechamiento independiente, pueden perte
necer a diferentes propietarios, en forma separada o en condominio, siempre que
tengan salida a la vía pública o a determinado espacio común que conduzca a dicha vía”. 2)
Naturaleza jurídica: Al igual que la medianería, la propiedad horizontal es un copr
opiedad forzosa y permanente. 3) Constitución: El régimen de propiedad horizontalmen
te dividida puede originarse: 1° Cuando el propietario o los propietarios comunes
de un edificio decidan someterlo a este régimen para efectuar cualquier negocio ju
rídico con todos o parte de sus diferentes pisos, una vez que se hayan inscrito en
el Registro de la Propiedad como fincas independientes; 2° Cuando una o varias pe
rsonas construyan un edificio con el mismo propósito; y, 3° Cuando en disposición de últ
ima voluntad se instituya a los herederos o a algunos de ellos como legatarios d
e pisos de un mismo edificio susceptible de propiedad horizontal. Todo inmueble,
para que pueda organizarse en el régimen de propiedad horizontal, debe encontrars
e libre de gravámenes, limitaciones, anotaciones o reclamaciones de cualquiera nat
uraleza. En caso contrario, deben prestar su consentimiento expreso las personas
a cuyo favor aparecieren inscritos tales gravámenes, limitaciones o reclamaciones
. El régimen de la propiedad horizontal se debe constituir por escritura pública, qu
e ha de inscribirse en el Registro de la Propiedad y debe llenar los requisitos
enumerados en el artículo 531 del Código Civil. Conviene aclarar que, según la ley, se
entiende por piso el conjunto de departamentos y habitaciones construidos en un
mismo plano horizontal, en un edificio de varias plantas; por departamento, la
construcción que ocupa parte de un piso; y, por habitación el espacio constituido po
r un solo aposento (cuarto o pieza de una casa o departamento). 4) Regulación lega
l: Todo lo relacionado con la propiedad horizontal se encuentra regulado en el a
rtículo 528 al 559 del Código Civil.
66
DERECHOS REALES DE GOCE 12. EL DERECHO DE USUFRUCTO. Definición: Es el derecho rea
l temporal de hacer suyo una persona los frutos naturales y civiles de los biene
s pertenecientes a otra, que se produzcan en forma ordinaria y extraordinariamen
te, salvo las limitaciones establecidas en el título en que se constituya (véase el
artículo 703 del Código Civil). Se ha dicho también que por naturaleza es vitalicio, p
ero esta característica puede ser modificada en el título constitutivo –ya que puede c
onstituirse también por tiempo fijo–, pero sin quitarle su carácter temporal, pues lo ún
ico que se prohibe es que sea perpetuo ya que ello equivaldría a asimilarlo a la p
ropiedad. b) Naturaleza jurídica: Aunque antiguamente en el Derecho romano era con
siderado como una servidumbre, servidumbre de carácter especial, denominándole servi
dumbre personal, en su evolución quedó establecido como un derecho real independient
e, corriente que se consolidó con la Revolución francesa y manteniéndose hasta la fech
a; fue suprimido el nombre de servidumbre personal no sólo por conducir a equívoco c
on las servidumbres propiamente dichas, sino porque el movimiento revolucionario
francés deseaba borrar todo aquello que recordara el régimen feudal.
a) c)
Clasificación: 1) Por la persona: el usufructo puede ser: 1° Simple, el que es atrib
uido a una sola persona; y, 2° Múltiple, que es atribuido a varias personas y que a
su vez puede ser simultáneo y sucesivo. 2) Por las cosas: el usufructo puede ser:
1° Propio o normal, cuando recae en cosas no consumibles; 2° Impropio o anormal (cua
si-usufructo), si recae sobre cosas consumibles; 3° Singular, si recae sobre cosas
determinadas; y, 4° Universal, si recae en un patrimonio. 3) Por el objeto: el us
ufructo puede ser: 1° Usufructo sobre cosas, todas las cosas que estén en el comerci
o de los hombres y que sean susceptibles de producir un goce o bien, una utilida
d, pueden ser objeto de usufructo; y, 2° Usufructo sobre derechos, puede constitui
rse este tipo de usufructo siempre que los derechos no sean personalísimos o intra
nsmisibles. 4) Por su origen: el usufructo puede ser: 1° Legales, los constituidos
por la ley; y, 2° Voluntarios, los constituidos a través de actos volitivos intervi
vos (contrato) o mortis causa (testamento). 5) Por su duración: el usufructo puede
ser: 1° Vitalicio, que son la regla general; y, 2° Plazo fijo. Conviene aclarar que
, cuando en la constitución del usufructo no se fije tiempo para su duración, se ent
iende constituido por toda la vida del usufructuario; el usufructo que no sea vi
talicio y el constituido a favor de personas jurídicas colectivas no podrá exceder d
e treinta años, salvo que se trate de bienes nacionales, en cuyo caso podrá ser hast
a por cincuenta años.
67
d)
Derechos y obligaciones del usufructuario y del nudo propietario: 1) Derechos y
obligaciones del usufructuario: 1° Derechos, éstos se encuentran regulados en los ar
tículos 703, 709, 710, 711, 712, 714, 715, 716, 717 y 728 del Código Civil; y, 2° Obli
gaciones, éstas se encuentran reguladas en los artículos 711, 712, 713, 718, 720, 72
5, 726, 728, 731, 734 y 737 del Código Civil. 2) Derechos y obligaciones del nudo
propietario: 1° Derechos, éstos se encuentran regulados en los artículos 722, 723, 729
y 734; y, 2° Obligaciones, éstas se encuentran reguladas en el artículo 727 del Código
Civil. Modos de extinguir el usufructo: El usufructo se extingue: 1° Por muerte de
l usufructuario; 2° Por vencimiento del plazo por el cual se constituyó, o por reali
zarse la condición resolutoria a la cual estaba sujeto el usufructo; 3° Por la reunión
del usufructo y de la propiedad en una misma persona, pero si la reunión se verif
ica en una sola cosa o parte de lo usufructuado, en lo demás subsistirá el usufructo
; 4° Por prescripción; 5° Por renuncia del usufructuario, salvo lo dispuesto respecto
de las renuncias hechas en fraude de acreedores; 6° Por la pérdida de la cosa usufru
ctuada; 7° Por la anulación o cesación del derecho del que constituyó el usufructo; y, 8°
Por el abuso que usufructuario haga de su derecho, deteriorando los bienes o deján
dolos perecer por falta de las reparaciones ordinarios (en este caso, la extinción
del usufructo no procede de hecho, sino que debe ser declarada por resolución jud
icial). Regulación legal: Todo lo relativo a este punto está regulado en los artículos
703 al 744 del Código Civil.
e)
f)
13. EL DERECHO DE USO Y DE HABITACIÓN.
a)
Definición: 1) Uso: El uso da derecho de servirse de cosa ajena o de aprovecharse
de los frutos de ella, en cuanto basten para las necesidades del usuario y las d
e su familia. 2) Habitación: Como derecho real desmembrado de la propiedad, es la
facultad concedida a su titular de usar toda o parte de una casa para habitarla
junto con su familia, pero sin posibilidad de darle otro uso, se trata de un der
echo que no puede ser enajenado, ni gravado, ni arrendado y tampoco embargado po
r los acreedores. Nuestro Código Civil a este respecto únicamente expresa que: “La hab
itación se limita a lo que sea necesario para quien tiene el derecho y para su fam
ilia, aun cuando no la haya tenido en el momento de constituirse el derecho”. Dife
rencias entre usufructo, uso y habitación: El uso y la habitación constituyen derech
os intransmisibles, es decir, que el usuario y el habitacionista no pueden grava
r, enajenar, ni transmitir su derecho, o sea, que son derechos inalienables; por
el contrario, el derecho de
b)
68
usufructo puede enajenarse, gravarse, cederse, es decir, que es un derecho trans
misible. El uso y el usufructo pueden constituirse sobre bienes muebles e inmueb
les, y la habitación sólo puede constituirse sobre inmuebles. El uso y el usufructo
pueden constituirse a título oneroso o gratuito, y la habitación por esencia es grat
uita.
c)
Derechos y obligaciones del usuario y del habitacionista: 1) Derechos: 1° Uso, el
derecho de servirse de cosa ajena o de aprovecharse de los frutos de ella, en cu
anto basten para las necesidades del usuario y las de su familia; y, 2° Habitación,
el derecho se limita a lo que sea necesario para el habitacionista y para su fam
ilia, aun cuando no la haya tenido en el momento de constituirse tal derecho. Lo
s derechos de uso y habitación, se regulan por el título que los constituye; sin emb
argo, si el título no determina la extensión de estos derechos, se regularán conforme
a lo estipulado en el artículo 748 del Código Civil que dice: “Los derechos de uso y h
abitación no se pueden enajenar, gravar ni arrendar”. 2) Obligaciones: 1° Para gozar d
e los derechos de uso y habitación, debe prestarse previamente garantía y hacerse fo
rmal inventario y descripción del estado de los inmuebles, con citación del propieta
rio (en cuanto a la garantía rigen las mismas prescripciones que para el usufructo
); y, 2° Si quien tiene el uso de un fundo tomare todos sus frutos, o si quien tie
ne derecho de habitación ocupare toda la casa, estará obligado a hacer los gastos de
cultivo o de reparaciones ordinarias y a pagar las contribuciones (si no tomare
más que una parte de los frutos, o no ocupare más que una parte de la casa, contrib
uirá en proporción de lo que goce). Extinción del uso y de la habitación: Expone el artícu
lo 750 del Código Civil que: “Los derechos de uso y habitación se establecen y se pier
den de la misma manera que el usufructo”. Esto quiere decir que en cuanto a la con
stitución del uso y de la habitación, deberá hacerse por medio de contrato o por acto
de última voluntad (testamento); y, con respecto a su extinción se estará a lo dispues
to en los artículos 738 y 739 del Código Civil (véase el literal “e” del punto 12 de este
trabajo). Regulación legal: Todo lo relacionado en este punto se encuentra regulad
o en los artículos 745 al 751 del Código Civil.
d)
e)
14. EL DERECHO DE SERVIDUMBRE.
a)
Definición: Expresa nuestra ley sustantiva civil (artículo 752) que: “Servidumbre es e
l gravamen impuesto sobre un predio para uso de otro predio de distinto dueño o pa
ra utilidad pública o comunal. Sin embargo, el propietario de dos fincas puede gra
var una de ellas con servidumbre en beneficio de la otra. El inmueble a cuyo fav
or está constituida la servidumbre se llama predio dominante; el que sufre, predio
sirviente”.
69
Sobre tal definición cabe decir que en ella se evidencia el vicio de encuadrar la
servidumbre desde su aspecto pasivo en exclusiva, olvidándose de su esencia consti
tuida por su naturaleza de derecho real. Además se consigna en el párrafo segundo de
l artículo referido que el propietario de dos fincas puede gravar una de ellas con
servidumbre en beneficio de la otra, señalamiento que carece en absoluto de lógica,
puesto que como dice el tratadista español Federico Puig Peña respecto a la regla “ne
mine res sua servit” (nadie es servidor de una cosa suya): “desde el derecho romano
viene imperando esta regla, que tiene su justificación lógica en que las cosas sirve
n a su propietario por derecho de propiedad, pero no por derecho de servidumbre.
..”, es decir, resulta absurdo hablar de servidumbre sobre cosas propias, y un arg
umento sólido a favor de este señalamiento es la figura de la consolidación que al pro
ducirse, extingue las servidumbres; sin embargo, a este respecto expone el profe
sor Federico Ojeda Salazar que: “Esta innovación acepta clara y categóricamente la ser
vidumbre del propietario, cuyo primer paso fue dado por las legislaciones que re
conocieron el llamado destino del padre de familia...”. Háblese también en la norma co
mentada, que la servidumbre implica el gravamen impuesto sobre un predio para el
uso de otro predio, abrazándose con esta frase la posición tradicional, ya superada
, de que el gravamen se constituye entre predios, siendo que, como ya se dijo, e
l derecho se otorga al propietario del predio dominante y se impone al dueño del p
redio sirviente.
b)
Naturaleza jurídica: La mayoría de autores concluyen y participan de la teoría que ind
ica que la servidumbre es un derecho real de goce, al igual que el usufructo, el
uso y la habitación. Constitución: Dentro del marco de nuestra legislación, las servi
dumbres pueden surgir en atención a tres circunstancias: 1) Por la ley: son las es
tablecidas y regidas por el Código Civil (la de acueducto, la de paso, la de estri
bo, la de abrevadero y de saca de agua, la de comunicación telefónica, la de conducc
ión de energía eléctrica y la de desagüe) o por leyes y reglamentos especiales, para uti
lidad pública o comunal. 2) Por la voluntad humana: las servidumbres que tienen po
r objeto el interés de los particulares, pueden ser establecidas, derogadas o modi
ficadas por la voluntad de éstos, siempre que tengan capacidad para disponer de su
s bienes. 3) Por prescripción: las servidumbres continuas y aparentes se adquieren
por cualquier título legal, inclusive la prescripción por el transcurso de diez años;
no así las continuas no aparentes y las discontinuas, sean o no aparentes, que sólo
podrán adquirirse por otro título legal. Clasificación de las servidumbres: Nuestro Cód
igo Civil clasifica las servidumbres de la siguiente forma: 1) Por el ejercicio:
1° Continuas, son aquéllas cuyo uso es o puede ser incesante, sin intervención de nin
gún
c)
d)
70
hecho actual del hombre (luz de un edificio); y, 2° Discontinuas, aquéllas cuyo uso
necesita algún hecho actual del hombre (paso de gente o semovientes). 2) Por las e
videncias de su existencia: 1° Aparentes, son las que se anuncian por obras o sign
os exteriores dispuestos para su uso y aprovechamiento (caminos o canales); y, 2°
No aparentes, las que no presentan signo exterior de su existencia (canales subt
erráneos). 3) Por la forma de su constitución: 1° Voluntarias, las que tienen por obje
to el interés de los particulares, pueden ser establecidas, derogadas o modificada
s por la voluntad de éstos, siempre que tengan capacidad para disponer de sus bien
es; y, 2° Legales, las establecidas y regidas por el Código Civil o por leyes y regl
amentos especiales, para utilidad pública o comunal.
e)
Extinción de las servidumbres: En cuanto a la extinción de las servidumbres, nuestro
Código Civil (artículo 817) sólo regula lo concerniente a las voluntarias, en el que
se incluyen las siguientes causas: 1° Por el no uso (cuando la servidumbre fuere c
ontinua y aparente, por el no uso de tres años, contados desde el día en que dejó de e
xistir el signo aparente de la servidumbre; cuando fuere discontinua o no aparen
te, por haber ejecutado el dueño del fundo sirviente acto contrario a la servidumb
re, o por haber prohibido que se usare de ella; si no hubo acto contrario o proh
ibición, aunque no se haya usado de la servidumbre, o si hubo tales actos, pero co
ntinúa el uso no corre el tiempo de la prescripción); 2° Cuando los predios llegaren s
in culpa del dueño del sirviente a tal estado que no pueda usarse la servidumbre (
si en lo sucesivo los predios vuelven a su estado anterior de manera que pueda u
sarse de ella, el día que pudo volverse a usar, haya pasado el tiempo suficiente p
ara la prescripción); 3° Por la remisión gratuita u onerosa, hecha por el dueño del pred
io dominante; y, 4° Cuando constituida en virtud de un derecho revocable, se vence
el plazo, se cumple la condición o sobreviene la circunstancia que debe poner térmi
no a aquél. Conviene aclarar que las servidumbres legales establecidas por utilida
d pública o comunal, se pierden por el no uso de cinco años, si se prueba que durant
e este tiempo se ha adquirido, por el que disfrutaba aquéllas, otra servidumbre de
la misma naturaleza por distinto lugar. Regulación legal: Todo lo relacionado con
este punto se encuentra regulado en los artículos 752 al 821 del Código Civil.
f)
DERECHOS REALES DE GARANTÍA 15. LA HIPOTECA.
a)
Definición: Expresa nuestro Código Civil (artículo 822) que: “La hipoteca es un derecho
real que grava un bien inmueble para garantizar el
71
cumplimiento de una obligación”. La definición que da el Código Civil, determina la natu
raleza jurídica de la hipoteca, al considerarla como derecho real y de carácter inmo
biliario.
b)
Características y extensión: 1) Características: 1° La hipoteca es un derecho real: porq
ue se encuentra en ella importantes elementos de todo derecho real, como son la
inmediatividad, la absolutividad, como sujeción directa de la persona sobre el bie
n; 2° La hipoteca es de carácter inmobiliario: posee dicha característica por la natur
aleza de los bienes en que recae, o sea, bienes inmuebles (aunque en la doctrina
moderna se habla ya de hipoteca mobiliaria); 3° La hipoteca es un derecho accesor
io: esta característica hace referencia al carácter dependiente de este derecho, pue
sto que su existencia está supeditada al negocio principal que contiene la obligac
ión a cumplir, cuya seguridad está fincada en la hipoteca; y, 4° La hipoteca es indivi
sible: esta característica alude a la circunstancia de que mientras no se cumpla t
otalmente con la condición u obligación, la garantía hipotecaria subsiste íntegra sobre
todas y cada una de las partes del inmueble. Así, pues, nuestro Código Civil (artículo
825) estipula que: “La hipoteca es indivisible y como tal, subsiste íntegra sobre l
a totalidad de la finca hipotecada aunque se reduzca la obligación”; sin embargo, si
gue expresando la citada ley (artículo 826) que: “El deudor tiene el derecho irrenun
ciable de pedir al acreedor la reducción de la garantía mediante la liberación del gra
vamen hipotecario que pesa sobre alguna o varias fincas, cuando hubiere pagado más
del 50% de la deuda y siempre que el valor de los inmuebles que continúen gravado
s, guarden una justa relación con el saldo del deudor. Si la determinación de las fi
ncas que deben quedar excluidas de la hipoteca no pudiere hacerse de común acuerdo
, se hará judicialmente por medio de juicio oral”. Asimismo, el artículo 827 del citad
o código señala que: “Cuando se hipotequen varias fincas a la vez por un solo crédito, t
odas ellas responderán conjuntamente de su pago. Sin embargo, los interesados podrán
asignar a cada finca la cantidad o parte de gravamen que debe garantizar. En es
te caso, el acreedor no podrá ejercer su derecho en perjuicio de tercero sobre las
fincas hipotecadas, sino por la cantidad que a cada una de ellas se le hubiere
asignado; pero podrá ejercerlo sobre las mismas fincas no mediando perjuicio de te
rcero, por la cantidad que alguna de ellas no hubiere alcanzado a cubrir”. 2) Exte
nsión: La hipoteca afecta únicamente los bienes sobre que se impone, sin que el deud
or quede obligado personalmente ni aun por pacto expreso (no hay saldo insoluto)
. La hipoteca se extiende: 1° A las accesiones naturales y mejoras; 2° A los nuevos
edificios que el propietario construya y a los nuevos pisos que levante sobre lo
s edificios hipotecados; 3° A los derechos del deudor en los excesos de la superfi
cie del inmueble; 4° A las indemnizaciones que se refieran a los bienes hipotecado
s, concedidas o debidas al propietario por seguros, expropiación forzosa o daños y
72
perjuicios; y, 5° A las servidumbres y demás derechos reales a favor del inmueble.
c)
Formalidades para constituirla: Expresa el artículo 1125, numeral 2° en su parte con
ducente, del Código Civil que: “En el Registro (de la Propiedad) se inscribirán: 2° Los
títulos... en los que se constituyan... hipoteca...”. Asimismo, el artículo 1576 en su
primer párrafo, del citado cuerpo legal, establece que: “Los contratos que tengan q
ue inscribirse o anotarse en los registros, cualquiera que sea su valor, deberán c
onstar en escritura pública”; y siendo que la hipoteca además de ser un derecho real,
es un contrato accesorio, ésta deberá constar necesariamente en escritura pública y, p
or ende, estar inscrita en el Registro de la Propiedad. La escritura pública en qu
e se constituya una hipoteca deberá llenar, por lo menos, los siguientes requisito
s: 1° Número de orden, lugar, día, mes y año en que se otorga; 2° Comparecencia del deudor
y propietario del inmueble que se hipoteca; y, del acreedor o, en su caso, del
mandatario legal si éste se encontrare ausente o de su representante legal si se t
ratare de persona jurídica colectiva, con especificación de los nombres, apellidos,
edad, estado civil, nacionalidad, profesión, ocupación u oficio y domicilio de cada
uno de los otorgantes (si alguno o ambos de los comparecientes es mandatario o r
epresentante legal, el notario dará razón de haber tenido a la vista los documentos
fehacientes que acrediten la representación legal de los comparecientes en nombre
de otro, describiéndoles e indicando lugar, fecha y funcionario o notario que los
autoriza, haciendo constar que dicha representación es suficiente conforme a ley y
, a su juicio, para el contrato); 3° Confesión de la obligación contraída, detallándola en
cantidad, clase de moneda, plazo, intereses si se convienen, forma y lugar para
el pago de los mismo y del capital; si es o no prorrogable, casos en que puede
darse por vencido el plazo, prohibiciones en que se convenga sobre usufructo, us
o, habitación, arrendamiento o nuevas hipotecas, renuncia del domicilio y las demás
que se acuerden, teniendo presente que ni los términos ni los procedimientos que l
a ley establece para las ejecuciones son renunciables; e indicando si la obligac
ión es o no cedible sin necesidad de dar noticia al deudor; 4° Constitución expresa de
la hipoteca a favor del acreedor, identificando el inmueble hipotecado y citand
o el número, folio y libro de su inscripción en el Registro de la Propiedad; si la h
ipoteca se constituye sobre dos o más inmuebles conviene determinar la suma de que
responderá cada uno; 5° Declaración expresa del propietario del inmueble sobre el ord
en de preferencia que corresponda a la hipoteca que constituye y de que aquél no t
iene ningún gravamen o limitación que pueda afectar los derechos del acreedor; o si
los tuviere, especificarlos detalladamente; 6° Aceptación expresa del acreedor de la
hipoteca que se constituye a su favor; 7° Advertencia de que para el caso de ejec
ución se estará a los procedimientos establecidos en el Código Procesal Civil y Mercan
til y que los gastos de la escritura, su registro y cobranza judicial o extrajud
icial,
73
son por cuenta del deudor; y, 8° El notario dará fe: de todo lo contenido en el inst
rumento público; de tener a la vista el título de propiedad del inmueble hipotecado
y de que advirtió a los otorgantes de los efectos legales del contrato y lo relati
vo a la presentación del testimonio en el Registro de la Propiedad para su inscrip
ción; de que el instrumento fue leído a los interesados; la lectura así como la firma,
se harán en un solo acto estando reunidos los otorgantes y el notario, quien la d
ará también de que fue ratificado, aceptado y firmado por todos los que intervienen
en él. Cuando alguno de los otorgantes no sepa o no pueda firmar, pondrá la impresión
digital de su dedo pulgar derecho y en su defecto, otro que especificará el notari
o, firmando por él un testigo.
d)
Bienes y derechos no hipotecables: No podrán hipotecarse: 1° El inmueble destinado a
patrimonio de familia; y, 2° Los bienes adquiridos por herencia, legado o donación,
cuando el causante haya puesto dicha condición, pero ésta no podrá exceder del término
de cinco años. Para los menores de edad dicho término se cuenta desde que cumplan la
mayoría de edad. Contenido: El contenido de una institución se puede sintetizar en
los derechos y obligaciones, tanto del acreedor como de deudor hipotecario. 1) D
erechos y obligaciones del acreedor: 1° Derechos, están regulados en los artículos 824
, 845 y 849 del Código Civil; y, 316 del Código Procesal Civil y Mercantil; y, 2° Obli
gaciones, la única obligación que deriva para el acreedor hipotecario es la aceptación
del pago cuando se cancela totalmente la obligación garantizada. 2) Derechos y ob
ligaciones del deudor hipotecario: 1° Derechos, están regulados en los artículos 826,
836, 1408, 1409 y 1946 del Código Civil; y, 2° Obligaciones, están reguladas en los ar
tículos 845, 854, 1387 y 1946 del Código Civil. Subhipoteca (hipoteca de crédito): Exp
resa el Código Civil (artículo 852) que: “El crédito garantizado con hipoteca puede subh
ipotecarse en todo o en parte, llenándose las formalidades aplicables establecidas
para la constitución de la hipoteca”. Hipoteca mobiliaria: La hipoteca mobiliaria e
s aquélla que se constituye sobre bienes muebles. Nuestro Código Civil, no incluye e
ste tipo dentro de las clases de la hipoteca que contempla. Sin embargo, del est
udio global e integral de nuestra legislación, específicamente del artículo 904 –la pren
da sin desplazamiento–, se concluye que el mismo contempla la hipoteca mobiliaria,
aun cuando no lo legisla expresamente, por lo extensivo de dicha norma, ya que
el precitado artículo, indistintamente abarca bienes, tanto de la hipoteca mobilia
ria como de la prenda sin desplazamiento.
e)
f)
g)
74
h)
Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los artículos 82
2 al 879 del Código Civil.
16. LA PRENDA.
a)
Definición: Expresa nuestra ley sustantiva civil (artículo 880) que: “La prenda es un
derecho real que grava bienes muebles para garantizar el cumplimiento de una obl
igación”. Es decir, que la prenda no es más que el contrato por el cual el deudor de u
na obligación, cierta o condicional, presente o futura, entrega al acreedor una co
sa mueble o un crédito en seguridad de que la obligación ha de ser cumplida. Clasifi
cación: Nuestra legislación admite las siguientes clases de prenda: 1) La prenda común
o típica: es un derecho real que grava bienes muebles para garantizar el cumplimi
ento de una obligación. 2) La prenda sucesiva: cuando un objeto puede darse en pre
nda a varias personas sucesivamente, con previo aviso en forma auténtica a los acr
eedores que ya tienen la misma garantía. Los acreedores seguirán el orden en que han
sido constituidas las prendas para el efecto de la preferencia en el pago. El p
rimer acreedor tendrá derecho de sustituir al depositario. 3) La prenda de títulos n
ominativos: se constituirá por medio de endoso al celebrarse el contrato que es ob
jeto de la garantía y el deudor recibirá un resguardo con el fin de hacer constar el
objeto del endoso. En este caso, el deudor dará aviso de la pignoración a la instit
ución emisora para que no se haga ningún traspaso de los títulos pignorados, mientras
estén afectos a la obligación que garanticen. La prenda de títulos al portador se hace
por la mera tradición de éstos, describiéndolos en el contrato respectivo, y el deudo
r recibirá un resguardo para su propia garantía. 4) La prenda de créditos: siempre que
la prenda fuere un crédito, el depositario estará obligado a hacer lo que sea neces
ario para que no se altere ni menoscabe el derecho que aquél representa. Las canti
dades que reciba las aplicará a la amortización de intereses y capital, si fuere el
caso, salvo lo que las partes convengan en el contrato. 5) La prenda de facturas
: cuando la garantía consista en facturas por cobrar, el depositario de la prenda
hará el cobro, retendrá su valor en depósito y lo hará saber a los interesados. Si consi
stiere en facturas de mercadería por recibir, tomará la mercadería y la conservará en pr
enda, dando aviso a los interesados. 6) La prenda constituida por un tercero: si
el bien pignorado no pertenece al deudor sino a un tercero que no ha consentido
en el gravamen, la prenda no subsiste y el acreedor podrá exigir que se le preste
otra garantía a su satisfacción, o se le pague inmediatamente su crédito; pero si el
acreedor hubiere procedido de mala fe, no tendrá los derechos a que se refiere el
artículo 889 del Código Civil. El tercero no podrá exigir del acreedor la restitución de
la prenda sin reembolsar a éste el valor del crédito y sus intereses, cuando el que
prestó la garantía negocie en cosas análogas o las
b)
75
hubiere adquirido en feria o venta pública. 7) La prenda abierta: puede constituir
se prenda en garantía de obligaciones futuras a favor de instituciones bancarias.
En este caso, es indispensable designar al acreedor, el monto máximo de las obliga
ciones que se garantizan y el término de vigencia de la garantía. Cuando se creen la
s obligaciones o se otorguen los préstamos, deberá consignarse en el respectivo título
o contrato que ellos están garantizados con la prenda preconstituida y que cada o
bligación o préstamo quedará sujeta además a las estipulaciones que se hubieren especifi
cado en el contrato o título respectivo. 8) La prenda sin desplazamiento (agraria,
ganadera o industrial): es el derecho real que grava bienes muebles ajenos de d
ifícil identificación, que, situados en lugar determinado, continúan en poder de su pr
opietario en calidad de depósito, y que mediante la inscripción registral garantiza
el cumplimiento de una obligación. A este respecto el artículo 904 del Código Civil ex
presa que: “Puede constituirse prenda con independencia de los inmuebles a que per
tenezcan y quedan en posesión del deudor, sobre los bienes siguientes: 1° Los frutos
pendientes, futuros o cosechados; 2° Los productos de las plantas y las plantas q
ue sólo pueden utilizarse mediante corte; 3° Las máquinas, aperos o instrumentos usado
s en la agricultura; 4° Los animales y sus crías; 5° Las máquinas e instrumentos usados
en la industria; 6° Las materias primas de toda clase y los productos en cualquier
estado de las fábricas o industrias; y, 7° Los productos de las minas y canteras. T
ambién puede constituirse prenda sobre vehículos y además muebles fácilmente identificab
les que constituyan garantía de una operación comercial”. Conviene aclarar que aunque
la finca esté hipotecada, pueden pignorarse los bienes a que se refiere el artículo
transcrito anteriormente, mas debe darse la preferencia al acreedor hipotecario,
quien puede ejercer este derecho dentro de 5 días contados desde que el deudor le
haga saber en forma auténtica, las bases del contrato que proyecta celebrar. Si e
l acreedor hipotecario no concede el crédito, no puede oponerse a que el deudor lo
obtenga de otra persona sobre las mismas bases.
c)
Constitución: La prenda debe constar en escritura pública o documento privado, haciénd
ose constar la especie y naturaleza de los bienes dados en prenda, su calidad, p
eso, medida, cuando fueren necesarios, y además datos indispensables para su ident
ificación; nombre del depositario y especificación de los seguros que estuvieren vig
entes sobre los bienes pignorados. La aceptación del acreedor y del depositario de
berá ser expresa. Sin embargo, conviene aclarar que si la prenda a constituirse es
sin desplazamiento (agraria, ganadera o industrial), ésta deberá hacerse constar en
escritura pública, llenando con los requisitos que establece el artículo 50 del Códig
o de Notariado. Contenido: El contenido de una institución se puede sintetizar en
los derechos y obligaciones, tanto del acreedor como de deudor hipotecario.
d)
76
1) Derechos y obligaciones del acreedor: 1° Derechos, éstos están regulados en los artíc
ulos 882, 883, 889, 890 y 898; y, 2° Obligaciones, éstas pueden simplificarse en las
siguientes: el acreedor tiene la obligación de devolver el bien recibido en prend
a cuando está pagada totalmente la obligación garantizada; el de cuidar los bienes p
ignorados (los bienes pignorados, al constituirse la garantía, deberán ser depositad
os en el acreedor o en un tercero designado por las partes, o bien en el propio
deudor si el acreedor consiente ello); y, cuando la garantía consista en factura p
or cobrar, el depositario de la prenda hará el cobro, retendrá su valor en depósito y
la hará saber a los interesados (si consistiere en facturas de mercadería por recibi
r, tomará la mercadería y la conservará en prenda, dando también aviso a los interesados
). 2) Derechos y obligaciones del deudor: 1° Derechos, éstos están regulados en los ar
tículos 891, 893, 898, 899, 900 y 901 del Código Civil; y, 2° Obligaciones, éstas pueden
resumirse en las siguientes: el deudor pignoraticio tiene como obligación satisfa
cer la deuda garantizada con la prenda; y, el deudor está obligado al saneamiento
de la cosa dada en prenda mientras no haya pagado la totalidad de la deuda, salv
o que siendo varios los bienes pignorados, los interesados hubieren convenido en
asignar a cada cosa la cantidad por la que se debe responder.
e)
Extensión: La prenda afecta únicamente los bienes sobre que se impone, cualquiera qu
e sea su poseedor, sin que el deudor quede obligado personalmente, salvo pacto e
xpreso (saldo insoluto). Si para obtener nueva maquinaria, vehículos o semovientes
destinados al servicio de la finca hipotecada, se dieren en prenda los frutos p
endientes, la garantía prendaria se entenderá extendida a los nuevos bienes adquirid
os. Regulación legal: Todo lo relativo a este punto se encuentra regulado en los a
rtículos 880 al 916 del Código Civil.
f)
SEGUNDA PARTE: DERECHO DE SUCESIONES (SUCESIÓN MORTIS CAUSA).
1. DERECHO DE SUCESIÓN.
a)
Definición: Es la subrogación o substitución que a consecuencia de la muerte de una pe
rsona se produce en otra de los derechos y acciones transmisibles de los que aquél
la era titular. Nuestro Código Civil (artículo 917) entiende por sucesión hereditaria
lo siguiente: “La sucesión por causa de muerte se realiza por la voluntad de la pers
ona, manifestada en testamento y, a falta de éste, por disposición de la ley. La pri
mera se llama testamentaria y la segunda, intestada, comprendiendo en uno y
77
otro caso, todos los bienes, derechos y obligaciones que no se extinguen por la
muerte”.
b)
Teorías: El fenómeno sucesorio ha sido explicado por teorías objetivas y teorías subjeti
vas y luego por teorías intermedias que concilian ambas. 1) Teorías subjetivas: que
explican el fenómeno hereditario ligado a la persona del causante, identificando a
l heredero con el causante o como una continuación de la personalidad del causante
; entre las que se encuentran: la teoría de la identificación de la persona del difu
nto con el heredero, la teoría de la continuación de la personalidad del difunto y l
a teoría de la representación. 2) Teorías objetivas (o modernas): consideran al herede
ro como un sucesor de los bienes del causante, entre las teorías objetivas están las
siguientes: la teoría de la adquisición de una universitas juris (universalidad de
derecho) y la teoría de la adquisición de una totalidad o suma de los bienes (univer
sitas honorum). 3) Teorías intermedias: las teorías intermedias, que tratan de conci
liar las dos anteriores, son explicadas por José Castán Tobeñas diciendo que: “La herenc
ia se presenta como la continuación o sucesión por modo unitario, en la titularidad
del complejo formado por aquellas relaciones jurídicopatrimoniales activas y pasiv
as de un sujeto fallecido que no se extinguen por su muerte, sucesión que produce
también ciertas consecuencias de carácter extrapatrimonial y atribuye al heredero un
a situación jurídica modificada y nueva en determinados aspectos”. Presupuestos de la
sucesión: Son condiciones necesarias que deben producirse para que tenga lugar el
fenómeno de la sucesión: 1° La muerte del causante o autor de la herencia (artículo 918
del Código Civil); 2° La capacidad por parte del heredero (artículo 923 del Código Civil
); y, 3° Que el heredero no sea indigno (artículo 924 y 928 del Código Civil). La prim
era es una condición o presupuesto necesarísimo y fundamental (condictio sine qua no
n), en cuanto es lo que determina la apertura de la herencia y opera la transmis
ión de la propiedad y posesión de los bienes a los herederos y legatarios. Incapacid
ades para suceder por indignidad: La indignidad son acciones u omisiones por par
te del heredero en contra del causante que privan del derecho de suceder, y que
generalmente entrañan una conducta delictiva o inmoral del sucesor para con el cau
sante. Nuestro Código Civil señala nueve causas de incapacidad para suceder por indi
gnidad; al analizar las mismas nos damos cuenta que encuadran dentro de conducta
s típicas, antijurídicas y culpables (delitos) sancionados en el Código Penal. De la l
ectura del artículo 924 del Código Civil nos damos cuenta que estas nueve causas rig
en tanto para la sucesión ab intestato (sin testamento) y testada, en virtud de qu
e habla tanto de herederos como de legatarios. El Código Civil regula las causas d
e indignidad para suceder como incapacidades para suceder en forma testada e int
estada,
c)
d)
78
independientemente de las causas de incapacidad para suceder por testamento, que
son distintas (artículo 926), pues las primeras tienen su origen en la actitud po
co respetuosa, inmoral o conducta delictiva del sucesor para el causante, en cam
bio las segundas tienen fundamento independiente de la actitud o conducta del su
cesor, que incluso podríamos calificar a algunas de esas causas como circunstancia
s accidentales. En cuanto a las causas de incapacidad por indignidad, existe la
excepción en su aplicabilidad según lo establece el artículo 925 del Código Civil.
e)
Clasificación: Doctrinariamente se hace la clasificación siguiente: 1) Por su forma:
1° A título universal: se produce una transferencia en cascada o en bloque sobre la
persona del sucesor, de todos lo derechos, bienes y obligaciones de que era tit
ular el causante. En este caso el sucesor se denomina heredero; y, 2° A título parti
cular o singular: consiste en la transmisión de determinadas relaciones jurídicas, e
s decir, que es llamado a bienes concretos y determinados, en este caso el sujet
o pasivo se denomina legatario. Conviene aclarar, que la diferencia entre ambas
no es cuantitativa, sino que cualitativa; es decir, que no depende de que en la
sucesión a título universal se adquiera una pluralidad de relaciones jurídicas, y a títu
lo particular adquiera una sola, porque el sucesor a título universal adquiere un
conjunto de relaciones jurídicas o una fracción aritmética de dicho conjunto tanto act
ivo como pasivo, pero sin determinación concreta de qué bienes o qué derechos, sucede
en derechos abstractos e indeterminados; y, al adquirir a título particular se es
llamado a bienes concretos, individualizados y determinados. 2) Por su origen y
causa: 1° Voluntaria: está determinada por la voluntad del hombre, en este caso reci
be el nombre de testamentaria; 2° Legal: está determinada por la ley, la ley estipul
a quién o quiénes son las personas llamadas a suceder; ésta recibe el nombre de intest
ada, ab intestato (sin testamento) o legítima; y, 3° En parte testada y en parte int
estada: es una forma que puede producirse perfectamente en la práctica, las dos cl
ases de sucesión pueden concurrir respecto de un mismo patrimonio, siendo ambas ad
misibles y compatibles. En este caso el causante dispone a través de testamento de
una parte de su patrimonio, pero por olvido u otra razón no dispone de la otra pa
rte, en consecuencia, respecto de esta otra parte del patrimonio, tendrá que abrir
se la sucesión intestada, legal o legítima. Nuestro Código Civil acepta esta forma de
sucesión en el artículo 919, último parágrafo. Representación hereditaria: El derecho de r
epresentación hereditaria, es el que tienen los descendientes de una persona para
heredar en lugar de ella, si hubiere muerto antes que su causante. Igual derecho
existe cuando el heredero ha renunciado la herencia o la ha perdido por indigni
dad. En estos casos, los hijos o descendientes tendrán derecho a heredar represent
ando al repudiante o al excluido. La persona que por indignidad perdiere el dere
cho a heredar, en ningún caso tendrá la administración de
f)
79
los bienes de los que entren a representarlo. En la línea colateral corresponde la
representación solamente a los hijos de los hermanos, quienes heredarán por estirpe
s (en una sucesión hereditaria, conjunto formado por la descendencia de un sujeto
a quien ella representa y cuyo lugar toma) si concurren con sus tíos. Si los sobri
nos concurren solos, heredarán por partes iguales. No hay representación en la línea a
scendente ni de ningún otro pariente fuera de los mencionados en los artículos 929 y
930 del Código Civil. Siempre que se herede por representación en la línea recta desc
endente, la división de la herencia será por estirpes de modo que el representante o
representantes no hereden más de lo que heredaría su representado si viviese. Las d
isposiciones del Capítulo III, Título I, Libro III, del Código Civil rigen para la suc
esión intestada y testamentaria, pero la representación en caso de testamento, sólo se
efectuará cuando los herederos y legatarios sean parientes del testador.
2. SUCESIÓN TESTAMENTARIA.
a)
Definición: Es aquella sucesión en que la vocación o disposición sucesoria es determinad
a por la voluntad del causante, con las únicas limitaciones que pueden surgir de d
isposiciones precisas de la ley. El derecho de testar no debe confundirse con la
libertad absoluta en la disposición testamentaria; pues la mayoría de los códigos civ
iles la limitan partiendo del sano propósito de proteger los intereses de los llam
ados herederos legitimarios. Como vimos, se diferencia de la sucesión intestada; p
ero puede coincidir plenamente con ella (véase nuevamente el último párrafo del artículo
919 del Código Civil). Fundamento de la sucesión testamentaria: En el fundamento de
la sucesión testamentaria, o sea, de donde proviene la potestad testamentaria de
las personas, ha imperado la doctrina llamada del poder creador de la voluntad h
umana, que se apoya en la potestad absoluta de creación de la voluntad del ser hum
ano en el área jurídica, y al respecto existen tres tesis: 1) La religiosa: la cual
dice que la voluntad sobrevive, porque ésta pertenece al alma y el alma es inmorta
l. 2) La contractual: la cual dice que la figura testamentaria es un contrato en
el que existe la voluntad del testador y la voluntad del heredero que acepta la
herencia; pero una de sus críticas es que no puede ser un contrato porque en la g
eneralidad de las veces el heredero no sabe que lo es y además porque existe la re
vocabilidad. 3) De la ley: la cual es la más aceptada y dice que es el legislador
el que concede a los ciudadanos la facultad para ordenar su designio testamentar
io con amplia libertad y con sólo las restricciones que el orden público y familiar
exigen.
b)
80
c)
El testamento: 1) Definición: Es un acto jurídico unilateral solemne, personalísimo, r
evocable y libre por el cual el testador dispone de sus bienes y derechos y decl
ara o cumple deberes para después de su muerte. A este respecto, el artículo 935 del
Código Civil expone que: “El testamento es un acto puramente personal y de carácter r
evocable, por el cual una persona dispone del todo o de parte de sus bienes, par
a después de su muerte”. 2) Características: 1° Es un acto jurídico unilateral de carácter
uy especial: en cuanto es una declaración de voluntad para crear, modificar o exti
nguir derechos y obligaciones que no debe ser hecha conjuntamente con otra perso
na, ya que expresamente se prohibe que testen dos personas en un mismo acto (véase
el artículo 938 del Código Civil); 2° Es solemne: pues sólo puede testarse en las forma
s expresamente reglamentadas por la ley, cualquier otra forma de expresión de volu
ntad no será testamento (véase por ejemplo el artículo 937 del Código Civil); 3° Es person
alísimo: pues sólo el autor puede otorgarlo, no así su representante, la testamentación
llamada pupilar o cuasi pupilar, por la cual el que ejercía la patria potestad o l
a tutela podía testar a nombre del menor o incapacitado ha sido abolida; y, 4° Es re
vocable: en tanto que el autor puede modificar su testamento tantas veces como d
esee sin que se le pueda obligar por contrato a no hacerlo y es libre en nuestro
sistema jurídico pues no tiene límites su poder de disposición de sus bienes que no s
e extinguen con la muerte, ya que no se impone obligación de destinar determinada
parte a ciertos herederos (legítima), fuera de la obligación de dar alimentos que se
prolonga más allá de la vida del obligado (véase el artículo 936 del Código Civil). 3) In
capacidades para testar: Están incapacitados para testar: 1° El que se halle bajo in
terdicción; 2° El sordomudo y el que hubiere perdido el uso de la palabra, cuando no
puedan darse a entender por escrito; y, 3° El que sin estar bajo interdicción no go
zare de sus facultades intelectuales y volitivas, por cualquier causa, en el mom
ento de testar. 4) Incapacidades para suceder por testamento: Son incapaces para
suceder por testamento; 1° Los ministros de los cultos, a menos que sean pariente
s del testador; 2° Los médicos o cirujanos que hubieren asistido al testador en su últ
ima enfermedad, si éste falleciere de ella, salvo que sean parientes del testador;
3° El notario que autoriza el testamento y sus parientes, y los testigos instrume
ntales; 4° El tutor, el protutor y los parientes de ellos si no se hubieren aproba
do las cuentas de la tutela, a no ser que fueren parientes del pupilo; y, 5° Las i
nstituciones extranjeras, cualquiera que sea su finalidad. Clasificación del testa
mento: 1) Testamentos comunes: 1° El testamento abierto: es el que se otorga ante
notario y dos testigos. El testador expresará su voluntad en forma oral ante el no
tario y los testigos, el notario redactará el testamento en su protocolo, lo leerá y
manifestará la conformidad del otorgante, lo firmará junto con el notario y los tes
tigos. Este testamento debe ser usado en el caso de los ciegos –deberá intervenir
d)
81
un testigo instrumental más–, sordos y mudos; puede recurrir a él el que desconozca el
idioma español dando intervención a dos intérpretes elegidos por el testador (véanse lo
s artículos 954 al 958, y 1193 del Código Civil; y, 29, 31, 37 literal “a”, 42, 44, 45 y
75 del Código de Notariado); y, 2° El testamento cerrado: es el testamento redactad
o por escrito, ya sea por el autor u otra persona a su ruego. Debe presentarse e
n pliego cerrado (plica) ante un notario y dos testigos, y los intérpretes en su c
aso, manifestando que ese sobre contiene su última voluntad. De lo anterior se tom
ará nota (o razón) en el protocolo notarial y el sobre que contiene el acta de su ot
orgamiento, con las firmas del testador, los testigos, los intérpretes si los hubi
ere, y del notario quien también pondrá su sello, se devolverá al testador para su gua
rda por sí o por persona de su confianza. A este testamento puede recurrir el sord
omudo que sepa leer y escribir, pero tanto el testamento como el acta de la plic
a o sobre deben ser escritos y firmados por el testador, de su puño y letra (véanse
los artículos 954, 959 al 964, del Código Civil). 2) Testamentos especiales: 1° Testam
ento militar: es el otorgado por un militar o asimilado al tiempo de estar en ca
mpaña, en plaza sitiada o prisioneros en poder del enemigo. Puede hacerse verbalme
nte (abierto) ante el oficial bajo cuyo mando se encuentre, o –si estuviere en des
tacamento– ante el que manda el destacamento o pelotón aunque éste sea subalterno, o a
nte el facultativo que lo asista, o ante un oficial de cualquier categoría (estos
dos últimos casos, si el testador está enfermo o herido) y siempre con la intervención
de dos testigos que sepan leer y escribir; o por escrito (cerrado). El testamen
to otorgado en esta forma, deberá ser remitido con la brevedad posible al Cuartel
General y por éste al Ministerio de la Defensa Nacional. En caso de fallecimiento
del testador, el Ministro de la Defensa Nacional remitirá el testamento al juez de
l último domicilio del difunto y, no siéndole conocido, a cualquier Juzgado de Prime
ra Instancia del Ramo Civil del departamento de Guatemala, para que, de oficio,
cite a los herederos y demás interesados en la sucesión. Los herederos y demás interes
ados deberán solicitar que el testamento se protocolice en la forma prevenida en e
l Código Procesal Civil y Mercantil –artículo 472–. El testamento sólo surtirá efectos si e
autor fallece durante las situaciones previstas en el Código Militar, o dentro de
los treinta días posteriores a la cesación de ellas (véanse los artículos 965 y 966 del
Código Civil; 572 al 579 del Código Militar, contenido en el Decreto Presidencial N°
214 de fecha 01 de agosto de 1878; y, 472 del Código Procesal Civil y Mercantil);
2° Testamento marítimo: cuando alguno desee hacer testamento en alta mar a bordo de
un buque de guerra o, en su caso, mercante, podrá hacerlo: en el primer caso (buqu
e de guerra), ante el contador o ante el que ejerza sus funciones, en presencia
de dos testigos que sepan leer y escribir, y que vean y entiendan al testador (e
l comandante del buque o el que haga sus veces, pondrá además su “visto bueno”); y, en e
l segundo (buque mercante), ante el capitán o el que haga sus veces, con asistenci
a también de dos testigos como se expresa anteriormente. En uno y otro
82
caso, los testigos se elegirán entre los pasajeros, si los hubiere. En ambos casos
, se seguirán las formalidades del testamento abierto o del cerrado. Los testament
os abiertos, hechos en alta mar, serán custodiados por el comandante o por el capi
tán, y se hará mención de ellos en el diario de navegación. En el testamento hecho en el
mar, es nula toda disposición a favor de cualquier persona que ejerza autoridad a
bordo, a no ser que sea pariente del testador (véanse los artículos 967 al 970 del
Código Civil); 3° Testamento en lugar incomunicado; los que se hallen en lugar incom
unicado por motivo de epidemia, podrán testar ante el juez local y en presencia de
dos testigos que sepan leer y escribir (véase el artículo 971 del Código Civil); 4° Tes
tamento de preso: si el testador se halla preso podrá en caso de necesidad, otorga
r testamento ante el jefe de la prisión pudiendo ser testigos, a falta de otros, l
os detenidos o presos, con tal que no sean inhábiles por otra causa y que sepan le
er y escribir. En este testamento es nula toda disposición hecha a favor de los qu
e tienen autoridad en la prisión, a menos que sean parientes del testador. Los tes
tigos especiales a que se refieren anteriormente, sólo son válidos si el testador mu
ere durante el cumplimiento de la pena de prisión o dentro de los noventa días poste
riores a su libertad (véanse los artículos 972 y 973 del Código Civil); y, 5° Testamento
hecho en país extranjero: puede otorgarse siguiendo las leyes del lugar y por tan
to ser válidos según la regla locus regit actum (artículo 28 de la Ley del Organismo J
udicial), o bien, según las leyes guatemaltecas ante los agentes diplomáticos o cons
ulares, que sean notarios, para los nacionales guatemaltecos o para actos que de
ban tener efecto en territorio nacional. No será válido en Guatemala el testamento m
ancomunado que los guatemaltecos otorguen en país extranjero, aunque lo autoricen
las leyes de la nación donde se hubiere otorgado (véanse los artículos 974 al 976 del
Código Civil).
e)
Solemnidad del testamento del ciego y del sordo: 1) Testamento del ciego: en el
testamento del ciego debe intervenir un testigo más de los que se requieren para e
l testamento abierto (es decir, que aquí serán entonces tres los testigos instrument
ales), será leído en alta voz dos veces; la primera por el notario autorizante, y la
segunda, por uno de los testigos elegido al efecto por el testador. Se hará mención
especial de esta circunstancia (véase el artículo 957 del Código Civil). 2) Testament
o del sordo: si un sordo quiere hacer testamento abierto, deberá leer él mismo en vo
z inteligible (es decir, que puede ser entendido, que se oye clara y distintamen
te), el instrumento, a presencia del notario y testigos, lo que se hará constar (véa
se el artículo 958 del Código Civil). Conviene recordar, que el ciego y la persona q
ue no sepa leer y escribir no pueden hacer testamento cerrado; no así las personas
que no pueden hablar, pero que sepan leer y escribir, quienes si pueden otorgar
este tipo de testamento (artículos 960 y 961 del Código Civil).
83
3. SUSTITUCIÓN HEREDITARIA.
a)
Definición: Es el llamamiento que hace el testador a favor de otra persona distint
a del heredero, bien por si éste no llega a serlo, bien para después que éste lo sea.
Otra definición anunciada por el maestro español Federico Puig Peña nos dice que: “Es la
disposición testamentaria en virtud de la cual el causante llama a la titularidad
de la herencia a un posterior heredero en defecto del primeramente nombrado o d
espués de él”. El origen etimológico de la palabra está en las voces latinas sub e institu
tio, que significa una institución que está debajo o subordinada. Naturaleza jurídica:
Respecto de la naturaleza jurídica de esta institución no hay unidad de criterio en
tre los tratadistas que la han estudiado, diciendo unos, que es una institución co
ndicional en que el evento puesto como condición consiste en que el primeramente l
lamado a la herencia o legado no llegue a ser heredero o legatario, otros autore
s manifiestan que en este caso de sustitución sólo hay una liberalidad, es una simpl
e previsión de que el primeramente instituido no llegue a heredar. Clasificación: 1)
Sustitución vulgar o directa: es la designación que el testador hace en su testamen
to de segundos o ulteriores herederos para el caso que los primeramente llamados
no lleguen a serlo; es decir, que el testador además de instituir un heredero, no
mbre un sustituto al mismo para el caso de que el heredero primeramente institui
do no llegue a asir (aceptar) la herencia; cuando el primer heredero instituido
sí acepta la herencia, la persona que fue nombrada como sustituto pierde toda posi
bilidad de adquirir la herencia. 2) Sustitución pupilar: es aquel nombramiento que
hacen los padres y demás ascendientes para sus descendientes menores de 14 años, pr
eviendo el caso de que mueran antes de llegar a dicha edad. 3) Sustitución ejempla
r: es una derivación de la anterior, se le conoce con el nombre de sustitución cuasi
pupilar, la cual puede definirse como el nombramiento de heredero hecho por un
ascendiente a su descendiente mayor de 14 años legalmente incapacitado por causa m
ental para el caso de que muera sin recobrar la razón. 4) Sustitución fideicomisaria
: esta sustitución es llamada también oblicua o indirecta, y es aquella disposición po
r virtud de la cual el testador ordena una doble o múltiple vocación o disposición suc
esoria, estableciendo que el heredero primeramente llamado conserve y transmita
los bienes a un segundo o ulterior heredero, bien para el caso de fallecimiento
de aquél, cuando ocurra un suceso o llegue un día determinado establecido en el test
amento; en esta clase de sustitución hay varias personas llamadas sucesivamente en
el tiempo de modo efectivo al disfrute de la herencia y la adquisición del primer
amente instituido no es definitiva ni plena, sino que dura mientras llega el mom
ento en que la herencia pasa al siguiente favorecido, tampoco el primeramente in
stituido como heredero puede
b)
c)
84
disponer libremente de la herencia, o sea, que no hay una libre circulación patrim
onial.
4. ACEPTACIÓN DE LA HERENCIA.
a)
Definición: Es aquella declaración unilateral de voluntad, de carácter irrevocable, po
r cuya virtud el llamado a una herencia manifiesta su deseo de investirse de la
cualidad de heredero, asumiendo la posición jurídica que la misma presupone. Formas
de aceptación: 1) Por su forma: 1° Expresa: se produce cuando la aceptación se hace a
través de un documento público o privado; éste sería el caso de que una persona aceptara
la herencia a través de su representante legal, cuyo mandato y facultad para acep
tar la herencia en nombre de aquél estaría contenido en una escritura pública, faccion
ada por un notario (véase el artículo 1027 del Código Civil); y, 2° Tácita: se produce cua
ndo la persona llamada a adquirir la herencia realiza actos que suponen necesari
amente la voluntad de aceptar, o actos que no podrían ejecutarse sin la cualidad d
e heredero; por ejemplo: vender, ceder o donar su derecho a una tercera persona
(véase el artículo 1028 del Código Civil). 2) Por sus efectos: 1° Simple y pura: en esta
forma de aceptación se produce una ilimitada responsabilidad del heredero, quedan
do obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia con sus propios biene
s; esta aceptación puede hacerse expresa o tácitamente; y, 2° Bajo beneficio de invent
ario: en esta forma de aceptación se permite al heredero aceptar la herencia, pero
no responder de las cargas y deudas de la herencia, más que hasta donde alcance e
l activo de la misma para cubrirlas; además desaparece por la aceptación la situación
de herencia yacente, y su diferencia fundamental respecto de la aceptación simple
y pura estriba en que la responsabilidad queda limitada exclusivamente a lo que
constituye el activo económico de la herencia, mientras que en la aceptación simple
y pura se responde en forma ilimitada. Plazo de la aceptación: El plazo o término de
la aceptación de la herencia está determinado en la ley, que confiere al adquirient
e un plazo para que realice su manifestación de voluntad respecto de si acepta o r
enuncia la herencia. Nuestro Código Civil en su artículo 1031, señala que: “El término par
a aceptar la herencia es de seis meses a contar de la muerte del testador, si el
heredero se encuentra en el territorio de la República y de un año si está en el extr
anjero. Si pasa el término de la aceptación sin que nadie se presente a reclamar la
herencia, ni haya heredero a quien minifestamente pertenezca, o han renunciado l
os que tenían derecho a ella, se declarará vacante, arreglándose a las prescripciones
del Código Procesal”. Sin embargo, existe un caso que podría decirse que es de carácter
excepcional en el cual el término antes indicado se abrevia y se
b)
c)
85
da cuando alguno (podría ser un acreedor el causante) tiene interés en que el herede
ro declare si acepta o renuncia a la herencia; en este caso, el interesado puede
pedir, pasados nueve días de la apertura de la herencia, que el juez fije un plaz
o, que no debe exceder de treinta días, para que dentro de él haga su declaración el h
eredero, bajo apercibimiento de que si no lo hace se tendrá la herencia por acepta
da. Consúltense los artículos 1026 al 1040 del Código Civil; 482 al 487 del Código Proce
sal Civil y Mercantil; y, 36 de la Ley sobre el Impuesto de Herencias, Legados y
Donaciones (Decreto N° 431 del Congreso de la República).
5. RENUNCIA DE LA HERENCIA.
a)
Sus efectos: Sobre esta materia, dispone el Código Civil: 1° Pueden renunciar la her
encia y legados los que tengan la libre disposición de sus bienes (el término para r
enunciar la herencia es el mismo que el de la aceptación; asimismo, la renuncia de
be ser expresa y hacerse por escrito ante el juez o por medio de escritura pública
); 2° La renuncia de la herencia dejada a menores e incapacitados deberá hacerse con
aprobación judicial e intervención de la Procuraduría General de la Nación; 3° La renunci
a de la herencia solamente, no priva al que la hace de reclamar los legados que
se le hubieren dejado; 4° El acreedor del heredero o legatario que renuncia a la h
erencia o al legado, puede reclamar la parte que cubra su crédito; 5° El que es llam
ado a una misma herencia por testamento o intestado, si renuncia la una se entie
nde que renuncia las dos; y, 6° Si el heredero renuncia la herencia en perjuicio d
e sus acreedores, pueden éstos, siempre que sus créditos fueren anteriores a la renu
ncia, pedir al juez que los autorice para aceptar en nombre de aquél (en este caso
, la aceptación sólo aprovechará a los acreedores hasta el monto de sus créditos, corres
pondiendo el exceso, si lo hubiere, a los herederos que sean llamados por la ley
). Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto se encuentra regulado en l
os artículos 1029 último párrafo, 1031, 1033, 1034, 1035, 1036, 1037, 1038, 1039 y 104
0 del Código Civil.
b)
6. LEGADOS.
a)
Definición: Son los bienes, cosas o derechos que el testador otorga a título particu
lar. El legado lo constituyen siempre cosas concretas y determinadas, susceptibl
es de ser individualizadas. Se distingue de la herencia en que ésta transmite un p
atrimonio o parte de él. El legado por ser siempre de cosa concreta se sujeta a re
glas que no rigen para el heredero; así el legado puede ser a cargo de la masa her
editaria, a cargo
86
de alguno de los herederos e incluso a cargo de otro legatario. A este respecto,
establece nuestro Código Civil (artículos 919 parte conducente, y 1002) que: “...la a
signación a título particular se llama legado”, y que: “El testador puede disponer de un
a cosa, o de una cantidad, o del todo o de una parte de sus bienes, a título de le
gado, a favor de una o más personas individuales o jurídicas”.
b)
Clasificación: Existe una prolija clasificación de los legados atendiendo a diversos
factores lo que da lugar a varias reglamentaciones. 1) Legado de cosa cierta: e
s el más frecuente, junto con el de dinero; se trata del que individualiza perfect
amente uno o más bienes muebles o inmuebles del testador (véase el artículo 1002 del Cód
igo Civil). 2) Legado de cosa indeterminada: se refiere al caso de indicarse lo
que se lega únicamente por el género: un traje, un vehículo; no se considera indetermi
nado si sólo existe algo de esa especie en la sucesión y resulta verosímil que el test
ador se refiera a ello (véase el artículo 1006 del Código Civil). 3) Legado de crédito:
cuando se deja mortis causa un crédito, se transmiten con ello todas las acciones
y garantías existentes; el crédito lleva, como accesorio, los intereses desde la mue
rte del causante (véase el artículo 1007 del Código Civil). 4) Legado de perdón de deuda
: el que constituye una remisión de uno o más créditos del testador a favor de su deud
or; se limita a lo subsistente al morir el testador (véase el artículo 1007 del Código
Civil). 5) Legado remuneratorio: cuando lo establece el testador para compensar
algún servicio del legatario, se le da tratamiento preferencial en el pago y se o
bservan las reglas sobre donaciones de este género –artículos 1856 y 1872 del Código Civ
il– (véase el artículo 1008 del Código Civil). 6) Legado de deuda: cuando el testador le
ga una deuda pendiente al verdadero acreedor; con ello se comprometen expresamen
te los bienes hereditarios y se otorga un título escrito –u otra más– al titular del crédi
to; conviene aclarar que según nuestra legislación, el legado hecho a un acreedor ti
ene efecto sin perjuicio del pago de su crédito (véase el artículo 1009 del Código Civil
). 7) Legado de pensión (incluida aquí la de alimentos) y renta vitalicia: tienen en
común que deben ser cumplidos por pagos periódicos y se garantizan en los términos de
las obligaciones civiles análogas, pueden ser por plazo determinado o mientras su
bsista la necesidad que los motivó (véase el artículo 1011 del Código Civil). Aceptación,
revocación y renuncia del legado: 1) Aceptación: el legado se acepta expresamente, c
uando se pide; y, tácitamente, cuando se recibe la cosa legada. 2) Revocación: según e
l artículo 1025 del Código Civil, la revocación para los legados se regirá por lo dispue
sto para la revocación de las disposiciones testamentarias. 3) Renuncia: la renunc
ia debe ser expresa y hacerse por escrito ante el juez o por medio de escritura
pública.
c)
87
7. ALBACEAZGO.
a)
Definición: Es una institución característica del Derecho sucesorio encargado de la ad
ministración y liquidación del patrimonio del difunto según la voluntad del testador,
los herederos o la ley. A este respecto, expresa nuestro Código Civil (artículo 1041
) que: “Albacea o ejecutor testamentario, es la persona a quien el testador encarg
a el cumplimiento de su voluntad. Los albaceas tendrán todas las facultades que ex
presamente les haya conferido el testador, y no sean contrarias a las leyes”. Las
funciones del albacea son complejas, pues actúa como depositario, administrador, r
epresentante y auxiliar de la administración de justicia. Clasificación: Nuestra leg
islación sustantiva civil contempla las siguientes clases de albacea: 1) Testament
ario: es el nombrado en el testamento (véase el artículo 1041 del Código Civil). 2) Le
gítimo: es cuando el cargo de albacea recae en los propios herederos, a falta de a
lbacea testamentario, o por falta de posibilidad o de voluntad del albacea nombr
ado (véanse los artículos 1045 y 1046 del Código Civil; y, 509 último párrafo, del Código P
ocesal Civil y Mercantil). 3) Dativo: es el nombrado por el juez a falta de los
anteriores (véanse los artículos 1042 al 1044 del Código Civil). 4) Mancomunados: cuan
do deben actuar conjuntamente (véase el artículo 1047 del Código Civil). 4) Provisiona
l: es el nombrado por el juez mientras se presenta el testamentario o se elige e
l legítimo; en nuestro medio se le conoce como administrador provisional, administ
rador de la herencia yacente o, simplemente, administrador (véanse los artículos 503
, 505, 506, 508 y 509 del Código Procesal Civil y Mercantil). Requisitos para ser
albacea: Para ser albacea se necesita haber cumplido dieciocho años de edad, poder
legalmente administrar bienes, no ser incapaz de adquirirlos a título de herencia
, y no estar en actual servicio de funciones judiciales o de la Procuraduría Gener
al de la Nación, aunque se halle con licencia temporal, salvo en los casos de que
se trate de las sucesiones de sus parientes (véanse los artículos 1048 del Código Civi
l; y, 1 del Decreto N° 25-97 del Congreso de la República). Facultades y atribucione
s: Las facultades y atribuciones de los albaceas, además de las que designe el tes
tador, serán las siguientes: 1 Disponer y pagar los funerales del testador, con arr
eglo a lo ordenado por éste, y en defecto de tal disposición, según las costumbres del
lugar y las posibilidades de la herencia; 2 Hacer las gestiones necesarias para
la inmediata seguridad de los bienes; 3 Hacer el inventario, con intervención de lo
s herederos, y cuando no los haya, con la de los interesados en los bienes; 4 Pag
ar las deudas y legados; y, 5 Administrar
b)
c)
d)
88
los bienes, hasta que los herederos tomen posesión de ellos (véase el artículo 1050 de
l Código Civil). Asimismo, los albaceas podrán dar poderes especiales con relación a l
os actos que a ellos les competen, siendo personalmente responsables por los act
os del mandatario; y, una vez aprobados el inventario y la cuenta de administrac
ión, el albacea debe hacer inmediatamente la partición de la herencia (véanse los artícu
los 1056 y 1085 del Código Civil).
e)
Plazo: El cargo de albacea debe ejecutarse dentro del plazo que fija el testador
. Sin embargo, el albacea, a quien el testador no haya fijado plazo, deberá cumpli
r su encargo dentro de un año contado desde su aceptación, o desde que terminen los
litigios que se promovieren sobre la validez o nulidad del testamento o de algun
a de sus disposiciones. Si el testador quisiere ampliar el plazo legal, deberá señal
ar expresamente el de la prórroga. Si no lo hubiese señalado, se entenderá prorrogado
el plazo por un año. Si transcurrida esta prórroga, no se hubiese todavía cumplido la
voluntad del testador, podrá el juez conceder otra por el tiempo que fuere necesar
io, atendidas las circunstancias del caso. Los herederos y legatarios podrán, de c
omún acuerdo, prorrogar el plazo del albaceazgo por el tiempo que crean necesario,
pero si el acuerdo fuese sólo por mayoría, la prórroga no podrá exceder de un año (véanse
os artículos 1058 al 1060 del Código Civil).
8. SUCESIÓN INTESTADA, LEGÍTIMA O LEGAL.
a)
Definición y fundamento: 1) Definición: Dícese de la sucesión por causa de muerte en que
no hay testamento, el que existe no comprende la distribución total de los bienes
del difunto o por alguna razón resulta ineficaz, como en los casos de nulidad del
testamento, cuando el heredero designado es incapaz de heredar, repudia la here
ncia o muere antes que el testador; es pues, una forma de heredar supletoria del
testamento y la ley substituye la voluntad del difunto; a falta de una manifest
ación expresada en el testamento se supone una presunta voluntad basada en la prob
able forma en que la mayoría hubiera distribuido sus bienes de haber manifestado s
u última voluntad (véanse los artículos 1068 y 1069 del Código Civil). 2) Fundamento: La
antigua doctrina consideró que el fundamento de la sucesión intestada radica en la
presunción, contenida en la ley, de expresión de última voluntad de la persona que no
otorgó testamento, o que habiéndolo otorgado resulta nulo o ineficaz. Se decía que esa
presunción era la resultante de considerar que la persona había tácitamente testado.
La doctrina moderna se inclina en el reconocimiento de vínculos familiares, tomand
o en cuenta, subjetivamente, la relación entre el causante y sus parientes más cerca
nos.
89
b)
Casos en que tiene lugar: La sucesión intestada tiene lugar: 1° Cuando no hay testam
ento; 2° Cuando falta la condición puesta a la institución de heredero, o el instituid
o muere antes que el testador, o es incapaz de heredar, o repudió la herencia; fue
ra de los casos de sustitución, representación y acrecimiento con arreglo al Código Ci
vil; 3° Cuando en el testamento no hay heredero instituido y el testador no ha dis
puesto de todos sus bienes en legados; y, 4° Cuando el testador ha dejado de dispo
ner de alguno o algunos de sus bienes. Conviene aclarar, que en los casos de los
numerales 3° y 4° mencionados anteriormente, el interesado sólo procede respecto de l
os bienes de que no dispuso el testador. Orden de la sucesión intestada: Son llama
dos a la sucesión intestada, según lo dispone el Código Civil: 1° En primer lugar, los h
ijos, incluyendo a los adoptivos, y el cónyuge supérstite o sobreviviente que no ten
ga derecho a gananciales; quienes heredarán por partes iguales; 2° En segundo lugar,
a falta de descendencia, sucederán los ascendientes más próximos y el cónyuge, por igua
les porciones y cuando sólo hubiere una de esas partes, ésta llevará toda la herencia;
3° En tercer lugar, a falta de los llamados a suceder, según la situación anterior, s
ucederán los parientes colaterales hasta el cuarto grado (véanse los artículos 1074, 1
078 al 1080, del Código Civil). Herencia yacente: Cuando todavía el heredero no ha e
ntrado en posesión de la herencia, se dice que la misma está yacente; así como también c
uando, siendo varios los herederos, no se han practicado todavía las particiones (
véanse los artículos 503 al 511 del Código Procesal Civil y Mercantil). Herencia vacan
te: Es aquél conjunto de bienes que pertenecieron a un titular que ha fallecido si
n que se conozca quiénes son sus herederos, o cuando conocidos éstos no la aceptan.
Cuando existe una herencia vacante, los llamados a suceder ab intestato son el E
stado y las Universidades de Guatemala, por partes iguales; y, su procedimiento
se regirá de conformidad con los artículos 482 al 487 del Código Procesal Civil y Merc
antil (téngase presente aquí también lo regulado en el artículo 1031 del Código Civil).
c)
d)
e)
9. MASA HEREDITARIA Y PARTICIÓN.
a)
Definiciones: 1) Masa hereditaria: Es el conjunto de los bienes y derechos suces
orios de la persona de que se trate. La integran los bienes en poder del causant
e en el momento de su fallecimiento, más algunos que habían dejado de pertenecerle –po
r la colación pertinente– o que con posterioridad afluyen, por obligaciones o accion
es pendientes. Tras la administración temporal de esta masa, la partición le pone fi
n y transmite
90
a otro u otros patrimonios de la masa de la herencia (véase el artículo 1105 del Códig
o Civil). 2) Partición hereditaria: Llámese así en el Derecho sucesorio a la parte del
proceso sucesorio en el que se reparten los bienes heredados entre los legatari
os y herederos, nombrado el albacea definitivo o universal y terminados los paso
s de la liquidación: inventarios y avalúos y pagos de las deudas sucesorias, se cono
ce el caudal líquido que corresponde a los legatarios y herederos (véanse los artículo
s 1085 al 1123 del Código Civil; y, 507, 512 al 515 del Código Procesal Civil y Merc
antil).
b)
Procedencia de la partición: 1) Judicial: A petición de parte procederá la partición jud
icial, siempre que el testador no la hubiere hecho antes – artículo 1098 del Código Ci
vil–. Para su trámite, se estará a lo dispuesto por los artículos 220 al 224 del Código Pr
ocesal Civil y Mercantil, en lo que fuere aplicable –estos artículos se refieren al
juicio oral de la división de la cosa común–. 2) Extrajudicial: La partición deberá hacers
e después de haberse practicado las operaciones que tiendan a determinar exactamen
te el caudal partible, dichas operaciones, como ya vimos, son: inventario, avalúo,
liquidación, división y adjudicación; una vez aprobado el inventario y la cuenta de a
dministración del albacea, se procederá a la partición de los bienes hereditarios. Sus
pensión de la partición: Expresa el artículo 1086 del Código Civil que: “Sólo puede suspend
rse una partición, en virtud de convenio expreso de los interesados y por un término
que no pase de tres años”. Rescisión y nulidad de la partición: Nuestro Código Civil, reg
ula tanto la nulidad como la rescisión de la partición. La nulidad la regula o la co
ntempla, mejor dicho, en un solo caso: cuando el heredero es falso o se creyó que
una persona era heredera cuando no lo era (véase el artículo 1122). En cuanto a la r
escisión, cuando se trata de una partición extrajudicial nos remite a los casos por
los que pueden ser rescindidos los contratos en general; y, contempla nuestra le
y sustantiva civil el caso de la rescisión de la partición judicial, que solamente p
rocede cuando en el caso de saneamiento u otra causa legal regulada en la parte
correspondiente a los efectos de la partición (véanse los artículos 118 y 119 del Código
Civil).
c)
d)
91
RESUMEN DE DERECHO CIVIL III
I.
NOCIONES GENERALES
1. CONCEPTO DEL DERECHO DE OBLIGACIONES. POSICIÓN DEL CÓDIGO CIVIL. a) Concepto del
derecho de obligaciones: Es la rama del Derecho Civil que trata de las relacione
s entre deudor y acreedor, en todas sus especies, de los derechos personales que
se concentran en la exigencia ajena de hacer o de no hacer, de dar o no dar alg
o. b) Posición del Código Civil: A tenor del artículo 1319 del Código Civil que expresa
que: “Toda obligación resultante de un acto o declaración de voluntad consiste en dar,
hacer o no hacer alguna cosa”. Tal precepto legal no contiene propiamente una def
inición, pero resalta los tres aspectos objetivos de la obligación: dar, hacer o no
hacer alguna cosa, de evidente raigambre romana. 2. CARACTERES DEL DERECHO DE OB
LIGACIONES. PATRIMONIALIDAD DE LA PRESTACIÓN. CORRIENTE UNIFICADORA DEL DERECHO CI
VIL Y MERCANTIL EN MATERIA DE OBLIGACIONES. a) Caracteres del derecho de obligac
iones: 1) Compromete al deudor en lo personal: el deudor está determinado por su i
dentidad personal; el obligado a la prestación puede ser José Rodríguez o Francisco Sánc
hez, en cuanto a que son ellos mismos y nadie más, sino ellos, quienes soportan el
débito. 2) Compromete todo el patrimonio del deudor: si éste no paga, el acreedor p
odrá hacer efectiva la obligación, trabar ejecución y embargar cualesquiera de los bie
nes afectables que figuren en el activo patrimonial del deudor en el momento del
secuestro, pues es un principio el hecho de que es el deudor quien debe respond
er de sus deudas con la totalidad de su patrimonio. 3) Puede ser transmitida sólo
mediante un contrato que se llama cesión o asunción de deudas. b) Patrimonialidad de
la prestación: Como vimos anteriormente el derecho de obligaciones, personal o de
crédito, compromete todo el patrimonio del deudor; si el obligado no paga, el acr
eedor podrá hacer efectiva la obligación afectando la totalidad del patrimonio del d
eudor. c) Corriente unificadora del derecho civil y mercantil en materia de obli
gaciones: La corriente o tendencia actual es la de volver a la unificación del der
echo privado de las obligaciones, pero subordinando el derecho civil al mercanti
l o comercial, que es más evolutivo y más ágil. No obstante, las razones principales q
ue invocan algunos juristas para oponerse a la unificación pueden resumirse así: las
normas de uno y otro
92
derecho responden a relaciones jurídicas procedentes de manifestaciones económicas d
istintas; las obligaciones comerciales surgen de hechos inspirados en un interés e
specífico, el derecho comercial es universal y el local el civil, aquél progresivo y
éste estático; la relación jurídica civil muere en los sujetos de la relación mientras qu
e la relación jurídica comercial tiene proyecciones en la colectividad; la unificación
pretendida no responde a ninguna necesidad real.
II.
NATURALEZA DE LA OBLIGACIÓN
1. DEFINICIÓN DE LA OBLIGACIÓN. EVOLUCIÓN HISTÓRICA. CONCEPCIONES SUBJETIVA Y PATRIMONIA
L. a) Definición de la obligación: Es la relación jurídica en virtud de la cual una pers
ona (deudor) debe una determinada prestación a otro (acreedor), que tiene la facul
tad de exigirla, constriñendo a la primera a satisfacerla. b) Evolución histórica: El
derecho romano fue el escultor del derecho de obligaciones; y, para éste la obliga
ción era una liga de Derecho, vinculum juris, que constriñe a una persona para con o
tra, a dar, a hacer o a no hacer alguna cosa. Antiguamente la obligación se design
aba con el término nexum o nexus, de nectere, que significaba atar, vincular, desp
ués hallamos empleada, con cierta generalidad, la palabra obligatio (de ob y ligar
e), con la cual se está dando a entender que su esencia está en la sujeción del deudor
a los poderes o derechos del acreedor. Del lado activo de la obligación se encuen
tra un creditum o nomen, que le corresponde al acreedor (creditor); y, del lado
positivo, un debitum, que constituye el deber jurídico del deudor (debitor). Sin e
mbargo, en la actualidad ha surgido la tendencia de conceptualizar a la obligación
como una relación y no como el derecho romano lo conceptuó al decir que ésta era un vín
culo, y que el hacer énfasis en el aspecto activo y en el pasivo de la obligación, n
o son meramente cuestiones de terminología. Aparte que en la actualidad se trata d
e erradicar toda idea de sometimiento personal del deudor. En suma, el derecho r
omano vio en la obligación un vínculo entre personas; pero el moderno (en especial e
l germánico), tiende a destacar el compromiso objetivo de crédito o deuda, estimándolo
más bien que como una voluntad ligada a otra, como un vínculo entre dos patrimonios
, considerados como personalidades abstractas. c) Concepciones subjetiva y patri
monial: 1) Concepción subjetiva: como dijimos anteriormente (derecho romano), esta
concepción ve en la obligación un vínculo entre personas, existiendo un sometimiento
personal del deudor para con el acreedor. 2) Concepción objetiva o patrimonial: qu
e considera el derecho del acreedor como un derecho sobre los bienes del deudor,
es decir, sobre su patrimonio. A este respecto, expresa el profesor Federico Oj
eda Salazar, en su meritoria exposición de motivos del
93
Proyecto de Código Civil, que: “Si la obligación es una necesidad o una relación jurídica
o un vínculo patrimonial, etc., es la doctrina la que debe investigarlo; en el Códig
o lo único que interesa precisar con claridad es el concepto objetivo de la misma
y ese propósito lo consideramos conseguido con la redacción que hemos adoptado en el
artículo 1319”. 2. ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN. a) Elemento subjetivo o personal (suje
tos): El elemento subjetivo o personal en toda obligación determinada, tiene dos p
olos: el activo y el pasivo. Al primero se le denomina sujeto activo o acreedor,
por ser el titular del derecho subjetivo creado por el surgimiento de la obliga
ción. Al segundo se le denomina sujeto pasivo o deudor, porque su actitud, desde e
l nacimiento hasta la extinción de la obligación, se contrae a observar una conducta
que sólo tenga por objeto el cumplimiento de aquellos a que se obligó. b) Elemento
objetivo o real (objeto o prestación): En la actualidad se admite generalmente que
el elemento real u objetivo de la obligación lo constituye la prestación, o sea, aq
uella conducta o comportamiento a que el deudor se comprometió y que el acreedor e
stá legalmente capacitado a exigir de él (dar, hacer o no hacer alguna cosa). c) Ele
mento formal (relación jurídica): Se ha considerado admisible que el contenido de la
relación de la deuda sea uno y el de la responsabilidad otro, citando al efecto e
l caso en que la responsabilidad aparece limitada, o concretada a determinados o
bjetos del patrimonio. Del problema de la distinción entre el débito y la responsabi
lidad, si no se puede decir que carece en absoluto de interés práctico, cabe, por lo
menos, decir que no tiene aquel que exigiría una investigación más amplia por nuestra
parte, dada sobre todo la circunstancia de que para nuestro sistema jurídico civi
l la distinción no tiene relevancia particular.
3. FUENTES DE LA OBLIGACIÓN. POSICIÓN DEL CÓDIGO CIVIL.
a)
Fuentes de la obligación: 1) Definición: son aquellos elementos por cuya virtud una
persona aparece constreñida u obligada a realizar una determinada prestación (acerca
de cuáles han de ser esos elementos a los que el derecho objetivo vincula aquella
consecuencia jurídica es sobre lo que gira todo el contenido de dicha teoría de las
fuentes. 2) Clasificación de las fuentes de la obligación en el Derecho romano: se
considera, según las Instituciones de Gayo, como fuente de la obligación: el contrat
o, el
94
delito y varias otras figuras de causas. La realidad jurídica diaria hizo que se e
stimara insuficiente esa clasificación trimembre (de tres miembros), o, mejor dich
o, que se precisaran esas otras figuras. Dícese que Justiniano (en sus Institucion
es) al tratar de las fuentes de las obligaciones, se refiere al contrato y al cu
asi contrato; al delito y al cuasi delito. Procede observar que modernamente exi
ste cierto consenso en el sentido de que esa clasificación cuatrimembre (de cuatro
miembros), que adiciona al contrato y al delito las figuras del cuasi contrato
y del cuasi delito. 3) Clasificación de las fuentes de la obligación en el Derecho m
oderno: el movimiento codificador del derecho civil, culminante con la promulgac
ión el 24 de marzo de 1804 del Código Civil francés (que en 1807 cambio su denominación
a la de Código de Napoleón), aceptó plenamente la referida división cuatrimembre origina
da del Derecho romano (Las Instituciones del Código de Justiniano), pero adicionan
do una nueva fuente: la ley, para justificar el origen de obligaciones que no ti
enen por causa las otras fuentes. Surge entonces la siguiente clasificación de las
fuentes de las obligaciones: la ley, el contrato, el cuasi contrato, el delito
y el cuasi delito (es la denominada clasificación quíntuple).
b)
Posición del Código Civil: Resulta ilustrativo leer lo que dice la exposición de motiv
os del Proyecto de Código Civil (explicada por el profesor Federico Ojeda Salazar)
, que dice: “La parte resultante que enumera y clasifica las fuentes de las obliga
ciones, ha quedado suprimida. Sin necesidad de hacer la enumeración que nunca podría
ser taxativa, hemos agrupado las fuentes de las obligaciones en tres apartados
que son: a) Las que provienen de contratos; b) Las que proceden de hechos lícitos
sin convenio; y, c) Las que se derivan de hechos ilícitos. Esta separación determina
la fuente inmediata y directa de la obligación, dejando a la doctrina que señale o
establezca si la ley y el contrato son las únicas fuentes verdaderas de las obliga
ciones o si fuera de éstas o dentro de éstas existen otras, como piensan y afirman c
onnotados autores”. Nótese que en la evolución doctrinal sobre las fuentes de las obli
gaciones, prácticamente han desaparecido las figuras denominadas cuasi contratos y
cuasi delitos, substituidas, puede decirse, por las denominaciones hechos lícitos
sin convenio y hechos y actos ilícitos. Ello se debió a una fuerte reacción contra aq
uellas figuras: el cuasi contrato (actos o hechos lícitamente voluntarios en los c
uales falta el común acuerdo de las partes, como en la gestión de negocios); y, el c
uasi delito (hechos y actos ilícitos surgidos sin intención del autor, pero con culp
a y sin que sea tipificante de un delito). Estas figuras han sido consideradas a
ntitécnicas y de muy difícil determinación práctica. La doctrina moderna se inclina a su
stituir esas clásicas denominaciones por las más comprensivas y amplias de lo lícito y
lo ilícito (hechos lícitos y hechos y actos ilícitos). Consúltese el Libro V, Primera P
arte, Títulos V, VI y VII, del Código Civil vigente.
4. OBLIGACIONES PROVENIENTES DE HECHOS LÍCITOS SIN CONVENIO.
95
a)
Gestión de negocios (negotiorum gestio): 1) Definición: Conocida también en la doctrin
a italiana como representación sin poder. Llámase así la intervención de un tercero en n
egocios ajenos sin mandato del dueño (dominus negotii). Se considera como fuente d
e obligaciones extracontractual, pues crea derecho y obligaciones tanto para el
gestor como para el dueño por lo que se le denominó cuasi contrato desde el Derecho
romano. El gestor está obligado a actuar de acuerdo con los intereses del dueño, ter
minar la gestión y rendir cuentas; el dueño debe reembolsar los gastos y sus interes
es, si la gestión fue útil o la ratificó (esta ratificación produce los efectos del mand
ato expreso y opera retroactivamente), en ambos casos debe cumplir las obligacio
nes que a su cargo se derivan del negocio gestionado. A este respecto nuestro Códi
go Civil (artículo 1605) manifiesta que: “El que sin convenio se encarga voluntariam
ente de los negocios de otro, está obligado a dirigirlos y manejarlos útilmente y en
provecho del dueño”. Es decir, por ejemplo, que una persona puede comparecer en nom
bre de otra, como gestor de negocios, en un contrato de compraventa si en el mis
mo está adquiriendo el bien objeto del contrato; no obstante, éste –el gestor de negoc
ios– jamás podrá actuar como tal si en dicho contrato traslativo de dominio se está enaj
enando algún bien del dueño, ya que la función de la gestión de negocios será siempre en p
rovecho de este último y no en pérdida de algún derecho o bien constitutivo del patrim
onio del mismo (véanse los artículos 1605 al 1615 del Código Civil). 2) Fundamento: La
gestión de negocios se fundamenta en el hecho de que una persona se ocupa de los
intereses de otra persona, sin haber recibido mandato para ello. 3) Elementos: 1°
Subjetivo o personal: El elemento subjetivo o personal en la gestión de negocios e
stá conformada por: el gestor, que es la persona que se encarga voluntariamente de
los negocios de otra persona, sin haber recibido mandato para ello; y, el dueño d
el negocio, que es la persona titular del negocio o pluralidad de negocios en lo
s que interviene el gestor; y, 2° Objetivo o real: Está constituido por el negocio j
urídico, que no es más que el acto de una o más voluntades que pretenden algún efecto ju
rídico reconocido por la ley. 4) Efectos: Podemos distinguir dos efectos: 1° El dueño
del negocio tiene una acción directa (actio directa negotiorum) contra el gestor,
para demandarle las cuentas de su gestión, cuando éste verifique operaciones distint
as del giro habitual de sus negocios, cuando el gestor hubiere pospuesto el inte
rés del dueño al suyo propio, o cuando el gestor inició la gestión contra la voluntad ma
nifiesta o presunta del dueño; y, 2° El gestor de negocios tiene una acción contraria
(actio contraria negotiorum gestorum) para hacerse pagar (indemnización) los gasto
s necesarios y útiles que hubiere hecho y los perjuicios que hubiere sufrido en el
desempeño de la gestión. Enriquecimiento sin causa o ilegítimo: 1) Definición: Es consi
derado como una de las fuentes extracontractuales de las obligaciones. El Código C
ivil
96
b)
(artículo 1616) clasifica como enriquecimiento sin causa: “La persona que sin causa
legítima se enriquece con perjuicio de otra, está obligada a indemnizarla en la medi
da de su enriquecimiento indebido”; es decir, que el enriquecimiento ilegítimo es el
pago de lo indebido, obligando al que recibió una cosa a la que no tenía derecho y
que se le entregó por error a devolverla. Si el que se enriqueció procedió de buena fe
en la creencia de su derecho al pago, sólo está obligado a devolver lo equivalente
a su enriquecimiento; pero si procedió de mala fe debe abonar el interés legal o los
frutos percibidos a los dejados de percibir, así como responder por el deterioro
de la cosa que se produzca por su causa (véanse los artículos 1616 al 1628 del Código
Civil). 2) Fundamento: El fundamento del enriquecimiento sin causa parte de la t
eoría conforme a la cual nadie puede enriquecerse con perjuicio de otro. La consec
uencia es la obligación de indemnizar a aquél en cuyo perjuicio se verifica este enr
iquecimiento. Esta obligación está sancionada por una condictio sine causa. 3) Eleme
ntos: En el principio general que regula el Código Civil, debemos determinar la re
lación que existe entre el enriquecimiento y el empobrecimiento. Los elementos lógic
amente son los siguientes: 1° Que haya empobrecimiento de un patrimonio; 2° Que exis
ta enriquecimiento de otro; y, 3° Que no exista una causa que justifique ese despl
azamiento patrimonial.
c)
Declaración unilateral de la voluntad: 1) Definición: En los actos jurídicos la declar
ación unilateral de voluntad ha sido considerada como fuente de obligaciones de ca
rácter restringido; sólo es reconocida como tal en los casos expresos señalados por el
Código Civil, éstos son: oferta al público que adopta las formas de oferta de venta;
promesa de recompensa simple y en concurso; y, títulos al portador que omiten el n
ombre de su titular, que por ello pueden transmitirse por simple tradición o entre
ga (véanse los artículos 1629 al 1644 del Código Civil). Conviene aclarar, que también e
l testamento se ha considerado como un acto unilateral de voluntad que genera ef
ectos jurídicos antes de la aceptación de los mismos por el beneficiario, aunque, en
este caso, sólo habrán de actualizarse a la muerte del testador, quien en cualquier
momento puede revocar o modificar su voluntad sin que esté sujeto a más plazo que s
u propia supervivencia (consúltese el artículo 935 del Código Civil). 2) Antecedentes
históricos: El derecho antiguo –hecha especial referencia al Derecho romano–, fue renu
ente en términos absolutos a considerar la declaración unilateral de voluntad como f
uente de obligaciones. Se exigía el consenso de por lo menos dos personas para la
creación de un vínculo obligatorio, a través, generalmente, del contrato, área en que ah
ora se estima que con mayor énfasis la declaración unilateral de voluntad puede prod
ucir efectos jurídicos. Así, pues, el Derecho romano contemplaba como fuentes de las
obligaciones derivadas de actos o hechos lícitos no convencionales: la ley y los
cuasi contratos; y de estos últimos eran únicas fuentes principales la negotiorum ge
stio (gestión de negocios) y la
97
condictio sine causa (enriquecimiento sin causa). Mas ahora, tanto la doctrina c
omo la legislación han abierto sus puertas a la teoría de la declaración unilateral de
voluntad como fuente de obligaciones, en ciertos casos que con mayor o menor am
plitud regula el derecho positivo en aras de la seguridad de los negocios jurídico
s. 3) Concepciones doctrinarias: 1° Tesis Unilateralista Radical: o sea la que le
atribuye a la voluntad unilateral la fuerza vinculante de todas las obligaciones
que puedan nacer de un negocio jurídico, tanto los unilaterales como los bilatera
les; 2° Tesis Unilateral Moderada o Restringida: que la acepta sólo para casos de na
turaleza excepcional en que así lo exija el interés del tráfico jurídico; y, 3° Tesis Nega
tiva: que niega que de la voluntad unilateral puedan nacer obligaciones; es la c
oncepción bilateralista que descansa en la fuerza tradicional de las instituciones
del Derecho romano. 4) Posición del Código Civil: El Código Civil, dentro del título re
lativo a la obligaciones provenientes de hechos lícitos sin convenios, admite en f
orma expresa que la declaración unilateral de la voluntad es fuente de obligacione
s, en los casos siguientes: 1° Oferta al público: que se tipifica en el sentido que
la persona que ofrezca al público objetos en determinado precio, queda obligada a
sostener su ofrecimiento (artículo 1629); 2° Promesa de recompensa: que se tipifica
en el sentido que quien hace oferta por la prensa u otro medio de difusión, de rem
unerar una prestación o un hecho, contrae la obligación de cumplir lo prometido (artíc
ulos 1630 al 1637); y, 3° Títulos al portador: aquellos que no están expedidos a favor
de persona determinada, contengan o no la cláusula “al portador”, que se transmiten p
or la simple tradición y obligan al emisor a pagar a cualquiera que le presente y
entregue el título, salvo que hubiera sido notificado judicialmente para retener e
l pago (artículos 1638 al 1644; asimismo, con relación a estos artículos, véanse los artíc
ulos 436 al 440 del Código de Comercio). 5. OBLIGACIONES QUE PROCEDEN DE HECHOS Y
ACTOS ILÍCITOS.
a)
Concepto de hecho y acto ilícito: 1) Hecho ilícito: Primeramente, diremos que hecho
es toda acción u omisión, engendrada por la actividad humana o puramente natural, qu
e es objeto del acto jurídico; y, éste es ilícito cuando es contrario a las leyes de o
rden público o a las buenas costumbres. 2) Acto ilícito: Previamente, diremos que ac
to jurídico es una manifestación exterior de voluntad, bilateral o unilateral, cuyo
fin directo consiste en engendrar, con fundamento en una regla de Derecho o en u
na institución jurídica, a cargo o en provecho de una o varias personas, un estado;
es decir, una situación jurídica permanente y general, o por el contrario, un efecto
de Derecho limitado, relativo a la formación, modificación o extinción de una relación
jurídica; y, éste es ilícito cuando los efectos que la norma establece son contrarios
a la voluntad de los autores, pues su conducta es sancionada y nace la obligación
de restituir la cosa y reparar el daño material y moral causado. Los actos jurídicos
98
ilícitos suelen clasificarse así: delito, que es una acción antijurídica, típica, culpable
y sancionada con una pena (por ejemplo: el robo, el hurto, etc.); y, cuasi deli
to, que es un acto ilícito que, sin ser delito, está prohibido por la ley (por ejemp
lo: el daño a las personas, o en sus bienes por acción personal, por poner en movimi
ento máquinas o maquinarias que por su velocidad, por su naturaleza explosiva o in
flamable, o por otras causas análogas, causen daño a las personas o a las cosas). Po
r último, conviene aclarar que no todos los hechos ni los actos humanos son jurídico
s. Muchos de ellos son irrelevantes para el Derecho. Son jurídicos cuando con ello
s se realiza la hipótesis o supuesto jurídico contenido en la norma positiva.
b)
Responsabilidad civil: Es la situación jurídica que obliga a algunos a responder del
daño causado por sus propios hechos ilícitos, los de otros sujetos a él y por sus cos
as y animales. La responsabilidad civil se distingue de la penal en que puede da
rse con culpa o sin ella, el daño producido es de carácter privado y su efecto se ag
ota en la reparación; mientras que la responsabilidad penal implica culpa, el daño e
s de carácter social y además de la reparación implica la aplicación de una pena. Para q
ue nazca la obligación de reparar se requiere además de la responsabilidad del sujet
o la existencia del daño que es la lesión de un derecho subjetivo valorable en diner
o, por otra parte, el daño puede ser producido por hecho o abstención del propio res
ponsable o de otro sujeto a aquel que tenga obligación de elegir o vigilar (culpa
en eligende, culpa in vigilando) o por cosas o animales de su propiedad. A este
respecto expone nuestra ley sustantiva civil (artículo 1645) que: “Toda persona que
cause daño o perjuicio a otra, sea intencionalmente, sea por descuido o imprudenci
a, está obligada a repararlo, salvo que demuestre que el daño o perjuicio se produjo
por culpa o negligencia inexcusable de la víctima”; asimismo, el artículo 1434 de la
citada ley nos indica que: “Los daños que consisten en las pérdidas que el acreedor su
fre en su patrimonio, y los perjuicios, que son las ganancias lícitas que deja de
percibir, deben ser consecuencia inmediata y directa de la contravención, ya sea q
ue se hayan causado o que necesariamente deban cuasarse –estos daños se denominan co
mpensatorios–”. En ese orden de ideas y atendiendo a lo contemplado en Código Civil, l
a responsabilidad civil puede ser: extracontractual, cuando el carácter de la norm
a transgredida (el tipo de antijuricidad dado) es una norma de observación general
(por ejemplo: quien da muerte a una persona por acción u omisión lícitas y en virtud
de su imprudencia, negligencia o impericia; será responsable penalmente del delito
de homicidio culposo y, consecuentemente, lo será también civilmente); y, contractu
al, es la proveniente de la transgresión de una cláusula particular, de una norma ju
rídica de observancia individual, de un contrato u otro acto jurídico de derecho pri
vado (por ejemplo: si en un contrato de promesa se establece una cláusula de indem
nización, la parte que no cumpla con su respectiva obligación deberá pagar la suma pac
tada
99
a la otra, para compensar los daños y perjuicios causados). Es conveniente aclarar
, que la acción para pedir la reparación de los daños o perjuicios derivados de la res
ponsabilidad civil, prescribe en un año, contado desde el día en que el daño se causó, o
en que el ofendido tuvo conocimiento del daño o perjuicio, así como de quien lo pro
dujo (véanse los artículos 1645 al 1673 del Código Civil).
c)
Abuso de derecho: Aun cuando la terminología ha sido combatida por ser, como dijo
Marcel Planiol, una logomaquia (discusión en que se atiende a las palabras y no al
fondo del asunto), pues abuso y derecho son términos que se excluyen por ser anta
gónicos, ya que si se ejercita un derecho subjetivo no se abusa, pues el abuso emp
ieza donde el derecho termina; sin embargo, con esta denominación nuestro Código Civ
il (artículos 1653 y 1654) plasma esta idea cuando establece que: “El exceso y mala
fe en el ejercicio de un derecho, o la abstención del mismo, que cause daños o perju
icios a las personas o propiedades, obliga al titular a indemnizarlos./ Si la pe
rsona que reclama la indemnización ha contribuido a causar el daño o perjuicio, la o
bligación de repararlo se deducirá en proporción a su participación en él” (véase también e
ulo 18 de la Ley del Organismo Judicial). Esta postura reconoce que el ejercicio
del derecho tiene un límite no jurídico sino moral; la teoría de los llamados actos d
e emulación, se fundó en la intención de dañar a terceros con el ejercicio del derecho s
in utilidad para el titular, actualmente se considera que no es necesaria la int
ención de dañar (teoría subjetiva) sino que basta el daño, si el ejercicio no produce ut
ilidad al titular. Por ejemplo: en el caso de quien, so pretexto de lo absoluto
de su derecho dominical, destruye o desnaturaliza un bien de su pertenencia en p
erjuicio de otro o del interés social. Teoría subjetiva y teoría objetiva o del riesgo
creado: 1) Teoría subjetiva: Esta teoría expone que la responsabilidad es la fundad
a en el proceder culposo o doloso del responsable; y por ello opuesta a la respo
nsabilidad objetiva. 2) Teoría objetiva o del riesgo creado: Ahora bien, en el Der
echo moderno, que empezó a desarrollarse hacia el último tercio del siglo XIX, frent
e al concepto tradicional de la responsabilidad subjetiva, surgió la teoría, ya acog
ida por la generalidad de las legislaciones, de la responsabilidad objetiva, lla
mada también responsabilidad sin culpa, cuya primera manifestación en la práctica fue
tal vez la regulada en las leyes de accidentes de trabajo (véase el artículo 1649 de
l Código Civil), según las cuales el patrono responde por los daños físicos que reciben
los trabajadores en la realización de sus labores o como consecuencia de ellas, co
n entera independencia de que haya mediado culpa o negligencia y aun cuando se h
ayan producido por imprudencia o la culpa no grave de la propia víctima. Esta form
a de responsabilidad objetiva es llamada también responsabilidad por el riesgo cre
ado. Claro es, que esta teoría ha adquirido en su aplicación un creciente desarrollo
debido a los avances de
d)
100
la civilización en su aspecto científico. El dueño, poseedor, usuario de automóviles y o
tras máquinas crea en su propio provecho, y en contra de terceros, un peligro nuev
o por el que debe responder en caso de que el daño se produzca; y ello, asimismo,
independientemente de que en la producción haya mediado o no su culpa o su neglige
ncia; pues, lo mismo que en el caso de los accidentes de trabajo, la culpabilida
d se presumen siempre y será el propietario quien, para eximirse de responsabilida
d, tendrá que probar que el siniestro estuvo ocasionado por la culpa de la víctima.
En suma, podemos decir que la responsabilidad objetiva, sin culpa o por el riesg
o creado, es la tendencia relativamente moderna que se aparta del fundamento for
zoso en culpa o dolo para exigir el resarcimiento de los daños y perjuicios.
e)
Posición del Código Civil: Los hechos y actos ilícitos son el delito que casi siempre
apareja responsabilidad civil y los daños que se causan sin malicia ni intención de
producirlos. La acción civil proveniente de los delitos está regulada en el Código Pen
al (artículos 112 al 122); pero el principio general de responsabilidad lo declara
el artículo 1645 de nuestro Código Civil: todo daño debe repararse; y tanto daño origin
a el que intencionalmente lo produce como el que sin intención también lo causa por
omisión, descuido o imprudencia. En ese orden de ideas, existen, como ya vimos, do
s clases de responsabilidad civil por el elemento o dato en que se afinca la nec
esidad de resarcir los daños: 1° La responsabilidad subjetiva, cuando éstos han sido c
ausados por una conducta culpable, antijurídica y dañosa, que tiene por fuente el he
cho ilícito y por soporte esa noción subjetiva de la culpa; y, 2° La responsabilidad o
bjetiva, si los daños provienen de una conducta lícita jurídica, inculpable, consisten
te en aprovechar un objeto peligroso que crea riesgo de daños, responsabilidad fin
cada en dicho riesgo y que por consiguiente se llama responsabilidad objetiva, p
or tener su apoyo en un elemento externo como en el riesgo creado. De ello se si
gue que, en nuestro derecho positivo, la responsabilidad civil (la obligación de i
ndemnizar) tiene dos posibles causas o fuentes: el hecho ilícito y el riesgo cread
o.
III.
CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES
1. CON RELACIÓN AL SUJETO.
a)
Simples o sencillas: Son aquellas obligaciones en que existe un solo sujeto acti
vo o acreedor (por ejemplo: quien da a otro cien quetzales en calidad de préstamo)
; y un solo sujeto pasivo o deudor (por ejemplo: quien recibe dicha cantidad y s
e obliga a devolverla en el tiempo y forma convenidos). Los artículos 1320 al 1333
del Código Civil, parecen referirse a esta clase de obligaciones por estar expres
ados en singular al referirse a deudor y a acreedor. Mas, no debe olvidarse que
esas disposiciones legales son
101
aplicables también a la obligaciones en que intervienen más de dos personas como suj
eto activo o como sujeto pasivo.
b)
Mancomunadas: Llamadas también múltiples, colectivas o compuestas. Son aquellas en q
ue la titularidad de la obligación –titularidad activa, pasiva o ambas–, corresponde a
dos o más persona. Se tipifica una obligación de esta clase cuando, por ejemplo, tr
es personas copropietarias de una casa la dan en arrendamiento (alquiler) a dos
o más personas conjuntamente. A este respecto expresa nuestro Código Civil (artículo 1
347) que: “Hay mancomunidad cuando en la misma obligación son varios los acreedores
o varios los deudores”. La mancomunidad puede presentarse en dos formas, que son:
1) Mancomunidad simple o a prorrata: Se dice que existe mancomunidad simple o a
prorrata (a parte o porción fija), cuando por razón de la obligación creada entre más de
dos personas, la prestación, en su aspecto negativo o deudor, se presenta en form
a tal que cada obligado lo está únicamente en la parte o proporción que le corresponde
según los términos de la relación obligatoria. El Código Civil (artículo 1348), dispone q
ue: “Por simple mancomunidad no queda obligado cada uno de los deudores a cumplir ín
tegramente la obligación, ni tiene derecho cada uno de los acreedores para exigir
el total cumplimiento de la misma. En este caso, el crédito o la deuda se consider
an divididos en tantas partes como acreedores o deudores haya, y cada parte cons
tituye una deuda o un crédito separados”. 2) Mancomunidad solidaria: Se ha dicho que
son obligaciones solidarias (o mancomunadamente solidarias) aquellas en que, ex
istiendo varios acreedores o deudores (o unos y otros), cada acreedor puede exig
ir y cada deudor debe entregar íntegramente la prestación, de tal forma que la oblig
ación queda totalmente extinguida por la reclamación de un solo acreedor y el pago d
e un solo deudor, sin perjuicio del posterior abono o resarcimiento que el cobro
o el pago determinen entre el que lo realiza y sus cointeresados (véase el artículo
1358 del Código Civil). A tenor del artículo 1352 del Código Civil: “La obligación mancom
unada es solidaria cuando varios deudores están obligados a una misma cosa, de man
era que todos o cualquiera de ellos pueden ser constreñidos al cumplimiento total
de la obligación, y el pago hecho por uno solo libera a los demás; y es solidaria co
n respecto a los acreedores cuando cualquiera de ellos tiene el derecho de exigi
r la totalidad del crédito, y el pago hecho a uno de ellos libera al deudor”. En dic
ho precepto legal quedan englobadas las tres clases generalmente reconocidas en
la doctrina y la legislación, de solidaridad en materia de obligaciones: 1° Solidari
dad activa: en que existen varios acreedores y un solo deudor; 2° Solidaridad pasi
va: cuando un acreedor está ante varios deudores; y, 3° Solidaridad mixta: si existe
pluralidad de acreedores y de deudores. Sin embargo, es conveniente aclarar que
en materia civil la solidaridad no se presume; debe ser expresa por convenio de
las partes o por disposición de la ley (véase el artículo 1353 del Código Civil). A con
trario sensu, en materia mercantil o
102
comercial la solidaridad se presume; no necesita ser expresa como lo manda el Códi
go Civil, en virtud de lo regulado en el artículo 674 del Código de Comercio que est
ablece: “En las obligaciones mercantiles los codeudores serán solidarios, salvo pact
o expreso en contrario. Todo fiador de obligación mercantil, aunque no sea comerci
ante, será solidario con el deudor principal y con los otros fiadores, salvo lo qu
e se estipule en el contrato”. Lo anterior no excluye el derecho de repetir que re
conoce el artículo 1358 del Código Civil. También es especialidad que el Código de Comer
cio sólo regule la presunción de la mancomunidad solidaria en el sujeto pasivo de la
obligación (deudores), no así en el sujeto activo (acreedores). 2. CON RELACIÓN AL OB
JETO.
a)
Obligaciones específicas y genéricas: Estas obligaciones se caracterizan, unas y otr
as, porque la determinación o indeterminación de la prestación, o de lo que ésta en real
idad involucra como esencia de su contenido, resultan determinantes para su cump
limiento voluntario o forzoso. 1) Obligaciones específicas: Son aquellas obligacio
nes en las cuales su objeto está individual y precisamente determinado a manera qu
e el cumplimiento sólo puede resultar por el hacer o no hacer o por el dar una cos
a cierta, identificada en su estricta y verdadera identidad (por ejemplo: en la
compraventa de un automóvil identificado por la marca y números de registro, motor y
serie, y otras características que lo individualicen aún más, el vendedor debe cumpli
r su obligación entregando al comprador ese y no otro automóvil). 2) Obligaciones ge
néricas: Son aquellas obligaciones en las que la prestación queda constituida con re
lación a cosa indeterminada en su especie (por ejemplo: la compraventa de un quint
al de azúcar, dicho sólo así, y aún expresando de qué ingenio procederá). En síntesis, y co
su nombre lo indica, la prestación está referida a un género, sin incidir propiamente
en una especie dentro del mismo. Sin mencionarlas por su nombre, el Código Civil,
trata de estas obligaciones en el artículo 1321, al disponer que: “En las obligacion
es de dar cosa determinada únicamente por su especie, la elección corresponde al deu
dor, salvo pacto en contrario. El deudor cumplirá eligiendo cosas de regular calid
ad, y de la misma manera procederá el acreedor, cuando se le hubiere dejado la ele
cción”. Obligaciones conjuntivas o conjuntas: Es conjuntiva la obligación en que el de
udor está obligado a prestar varios hechos o entregar varias cosas a la vez y no s
e libera de su compromiso mientras no cumpla todas las conductas requeridas. Deb
e prestar todo un conjunto de comportamientos y por eso se llaman conjuntivas la
s obligaciones que tiene tal contenido. Tal situación es la frecuente en los contr
atos típicos y complejos; como la compraventa, el arrendamiento, la sociedad, en q
ue existe un cúmulo de
b)
103
obligaciones que cada parte puede exigir a la otra hasta el agotamiento del nexo
jurídico.
c)
Obligaciones alternativas y facultativas: 1) Obligaciones alternativas: Son las
que tienen por objeto dos o más prestaciones independientes y distintas unas de ot
ras en el título; de modo que la elección que debe hacerse entre ellas quede desde e
l principio indeterminada. El obligado alternativamente por varias prestaciones
sólo ha de cumplir íntegramente una de ellas. La elección le pertenece en principio al
deudor; pero, de ser imposible una de dos o todas menos una, se debe la posible
al acreedor. Si la elección es del acreedor, éste puede optar –en caso de desaparecer
la alternativa por culpa del deudor– por la subsistente o por el valor de la frus
trada (véanse los artículos 1334 al 1340 del Código Civil). 2) Obligaciones facultativ
as: La obligación facultativa tiene un solo y único objeto, pero por concesión especia
l del acreedor, el deudor puede entregar otra prestación determinada si así lo desea
. Es una facultad que concede el acreedor a su deudor, prevista de antemano en e
l contrato, de libertarse con una prestación determinada y diferente de la que es
el objeto de la obligación (véanse los artículos 1341 al 1346 del Código Civil). 3) Dife
rencias entre ambas: Un examen superficial podría inducirnos a confundir las oblig
aciones facultativas con las alternativas, puesto que en ambas el deudor se pued
e libertar a su elección, con el pago de una cosa u otra. Sin embargo, mientras en
la alternativa ambas prestaciones son objeto de la obligación, de modo que si una
de las dos se pierde por caso fortuito o fuerza mayor, la deuda se concentra en
la otra; en la obligación facultativa, el objeto de la obligación es uno solo y el
deudor está facultado, si es que así lo desea, a pagar con algo diverso, previsto de
antemano, que el acreedor admite como pago en vez del objeto mismo de la obliga
ción. Obligaciones divisibles e indivisibles: 1) Obligaciones divisibles: Son aque
llas obligaciones que admiten debido cumplimiento a través de la ejecución parcial d
e las mismas sin ser afectada la esencia de la relación obligatoria (por ejemplo:
en una compraventa de cualquier objeto, si el precio convenido es pagadero por a
bonos mensuales). Apegándose a la doctrina moderna, el Código Civil (artículos 1373 pa
rte conducente, y 1374) dispone que: “Las obligaciones son divisibles cuando su ob
jeto es susceptible de cumplirse parcialmente.../ El deudor no puede obligar al
acreedor a recibir por partes el pago de una deuda aunque ésta sea divisible, salv
o convenio”. De lo anterior se deduce que la divisibilidad de la obligación (el ser
jurídicamente posible su cumplimiento por partes) ha de surgir en virtud de un pac
to contractual, o bien, cuando de la obligación en sí se infiera tácitamente que por s
u naturaleza el cumplimiento es divisible, tomándose en cuenta además los términos del
vínculo obligatorio. 2) Obligaciones indivisibles: Son aquellas obligaciones cuyo
cumplimiento (en virtud de pacto o por disposición de la ley) no
d)
104
pueden efectuarse parcialmente, o no puede efectuarse en esa forma por no permit
irlo la naturaleza de la prestación (por ejemplo: la compraventa de un semoviente,
en lo que al propietario se refiere, puesto que la obligación del comprador –pagar
el precio– puede ser divisible si se pactó por mensualidades; si se convino el pago
del precio al contado, esta obligación también deviene indivisible). Al igual que re
specto a la obligación divisible, el Código Civil, en concordancia al criterio que a
plicó aquélla, dispone (artículo 1373, parte conducente) que: “Las obligaciones son... i
ndivisibles si las prestaciones no pueden ser cumplidas sino por entero”. Nótese la
poca fortuna con que fue redactado ese precepto legal. Y, precisando, el artículo
1376 del Código Civil ha previsto que: “La obligación se considera indivisible: 1° Cuand
o tiene por objeto la entrega de un cuerpo cierto; 2° Cuando uno solo de los deudo
res está encargado de ejecutar la prestación; y, 3° Cuando las partes convienen expres
amente en que la prestación no pueda satisfacerse parcialmente o cuando por la nat
uraleza de la obligación sea imposible su cumplimiento parcial”. Consúltense los artícul
os 1373 al 1379 del Código Civil.
e)
Obligaciones positivas y negativas: En esta clase de obligaciones la distinción ra
dica en que la voluntad sea actuante o pasiva. Puede afirmarse que toda obligación
es, por razón de la prestación de que se trate, positiva y negativa: 1) Obligacione
s positivas: Se define como aquella obligación en la cual se requiere que la volun
tad del deudor sea manifestada en forma activa para el debido cumplimiento de la
misma. Sus variedades son: 1° Obligaciones de dar: son aquellas en las que la vol
untad del deudor se manifiesta, en el proceso de cumplimiento, procurando dar y
dando alguna cosa (véanse los artículos 1320 y 1321 del Código Civil); y, 2° Obligacione
s de hacer: son aquellas en las que la voluntad del deudor se manifiesta realiza
ndo o ejecutando algo (véanse los artículos 1323 al 1325 del Código Civil). 2) Obligac
iones negativas: Es aquella obligación en que la voluntad del deudor, lejos de man
ifestarse activamente, debe contraerse a una abstención en el dar o en el hacer al
guna cosa (por ejemplo: si el propietario de un terreno se obliga a no levantar
pared en la parte que colinda con otra propiedad, para que ésta no pierda determin
ada vista del paisaje). Este tipo de obligaciones se encuentran reguladas en los
artículos 1326 al 1328 del Código Civil y se conocen como obligaciones de no hacer.
Obligaciones principales y accesorias: El Código Civil no trae un concepto de est
a clase de obligaciones. Ello resultaría innecesario si se considera que las dispo
siciones legales sobre obligaciones se refieren en principio a la obligaciones p
rincipales. 1) Obligaciones principales: Son aquellas obligaciones que surgen a
la vida jurídica con un determinado fin que generalmente sólo guarda relación con él mis
mo y no depende de otro para su legal existencia creadora del vínculo obligacional
(por ejemplo: en la compraventa la obligación de entregar el precio convenido, y
desde otro
f)
105
ángulo, la cosa vendida). 2) Obligaciones accesorias: Son aquellas obligaciones cr
eadas en adición a una obligación principal, o sea, complementaria de ésta o, en ciert
os casos muy especiales, sustitutivas por equivalencia (por ejemplo: en el contr
ato de mutuo –entrega de dinero u otras cosas fungibles, con el cargo de devolver
igual cantidad, artículo 1942 del Código Civil–, con garantía de un bien inmueble, oblig
ación accesoria es la obligación resultante de la hipoteca, adicional a la principal
). 3. CON RELACIÓN AL VÍNCULO.
a)
Obligaciones naturales y civiles: 1) Obligaciones naturales: La obligación natural
es una obligación jurídica que consiste en la necesidad de prestar una conducta a f
avor de un acreedor, quien puede obtener y conservar lo que el deudor le pague,
pero no puede exigirlo por medio de la fuerza pública. El Código Civil, en el artículo
1614, al disponer que: “Cuando sin conocimiento del obligado a prestar alimentos,
los diese un extraño, tendrá derecho éste a reclamarlos de aquél, a no constar que los
dio por motivo de piedad y sin ánimo de reclamarlos”, ha tipificado las característica
s de la obligación natural. Es menester, conforme a ese precepto legal, para que s
urja tal obligación (natural), además de la falta de conocimiento del obligado, que
conste en alguna forma que quien dio los alimentos lo hizo inducido por un senti
miento de piedad y sin albergar el ánimo de reclamarlos posteriormente, aspectos s
ubjetivos cuya constancia o existencia la ley exige. Otro ejemplo de obligación na
tural encuéntrase en el artículo 2145 del Código Civil, que dispone: “No hay acción para r
eclamar lo que se gane en apuestas o juegos. El que pierde no puede repetir lo q
ue haya pagado voluntariamente, a no ser que haya mediado dolo, o que fuere meno
r o inhabilitado para administrar sus bienes”. Son, por lo tanto, circunstancias q
ue han de concurrir para tipificar en ese caso una obligación natural; que el perd
idoso en apuestas o en juegos, pague voluntariamente, sin instancia expresa; que
no hay mediado dolo, o sea engaño que influya sobre la voluntad; y, que no sea me
nor o inhabilitado para administrar sus propios bienes. 2) Obligaciones civiles:
Llamadas también patrimoniales, propiamente dichas o perfectas. Son aquellas que
surgen a la vida jurídica con los requisitos necesarios para su validez y exigibil
idad. O dicho en otras palabras, son aquellas obligaciones que están plenamente re
conocidas por el Derecho, en el sentido de ir acompañadas de toda la gama de recur
sos que el mismo posee para exigir este cumplimiento. A ellas se refiere esencia
lmente todo el estudio del derecho de obligaciones (por ejemplo: el señor Juan Pérez
se reconoce deudor, por mil quetzales, del señor Pedro García, conforme a los término
s del documento respectivo). Obligaciones unilaterales y bilaterales o recíprocas:
1) Obligaciones unilaterales: Son denominadas así las obligaciones en las cuales
una
b)
106
persona ocupa solamente el polo activo (acreedor) o bien el polo pasivo (deudor)
, o a la inversa, sin que haya entrecruce de prestaciones (por ejemplo: en el co
ntrato gratuito de depósito, la persona –depositario– que recibe la cosa para su guard
a y conservación –artículo 1974 del Código Civil–, tiene solamente la calidad de deudor po
rque debe conservar y devolver la cosa, en tiempo oportuno, sin que el dueño de la
misma – depositante– tenga alguna obligación a favor de aquél). 2) Obligaciones bilater
ales o recíprocas: Son denominadas así las obligaciones en las cuales las personas q
ue intervienen en las mismas, creándolas, tienen a la vez la calidad de acreedor y
de deudor de determinadas prestaciones (por ejemplo: en el contrato de suminist
ro de energía eléctrica, la empresa es acreedora por el valor del consumo mensual su
ministrado, y es deudora porque está obligada a proporcionar al consumidor e fluid
o eléctrico, a su vez, el consumidor es acreedor porque tiene derecho a recibir es
e suministro, y deudor porque debe pagar cada mes el valor del consumo que hizo
de energía eléctrica).
c)
Obligaciones condicionales: Son generalmente definidas como aquellas obligacione
s cuya eficacia depende de la realización o falta de realización (no-realización) de u
n acontecimiento futuro e incierto o “del acontecimiento que constituye la condición”,
según expresa el artículo 1269 del Código Civil (por ejemplo: la donación de una casa b
ajo la condición de que el donatario se reciba de médico y cirujano). Consúltense los
artículos 1269 al 1278 del Código Civil. Obligaciones a plazo: Son aquellas obligaci
ones cuya eficacia y debido cumplimiento se postergan a una fecha, cierta o inci
erta, en que debe ocurrir (caso excepcional) un suceso necesariamente futuro (po
r ejemplo: el pagar una cantidad de dinero seis meses de firmado el contrato). Nót
ese que en las obligaciones condicionales el suceso que tipifica la condición pued
e o no ocurrir, y por lo tanto la obligación puede o no tener eficacia, plenos efe
ctos, aunque formalmente tenga validez lega. En cambio, en las obligaciones a pl
azo, el vencimiento de éste necesariamente tiene que ocurrir y la eficacia de la o
bligación tiene necesariamente que surgir por el simple hecho de llegar la fecha o
momento en que deba cumplirse. Consúltense los artículos 1279 al 1283 del Código Civi
l.
d)
IV. 1. EL PAGO.
a)
CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES.
Definición: Previamente a definir lo que es pago, debemos conceptualizar lo que se
entiende por cumplimiento de la obligación, que constituye un deber jurídico califi
cado, pues es evidente que las obligaciones, sean
107
extracontractuales o contractuales, se establecen para ser cumplidas por el deud
or de las mismas. De ahí que si el cumplimiento no se hace voluntariamente, la ley
establezca no sólo los medios judiciales para que el acreedor exija el cumplimien
to, sino también las responsabilidades de orden pecuniario en que incurre el deudo
r. En ese orden de ideas, diremos que el pago es el cumplimiento de la prestación
que constituye el objeto de la obligación, ya sea ésta una obligación de hacer o un ob
ligación de dar. Nuestra legislación civil, al igual que la generalidad de la doctri
na, toma como sinónimos los vocablos pago y cumplimiento.
b)
Naturaleza jurídica del pago: Para algunos autores, el cumplimiento o pago de la o
bligación es sólo y simplemente un hecho. Un hecho que produce la extinción de la obli
gación (tal el caso de un carpintero que se obliga a construir una mesa por un pre
cio determinado, y la entrega; aquí, la entrega de la mesa y el consiguiente pago
del precio son considerados simples hechos). Para otros autores, el pago o cumpl
imiento de la obligación constituye siempre un negocio jurídico en razón de tener por
objeto, en todos los casos, producir efectos jurídicos (extinción de la obligación, y
los derivados de esa extinción). Para la doctrina ecléctica, que como tal tiende a c
onjugar los criterios discrepantes, el pago es a veces nada más un hecho (como en
el contrato de prestación de servicios), y a veces constituye en realidad un negoc
io jurídico (como en el contrato de promesa de venta, en que se cumple la obligación
otorgando el contrato de compraventa prometido). El criterio ecléctico, por su am
plitud y comprensión, es considerado generalmente como el aceptable para determina
r la naturaleza jurídica del pago o cumplimiento de las obligaciones. Clases: 1) P
ago en moneda extranjera: En principio diremos que todo pago en efectivo o diner
o debe hacerse en moneda nacional; sin embargo, si el pago tuviere que hacerse e
n moneda extranjera, cumplirá el deudor con entregar su equivalencia en moneda nac
ional, al tipo de cambio que rija en la plaza el día del pago (véanse los artículos 13
95 y 1396; la Ley Monetaria, Decreto N° 203 del Congreso; y, la Ley de Especies Mo
netarias, Decreto N° 139-96 del Congreso). 2) Pago con cheque: El pago hecho por m
edio de cheque, queda sujeto a la condición de que éste se haga efectivo a su presen
tación. En ese sentido, estipula nuestro Código de Comercio (artículo 410) que: “Los títul
os de crédito (incluido aquí el cheque) dados en pago se presumen recibidos bajo la
condición: salvo buen cobro, cualquiera que sea el motivo de la entrega” (véanse los a
rtículos 1394 del Código Civil; y, 494 al 543 del Código de Comercio). Conviene aclara
r que, quien entrega un cheque sin provisión de fondos cuando constituya un ardid
o engaño para alcanzar un beneficio ilegítimo, en perjuicio de otro, es responsable
del delito de estafa mediante cheque (artículo 268 del Código Penal), sin perjuicio
de las responsabilidades civiles en que incurre por tal acción. 3) Pago en especie
: Si el pago tuviere
c)
108
que hacerse en especie y hubiere imposibilidad de entregar la misma cantidad y c
alidad, el deudor satisfará el valor que la cosa tenga en el tiempo y lugar señalado
s para el pago, salvo que se haya fijado precio al celebrarse el contrato (véase e
l artículo 1397 del Código Civil).
d)
Pago por el deudor y pago por tercero. Legitimación para recibir el pago: 1) Pago
por el deudor y pago por tercero: Implícita, no explícitamente, el Código Civil consag
ra el principio de que el pago ha de hacerlo es deudor. En efecto, el artículo 138
0, con el que se inicia el capítulo concerniente al cumplimiento de las obligacion
es, dispone que el pago puede ser ejecutado por un tercero, tenga o no interés y y
a sea consintiéndolo o ignorándolo el deudor. En consecuencia, el pago (cumplimiento
de la obligación) puede hacerlos el deudor (principios general) o un tercero (pri
ncipio excepcional), caso este último en que puede efectuarse consintiéndolo el deud
or, es decir, con previo conocimiento y con su anuencia, o ignorándolo, esto es, c
uando el tercero actúa sin el consentimiento previo y anuencia del deudor. 2) Legi
timación para recibir el pago: El pago, necesariamente, debe hacerse al acreedor o
a quien tenga mandato (apoderado o mandatario) o representación legal (padres en
ejercicio de la patria potestad, tutor o personero de una persona jurídica colecti
va). El pago hecho a quien no tuviere facultad de recibirlo, es válido si el acree
dor lo ratifica o se aprovecha de él (véase el artículo 1384 del Código Civil). Conviene
aclarar, que la doctrina en torno a los elementos personales es uniforme, y rec
onoce que dos son los sujetos a distinguir con claridad: 1° El que paga (sujeto ac
tivo), denominado solvens (pagador); y, 2° El que recibe (sujeto pasivo), denomina
do accipiens o destinatario (acreedor).
2. FORMAS ESPECIALES DE PAGO. a) Imputación de pagos: En caso de pluralidad de obl
igaciones entre un mismo acreedor y un mismo deudor, es preciso saber a cuál de di
chas obligaciones se refiere el pago, en el caso de que por ser de igual especie
las prestaciones debidas, no pueda deducirse del hecho mismo del pago (por ejem
plo: entre varias prestaciones pecuniarias de igual cantidad). Se requiere enton
ces la designación o imputación del pago a una de esas varias deudas iguales. Es dec
ir, en otras palabras, que la imputación del pago no es más que la facultad que corr
esponde al deudor de varias deudas con respecto a un mismo acreedor para determi
nar a cuál de ellas debe afectarse el pago que realice, todo ello dentro de las co
ndiciones determinadas por la ley. Así, pues, dispone el Código Civil (artículos 1404
al 1407) que: “El deudor de diversas obligaciones a favor del mismo acreedor, tien
e derecho a declarar al hacer el pago, a qué deuda debe aplicarse./ Si el deudor,
no obstante la imputación hecha por él, aceptare recibo del acreedor imputando el pa
go a alguna deuda especialmente, no puede pedir que se aplique a otra, a menos q
ue hubiere causa que
109
invalide la imputación hecha por el acreedor./ No expresándose a qué deuda debe hacers
e la imputación, se entenderá aplicado al pago a la que sea de plazo vencido; si hay
varias de plazo vencido, a la que fuere más onerosa para el deudor; si son de igu
al naturaleza, a la más antigua; y si todas son iguales, el pago se imputará proporc
ionalmente./ El que debe capital e intereses no puede, sin consentimiento del ac
reedor, aplicar el pago al capital antes que a los intereses, ni éstos antes que a
los gastos”. b) Pago por consignación: Llámase así al que se hace depositando judicialm
ente la suma adeudada, lo cual puede tener lugar: 1° Cuando el acreedor se negare
a recibir la cantidad o cosa que se le debe; 2° Cuando el acreedor fuere incapaz d
e recibir el pago y careciere de representación legal; 3° Cuando el acreedor no se e
ncuentre en el lugar en que debe hacerse el pago y no tuviere en dicho lugar apo
derado conocido; 4° Cuando fuere dudoso el derecho del acreedor y concurrieren otr
as personas a exigir el pago, o cuando el acreedor fuere desconocido; 5° Cuando la
deuda fuere embargada o retenida en poder del deudor, y éste quisiere exonerarse
del depósito; 6° Cuando se hubiere perdido el título de la deuda; 7° Cuando el rematario
o adjudicatario de bienes gravados quiera redimirlos de las cargas que pesan so
bre ellos; y, 8° En cualquier otro caso en que el deudor no puede hacer directamen
te un pago válido. Es preciso aclarar, que ofrecimiento de pago y consignación son d
os instituciones distintas, aunque se encuentren estrechamente ligadas la una a
la otra. El ofrecimiento no es realmente pago, aunque tenga que ver con él, por el
contrario, lo es la consignación. El ofrecimiento es no solamente anterior, sino
también necesariamente previo a la consignación. No hay consignación legalmente posibl
e sin el previo ofrecimiento del pago. El ofrecimiento y la consignación son dos i
nstituciones jurídicas íntimamente relacionadas, pero independientes. El ofrecimient
o sin la subsiguiente consignación es totalmente ineficaz a los efectos del pago,
la consignación sin el previo ofrecimiento lo es igualmente. El ofrecimiento de pa
go no tiene señalada una forma determinada en nuestra legislación civil. Debe hacers
e, desde luego, de manera que conste fehacientemente, con la intervención notarial
o con la de dos testigos idóneos. Conviene aclarar también, que el trámite procesal d
el pago por consignación se encuentra normado en los artículos 568 al 571 del Código P
rocesal Civil y Mercantil; y, 135 al 140 de la Ley del Organismo Judicial. Dicho
procedimiento puede resumirse de la siguiente manera: 1° Se debe presentar memori
al ante juez competente, con todos los requisitos de una primera solicitud (artícu
lo 61 del CPCYM); 2° Promovido el incidente, el juez dará audiencia al consignatario
por el plazo de dos días (artículo 138 de la LOJ); 3° Si las partes pidieren apertura
a prueba o el juez lo considera necesario –esto sólo si el incidente se refiere a c
uestiones de hecho–, se señalará la recepción de las pruebas en no más de dos audiencias q
ue se verificarán dentro de los diez días hábiles siguientes (artículo 139 de la LOJ); 4°
El juez, sin más trámite, resolverá el incidente dentro de tercer día de
110
concluido el plazo a que se refiere el punto “2°” de este procedimiento, o en la propi
a audiencia de prueba, si se hubiere señalado (artículo 140 de la LOJ); y, 5° La resol
ución es apelable y se plateará en el término de tres días (artículos 140 de la LOJ; y, 60
2 del CPCYM). Para concluir, podemos señalar que la consignación goza de un trámite in
cidental sui generis, y decimos esto último por cuanto el incidente se abre sin re
querirse existencia de un juicio o negocio principal, cual es el espíritu que deja
traslucir la Ley del Organismo Judicial en su artículo 135. (véanse los artículos 140
8 al 1414 del Código Civil). c) Pago con subrogación: Se entiende por tal el que hac
e un tercero, a quien se transmiten los derechos del acreedor. Nuestro Código Civi
l regula a la subrogación en la transmisión de las obligaciones (artículo 1453): “La sub
rogación tiene lugar cuando el acreedor sustituye en el tercero que paga, todos lo
s derechos, acciones y garantías de la obligación”; de lo anterior se colige que nuest
ra ley sustantiva civil no estima que sea una forma de pago, sino que la catalog
a como una forma de transmisión de obligaciones. La subrogación puede ser voluntaria
(o convencional) o legal. En cuanto a la primera, puede ser consentida, sea por
el acreedor sin intervención del deudor (lo que sucede cuando el acreedor recibe
el pago de un tercero, a quien transmite expresamente todos sus derechos respect
o de la deuda), sea por el deudor (como ocurre cuando éste paga la deuda de una su
ma de dinero con otra cantidad que ha tomado prestada, y subroga al prestamista
en los derechos y acciones del acreedor primitivo) – véanse los artículos 1453 y 1455,
numeral 3°, del Código Civil–. La subrogación legal se produce sin dependencia de la ce
sión expresa del acreedor: 1° Cuando el que es acreedor paga a otro acreedor que le
es preferente; 2° Cuando el tercero que paga tiene interés jurídico en el cumplimiento
; 3° Cuando el tercero interesado en la obligación paga con anuencia del deudor; y,
4° Cuando un heredero paga con sus bienes propios alguna deuda de la herencia –véanse
los artículos 1455, 1456 y 1457 del Código Civil–. d) Dación en pago: La dación en pago (d
atio in solutum) es el acto jurídico mediante el cual el deudor entrega al acreedo
r una prestación diferente de la debida, con el consentimiento de éste. Recibe también
la dación en pago la denominación de adjudicación en pago. Esta modalidad requiere el
consentimiento del acreedor. De acuerdo con nuestro Código Civil (artículo 1386): “No
se puede obligar al acreedor a aceptar cosa distinta de la que se le debe, aunq
ue el valor de la ofrecida sea igual o mayor, salvo disposición especial de la ley”.
Como vemos, el principio contenido en la norma transcrita, rompe la forma espec
ial de pago aquí tratada. e) Pago por cesión de bienes: Es la dejación o abandono que
un deudor hace de todos sus bienes a sus acreedores, cuando se encuentra en la i
mposibilidad de pagar sus deudas. Es una forma de pago. Así, pues,
111
nuestro Código Civil (artículo 1416) expresa que: “El deudor puede hacer cesión de biene
s a sus acreedores cuando se encuentre en la imposibilidad de continuar sus nego
cios o de pagar sus deudas”. La cesión de bienes puede ser: 1) Extrajudicial: Aquí se
ponen de acuerdo el deudor con sus acreedores y realizan un contrato en escritur
a pública, fijándose las bases y el procedimiento, y cuyos efectos son la extinción de
las deudas (artículo 1418, numeral 4°, del Código Civil) y el rescate de los bienes (
artículo 1421 del Código Civil). 2) Judicial: Que se hace en un tribunal competente
y el procedimiento es el establecido para el concurso voluntario de acreedores –ar
tículos 347 al 370, inclusive el 392, del Código Procesal Civil y Mercantil–, y cuyos
efectos están contenidos en el artículo 1418 del Código Civil (véanse también los artículos
1419, 1420 y 1422 del citado cuerpo legal). Conviene aclarar, que las diferencia
s existentes entre la dación en pago y el pago por cesión de bienes son las siguient
es: 1° En la dación en pago el deudor no se encuentra insolvente; en el pago por ces
ión de bienes el deudor debe estar insolvente; 2° En la dación en pago se transmite la
propiedad del bien; en el pago por cesión de bienes no se transmite la propiedad
de los bienes, sólo se da la posesión; 3° En la dación en pago no se extiende a todo el
patrimonio y no hay varios acreedores; en el pago por cesión de bienes se extiende
a todo el patrimonio y son varios los acreedores; y, 4° En la dación en pago la obl
igación queda cumplida y se extingue sin necesidad de aprobación judicial; en el pag
o por cesión de bienes las deudas quedan extinguidas, aunque lo que alcance cada a
creedor no baste para el pago completo, desde el momento en que se aprueba la ce
sión.
V. 1. INCUMPLIMIENTO.
a)
INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
Definición: El incumplimiento no es más que la inejecución de obligaciones o contratos
. Nuestro Código Civil (artículo 1423), a este respecto, expresa que: “El incumplimien
to de la obligación por el deudor se presume por culpa suya mientras no pruebe lo
contrario”. De lo expresado por norma transcrita, se hace necesario estudiar, en s
u orden: 1) El dolo: Es toda sugestión o artificio que se emplee para inducir a er
ror o mantener en él a alguna de las partes (véase el artículo 1261 del Código Civil). E
l Código Civil, en el desarrollo del capítulo relativo al incumplimiento de las obli
gaciones (Libro V, Primera Parte, Título II, Capítulo VII), no hace referencia expre
sa al dolo. Sí trata de él en las disposiciones relativas a los vicios de la declara
ción de voluntad, considerando el dolo como una causa de anulabilidad del negocio
jurídico (véanse los artículos 1257 al 1268 del Código Civil). 2) La culpa: Consiste en
una acción u omisión, perjudicial a otro, en que se incurre por ignorancia, imperici
a o negligencia pero sin propósito de dañar (véase el artículo 1424 del Código
112
Civil). Conforme al Código Civil, en la culpa tiene papel relevante: la ignorancia
, impericia o negligencia del deudor (elemento subjetivo); y en el caso resultan
te de cualesquiera de esas causas, el no oportuno y debido cumplimiento de la ob
ligación (elemento objetivo). Dispone el Código Civil (artículo 1425) que: “La responsab
ilidad por culpa debe graduarse atendiendo a la naturaleza de la obligación y a la
s circunstancias de las personas, de tiempo y de lugar”. Necesariamente, esa gradu
ación de la culpa debe hacerla el juez. La prueba de la culpa está imputada al deudo
r (véase nuevamente el artículo 1423 del Código Civil); sin embargo, el deudor no es r
esponsable de la falta de cumplimiento de la obligación por caso fortuito o fuerza
mayor, a no ser que en el momento en que ocurriere, hubiere estado en mora (véase
el artículo 1426 del Código Civil).
b)
Clases: 1) Incumplimiento imputable al deudor: Este incumplimiento se tipifica c
uando, para el surgimiento del mismo, la conducta del deudor, manifestada o evid
ente en el sentido que no cumplirá la prestación debida, es determinante en la no ex
tinción normal de la obligación. Esa conducta del deudor puede obedecer: al delibera
do propósito del deudor de incumplir la obligación, que se manifiesta en un conscien
te actuar o no actuar que tiende a ese objeto (incumplir), tipificándose la figura
que se denomina dolo; o a una negligente actitud del deudor, que lleva en último
grado al incumplimiento de la obligación, tipificándose la figura que se denomina cu
lpa. El Incumplimiento no definitivo de la obligación lleva al estudio de la mora.
Si el deudor incumple temporal o defectuosamente la prestación debida, esa circun
stancia (tal incumplimiento), debe constar fehacientemente, en la forma que la l
ey determina. Nótese que en caso la obligación no pueda ser definitivamente cumplida
por el deudor, la mora no tiene relevancia alguna; sí la tiene, cuando la obligac
ión puede ser cumplida, aunque con retardo. Generalmente se acepta la definición de
la mora como el retraso culpable en el cumplimiento de la obligación. Esto es, que
haya transcurrido el tiempo previsto, en el contrato o en la ley, para que el d
eudor cumpliere la obligación. La mora, por lo general, se estudia respecto a la c
onducta del deudor, en los casos que la misma lleva al no cumplimiento temporal
de la obligación (mora del deudor); pero, también la conducta del acreedor, caso men
os frecuente, puede hacer que el deudor, contra su voluntad de cumplir, se vea c
ompelido a no poder cumplir la obligación en tiempo (mora del acreedor) –véanse los ar
tículos 1428 y 1429 del Código Civil–. Es importante hacer notar que (según el artículo 14
30 del Código Civil): “El requerimiento para constituir en mora al deudor o al acree
dor, debe ser judicial o notarial. La notificación de la demanda de pago equivale
al requerimiento”. Conviene aclarar, que en materia mercantil el requerimiento par
a constituir la mora no es necesario, en virtud de lo regulado en el artículo 677
del Código de Comercio, que dice: “En las obligaciones y contratos mercantiles se in
curre en mora, sin necesidad de requerimiento, desde el día siguiente a
113
aquél en que venzan o sean exigibles. Se exceptúan de lo dispuesto en este artículo lo
s títulos de crédito y las obligaciones y contratos en que expresamente se haya pact
ado lo contrario” –el subrayado es nuestro–. 2) El cumplimiento anormal o forzoso: Más q
ue una clase es un efecto derivado del incumplimiento imputable al deudor, no pr
oducido por fuerza mayor o mora del acreedor. El cumplimiento forzoso tiene por
objeto que la obligación, aunque tardíamente, con retardo, sea cumplida primordialme
nte en la forma pactada, o bien según lo estipulado entre las partes previendo el
incumplir del deudor, o lo dispuesto en la ley. En ese orden de ideas, se hace n
ecesario distinguir si se trata de obligaciones específicas o genéricas (véanse los ar
tículos 1323, 1381 y 1433 del Código Civil). 3) El cumplimiento por equivalencia: Éste
también es un efecto derivado del incumplimiento imputable al deudor. Pude sucede
r que el deudor, por culpa imputable a él, quede colocado en situación de serle impo
sible el cumplimiento de la obligación, y por consecuencia no pueda el acreedor re
currir al cumplimiento forzoso de la misma. En tal caso, la ley permite que el a
creedor pueda atacar, dígase así, el patrimonio del deudor mediante el resarcimiento
de los daños y perjuicios, cuya base legal, en forma más amplia, en lo concerniente
a las obligaciones de carácter personal y de acuerdo con el Código Civil, radica en
la figura denominada prenda general patrimonial, que es contemplada en el artícul
o 1329 al disponer que: “La obligación personal queda garantizada con los bienes ena
jenables que posea el deudor en el momento de exigirse su cumplimiento”. Asimismo,
dispone el Código Civil (artículo 1433) que: “Establecida legalmente la situación de mo
ra, el deudor está obligado a pagar al acreedor los daños y perjuicios resultantes d
el retardo, y corren a su cargo todos los riesgos de la cosa”. Nótese que en esta pr
evisión legal, los daños y perjuicios a pagar por el deudor han de ser los resultant
es del retardo, no del incumplimiento de la obligación, porque ésta se supone exigib
le, incluso después de cuando debió ser cumplida y no se cumplió. 4) Incumplimiento no
imputable al deudor: Se da cuando el incumplimiento de la obligación ocurre por c
ausa no imputable al deudor; éste no es responsable por razón de tal circunstancia,
ya se tipifique el incumplimiento temporal o el definitivo, caso este último que p
roduce la extinción de la obligación. Esa causa no imputable al deudor es precisa te
rminológicamente, en la doctrina y en la ley, con las denominaciones de caso fortu
ito y causa (o fuerza) mayor (véase nuevamente el artículo 1426 del Código Civil). El
caso fortuito es el suceso que no ha podido preverse o que, previsto, no ha podi
do evitarse. Los casos fortuitos, lo mismo que los de fuerza mayor, pueden ser p
roducidos por la naturaleza o por el hecho del hombre. Para algunos autores no e
xiste diferencia ni teórica ni práctica entre el hecho fortuito y la fuerza mayor, y
a que esta última también es consecuencia de un hecho imprevisible. Jurídicamente, la
distinción entre una y otra tiene escasa importancia, ya que ambas pueden ser just
ificativas del incumplimiento de una obligación. Otros autores estiman que el caso
fortuito guarda mayor relación con los hechos de la
114
naturaleza (por ejemplo: el desbordamiento de un río, los terremotos, las tempesta
des, las pestes, los incendios); en tanto que la fuerza mayor se origina en hech
os lícitos o ilícitos del hombre (por ejemplo: la guerra, la coacción material y otros
similares). Nuestra legislación sustantiva civil sigue el criterio primeramente p
lanteado, al considerar ambas figuras con iguales efectos en cuanto eximen la re
sponsabilidad al deudor por falta de cumplimiento de la obligación. Si bien el Códig
o Civil no define o precisa el concepto de caso fortuito o fuerza mayor, puede a
firmarse que los contempla al disponer: “Cuando las condiciones bajo las cuales fu
ere contraída la obligación cambiaren de manera notable, a consecuencia de hechos ex
traordinarios imposibles de prever y de evitar, haciendo su cumplimiento demasia
do oneroso para el deudor, el convenio podrá ser revisado mediante declaración judic
ial (artículo 1330)”; “Si la obligación de hacer resultare imposible sin culpa del deudo
r, la obligación queda extinguida (artículo 1325, primera parte); y, “La pérdida o deter
ioro de la cosa objeto de la obligación antes de la entrega, se regirá por las regla
s siguientes: 1° Si se pierde sin culpa del deudor, la obligación quedará sin efecto y
se devolverá lo que se hubiere recibido por cuenta del convenio;... 3° Si la cosa s
e deteriora sin culpa del deudor, el acreedor podrá rescindir el convenio o recibi
r la cosa en el estado en que se encuentre, con indemnización de daños y perjuicios
en ambos casos, o disminución proporcional del precio si lo hubiere (artículo 1331)”.
2. PROTECCIÓN DE LAS OBLIGACIONES. a) Concepto: El derecho ha creado diversas form
as o figuras que tienden a garantizar y proteger el interés legítimo del acreedor, c
uando la actitud y el actuar o no actuar del deudor no se adecúan al cumplimiento
previsto, esperado y adecuado. Esas figuras constituyen efectivas garantías para l
a protección de las obligaciones. Las garantías pueden ser reales, personales y proc
esales. b) Garantías de naturaleza real: 1) Arras: Se denominan arras a las cosas,
y en especial el dinero, que se entregan como señal o garantía del cumplimiento de
una obligación. Dispone el Código Civil (artículos 1442) que: “Las arras dadas en garantía
del cumplimiento de una obligación, constituyen el equivalente de los daños y perju
icios provenientes de la inejecución, siempre que mediare culpa; y si el incumplim
iento procediere de quien las recibió, éste deberá restituir el doble de lo que hubier
e recibido”. 2) Derecho de retención: Entiéndase por derecho de retención aquella facult
ad que la ley otorga en ciertos casos al acreedor para mantener en su poder un b
ien propiedad del deudor, negándose a entregarlo en tanto su crédito no sea cubierto
por éste. Aparentemente, esta figura podría apreciarse como la legalización en cierto
s casos, y excepcionalmente, del principio enunciado afirmándose que nadie puede h
acerse justicia por sí mismo. En realidad y jurídicamente, no es así,
115
porque en el ejercicio del derecho de retención, el acreedor simplemente se resist
e a entregar uno o más bienes del deudor, hasta que éste le haga pago, sin que por l
a retención adquiera ningún derecho sobre los bienes. El Código Civil reconoce el dere
cho de retención en los casos siguientes: 1° Al mandatario, quien podrá retener las co
sas que son objeto del mandato hasta que el mandante realice la indemnización y re
embolso a que está obligado (artículos 1713 al 1715); 2° Al comprador, cuando éste fuere
perturbado en la posesión o hubiere motivo justificado para temer que lo será, podrá
el juez autorizarlo para retener la parte del precio que baste a cubrir la respo
nsabilidad del vendedor, salvo que este último haga cesar la perturbación o garantic
e el saneamiento (artículos 1828 y 1829); 3° Al comprador, quien tiene derecho de re
tener el precio mientras se le demora la entrega de la cosa (artículo 1832); 4° Al c
omodatario, quien no puede retener la cosa en seguridad ni en compensación de lo q
ue le debe el comodante, pero si la deuda procede de gastos extraordinarios e in
dispensables en beneficio de la misma cosa, podrá retenerla en calidad de depósito m
ientras no se le haga el pago (artículo 1971); 5° Al depositario, quien podrá retener
la cosa depositada mientras no se le hayan pagado o garantizado los gastos o los
daños y perjuicios a que se refiere el artículo 1981 del Código Civil (artículo 1982);
y, 6° Al constructor de una obra mueble, quien tiene derecho de retenerla mientras
no se le pague, y su crédito será cubierto preferentemente con el precio de dicha o
bra (artículo 2026). Obsérvese, con base en los preceptos legales anteriormente refe
ridos, que la legislación sustantiva civil guatemalteca no sistematizó el derecho de
retención, concretándose a enumerar casuísticamente y en forma dispersa los casos en
que un acreedor puede ejercerlo; en cambio, en la ley mercantil, la institución es
tá sistematizada en la parte general que el Código de Comercio dedica a las obligaci
ones y contratos mercantiles (Libro IV, Título I, Capítulo Único), el cual, en sus artíc
ulos 682 y 687, expresa que: “El acreedor cuyo crédito sea exigible, podrá retener los
bienes muebles o inmuebles de su deudor que se hallaren en su poder, o de los q
ue tuviere la disposición por medio de títulos de crédito representativos./ El que eje
rcite el derecho de retención queda obligado a pagar las costas, los daños y perjuic
ios: 1° Si no entabla la demanda dentro del término legal. 2° Si se declara improceden
te la demanda”; asimismo contempla un caso aislado (artículo 870), concerniente al c
ontrato de hospedaje, al regular que: “Los equipajes y efectos del huésped responden
preferentemente al hotelero por el importe del hospedaje y a ese efecto podrán se
r retenidos por éste mientras no se le pague lo que el huésped adeude”. 3) Derecho rea
l de hipoteca: Que se constituye sobre bienes inmuebles, para garantizar con ell
os la efectividad de un crédito en dinero a favor de otra persona. Generalmente el
inmueble gravado es propiedad del deudor; pero también una persona que no es la d
eudora puede constituir hipoteca sobre un inmueble suyo para responder de la deu
da de otra persona (véanse los artículos 822 al 879 del Código Civil). 4) Derecho real
de prenda: Contrato
116
por el cual el deudor de una obligación, cierta o condicional, presente o futura,
entrega al acreedor una cosa mueble o un crédito en seguridad de que la obligación h
a de ser cumplida (véanse los artículos 880 al 916 del Código Civil). 5) Derecho real
de anticresis: Es el concedido al acreedor por el deudor, o un tercero por él, pon
iéndole en posesión de un inmueble y autorizándolo a percibir los frutos para imputarl
os anualmente sobre los intereses del crédito si son debidos; y en caso de exceder
, sobre el capital e intereses, o sobre el capital solamente si no se deben inte
reses. Esta figura jurídica se encontraba regulada en el artículo 2008 (y subsiguien
tes) del Código Civil de 1933 (Decreto legislativo 1932), así como en los artículos 90
4 al 912 del Proyecto de Código Civil para la República de Guatemala, presentado por
el connotado jurista guatemalteco Licenciado Federico Ojeda Salazar, y que comp
rendía el Capítulo V (De la anticresis), Título V (Derechos reales de garantía), del Lib
ro II (De los bienes, de la propiedad y demás derechos reales) de dicho proyecto;
sin embargo, la Comisión Revisora (integrada por los Licenciados Arturo Peralta Az
urdia y José Vicente Rodríguez, y el Doctor Mario Aguirre Godoy) que estudió y dictami
nó sobre el mencionado proyecto de ley, suprimió el capítulo relacionado con la anticr
esis, porque ésta había sido una institución que no tenía aplicación práctica en nuestro me
io y por estimarse que otros contratos, por ejemplo el fideicomiso, podían sustitu
irla con mayor ventaja. 6) Anotación preventiva: Es el asiento temporal y provisio
nal de un título en el Registro de la Propiedad, como garantía precautoria de un der
echo o de una futura inscripción (véanse los artículos 1124, 1125, 1126, 1139, 1149 al
1166 del Código Civil; y, 526 del Código Procesal Civil y Mercantil). 7) Embargo pr
eventivo de bienes: En su acepción procesal, es preventivo cuando tiene por finali
dad asegurar los bienes durante la tramitación del juicio. Es ejecutivo, cuando su
objeto es dar efectividad a la sentencia ya pronunciada (véase el artículo 527, así c
omo los artículos 297 al 312, todos del Código Procesal Civil y Mercantil). c) Garan
tías de naturaleza personal: 1) Cláusula de indemnización: La cláusula de indemnización (t
erminología usada por el Código Civil), tradicionalmente ha sido denominada cláusula p
enal (de la expresión latina stipulatio poene); y, se refiere al supuesto en que u
na persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena
o multa de retardar o no ejecutar la obligación. Siguiendo ese orden de ideas, nue
stro Código Civil (artículo 1436) expresa que: “Las partes pueden fijar anticipadament
e una cantidad que deberá pagar el que deje de cumplir la obligación, o no la cumpla
de la manera convenida, o retarde su cumplimiento, la cual, en tales casos, com
pensa los daños y perjuicios”. En cuanto a sus características, éstas se encuentran enma
rcadas en los artículos 1387, primera parte, y 1436 al 1442 del Código Civil. 2) Fia
nza: Más que como medio para garantizar una obligación, se estudia la fianza como un
contrato especial de garantía, en sistemática seguida por el Código Civil (artículo 210
0, primer párrafo), al
117
disponer que: “Por el contrato de fianza una persona se compromete a responder por
las obligaciones de otra”; es decir, vista de otra manera, que es una obligación ac
cesoria que uno contrae para seguridad de que otro pagará lo que debe o cumplirá aqu
ello a que se obligó, tomando sobre sí el fiador, verificarlo él en el caso de que no
lo haga el deudor principal, el que directamente estipuló para sí. La fianza puede s
er personal (responsabilidad personal patrimonial ilimitada del fiador, hasta el
monto de la obligación o hasta el monto o modalidad en que se comprometió); o real,
cuando el fiador limita su responsabilidad constituyendo prenda o hipoteca (res
ponsabilidad patrimonial limitada del fiador) –artículos 2101 y 2103 del Código Civil–.
Aunque la ley tipifique la fianza como un contrato especial, no cabe duda que su
objeto radica esencialmente en garantizar el cumplimiento de una obligación. Tien
e, por regla general, naturaleza de garantía personal, que se transforma en real,
excepcionalmente, cuando se presta constituyendo prenda o hipoteca. d) Garantías d
e naturaleza procesal: 1) Acción subrogatoria u oblicua: Llamada también indirecta,
es aquella que permite a los acreedores ejercer todos los derechos y acciones de
su deudor, con excepción de las inherentes a su persona. Tiene como finalidad la
defensa, por vía judicial, de sus propios intereses pecuniarios. Se ha dicha, por
algunos autores, que es una acción de integración patrimonial, en virtud que mediant
e ella el patrimonio del deudor se incrementa con ciertos bienes que por inactiv
idad de él podrían no llegar a su patrimonio, en perjuicio del acreedor. En efecto,
un deudor puede a su vez ser acreedor o heredero de otra persona, o por cualquie
r título estar en posibilidad legal de incrementar su patrimonio, y no lo hace, po
r negligencia, indiferencia u otra razón. En tal caso, un acreedor de esa persona
puede encontrarse en situación que para el debido cumplimiento de la obligación a su
favor, el incremento patrimonial de su deudor sea necesario, pues de otro modo
podría quedar impago, en razón de la insuficiencia o falta de bienes del deudor. Un
ejemplo claro de esta institución, se encuentra plasmado en el Código Procesal Civil
y Mercantil (artículo 455, primer párrafo) que estipula: “Pueden promover el proceso
sucesorio los que tengan interés en la herencia, tales como el cónyuge supérstite, los
herederos, el Ministerio Público (de conformidad con el artículo 1 del Decreto N° 25-
97, debe entenderse que se refiere a la Procuraduría General de la Nación), los lega
tarios, los acreedores, el albacea o por otro concepto similar” (el subrayado es n
uestro). 2) Acción revocatoria o pauliana: Es la que corresponde a los acreedores
a efectos de que sean revocados todos los actos que en su perjuicio haya realiza
do dolosa o fraudulentamente el deudor, con el propósito de reducir sustancialment
e su patrimonio a tal manera que el o los acreedores no puedan hacer efectiva la
prestación a que tengan derecho. El Código Civil (artículo 1290) tipifica esta figura
al disponer que: “Todo acreedor puede pedir la revocación de los negocios celebrado
s por el deudor en perjuicio o fraude de sus derechos. Sólo los
118
acreedores cuyos créditos sean anteriores al negocio impugnado, pueden ejercitar l
a acción revocatoria”. La forma y características de la acción pauliana se encuentran en
marcadas en el artículo citado y del 1291 al 1300 de dicho cuerpo legal. En cuanto
a los efectos de la acción revocatoria en el ámbito registral, expresa el Código Civi
l (artículo 1147, numeral 2°) que: “Las acciones rescisorias o resolutorias no perjudi
carán a tercero que haya inscrito su derecho, exceptuándose: ...2° La acción revocatoria
de enajenación en fraude de acreedores, cuando el tercero haya sido cómplice en el
fraude o el derecho lo haya adquirido a título gratuito. En los dos casos del inci
so 2° no perjudicará a tercero la acción revocatoria que no se hubiere entablado dentr
o de un año, contado desde el día de la enajenación fraudulenta”. e) Nota aclaratoria fi
nal: Por último, es menester aclarar, que en la actualidad no existe criterio unif
icado, ni en la doctrina ni en la legislación, para el desarrollo sistemático de la
materia relativa a la protección o garantías de las obligaciones. Nuestra legislación
civil, tanto sustantiva como adjetiva, y mercantil contiene varias garantía protec
toras de las obligaciones, pero dispersas en sus respectivos articulados. Es por
ello, que diremos que las únicas que tienen ubicación conceptual en la parte genera
l del derecho de obligaciones, son las arras, el derecho de retención, la cláusula d
e indemnización, la fianza, la acción subrogatoria u oblicua y la acción revocatoria o
pauliana.
VI.
TRANSMISIÓN DE LAS OBLIGACIONES
1. CESIÓN DE DERECHOS O DE CRÉDITOS.
a)
Concepto: En doctrina, esta figura es denominada cesión o transmisión del crédito. Es
la transferencia de una parte a otra del derecho que le compete contra su deudor
, con entrega adicional de título, cuando exista. Se rige por la compraventa, si e
s por precio; por la permuta, si se recibe un derecho equivalente; y por la dona
ción, cuando se realiza gratuitamente. El Código Civil (artículo 1443) reconoce que: “El
acreedor puede ceder sus derechos sin el consentimiento del deudor, salvo que h
aya convenio en contrario o que no lo permita la ley o la naturaleza del derecho
. En la cesión se observarán las disposiciones relativas al negocio jurídico que les dé
origen, en lo que no estuvieren modificadas en este capítulos”. Regulación legal: Todo
lo relacionado con este punto está regulado en los artículos 1443 al 1452 del Código
Civil.
b)
2. SUBROGACIÓN.
119
a)
Nota aclaratoria: Según la ubicación que le dé el derecho positivo, esta figura es est
udiada o como modalidad o forma especial del pago (pago con subrogación), o como u
na modalidad de la transmisión de las obligaciones, criterio este último adoptado po
r el Código Civil. Sin embargo, didácticamente la subrogación es estudiada como una fo
rma especial de pago y que en el presente trabajo, quedó tratada en el Capítulo IV (
Cumplimiento de las Obligaciones), Punto 2 (Formas especiales de pago), Literal “c
)” (Pago con subrogación). Ahora bien, lo interesante e importante de tratar esta fi
gura jurídica dentro de este capítulo, es el hecho de exponer las diferencias existe
ntes entre la cesión de derechos y la subrogación, que son: 1° La cesión de derechos es
forzosamente un contrato. La subrogación no, salvo los casos de subrogación convenci
onal; 2° En la cesión de derechos el acreedor siempre transmite voluntariamente su c
rédito al cesionario. Mientras que en la subrogación legal el acreedor se ve desplaz
ado, incluso contra su voluntad, del crédito al ser desinteresado por el pago reci
bido; 3° En la cesión de derechos no existe forzosamente un pago (por ejemplo: la ce
sión gratuita). En la subrogación media forzosamente un pago; 4° En la cesión de derecho
s se puede sujetar a un plazo suspensivo el pago del precio. En la subrogación deb
e hacerse el pago, pues no existe mientras no la hay; 5° La cesión de derechos es un
a operación de especulación, el cesionario podrá cobrar la integridad del crédito aun cu
ando hubiese pagado una cantidad menor por él. El tercero subrogante sólo podrá obtene
r el monto del pago que efectuó y éste es un efecto reconocido generalmente por los
tratadistas; y, 6° La cesión de créditos impone el cumplimiento de la forma y de las a
cciones publicitarias de notificación al deudor y de la fecha cierta para que prod
uzca efectos. La subrogación no está sujeta a tales requisitos. Regulación legal: Todo
lo relacionado con este punto se encuentra regulado en los artículos 1453 al 1458
del Código Civil.
b)
3. TRANSMISIÓN DE DEUDAS.
a)
Concepto: Es el contrato mediante el cual un nuevo deudor asume las obligaciones
de una deuda ya existente, remplazando al que hasta entonces había sido deudor. E
s decir, que la transmisión de la deuda (o asunción de la deuda) ocurre cuando una p
ersona sustituye a otra en la posición o calidad de deudor, liberando al primitivo
del nexo obligatorio, y manteniéndose la identidad de la obligación y las garantías d
el crédito, salvo las puramente personales y las reales otorgadas por un tercero s
i no media el consentimiento de éste. Nuestro Código Civil (artículos 1459 y 1460) a e
ste respecto dice que: “La sustitución del deudor en una obligación personal y su libe
ración, se verifican por convenio entre el acreedor y el tercero que se sustituye.
/ La sustitución también puede convenirse entre el deudor y el tercero, siempre que
el acreedor consienta expresa o tácitamente”.
120
b)
Regulación legal: Todo lo relativo al presente punto está regulado en los artículos 14
59 al 1468 del Código Civil.
VII. 1. COMPENSACIÓN.
a)
EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
Concepto: Se ha definido esta figura como la extinción, hasta el límite de la menor,
de dos deudas, existentes en sentido inverso entre las mismas personas. Constit
uye, pues, una de las formas de extinción de las obligaciones. En ese sentido, nue
stro Código Civil (artículo 1469) expresa que: “La compensación tiene lugar cuando dos p
ersonas reúnen la calidad de deudores y acreedores recíprocamente y por su propio de
recho”. Esto es, surge la compensación cuando una persona acreedora de otra, deviene
, por distinta relación jurídica, deudor de su deudor, quien a su vez deviene acreed
or de su acreedor. Un ejemplo aclarará esa situación. Si “A” es acreedor de “B” por dos mil
quetzales, y, posteriormente, “B”, por compra de un crédito u otra causa, se transform
a en acreedor de “A” por igual cantidad, dos mil quetzales, las acreedurías de ambos q
uedan compensadas y las respectivas obligaciones se extinguen. Como se puede ver
, no es necesario, para que opere la compensación, que las cantidades o cosas debi
das sean iguales. Clases: Doctrinariamente se distinguen tres clases de compensa
ción: 1) Legal: Que tiene lugar cuando dos personas reúnen la calidad de deudores y
acreedores recíprocamente y por su propio derecho (en terminología del artículo 1469 d
el Código Civil). 2) Judicial: Que es la declarada por el juez cuando, no cumplido
s al iniciarse el juicio los requisitos necesarios para su existencia, se cumple
n en el transcurso del mismo. 3) Convencional: Que tiene lugar cuando los intere
sados acuerdan la compensabilidad de sus créditos, aún no teniendo los requisitos qu
e la ley exige para su compensación. Regulación legal: Todo lo relativo con este pun
to está regulado en los artículos 1469 al 1477 del Código Civil.
b)
c)
2. NOVACIÓN.
a)
Concepto: Es una de las formas de extinción de las obligaciones, consistente en la
sustitución de una obligación preexistente, que se extingue, por otra nueva que se
crea. Así, pues, la novación supone una obligación anterior que le sirve de causa y qu
e es, precisamente, la que, con sus accesorias, queda extinguida. La novación tant
o puede referirse al
121
cambio en el objeto de la obligación cuanto al de las personas obligadas: al del a
nterior deudor por otro a al del acreedor precedente por uno distinto.
b)
Clases: Las clases de novación que la doctrina admite, son las siguientes: 1) Nova
ción subjetiva: Puede ser activa: si el acreedor y deudor convienen posteriormente
en un cambio de acreedor (por ejemplo: si “A” se obligó a pagar a “B” la cantidad de mil
quetzales, y después convienen que, en lugar de “B”, el acreedor sea “C”); y, pasiva: si a
creedor y deudor convienen posteriormente en un cambio de deudor (por ejemplo: s
i “A” se obligó a pagar a “B” la cantidad de mil quetzales, y después convienen que, en lug
r de “A” el deudor sea “C”). 2) Novación objetiva: Ocurre cuando acreedor y deudor convien
en en modificar sustancialmente la obligación original, o en sustituirla por otra
nueva (por ejemplo: si “A” se obligó a pagar a “B” la cantidad de mil quetzales, y ambos c
onvienen después que “A” entregará a “B”, o bien seiscientos quetzales y una máquina de esc
ir, o bien, en lugar de dicha cantidad –mil quetzales– una motocicleta). Nuestro Códig
o Civil admite solamente la novación objetiva, en su aspecto más característico, al di
sponer (artículo 1478) que: “Hay novación cuando deudor y acreedor alteran sustancialm
ente la obligación sustituyéndola por otra. La novación no se presume; es necesario qu
e la voluntad de efectuarla resulte claramente del nuevo convenio, o que la anti
gua y la nueva obligación sean de todo punto incompatibles”. Resulta lógico que el Códig
o Civil no admita la novación subjetiva, puesto que, como se anotó, regula expresame
nte la cesión de derechos (cambio de acreedor) y la transmisión de deudas (sustitución
de deudor). Efectos: Son efectos de la novación, conforme al Código Civil: 1° Extingu
ir las garantías y obligaciones accesorias, a menos que el acreedor y deudor conve
ngan expresamente en la reserva, la cual no tendrá validez si la garantía la hubiere
prestado un tercero que no acepte expresamente la nueva obligación (artículo 1479);
y, 2° La novación no altera el orden y preferencia de las garantías constituidas por
el deudor cuando se trata de bienes de su propiedad o bienes de terceros que hay
an prestado su consentimiento para la nueva obligación (artículo 1480). Los artículos
1481, 1482 y 1485 del Código Civil prevén los casos de modificación de la obligación ori
ginal, que no constituyen novación. Regulación legal: Todo lo concerniente a este pu
nto está regulado en los artículos 1478 al 1488 del Código Civil.
c)
d)
3. REMISIÓN.
a)
Concepto: De la misma manera que el titular de un crédito puede transmitir el mism
o a favor de un tercero, puede también disponer de él
122
en beneficio del deudor, liberándolo del vínculo obligatorio. Así, pues, la remisión es
el acto del acreedor extintivo de la obligación, por el cual éste –el acreedor– renuncia
voluntariamente, y por lo general en forma gratuita, a todo o parte de su derec
ho contra el deudor, y que puede efectivizarse mediante la entrega del documento
original en que constare la deuda, si no hubiere sido pagada, o por cualquier o
tro procedimiento fehaciente. La remisión –llamada asimismo condonación de la deuda o,
como se decía en nuestro viejo derecho civil, quitamiento– de la deuda hecha al deu
dor principal, libera a los fiadores; pero no a la inversa. Desde el punto de vi
sta gramatical, ambos términos, remisión y condonación, vienen a tener el mismo signif
icado; remitir (en su concepto de perdonar), eximir, condonar, libertar de una o
bligación. Asimismo, puede ser definida la remisión de la deuda como el convenio ent
re acreedor y deudor, mediante el cual, voluntaria y espontáneamente, el acreedor
condona generosamente al deudor, de la obligación contraída por éste. En ese orden de
ideas, nuestra ley sustantiva civil (artículo 1489) expresa que: “La remisión de la de
uda hecha por el acreedor y aceptada por el deudor, extingue la obligación”.
b)
Regulación legal: Todo lo relacionado a este punto se encuentra reglamentado en lo
s artículos 1489 al 1494 del Código Civil.
4. CONFUSIÓN.
a)
Concepto: Llamada más ampliamente como confusión de derechos, es una de las formas típ
icas de extinción de las obligaciones. Tiene lugar cuando se reúne en una misma pers
ona, por sucesión universal o cualquier otra causa, la calidad de acreedor y deudo
r; así como también cuando una tercera persona sea heredera del acreedor y del deudo
r. Más sencillamente se define como el modo de extinguir una obligación cuando en un
a misma persona se reúnen las cualidades de acreedor y deudor, siempre que tal reu
nión no se proyecte sobre entidades patrimoniales autónomas. Adaptándose a ese concept
o, el Código Civil (artículo 1495) dispone que “La reunión de una misma persona de la ca
lidad de acreedor y deudor, extingue la obligación”. Como vimos, los casos más frecuen
tes de confusión ocurren en el derecho sucesorio, aunque pueden ocurrir en el camp
o de los derechos reales, tal el caso de las servidumbres y del usufructo y la n
uda propiedad, y en el ámbito del derecho mercantil, por razón de las múltiples situac
iones que las operaciones comerciales e industriales pueden provocar. Efectos: S
on efectos de esta figura jurídica, según el Código Civil: 1° Que la confusión verificada
en el deudor principal aprovecha a los fiadores (artículo 1497); 2° Que la confusión v
erificada en la persona del fiador no extingue la obligación principal ni la de lo
s demás fiadores (artículo 1498); 3° Que si concurre la calidad de acreedor en uno de
varios deudores
b)
123
simplemente mancomunados, no quedan libres los demás sino en la parte que correspo
ndía a su codeudor (artículo 1499); y, 4° Que los créditos y deudas del heredero que no
hayan sido instituidos a título universal, no se confunden con las deudas y créditos
hereditarios (artículo 1500).
c)
Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto está regulado en los artículos 14
95 al 1500 del Código Civil.
5. PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA, NEGATIVA O LIBERATORIA.
a)
Concepto: Es el medio de liberarse de una obligación por el transcurso del tiempo
que la ley determina; y que es variable según se trate de bienes muebles o inmuebl
es. La prescripción extintiva, negativa o liberatoria impide el ejercicio de la ac
ción para exigir el cumplimiento de una obligación. Generalmente se da cuando el acr
eedor no ejerce su derecho de crédito durante el tiempo que en cada caso señala la l
ey. Para que empiece a correr el tiempo de prescripción se requiere que la deuda s
ea exigible por haberse llegado el plazo o realizado la condición, es decir, que s
e trate de una deuda vencida, que el acreedor no la hubiera exigido, para que op
ere se requiere que el deudor no hubiere renunciado al plazo transcurrido, recon
ociendo el derecho del acreedor y que en caso de demanda judicial el deudor no o
ponga la excepción de prescripción, pues el juez no puede invocarla ex officio. Nues
tro Código Civil no la define; sin embargo, establece en su artículo 1501 que: “La pre
scripción extintiva, negativa o liberatoria, ejercitada como acción o como excepción p
or el deudor, extingue la obligación. La prescripción de la obligación principal produ
ce la prescripción de la obligación accesoria”. Es decir, que ésta puede ejercitarse com
o acción (demandando ante juez competente que sea declarada), o como excepción (a ma
nera de defensa en juicio iniciado para que se cumpla una obligación que por el tr
anscurso del tiempo ha prescrito). Términos legales: Nuestro Código Civil menciona e
ntre los términos legales más importantes de prescripción, los siguientes: 1° La prescri
pción extintiva se verifica en todos los casos no mencionados en disposiciones esp
eciales, por el transcurso de cinco (5) años, contados desde que la obligación pudo
exigirse; y si ésta consiste en no hacer, desde el acto contrario a la obligación (a
rtículo 1508, asimismo véanse los artículos 1509 al 1512 y el 1516); 2° Prescribe en un
año la responsabilidad civil proveniente de delito o falta y la que nace de los daño
s o perjuicios causados en las personas. La prescripción corre desde el día en que r
ecaiga sentencia firme condenatoria, o desde aquel en que se causó el daño. Sin emba
rgo, si se tratare de funcionarios o empleados públicos, la responsabilidad civil
de éstos prescribirá en un término de veinte (20) años (artículos 155 de la Constitución; y
1513 del Código Civil); 3° Prescriben
b)
124
en dos (2) años: los honorarios, sueldos, salarios, jornales y otras retribuciones
por prestación de cualquier servicio; la acción de cualquier comerciante para cobra
r el precio de los objetos vendidos; la acción de los dueños de hoteles y toda clase
de casas de hospedaje para cobrar el importe de las pensiones y la de los fondi
stas y demás personas que suministran alimentos, para cobrar el precio de éstos; y,
las pensiones, rentas y alquileres y cualesquiera otras prestaciones periódicas no
cobradas a su vencimiento, ya se haga el cobro en virtud de acción real o de acción
personal. En estos casos la prescripción corre desde el día en que el acreedor pued
e exigir el pago (artículo 1514); 4° La obligación de rendir cuentas que tienen todos
los que administran bienes ajenos, y la acción para cobrar el saldo de ellos, pres
criben por el término de tres (3) años (artículo 1515); 5° La obligación garantizada con h
ipoteca prescribirá a los diez (10) años contados desde el vencimiento de la obligac
ión o de la fecha en que se tuviere como vencido en virtud de lo estipulado (artícul
o 856); 6° El término para aceptar la herencia es de seis (6) meses a contar de la m
uerte del testador, si el heredero se encuentra en el territorio de la República y
de un (1) año si está en el extranjero (artículo 1031); 7° La acción revocatoria prescrib
e en un (1) año, contado desde la celebración del negocio o desde la fecha en que se
verificó el pago o se hizo la renuncia del derecho (artículo 1300); 8° El derecho de
pedir la nulidad relativa dura dos (2) años contados desde el día en que se contrajo
la obligación, salvo los casos en que la ley fije término distinto. Si la nulidad s
e fundare en violencia o temor grave, el término es de un (1) año, contado de la fec
ha en que la violencia cesó o el temor grave ha debido razonablemente desaparecer
(artículo 1312); 9° La acción para pedir la rescisión dura un (1) año, contado desde la fe
cha de la celebración del contrato, salvo que la ley fije otro término en casos espe
ciales (artículo 1585); 10° La acción para recobrar lo indebidamente pagado prescribe
en un (1) año, contado de la fecha en que se hizo el pago indebido (artículo 1628);
11° La acción para pedir la reparación de los daños o perjuicios a que se refiere el Títul
o VII, Capítulo Único, del Libro V del Código Civil, prescribe en un (1) año, contado de
sde el día en que el daño se causó, o en que el ofendido tuvo conocimiento del daño o pe
rjuicio, así como de quien lo produjo (artículo 1673); 12° La acción para exigir el cump
limiento de la promesa, deberá entablarse dentro de los tres (3) meses siguientes
al vencimiento del plazo convencional o legal (artículo 1684); 13° Puede también estip
ularse en el contrato que la venta se rescindirá a solicitud del vendedor si dentr
o de un término fijado hubiere quién dé más por la cosa. Este término no podrá exceder en n
ngún caso de seis (6) meses si se tratare de inmuebles o de tres (3) si se tratare
de otros bienes, y se contará de la fecha de la celebración del contrato (artículo 18
47); y, 14° La acción para pedir la reducción o rescisión de la donación dura seis (6) mes
es, contados desde el día en que sobrevino el motivo de la reducción o rescisión (artícu
lo 1879).
125
c)
Efectos: Son efectos o consecuencias jurídicas de la prescripción extintiva: 1° El pri
ncipal efecto es que extingue la obligación principal y por lo tanto también la acce
soria (artículo 1501 del Código Civil); 2° Las personas impedidas de administrar sus b
ienes, pueden reclamar contra sus representantes legales, cuyo dolo o negligenci
a hubiere sido causa de la prescripción (artículo 1502 del Código Civil); y, 3° Los que
tienen capacidad para obligarse pueden renunciar la prescripción ya adquirida, per
o no el derecho de prescribir para lo sucesivo (artículo 1503 del Código Civil). Int
errupción: La prescripción se interrumpe: 1° Por demanda judicial debidamente notifica
da o por cualquier providencia precautoria ejecutada, salvo si el acreedor desis
tiere de la acción intentada, o el demandado fuere absuelto de la demanda, o el ac
to judicial se declare nulo; 2° Si la persona a cuyo favor corre la prescripción, re
conoce expresamente, de palabra o por escrito, o tácitamente por hechos indudables
, el derecho de la persona contra quien prescribe; y, 3° Por el pago de intereses
o amortizaciones por el deudor, así como por el cumplimiento parcial de la obligac
ión por parte de éste. Conviene aclarar, que el efecto de la interrupción es inutiliza
r para la prescripción todo el tiempo corrido antes de ella (véanse los artículos 1506
y 1507 del Código Civil). Suspensión: No corre el término para la prescripción: 1° Contra
los menores y los incapacitados, durante el tiempo que estén sin representante le
gal constituido; 2° Entre padres e hijos, durante la patria potestad; 3° Entre los m
enores e incapacitados y sus tutores, mientras dure la tutela; 4° Entre los coprop
ietarios, mientras dure la indivisión; y, 5° Entre los cónyuges, durante el matrimonio
; y entre hombre y mujer, durante la unión de hecho (véase el artículo 1505 del Código C
ivil). Diferencia con la caducidad y con la prescripción adquisitiva, positiva o u
sucapión: 1) Con la caducidad: 1° La caducidad fija de antemano el tiempo durante el
cual puede la acción ser ejercitada útilmente. La prescripción tiene como fin extingu
ir un derecho por no haber sido ejercitado por el titular; 2° A la caducidad no se
le aplican la suspensión ni la interrupción. En cambio a la prescripción si se le apl
ica la interrupción y la suspensión; y, 3° La caducidad se aplica más que todo en lo pro
cesal, ya que extingue actos procesales. La prescripción extingue derechos y oblig
aciones. 2) Con la prescripción adquisitiva, positiva o usucapión: Por la prescripción
adquisitiva, positiva o usucapión se adquieren derechos (por ejemplo: el derecho
por el cual el poseedor de un bien inmueble adquiere la propiedad de él por la con
tinuación de la posesión durante el tiempo y las condiciones fijadas por la ley). En
cambio, por la prescripción extintiva, negativa o liberatoria el deudor o
d)
e)
f)
126
constreñido se libera de alguna obligación (por ejemplo: la obligación garantizada con
hipoteca se extingue por el transcurso del tiempo señalado en la ley, sin que el
acreedor hipotecario exija el cumplimiento de tal obligación). Conviene aclarar, q
ue la prescripción extintiva, negativa o liberatoria, la caducidad y la prescripción
adquisitiva, positiva o usucapión gozan de las siguientes similitudes o semejanza
s: 1° Sus efectos se producen siempre por el transcurso del tiempo que es siempre
determinado en la ley; 2° Todas se deben solicitar ante juez competente; y, 3° Todas
aparecen reguladas tanto en el derecho sustantivo (civil) como en el derecho ad
jetivo (procesal).
127
RESUMEN DE DERECHO CIVIL IV
GENERALIDADES DEL NEGOCIO JURÍDICO 1. EL NEGOCIO JURÍDICO CIVIL.
a)
Definición: En la moderna literatura jurídica se da este nombre a todo acto voluntar
io y lícito realizado de conformidad con una norma jurídica que tenga por finalidad
directa y específica crear, conservar, modificar, transferir o extinguir derechos
y obligaciones dentro de la esfera del Derecho Privado. El negocio jurídico como e
specie del acto jurídico: El concepto de acto jurídico ha sido en los últimos tiempos
motivo de amplia especulación doctrinal, abarcando campos tan amplios como el Dere
cho Público y el Derecho Privado, tanto en su aspecto patrimonial como el familiar
. Nuestro Código Civil considera al acto jurídico tanto desde el punto de vista patr
imonial (contratos, declaración unilateral de voluntad) como el familiar (matrimon
io, reconocimiento de hijos, adopción) y desde luego aquella parte que funde ambas
nociones en el testamento y la sucesión intestada. La expresión “negocio jurídico”, dice
Puig Peña, ha ganado el favor de la doctrina e incluso el de las legislaciones. En
Francia tardaron mucho en adoptar el término “negocio jurídico”, y todavía muchos tratadi
stas emplean la frase, ya en ellos tradicional, de “acto jurídico”. En Italia hubo tam
bién dudas al principio; pero ya es general la expresión “negocio jurídico”, cosa que tamb
ién sucede en nuestra patria. Como vemos por lo expresado por el maestro español Fed
erico Puig Peña, la expresión “acto jurídico” fue por mucho tiempo sinónimo de “negocio jur
pero en la actualidad legislaciones como la francesa, la italiana, la alemana y
, por qué no decirlo, la guatemalteca aceptaron la frase “negocio jurídico” para encuadr
ar aquí todos los actos voluntarios lícitos, que tienen por fin inmediato establecer
entre las personas relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir, conservar
o extinguir derechos; y, concibiendo como “acto jurídico”, todo acontecimiento del hom
bre en el cual interviene su voluntad en forma directa y que, por la motivación qu
e hace de un supuesto jurídico, produce consecuencias de derecho. Entendiéndose así, q
ue el “negocio jurídico” es producto del “acto jurídico”, cuya acepción es mucho más amplia
a actualidad. El negocio jurídico como género del contrato: El Código Civil guatemalte
co considera al contrato como especie del negocio jurídico. Así el contrato se halla
inmerso en el orden jurídico y aunque los contratantes no lo establezcan, las con
secuencias de sus declaraciones de voluntad implican la actualización de todas las
consecuencias legales y no sólo las queridas, esta concepción puede compaginarse co
n la idea del contrato como norma
b)
c)
128
individualizada en cuanto, en caso de incumplimiento, se está ante un hecho ilícito
y se puede obtener el fin querido o su equivalente por medio de la ejecución forzo
sa. 2. NOCIONES GENERALES DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
a)
Concepto y definición de contrato: Previamente a definir qué es el contrato es neces
ario señalar que el término analizado tiene en la práctica jurídica diversas acepciones
como norma individualizada, como documento y, en el derecho mexicano, como acto
jurídico. Asimismo, que el contrato es una institución jurídica que excede los límites d
e la esfera civil, existiendo además contratos mercantiles, laborales, administrat
ivos, etc.; es decir, que en un sentido amplio por contrato o relación contractual
se considera como contrato todo acuerdo de voluntades, tanto en el Derecho Priv
ado como en el Derecho Público con contenido patrimonial o extrapatrimonial. El co
ntrato en su significación semántica (es decir, del significado de la palabra), es e
l pacto o convenio entre las partes sobre materia o cosa determinada, y a cuyo c
umplimiento pueden ser compelidas. Son variadas las tendencias de los tratadista
s del derecho civil para definir al contrato; algunos lo identifican con la conv
ención o pacto, otros los separan y otros los combinan. De donde se deduce que no
es fácil definir al contrato civil, a pesar de su aparente sencillez. Etimológicamen
te deriva del latín contractu, que deriva a su vez de contrahere, que significa re
unir, lograr concentrar. En ese orden de ideas, podemos definir al contrato civi
l diciendo que es aquel acuerdo de voluntades divergentes anteriormente, por med
io del cual las partes crean, modifican o extinguen una relación jurídica de carácter
patrimonial. Por último, diremos que el Código Civil (artículo 1517) da una definición d
e contrato en sentido estricto, al decir que: “Hay contrato cuando dos o más persona
s convienen en crear, modificar o extinguir una obligación”. Hay que tomar en consid
eración que el Código Civil no diferencia al contrato de la convención, es decir, que
borra toda diferencia legal entre los mismos dejando todo en simple terminología.
Evolución histórica: En Roma ya existía un numerus clausus de contractus (contratos no
minados), pero no una categoría general de contrato, y los demás acuerdos eran nudum
pactum (pactos), es decir, sin ninguna eficacia jurídica. Mas tarde se logró dar ci
erta eficacia jurídica a los simples acuerdos mediante formas solemnes, como la st
ipulatio, tipo de promesa sometida a reglas muy estrictas (denominados contratos
verbis). En este mismo sentido apareció la forma literal (o sea, los contratos li
tteris), por la cual se inscribía en el libro (codex) de contabilidad doméstica del
deudor la obligación, y la forma real (el mutuum o préstamo de consumo, el contrato
de fiducia, el comodato o préstamo de uso, el depósito y la prenda), por la que al e
ntregar un bien surgía la obligación de restituirlo. Todo lo anterior no son más que r
itos y
b)
129
procedimientos usuales, que otorgaban una vinculación jurídica a la obligación que med
iante ellas se constituía, pero esa vinculación provenía de la forma, y no del propio
acuerdo de voluntades. Con los años se concretaron y especificaron en Roma los con
tenidos contractuales, que eran los más básicos para una sociedad como la romana: co
mpraventa, arrendamiento de bienes y servicios, mandato y sociedad. Junto a ello
s se desarrollaron los contratos innominados, que podían estar dentro de alguna de
estas clases: do ut des, facio ut facias, do ut facias y facio ut des. En este
momento de la historia seguía sin perfilarse la figura del contrato y sólo podemos h
ablar de contenidos contractuales, unos típicos y otros innominados, pero en ningún
caso la voluntad era suficiente para obligarse. La llegada del Derecho de los pu
eblos germanos implicó un retroceso respecto a la incipiente evolución hacia la cate
goría de contrato, por cuanto estas comunidades mezclaban un fuerte elemento forma
l con elementos simbólicos, e incluso el miedo a la venganza privada era una de la
s razones para que se procediera al cumplimiento de los acuerdos. Una influencia
mucho más modernizadora supuso la del Derecho canónico, que mantenía la obligación de v
eracidad y la de respetar la palabra dada. En la recepción del Derecho canónico se p
retendía ir “vistiendo” los nudum pactum romanos, hasta llegar a los pacta vestita. Ha
y que tener en cuenta que la figura actual del contrato, tal como la conocemos,
no deriva de los contractus romanos, sino de los pactos. Así, en las Decretales de
l papa Gregorio IX (1234) se sancionaba la obligatoriedad de respetar los pactos
cuando se adoptaran mediante juramento. El problema en este caso derivaba de qu
e los pactos se debían cumplir, no por su fuerza obligatoria, sino por subordinars
e al juramento del que emanaba el auténtico vínculo jurídico, por lo que no quedaba cl
ara la solución cuando se hiciera un pacto inválido a la luz del Derecho, unido a un
juramento válido. En el ámbito del Derecho mercantil existían los tribunales de comer
cio para juzgar todas las materias que le concernieran y su jurisprudencia fue l
a primera en reconocer que solus consensus obligat (basta el acuerdo para obliga
r). Por las exigencias del tráfico mercantil, no se podía vincular la eficacia jurídic
a de los pactos al cumplimiento de ciertas formalidades y por ello es claro que
en esta rama del Derecho se comenzara a admitir la eficacia de los simples pacto
s. En la edad moderna, los teóricos del Derecho natural, que en cierta medida secu
larizaron las ideas previas al Derecho canónico, admitieron sin reserva la volunta
d como fuente de obligaciones. Fue Hugo Grocio quien, en su obra “De iure bello ac
pacis” (Sobre el derecho de la guerra y la paz, 1625), fundó todo su sistema en la “n
ecesidad de cumplir las propias promesas”. Aparece por tanto el contrato como cate
goría donde el pilar básico es la simple voluntad de obligarse. Estas ideas se mostr
aron en consonancia con el pensamiento individualista y revolucionario de todos
los juristas que influyeron en la redacción del Código de Napoleón (1804), como Loysel
, Domat o Pothier. Hemos de recordar que en esta época el contrato era una institu
ción tan valorada, que incluso se situaba en el
130
fundamento constitutivo de la sociedad política (el contrato social) o se hablaba
del matrimonio como contrato matrimonial. Fruto de todas estas influencias, el a
rtículo 1134 de dicho Código afirma: “las convenciones formuladas conforme a las exige
ncias de la legalidad adquieren fuerza de ley entre las partes”. Este artículo supon
e una definición de la moderna categoría del contrato, que además gozaba de grandes vi
rtudes para los revolucionarios, pues rompía obstáculos para la contratación del Antig
uo Régimen y favorecía a la clase en ascenso, la burguesía, reforzando la dinámica del d
esarrollo industrial. De este modo se llegó al concepto de contrato hoy vigente qu
e ha pasado a todos los códigos modernos y que puede sintetizarse con palabras sen
cillas en la fórmula antes citada: acuerdo de voluntades destinado a producir efec
tos jurídicos. En la actualidad se habla de la crisis de la figura del contrato, o
más bien, de la crisis de los presupuestos que originaron el contrato. De hecho,
el acuerdo que representa la base del contrato, se suponía que debía tener lugar ent
re voluntades libres e iguales, lo cual no es del todo cierto hoy en día. La reali
dad social muestra que la libertad, a la hora de contratar, no existe o está muy l
imitada en casos. Por ejemplo, en los contratos de suministros de gas, agua, ele
ctricidad, en los que es habitual que operen compañías en régimen de monopolio, o en o
tros, donde solo se alcanza una cierta capacidad para elegir entre unos muy redu
cidos oferentes (por ejemplo: las compañías aéreas). Por otro lado, la igualdad no exi
ste tampoco entre un empleador y alguien que necesita trabajar para ganar su sus
tento o entre un banco y una persona necesitada de un préstamo. De todo ello se de
duce que si bien la figura general del contrato sigue vigente, se han creado otr
as modalidades de acuerdo como son los contratos en masa, forzosos, normados o n
ormativos. También los legisladores han acogido esta problemática dictando leyes que
en muchos aspectos limitan la antigua autonomía contractual donde sólo la voluntad
dictaba el contenido de los pactos y compromisos, como las leyes en defensa de l
a competencia o las de protección de consumidores.
c)
Principios de la contratación: 1) Consensualismo o consentimiento: Es el acuerdo d
e voluntades que por su etimología proviene de sentire cum: sentir juntos, querer
la misma cosa. En materia contractual el consentimiento es un requisito básico del
contrato, y supone: una pluralidad de partes con capacidad para contraer un acu
erdo, que forman una única voluntad contractual (unión de las voluntades singulares
que deben ser libres y conscientes) y se manifiesta a través de una declaración expr
esa y tácita, de tal forma que exista concordancia entre la voluntad interna y la
declarada. La capacidad para prestar consentimiento no es universal, habiendo si
empre restricciones que suelen englobar a los menores no emancipados, sordomudos
que no sepan leer o escribir, y a los locos o dementes, por considerarse en tod
os estos casos que el consentimiento no puede ser del todo libre y consciente. P
or otro lado, también hay una serie de supuestos en los que se excluye el
131
consentimiento por existir una divergencia entre la voluntad interna (lo querido
en realidad) y la voluntad declarada, como son: el error, la violencia física irr
esistible y la declaración emitida sin seriedad (por ejemplo, la iocandi causa) o
con reserva mental. Hay otro conjunto de supuestos en los que, aun habiendo perf
ecta concordancia entre lo que se quiere decir y lo que se dice, se entiende que
el consentimiento ha sido viciado por error, intimidación (al inspirar en uno de
los contratantes el temor racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave
en su persona o bienes o en su cónyuge o parientes si no contrata), o por la utili
zación de palabras o maquinaciones insidiosas para inducir al otro contratante a c
elebrar el contrato. 2) Formalismo: Se llama así a los requisitos o solemnidades q
ue acompañan o revisten los contratos y que son específicamente determinados por la
ley. En algunos casos, también especialmente previstos, su omisión puede acarrear ha
sta la nulidad del contrato. De acuerdo con la tesis general imperante en el Der
echo positivo, rige el principio de libertad de las formas, es decir que las par
tes pueden escoger la que estimen más conveniente, salvo cuando la ley prescribe a
lguna determinada. Sin embargo, es menester aclarar que en cuanto al principio d
e libertad de las formas, éste opera en lo que a contratación mercantil se refiere,
no así en la contratación civil puesto que ésta es mucho más rigurosa y solemne en sus f
ormas, que son siempre establecidas en la ley. En ese orden de ideas, el autor a
lemán Rudolf Von Ihering resume las ventajas e inconvenientes del formalismo de la
manera siguiente: 1° Ventajas: Es una garantía de seguridad. Que los pactos no se c
oncluyan con precipitación, pues la forma es una llamada de atención sobre las conse
cuencias del acto. Los compromisos no quedan en la memoria, se pueden probar, so
n precisos. Permite una inscripción de registros, dando así una garantía a los tercero
s; y, 2° Inconvenientes: Peligro es cuando a la suerte que corran los actos jurídico
s, pues la exigencia de la forma legal implica el riesgo de que el contrato sea
anulado cuando carezca de ella y no producirá los efectos jurídicos que las partes e
speraban, quedando una de ellas, probablemente de buena fue, sometida al riesgo
de ser sorprendida por la otra, conocedora de la ineficacia del acto de la ausen
cia de forma. Incomodidad para la celebración del acto. 3) Autonomía de la voluntad
o de la libertad contractual: Es la potestad que tienen los individuos para regu
lar sus derechos y obligaciones mediante el ejercicio de un libre arbitrio, repr
esentada en convenciones o contratos que los obligue como la ley misma y siempre
que lo pactado no sea contrario a la ley, a la moral, al orden público o a las bu
enas costumbres. Es decir, que la autonomía de la voluntad no es más que la facultad
que tienen las partes de todo contrato para perfeccionar un convenio a su libre
albedrío, quedando condicionada dicha voluntad a factores y principios de orden l
egal, ético y social. 4) Posición del Código Civil: En cuanto al principio del consens
ualismo o consentimiento, nuestra ley sustantiva civil (artículos 1251, parte cond
ucente, 1252, 1253, 1254 y 1518) expresa que: “El negocio jurídico
132
requiere para su validez: ...consentimiento que no adolezca de vicio.../ La mani
festación de voluntad puede ser expresa o tácita y resultar también de la presunción de
la ley en los casos en que ésta lo disponga expresamente./ El silencio no se consi
derará como manifestación tácita de voluntad sino en los casos en que existe, para la
parte a quien afecta, la obligación de explicarse./ Toda persona es legalmente cap
az para hacer declaración de voluntad en un negocio jurídico, salvo aquéllas a quienes
la ley declare específicamente incapaces./ Los contratos se perfeccionan por el s
imple consentimiento de las partes, excepto cuando la ley establece determinada
formalidad como requisito esencial para su validez”. En cuanto al principio de for
malismo, el Código Civil guatemalteco (artículos 1574 al 1578) establece que: “Toda pe
rsona puede contratar y obligarse: 1° Por escritura pública; 2° Por documento privado
o por acta levantada ante el alcalde del lugar; 3° Por correspondencia; y, 4° Verbal
mente./ El contrato cuyo valor exceda de trescientos quetzales, debe constar por
escrito. Si el contrato fuere mercantil puede hacerse verbalmente si no pasa de
mil quetzales./ Los contratos que tengan que inscribirse o anotarse en los regi
stros, cualquiera que sea su valor, deberán constar en escritura pública. Sin embarg
o, los contratos serán válidos y las partes pueden compelerse recíprocamente al otorga
miento de escritura pública, si se establecieren sus requisitos esenciales por con
fesión judicial del obligado o por otro medio de prueba escrita./ Deberán constar en
escritura pública los contratos calificados expresamente como solemnes (el mandat
o, la sociedad, la donación de bienes inmuebles y la renta vitalicia), sin cuyo re
quisito esencial no tendrán validez./ La ampliación, ratificación o modificación de un c
ontrato debe hacerse constar en la misma forma que la ley señala para el otorgamie
nto del propio contrato”. Por último, en cuanto al principio de la autonomía de la vol
untad o de la libertad contractual, nuestra Constitución Política de la República (artíc
ulos 5°, parte conducente, y 44) establece que: “Toda persona tiene derecho a hacer
lo que la ley no prohibe; no está obligada a acatar órdenes que no estén basadas en le
y y emitidas conforme a ella.../ Los derechos y garantías que otorga la Constitución
no excluyen otros que, aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a
la persona humana. El interés social prevalece sobre el interés particular (limitac
ión al principio de la autonomía de la voluntad). Serán nulas ipso jure las leyes y la
s disposiciones gubernativas o de cualquier otro orden (los contratos, por ejemp
lo) que disminuyan, restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitución gara
ntiza”. Asimismo, este principio se encuentra consagrado en los artículos 1251 al 12
56 del Código Civil, los cuales ya fueron expuestos anteriormente; y, 1593 al 1604
del mismo cuerpo legal. 3. ELEMENTOS DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
133
a)
Generalidades: Se denominan elementos del contrato a los requisitos o condicione
s que en éste deben concurrir para su existencia. Constituyen, pues, estos element
os, las partes esencialmente integrativas del contrato. Los elementos del contra
to se clasifican corrientemente en esenciales, naturales y accidentales. Element
os esenciales: Son aquellos sin los cuales el contrato no puede producirse (por
ejemplo: el consentimiento, la capacidad negocial, el objeto lícito y la causa). E
lementos naturales: Son los que le acompañan normalmente, como derivados de su índol
e peculiar, y se sobrentienden por la ley, pero puede ser excluidos por la volun
tad de las partes. Elementos accidentales: Son los que sólo existen cuando los con
tratantes los agregan expresamente para limitar o modificar los efectos normales
del acto.
b)
c)
d)
4. ELEMENTOS ESENCIALES DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
a)
Generalidades: Expresa el Código Civil (artículo 1251) que: “El negocio jurídico requier
e para su validez: capacidad legal del sujeto que declara su voluntad, consentim
iento que no adolezca de vicio y objeto lícito”. De lo expuesto por el Código se deduc
e que los elementos esenciales o comunes de todo negocio jurídico contractual son:
la capacidad para contratar, el consentimiento, el objeto y la causa (este último
, sólo es doctrinal, ya que, como se puede apreciar, no aparece en la norma legal
transcrita por las razones que se expondrán más adelante). La capacidad legal del su
jeto que declara su voluntad: Que no es más que la facultad concedida por el Derec
ho para que un sujeto de derecho o persona, sea susceptible de adquirir derechos
subjetivos o contraer obligaciones. Así, pues, el concepto de capacidad jurídica se
identifica con la personalidad, es así que el Código Civil (artículo 1°) establece que
la personalidad civil de las personas individuales se adquiere con el nacimiento
y se pierde con la muerte, o sea, que los seres humanos son personas desde que
nacen y por tanto tiene capacidad jurídica; sin embargo, el mismo Código Civil (artícu
lo 8°) especifica que: “La capacidad para el ejercicio de los derechos civiles se ad
quiere por la mayoría de edad. Son mayores de edad los que han cumplido dieciocho
años. Los menores que han cumplido catorce años son capaces para algunos actos deter
minados por la ley”. En consecuencia, la incapacidad de ejercicio o negocial supon
e la capacidad de goce, es decir, que el sujeto esté legitimado para obrar pero po
r su menor edad o por otra causa legal o natural esté privado de la posibilidad de
atender personalmente de sus negocios (véanse los artículos 9° al 14 del Código Civil).
b)
134
c)
El consentimiento que no adolezca de vicio: Esto implica la expresión externa de l
as voluntades que coincidan con el objeto del acto, pues no basta la expresión de
voluntad unilateral si no hay acuerdo sobre la materia o naturaleza del acto y s
obre la identidad de la cosa (error obstáculo) o sobre el negocio y la cosa a real
izar. Sin embargo, el consentimiento no debe adolecer de vicios, reputándose así tod
as aquellas situaciones o sucesos que hacen que la expresión de la voluntad creado
ra del negocio jurídico se vea afectada disminuyendo su eficacia, aun cuando la fa
lta de capacidad puede afectar a la voluntad e invalidar el negocio jurídico; el Cód
igo Civil considera sólo como vicios de la declaración de voluntad el error, el dolo
, la simulación y la violencia (véanse los artículos 1251, 1257 al 1268, y 1284 al 128
9). Como vimos anteriormente (artículo 1518 del Código Civil), los contratos se perf
eccionan por el simple consentimiento de las partes, salvo cuando la ley estable
ce determinada formalidad como requisito esencial para su validez. En consecuenc
ia, una vez dado ese consentimiento mutuo entre las partes, obliga a éstos al cump
limiento de lo convenido, siempre que esté dentro de las disposiciones legales rel
ativas al negocio celebrado, debiéndose ejecutar de buena fe y según la común intención
de los contratantes. Se hace necesario señalar aquí también que la persona que propone
a otra la celebración de un contrato fijándole un plazo para aceptar, queda ligada
por su oferta hasta la expiración del plazo –si no se ha fijado plazo, el autor de l
a oferta queda desligado si la aceptación no se hace inmediatamente–. Por último, es c
onveniente establecer que el efecto que produce un contrato consentido por las p
artes es: la obligación de concluirlo y a resarcir los daños y perjuicios resultante
s de la inejecución o contravención por culpa o dolo (véanse los artículos 1517 al 1537
del Código Civil). El objeto lícito: Declara sobre el tema el Código Civil (artículo 153
8) que: “No sólo las cosas que existen pueden ser objeto de los contratos, sino las
que se espera que existan; pero es necesario que las unas y las otras estén determ
inadas, a lo menos, en cuanto a su género. La cantidad puede ser incierta con tal
que el contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para determinarla. Los h
echos han de ser posibles, determinados y en su cumplimiento han de tener interés
los contratantes”; todo lo anterior en el supuesto que consistan en la obligación de
dar, hacer o no hacer alguna cosa. En suma, podemos afirmar, con carácter más genéric
o, que son susceptibles de constituir objeto de los contratos todas las cosas o
bienes en el comercio de los hombres y todos los servicios no contrarios a la le
y o a la moral. La causa: En materia de obligaciones y contratos, se conoce como
causa: para unos autores, el fin mediato que se busca en el contrato o que prod
uce la obligación; para otros, posiblemente con mejor propiedad, el
d)
e)
135
propósito o razón que motivó a cada una de las partes a celebrar el contrato. La causa
constituye un elemento esencial, hasta el punto de que, faltando la misma, el c
ontrato no produce ningún efecto. La causa de las obligaciones y contratos tiene q
ue ser verdadera, lícita y no opuesta a la moral y a las buenas costumbres. A este
respecto, expresa el profesor Federico Ojeda Salazar (Exposición de Motivos del P
royecto de Código Civil de la República de Guatemala) que: “La causa que enumera el ar
tículo 1406 del Código del 77, como requisito para la validez del contrato, la supri
mimos en el Proyecto. Tomada como el motivo jurídico, la obligación de cada una de l
as partes tiene por causa la obligación de la otra, y en este sentido se ha interp
retado la causa en nuestro Código. A pesar de la autonomía de esta circunstancia pro
clamada por eminentes autores causalistas, la discusión con los no menos grandes c
ivilistas que sostienen su falsedad, sigue interminable y no se llega a una conc
lusión definitiva, por lo que siguiendo el ejemplo de códigos tan importantes y mode
rnos como el alemán, el suizo de las obligaciones, el mexicano, el brasileño y el pe
ruano, decidimos no mencionarla, tomando en cuenta que en los contratos onerosos
la causa se confunde con el objeto y en los gratuitos, con el consentimiento”. 5.
FORMA DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL. SISTEMAS DE CONTRATACIÓN.
a)
Forma del negocio jurídico contractual: Se llama así a los requisitos o solemnidades
que acompañan o revisten a los negocios jurídicos contractuales y que son específicam
ente determinados por la ley. En algunos casos, también especialmente previstos, s
u omisión puede acarrear hasta la nulidad del contrato. Sistemas de contratación: Ex
isten muchas clasificaciones con respecto a los sistemas de contratación; sin emba
rgo, en nuestra opinión los tres más importantes son: 1) El sistema formalista: En e
l que se distinguen dos períodos, el predominantemente religioso y el predominante
mente civil; se caracteriza por la exigencia rigurosa de determinadas formalidad
es externas como requisito de la existencia del contrato. 2) El sistema espiritu
alista: Que se desinteresa de las formas para tomar sólo en consideración el consent
imiento, de cualquier manera que se haya manifestado. 3) El sistema ecléctico: Es
el que prevalece en la actualidad y aspira a mantener el conveniente equilibrio
entre la necesidad de asegurar la certeza y la seriedad del contrato y la de evi
tar que un formalismo exagerado pueda ocasionar nulidades rigurosas susceptibles
de producir graves perjuicios a los contratantes. Es decir, que de acuerdo con
la tesis general imperante en el Derecho positivo, rige el principio de libertad
de las formas, es decir que las partes pueden escoger la que estimen más convenie
nte, salvo cuando la ley prescribe alguna determinada (como por ejemplo: en los
casos de donaciones de bienes
b)
136
inmuebles en que la ley exige que debe otorgarse y aceptarse por escritura pública
). 6. EFECTOS DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
a)
Entre las partes: Esencialmente, el efecto de los contratos consiste en la creac
ión, extinción o modificación de los derechos de las partes que contratan y en surgimi
ento de obligaciones (véase el artículo 1517 del Código Civil). Sin embargo, nuestra l
ey sustantiva civil (artículo 1534 – Efectos del contrato–) expresa que: “Los que celebr
en un contrato, están obligados a concluirlo y a resarcir los daños y perjuicios res
ultantes de la inejecución o contravención por culpa o dolo”. Con relación a terceros (c
ontrato a favor y a cargo de tercero): Expone el Código Civil (artículos 1530 al 153
3), en relación con el tema, que: “Se puede prometer por el hecho de un tercero con
cargo de indemnización si éste no cumple. La responsabilidad del promitente cesará des
de el momento en que el tercero acepte la obligación./ El que estipulare a favor d
e un tercero tiene derecho a exigir el cumplimiento de la obligación. El mismo der
echo incumbe al tercero cuando así resulte del fin contemplado en el contrato./ Cu
ando se dejare al tercero favorecido por el contrato el derecho de reclamar la e
jecución de lo pactado, no dependerá del estipulante exonerar al deudor./ El estipul
ante puede reservarse el derecho de subsistir al tercero designado en el contrat
o, independientemente de la voluntad de éste y del otro contratante”. Ejecución forzos
a y resolución por incumplimiento: El cumplimiento forzoso tiene por objeto que la
obligación, aunque tardíamente, con retardo, sea cumplida primordialmente en la for
ma pactada, o bien, según lo estipulado entre las partes previendo el incumplir de
l deudor, o lo dispuesto en la ley. A tal fin, se hace necesario distinguir si s
e trata de obligaciones específicas o genéricas. Si se trata de una obligación específic
a de dar, la cosa debida ha de estar todavía en el patrimonio del deudor para que
sea exigible. Si se trata de una obligación de hacer, ha de determinarse si la mis
ma es personalísima (por ejemplo: la obligación adquirida por un científico de renombr
e para hacer un experimento sobre materia de su especialidad), o no lo es (por e
jemplo: la obligación adquirida por el dueño de un aserradero para hacer un número det
erminado de vigas de pino, con ciertas medidas). En el primer caso (obligación esp
ecífica y personalísima de hacer), la voluntad del deudor tendiente al cumplimiento
no puede ser suplida, y de ahí que, por el incumplir, el acreedor no puede ser com
pelido a recibir la prestación o el servicio de un tercero, por haber sido la cali
dad y circunstancias de la persona del deudor motivo determinante al establecer
la obligación, conforme a lo dispuesto en el artículo 1381 del Código Civil. En este c
aso, el incumplimiento culposo da derecho al acreedor a exigir el pago de los
b)
c)
137
daños y perjuicios resultantes del retardo, según el artículo 1433 del citado cuerpo l
egal. En el segundo caso (obligación genérica), la prestación debida pero incumplida p
or el deudor, puede ejecutarse por el acreedor o por medio de un tercero, a cost
a del deudor, por ser indiferente la calidad de quien inicialmente debió hacerla (
artículo 1323 del Código Civil). Por tercero, y en casos muy especiales, puede tener
se al juez que otorga una escritura pública en rebeldía de quien debió otorgarla y no
lo hizo en su oportunidad y posteriormente no acató el mandamiento judicial de que
compareciera a otorgarla. 7. INTERPRETACIÓN DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
a)
Generalidades: Interpretar significa desentrañar el sentido de una expresión de volu
ntad. Los contratos (los actos jurídicos en general) necesitan ser interpretados p
ara establecer el alcance preciso de la voluntad común contenida en sus cláusulas. C
uando las fórmulas utilizadas por las partes contratantes son claras y congruentes
no hay en realidad problema de interpretación; éste surge cuando la expresión de volu
ntad es ambigua, incierta o contradictoria. Criterios doctrinarios: 1) Teoría de l
a voluntad real o interna: Si se opta por proteger a los contratantes y respetar
sus propósitos, debe predominar la voluntad real o interna sobre los términos de la
declaración, y no debe considerárseles ligados por la voluntad declarada que no era
el fiel reflejo de sus deseos. 2) Teoría de la voluntad declarada: Como reacción a
la tesis anterior, surgió en Alemania y postulada por la Escuela Histórica, la teoría
de la voluntad declarada, que mantiene el punto de vista antitético (que denota o
implica antítesis, es decir, oposición de sentido entre dos términos o dos proposicion
es) al afirmar que, en caso de divergencia entre la voluntad real y la cual ha s
ido exteriorizada, es esta última la que debe predominar, puesto que ha sido la únic
a que ha podido ser conocida, pues la voluntad interna está fuera del campo del De
recho. La tesis tiende a proteger a los terceros que confiaron en la declaración d
e voluntad y se atuvieron a sus términos conocidos. 3) Teoría ecléctica: En nuestro país
, el artículo 1593 del Código Civil recoge la teoría de la voluntad real o interna con
las debidas limitaciones que reclama la protección de los intereses de tercero y
la salvaguarda de la seguridad de la contratación; el precepto dice: “Cuando los térmi
nos o conceptos del contrato son claros y no dejan lugar a duda sobre la intención
de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. Si las palabras
fueren diferentes o contrarias a la intención evidente de los contratantes, preva
lecerá ésta sobre aquéllas”. Como se ve, sólo deberá predominar la voluntad real de las par
es sobre la declarada, en el supuesto de que aquélla sea evidente; ello implica qu
e también la voluntad real fue exteriorizada, declarada de alguna manera, y que ex
iste una contradicción entre dos declaraciones o dos expresiones de voluntad. No s
e requiere, conforme al sistema acogido por nuestro
b)
138
legislador, que el intérprete sea un psicólogo ni que haga una labor de investigación
de una voluntad que no fue externada; deberá predominar la voluntad real cuando se
a evidente, cuando se haya manifestado con transparencia y claridad, de modo que
existan pruebas demostrativas de tal realidad visible, objetiva.
c)
Posición del Código Civil: Nuestro Código Civil sigue la posición de la teoría ecléctica en
relación con la interpretación de los contratos, tal y como se desprende de lo expue
sto por el Licenciado Federico Ojeda Salazar (Exposición de Motivos del Proyecto d
e Código Civil de la República de Guatemala): “Los preceptos que regulan la interpreta
ción de los contratos están desapareciendo de los códigos modernos y la doctrina se or
ienta en el sentido de abandonarlos por su ineficacia, pues dada la complejidad
de elementos de las más diversas especies que reclama la función interpretativa, aqu
ellos preceptos pueden devenir arbitrarios, o si se formulan en términos de gran g
eneralidad, resultan inservibles, por lo cual los más recientes códigos se abstienen
de dar fórmulas sobre el particular. (Puig Peña, tomo IV, 2, pág. 42). Por otra parte
, se trata de conocer la voluntad de los contratantes y esta finalidad subjetiva
, que consagra la autonomía de la voluntad hoy en crisis, debe ser sustituida por
la finalidad objetiva, que indaga cómo la conducta de las partes, reflejada en el
contrato, es entendida por la generalidad de las gentes (Autor citado, pág. 41). S
in ignorar esta tendencia puesta en práctica por los códigos de Alemania, Suiza, Arg
entina, Perú y Brasil, hemos tomado el articulado del párrafo II, título XV del Código C
ivil del 77, tomando la redacción de algunos preceptos del Código Civil mexicano que
no suprimió esta materia. La autonomía de la voluntad limitada con prescripciones r
estrictivas en los contratos más usuales, hace desaparecer, en parte, el defecto q
ue los civilistas han encontrado en las reglas de interpretación de los códigos de t
ipo clásico. Si lo que las partes han querido contraviene a leyes de orden público o
a principios de la legislación contractual, es evidente que la voluntad averiguad
a y esclarecida, no puede dar vida al contrato, ni éste surtir ningún efecto, como q
ueda de manifiesto en el capítulo relativo a la nulidad de los negocios jurídicos. E
stimando que no dañan la tendencia avanzada del Código las reglas de interpretación co
ntenidas en el capítulo V, las hemos conservado. Hacemos especial mención del artículo
1600 del Proyecto, que se refiere a los contratos cuyas cláusulas están preparadas
en formularios impresos, como sucede en los contratos de seguro, en la venta a p
lazos, etc., casos en los cuales se dispone que las cláusulas oscuras, ambiguas o
contradictorias, se interpretarán a favor del otro contratante, aceptante del cont
rato” (consúltense los artículos 1593 al 1604 del Código Civil).
8. INEFICACIA DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
139
a)
Nulidad absoluta y relativa: Se habla de nulidad de los contratos con referencia
a las causas que privan de validez a los mismos por vicios existentes ab initio
(desde el comienzo); a diferencia de la resolución y rescisión, que los extinguen p
or circunstancias sobrevinientes. El contrato es nulo y carente de todo efecto j
urídico cuando le falta alguno de los elementos necesarios para su constitución; ya
sea por falta de capacidad de los contratantes, por falta de consentimiento, por
falta de causa, por ilicitud de la causa, por defecto de forma o por falta, imp
osibilidad, ilicitud o indeterminabilidad de la prestación (objeto). A este respec
to nuestro Código Civil (artículo 1303) expresa que: “El negocio jurídico es anulable: 1°
Por incapacidad relativa de las partes o de una de ellas; y, 2° Por vicios del con
sentimiento (el error, el dolo, la simulación y la violencia).” La nulidad del negoc
io jurídico contractual, según nuestro Código Civil, puede ser: 1) Nulidad absoluta: H
ay nulidad absoluta en un negocio jurídico, cuando su objeto sea contrario al orde
n público o contrario a leyes prohibitivas expresas, y por la ausencia o no concur
rencia de los requisitos esenciales para su existencia (capacidad legal del suje
to que declara su voluntad, consentimiento que no adolezca de vicio y objeto lícit
o). Los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen efecto ni son reva
lidables por confirmación (véanse los artículos 1251, 1301 y 1313 al 1318). 2) Nulidad
relativa: La nulidad relativa se fundamenta en la protección a un interés privado,
por lo cual los negocios jurídicos surten algunos efectos a pesar de que adolecen
de algún vicio legal y pueden ser convalidados mediante el transcurso del tiempo s
eñalado para la prescripción de la acción –dos años contados desde el día que se contrajo l
obligación– (véanse los artículos 1304 al 1318). Conviene aclarar, que la nulidad puede
ser declarada de oficio por el juez cuando resulte manifiesta; puede también ser
alegada por los que tengan interés o por la Procuraduría General de la Nación (véanse lo
s artículos 1302 del Código Civil; y, 1 del Decreto N° 25-97 del Congreso). Rescisión: E
s una de las formas de extinción de los mismos por causas sobrevinientes después del
perfeccionamiento de aquéllos. En sentido más concreto, la expresión hace referencia
a la extinción del contrato anulándolo por lesión. La rescisión contractual que se apoya
en un precepto legislativo o en cláusula de la convención, aparece como subsidiaria
en principio; a falta de otro medio para la subsistencia del nexo o la reparación
del perjuicio. En ese orden de ideas, nuestro Código Civil (artículo 1579) expresa
que: “Los contratos válidamente celebrados, pendientes de cumplimiento, pueden resci
ndirse por mutuo consentimiento o por declaración judicial en los casos que establ
ece este Código (véase el artículo 1927 del Código Civil)”. Consúltense también los artícul
80 al 1586, y 1844 al 1851 del Código Civil. Estos últimos artículos, se refieren al p
acto comisorio, es decir, a aquel que autoriza a cada una de las partes contrata
ntes a optar por la resolución del vínculo obligatorio en el caso de que la otra par
te haya incumplido la obligación
b)
140
que le incumbía. Según afirma Raymundo Salvat M., “es la cláusula en virtud de la cual s
e estipula que el contrato será resuelto si una de las partes no cumple con sus ob
ligaciones” (Tratado de derecho civil argentino, Buenos Aires, 1928). En la legisl
ación guatemalteca, el pacto comisorio se da cuando: “Pueden las partes estipular en
el contrato que la venta se rescindirá si no se paga el precio en cierto día determ
inado. Sin embargo, el comprador de bienes inmuebles podrá pagar el precio después d
el día señalado mientras no hubiere incurrido en mora en virtud de requerimiento”. Por
último, es importante hacer mención que la acción para pedir la rescisión dura un año, co
ntado desde la fecha de la celebración del contrato, salvo que la ley fije otro térm
ino en casos especiales.
c)
Resolución: Una de las acepciones gramaticales del verbo resolver es deshacer, des
truir. En consecuencia, resolver un contrato equivale a deshacerlo o destruirlo.
La resolubilidad de los actos jurídicos en general y la de los contratos en parti
cular, es consecuencia de la naturaleza del acto (negocio jurídico) o de la condic
ión resolutoria agregada al mismo por las partes. La resolución del contrato concluy
e una de las formas de quedar sin efecto este acto jurídico. La condición resolutori
a puede ser no sólo expresa, sino también tácita, pues como es sabido en los contratos
bilaterales si una de las partes no cumple, la otra puede pedir el cumplimiento
de lo convenido o la resolución del contrato. La resolución produce efectos, unas v
eces, ex tunc (expresión latina que significa “desde entonces”; se emplea para indicar
que una ley, un acto, un contrato, tienen efectos retroactivos al momento en qu
e fueron originados) y otras ex nunc (expresión latina que significa “desde ahora”; y
con ella se alude a que una ley, contrato o condición no tiene carácter retroactivo,
sino que producen sus efectos desde el momento de la iniciación o perfeccionamien
to de la relación jurídica). La resolución del contrato tiene naturaleza judicial, sie
ndo en todo caso su pretensión un acto de carácter facultativo, puesto que puede eje
rcitarse o no por el interesado. Siguiendo ese orden de ideas, nuestra ley susta
ntiva civil (artículos 1535, 1536, 1537, 1581, 1582 y 1583) expresa que: “En todo co
ntrato bilateral hay condición resolutoria y ésta se realiza cuando alguna de las pa
rtes falta al cumplimiento de la obligación en lo que le concierne. El interesado
puede pedir la resolución del contrato o reclamar su ejecución, y en ambos casos, el
pago de daños y perjuicios, si los hubiere./ También se podrá pedir la resolución del c
ontrato, aun después de haber optado por reclamar el cumplimiento, si éste resultare
imposible con posterioridad a la demanda./ El que ha dado motivo para la falta
de cumplimiento o invalidez de un contrato, no podrá invocar en su favor esa causa
para pedir su resolución./ La condición resolutoria convenida por los contratantes
deja sin efecto el contrato desde el momento en que se realiza, sin necesidad de
declaración judicial./ La resolución de un contrato por efecto de la condición resolu
toria implícita,
141
debe ser declarada judicialmente./ Verificada o declarada la rescisión o resolución
de un contrato, vuelven las cosas al estado en que se hallaban antes de celebrar
se; en consecuencia, las partes deberán restituirse lo que respectivamente hubiere
n recibido. Los servicios prestados deberán justipreciarse ya sea para pagarlos o
para devolver el valor de los no prestados”.
d)
Revocación: Constituye una de las formas de extinción de los contratos mediante la a
nulación por quien se había obligado en forma unilateral. Es especialmente aplicable
a los contratos de donación y de mandato. Sin embargo, es preciso diferenciar la
revocación de la acción pauliana o revocatoria, que es la que corresponde a los acre
edores a efectos de que sean revocados todos los actos que en su perjuicio haya
realizado dolosa o fraudulentamente el deudor. En ese orden de ideas, nuestro Códi
go Civil (artículo 1290) estipula que: “Todo acreedor puede pedir la revocación de los
negocios celebrados por el deudor en perjuicio o fraude de sus derechos. Sólo los
acreedores cuyos créditos sean anteriores al negocio impugnado, pueden ejercitar
la acción revocatoria”. Consúltense los artículos 982, 983, 1290 al 1300, 1699, 1717 num
eral 3°, 1718, 1719, 1721, y 1866 al 1874 del Código Civil.
9. CLASIFICACIÓN DEL NEGOCIO JURÍDICO CONTRACTUAL.
a)
Unilaterales y bilaterales: Los contratos, desde el punto de vista de las obliga
ciones que generan, se clasifican en unilaterales o bilaterales. Si generan obli
gaciones para ambas partes es bilateral o sinalagmático (por ejemplo: la compraven
ta); si sólo generan obligaciones para una de las partes y derechos para lo otra e
s unilateral (por ejemplo: la hipoteca). No deben de confundirse los actos en qu
e sólo interviene una voluntad (por ejemplo: el testamento), o sea, los actos mono
subjetivos con los actos unilaterales, y aquellos en que intervienen dos o más vol
untades o plurisubjetivos (por ejemplo: la sociedad), con los actos bilaterales;
ya que una clasificación obedece al número de voluntades que intervienen en el acto
y la otra a las obligaciones que genera un contrato, aunque en ocasiones también
se les llama a los actos en que sólo interviene una voluntad, actos unilaterales,
y a los que intervienen dos, actos bilaterales. Solemnes, formales y consensuale
s: Desde el punto de vista de la manera en que puede o debe manifestarse la volu
ntad y por ende el consentimiento, los contratos se clasifican en solemnes, form
ales o consensuales. Cuando la ley exige una forma determinada y no otra diferen
te para que se produzcan ciertas y determinadas consecuencias y prevé que si no se
satisface esa forma, no se producirá esas consecuencias el acto se califica de so
lemne (por ejemplo: el mandato debe constar siempre en escritura pública –artículo 168
7, primer párrafo, del Código Civil; véase también el artículo 1577 de dicha ley–). Cuando
a ley exige
b)
142
una forma determinada y no otra diferente para que se produzcan determinadas con
secuencias, pero esas consecuencias se producen también aunque no se satisfaga la
forma prevista y sólo se establece la nulidad del contrato por la falta de tal for
ma, destruyéndola retroactivamente esos efectos cuando se pronuncie por el juez la
nulidad, el contrato se clasifica y califica como formal (por ejemplo: cuando e
l Código Civil, artículo 1576, establece que: “Los contratos que tengan que inscribirs
e o anotarse en los registros, cualquiera que sea su valor, deberán constar en esc
ritura pública. Sin embargo, los contratos serán válidos y las partes pueden compelers
e –obligarse– recíprocamente al otorgamiento de escritura pública, si se establecieren s
us requisitos esenciales por confesión judicial del obligado o por otro medio de p
rueba escrita”). Cuando la ley no exige forma determinada para la validez de un co
ntrato, sino que deja a las partes la libertad más absoluta para darle la forma qu
e ellas determinen, el contrato será consensual, sin que esto signifique que el co
ntrato pueda celebrarse sin forma (por ejemplo: la donación de bienes muebles, ya
que la ley sólo especifica que deberá otorgarse y aceptarse por escritura pública la d
onación de bienes inmuebles –artículo 1862 del Código Civil–). Una subclasificación de este
tipo de contratos, desde el punto de vista de la entrega de la cosa como un elem
ento constitutivo del contrato o como una obligación nacida del contrato, es la si
guiente: contratos reales y contratos consensuales. Cuando la entrega de la cosa
en los contratos en los que el contenido de la prestación de alguna de las partes
sea transmitir el dominio o el uso o goce de un bien, sea indispensable para el
perfeccionamiento del contrato, se clasifica como real (por ejemplo: la prenda,
el mutuo, el comodato y el depósito). Si la entrega no es un elemento constitutiv
o del contrato, sino que es una obligación que nace del mismo, se entiende que el
contrato se perfeccionó por el simple acuerdo de voluntades y se clasifica como co
nsensual (por ejemplo: la compraventa, el arrendamiento), es decir, que basta el
consentimiento de las partes para que sea perfecto.
c)
Gratuitos y onerosos (conmutativos y aleatorios): Los contratos, desde el punto
de vista de los provechos y gravámenes que genera, se clasifican en gratuitos u on
erosos. Si sólo genera provechos para una de las partes y gravámenes para la otra, e
s gratuito (por ejemplo: la donación pura y simple). Si genera provechos y gravámene
s recíprocos, es oneroso (por ejemplo: la compraventa). No deben confundirse los c
ontratos unilaterales con los gratuitos, ni los onerosos con los bilaterales. Un
a clasificación es desde un punto de vista estrictamente jurídico y la otra es desde
un punto de vista económico; una atiende a las obligaciones y la otra a los prove
chos y gravámenes que genera. Pueden existir contratos que sean gratuitos y al mis
mo tiempo bilaterales, como el comodato, ya que no obstante que se generan oblig
aciones para ambas partes, sólo existen gravámenes para el comodante y provechos par
a el comodatario (véanse
143
los artículos 1957 al 1973 del Código Civil). También pueden existir contratos que sea
n onerosos y al mismo tiempo unilaterales, como el mutuo (véanse los artículos 1942
al 1956 del Código Civil). Asimismo, los contratos, desde el punto de vista de la
certeza de los provechos y gravámenes que generan, se clasifican en conmutativos y
aleatorios (ésta es una subclasificación de los contratos onerosos). Si los provech
os y gravámenes que genera para las partes son ciertos y conocidos desde la celebr
ación misma del contrato, será conmutativo (por ejemplo: la compraventa, la permuta,
el arrendamiento). Si esos provechos y gravámenes no son ciertos y conocidos al m
omento de celebrarse el contrato, sino que dependen de circunstancias o condicio
nes fortuitas posteriores a su celebración, será aleatorio (por ejemplo: la renta vi
talicia, las loterías y rifas, las apuestas y juegos, y la compraventa de esperanz
a –véase el artículo 1805 del Código Civil–).
d)
Típicos y atípicos: Desde el punto de vista de la reglamentación que haya o deje de ha
cer un determinado ordenamiento de los contratos, se clasifican en típicos o nomin
ados y atípicos o innominados. Si la ley reglamenta un contrato conceptuándolo y señal
ando sus elementos y determinando sus consecuencias y, en su caso, sus causas de
terminación, se dice que el contrato es típico o nominado (por ejemplo: todos los c
ontratos que aparecen regulados en el Libro V, Segunda Parte –artículos del 1674 al
2177–, del Código Civil guatemalteco). Si la ley no lo designa con denominación especi
al ni es objeto de una reglamentación que lo individualice y distinga de los demás,
el contrato será atípico o innominado (por ejemplo: el reconocimiento de deuda, la a
djudicación de bienes en pago de gananciales). De libre discusión y de adhesión: El co
ntrato de libre discusión es aquel en que las partes examinan detalladamente las c
láusulas o condiciones del contrato, presentando consideraciones favorables y cont
rarias para ambas (por ejemplo: la compraventa de un bien mueble –vehículo automotor–,
con pacto de reserva de dominio). El contrato de adhesión constituye una típica y c
ada vez más frecuente modalidad de la contratación, que se caracteriza por el hecho
de que es una de las partes la que fija las cláusulas o condiciones, iguales para
todos, del contrato, cuya celebración se propone, sin que quienes quieran particip
ar en él tengan otra alternativa que aceptarlo o rechazarlo en su totalidad; es de
cir, adherirse o no a los términos del contrato preestablecido, sin posibilidad de
discutir su contenido (por ejemplo: los contratos de seguros, de transporte, de
suministro de agua potable, electricidad y otros servicios públicos –véase el artículo
1520 del Código Civil–). No deben confundirse los contratos de adhesión con las escrit
uras de adhesión, siendo estas últimas en la que ambas partes realizan un negocio ju
rídico y convienen en que se rija por las cláusulas de una escritura tipo que ha sid
o previamente redactada (por ejemplo: las escrituras públicas que contienen emprésti
tos otorgados por
e)
144
instituciones bancarias o de crédito, en nuestro medio, es muy común que deben elabo
rarse de acuerdo a la minuta, extracto o borrador que se hace del negocio jurídico
a realizar, anotando las cláusulas o partes esenciales, para copiarlo después y ext
enderlo con todas las formalidades necesarias a su perfección).
f)
Principales y accesorios: Desde el punto de vista de la dependencia o no de la e
xistencia de una obligación, los contratos se clasifican en principales o accesori
os. Los contratos principales son aquellos que su existencia y validez no depend
en de la existencia o validez de una obligación preexistente o de un contrato prev
iamente celebrado; es decir, son contratos que tienen existencia por sí mismos (po
r ejemplo: la compraventa, el arrendamiento, el mutuo, el comodato). Los contrat
os accesorios son los que no existen por sí solos, sino que dependen de la existen
cia de otro, llamado contrato principal (por ejemplo: la hipoteca, la prenda y l
a fianza). De tracto único y de tracto sucesivo: Desde el punto de vista del cumpl
imiento en un solo acto o en un plazo determinado, de las obligaciones de las pa
rtes, los contratos se clasifican en de tracto único, de ejecución instantánea o insta
ntáneos y de tracto sucesivo, de ejecución sucesiva o de ejecución escalonada. Son con
tratos de tracto único, de ejecución instantánea o instantáneos, aquellos en que las pre
staciones de las partes se ejecutan o se cumplen en un solo acto (por ejemplo: l
a compraventa al contado). Los contratos de tracto sucesivo, de ejecución sucesiva
o de ejecución escalonada, son aquellos en que las prestaciones de las partes o l
as de una de ellas se ejecutan o cumplen en un lapso determinado (por ejemplo: e
l arrendamiento). Individuales y colectivos: Los contratos individuales, son aqu
ellos en que interviene solo una voluntad (por ejemplo: el testamento); más que un
contrato es una verdadera declaración unilateral de voluntad. Los contratos colec
tivos, son aquellos en que intervienen dos o más voluntades (por ejemplo: el contr
ato de sociedad civil o mercantil).
g)
h)
DE LOS NEGOCIOS JURÍDICOS CIVILES EN PARTICULAR A. CONTRATOS PREPARATORIOS. 1. DE
PROMESA Y DE OPCIÓN.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Contrato de promesa: Es aquel por el cual una d
e las partes (unilateral) o ambas (bilateral) se obligan a concluir en el futuro
, entre ellas mismas o con un tercero, otro contrato, llamado principal, definit
ivo o futuro. Es decir, que el objeto de la obligación es la
145
celebración del contrato (por ejemplo: la promesa de venta de un bien). 2) Contrat
o de opción: Denomínase así aquel por virtud del cual el propietario de una cosa o der
echo concede a otra persona, por tiempo fijo y en determinadas condiciones, la f
acultad exclusiva de adquirirlo o de transferirlo a un tercero, obligándose a mant
ener, mientras tanto, lo ofrecido a su disposición en las condiciones pactadas (po
r ejemplo: el arrendamiento con opción de compra). 3) Naturaleza jurídica de ambos c
ontratos: En cuanto a la naturaleza de ambos contratos, diremos que se trata de
verdaderos contratos preliminares o preparatorios. Es importante señalar, que la a
cción para exigir el cumplimiento de la promesa (o de la opción, si se tratare de pr
omesa unilateral), deberá entablarse dentro de los tres meses siguientes al vencim
iento del plazo convencional o legal (que no puede exceder de 2 años si se tratare
de bienes inmuebles o derechos reales sobre los mismos; y, de 1 año, si se tratar
e de otros bienes o prestaciones). Vencido el este plazo, sin que la acción se hay
a ejercitado, las partes quedan libres de toda obligación. En este caso, si hubo a
rras, las devolverá quien las recibió. Cuando en la promesa o la opción –promesa unilate
ral– se conviene en el pago de una multa sin expresar que este pago es sin perjuic
io del cumplimiento del contrato, pagada la multa cesa la obligación de celebrar e
l contrato prometido. Conviene señalar, que el artículo 706 del Código de Comercio de
Guatemala establece una diferencia con la opción (promesa unilateral) del Código Civ
il (artículos 1676 y 1681) en cuanto al plazo, pues en ésta no puede exceder, como y
a vimos, de dos años si se trata de inmuebles o derechos reales sobre los mismos;
y de un año, si se trata de otros bienes o prestaciones. En cambio, en la opción de
compraventa de cosas mercantiles, el artículo indicado dice que las partes son lib
res de pactar el plazo sin límite alguno. Es interesante señalar también que, como pro
mesa de contrato, no se encuentra una figura específica en el Código de Comercio, más
que el señalado en ese artículo. Ello no quiere decir que en la práctica no pueda cele
brarse un negocio para prometer la celebración de otro, aplicando lo previsto en e
l Código Civil y tomando en cuenta las características de las obligaciones y contrat
os mercantiles.
b)
Regulación legal: Todo lo relacionado con este punto se encuentra regulado en los
artículos 1674 al 1685 del Código Civil.
B. CONTRATOS DE GESTIÓN. 1. EL MANDATO.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: Por el mandato, una persona encomiend
a a otra la realización de uno o más actos o negocios. El mandato puede otorgarse co
n representación o sin ella. Naturaleza jurídica: En cuanto a su naturaleza jurídica d
iremos que el mandato es un verdadero poder de representación o representación contr
actual, ya que
146
para que el negocio jurídico celebrado por una persona pueda producir inmediatamen
te sus efectos con respecto a otra en cuyo interés y en cuyo nombre se ha obrado,
es necesario que aquélla esté facultada para representar a ésta. Es por ello que no de
bemos confundir la representación sin poder, como se hace comúnmente, con el mandato
; puesto que aquélla sucede cuando alguno obre en nombre e interés de otro sin poder
del mismo, como en el momento que alguno intenta únicamente proveer a los interes
es de una persona (gestión de negocios o negotiorum gestio); o cuando cree erróneame
nte que tiene el poder de representación, sin tenerlo (representación aparente, prop
ia del derecho mercantil –artículo 406 del Código de Comercio–); o cuando rebasa por err
or o a sabiendas los límites del poder que le confirió el mandante, o que deriva de
la ley (exceso de mandato, celebración de actos en interés del incapaz sin las autor
izaciones especiales que el representante necesita).
b)
Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° El mandato se da sólo en interés del que lo c
onfiere, y en la confianza de que el mandatario se sirva de él sólo en interés del pri
mero (por eso es esencialmente revocable); 2° El mandato está circunscrito por los lím
ites establecidos por la voluntad del que lo confirió (teniendo en cuenta esos límit
es, la representación puede ser general o especial); y, 3° El contrato que confiere
el mandato debe ser conocido del tercero, o sea de la persona que trata con el m
andatario. 2) Requisitos: El mandato debe constar en escritura pública como requis
ito esencial para su existencia, y puede ser aceptado expresa o tácitamente. No es
necesaria la escritura pública: 1° Cuando se trate de asuntos cuyo valor no exceda
de mil quetzales, en cuyo caso puede otorgarse el mandato en documento privado,
legalizado por notario, o en acta levantada ante el alcalde o juez local, con la
s formalidades legales. Sin embargo, si el mandato se refiere a la enajenación o g
ravamen de bienes inmuebles o derecho reales sobre los mismos, es obligatorio el
otorgamiento del poder en escritura pública; y, 2° Cuando la representación se confie
re por cartas-poderes para la asistencia a juntas y demás actos en que la ley lo p
ermite. En el mandato para asuntos judiciales sólo pueden ser mandatarios: los abo
gados; el cónyuge, el conviviente en la unión de hecho declarada y registrada, y los
parientes dentro de los grados de ley del mandante; y, cualquier persona cuando
el mandato se otorgue para ejercitarlo ante los juzgados menores y únicamente en
asuntos que no excedan de quinientos quetzales (Q 500.00) o ante jueces o tribun
ales en cuya jurisdicción no ejerzan más de tres abogados. Sin embargo, en materia l
aboral y cuando la cuantía no exceda de trescientos quetzales (Q 300.00) el mandat
o podrá extenderse por medio de carta-poder firmada por el propio interesado, pero
si no pudiere o no supiere firmar, deberá hacerlo por acta levantada ante el secr
etario del respectivo tribunal; conviene aclarar, que cuando se tiene que accion
ar ante un juzgado o tribunal de trabajo y previsión social, también
147
pueden ser mandatarios judiciales, aparte de los abogados y los parientes dentro
de los grados de ley, los dirigentes sindicales de los comités ejecutivos de las
asociaciones profesionales –sindicatos–.
c)
Sustitución y revocación del mandato: 1) Sustitución: La sustitución no es más que el nomb
ramiento de mandatario hecho en reemplazo de otro nombramiento de la misma índole.
Este reemplazo es conferido por el primer mandatario o mandatario original, sie
mpre y cuando haya sido facultado expresamente por el mandante para sustituirlo.
El mandato se puede sustituir en otra persona; sin embargo no autoriza al manda
tario para dar facultades no comprendidas en el mandato, ni más amplias que las qu
e le fueron conferidas. También el mandatario original puede otorgar poderes, si e
sta facultad le fue otorgada expresamente, bajo las mismas condiciones que la su
stitución. 2) Revocación: El mandato es esencialmente revocable (anulable), aun cuan
do se haya conferido con plazo o para asunto determinado; pero si hubiere sido a
ceptado, la revocación sólo producirá efecto desde la fecha y hora en que se notifique
al apoderado. Clasificación: 1) Según la cantidad de poderes otorgados: 1° General, c
uando comprende todos los negocios del poderdante (el poder general necesita cláus
ula especial para enajenar, hipotecar, afianzar, transigir, gravar o disponer de
cualquier otro modo la propiedad del mandante, y para todos los demás actos en qu
e la ley lo requiera); y, 2° Especial, cuando se contrae a uno o más asuntos determi
nados (los representantes de los menores, incapaces o ausentes, no pueden dar po
der general sino solamente especial para asunto determinado que no pueda ser ate
ndido personalmente por ellos; y, se necesita poder especial para donar entre vi
vos –la donación puede hacerse por medio de apoderado, pero el poder debe designar a
la persona del donatario y especificar los bienes objeto de la donación y condici
ones a que queda sujeta–, contraer matrimonio, otorgar capitulaciones matrimoniale
s, pactar las bases referentes a la separación o al divorcio, demandar la nulidad
o insubsistencia del matrimonio, constituir patrimonio familiar, reconocer hijos
y negar la paternidad). 2) Según el tipo de representación con que se otorga: 1° Con
representación, cuando el mandatario obra en nombre del mandante y los negocios qu
e realice dentro de las facultades que se le hayan conferido, obligan directamen
te al representado; y, 2° Sin representación, cuando el mandatario obra en nombre pr
opio, sin que los terceros tengan acción directa contra el mandante. 3) Según que el
mandatario sea retribuido económicamente o no: 1° Oneroso, cuando consiste en atrib
uciones o funciones conferidas por la ley al mandatario, en trabajos propios de
la profesión lucrativa del mandatario o de su modo de vivir; y, 2° Gratuito, cuando
no se hubiere convenido cosa distinta, es decir, cuando el mandatario hace const
ar expresamente que lo acepta de ese modo. 4) Según la forma de aceptación del manda
to: 1° Expreso, si el mandatario
d)
148
comparece en la escritura que contiene el mandato aceptando los poderes y facult
ades que se le confieren; y, 2° Tácito, si el mandatario no comparece en la escritur
a que contiene dicho mandato, pero que por hechos positivos, externos e indudabl
es comienza a ejecutar los poderes y facultades conferidos.
e)
Regulación legal: Todo lo relacionado con el contrato de mandato se encuentra regu
lado en los artículos 1686 al 1727 del Código Civil; 188 al 195 de la Ley del Organi
smo Judicial; 323 del Código de Trabajo; y, 81 numeral 8, del Código de Notariado. C
onviene aclarar en este rubro, que de conformidad con el artículo 1° del Acuerdo N° 31
-95 de la Corte Suprema de Justicia, de fecha 13 de septiembre de 1995, que el v
alor de inscripción de un contrato de mandato, sea de cualquier clase, es de Q 40.
00 + IVA (10%) = Q. 44.00.
2. LA SOCIEDAD CIVIL.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: La sociedad es un contrato por el que
dos o más personas convienen en poner en común bienes o servicios para ejercer una
actividad económica y dividirse las ganancias. 2) Naturaleza jurídica: Para explicar
la naturaleza jurídica de la sociedad (sea civil o mercantil), se han dado dos te
orías que parecen las más importantes: 1° La teoría contractual: Para ésta, la sociedad gi
ra en torno a la idea del contrato, también la sociedad se puede decir que es un c
ontrato (esta es la posición que adopta nuestro Código Civil en su artículo 1728); y,
2° La teoría institucional: En cambio ésta, prescinde del acto contractual, que sólo sir
ve de punto de partida, y afirma que la sociedad es una institución que se desenvu
elve en un medio determinado (esta teoría, tomada del Derecho Público, es la que mej
or explica todas las relaciones jurídicas que se originan ante la existencia de un
a sociedad, la que si bien surge de un contrato, tiene la cualidad de ser una pe
rsona jurídica colectiva que es sujeto de imputación dentro del sistema jurídico). Su
diferencia con la asociación y con la sociedad mercantil: 1) Asociación y sociedad:
Suelen usarse los términos asociación y sociedad como sinónimos; y en la práctica ambas
entidades pueden realizar actividades lucrativas. Es necesario entonces, estable
cer la diferencia. En principio debemos decir que tanto la sociedad como la asoc
iación son manifestaciones de un mismo fenómeno asociativo, pero con una trama orgánic
a diferente. En un plano más estricto, se puede afirmar que la diferencia es de géne
ro a especie: la asociación sería el género; y la sociedad, la especie. Conforme al si
stema jurídico guatemalteco y haciendo un análisis del artículo 15 del Código Civil, la
diferencia entre una asociación y una sociedad estriba en que la primera no tiene
finalidad lucrativa; mientras que en la segunda, esa es la razón de su existencia.
b)
149
Pero en la práctica puede suceder que una asociación practique actividades generalme
nte lucrativas, situación que podrá confundir, no obstante la claridad de la ley sus
tantiva civil. Para orientarnos en este problema afirmamos lo siguiente: cuando
una sociedad lucra, después de deducir los gastos de las operaciones sociales y cu
brir las reservas de utilidades, el remanente de la ganancia es repartido entre
los socios en forma de dividendos; en cambio, si una asociación obtiene lucro o ga
nancia, no se reparte entre los asociados, sino que sirve para aumentar el patri
monio propio de la asociación y para el cumplimiento de los fines que motivaron su
fundación. En otras palabras, las dos pueden lucrar; pero en la sociedad es para
los socios; en la asociación, para ésta. 2) Sociedad civil y sociedad mercantil: Deb
ido a que el concepto legal de la sociedad se encuentra en el Código Civil de Guat
emala (artículo 1728) en forma genérica; y que el Código de Comercio no define lo que
debe entenderse por sociedad mercantil, se hace necesario establecer la diferenc
ia entre estos dos tipos de sociedades, de manera que ese concepto genérico sea ap
licable tanto a la sociedad civil como a la sociedad mercantil. Tres son los cri
terios que la doctrina a consagrado para establecer la diferencia entre sociedad
civil y sociedad mercantil, a saber: profesional, objetivo y formal. Por la cat
egoría del presente trabajo (resumen), sólo estudiaremos el que orienta a nuestro de
recho positivo. El criterio formal, también llamado constitutivo, es el más aceptado
por las legislaciones modernas, dentro de las que debe incluirse al Código de Com
ercio de Guatemala, promulgado en el año de 1970. Este criterio, quizá menos científic
o pero más práctico, no confronta la dificultad de los criterios profesional y objet
ivo, ya que una doctrina no se pone de acuerdo en la delimitación del concepto de
comerciante (criterio profesional) y la otra en el acto objetivo de comercio (cr
iterio objetivo). Además, en éste el procedimiento para establecer la diferencia es
sencillo. La ley mercantil establece una serie de tipos de sociedades considerad
as de naturaleza mercantil, fuera de cualquier otra calificación o circunstancia e
special. Al celebrarse el contrato de sociedad, si en el contexto del instrument
o público se adopta una de las formas establecidas en el Código de Comercio, la soci
edad es mercantil; de lo contrario, la sociedad será civil. En otras palabras hay
que buscar la diferencia en la constitución de la sociedad: si es conforme al Código
de Comercio o al Código Civil; siendo irrelevante la actividad a que se dedique (
criterio objetivo). No se busca tampoco si son o no profesionales del comercio (
criterio profesional), porque esa calidad la tienen por investidura legal. El De
recho Mercantil guatemalteco sigue esta tendencia y lo comprobamos en los artículo
s 3° y 10 del Código de Comercio, que dicen: “Artículo 3°– Comerciantes sociales. Las socie
ades organizada bajo forma mercantil tienen la calidad de comerciantes, cualquie
ra que sea su objeto./ Artículo 10.– Sociedades mercantiles. Son sociedades organiza
das bajo forma mercantil, exclusivamente las siguientes: 1° La sociedad colectiva.
2° La sociedad en comandita simple. 3° La sociedad de responsabilidad limitada. 4° La
150
sociedad anónima. 5° La sociedad en comandita por acciones”. Si una sociedad no adopta
en su constitución ninguno de los tipos o formas anteriores, estamos ante una soc
iedad civil. Ello tiene sus efectos en el ámbito registral pues las sociedades mer
cantiles se inscriben en el Registro Mercantil; y las civiles en el Registro Civ
il.
c)
Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° Elemento personal: El elemento personal d
e la sociedad lo constituye la persona individual o jurídica llamada “socio”. En las d
iversas legislaciones, incluyendo la nuestra, se exige pluralidad de personas pa
ra formar la sociedad; y, 2° Elemento patrimonial: La sociedad para cumplir su obj
etivo necesita de un fondo propio, el que se forma con los aportes de los socios
capitalistas. A este fondo se le llama capital social, y no es más que la suma de
l valor de las aportaciones o del valor nominal de las acciones en que está dividi
do. 2) Requisitos: La sociedad debe celebrarse por escritura pública e inscribirse
en el Registro –Civil– respectivo para que pueda actuar como persona jurídica (se ref
iere a la personalidad jurídica de la sociedad). La escritura de sociedad deberá exp
resar lo siguiente: 1° Objeto de la sociedad; 2° Razón social; 3° Domicilio de la socied
ad; 4° Duración de la sociedad; 5° Capital y la parte que aporta cada socio; 6° Parte de
utilidades y pérdidas que se asigne a cada socio, fecha y forma de su distribución;
7° Casos en que procederá la disolución de la sociedad antes de su vencimiento; y las
bases que en todo caso de disolución deberán observarse para la liquidación y división
del haber social; 8° Cantidad que puede tomar periódicamente cada socio para sus gas
tos personales; 9° Modo de resolver las diferencias que surjan entre los socios; y
, 10° La forma de administración de la sociedad, y los demás pactos que acuerden los s
ocios. La razón o firma social se formará con el nombre y apellido de uno de los soc
ios; o los apellidos de dos o más socios, con la agregación de las palabras “Sociedad
Civil”. Características: Al contrato de sociedad se le asignan los caracteres siguie
ntes: 1° Es consensual, porque se perfecciona con el simple consentimiento de las
partes; 2° Es plurilateral, porque las partes se obligan entre sí en una misma posic
ión cualitativa y a veces cuantitativa; 3° Es principal, porque subsiste por sí mismo;
4° Es oneroso, porque se recibe un beneficio como contrapartida del aporte; 5° Es a
bsoluto: porque no está sujeto a condición; 6° Es de tracto sucesivo, porque sus efect
os se prolongan en el tiempo; 7° Es solemne, porque en su celebración deben cumplirs
e los requisitos establecidos en el Código Civil y el Código de Notariado, para que
tenga validez; y, 8° Es de responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria, por
que las obligaciones sociales se garantizan con los bienes de la sociedad; y si és
tos no fueren suficientes, con los bienes propios de los socios.
d)
151
e)
Regulación legal: Todo lo relativo a la sociedad civil se encuentra regulado en lo
s artículos 1728 al 1789 del Código Civil; y, 13, 14, 29, 31 y 46 del Código de Notari
ado.
C. CONTRATOS TRASLATIVOS DE DOMINIO. 1. LA COMPRAVENTA.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: Por el contrato de compraventa el ven
dedor transfiere la propiedad de una cosa y se compromete a entregarla, y el com
prador se obliga a pagar el precio en dinero. 2) Naturaleza jurídica: En cuanto a
su naturaleza jurídica, diremos que la compraventa es un contrato traslativo de do
minio por excelencia. Características: 1° Es un contrato consensual, por cuanto se p
erfecciona por el consentimiento de las partes respecto a las condiciones del ne
gocio; así, pues, el Código Civil (artículo 1791) expresa que: “El contrato de compraven
ta queda perfecto entre las partes desde el momento en que convienen en la cosa
y en el precio, aunque ni la una ni el otro se hayan entregado. Queda prohibido
el pacto de retroventa”; 2° Es un contrato bilateral o sinalagmático, porque exige pre
staciones recíprocas (la entrega de la cosa de parte del vendedor, y la entrega de
l precio de parte del vendedor); 3° Es un contrato oneroso, desde el momento que r
equiere por una parte la entrega de una cosa y por la otra el pago de un precio;
y, 4° Es un contrato conmutativo, pues las recíprocas prestaciones han de ser ciert
as. Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° Personales: Los elementos personales
de la compraventa son el vendedor y el comprador. Obligación del vendedor es entre
gar la cosa; y, del comprador, pagar el precio; 2° Reales: Los elementos reales so
n la cosa y el precio. La cosa son los bienes o derechos vendidos; y, el precio,
la contraprestación a cargo del comprador; y, 3° Formales: La forma del contrato de
compraventa varía según la naturaleza de la cosa enajenada. Si es un bien inmueble
o mueble identificable, se hace constar en escritura pública; si se trata de un ve
hículo automotor, se hace constar en el “Certificado de Propiedad de Vehículos”, el cual
es proporcionado por la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), con
legalización de firmas hecha por notario (véanse los artículos 57, tercer párrafo, de la
Ley del Impuesto al Valor Agregado; y, 24 de la Ley del Impuesto sobre Circulac
ión de Vehículos Terrestres, Marítimos y Aéreos, ambos artículos reformados por el Decreto
N° 39-99 del Congreso); si se trata de un televisor, por una simple factura; la c
ompra de un refresco, es verbal. No hay pues, una fórmula general. Depende del neg
ocio jurídico en particular. 2) Requisitos: Como vimos al tratar el elemento forma
l, los requisitos de este contrato varían según la naturaleza de la cosa a enajenar.
b)
c)
152
d)
Efectos: Cabe vender todas las cosas que pueden ser objeto de los contratos, aun
futuras, siempre que su enajenación no esté prohibida, y a condición de que sean prop
ias, ya que no se pueden vender cosas ajenas. Entre las cosas cuya venta está proh
ibida, se encuentran todas las que están fuera del comercio por su inalienabilidad
absoluta o relativa; como las de dominio público del Estado o de las municipalida
des, las afectadas a servicios públicos, las sagradas, las robadas, las herencias
futuras o los bienes que las integran. Clasificación: 1) Compraventa al contado o
la vista: Es la forma más genuina y predominante aún, al menos en las compraventas d
e valor escaso o mediano, en que el vendedor entrega la cosa y el comprador abon
a el precio total, de modo simultáneo o con mínima dilación, por algún trámite del pago o
disposición de la cosa para la entrega. 2) Compraventa por abonos o a plazos: Es a
quella en que la entrega de la cosa o el pago del precio no pueden ser exigidos
en el momento de realizarse la operación (lo que constituiría una compraventa al con
tado), sino que se difieren para otro u otros momentos posteriores. Sin embargo,
se entiende que es la compraventa por abonos o a plazos cuando el comprador pue
de ir pagando el precio al vendedor en períodos o cuotas posteriores a la entrega
de la cosa vendida. Llámase también compra a crédito. Según nuestra legislación sustantiva
civil, el contrato de compraventa en abonos sin reserva de dominio, puede resol
verse o deshacerse por falta de pago de cuatro o más mensualidades consecutivas si
el contrato fuere de bienes inmuebles (en este caso el vendedor devolverá al comp
rador el precio recibido descontándose una equitativa compensación por el uso de la
cosa, que fijará el juez oyendo el dictamen de peritos, si las partes no se ponen
de acuerdo); si la venta fuere de bienes muebles, el vendedor tiene en caso de r
esolución del contrato, de hacer suyos los abonos pagados, como indemnización por el
uso y depreciación de la cosa (sin embargo, el vendedor queda obligado a reintegr
ar al comprador cualquier excedente que obtuviere en la reventa, después de hacers
e pago del saldo del precio que motivó la resolución del contrato más los gastos reali
zados y comprobados para lograr la reventa –si el precio de la reventa se paga al
contado, el pago se hará inmediatamente al acreedor, y si se pacta en amortizacion
es, en la misma forma se hará el pago–). 3) Compraventa con reserva de dominio: Moda
lidad de ese contrato que se da a veces cuando la compra no se hace al contado,
sino con el pago del precio por abonos o a plazos. Consiste esa cláusula (pacto de
reserva de dominio) en mantener el vendedor su propiedad sobre la cosa vendida
hasta obtener el pago total por parte del comprador (quien sólo obtiene la posesión
y uso de la cosa), no obstante la entrega a éste de la cosa vendida. Nuestra legis
lación sustantiva civil expone que cuando el precio se paga totalmente o se cumple
la condición, la propiedad plena se transfiere al comprador sin necesidad de ulte
rior
e)
153
declaración (en este caso, el vendedor deberá dar aviso por escrito al Registro de l
a Propiedad, dentro de los ocho días de haberse cancelado totalmente el precio, pa
ra que se haga la anotación respectiva –la falta de cumplimiento de esta disposición s
erá sancionada por el juez con multa de diez quetzales–). Asimismo, sigue expresando
nuestra ley civil, que el contrato de compraventa en abonos con reserva de domi
nio, puede resolverse o deshacerse por falta de pago de cuatro o más mensualidades
consecutivas si el contrato fuere de bienes inmuebles (en este caso el vendedor
devolverá al comprador el precio recibido descontándose una equitativa compensación p
or el uso de la cosa, que fijará el juez oyendo el dictamen de peritos, si las par
tes no se ponen de acuerdo); si la venta fuere de bienes muebles, el vendedor ti
ene en caso de resolución del contrato, de hacer suyos los abonos pagados, como in
demnización por el uso y depreciación de la cosa (sin embargo, el vendedor queda obl
igado a reintegrar al comprador cualquier excedente que obtuviere en la reventa,
después de hacerse pago del saldo del precio que motivó la resolución del contrato más
los gastos realizados y comprobados para lograr la reventa –si el precio de la rev
enta se paga al contado, el pago se hará inmediatamente al acreedor, y si se pacta
en amortizaciones, en la misma forma se hará el pago–). 4) Compraventa a término: Es
aquella en la cual el vendedor se obliga a entregar la cosa en momento ulterior
al de la perfección del contrato; o el comprador a pagar el precio, de una sola ve
z, en época posterior determinada. Esa circunstancia del pago en una sola vez dife
rencia esta especie de la compraventa por abonos o a plazos. 5) Compraventa sobr
e muestras: Se entiende por muestra a aquella pequeña cantidad de una mercancía que
se enseña para dar a conocer su calidad. En ese orden de ideas, nuestro Código Civil
(artículo 1800) expresa que: “La compra sobre muestras, lleva implícita la condición de
resolver el contrato si las cosas no resultaren conformes con las muestras”. 6) C
ompraventa a ensayo o prueba: Es la caracterizada por la reserva favorable al co
mprador eventual de probar o ensayar la cosa para verificar si le satisface, si
reúne las cualidades deseadas por él. Se está ante un contrato condicional, bajo cláusul
a suspensiva, que se perfecciona cuando el interesado manifiesta su conformidad;
y que se resuelve, o no se concreta, cuando expresa su negativa. En ese sentido
, nuestro Código Civil (artículo 1799) regula que: “Las cosas que se acostumbra compra
r al gusto, o que las partes convienen sujetar a prueba antes de comprarlas, no
se consideran vendidas hasta que el comprador quede satisfecho. El plazo para la
prueba, salvo estipulación, es de tres días, contados desde que el vendedor las pon
ga a disposición del comprador; y si éste no aceptare dentro de dicho término, se le t
endrá por desistido del contrato”. 7) Compraventa mercantil: Es aquel contrato por e
l cual el vendedor transfiere la propiedad de una mercadería o cosa mercantil al c
omprador, cuya obligación es pagar el precio. Conviene aclarar, que la compraventa
mercantil se diferencia de la compraventa regulada en el Código Civil en el senti
do que, como elemento personal de la primera, los
154
dos o uno de los sujetos tiene que ser comerciante y encontrarse actuando dentro
de su actividad empresarial. De la compraventa mercantil existen las especies s
iguientes: venta contra documentos, venta de cosas en tránsito, venta FOB (free on
board = libre a bordo; que es aquella en que el vendedor se compromete a poner
por su cuenta la mercadería vendida a bordo del barco o vehículo que la ha de transp
ortar, en cuyo momento empieza a correr por cuenta del comprador), venta FAS (fr
ee along side = libre al costado; que es aquella en que el vendedor se compromet
e a entregar por su cuenta la mercadería al costado del buque o vehículo que la ha d
e transportar, o también en el muelle designado al efecto; desde que dicha mercade
ría ha sido colocada al costado del buque o en el muelle, empieza a correr por cue
nta del comprador), venta CIF (cost, insurance, freight = costo, seguro, flete;
en la que el precio de la mercadería comprada incluye el costo, el seguro y el fle
te) y venta CAF (cost and freight = costo y flete; en la que el precio cotizado
sólo incluye el costo y el flete; o sea que se suprime el seguro –a esta modalidad s
e aplica todo lo expuesto para la compraventa CIF, omitiendo las directrices leg
ales que se refieren al seguro–). Esta clase de compraventa se encuentra normada e
n los artículos 669 al 706 del Código de Comercio de Guatemala.
f)
Pactos de rescisión: Según nuestro Código Civil (artículos 1844 y 1845): “Pueden las parte
s estipular en el contrato que la venta se rescindirá si no se paga el precio en c
ierto día determinado. Sin embargo, el comprador de bienes inmuebles podrá pagar el
precio después del día señalado mientras no hubieren incurrido en mora en virtud de re
querimiento –judicial o notarial, según sea el caso–./ La venta de cosas que no sean i
nmuebles se entenderá rescindida sin necesidad de requerimiento, si a la expiración
del término convenido no se presentó el comprador a pagar el precio”. Esta estipulación
en el contrato de venta se denomina “pacto comisorio”, y es aquel que autoriza a cad
a una de las partes contratantes a optar por la resolución del vínculo obligatorio e
n el caso de que la otra parte haya incumplido la obligación que le incumbía.
2. LA PERMUTA.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: La permuta es un contrato por el cual
cada uno de los contratantes transmite la propiedad de una cosa a cambio de la
propiedad de otra. Cada permutante es vendedor de la cosa que da y comprador de
la que recibe en cambio; y cada una de las cosas es precio de la otra. Este cont
rato se rige por los mismos principios del contrato de compraventa, en lo que fu
eren aplicables. 2) Naturaleza jurídica: Al igual que la compraventa, la permuta,
permutación o trueque es un contrato traslativo de dominio. Es importante aclarar,
que la permuta permite cambiar una cosa por otra, sin que en el cambio entre
155
dinero, porque entonces se estaría frente a un contrato de compraventa, a no ser e
l necesario para igualar el valor de las cosas cambiadas. b) Características: 1° Es
un contrato consensual, porque se trasmite la propiedad por el solo acuerdo de l
os permutantes respecto a las cosas; 2° Es un contrato principal, porque subsiste
por sí mismo; 3° Es un contrato bilateral, porque origina derecho y obligaciones recíp
rocos; 4° Es un contrato oneroso, porque también crea provechos y gravámenes correlati
vos; 5° Es un contrato generalmente conmutativo, porque recae sobre cosas cuyo val
or puede determinarse para conocer de antemano el alcance y la cuantía de las pres
taciones; y, 6° Es un contrato aleatorio, porque es posible cambiar una cosa prese
nte, por otra futura, tomando el permutante el riesgo de que no llegue a existir
, o bien, cambiarse una cosa determinada por los productos inciertos de otra (en
todos estos casos, la permuta es aleatoria para una de las partes, pero puede s
erlo para ambas, cuando cambian entre sí cosas futuras).
c)
Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° Genéricos: Son los elementos para todo cont
rato: consentimiento, capacidad y objeto; y, 2° Específico: El elemento específico y e
sencial de este contrato consiste en la transmisión del dominio y, por lo tanto, s
e puede caracterizar en términos semejantes a la compraventa, sólo que en cada uno d
e los contratos traslativos de dominio este elemento reviste un carácter especial:
en la compraventa hay transmisión de dominio para adquirir por un precio; en la p
ermuta existe recíproca transmisión de dominio respecto a cosas; y, en la donación la
transmisión del dominio es sin esperar adquirir un valor equivalente. 2) Requisito
s: El artículo 1852, última parte, del Código Civil expresa que: “Este contrato –la permut
a– se rige por los mismos principios del contrato de compraventa, en lo que fueren
aplicables”. Sin embargo, conviene aclarar que si la cosa que se entrega se ha de
pagar parte en dinero y parte en otros bienes, el contrato será de permuta siempr
e que la porción estipulada en dinero no llegue a la mitad del precio. El permutan
te que sufra evicción de la cosa que recibió o que la devuelva en razón de sus vicios,
puede reclamar a su elección, la restitución de la cosa que dio, si se halla aún en p
oder del otro permutante, o el valor de la cosa que se le hubiese dado en cambio
, con el pago de daños y perjuicios. Regulación legal: Todo lo relacionado al contra
to de permuta está regulado en los artículos 1852 al 1854 del Código Civil.
d)
3. LA DONACIÓN ENTRE VIVOS.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: La donación entre vivos es un contrato
por el cual una persona transfiere a otra la propiedad de una cosa, a título gratu
ito. 2) Naturaleza jurídica: La donación entre vivos es un contrato traslativo de do
minio, por su naturaleza, más la transmisión no es esencial que aparezca en el momen
to de la celebración y
156
perfeccionamiento del contrato. Lo anterior da a entender que siempre que se per
feccione un contrato de donación, deberá hacer la transmisión del dominio respecto del
bien o derecho objeto del contrato, pero que este efecto puede diferirse o susp
enderse a cierto tiempo por voluntad de las partes o por la naturaleza de las co
sas. Características: 1° Es un contrato unilateral, porque la obligación recae solamen
te en el donante; 2° Es un contrato consensual, porque basta el consentimiento de
ambas partes (donante, que traslada el dominio de la cosa; y, donatario, que ace
pta expresamente la cosa donada y que dicha aceptación, si fuere posterior, sea de
bidamente notificada al donante); y, 3° Es un contrato a título gratuito, porque el
provecho es solamente para el donatario. No obstante, estas características son más
bien especiales de la donación pura y simple; por lo que podríamos decir que las not
as esenciales que distinguen a la donación (sea ésta pura y simple, remuneratoria u
onerosa) y la diferencian de cualquier otro contrato, son las siguientes: 1° Es un
contrato, por naturaleza, traslativo de dominio; 2° Es un contrato que implica si
empre una liberalidad por parte del donante (la transmisión de propiedad es gratui
ta); y, 3° El objeto del contrato debe de recaer sobre bienes o derechos presentes
de carácter patrimonial que sean propiedad del donante en el momento de la celebr
ación del contrato. c) Elementos y requisitos: Son elementos y requisitos esencial
es de la donación los siguientes: 1° El donatario puede aceptar en el momento de la
donación o en acto separado. Si aceptare con posterioridad, para que el contrato q
uede perfecto debe notificarse la aceptación al donante en forma auténtica; 2° La dona
ción puede hacerse por medio de apoderado y únicamente a través de mandato especial, p
ero el poder debe designar a la persona del donatario y especificar los bienes o
bjeto de la donación y condiciones a que queda sujeta; 3° La donación que se haga a lo
s menores, incapaces o ausentes, la aceptarán sus representantes legales; pero, cu
ando se trate de donaciones condicionales y onerosas, deberá preceder autorización j
udicial, como en el caso de utilidad y necesidad; 4° La donación de bienes inmuebles
debe otorgarse y aceptarse por escritura pública; y, 5° Toda donación será estimada; y
si comprendiere todos o la mayor parte de los bienes o los más productivos, deberán
detallarse en el instrumento en que se otorgue el contrato.
b) d)
Efectos: 1° Si el donante muere antes que el donatario haya aceptado la donación, pu
ede éste, sin embargo, aceptarla y los herederos del donante están obligados a entre
gar la cosa donada; 2° El donatario se subroga o substituye en todos los derechos
y acciones que en caso de evicción correspondan al donante. Éste, en cambio, no qued
a obligado al saneamiento de las cosas donadas, salvo si la donación fuere onerosa
o remuneratoria, en cuyo caso responderá el donante de la evicción hasta la concurr
encia del gravamen; y, 3° El donatario quedará obligado con los
157
acreedores y alimentistas del donante y con el hijo nacido con posterioridad, so
lamente hasta el valor de los bienes donados al tiempo de hacerse la donación, si
el donante no tuviere medios para cumplir estas obligaciones; pero podrá eximirse
de responsabilidad haciendo abandono de los bienes donados o de la parte suficie
nte para cubrirlas.
e)
Clasificación: 1) Donación pura y simple: Es el acto jurídico en virtud del cual una p
ersona (donante) transfiere gratuitamente a otra (donatario) el dominio sobre un
a cosa, y ésta lo acepta. Más llanamente diremos que es la donación en la que no se im
pone condición ni carga alguna al donatario. 2) Donación remuneratoria: Es aquella q
ue el donante hace en atención a determinados servicios prestados por el donatario
, estimados en dinero, y que no tenía obligación de remunerar. El donante agradece y
recompensa (no paga) los servicios prestados por el donatario (por ejemplo: los
obsequios que se le entregan al médico que jamás nos quiso cobrar). 3) Donación onero
sa: Es la que impone al donatario alguna carga, gravamen o prestación inferior al
valor o utilidad que de lo donado obtiene; porque, en otro supuesto, de correspo
nderse lo impuesto o exigido con lo dado, se estaría ante un contrato conmutativo
o frente a uno innominado de do ut des (“doy si das” o “doy para que me des”) o do ut fa
cias (“doy si haces” o “doy para que hagas”). Es el caso del donante que regala al donat
ario una finca, pero le exige que entregue todos los años parte de la cosecha al a
silo de ancianos del pueblo. 4) Donación condicional: La donación condicional es la
que se plantea dependiendo de que ocurra un determinado suceso dudoso (por ejemp
lo: cuando se dona un automóvil, pero a condición de que el favorecido apruebe todas
las asignaturas de la carrera antes de una determinada fecha). 5) Donación a título
particular y a título universal: La donación a título particular, es aquella que se c
elebra respecto de cierto y determinados bienes del donante; y, la donación a título
universal, es la que hace el donante respecto de la totalidad de sus bienes pre
sentes. 6) Donación “mortis causa” o por causa de muerte: Es aquella que se hace ante
el riesgo de muerte del donante. El donatario sólo adquiere los bienes donados tra
s el fallecimiento de aquél. Es importante aclarar, que este tipo de donación no está
contemplada dentro de los contratos en particular, sino dentro del derecho de su
cesiones, en lo concerniente a las declaraciones unilaterales de última voluntad (
véase el artículo 943 del Código Civil). Revocación: La revocación o anulación de la donaci
se rige por los siguientes principios: 1° La donación gratuita, y la onerosa en la p
arte que constituya la donación efectiva, pueden ser revocadas por causa de ingrat
itud del donatario. Esta facultad es personal del donante e irrenunciable, y se
otorga en los casos siguientes: a.- Si el donatario comete algún delito contra la
persona, la honra o los bienes del donante, su cónyuge, conviviente de hecho, sus
ascendientes o descendientes. b.Por acusar o denunciar de algún delito al donante,
salvo que el delito se
f)
158
hubiere cometido contra el donatario, su cónyuge, conviviente de hecho, sus ascend
ientes o descendientes. c.- Por negarse indebidamente a alimentar al donante que
careciere de bienes, o si lo desamparare o abandonare cuando estuviere necesita
do de asistencia; 2° La revocación de la donación por ingratitud sólo puede hacerse cont
ra el donatario; sin embargo, si hubiere sido iniciada en vida de éste, podrá contin
uarse contra los herederos; 3° Cuando el donatario causa voluntariamente la muerte
del donante, se invalida por el mismo hecho la donación; 4° La revocación que haga el
donante por causa de ingratitud, no producirá efecto alguno si no se notifica al
donatario o a sus herederos dentro de los sesenta días siguientes a la fecha en qu
e se otorgue la escritura pública de revocación; 5° El donatario o sus herederos podrán
oponerse a la revocación que haga el donante, contradiciendo las causas que éste inv
oque, para que judicialmente se decida sobre el mérito de ellas; 6° Queda consumada
la revocación que no fuere contradicha dentro de los sesenta días siguientes a la fe
cha en que sea notificada al donatario o sus herederos; 6° No son revocables las d
onaciones remuneratorias, las que se hacen con motivo de matrimonio (donación “ante
nuptias” y donación por razón de matrimonio) que se ha efectuado –véase el artículo 80 del
igo Civil– y los obsequios que se acostumbran por razones sociales o de piedad; 7° L
a revocación de la donación perjudica a tercero desde que se presentare al Registro
la escritura, si se tratare de bienes inmuebles, y desde que se hiciere saber a
los terceros o se publicare la revocación, si se tratare de otra clase de bienes;
y, 8° La facultad de revocar la donación por causa de ingratitud dura seis meses, co
ntados desde que el donante tuvo conocimiento del hecho que la motiva.
g)
Regulación legal: Todo lo relacionado a las donaciones se encuentra regulado en lo
s artículos 80, 943 y 1855 al 1879 del Código Civil.
4. EL MUTUO.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: Por el contrato de mutuo una persona
entrega a otra dinero u otras cosas fungibles (aquellas cuya posibilidad de reem
plazo es por otras de la misma calidad y cantidad; por ejemplo: los cereales), c
on el cargo de que se le devuelva igual cantidad de la misma especie y calidad.
2) Naturaleza jurídica: De acuerdo con su definición, ya expuesta, el contrato de mu
tuo es traslativo de dominio, ya que produce la salida de determinadas cosas de
la esfera de una persona (mutuante) para ser transferida a la de otra persona (m
utuario); pero debe entenderse que esta transferencia de la propiedad no es la m
isma que la realizada en la compraventa, porque en el mutuo el traslado de la pr
opiedad es medio para el consumo (véase el artículo 1943 del Código Civil) y no fin u
objeto de la relación jurídica creada.
159
b)
Características: 1° Es un contrato real, porque para su perfeccionamiento se requier
e la entrega del dinero o del bien fungible; 2° Es un contrato unilateral, porque
la obligación recae solamente sobre el mutuario, quien queda obligado a devolver i
gual cantidad de la misma especie y calidad de la recibida; 3° Es un contrato oner
oso, porque en el se estipulan provechos y gravámenes recíprocos para ambas partes;
y, 4° Es un contrato eventualmente gratuito, sólo en el caso que las partes convenga
n expresamente que no se pagará ningún interés. Elementos y requisitos: 1) Elementos:
1° Personales: Los elementos personales del contrato de mutuo, conocido en la doct
rina también como empréstito o préstamo de consumo, lo constituyen el mutuante (es la
persona que da alguna cosa mediante contrato de mutuo) y el mutuario (es la pers
ona que recibe alguna cosa en virtud de contrato de mutuo); y, 2° Reales: El eleme
nto real del mutuo es el dinero o el bien fungible que se entrega para el consum
o y posterior devolución condicionada a que sea de igual cantidad de cosas de la m
isma especie y calidad. 2) Requisitos: Para la constitución del contrato de mutuo
pueden observarse todas las formas establecidas en los artículos 1574 al 1578 del
Código Civil; sin embargo, si el mutuo se otorgare con constitución de hipoteca, pre
nda o fianza, deberán observarse los requisitos y formalidades que son inherentes
para dichos contratos accesorios. Efectos: El efecto primordial del contrato de
mutuo es la entrega de dinero o de bien fungible para el consumo, con la condición
que el mutuario debe devolver dichas cosas, en el tiempo convenido y en igual c
antidad de la misma especie y calidad (por ejemplo: si una persona presta a otra
la cantidad de Q 10,000.00 a un plazo de 6 meses, sin intereses; esta última debe
rá devolver Q 10,000.00 al vencimiento de dicho plazo). Sin embargo, es importante
tener presente los siguientes principios que rigen para este tipo de contratos:
1° La cosa objeto del mutuo se transmite para su consumo al mutuario y queda a su
cargo la mejora, deterioro, depreciación o destrucción que sobrevenga después; 2° El mu
tuante es responsable de los daños que sufra el mutuario por la mala calidad o vic
ios ocultos de la cosa prestada, si conoció los defectos y no le dio aviso oportun
amente. No se reputan vicios ocultos los que el mutuario ha podido conocer por él
mismo; 3° Si el mutuante ignoraba los vicios ocultos de la cosa, sólo está obligado a
sufrir la reducción proporcional de su valor; 4° Salvo pacto en contrario, el deudor
pagará intereses al acreedor y, a falta de convenio, se presumirá que las partes ac
eptaron el interés legal; 5° El interés legal es igual al promedio ponderado o equilib
rado de las tasas de interés activas publicadas de los bancos del sistema al día ant
erior a la fecha de su fijación, reducido en dos puntos porcentuales. En defecto d
e su publicación o en caso de duda o discrepancia, se solicitará informe a la Superi
ntendencia de Bancos el cual tendrá carácter definitivo; 6° Las partes pueden acordar
el interés que les
c)
d)
160
parezca. Cuando la tasa de interés pactada sea manifiestamente desproporcionada co
n relación al interés corriente en el mercado, el juez podrá reducirlo equitativamente
tomando en cuenta la tasa indicada en el artículo 1947 del Código Civil y las circu
nstancias del caso; 7° Si en el contrato no se ha fijado plazo la restitución de lo
prestado, se entenderá que es el de seis meses si el mutuo consiste en dinero; y s
i lo prestado fueren cereales u otros productos agrícolas, la devolución se hará en la
próxima cosecha de los mismos o semejantes frutos o productos; 8° En los prestamos
de dinero, el pago de los intereses caídos o de los incurridos después del vencimien
to del plazo, no implicará prórroga de éste; 9° Si se han prestado cosas fungibles que n
o sean dinero, se deberá restituir igual cantidad del mismo género y calidad, aunque
el precio de ellas haya bajado o subido; 10° Si las cosas fueren apreciadas al ti
empo del contrato, el deudor está obligado a satisfacer el valor que se les dio au
nque valgan más o menos al tiempo del pago; 11° Si no fuere posible al mutuario rest
ituir en género, podrá pagar el valor que la cosa prestada tenga el día que debiera se
r devuelta; 12° El préstamo en dinero se arreglará para la restitución a lo establecido
en los artículos 1395 y 1396 del Código Civil; y, 13° El deudor de una suma de dinero
puede anticipar el pago, pero cubriendo los intereses respectivos por todo el ti
empo que falte para el vencimiento del plazo.
e)
La usura: Si la palabra usura tiene gramaticalmente el sentido lícito de interés que
se lleva por el dinero o el género en el contrato de mutuo o préstamo, tiene también
una acepción peyorativa (que empeora) que se refiere al interés excesivo en un préstam
o (véase el artículo 1948 del Código Civil, reformado por el artículo 10 del Decreto N° 29
-95 del Congreso). Este segundo significado es el de uso corriente y el que cont
iene más importantes derivaciones jurídicas; entre ellas, la anulabilidad del acto c
uando una de las partes, explotando la necesidad, ligereza o inexperiencia de la
otra, obtenga una ventaja patrimonial desproporcionada y sin justificación (véanse
los artículos 1257 al 1268, 1284 al 1289, y 1301 al 1318 del Código Civil). En ese o
rden de ideas, nuestra legislación sustantiva penal (artículos 276 y 277), protegien
do el patrimonio de las personas, establece que: “Comete delito de usura quien exi
ge de su deudor, en cualquier forma, un interés mayor que el tipo máximo que fije la
ley o evidentemente desproporcionado con la prestación, aun cuando los réditos (ren
ta, utilidad o beneficio renovable que rinde un capital) se encubran o disimulen
bajo otras denominaciones. El responsable de usura será sancionado con prisión de s
eis meses a dos años y multa de doscientos a dos mil quetzales./ La misma sanción seña
lada en el artículo que antecede, se aplicará: 1° A quien, a sabiendas, adquiere, tran
sfiere o hiciere valer un crédito usurario. 2° A quien exigiere de su deudor garantías
de carácter extorsivo”.
161
f)
Regulación legal: Todo lo relacionado con el contrato de mutuo se encuentra regula
do en los artículos 1942 al 1956 del Código Civil.
D. CONTRATOS DE CESIÓN DE USO O GOCE. 1. EL ARRENDAMIENTO.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: El arrendamiento es el contrato por e
l cual una de las partes se obliga a dar el uso o goce de una cosa por cierto ti
empo, a otra que se obliga a pagar por ese uso o goce un precio determinado (lla
mado renta). Todos los bienes no fungibles (los que, inversamente a los fungible
s, no pueden ser sustituidos por otros de la misma calidad) pueden ser objeto de
este contrato, excepto aquellos que la ley prohibe arrendar y los derechos estr
ictamente personales. La renta o precio del arrendamiento debe consistir en dine
ro o en cualquiera otra cosa equivalente, con tal que sea cierta y determinada (
de donde se deduce que es conmutativo). 2) Naturaleza jurídica: Por su naturaleza,
el arrendamiento es un contrato conmutativo. Insistimos una vez más en que el carác
ter conmutativo no depende del dato económico de la ganancia o pérdida en la operación
celebrada, sino de que los provechos y gravámenes sean ciertos y determinados al
celebrarse el contrato. El arrendamiento es el contrato que se ha considerado co
mo tipo de los llamados contratos de tracto sucesivo, por cuanto que necesita po
r su naturaleza misma, una duración determinada, para que pueda tener vigencia. Ca
racterísticas: 1° Es un contrato consensual, porque basta el consentimiento de las p
artes para que sea perfecto; 2° Es un contrato bilateral o sinalagmático, porque en él
ambas partes se obligan recíprocamente (el arrendador, arrendante o locador en da
r el uso o goce de una cosa por cierto tiempo; y, el arrendatario o inquilino a
pagar por ese uso o goce un precio determinado); 3° Es un contrato oneroso, porque
en él se estipulan provechos y gravámenes recíprocos; 4° Es un contrato conmutativo, po
rque las prestaciones que se deben las partes son ciertas desde que se celebra e
l contrato, de tal suerte que ellas pueden apreciar inmediatamente el beneficio
o la pérdida que les cause éste; y, 5° Es un contrato de tracto sucesivo, porque las o
bligaciones se van cumpliendo dentro de un término o plazo que se prolonga después d
e celebrado el contrato. Elementos y requisitos: 1) Elementos: Por lo que se ref
iere a los elementos esenciales, sólo trataremos el objeto, puesto que el consenti
miento y la capacidad siguen en esto las reglas generales relativas a su formación
. En cuanto al objeto, en principio (exceptuando las cosas consumibles por su pr
imer uso, las prohibidas por la ley y los derechos estrictamente personales) tod
os los bienes muebles o inmuebles,
b)
c)
162
corporales o incorporales, pueden ser objeto de ese contrato. 2) Requisitos: El
contrato de arrendamiento es generalmente formal, puesto que debe constar por es
crito (en documento privado –con o sin firmas legalizadas– o por acta levantada ante
el alcalde del lugar) y expresará el nombre y generales del locador (arrendador o
arrendante) y del inquilino (arrendatario); los datos necesarios para la exacta
identificación de la vivienda o local arrendado; el destino de éstos; precio de la
renta y todas las modalidades del convenio; además, cuando se trate de viviendas o
locales, el locador deberá obtener previamente autorización escrita de Sanidad Públic
a, en la que conste que el bien reúne las condiciones sanitarias mínimas exigidas po
r la ley y los reglamentos respectivos (esta autorización deberá extenderse en un térm
ino no mayor de diez días contados de la fecha de recepción de la solicitud). La fal
ta de contrato escrito de arrendamiento o de subarrendamiento, será imputable al l
ocador, quien incurrirá por esa omisión en una multa equivalente a un mes de renta.
Los contratos en que se estipule una renta mensual de diez quetzales (Q 10.00) o
menos, estarán exentos del impuesto de papel sellado y timbres. Sin embargo, conv
iene aclarar, que el contrato de arrendamiento o subarrendamiento deberá inscribir
se en el Registro de la Propiedad, y consecuentemente constar en escritura pública
, cuando lo pida uno de los contratantes y obligatoriamente, cuando sea por más de
tres años o que se haya anticipado la renta por más de un año.
d)
Efectos: El efecto principal del contrato de arrendamiento es el siguiente: el a
rrendador (arrendante o locador) está obligado a entregar la cosa en estado de ser
vir al objeto del arrendamiento (la entrega debe hacerse inmediatamente si no se
fija plazo; pero si el arrendatario debe pagar la renta anticipadamente o prest
ar garantía, mientras no cumpla estas obligaciones, no estará obligado el arrendador
a entregar la cosa); y, el arrendatario (inquilino) está obligado a pagar la rent
a desde el día en que reciba la cosa, en los plazos, forma y lugar convenidos (a f
alta de convenio, la renta se pagará vencida, a la presentación del recibo firmado p
or el arrendador o su representante legal). Cesión del arrendamiento y el subarren
damiento (diferencias): El subarrendamiento es el contrato por virtud del cual u
na persona llamada subarrendador, se obliga a conceder el uso y goce temporal de
un bien, del que a su vez es arrendataria en diverso contrato, a otra persona l
lamada subarrendataria, quien se obliga a pagar como contraprestación un precio ci
erto. El subarrendamiento siempre implica la existencia de dos contratos; el cel
ebrado entre arrendador y arrendatario y el celebrado entre el arrendatario que
recibe el nombre de subarrendador y un tercero que recibe el nombre de subarrend
atario. En esto se diferencia de la cesión de derechos del arrendatario, en que sólo
subsistirá entre arrendador y cesionario arrendatario. En ese orden de ideas, el
Código Civil (artículo 1890) expresa que: “El arrendatario podrá subarrendar en
e)
163
todo o en parte la cosa arrendada si no le ha sido prohibido expresamente, pero
no puede ceder el contrato sin expreso consentimiento del arrendador. El subarri
endo total o parcial no menoscaba los derechos ni las obligaciones que respectiv
amente corresponden al arrendador y al arrendatario, ni altera las garantías const
ituidas para seguridad del contrato de arrendamiento”. Como se puede apreciar de l
a norma transcrita, para que el arrendatario pueda subarrendar un bien, total o
parcialmente, se requiere que en el contrato no aparezca prohibición expresa para
hacerlo; sin embargo, para que el arrendatario pueda ceder el contrato de arrend
amiento, es necesario el consentimiento expreso del arrendador para efectuar tal
cesión.
f)
La tácita reconducción y el derecho de tanteo: 1) La tácita reconducción: Para la Real A
cademia Española, reconducir significa, en términos forenses, prorrogar tácita o expre
samente un arrendamiento. En consecuencia, cuando esa prórroga no ha sido expresam
ente establecida, sino que se produce automáticamente, sin determinación previa, se
origina una prórroga tácita, o sea una tácita reconducción, originada por el simple hech
o de que el arrendatario continúe en el disfrute de la cosa arrendada, después de ve
ncido el plazo del arrendamiento, sin que el arrendador se oponga. Siguiendo ese
orden de ideas, el Código Civil guatemalteco (artículo 1887) expresa que: “Vencido el
plazo del arrendamiento, si el arrendatario no devuelve la cosa y el arrendador
no la reclama y, en cambio, recibe la renta del período siguiente sin hacer reser
va alguna, se entenderá prorrogado el contrato en las mismas condiciones, pero por
plazo indeterminado. La prórroga del contrato por voluntad expresa o tácita de las
partes, extingue las fianzas y seguridades que un tercero haya prestado para gar
antizarlo, salvo que el fiador se obligue expresamente”. 2) El derecho de tanteo:
Para la Real Academia Española, tanteo significa, en términos forenses, facultad que
, por ley o costumbre jurídica, tiene una persona para adquirir alguna cosa con pr
eferencia a los compradores y por el mismo precio que éstos. Sin embargo, para el
profesor José Castán Tobeñas es el derecho de preferencia que una persona tiene para l
a adquisición de una cosa en el caso de que el dueño quiera enajenarla. En Guatemala
se ha legislado (artículo 1886, último párrafo, del Código Civil) el derecho de tanteo,
con relación al contrato de arrendamiento, al establecer que el arrendatario tend
rá derecho de tanteo para la renovación del contrato por un nuevo plazo, siempre que
haya cumplido voluntariamente todas las obligaciones que contrajo a favor del a
rrendador. Ley de inquilinato: A la par de las normas reguladoras del contrato d
e arrendamiento establecidas en el Código Civil (artículos 1880 al 1941 –este último en
especial–), existe una ley especial denominada Ley de Inquilinato, la cual está cont
enida en el Decreto Número 1468 del Congreso de la República de Guatemala (de fecha
22 de junio de 1961),
g)
164
que regula el arrendamiento de viviendas y locales urbanos. Lo especial de esta
ley es que es de naturaleza tanto sustantiva como adjetiva o procesal; porque, p
rimeramente, regula los derechos y obligaciones correspondientes al locador y al
inquilino, y seguidamente establece normas especiales del procedimiento judicia
l de desocupación, al cual puede optarse según lo establecido en el artículo 237, segu
ndo párrafo, del Código Procesal Civil y Mercantil. Las características generales de e
sta ley son más bien limitativas que protectoras en relación con el inquilino. 2. EL
COMODATO.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: Por el contrato de comodato una perso
na entrega a otra, gratuitamente, algún bien mueble no fungible (los que, inversam
ente a los fungibles, no pueden ser sustituidos por otros de la misma calidad) o
semoviente (toda clase de ganado), para que se sirva de él por cierto tiempo y pa
ra cierto fin y después lo devuelva. 2) Naturaleza jurídica: El comodato es consider
ado, desde el punto de vista de nuestra legislación civil, un contrato gratuito, t
raslativo de uso y goce, principal, bilateral, consensual y de tracto sucesivo.
El comodato es considerado como un contrato de beneficencia, en el sentido de qu
e cualquier género de retribución destruiría la naturaleza esencialmente gratuita del
mismo y, por consiguiente, en tal caso, dejaría de ser comodato para convertirse e
n arrendamiento. Elementos y requisitos: El comodato, llamado también préstamo de us
o, goza de los siguientes elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° Personales: Los
elementos personales de este contrato son el comodante (persona que entrega la
cosa para ser usada gratuitamente) y el comodatario (persona que la recibe para
tal fin exclusivo); y, 2° Reales: Pueden ser objeto del comodato todas las cosas n
o fungibles (con mayor precisión, no consumibles), quedando excluidas las que se c
onsumen por el uso, pudiendo serlo éstas, sin embargo, cuando se entreguen ad pomp
am. 2) Requisitos: El comodato no se encuentra sujeto a ningún requisito en relación
con la forma. No es por lo tanto el comodato un contrato formal. En él, el consen
timiento puede manifestarse en cualquier forma en que los contratantes lo deseen
. Puede ser expreso o tácito. La entrega de la cosa exigida por algunos códigos civi
les extranjeros para la perfección del contrato de comodato no es un requisitos ne
cesario para tal efecto entre nosotros, pues, según nuestro Código Civil, este contr
ato existe aun antes de dicha entrega. Diferencias con otras instituciones: 1° Con
el arrendamiento, en que, siendo ambos contratos de uso y goce, el comodato es
eminentemente gratuito y el arrendamiento no; 2° Con la donación pura y simple, en q
ue, siendo ambos de naturaleza consensual y gratuitos, en el comodato se adquier
e el uso y goce de una cosa por cierto tiempo determinado y en la
b)
c)
165
donación se transfiere el dominio de la cosa a perpetuidad, salvo el caso de revoc
atoria; y, 3° Con el mutuo, en que el comodato es esencialmente gratuito y recae s
obre bienes no fungibles y el mutuo es eminentemente oneroso y recae sobre biene
s fungibles, es decir, consumibles.
d)
Regulación legal: Todo lo relativo al contrato de comodato está regulado en los artícu
los 1957 al 1973 del Código Civil.
E. CONTRATO DE CUSTODIA. 1. EL DEPÓSITO.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: Por el contrato de depósito una persona
recibe de otra alguna cosa para su guarda y conservación, con la obligación de devo
lverla cuando la pida el depositante, o la persona a cuyo favor se hizo o cuando
lo ordene el juez. 2) Naturaleza jurídica: El depósito es un contrato de naturaleza
real, pues se perfecciona mediante la entrega de la cosa para su custodia. Elem
entos y requisitos: 1) Elementos: 1° El consentimiento: Es el acuerdo de voluntade
s de dos sujetos, uno para recibir, conservar y restituir un bien (depositario)
y el otro para remunerar esos servicios o pactar expresamente que no exista esa
remuneración (depositante); y, 2° El objeto: El objeto como contenido de las prestac
iones de las partes, puede consistir en toda clase de bienes muebles o inmuebles
. 2) Requisitos: La ley no establece para el perfeccionamiento de este contrato
una forma determinada; lo que significa, que las partes pueden libremente escoge
r cualquier manera al efecto. Clasificación: De conformidad con varios ordenamient
os jurídicos diferentes al Código Civil, el depósito puede ser: 1° Depósito mercantil; 2° D
pósito administrativo; 3° Depósito judicial; 4° El llamado secuestro convencional; 5° Depós
to irregular; y, 6° Depósito de garantía. Regulación legal: Todo lo relativo al depósito s
e encuentra regulado en los artículos 1974 al 1999 del Código Civil; y, 714 al 717 d
el Código de Comercio de Guatemala.
b)
c)
d)
F. CONTRATOS DE SERVICIOS. 1. LA OBRA O EMPRESA.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: Por el contrato de obra o empresa, el
contratista se compromete a ejecutar y entregar una obra que
166
le encarga otra persona, mediante un precio que ésta se obliga a pagar. 2) Natural
eza jurídica: Las notas que caracterizan al contrato de obra frente a los demás son:
1° Que se trata de un contrato consensual meramente productor de obligaciones; 2° Q
ue su objeto no lo constituye la actividad humana en sí misma, sino en cuanto diri
gida a un resultado (obra) o únicamente el resultado de tal actividad (empresa); y
, 3° Que se exige una contraprestación determinada o determinable.
b)
Diferencia con el contrato de trabajo: Si existe dirección y dependencia del dueño d
e la obra, será un contrato de trabajo; pero si los materiales empleados son del e
mpresario, la dirección es por su cuenta y los riesgos de la obra son a su cargo,
será un contrato de obra a precio alzado. Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° P
ersonales: Figuran como tales en este contrato el contratista (empresario) y el
comitente (dueño de la obra a realizar); y, 2° Reales: La obra y el precio son los e
lementos reales de este contrato. 2) Requisitos: Nuestro legislador a este respe
cto expresa que el contratista está obligado a hacer la obra de entera conformidad
con las especificaciones del contrato y, a falta de ellas, en la forma, condici
ones y calidades acostumbradas en el lugar en que la obra se ejecute y que sean
necesarias para el uso a que se destina. El contratista está obligado, además a suje
tarse a los principios de la técnica y al plano o diseño que haya acepta el dueño. Ace
ptado por el dueño el presupuesto, plano o diseño, no podrá ser modificado sino por co
nvenio expreso de ambas partes, y por escrito si el contrato constare en esa for
ma. Regulación legal: Todo lo relacionado al contrato de obra o empresa se encuent
ra regulado en los artículos 2000 al 2026 del Código Civil.
c)
d)
2. LOS SERVICIOS PROFESIONALES.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: El contrato de prestación de servicios
profesionales es un contrato por virtud del cual una persona llamada profesional
o profesor se obliga a prestar un servicio técnico a favor de otra llamada client
e, a cambio de una retribución llamada honorario. 2) Naturaleza jurídica: Este, como
su nombre lo señala, es un contrato de prestación de servicios. Los servicios que s
e obliga a prestar el profesional son siempre actos técnicos y, por regla general,
actos materiales como los que realiza un médico en una intervención quirúrgica, un ar
quitecto en la construcción de un conjunto habitacional, o un notario en la redacc
ión de una escritura. El profesional siempre actúa en nombre propio y obra por su pr
opia cuenta al hacer ejercicio de una actividad profesional, independientemente
de que como consecuencia del contrato celebrado con su cliente, su trabajo deba
aprovechar y sea en beneficio de éste.
167
b)
Diferencia con el contrato de trabajo: Si existe dirección y dependencia de la per
sona que utiliza el servicio del profesional y dicho servicio es remunerado con
un sueldo o salario, será un contrato de trabajo; pero si en la relación jurídica cont
ractual sólo existe un vínculo o nexo entre profesional y cliente, y la retribución qu
e recibe el profesional por el servicio prestado es un honorario, será un contrato
de servicios profesionales. Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° El consentim
iento: Como en todo contrato debe existir un acuerdo de voluntades y con relación
a este contrato el acuerdo debe ser para la realización de ciertos actos de carácter
técnico y el pago de una remuneración por parte del cliente que toma el nombre de h
onorario; y, 2° El objeto: El objeto indirecto de este contrato (que es contenido
de las prestaciones de las partes) es doble: por una parte el servicio profesion
al y por la otra los honorarios. 2) Requisitos: La manera de exteriorización o soc
ialización del consentimiento en este contrato es libre, no impuesta; por lo tanto
, puede manifestarse en forma expresa o tácita. La ley solamente exige que por la
prestación de servicios, el profesional emita una factura o tiquete (tique o tíquet)
en el momento en que éste perciba la remuneración (véase los artículos 1, 2 numeral 2,
3 numeral 2, y 4 numeral 1, de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, Decreto N° 2
7-92 del Congreso). Responsabilidades profesionales: Los profesionales en el eje
rcicio de la misma pueden incurrir en: responsabilidad penal, responsabilidad ci
vil, responsabilidad administrativa y responsabilidad disciplinaria. Ley de Cole
giación Profesional Obligatoria: El reconocimiento de los colegios profesionales s
e encuentra, en primer término, en el artículo 90 de la Constitución Política de la Repúbl
ica de Guatemala, cuando establece que la colegiación de los profesionales univers
itarios es obligatoria y establece sus fines: la superación moral, científica, técnica
y material de las profesiones y el control de su ejercicio. Además les señala que d
eberán contribuir al fortalecimiento de la autonomía de la Universidad de San Carlos
de Guatemala y a los fines y objetivos de todas las universidades del país. Específ
icamente los define como “asociaciones gremiales con personalidad jurídica”. En ese or
den de ideas, el Congreso de la República de Guatemala, en el ejercicio de sus fun
ciones legislativas, promulgó el Decreto Número 62-91, que contiene la Ley de Colegi
ación Profesional Obligatoria en la que se desarrolla la normativa respectiva a lo
s colegios.
c)
d)
e)
168
G. CONTRATOS QUE RESUELVEN CONTROVERSIAS. 1. LA TRANSACCIÓN.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: La transacción es un contrato por el cu
al las partes, mediante concesiones recíprocas, deciden de común acuerdo algún punto d
udoso o litigioso, evitan el pleito que podría promoverse o terminan el que está pri
ncipiado. 2) Naturaleza jurídica: La transacción es un contrato accesorio, bilateral
y oneroso. Elementos y requisitos: 1) Elementos: 1° Personales: Los elementos per
sonales de la transacción son los sujetos de la controversia que se trata de termi
nar o prevenir; y, 2° Reales: El objeto de la transacción se desprende naturalmente
de la definición legal de la misma. 2) Requisitos: Para que la transacción sea válida
se requiere: 1° Que las partes tengan capacidad para disponer de lo que sea objeto
de la transacción; 2° Que las cosas o cuestiones sobre las cuales se transige, sean
dudosas o litigiosas; 3° Que las partes se prometan, cedan o den algo recíprocament
e; y, 4° Que, cuando se celebre por medio de mandatario, éste tenga facultad especia
l, no sólo para transigir, sino para los actos y contratos derivados de la transac
ción que necesiten facultad especial. La transacción debe redactarse por escrito, se
a en escritura pública o en documento privado legalizado ante notario; o bien, med
iante acta judicial, o petición escrita dirigida al juez, cuyas firmas estén autenti
cadas por notario. Diferencias con otras instituciones: 1) Con el compromiso: Mi
entras en la transacción son las mismas partes las que resuelven las diferencias q
ue las separan, en el compromiso, por el contrario, se encarga a una o más persona
s la resolución del desacuerdo. 2) Con el desistimiento: La transacción es un contra
to que opera extrajudicialmente (salvo la llamada transacción judicial), en tanto
que el desistimiento es una actuación judicial, de carácter unilateral. 3) Con la ac
eptación de la demanda o allanamiento: Con esta figura la transacción tiene exactame
nte la misma diferencia que con el desistimiento. Por consiguiente, estaremos aq
uí a lo dicho en el numeral anterior. 4) Con el pago: El pago indudablemente que c
onsigue como fin, si es realizado antes que se pronuncie la sentencia, el poner
fin al litigio; pero como acto unilateral que es, no puede confundirse con la tr
ansacción. 5) Con la condonación: Con la condonación o remisión de deudas, la transacción
tiene las diferencias a que: a.- La condonación no presupone ningún litigio que se h
aya producido ni que esté en perspectiva; y, b.- La falta de sacrificios recíprocos
en la condonación, dado que en ésta únicamente el acreedor cede. 6) Con la renuncia de
derechos: La renuncia de derechos es un acto de carácter unilateral que puede ser
revocado por la sola voluntad del renunciante; por consiguiente, se diferencia
de la transacción en que en dicha renuncia no hay bilateralidad. 7) Con la donación:
El carácter de gratitud de la donación,
b)
c)
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la diferencia tajantemente de la transacción, en la cual necesariamente hay oneros
idad, dado que ambas partes ceden recíprocamente. 8) Con la cosa juzgada: Con la t
ransacción las partes sustituyen su juicio al del juzgador, y pareciera que entre
ellas no hay diferencia; sin embargo, la transacción es un contrato, mientras que
la cosa juzgada no lo es, sus efectos también difieren radicalmente. 2. EL COMPROM
ISO.
a)
Definición y naturaleza jurídica: 1) Definición: La Ley de Arbitraje (artículo 10, numer
al 1), contenida en el Decreto Número 67-95 del Congreso, sólo establece que el acue
rdo de arbitraje deberá constar por escrito y podrá adoptar la fórmula de un “compromiso”
o de una “cláusula compromisoria”; entendiéndose esta como aquella en que las partes int
eresadas convienen en que las diferencias que puedan surgir entre ellas, general
mente como consecuencia de la interpretación o del cumplimiento de un contrato, se
rán dirimidas en juicio arbitral (de árbitros o de amigables componedores), y no ant
e la jurisdicción ordinaria. Asimismo, dicha ley (artículo 4, literal 1) expresa que
: “«Acuerdo de Arbitraje», o simplemente «Acuerdo», es aquél por virtud del cual las partes
deciden someter a arbitraje todas o ciertas controversias que hayan surgido o pu
edan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o
no contractual”. 2) Naturaleza jurídica: El compromiso es un acuerdo bilateral, one
roso y accesorio (esto último, en el sentido en que habla de la accesoriedad de la
transacción). Nota aclaratoria: De conformidad con el artículo 55 de la Ley de Arbi
traje quedaron derogados los artículos 2170, 2171, 2175 y 2176 del Código Civil, rel
ativos al contrato de compromiso; así como otros artículos relacionados con el tema
y que estaban consagrados en el Código de Comercio y en el Código Procesal Civil y M
ercantil. Por lo tanto, todo lo relacionado con el tema del compromiso se deberá e
star a lo reglamentado por dicha ley (Decreto N° 67-95 del Congreso).
b)
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