Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
La formación online, al ser mediada, tiene una estructura más compleja que la
formación tradicional pues el medio tiene que facilitar o desempeñar algunas
funciones que llevaban a cabo los alumnos o el profesor. En un curso de
formación de estas características, no sólo la comunicación es mediada, sino
que lo puede ser también la exposición de los contenidos, la realización de
actividades, o incluso la misma evaluación.
1.1. EL ALUMNO
El alumno debe ser siempre la pieza clave en todo programa de formación,
pues su finalidad primaria es que sea él quien alcance los objetivos propuestos.
Esto implica que deben estudiarse las circunstancias especiales de los
destinatarios de cualquier plan de formación y tenerlas en cuenta.
Por otro lado, Horton (2000: 18) señala que no todo el mundo está capacitado
para recibir formación online, sino que tiene que reunir algunas características.
El autor cita las siguientes:
1.2. EL PROFESOR
Dicho de otro modo, los contextos de formación online requieren del trabajo
conjunto de toda una serie de expertos, lo que llamaríamos un equipo docente.
La finalidad de este equipo docente sería la de conseguir un contexto didáctico
rico en contenidos, atractivo en su presentación, eficaz en su aplicación a la
vez que dinámico y flexible en su utilización.
Casi todos los autores coinciden en que, por lo menos, debe intervenir alguien
para desempeñar las siguientes funciones:
Hall (1997) y García Aretio (2001), entre otros, abordan esta cuestión. Aunque
están de acuerdo en lo fundamental, no coinciden totalmente, seguramente por
alguna de las razones que se acaban de señalar. En cuanto al número de
personas necesarias, no son demasiado explícitos. Hablan de un equipo de
personas que puede estar compuesto, desde por una única persona con gran
dedicación, hasta un equipo de cuarenta profesionales: varias de las funciones
requeridas las puede desempeñar una misma persona, siempre que tenga
suficiente dedicación para ello. Uniendo ambas opiniones, la relación de
funciones a desempeñar en la preparación y atención de un curso a distancia a
través de internet, podría ser la siguiente:
Seleccionar el
método
Asesorar las apropiado de Desarrollo de Evolución del
necesidades enseñanza Diseño de las Creación de las páginas de programa de
de los alumnos online lecciones las plantillas internet formación
Director del proyecto X X X X X X
Diseñador instructivo del X X X X X X
curso
Técnico de sistemas X X X X X
informáticos
Experto en la materia docente X X X X
Estudiantes X X X
Tutores X X
Asesor legal X X
Editor de los contenidos IX X X X
Programador informático X X X
Diseñador artístico X X X X
Webmaster X X X
Instructor X X
No es poco frecuente encontrar cursos en los que varias de estas funciones las
asume la misma persona.
Este coordinador didáctico dirigirá la adecuación de los objetivos del curso a las
actividades que los alu1üi1os tendrán que realizar. Velará también porque las
actividades y los materiales sean motivadores y acordes con el modelo de
curso que pretende impartir (entre auto-instructivo y colaborativo); que la
temporización sea la adecuada y asequible, que exista un equilibrio entre los
aspectos técnicos y los instructivos, etc.
Planificación-Organización:
Tecnología:
1. Evita dar soluciones tecnológicas a problemas instructivos (didácticos).
2. Reconoce que lo que aporta la tecnología es principalmente una mayor
interacción entre los alumnos y entre éstos y el profesor.
3. Asegura una correcta y adecuada asistencia técnica: el principal rol del
profesor es enseñar, y el del alumno es aprender, no pelearse con
problemas técnicos.
4. Ten en cuenta los cíclicos gastos de software, mantenimiento,
actualizaciones...
5. Presupuesta el personal necesario para poner en marcha los aspectos
técnicos, las comunicaciones...
6. Usa la tecnología para «reinventar» —no inmitar— la instrucción
tradicional.
7. No desprecies otras metodologías que no sean tan «tecnológicas»: lo
importante es que sirvan a la instrucción.
a) Al ser los tutores los que tienen un contacto más estrecho con los
alumnos, cada uno con los de su grupo, deberán informar
periódicamente al coordinador de la marcha de los alumnos que tienen
asignados: si el trabajo está siendo el previsto, las dificultades que
encuentran, su grado de participación, etc.
b) Puede ser conveniente no sólo recibir esa información, sino promover
alguna reunión entre todos los tutores para intercambiar experiencias y
unificar criterios. Como puede ocurrir que algunos de los tutores estén
en ciudades distintas, se puede utilizar alguna herramienta de
comunicación como el correo electrónico, un foro de discusión o un chat.
c) Con toda est1 información, el coordinador puede detectar que en un
grupo determinado el rendimiento está siendo menor, por lo que sugerirá
al tutor medidas concretas. Si las anomalías se producen en varios
grupos, puede decidir la modificación del calendario previsto o de alguna
actividad concreta para amoldar el curso a las circunstancias de los
alumnos.
d) Dependiendo de la herramienta que se utilice para llevar a cabo el curso
online, puede que los tutores no reciban automáticamente cierta
información sobre sus alumnos (número de accesos al curso, envío de
mensajes, consultas de los contenidos del curso, etc.); en ese caso el
coordinador les enviará periódicamente dicha información.
e) Se encargará así mismo de recordar, con una cierta antelación, algunas
actividades del curso que considere más importantes o cuándo finaliza
el plazo para determinados trabajos.
2. El contexto didáctico
McCormack y Jones (1998: 204 y ss.) establecen los siguientes pasos que hay
que dar en la elaboración de un curso online:
A pesar del receso de la teoría conductista durante la; «la (le los noventa,
alabas perspectivas han visto en la formación a distancia a tr;;vés de internet
tln modo de explotar todas sus posibilidades. internet permite la aplicación
óptima de lo que Skinner entiende por Instrucción Programada, y al rnlsmo
tiempo -gracias a las enormes posibilidades de comunicación de este medio-
ofrece ilimitadas modalidades de interacción social.
Así pues, podríamos realizar una división genérica de los cursos de formación
a través de internet en dos grandes grupos: por un lado, los que
denominaremos cursos auto-instructivos y, por otro, los cursos colaborativos.
Insistimos en que nunca se dan en estado puro, pero en todo curso de
formación online suele prevalecer una de las dos modalidades.
1
Cfr. Skinner (1975) para ver algunas de las aplicaciones de su teoría en la enseñanza por
medio de ordenadores. Cfr. también Bullock (1980) para ver un desarrollo posterior de la teoría
sobre Instrucción Programada.
2
Para un estudio sobre el pensamiento de Piaget en relación con otras investigaciones sobre el
aprendizaje cooperativo, cfr. Light y Littleton (1994). Cfr. también Piaget (1970) para conocer el
origen de su teoría.
3
Morphew (2000) analiza en su artículo las ventajas que la educación a distancia a través de
Internet puede aportar a la educación según el modelo constructivista.
Los cursos auto-instructivos (en los que está más 'presente la teoría
conductista) potencian el aprendizaje individual. Los núcleos temáticos se
compartimentan en pequeñas unidades de aprendizaje de modo que
contengan toda la información necesaria para alcanzar los objetivos
propuestos. Una vez el alumno finaliza una de estas pequeñas unidades, se le
plantea un cuestionario o un problema. Si lo resuelve correctamente pasa a la
siguiente unidad; en caso contrario se le aplica el refuerzo-oportuno, que en
ocasiones es simplemente una interacción con el profesor. Éste es
básicamente el modelo planteado por Tiffin y Rajasingham (1997: 50-51):
«Creemos que la interacción de estos cuatro factores —aprendiz, profesor,
conocimiento y problema en un contexto determinado— constituye el proceso
fundamental de comunicación que es la enseñanza. Todos estos factores
tienen que estar presentes para que se produzca la enseñanza, pero los
factores sólo existen en relación unos con otros y sólo durante el periodo de
tiempo que tarda el aprendiz en dominar la habilidad para resolver un tipo de
problemas. Cuando una persona "sabe" cómo solucionar un "problema" no
necesita "profesor" y ya no es un "aprendiz"»
Slavin (1995) señala que, aunque los primeros estudios psicológicos sobre la
cooperación fueron realizados alrededor de 1920, propiamente la
Investigaciones en el aula acerca de diversas técnicas específicas de
aprendizaje colaborativo no empezaron hasta la década de 1970. Slavin explica
cómo actúa el aprendizaje colaborativo en los estudiantes y cómo los
instructores pueden utilizar diversos métodos para que los alumnos aprendan
entre ellos. Así mismo recoge las principales metodologías diversas -dentro de
lo que comúnmente se denomina aprendizaje cooperativo o colaborativo- que
se dan en la actualidad (Student Team Learning, Student Teams-Achievement
Divisions, Team Acelerated Instruction, Cooperative Integrated Reading and
Composition, etc.), y quiénes son sus principales exponentes.
Entre los inconvenientes que tienen este tipo de cursos, podríamos mencionar:
Lógicamente, sería muy arriesgado decir cuál de los dos tipos de cursos que se
han presentado es mejor: dependerá de la adecuación de la metodología
elegida a los objetivos propuestos, al perfil de los alumnos y al carácter práctico
o teórico del contenido del curso.
Deforma más concreta, de las cuatro dimensiones o áreas en las que cualquier
estudiante puede autorregular su aprendizaje, a saber: los motivos para
aprender, los métodos utilizados, los resultados del aprendizaje y los recursos
ambientales (cfr. Roces y González, 1998), las tres últimas deben ser
claramente organizadas y promovidas en los procesos de formación online.
De estas cuatro dimensiones, parece claro que los profesionales que asumen
la necesidad de una formación permanente en su ámbito de trabajo están
intrínsecamente motivados, es decir, su interés deriva de la propia tarea en sí
misma.
Duart y Sangrá (2000) proponen un modelo pedagógico para los cursos online,
fundamentado en tres pilares: los materiales didácticos, la acción docente y la
evaluación continua. En el centro de todos ellos se encontraría el estudiante.
Este modelo nos parece válido, aunque a nosotros nos ha parecido más
oportuno hablar de contenidos (en vez de materiales) y comunicación (en vez
de acción docente). De este modo ampliamos el apartado de contenidos al
incluir también las actividades de aprendizaje que tienen que realizar los
alumnos (Duart y Sangrá las incluyen en el apartado de evaluación). Y
preferimos hablar de comunicación en vez de acción docente porque
deseamos resaltar que en el aprendizaje no sólo es importante la comunicación
con el profesor-tutor, sino también con el resto de compañeros del curso pues,
al realizar conjuntamente las actividades de aprendizaje colaborativo que
puedan existir, todos mejorarán su conocimiento del tema.