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OMS

DECLARACIÓN DE BANGKOK
Un compromiso para promover la protección
de la salubridad del entorno del niño
Los infrascritos, científicos, médicos y profesionales de la salud pública, docentes, ingenieros del medio ambiente, agentes comunitarios y representantes de varias organizaciones internacionales y de organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales de los países de Asia sudoriental y del Pacífico occidental, nos hemos reunido con colegas de distintas partes del mundo, del 3 al 7 de marzo de 2002 en Bangkok (Tailandia),
para comprometernos a colaborar en pos de la promoción y protección de la salud de los niños frente a las amenazas ambientales.

Se estima que, en todo el mundo, más de la cuarta parte de la carga mundial de morbilidad tiene su origen en factores de riesgo ambientales. Más del 40% de la carga de morbilidad medioambiental afecta a niños
menores de cinco años, a pesar de que éstos sólo constituyen el 10% de la población mundial. La carga de enfermedades pediátricas de origen ambiental que sufren los países de Asia y el Pacífico constituye un
problema insuficientemente reconocido que es necesario cuantificar y abordar.

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R
• Que un creciente número de enfermedades infantiles se ha asociado a la exposición a factores ambientales. Ello abarca desde las tradicionales enfermedades transmitidas por el agua, por los alimentos o por
vectores y las infecciones agudas de las vías respiratorias hasta casos de asma, cáncer, traumatismos, arsenicismo, fluorosis, algunos defectos congénitos y discapacidades del desarrollo.
• Que las exposiciones ambientales están aumentando en muchos países de la región; que se están detectando nuevos riesgos y que cada vez más niños están expuestos a entornos insalubres donde son
concebidos y donde nacen, viven, estudian, juegan, trabajan y crecen.
• Que cuando un embrión, feto, recién nacido, niño o adolescente (en adelante denominados en conjunto «niños») está expuesto a amenazas ambientales en etapas tempranas de su vida, un periodo de especial
vulnerabilidad, esas amenazas pueden tener efectos perjudiciales singulares y permanentes en su salud.
• Que en los países en desarrollo los principales problemas de salud ambiental que afectan a los niños se ven exacerbados por la pobreza, el analfabetismo y la malnutrición y son, entre otros, la contaminación del
aire exterior y de locales cerrados, la falta de acceso a agua salubre y saneamiento, la exposición a productos químicos peligrosos, los accidentes y los traumatismos. Asimismo, a medida que los países se
industrializan, los niños se ven expuestos a sustancias tóxicas generalmente asociadas a los países desarrollados, lo que crea una carga de morbilidad ambiental añadida. Este hecho merece una atención especial
tanto de los países industrializados como de los países en desarrollo.
• Que los riesgos ambientales son tanto de origen humano como de origen natural (p. ej., fitotoxinas, fluoruro, arsénico, radiaciones), y que ya sea aisladamente o en combinación pueden perjudicar gravemente a
los niños.
• Que el restablecimiento y la protección de la integridad de los sistemas de mantenimiento de la vida de la Tierra son esenciales para garantizar la salubridad del entorno del niño en el presente y en el futuro. Por
consiguiente, en las actividades encaminadas a promover esa salubridad deben tenerse en cuenta los cambios que se producen a nivel mundial, como el crecimiento de la población, las pautas de uso de la tierra
y de la energía, la destrucción del hábitat, la pérdida de diversidad biológica y el cambio climático.
• Que a pesar de la mayor preocupación de la comunidad científica y de los sectores educativo y social por las amenazas ambientales a la salud y al desarrollo de los niños, los progresos han sido lentos y siguen
quedando importantes problemas por resolver.
• Que los sectores de la salud, el medio ambiente y la educación deben adoptar medidas decididas y concertadas en todos los niveles (local, nacional, mundial), junto con otros sectores, para que nuestros países
puedan evaluar la naturaleza y magnitud del problema, detectar los principales riesgos ambientales para la salud infantil y establecer estrategias de vigilancia, mitigación y prevención acordes con sus culturas.

firmamos
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• Que es necesario reconocer plenamente el principio de que «los niños no son adultos pequeños» y adoptar en consecuencia un criterio preventivo. Hay muchos agentes químicos, biológicos y físicos que
afectan exclusivamente a los niños. Se debería proteger a todos los niños de los traumatismos, intoxicaciones y peligros de los distintos entornos en que nacen, viven, aprenden, juegan, se desarrollan y crecen
para convertirse en los adultos del mañana y en ciudadanos por derecho propio.
• Que todos los niños deberían tener derecho a gozar de entornos seguros, limpios y estimulantes que garanticen su supervivencia, crecimiento, desarrollo, vida sana y bienestar. El reconocimiento de este
derecho es muy importante cuando el mundo se encamina hacia la adopción de prácticas de desarrollo sostenible.
• Que la responsabilidad de garantizar que en todos los países se inicien, desarrollen y sostengan actividades orientadas a promover la identificación, la evaluación y la mitigación de los peligros físicos, químicos y
biológicos, así como de los peligros sociales, que amenazan la salud y la calidad de vida de los niños recae en los agentes comunitarios, las autoridades e instancias decisorias locales y nacionales, las
organizaciones nacionales e internacionales y todos los profesionales que se ocupan de cuestiones relacionadas con la salud, el medio ambiente y la educación.

os comprometemos a establecer redes activas e innovadoras a nivel nacional e internacional con otros colegas, en asociación con organizaciones gubernamentales, no gubernamentales e internacionales,
N para promover y proteger la salubridad del entorno del niño, e instamos a la OMS a apoyar las actividades que realicemos en todas las esferas, especialmente en las cuatro señaladas a continuación:

1.PROTECCIÓN Y PREVENCIÓN - Fortalecer los programas existentes y poner en marcha nuevos mecanismos que brinden a todos los niños acceso a agua y aire limpios, un
saneamiento adecuado, alimentos inocuos y una vivienda apropiada:
• Reducir o eliminar las causas y los desencadenantes ambientales de las enfermedades respiratorias y el asma, con inclusión de la exposición a la contaminación del aire de locales cerrados por el uso de
combustibles de biomasa y del humo de tabaco ambiental.
• Reducir o eliminar la exposición a metales tóxicos como el plomo, el mercurio y el arsénico, al fluoruro y a riesgos antropogénicos como desechos tóxicos, plaguicidas y contaminantes orgánicos persistentes.
• Reducir o eliminar la exposición a sustancias antropogénicas comprobada o presuntamente carcinógenas, neurotóxicas o tóxicas para el desarrollo y la reproducción, a sustancias inmunotóxicas y a toxinas
naturales. Reducir la incidencia de las enfermedades diarreicas aumentando el acceso al agua salubre y al saneamiento y fomentando iniciativas de mejora de la inocuidad de los alimentos.
• Reducir la incidencia de accidentes, traumatismos e intoxicaciones, así como la exposición al ruido, las radiaciones, los agentes microbiológicos y otros factores, mejorando todos los entornos donde más tiempo
pasan los niños, en particular el hogar y la escuela.
• Implicarse en las actividades internacionales dirigidas a evitar o disminuir los cambios ambientales globales y adoptar además medidas para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones a los efectos de esos
cambios.

2. ATENCIÓN E INVESTIGACIÓN SANITARIAS - Promover el reconocimiento, evaluación y estudio de los factores que repercuten en la salud y el desarrollo de los niños:
• Crear centros que se ocupen de las cuestiones relacionadas con la salubridad del entorno del niño.
• Desarrollar y poner en práctica estudios de investigación multidisciplinarios y cooperativos en asociación con centros de excelencia y fomentar el acopio de datos armonizados y su difusión.
• Incorporar el tema de la salubridad del entorno del niño en la capacitación de los dispensadores de salud y otros profesionales y alentar el uso de los antecedentes medioambientales.
• Conseguir apoyo financiero e institucional para actividades de investigación, acopio de datos, educación, intervención y prevención.
• Desarrollar métodos de evaluación de riesgos en los que se considere a los niños grupo de riesgo especial.

3. EMPODERAMIENTO Y EDUCACIÓN - Promover la educación de los niños y los padres respecto a la importancia del entorno físico y de su participación en las decisiones
que afectan a sus vidas, e informar a los padres, maestros y dispensadores de asistencia, así como a la comunidad en general, sobre la necesidad de que todos los niños gocen
de un entorno seguro, saludable y estimulante y sobre los medios para lograrlo:
• Impartir enseñanzas sobre salubridad ambiental a través de iniciativas de escuelas sanas y de educación para adultos.
• Incorporar asignaturas de salud y medio ambiente en todos los programas de estudio escolares.
• Empoderar a los niños para que puedan identificar los riesgos potenciales y sus soluciones.
• Impartir conocimientos especializados sobre salubridad ambiental a educadores, responsables de programas de estudio y administradores de escuelas.
• Generar información culturalmente idónea sobre la vulnerabilidad especial de los niños a las amenazas ambientales y sobre las medidas prácticas que se puedan adoptar para protegerlos, y hacer llegar esa
información a las familias y comunidades.
• Enseñar a las familias y a la comunidad a identificar los riesgos ambientales para sus hijos, a adoptar hábitos que disminuyan los riesgos a la exposición y a colaborar con las autoridades locales y el sector privado
en la elaboración de programas de prevención e intervención.

4. SENSIBILIZACIÓN - Promover la protección y el fomento de la salubridad del entorno del niño en todos los niveles, incluidos los niveles político, administrativo y
comunitario, y adoptar medidas al respecto:
• Aprovechar la experiencia adquirida para prevenir los trastornos de origen ambiental en los niños, por ejemplo mediante el fomento de leyes encaminadas a eliminar el plomo de todo tipo de gasolina, pinturas,
tuberías de agua y material cerámico, así como a garantizar la existencia de entornos sin tabaco en todos los edificios públicos.
• Sensibilizar a las instancias decisorias acerca de los resultados de estudios de investigación y de las observaciones de agentes comunitarios y proveedores de atención primaria que deban considerarse prioritarios
para proteger la salud de los niños.
• Promover políticas de salud ambiental que protejan a los niños.
• Fomentar entre las instancias decisorias y los posibles donantes una mayor conciencia de las amenazas ambientales conocidas para la salud de los niños, y colaborar con ellos y con otras partes interesadas en la
asignación de los recursos necesarios para aplicar las intervenciones oportunas.
• Cooperar con los medios de difusión para divulgar información sobre aspectos básicos de la salubridad del entorno del niño y sobre los problemas locales de salud ambiental y sus posibles soluciones.

Ha llegado la hora de que todos los interesados en la salubridad del entorno del niño pongan en práctica sus conocimientos.
Bangkok, 7 de marzo de 2002

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