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MEZCLAS

Siempre hay un riesgo cuando se encierra a uno u otro país en un modelo fijo. Los Estados
Unidos también ofrecen una lección interesante de transformación. Al comentar la baja
espectacular de los accidentes de trabajo en ese país se manifiestas tres factores de esta
evolución. Primero: se elige una nueva dirección sindical que desemboca en acciones
sindicales nuevas (pág 107). El segundo factor es el uso intensivo de la sociedad de la
información, en 1995 el voto de una ley obliga a las administraciones a hacer públicas las
informaciones no confidenciales que posee, sobre todo en materia de accidentes de trabajo.
El tercer factor recide en el pleno empleo estadounidense a fines de la década de 1990.

Con respecto al papel del sindicalismo, del Estado y de la sociedad de la información, el


ejemplo de los de los Estados Unidos en materia de lucha contra los accidentes de trabajo
mezcla varios términos que tienen un alcance general. Revela como instituciones antiguas
pueden aprender a coordinarse según modalidades nuevas, adaptadas a la vez a la
balcanización de la economía y a las palancas que da la sociedad de la información(pág.
108).

LA EXTRAÑEZA FRANCESA

Para captar la naturaleza del modelo francés hay que volver hacia atrás sobre las
condiciones históricas propias unicamente de los siglos XIX o XX. Retomaré la tipolofía que
fue propuesta por Philippe d´Iribarne, en un artículo titulado “Las tres figuras de la libertad”
(pág 109). El autor analiza las tres maneras distintas de pensar la libertad en Inglaterra, en
Alemania y en Francia. Para un inglés, ser libre significa no pertenecer jurídicamente a nadie,
no ser el esclabo ni el siervo de otro, ser el propietario de sí mismo. La segunda figura de
libertad es alemana. En la formulación kantiana, el hombre libre es aquel que no esclavo de
sus pasiones, que sabe someterse al imperativo categórico de la vida en sociedad. (pág.
110). La tercera figura es la que viene de Francia, donde el hombre libre es aquel que no
está sometido a otro en un sentido que no es jurídico sino casi psicológico: es aquel que
obedece a una lógica del honor”.

El modelo francés no es ni individualista en el sentido inglés, ni comunitario en el sentido


alemán. Está habitado, siemre según D´iribarne, por una contradicción entre entre dos
sistemas de valores que Francia nunca supo conciliar: Los valores clericales y los valores
aristocráticos. La Iglesia sustenta un discurso universal de la igualdad de todos frente a dios.
La aristocracia hace el elogio de la nobleza de las conductas que da y exige el rango
otorgado por Dios mismo a cada uno. Incapaz de reconcialiarlo. Prolongado esta
ambivalencia, la Revolución deroga privilegios e inmediatamente crea la Escuela Politécnica
y a Escuela Normal Superior, para ofrecer a la nación sus cuadros “naturales”; en pocas
palabras, su propia aristocracia (pàg.111).

La dicotomía entre las grandes escuelas y la universidad es una buena ilustración de la


escisión francesa. La universidad hereda los valores clericales, tuvo que hacr frente a la
democratización de la enseñanza superior a la manera de una orden medicante. Era muy
difícil entrar en la Escuela Politécnica. Las dificultades de Francia para aprovechar social o
humanamente el aspecto más positivo de la sociedad postindustrial, que es ser, en parte,
una sociedad del conocimiento (112).
El modelo francés, en su definición más positiva, deroga el origen social de sus élites. Quien
ingresa en la escuela Nacional de Administración deja de inmediato de ser hijo o hija de
campesinos: se convierte en un administrador civil del mismo rango, del mismo privilegio que
los otros. La República deja de ser una e indivisible para convertirse en el campo cerrado de
la reproducción social.

LA CRISIS DE LOS SUBURBIOS

La crisis de los suburbios de Francia es un formidable resumen de la dificultad francesa para


producir cohesión social (pág. 113)

Los jóvenes de los suburbios sufrente ante todo de una tasa de desempleo patológicamente
elevada. El desempleo francés sigue un gradiente claro. Las protecciones son fuertes para
aquellos que lograron adquirir antigüedad, los insiders, y bajas para quienes estén privados
de ella, los outsiders. La oposición entre los jóvenes y los adultos ilustra esta dicotomía. A los
jóvenes, las pasantias y los CDD (contrato de duración determinada); a los adultos, los CDI
(Contratos de duración indeterminada) y las ventajas atinentes. No obstente, lo que torna el
desempleo francés tolerable es que ser cree que en tanto los jóvenes terminan por volverse
adultos, ellos también se beneficiarán con la misma categoría. El hecho de que los jóvenes
puedan estar directamene a cargo de los adultos también desempeña un papel fundamental
(pág. 114).

Si el desempleo francés está en el límite de lo que es aceptable para la población en general,


se vuelte catastrófico para las poblaciones de riesgo. La existencia social de los jóvenes en
en los suburbios es frágil, debido a un lazo comunitario débil.

El ejemplo estadounidense, aunque inaceptable en Francia, muestra que la integración de


las minorías es sin lugar a dudas una función de la fuerza de las solidaridades
intracomunitarias (pág. 115)

¿Porqué algunas comunidades son débiles, y otras fuertes? Amenudo las comunidades
emigradas tienen éxito cuando el país de orien está en crisis. Lo cierto es que los Estados
unidos no tienen ninguna dificultad; incluso alientan este juego comunitario. El modelo
francés, que lo juega todo sobre la meritocracia republicana, es alérgico a la idea de que un
lazo comunitario fuerte pueda ser un factore de integración (pág. 116)

Prefiere recalcar más directamente que al ser débil el nivel escolar de los padres, la
desventaja de los hijos se vuelve pronto insuperable. También en los países emergentes la
desventaja escolar de los padres es aplastante, cuestión que no impide que algunos de ellos,
a veces en dos o tres generaciones, recuperen el retraso inicial. Francia, que escoge a sus
élites en el crisol de la esceula republicana, quiere convencerse de que ésta está abierta
para todos (pág. 117).

CONCLUSIÓN

Francia debe forjar nuevos convenios que le permitan resolver los problemas planteados por
la sociedad postindusrial: ser una sociedad del conocimiento, de la información, de nivel
planetario, y una sociedad de servicios ciyos desafíos sean locales (pág. 118). Debe
reflexionar sobre la transformación de su modelo socieal. La misma dificultad para
entenderse en Europa sobre las prerrogativas del Estado, del mercado o de los sindicatos da
fe de la dificultad de ser europeo en materia social.

Europa descrubre tardíamente que no basta con dotarse de un mercado único para crear una
ciudadanía compartida. Sin duda, para lograrlo se requieren menos mercancías y mayor
contacto directo, cara a cara, entro los mismos europeos. El proyecto de crear una Europa de
las Universidades adquiere aquí una importancia mayor. Como el filme L´Auberge espagole,
al frecuentar los mismos (pág. 119) pupitres los estudiantes no sólo contribuyen a dotar a
Europa de una palanca para la sociedad del conocimiento, sino que también siembran los
gérmenes de una comunidad moral, afectiva.

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