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TERCER ACTO
PERSONAJES:
MARSIAS
OREO
APOLO
(Un claro en el bosque, sobre el monte Tmolo. Hay un árbol, una gran roca plana para
sentarse y algunos arbustos alrededor. Al fondo se ven las montañas. Entra el fauno
Marsias, silbando una canción pastoril o el “Preludio a la siesta de un fauno”.)
MARSIAS: (Se sienta sobre la roca.). ¡Qué lindo día para componer una
canción! Lástima no haber traído conmigo ningún instrumento. (Como
Texto © 2009 Graciela Repún y Enrique Melantoni. Imagen © 2009 Silvana Broqua. Permitida la reproducción
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miento escrito de los autores. Prohibida la venta. Publicado y distribuido en forma gratuita por Imaginaria y
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Graciela Repún y Enrique Melantoni - Midas, el oro y el burro
respuesta a sus palabras, cae sobre su cabeza un aulos -flauta griega de dos cañas-.
Marsias lo recoge y lo mira con interés.). ¡A la flauta! ¿Y esto? ¿De dónde salió?
(Entra corriendo por el lado opuesto otro fauno.). ¡Oreo! Amigo mío… ¿Qué
pasa que corres tan asustado?
OREO: Tengo miedo de sus gestos. (La imita: se pone bizco e infla los cachetes.).
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Graciela Repún y Enrique Melantoni - Midas, el oro y el burro
¡Tonta criatura mortal! ¿Te atreves a compararte conmigo, con un dios?
Veremos en una justa competencia quién es el mejor músico: tú, con la
flautita o yo, con mi dorada lira. Pero si pierdes -¡y sé que perderás!…-
recibirás un castigo ejemplar…
APOLO: (Duda un momento.) ¿Crees que con Pan haré buenas migas
porque también es un dios? Tal vez tengas razón… Yo sólo puedo medirme
con alguien de mi nivel.
MARSIAS: ¿Las musas son las que ayudan a crear? ¿Esas que les soplan
al oído a los músicos, a los escritores, a los poetas todo lo que tienen que
hacer?
APOLO: (Escuchó todo y está cada vez más furioso. Señala el monte cercano,
hablando con ira mientras suena un nuevo trueno.) ¡Allí vive el espíritu del
monte Tmolo! ¿Estarían conformes si él fuera juez? Tmolo es inflexible:
jamás se inclina ante nadie.
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Graciela Repún y Enrique Melantoni - Midas, el oro y el burro
montaña? (Ambos ríen.) Hablando seriamente: un juez neutral contra nueve
musas a su favor… ¡Qué sentido extraño de la justicia tiene Apolo!
APOLO: (Suenan los truenos más fuerte que antes.) ¡Insensatos! No provo-
quen más mi lira… digo: mi ira. Como última oferta, les propongo que
sumemos al jurado: ¡al rey Midas!
OREO: (Al oído de Marsias.) Podría ser… Las simpatías de Midas están
con Dioniso…
OREO: (Al oído de Marsias.) Esos dos siempre se tuvieron pica… Apolo es
medido, prolijo. ¡Con razón no se soportan! Midas jamás traicionaría a
Dioniso porque a pesar de su nombre, nunca fue muy medido…
OREO: (Toma a Marsias por los hombros y lo sacude.) ¡No aceptes tan rápido!
Mirá si, en una de esas, solo estudió poesía… Tampoco sabemos cómo
le fue en las pruebas… Que el maestro sea bueno no quiere decir que el
alumno también…
APOLO: (Alzando los brazos.) Entonces, llamemos a los jueces… ¡Y que los
instrumentos comiencen a sonar!
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Graciela Repún y Enrique Melantoni - Midas, el oro y el burro
OREO: (Mira a Apolo, a Marsias y, finalmente, al público.) Me parece que en
esta competencia…, ¡los que vamos a sonar somos nosotros!
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