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CONTEXTO DE LA

EDUCACIÓN
SUPERIOR
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1. CONTEXTO GLOBAL DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

1.1. Situación de la Educación Superior en


Latinoamérica

En América Latina, el sistema de educación superior es muy


heterogéneo dadas las enormes divergencias en los planes y
programas de estudio y en los tipos de formación profesional.
La pertinencia de los sistemas de educación superior es
variable, si entendemos por pertinencia la adecuación de los
planes y programas de estudio a las necesidades y recursos
del país y la región. América Latina ha copiado o adaptado
planes y programas de estudio de los sistemas
norteamericano y europeo de educación superior, aun cuando
el desarrollo de nuestros pueblos ha sido muy diferente.
Algunos problemas que enfrenta la Educación Superior en
América Latina son :

- La falta de flexibilidad, que da lugar a planes de estudio


con una gran cantidad de asignaturas de carácter
obligatorio donde los alumnos tienen pocas posibilidades
de adquirir habilidades diversas dentro de su propia
profesión. Aún más, algunos planes de estudio de pre-
grado incluyen, como parte de su estructura académica,
una formación sobre-especializada al dividir la disciplina
en áreas a fin de que los estudiantes seleccionen sólo
una de ellas.

- La preeminencia de la formación escolarizada sobre la


vinculación de los alumnos con los posibles escenarios
de trabajo. En general, los planes de estudio no
consideran la inclusión de este tipo de actividades como
parte de la preparación profesional..

- La estructuración de planes de estudio con asignaturas


fundamentalmente teóricas, que no permiten al alumno
la aplicación de los conocimientos adquiridos.
- La falta de flexibilidad entre programas al no existir
salidas laterales o conexiones entre carreras.

Todos estos problemas apuntan a la necesidad de definir los


atributos mínimos indispensables que todo egresado de una
institución de educación superior debe tener para enfrentarse
con éxito no sólo al mercado laboral sino también al desarrollo
profesional y personal.

1.2. Situación de la Educación Superior en Colombia

En el informe conjunto de la Misión sobre Ciencia, Educación y


Desarrollo se hace el siguiente análisis de la problemática
educativa en el nivel de la Educación Superior :

• A pesar de excepciones notables, la baja calidad de la


educación superior tomada en conjunto es innegable.

• La investigación en la mayoría de las universidades es


muy escasa, a pesar de que la calidad de la educación
superior depende ante todo de la importancia que se le
asigne a la investigación.

• El énfasis profesionalizante en la educación. Muchas


universidades son realmente escuelas profesionales.
Una formación profesional basada en la mera
transmisión de conocimientos y no en la experiencia de
generarlos, conduce a profesionales desactualizados e
incapaces de actuar de manera productiva para
satisfacer las necesidades sociales y culturales del país.

• Nuestras instituciones de educación superior no


conforman un sistema con los niveles anteriores de la
educación, es decir, no constituyen un todo articulado,
armónico y con objetivos comunes. Tampoco conforman

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un sistema que ofrezca oportunidades de educación a
todos los que han terminado el nivel medio, pues menos
del 14% de la población entre 18 y 25 años está
incorporado a la educación superior. Tampoco atienden
equitativamente a quienes ingresan a ellas, pues apenas
la mitad llegan a obtener su título profesional. Además,
puesto que se supone equivocadamente que el título
profesional pone fin al ciclo educativo, las instituciones
de educación superior han descuidado también los
programas de educación continuada.

• La veloz y desordenada expansión cuantitativa de la


educación superior ha producido su masificación, de
suerte que ha decaído el tiempo efectivo de estudio, así
como las exigencias académicas formales, sin que se
hayan planteado alternativas. El tejido de
interrelaciones pedagógicas, curriculares y
extracurriculares entre docentes y estudiantes está
desapareciendo a ritmos alarmantes.

• La crisis vocacional que padecen programas que


deberían ser prioritarios para el futuro de la ciencia en el
país, como los de matemáticas, física, química o biología.
La disminución de la mal llamada carga académica del
profesorado en número de horas de clase, fomentada por
la necesidad de investigar y publicar, y por las presiones
gremiales, contradice la consistente y justificada
necesidad de aumentar el contacto tutorial entre
profesores y alumnos (pedagogías intensivas). Esta
contradicción está produciendo un incremento del costo
anual por estudiante, que parece insostenible a largo
plazo. No hemos encontrado modelos de atención a
grandes números de estudiantes que mantengan el
contacto personal con profesores y tutores; no sabemos
aprovechar a los mejores estudiantes como asistentes de
docencia; no sabemos aprovechar las nuevas tecnologías
informáticas, televisivas y semiescolarizadas para poder
atender más y mejor a la creciente demanda por
educación superior de calidad.

• Se advierte una creciente segmentación en el interior del


sistema universitario. La calidad educativa es muy
disímil según la universidad.

• Se nota una excesiva diversificación de programas de


pregrado, especializaciones y maestrías, sin que las
nuevas denominaciones correspondan a programas
innovadores seriamente diseñados como respuesta a las
necesidades de la sociedad.

• Hay una enorme deficiencia en la gestión administrativa


y la concepción obsoleta de la administración
universitaria oficial entorpece cualquier cambio. Nuestra
cultura universitaria da prioridad a la administración
sobre la academia.

• Se requiere revisar las relaciones recíprocas entre la


calidad y la cantidad de la educación y superar la
vaguedad en el uso de la noción de calidad en los
discursos políticos y hasta en los informes técnicos. Sin
calidad es imposible pasar de cierto punto en la
cobertura, pues los padres de familia dejan de considerar
importante la asistencia de sus hijos a los planteles, y los
estudiantes abandonan su educación por la frustración y
la sensación de irrelevancia que experimentan ante una
educación ajena a ellos.

• La enseñanza, entendida como una instrucción rígida,


metódica y orientada a los aprendizajes observables es
todavía la que predomina entre nosotros, a pesar de que
a nivel mundial se está consolidando una concepción de
las pedagogías orientadas a la construcción del
conocimiento, en las cuales se busca propiciar un
conjunto amplio y variado de experiencias inscritas en
contextos complejos que promueven efectivamente el
aprender. En éstas reaparece de manera intermitente el

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enseñar como una incitación al aprender, un
acompañamiento comunicativo, una colocación
estratégica de señales y signos que facilitan el camino
de la construcción o que colocan obstáculos que generan
disonancias y desequilibrios cognitivos en el camino de
las reestructuraciones conceptuales.

Asistimos a una verdadera crisis del conocimiento que se


manifiesta en el crecimiento desbordado de las distintas
ciencias, en la fragmentación del conocimiento en diferentes
disciplinas, cada vez más especializadas y sin puentes de
comunicación entre ellas; en el carácter provisional de los
conocimientos aprendidos y en la confusión que resulta al
identificar el conocimiento valioso con el conocimiento útil.
Todas estas transformaciones en el conocimiento se
encuentran reflejadas, a la vez que se producen, en el proceso
educativo.

En la universidad, este fenómeno se manifiesta de la siguiente


manera :

• En primer lugar, encontramos unos currículos


sobrecargados de conocimientos. Existe gran
preocupación por la cobertura más que por la
profundidad, por los contenidos de información más que
los principios y las estructuras. El error al que ha
conducido esta concepción es que el contenido de la
educación se define en términos de un repertorio de
cursos y no en función del conocimiento que una persona
educada debe poseer. En otras palabras, el contenido de
la educación no es el conocimiento en general sino el
conocimiento de disciplinas particulares. Otra
consecuencia importante d este enfoque es que el
conocimiento se centra en los contenidos de las
asignaturas más que en las estructuras conceptuales, y
en la enseñanza más que en el aprendizaje. Las formas
de enseñar y de aprender en la universidad también
obedecen a esta preocupación. Debido a la presión por
cubrir grandes extensiones de materia, muchos cursos
universitarios acaban por ser un mero ejercicio de
procesamiento de información, en el que el profesor no
puede hacer otra cosa que exponer lo que sabe, o bien
de manera directa (“dictando” su materia), o en el mejor
de los casos, poniendo al estudiante en contacto con las
fuentes de información. A su vez, el estudiante debe
desarrollar una gran habilidad para tomar apuntes en
clase y para resumir, manejar y recordar grandes
volúmenes de información. En estas circunstancias, el
método de enseñanza no puede ser otro que el método
expositivo, y la evaluación se reduce a indagar al
estudiante para que demuestre su habilidad en el
manejo de la información y en su capacidad de
memorización.

• En segundo lugar, el conocimiento se encuentra dividido


en la universidad. Este hecho se refleja en una total
fragmentación de la vida académica, la cual toma forma
en una absurda división del pensar que obedece
únicamente al alinderamiento de las disciplinas y a las
etiquetas profesionales. La creciente división y
especialización del conocimiento hace que se conceda
valor absoluto a saberes que son particulares y solo tiene
visiones parciales y, por lo tanto, incompletas de la
realidad.

• En tercer lugar, el conocimiento se ha instrumentalizado


en la universidad. Hay una tendencia cada vez más
arraigada a medir el valor de los conocimientos en
función de la utilidad que puedan tener para el ejercicio
profesional. En consecuencia, la selección de aquellos
conocimientos que la institución universitaria considera
valiosos (planeación curricular), se hace casi
exclusivamente con criterios pragmáticos de utilidad.
Con una racionalidad heredada de los esquemas
industriales, impuesta por un sistema social cuya
estructura de valores coloca el saber-cómo por encima

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del saber qué, las universidades definen el “perfil” del
futuro egresado, por lo general en términos de
habilidades y competencias que se expresan en
proposiciones del tipo “estar en capacidad de” o “aplicar
los conocimientos para”. El énfasis en la enseñanza por
objetivos definidos conductualmente, con verbos que
indiquen acciones observables y por lo tanto medibles,
es otro reflejo de esta obsesión de las universidades por
impartir conocimientos útiles. Al respecto, en el informe
de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo se
afirma : “ Dadas las complejas relaciones que tiene la
educación con el mundo laboral, es factible afirmar que
mientras la educación siga centrada en instruir
memorísticamente o en fomentar la adquisición de
habilidades y destrezas específicas, está contribuyendo
al desempleo como problema global”.

Ahora bien, es preciso reconocer que la universidad tiene que


ocuparse, como parte de su misión social, de la formación de
los profesionales en los distintos campos de especialización
del trabajo; pero esta no es su misión principal. Se sabe que
la empresa se ocupa cada vez más del entrenamiento
especializado y que en esto compite incluso con la
universidad. Y el pronóstico a nivel mundial es que esta
tendencia irá en aumento en las próximas décadas.

En el fondo, lo que este hecho está señalando de manera


elocuente es que, a pesar de los esfuerzos que hace la
universidad para preparar a los estudiantes en el ejercicio
profesional, en muchas ocasiones con olvido de otros
aspectos igualmente importantes en la formación, no
consigue, en últimas, darle al egresado todas las
competencias que éste necesita demostrar al competir por un
puesto de trabajo.

Lo que las empresas persiguen detrás de un título


universitario no es, pues, la garantía de que el candidato está
totalmente capacitado para el cargo, sino el respaldo de una
formación general y de una disciplina de trabajo con las
cuales podrá hacerle frente a los desafíos de la profesión. En
forma tácita, la empresa y la industria le conceden un gran
valor a un aspecto de la formación que no se está valorando
suficientemente en las mismas universidades.

Con base en los informes elaborados por las Misiones sobre


Ciencia y Tecnología, Ciencia, Educación y Desarrollo y la
Misión para la modernización de la Universidad Pública, se
detectó la siguiente problemática que afecta el desarrollo de
la Educación Superior en Colombia :

- Desarticulación y descontextualización.

• Falta una verdadera articulación entre los diferentes


componentes del currículo que se evidencia en la
carencia de interdisciplinariedad.

• No existe apropiación social de la ciencia y la tecnología


en el acervo cultural colombiano. No se ha integrado la
ciencia y la tecnología a nivel de la sociedad de tal
forma que dejen de ser factores exógenos a la cultura. El
interés de la sociedad y las instituciones educativas se
centra en los aspectos relacionados con la demanda de
tecnología en el sector productivo, sin darle mayor
relevancia al desarrollo de una capacidad de
investigación y de generación de conocimiento .

• Gran parte del sistema educativo vigente se caracteriza


por una enseñanza fragmentada, acrítica, desactualizada
e inadecuada, que no permite la integración conceptual,
lo cual desmotiva la curiosidad de los estudiantes y
desarrolla estructuras cognitivas y de comportamiento
inadecuadas.

• El currículo académico asume tácitamente una


concepción atomizada de la vida y de los saberes que
dificulta una visión integrada de la realidad. Los alumnos

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y maestros tampoco son vistos en una perspectiva
integral, pues se privilegia lo cognitivo sobre otras
dimensiones del quehacer humano.
• La inexistencia de un currículo integrador que estimule la
creatividad y fomente las destrezas del aprendizaje
contribuye al bajo nivel general de la educación, además
de la falta de información actualizada y de materiales
adecuados.
• Es necesario reforzar y animar a las comunidades
educativas para que propongan y desarrollen currículos
globales, interdisciplinarios, transversales y
significativos.
• Existe un desconocimiento del alcance de la ciencia y la
tecnología, lo cual conduce a la generación de simples
actividades manipulativas y constructivas sin incidir en
los aprendizajes conceptuales derivados de las mismas.
• Comúnmente las vivencias escolares son académicas,
poco prácticas y descontextualizadas del entorno, sin
estrategias complementarias para posibilitar la
aplicación de los saberes.
• Se ha distorsionado el alcance de la ciencia y la
tecnología asumiéndola solamente como problema de
infraestructura y adquisición de equipos.

- La Docencia

• Falta concientización y compromiso del talento humano


en la actualización y formación permanente que le
permita avanzar y proyectarse a nuevos esquemas y
formas de construcción en su propio beneficio, el del
educando y el de la sociedad de la cual hace parte como
transformador de su entorno.

• Hay una crisis de identidad en relación con la profesión


del docente y baja autoestima que no permite que se
reconozca como profesional de la educación.

• El maestro no ha logrado comprender que el cambio en


los procesos educativos va de la mano con la
transformación cognitiva del individuo; por lo tanto, si no
se investiga en ésta línea se desconocen los elementos
fundamentales para la generación de ambientes de
aprendizaje óptimos que proporcionen a los alumnos
oportunidades de prepararse, crear, investigar, gozar el
aprendizaje y apropiarse de la ciencia y la tecnología.

• El lenguaje del docente y su forma de enfocar


curricularmente el qué se enseña, cómo se enseña, para
qué se enseña y cómo se evalúa, sigue muy apegado a
lo tradicional, lo que dificulta enormemente las
innovaciones de fondo.

- La investigación

• La investigación como herramienta de aprendizaje y


enseñanza está casi ausente y es muy escaso el trabajo
por proyectos interdisciplinarios.

2. TENDENCIAS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

En 1998 la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior,


convocada por la UNESCO, promulgó lo siguiente :

• En un mundo en rápido cambio, se percibe la necesidad


de una nueva visión y un nuevo modelo de enseñanza
superior que debería estar centrado en el estudiante, lo
cual exige, en la mayor parte de los países, reformas en
profundidad y una política de ampliación del acceso,
para acoger a categorías de personas cada vez más
diversas, así como una renovación de los contenidos,
métodos, prácticas y medios de transmisión del saber,

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que han de basarse en nuevos tipos de vínculos y de
colaboración con la comunidad y con los más amplios
sectores de la sociedad.

• Las instituciones de educación superior deben formar a


los estudiantes para que se conviertan en ciudadanos
bien informados y profundamente motivados, provistos
de un sentido crítico y capaces de analizar los problemas
de la sociedad, buscar soluciones para los que se
planteen a la sociedad, aplicar éstas y asumir
responsabilidades sociales.

• Para alcanzar estos objetivos, puede ser necesario


reformular los planes de estudio y utilizar métodos
nuevos y adecuados que permitan superar el mero
dominio cognitivo de las disciplinas; se debería facilitar el
acceso a nuevos planteamientos pedagógicos y
didácticos y fomentarlos para propiciar la adquisición de
conocimientos prácticos, competencias y aptitudes para
la comunicación, el análisis creativo y crítico, la reflexión
independiente y el trabajo en equipo en contextos
multiculturales, en los que la creatividad exige combinar
el saber teórico y práctico tradicional o local con la
ciencia y la tecnología de vanguardia. Estas
reestructuraciones de los planes de estudio debería
tomar en consideración las cuestiones relacionadas con
las diferencias entre hombres y mujeres, así como el
contexto cultural, histórico y económico, propio de cada
país. La enseñanza de las normas relativas a los
derechos humanos y la educación sobre las necesidades
de las comunidades del mundo entero deberían quedar
reflejadas en los planes de estudio de todas las
disciplinas, especialmente las que preparan para las
actividades empresariales. El personal académico
debería desempeñar una función decisiva en la definición
de los planes de estudio.

• Los nuevos métodos pedagógicos también supondrán


nuevos materiales didácticos. Estos deberán estar
asociados a nuevos métodos de exámen, que pongan a
prueba no solo la memoria sino también las facultades
de comprensión, la aptitud para las labores prácticas y la
creatividad.

3. RETOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

En el mundo actual la posesión de conocimiento se ha


convertido en una de las más importantes ventajas
competitivas cuya aplicación ha generado grandes dividendos
en la producción y competitividad y en la generación de
riqueza y bienestar. El conocimiento, desde las ideas más
simples hasta las creaciones más complejas de la inteligencia
humana, su creación, sus aplicaciones y su difusión son
decisivos para el desarrollo de nuestros pueblos y lo serán
aún más en el inmediato futuro en la era de la
internacionalización de la economía y de la globalización.

La creación y desarrollo libre del conocimiento, su apropiación


a través de la docencia, la formación de los científicos,
profesionales y técnicos y su impacto en el servicio a la
comunidad, constituyen una de las tareas propias de las
instituciones de educación superior.

La formación de pregrado en las instituciones de educación


superior está llamada a reorientarse progresivamente para
concentrar su acción pedagógica en preparar personas con
una sólida fundamentación científica, tecnológica y humanista
que les permita insertarse de forma activa en un mercado
laboral en transformación que demanda capacidades
especiales de adecuación a la modernización y el cambio.
Por ello la formación de pregrado debe realizarse dentro de un
concepto renovado de las profesiones que habiliten a los
estudiantes para adecuarse en forma constante a nuevas
condiciones productivas o laborales y que los capacite para
aprender continuamente.

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