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PROPUESTA DE ESTRATEGIA E INSTRUMENTOS

PARA MEJORAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN


VENEZUELA

Octubre, 2004

El presente documento fue elaborado por Fernando Marrero, con el respaldo de Leonardo Gil, Viceministro de
Desarrollo Rural Integral del Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela, y el apoyo de Mónica Montero de
FAO, como parte del Proyecto FAO TCP/RLA/2909(F) “Estrategias e instrumentos para mejorar la Seguridad
Alimentaria en los países de la Comunidad Andina”, y en base a las conclusiones obtenidas de los talleres nacionales
y regionales del proyecto. La conducción general ha sido realizada por Salomón Salcedo y su coordinación técnica
por Jorge Escurra, bajo la orientación de Alberto Lora de la Secretaría General de la Comunidad Andina.
TABLA DE CONTENIDO

RESUMEN EJECUTIVO ................................................................................................................ 1

1 Antecedentes............................................................................................................................. 3
1.1 El Proyecto FAO TCP/RLA/2909(F) ............................................................................... 3
1.2 Definición y Alcance de la Seguridad Alimentaria .......................................................... 3
1.3 Alcance del Documento.................................................................................................... 4

2 El Marco Normativo de la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural en Venezuela a partir


de 1999 ............................................................................................................................................. 6
2.1 El Marco Constitucional: Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural.............................. 6
2.2 Leyes para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural en Venezuela .................... 10
2.3 La Planificación de las Políticas Públicas para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo
Rural en Venezuela. Marco Normativo...................................................................................... 11
2.4 La Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural en el Plan de Desarrollo de la Nación
2001-2007................................................................................................................................... 14
2.5 La efectividad de la acción del Estado: marco normativo y políticas públicas.............. 15

3 Estado Actual de la Seguridad Alimentaria en Venezuela ..................................................... 17


3.1 Características del País ................................................................................................... 17
3.2 Indicadores sociales y económicos................................................................................. 17
3.3 Pobreza e Inseguridad Alimentaria en Venezuela.......................................................... 18
3.3.1 Año 2002 ................................................................................................................ 18
3.4 Indicadores de Seguridad Alimentaria ........................................................................... 19
3.5 Situación de la Seguridad Alimentaria en el país ........................................................... 21

4 Acciones existentes para lograr Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural en Venezuela ... 23
4.1 Competencia en materia de políticas sobre Seguridad Alimentaria ............................... 23
4.2 Red Nacional de Capacitación para Seguridad Alimentaria y Desarrollo Endógeno .... 23
4.2.1 Programas y Acciones de la Fundación CIARA .................................................... 24
4.3 Los programas “Misiones” para la Seguridad Alimentaria ............................................ 26
4.4 Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA)................................................... 35

5 Lineamientos para el establecimiento de una Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y


para la Disminución de la Pobreza Rural en Venezuela................................................................. 37
5.1 Justificación de la Estrategia: Inseguridad Alimentaria y Pobreza ................................ 39
5.2 Lineamientos básicos del Plan: Viabilidad y Estrategia................................................. 41
5.3 Visión y Misión de la Estrategia de Seguridad Alimentaria .......................................... 42
5.4 Objetivos del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria ................................................. 43
5.5 Metas .............................................................................................................................. 44
5.6 Acciones para mejorar la Seguridad Alimentaria........................................................... 44

6 Conclusiones y Recomendaciones ......................................................................................... 48

Referencias Bibliográficas.............................................................................................................. 50
RESUMEN EJECUTIVO

El presente documento desarrolla el marco conceptual y presenta los lineamientos de una


estrategia de seguridad alimentaria y combate de la pobreza rural para Venezuela. El mismo,
forma parte del proyecto de cooperación técnica TCP/RLA/2909(F) “Estrategias e Instrumentos
para Mejorar la Seguridad Alimentaria en los Países de la Comunidad Andina”.

El informe está estructurado en seis secciones o capítulos.

El primer capítulo corresponde a los antecedentes, en esta sección se ubica el presente documento
dentro del programa de cooperación técnica suscrito entre FAO y el gobierno nacional. También
se presenta en forma breve el origen y el alcance del concepto de seguridad alimentaria utilizado
en el documento. Al final de la sección se resume el alcance del trabajo.

El segundo capítulo trata del marco normativo constitucional y legal de la seguridad alimentaria y
el desarrollo rural. Este capítulo es particularmente extenso y detallado. El lector debe advertir
que en 1999 se inicia un proceso constituyente en el país que culmina con la aprobación de una
nueva carta magna. A partir de entonces se inicia un período de cambios institucionales que
incluyen a la seguridad alimentaria y el desarrollo rural. En uno de sus artículos se define la
seguridad alimentaria y se presentan los lineamientos orientadores para alcanzarla. En el capítulo
se hace un análisis de los elementos del concepto constitucional de seguridad alimentaria y de sus
implicaciones en relación con el diseño de políticas públicas. También se enumeran en un cuadro
las leyes dictadas con posterioridad a la constitución cuyo objeto está relacionado con la
seguridad alimentaria y el desarrollo rural. El capítulo analiza muy brevemente la manera como la
constitución de 1999 y las leyes dictadas con posterioridad dan forma y contenido a las políticas
públicas que se diseñen tomando en cuenta los lineamientos del nuevo ordenamiento jurídico
constitucional y legal. Al final del capítulo, se hace referencia al Plan General para la Nación
2000-2007 y a las metas de seguridad alimentaria y desarrollo rural dentro de dicho plan.

El tercer capítulo es una breve descripción del estado de seguridad alimentaria del país. Comienza
con la enumeración de indicadores demográficos y socioeconómicos de interés. En el capítulo se
presentan datos estadísticos sobre disponibilidad y acceso alimentario, que junto a algunas
referencias que se mencionan, sirven para caracterizar el estado de inseguridad alimentaria que
padece una parte importante de los Venezolanos. Al final se sintetizan las señales de riesgo que
justifican una estrategia de seguridad alimentaria y combate de la pobreza.

En el capítulo cuatro se presentan las acciones y programas gubernamentales que se llevan a cabo
en la actualidad para la seguridad alimentaria y el desarrollo rural. Se hace énfasis en los
programas en los cuales el Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT) juega un papel principal,
bien sea como ejecutante o coordinador de las acciones. Se reconoce que si bien el tema de la
seguridad alimentaria debe enfrentarse de forma amplia e integral, incluyendo aspectos
nutricionales, educativos, de salud, etc. que van más allá de lo alimentario, también se señala que
el MAT es quien tiene la competencia legal específica para diseñar, coordinar y ejecutar políticas

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sobre seguridad alimentaria y desarrollo rural, sin perjuicio de las competencias que sobre esta
materia pudieran tener otros entes de la administración pública en Venezuela.

En el quinto y último capítulo se presentan los lineamientos para la construcción de un plan


nacional para la seguridad alimentaria. Se expone la visión, la misión, los objetivos y las metas de
la estrategia. Al final del capítulo se enumeran un conjunto de acciones a seguir para el logro de
los objetivos y de las metas de la estrategia. Se resalta que los planificadores no deben perder de
vista en el diseño de sus programas a los cinco componentes esenciales de la seguridad
alimentaria: disponibilidad de alimentos ,acceso a éstos, estabilidad, uso e institucionalidad.

Finalmente aparecen las principales conclusiones y recomendaciones y las referencias utilizadas


para la elaboración del documento.

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1 ANTECEDENTES

1.1 El Proyecto FAO TCP/RLA/2909(F)

En septiembre del año 2000 los dirigentes del mundo se comprometieron durante la Cumbre del
Milenio, al cumplimiento en un lapso de 15 años, de un conjunto de metas específicas conocidas
como los objetivos del desarrollo del milenio. El primero de esos objetivos es reducir a la mitad el
porcentaje de personas que sufren de pobreza extrema y de hambre. Este objetivo es retomado de
la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996.

Los países de la Comunidad Andina (CAN), Venezuela entre ellos, signatarios del referido
compromiso, han ratificado la voluntad de luchar contra la pobreza y de establecer lineamientos
estratégicos para la formulación de una política de seguridad alimentaria que permita combatir el
hambre y la desnutrición de importantes sectores de la población en esos países.

A nivel de la subregión, y a fin de contribuir con los países andinos en el logro de tales objetivos,
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), lleva
adelante el proyecto de cooperación técnica TCP/RLA/2909(F) “Estrategias e Instrumentos
para Mejorar la Seguridad Alimentaria en los Países de la Comunidad Andina”, cuyos
objetivos son:

ƒ Objetivo General: apoyar a los gobiernos de la CAN en la formulación de programas y


diseños de instrumentos para mejorar la seguridad alimentaria regional, el fortalecimiento
institucional y la capacidad técnica.

ƒ Objetivos Específicos:

o Formular una estrategia y programas a nivel regional para mejorar la seguridad


alimentaria y combatir la pobreza en el medio rural.

o Formular proyectos de inversión para el desarrollo rural revalorizando las


experiencias nacionales.

El presente documento colabora con el diseño de la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria


de Venezuela y aporta elementos para la elaboración de una Estrategia Regional de Seguridad
Alimentaria.

1.2 Definición y Alcance de la Seguridad Alimentaria

El consumo de alimentos debe verse como un hecho social muy complejo necesario para
satisfacer una necesidad fisiológica fundamental. Podemos citar una definición ilustrativa de
consumo de alimentos que nos aproxime al entendimiento del fenómeno alimentario:

“...el consumo de alimentos...(...)...es el resultado que ocurre entre una población, con unas determinadas
características demográficas y socioeconómicas, desagregación geográfica, niveles y patrones de consumo, que se

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enfrenta a una determinada disponibilidad de alimentos, energía y nutrientes, al nivel del comercio detallista, la cual
tiene también unas determinadas características de estructura, estacionalidad, localización, accesibilidad, etc”
(Calvani, 2003; p.7)

El enfrentamiento que sugiere la anterior definición, entre una población demandante y la


disponibilidad de alimentos, determina a la larga el estado nutricional, el cual deriva en
consecuencias para el desarrollo individual y colectivo de una nación.

Cuando falla el consumo alimentario pueden generarse no solamente problemas nutricionales,


también puede conducirnos a una situación más compleja que afecta negativamente la seguridad
alimentaria.

Ahora bien, el concepto de seguridad alimentaria ha pasado por una elaboración doctrinaria hasta
el día de hoy, donde el concepto es visto desde un punto de vista multidimensional. La seguridad
alimentaria puede ser vista a nivel individual, a nivel del hogar o la familia e incluso a nivel
nacional o del país. Algunos confunden el concepto con el de autoabastecimiento o
autosuficiencia alimentaria. Sin embargo, a pesar de que puede ser interpretado de diversas
maneras, el concepto que hoy en día se maneja va más allá de la simple disponibilidad de
alimentos y se refiere también al acceso o capacidad de la población para adquirir los alimentos
(Mercado y Lorenzana, 2000; Reutlinger, 1987).

El consumidor, eslabón final de la cadena alimentaria, por mucho olvidado, pasa a ser tomado en
cuenta como parte fundamental del concepto. Basta simplemente observar un mundo donde la
oferta de alimentos cubre sobradamente la demanda global, para comprender que hay algo más
detrás de los estados de inseguridad alimentaria o de los peores casos de desnutrición.

La FAO ha desarrollado un concepto de seguridad alimentaria que se cita, para el cual:

“todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos
para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida
activa y sana” (FAO, 2002)

En este concepto destacan los elementos esenciales, a saber: i) la disponibilidad de los alimentos,
ii) la capacidad para adquirirlos y iii) la estabilidad, siendo además fundamental el aspecto
institucional . En este informe se asimila tal concepto, el cual por cierto, es también asimilado en
la constitución de Venezuela, tal y como se verá en el capítulo que sigue.

1.3 Alcance del Documento

En el Informe sobre Desarrollo Humano Venezuela 2000, denominado Caminos para superar la
pobreza, se establece que “formular una estrategia de superación de la pobreza es una tarea
colectiva, que no corresponde exclusivamente a los técnicos ni al gobierno, que requiere
incorporar las preocupaciones de la población afectada y de otros sectores de la población cuya
acción es indispensable” (OCEI y PNUD, 2000; p.52). Este razonamiento puede aplicarse
igualmente en la elaboración de una estrategia de seguridad alimentaria y para la disminución de
la pobreza rural en Venezuela, objeto del presente documento. Valga esta consideración previa
para que el lector pueda comprender la tarea encomendada dentro de su justa dimensión.

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El presente informe desarrolla el marco conceptual de una estrategia de seguridad alimentaria y
los lineamientos de esta estrategia. La elaboración de un plan, como tal, es una actividad más
compleja, no tanto por la sustancia que debe contener, sino porque requiere que se involucren y
participen en su elaboración una variada gama de actores, entre ellos la propia comunidad a la
cual va dirigido. El presente documento es un informe técnico que dedica particular atención al
marco normativo que sirve de fundamento a las políticas sobre seguridad alimentaria y desarrollo
rural, a partir de la promulgación de la constitución de 1999. Se ha buscado ser coherente desde el
principio, desde el propio concepto de seguridad alimentaria contenido en la carta magna
venezolana, el cual se toma como fundamento para que las acciones que se sugieren dentro del
marco de la estrategia propuesta no entren en contradicción con el marco legal vigente y, además,
puedan aprovechar los aportes novedosos que éste contiene.

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2 EL MARCO NORMATIVO DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL
DESARROLLO RURAL EN VENEZUELA A PARTIR DE 1999

En la actualidad, existe un creciente interés acerca del papel que juegan las leyes y las
instituciones legales en el desarrollo. Se necesitan buenas leyes y un funcionamiento eficiente de
las instituciones para lograr un ambiente efectivo tanto para las iniciativas públicas como para las
iniciativas privadas y, particularmente, las locales. El adecuado marco normativo e institucional
produce un ambiente favorable a las inversiones, crea incentivos dirigidos a la productividad y a
la organización de las comunidades, y trae como consecuencia que las intervenciones
gubernamentales sean realmente efectivas. En consecuencia, un análisis detallado del marco
normativo nacional forma parte integral de la valoración que se haga acerca de la viabilidad de las
políticas públicas que se pretendan ejecutar, así como de cualquier plan de inversión para el sector
rural (FAO, 2000b).

Dentro del tema que nos ocupa en este informe, no podía quedar al margen un tipo de análisis
como el señalado, así sea solo para hacer referencia sobre el marco constitucional y legal que rige
en relación con la seguridad alimentaria y para el sector rural en Venezuela; más aun si se toma en
cuenta que el país cambia su constitución a finales de 1999 y a partir de ese momento comienza
un proceso de cambio normativo e institucional del cual no escapan ni los temas ni los sectores
que son objeto de estudio en el presente estudio. Sobre esto se trata en los próximos párrafos,
aunque aclarando que el análisis se limita al nivel constitucional y legal, es decir, no tomando en
cuenta, por razones del alcance de esta investigación, a las normas de rango sublegal, sin que ello
sea un obstáculo para reconocer que también la legislación subsidiaria forma parte, del
ordenamiento jurídico relevante sobre un área particular.

2.1 El Marco Constitucional: Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural

Ya fue señalado con anterioridad que a partir de 1999, con la promulgación de una nueva
Constitución en Venezuela, comienza un proceso de transformación institucional que se
manifiesta, entre otras formas, por la ejecución de una serie leyes y otros instrumentos
normativos, cuya finalidad no es otra que la de ajustar el marco jurídico venezolano al espíritu,
propósito y razón que el constituyente le dio a la nueva carta política.

La actual Constitución venezolana, aprobada por vía de un referéndum popular el 15 de diciembre


de 1999, coloca en el Estado mayores responsabilidades y deberes de los que tradicionalmente le
habían sido otorgados en constituciones anteriores (Garay, 2001). Es así como el artículo 2 de la
carta magna establece que “Venezuela se constituye en un estado democrático y social de
Derecho y de Justicia...”, con lo cual no se deja duda de que los aspectos sociales deberán ser
prioritarios en todas las actuaciones de la administración. Sin embargo, se hace justo señalar que
la constitución también procura la participación ciudadana en la toma de decisiones públicas, a
través de diferentes formas de organización en ella señaladas, con lo cual se reconoce
implícitamente la necesidad de acercar la gestión pública al ciudadano mediante diversos
mecanismos de transferencia de funciones desde el gobierno central hacia los gobiernos
regionales y locales, y desde ambos niveles de gobierno hacia la comunidad. Por ello en el
artículo 6 se habla de un sistema democrático participativo en lugar del tradicional régimen
representativo que caracteriza a la mayoría de las democracias mundiales.

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La Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural, materias que forman parte central del presente
documento, son temas delineados de forma programática en la actual Constitución de la
República, y regulado posterior a su promulgación, en instrumentos normativos de rango legal y
sublegal. Así, el artículo 305 de la Constitución, recoge no solamente el concepto de seguridad
alimentaria que sirve de fundamento a la nación, sino también establece los lineamientos que
deberán tomar en cuenta los planificadores para alcanzarla. Este artículo reza1:
Artículo 305: El Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral a
fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de
alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor. La
seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna,
entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de
alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo económico y social de la Nación. A tales fines, el
Estado dictará las medidas de orden financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra,
infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueren necesarias para alcanzar niveles estratégicos de
autoabastecimiento. Además, promoverá las acciones en el marco de la economía nacional e internacional para
compensar las desventajas propias de la actividad agrícola.

El Estado protegerá los asentamientos y comunidades de pescadores o pescadoras artesanales, así como sus
caladeros de pesca en aguas continentales y los próximos a la línea de costa definidos en la ley.
La Constitución de 1999 le otorga una jerarquía fundamental a la seguridad alimentaria y el
artículo 305 precedentemente citado, es la referencia primaria al respecto. Este artículo, al mismo
tiempo que establece la seguridad alimentaria como una garantía de rango constitucional, resalta
varios elementos sobre los que se fundamenta el concepto, de los que vale la pena mencionar los
siguientes:

1) La Seguridad Alimentaria es definida como:


a. disponibilidad suficiente y estable de alimentos; y
b. acceso oportuno y permanente a los alimentos por parte del público consumidor.

2) La Seguridad Alimentaria se alcanzará mediante el desarrollo y privilegio de la actividad


agropecuaria nacional.

3) La producción de alimentos es de interés nacional, y como tal, el país deberá alcanzar


niveles estratégicos de autoabastecimiento, por tanto, el Estado deberá dictar medidas
financieras, comerciales, de transferencia tecnológica, de tenencia de la tierra,
infraestructura, de capacitación, entre otras, para el logro de los fines propuestos.

4) Para el logro de la seguridad alimentaria debe contarse con una institucionalidad


fortalecida.

En el referido artículo también se expresa que la actividad agropecuaria sustentable es la base


estratégica del desarrollo rural integral, y que se debe otorgar protección especial a las unidades
de producción pesquera artesanal y de sus comunidades, con lo cual se establece el vínculo entre
seguridad alimentaria y desarrollo rural integral, ya que éste tiene su fundamento en la
sustentabilidad de la producción primaria, llevada a cabo de tal manera que permita alcanzar

1
Cada vez que se cite o se comenten artículos de la Constitución de 1999, se ha consultado la última versión de la carta magna publicada en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.453 de fecha 24 de marzo de 2000.

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niveles adecuados de seguridad alimentaria para la población, en los términos del precitado
artículo 305.

Queda claro que el concepto de seguridad alimentaria, que se asimila en la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela, es un concepto integral, que toma en cuenta no solamente la
producción de bienes agropecuarios, acuícolas y pesqueros, sino también considera al consumidor
y sus posibilidades de adquirir éstos bienes en un mercado formal2. El concepto de Seguridad
Alimentaria que se recoge en la actual constitución, se acerca mucho al concepto respectivo
manejado hoy en día por la FAO, todo lo cual representa un avance conceptual en esta materia en
la actual constitución nacional.

En efecto, desde la primera Cumbre Mundial de la Alimentación celebrada en 1996, o inclusive


antes, hasta el presente, la FAO viene manejando con pocas variantes un concepto de seguridad
alimentaria para el cual “todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus
preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana” (FAO, 2002). Este
concepto implica cuatro condiciones, apoyadas por acciones que fortalezcan a las instituciones
involucradas. A decir de Carrizales (2003), para la existencia de la seguridad alimentaria, a saber:
i) una oferta de alimentos capaz de cubrir los requerimientos nutricionales de la población, lo que
incluye tanto a los alimentos producidos dentro del territorio de un país, como los importados; ii)
la estabilidad permanente de la disponibilidad de alimentos, previendo inclusive condiciones
extremas o calamitosas; iii) la accesibilidad de los alimentos a la población a través de la cadena
de comercialización y transporte; y iv) la calidad e inocuidad de los alimentos.

Un país puede contar con una oferta suficiente de alimentos, y sin embargo, tener sectores
cuantitativamente importantes de su población en estado de inseguridad alimentaria, vale decir,
con problemas de hambre y desnutrición, debido a que no disponen de ingresos suficientes para
satisfacer la demanda de alimentos que requieren (Mercado y Lorenzana, 2000; Sen, 1998).
Cuando en el artículo 305 se señala que la seguridad alimentaria se entiende como disponibilidad
de alimentos y “acceso oportuno y permanente a éstos por parte del público consumidor”, no
puede este aspecto comprenderse integralmente sin tomar en cuenta el acceso económico, es
decir, los hogares deben disponer de ingresos suficientes para adquirir los bienes alimentarios que
se venden en el mercado y satisfacer los requerimientos nutricionales mínimos de sus miembros.
El acceso económico a los alimentos se expresa en lo que se ha denominado el Poder de Compra
Alimentario, esto es, la capacidad adquisitiva de alimentos por día, variable que incide en las
cantidades de alimentos, de energía y de nutrientes consumidos diariamente.

En relación con el diseño de políticas públicas para mejorar la seguridad alimentaria, el asunto
estará en cómo conciliar el acceso a los alimentos de la población, con niveles estratégicos de
autoabastecimiento. Cómo diseñar una estrategia de seguridad alimentaria que le permita al
consumidor, particularmente al de escasos recursos, alimentos económicos, inocuos y de calidad,
a la vez que se promueva un desarrollo agropecuario doméstico armónico, competitivo y eficiente,
tareas que aunque deseables, no siempre resultan conciliables. Este es el reto de los planificadores
y de las políticas públicas que se diseñen, aspecto sobre el cual se hablará en capítulo posterior.
2
La adquisición por parte de la población de los bienes alimentarios en los mercados formales, representa un desiderátum que se debe procurar,
porque entre otras razones el Estado puede ejercer de manera más efectiva la tarea de supervisar la calidad e inocuidad de los alimentos, control
que es casi nulo o difícil de lograr a nivel de los mercados informales.

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Por otra parte, de la misma manera que para la seguridad alimentaria, la actual constitución de
Venezuela entrega al Estado la responsabilidad de ser el gran promotor del desarrollo rural
integral. Es así como el artículo 306 establece:

Art. 306: El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el propósito de generar empleo
y garantizar a la población campesina un nivel adecuado de bienestar, así como su incorporación al desarrollo
nacional. Igualmente fomentará la actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra mediante la dotación de las obras
de infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.

El desarrollo rural en este artículo no queda definido, como sí fue definida la seguridad
alimentaria en al artículo 305. El artículo 306 constitucional es un artículo típicamente
programático, es decir, señala las metas que se deberán alcanzar y los lineamientos que se deberán
seguir para establecer las condiciones necesarias que fomenten el desarrollo rural integral. Queda
en las leyes y otros actos normativos que se dicten posteriormente, el logro de tal finalidad. Sin
embargo, este artículo es lo suficientemente específico como para determinar la obligación que
tiene el Estado para dictar medidas y políticas concretas en materia de infraestructura rural (vías
de penetración, obras de riego y drenaje, vivienda rural, comunicaciones, etc.), de insumos
(política de oferta y precios de los agroquímicos, semillas y demás insumos), de financiamiento,
de servicio y de asistencia técnica.

El artículo 306 debe complementarse con el 307 que toca directamente el régimen de la propiedad
predial, señalando el derecho que tienen todos los productores agropecuarios a la propiedad sobre
sus tierras, y declarando al latifundio como contrario al interés social.

Los artículos constitucionales anteriormente señalados, el 305 referido a la seguridad alimentaria,


el 306 referido al desarrollo rural y el 307 referido al derecho a la propiedad rural, conforman una
tríada de normas que junto a los numerales 23 y 25 del artículo 156 referido a las competencias
del Poder Público sobre las políticas agrícolas y de seguridad alimentaria, son la base del sistema
jurídico agrario constitucional de Venezuela en la actualidad.

Debe señalarse, además, que los artículos 305, 306 y 307 están contenidos en el Capítulo I del
Título VI de la Constitución, que se refiere al Régimen Socioeconómico de la Nación y a la
Función del Estado en la Economía. En él se le otorga al Estado una responsabilidad primordial;
sin embargo, este papel no puede ser entendido como exclusivo ni excluyente, debido a que el
propio constituyente quiso darle también a la iniciativa privada un rol activo, tal como se señala
en el artículo 299 del citado Capítulo I, cuando se establece que “...El Estado, conjuntamente con
la iniciativa privada, promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional....” (el
subrayado es nuestro). Consecuentemente es conveniente entender que toda política sobre
agricultura, seguridad alimentaria y desarrollo rural debe tomar en cuenta a los particulares y tener
la virtud de motivarlos e integrarlos a la acción ejecutiva gubernamental.

El análisis de las políticas públicas es fundamental para comprender la delimitación entre las
competencias propias del Estado y las de los particulares, tomando en cuenta que cuanto menos
exclusiva sea una determinada acción de política, mayor será su efectividad. Para el planificador
es más acertado pensar en los límites del Estado que en sus posibilidades (Kelly, 2003). A los

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particulares corresponde el desarrollo de sus posibilidades dentro de un marco de oportunidades y
de un ambiente de confianza y certidumbre que debe proporcionar el Estado.

2.2 Leyes para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural en Venezuela

Los elementos programáticos en relación con la seguridad alimentaria y el desarrollo rural que se
establecen en los artículos constitucionales 305 y 306, se desarrollan en las leyes que se han
dictado posteriormente a la promulgación de la Constitución, con el objeto de darle cuerpo a los
principios contenidos en ella, y particularmente en los referidos artículos. El marco legislativo
determina la jerarquía de decisiones y opciones que tiene el diseñador de las políticas públicas. De
allí la importancia que tiene el conocimiento de todo el universo normativo que regula a un
determinado sector de la vida pública.

Entre las leyes dictadas con el objeto de materializar la garantía de la seguridad alimentaria y la
promoción del desarrollo rural integral, destacan las que se presentan en la Tabla 1.

Los diseñadores de políticas públicas, y los responsables de sus ejecutorias, disponen como
primer elemento, del marco normativo que regula sus actividades y define sus competencias. Por
lo tanto, tal como ya había sido señalado, el conocimiento de las leyes vigentes relacionadas
directamente con la actividad administrativa regulatoria de la seguridad alimentaria y el desarrollo
rural, es una condición necesaria. Este marco normativo orienta y determina la acción
administrativa diaria, vale decir, la de rango sublegal, la de los decretos del ejecutivo o de las
resoluciones ministeriales, que aunque son normas subsidiarias de menor jerarquía jurídica,
también constituyen disposiciones de carácter vinculante, de efectos generales o particulares
según sea el caso. Una licencia de importación otorgada a un comerciante, por ejemplo, entra
dentro de esta categoría de normas, que a su vez deberán tener su base legal en una ley y ésta a su
vez en la constitución. El conocimiento de las normas, sin embargo, es apenas un primer paso en
el proceso de diseñar políticas.

En la práctica, la dificultad para el Estado estriba, debe insistirse, en diseñar un conjunto de


políticas que materialicen con efectividad el objeto por el cual se promulgan las disposiciones
normativas. Sobre este aspecto se volverá más adelante.

De este modo se comprende que los artículos 305 y 306 de la constitución, y las leyes que se han
promulgado y se promulguen con el objeto de desarrollar el espíritu contenido en aquella,
representan el marco normativo dentro del cual se deben encuadrar no solamente las políticas
gubernamentales sobre seguridad alimentaria y desarrollo rural, sino también las acciones
particulares sobre estas materias.

Este conjunto de normas legales, dictadas con posterioridad a la promulgación de la constitución


de 1999, se presentan y analizan brevemente en el aparte siguiente.

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Tabla 1: Leyes relacionadas con la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural
promulgadas en Venezuela posteriormente a la Constitución de 19993.

Título de la Ley Fecha de Objeto


Promulgación
Ley de Crédito para el Sector Gaceta Oficial Nº Fijar las bases que regulen el crédito en el
Agrícola 5.551 Ext. del sector agrícola.
09/11/2001
Ley de Tierras y Desarrollo Gaceta Oficial Nº Establecer las bases del desarrollo rural
Agrario 37.323 del 13/11/2001 integral y sustentable.
Ley de Pesca y Acuicultura Gaceta Oficial Nº Regular el sector pesquero y de acuicultura
37.323 del 13/11/2001 a través de disposiciones que permitan al
Estado el fomento, la promoción, el
desarrollo y la regulación de las actividades
pesqueras, acuícolas y otras conexas.
Ley de Zonas Especiales de Gaceta Oficial Nº Regular la creación, funcionamiento y
Desarrollo Sustentable 5.556 Ext. del supresión de Zonas Especiales de Desarrollo
13/11/2001 Sustentable (ZEDES), con el propósito de
ejecutar planes, dinamizar y coordinar los
esfuerzos del Estado e incentivar la
iniciativa privada para fomentar el
desarrollo de la productividad y adecuada
explotación de los recursos, elevando los
niveles de bienestar social y calidad de vida
de la población.
Ley de Contribuciones Gaceta Oficial Nº Tiene por objeto regular el establecimiento
Parafiscales para el Sector 37.337 del 03/12/2001 y las bases para la recaudación de
Agrícola contribuciones parafiscales con fines de
facilitar recursos para el financiamiento,
investigación, asistencia técnica,
transferencia de tecnología y otras
actividades que promuevan la productividad
y competitividad del sector agrícola, bajo el
principio de la sustentabilidad así como,
regular los fondos que a tales propósitos
deberán constituirse, su finalidad,
administración y control
Fuente: Gacetas Oficiales señaladas en la segunda columna de la tabla.

2.3 La Planificación de las Políticas Públicas para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo


Rural en Venezuela. Marco Normativo

Al tiempo que se conozcan y manejen los instrumentos normativos específicos de la seguridad


alimentaria y el desarrollo rural, se debe también conocer el marco regulatorio de la planificación
estatal, que en el caso venezolano contiene nuevas disposiciones normativas dictadas a partir de
1999, luego de la promulgación de la Constitución.

3
En agosto de 2004 ha sido aprobado en primera discusión por la Asamblea Nacional el proyecto de Ley Orgánica de Desarrollo Agrícola y
Seguridad Alimentaria. No se incluye en la tabla puesto que hasta tanto no haya sido promulgada y publicada en la Gaceta Oficial, pudiera
cambiar. Una vez sancionada deberá sin duda incluirse entre el grupo de normas aquí señaladas.

FAO TCP/RLA/2909(F) 11
Las políticas públicas para el desarrollo del sector agroalimentario, como decisiones
administrativas que son, deben enmarcarse dentro de un marco de planificación que siga los
lineamientos trazados por la carta magna y por las leyes vigentes sobre la materia. Los
planificadores deben diseñar sus planes de acción gubernamental siguiendo los lineamientos
previamente establecidos. Dictar las pautas de política pública siguiendo esta orientación,
garantiza en principio la legalidad de las políticas públicas, aunque no necesariamente como se
discutirá posteriormente, su efectividad.

De los párrafos anteriores se puede inferir que las políticas públicas operan dentro de una
jerarquía cuyo nivel más elevado es la Constitución4. En este sentido, la constitución igualmente
establece quién tiene la competencia para dictar políticas nacionales sobre producción
agropecuaria, seguridad alimentaria y desarrollo rural. Es así como el artículo constitucional 156
en sus numerales 23 y 25 establece, respectivamente, que son competencia del Poder Público
Nacional “Las políticas nacionales y la legislación en materia...de ...seguridad alimentaria...”, y
“Las políticas nacionales para la producción agrícola, ganadera, pesquera y forestal”. Cuando la
constitución de Venezuela habla de Poder Público Nacional, debe entenderse que se refiere al
poder central, distinto al poder estadal o local (municipal), el cual comprende los clásicos
Poderes, el Legislativo, ejercido en Venezuela por una Asamblea Nacional (parlamento), el
Ejecutivo, ejercido por el Presidente de la República y sus ministros, y el Judicial, ejercido por los
Tribunales de la República5. Ha de entenderse, sin embargo, que de estos poderes, sólo el
ejecutivo y el legislativo tienen la competencia de diseñar e implementar políticas públicas
nacionales y sectoriales como las agrícolas, de seguridad alimentaria y desarrollo rural, a través de
los decretos, decretos-leyes, reglamentos, resoluciones y demás actos administrativos que dicte el
Ejecutivo en ejercicio de su competencia, y de las leyes que dicte el Poder Legislativo6.

Las anteriores disposiciones constitucionales deben ser complementadas con las reglas contenidas
en tres instrumentos normativos que son: i) la Ley Orgánica de Planificación; ii) la Ley de los
Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas y, iii) la Ley de los
Consejos Locales de Planificación Pública, dictadas para adaptar la planificación estadal al nuevo
marco constitucional. En esta tríada de leyes se establecen los mecanismos que dispone el Estado
para que sus recursos y sus acciones se lleven a cabo según un plan nacional o planes sectoriales
coherentes que permita alcanzar las objetivos políticos, económicos y sociales que la propia carta
magna establece, dentro de principios de consulta y participación ciudadana (ver Tabla 2).

Es importante destacar que estas leyes se dictan para desarrollar en la práctica el principio de
participación ciudadana, característico de una democracia participativa, como es actualmente
definido el sistema político Venezolano en la Constitución de 1999. Está claro en estas leyes la
intención de promover mecanismos efectivos de participación social a través de una planificación
estratégica de “consulta abierta”.

4
Esto garantiza el cumplimiento del principio de legalidad de los actos de la administración pública, fundamental en todo estado de derecho.
5
A estos tres poderes clásicos hay que agregarles por disposición del constituyente venezolano, el Poder Ciudadano y el Poder Moral.
6
Todo ello sin perjuicio de la potestad que tiene la Asamblea Nacional de transferir a los poderes regionales (Estados y Municipios) algunas
materias de la competencia del Poder Nacional. Esto es lo que la propia constitución denomina descentralización en su artículo 157.

FAO TCP/RLA/2909(F) 12
Tabla 2: Leyes para la Planificación de Políticas Públicas en Venezuela
Título de la Ley Fecha de Promulgación Objeto

Decreto con Fuerza de Ley Gaceta Oficial Nº 5.554 El presente Decreto Ley tiene por
Orgánica de Planificación Extraordinario del 13/11/2001 objeto establecer las bases y
lineamientos para la construcción,
la viabilidad, el
perfeccionamiento y la
organización de la planificación
en los diferentes niveles
territoriales de gobierno, así como
el fortalecimiento de los
mecanismos de consulta y
participación democrática en la
misma
Ley de los Consejos Estadales Gaceta Oficial Nº 37.509 del La presente Ley tiene por objeto
de Planificación y 20/08/2002 la creación, organización y
Coordinación de Políticas establecimiento de competencias
Públicas del Consejo Estadal de
Planificación y Coordinación de
Políticas Públicas que funcionará,
en cada estado, como órgano
rector de la planificación de las
políticas públicas, a los fines de
promover el desarrollo armónico,
equilibrado y sustentable
Ley de los Consejos Locales Gaceta Oficial Nº 37.463 del Establecer las disposiciones y
de Planificación Pública 12/06/2002 bases para la organización y
funcionamiento de los Consejos
Locales de Planificación Pública,
para hacer eficaz su intervención
en la planificación que
conjuntamente efectuará con el
gobierno municipal respectivo, y
el concurso de las comunidades
organizadas
Fuente: Gacetas Oficiales señaladas en la segunda columna de la tabla.

Una vez conocidos los lineamientos programáticos que la Constitución establece para la seguridad
alimentaria y el desarrollo rural, así como también las leyes que regulan las acciones en esta
materia, y los principios normativos de la planificación de políticas públicas contenidos en el
conjunto de leyes enumeradas y descritas en las líneas precedentes, puede el planificador optar
por planes o acciones concretas dentro del referido marco normativo y siguiendo los principios
técnicos de la planificación que permitan el logro de las metas que sobre esta materia se propone
el Estado, en beneficio del colectivo social. Ya se había mencionado que la propia constitución
establece que Venezuela es un estado social de derecho y de justicia, por lo tanto toda acción
gubernamental dirigida a la sociedad o a grupos particulares de ésta, debe seguir un estricto apego
al llamado principio de legalidad. Esto quiere decir que todo acto administrativo (incluyendo las
propias leyes) emanado del Poder Público o de cualquiera de sus ramas, debe estar sujeto a la
Constitución y a las leyes de la República, dictadas previamente, lo cual lo justifica ante el
colectivo social al cual va dirigido y lo legitima ante la nación.

FAO TCP/RLA/2909(F) 13
2.4 La Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural en el Plan de Desarrollo de la Nación
2001-2007

Entre las atribuciones y obligaciones constitucionales del Presidente de la República está la de


formular el Plan Nacional de Desarrollo para el período de gobierno; así está establecido en el
art.236, numeral 18 de la carta magna Venezolana. En cumplimiento de esta obligación el
ejecutivo nacional ha elaborado las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social
de la Nación para el primer período presidencial que comenzó en el año 2001, luego del proceso
constituyente venezolano de 1999, y que culminará de acuerdo a la propia constitución, en el año
2007

El referido plan nacional se apoya en cinco ejes o equilibrios, cuyos objetivos son, según el
Ministerio de Planificación y Desarrollo (2004), los siguientes:

• Equilibrio Económico: a través del cual se pretende abatir la inflación y lograr una tasa de
crecimiento económico que incorpore la fuerza de trabajo desempleada al mercado
laboral, mejorar los salarios, aumentar la inversión y modernizar el aparato productivo, tal
como reza el referido plan.
• Equilibrio Social: el objetivo expreso de este equilibrio es alcanzar la justicia social,
haciendo énfasis en lo que el plan denomina democracia social en los campos de la
educación, la salud, la alimentación, la vivienda, la cultura, la recreación y la seguridad;
mediante la organización colectiva de las comunidades para la toma de decisiones junto al
Estado.
• Equilibrio Político: el plan habla de un proyecto nacional para una nueva república basado
en la democracia participativa y protagónica, para que la sociedad disponga de las
capacidades de regulación y control sobre la gestión del Estado.
• Equilibrio Territorial: el plan se refiere a un proceso de “descentralización
desconcentrada” para que la nación pueda ejercer un dominio efectivo sobre su territorio,
estimulando las actividades económicas en todos los espacios territoriales del país con
potencial de desarrollo.
• Equilibrio Internacional: este equilibrio tiene como meta la aplicación de una política
exterior abierta, fundamentada en el desarrollo económico y social internacional
equitativo, en la erradicación de la pobreza, la superación del endeudamiento externo, el
fortalecimiento de las capacidades de negociación a través de la conformación de bloques
con diversos países, y promoviendo términos de intercambio comercial justos para las
materias primas y demás bienes producidos por los países en desarrollo.

Dentro del plan, son objetivos expresos del equilibrio económico, la seguridad alimentaria y el
desarrollo rural. Para el logro de estos objetivos, la presente administración desarrolla una serie de
programas que son objeto de revisión y análisis en el capítulo 3 del presente documento.

FAO TCP/RLA/2909(F) 14
2.5 La efectividad de la acción del Estado: marco normativo y políticas públicas

El presente informe tiene como finalidad principal, señalar lineamientos que sirvan para la
formulación de una estrategia nacional de seguridad alimentaria y desarrollo rural, tomando en
cuenta el marco normativo desarrollado a partir de la promulgación en Venezuela de la actual
Constitución.

Conviene señalar, sin embargo, que la efectividad del Estado en el ejercicio activo de sus
funciones, dependerá de la calidad de las normas y de las regulaciones implementadas. Aún más,
el éxito o fracaso de una política pública depende de las organizaciones encargadas tanto de su
diseño, como también de su ejecución (Kelly, 2003).

El planificador debe comprender que una ley o norma, con todo su contenido, representa sólo
parte de la historia. Se hace indispensable hacer uso de herramientas analíticas que permitan
valorar el efecto real que tienen las leyes en la práctica, y cómo las normas moldean el
comportamiento de los individuos y de las instituciones.

Un estudio de FAO (2000b) señala que es muy frecuente encontrar leyes que no alcanzan los
objetivos propuestos por el legislador, o que incluso, llegan a tener efectos secundarios distintos y
hasta contrarios a los esperados, por múltiples razones, entre las cuales se destacan en el citado
estudio: i) la falta de voluntad política de los gobiernos para dedicar la energía y los recursos
suficientes para la implementación; ii) fallas para anticipar los costos de la aplicación efectiva;
muchas normas legales, aunque estén coherente y técnicamente formuladas, dependen para su
aplicación de enormes recursos financieros y humanos que no se disponen, o cuyo costo de
oportunidad es elevado; iii) fallas para reconocer las limitaciones de las reformas legales en
alcanzar los cambios sociales y económicos deseados, sobre todo cuando se trata de lograr
transformaciones en comportamientos profundamente arraigados; iv) poco entendimiento de las
normas por parte de los funcionarios encargados de aplicarlas y fallas en comunicar el contenido
de las mismas a los principales beneficiarios; y, v) instituciones judiciales débiles; la efectividad
de las normas guarda una relación directa con la agilidad, eficiencia y transparencia del sistema
judicial.

América Latina es una región tan abundante en propuestas de transformación estructural, como de
grandes decepciones por los resultados obtenidos. Venezuela no es una excepción. En momentos
en que el país se ha dado la oportunidad de un nuevo intento matizado de profundos deseos de
cambio, bien vale la pena apostar al éxito, para lo cual los planificadores no deben olvidar
pasearse por una revisión de los planteamientos teóricos sobre los que se fundamenta la acción
pública y de las lecciones aprendidas de muchos fracasos y de unos cuantos ejemplos exitosos
dentro del propio país como fuera de sus fronteras.

La tendencia hoy en día se orienta en cómo acercarse más al ciudadano, en cómo lograr una
participación realmente efectiva de la ciudadanía en el diseño y aplicación de las políticas
públicas. La planificación “desde arriba” ha cedido espacio a la planificación “desde abajo”. En
este sentido la Constitución de la República y muchas de las leyes sancionadas posteriormente,
están bien orientadas porque promueven canales de participación para la identificación de
necesidades colectivas, y de seguimiento y supervisión de la gestión del gobierno. Sin embargo,

FAO TCP/RLA/2909(F) 15
se debe estar atento a los elementos que limitan la actuación del gobierno en las actividades
sociales y económicas, y que disminuyen como consecuencia su efectividad a niveles a veces
paralizantes. Entre estos elementos han sido analizados, entre otros, por las investigaciones
recientes dentro de la ciencia de la economía política, los siguientes (Barrios y González, 2003):

• La tendencia de los funcionarios de la administración a desarrollar agendas propias que no


siempre coinciden con los intereses colectivos.
• La “captura” de la administración por los grupos de interés que desvían las agendas
nacionales y sectoriales hacia destinos diferentes al del interés general.
• Limitada capacidad de gestión y de coordinación de los programas o políticas, debido al
pobre desempeño institucional.
• La falta de incentivos para que los funcionarios otorguen prioridad a las demandas y
preferencias de la sociedad. A veces se privilegia más el cumplimiento de tareas
administrativas internas, que la planificación y ejecución de las políticas propiamente.
• La falta de continuidad y de compromiso de largo plazo en la orientación de las políticas.
Esto es muy frecuente inclusive cuando hay cambio de autoridades dentro del mismo
gobierno, y se manifiesta patéticamente cuando hay cambio de gobierno. El mejor antídoto
contra esto son los programas que han sido ampliamente consultados y concertados.

Finalmente, es importante considerar que el análisis del marco legal no puede soportarse
solamente en la revisión de los instrumentos normativos escritos. El análisis debe incluir, además,
una valoración de las percepciones, actividades, costumbres e interacciones de todos aquellos
involucrados en su aplicación. Esta afirmación cobra particular importancia en el medio rural,
donde existe un sistema informal de “normas” que regula la vida de los pobladores en ese medio,
basado en la costumbre, en la tradición y en la cultura, y que no necesariamente es compatible con
la percepción e intención de los legisladores o de las autoridades centrales. No puede dejar de
considerarse que todo programa o toda estrategia de política se diseña para ser aplicada a una
sociedad específica en un tiempo histórico determinado y dentro del contexto definido por ese
tiempo. Las fallas en la instrumentación no excusan al planificador.

FAO TCP/RLA/2909(F) 16
3 ESTADO ACTUAL DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN VENEZUELA

3.1 Características del País

Venezuela es uno de los cinco países de la Comunidad Andina. Está ubicado al norte de la
América del Sur, y comparte fronteras con Colombia al oeste y al sur, con Brasil al sureste y con
Guyana al este. Venezuela tiene una superficie de 916.445 kilómetros cuadrados y poco más 23
millones de habitantes, según el último censo poblacional del año 2001 (INE, 2004). La población
de Venezuela es principalmente urbana, con apenas un 13 % de habitantes ubicados en el sector
rural. El porcentaje de analfabetismo se ubica alrededor de 6 % de la población (ver Tabla 3).

Tabla 3. Características geográficas y demográficas. Venezuela Año 2001


Superficie 916.445 Km2
Población 23.054.210 habitantes
Tasa de crecimiento poblacional 2,2 %
Esperanza de vida 73,3 años
Población urbana 87 %
Población rural 13 %
Población económicamente activa 69,2 %
Analfabetismo 6,4 %
Fuente: INE, 2004.(los datos demográficos son tomados del Censo 2001)

3.2 Indicadores sociales y económicos

Con un ingreso nacional per capita que supera los 3.000 $, y una deuda externa que no supera los
40 mil millones de dólares americanos, Venezuela es un país de ingresos medios elevados, según
la tabla de clasificación por países del Banco Mundial (Tabla 4).

Tabla 4. Indicadores Económicos. Venezuela


1998 2001 2002
P.I.B. (U.S. $ corrientes) 95.8 millardos 126.2 millardos 94.3 millardos
I.N.B per capita. ($ corrientes) 3.540 4.780 4.080
P.I.B. (% crecimiento) 0.2 2.8 -8,9
Deuda Externa (valor presente) ----- ----- 36.5 millardos
Fuente: Banco Mundial

A pesar de las potencialidades para su expansión, el crecimiento económico de Venezuela en los


últimos años, medido por la tasa de variación del PIB, ha sido lento e inestable, sin que se haya
registrado una tasa de crecimiento positivo sostenido en los últimos 14 años.

Del producto interno bruto (PIB) un 25 % proviene del petróleo, hidrocarburo en el cual
Venezuela se destaca por ser unos de los mayores productores a nivel mundial. Las exportaciones
petroleras constituyen un 80 % de los ingresos por este concepto, y un 50 % de los ingresos
fiscales, según cifras del Banco Central de Venezuela. Sin embargo, lo que en la actualidad es su
mayor ventaja competitiva, pareciera haber sido la causa de distorsiones económicas importantes,
que ha originado elevados índices de pobreza y desigualdad social, según algunos estudios.

FAO TCP/RLA/2909(F) 17
3.3 Pobreza e Inseguridad Alimentaria en Venezuela

Para el año 2002, el porcentaje de hogares pobres y en pobreza llega cerca de 60 %, lo que
representa una cifra de más de 16 millones de personas del total de la población venezolana
(Tablas 4 y 5).

Tabla 5. Distribución del Número y Porcentaje de hogares pobres y en


pobreza extrema. Venezuela, 2002
Número de % de Hogares Número de % Hogares
Hogares Pobres Pobres Hogares Pobres Pobres Extremos
extremos
2.320.563 41,5 928.146 16,6

Fuente: INE, 2004. Encuesta de hogares por muestreo.

Tabla 6. Distribución del Número y Porcentaje de personas provenientes


de hogares pobres y pobres extremos. Venezuela, 2002
Número de % de Personas Número de % de Personas
Personas en en Hogares Personas en en hogares
Hogares pobres pobres hogares pobres pobres extremos
extremos
11.616.186 48,1 4.858.897 20,1

Fuente: INE, 2004. Encuesta de hogares por muestreo.

Una gran parte de la pobreza en el país se debe al deterioro progresivo del ingreso sufrido en los
últimos años y consecuentemente, a la caída en el salario real, tendencia que se viene presentando
desde mediados de los años setenta. Esta tendencia al deterioro se agrava por las elevadas tasas de
desempleo que superan el 15 % de la población en capacidad de trabajar, y a una economía con un
sector informal que supera para el año 2002 al sector formal (Tabla 6).

Tabla 7: Tasa de Desocupación y porcentajes de formalidad de la


economía. Venezuela, 2002
3.3.1 Año 2002
Tasa de Desocupación 15, 5 %
Sector Formal de la Economía 49,5 %
Sector Informal de la Economía 50,5 %
Fuente: INE, 2004. Encuesta de hogares por muestreo. Perfil Nacional
de la Pobreza

En el Informe sobre Desarrollo Humano en Venezuela (OCEI y PNUD, 2000) se resalta el


“impresionante proceso de intensificación y extensión de la pobreza” gestado en las últimas
décadas en relación a los enormes recursos recibidos por el país y de programas para erradicarla.
El IDH (índice de desarrollo humano) ha venido disminuyendo desde 0,82 en 1990, hasta caer a

FAO TCP/RLA/2909(F) 18
0,6915 en 1998, señala el precitado informe. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE,
2004) el IDH se ubicó en 0,6914 para el año 20027. Resulta paradójico a los estudiosos del tema,
y por supuesto, incomprensible para los ciudadanos del país, este de intensificación de la pobreza
Esto debe llamar la atención de los planificadores y tomarse en cuenta con la mayor atención.

Uno de los efectos perversos de la pobreza es la inseguridad alimentaria. Aunque no todos los
pobres padecen de inseguridad alimentaria, sí se corre el riesgo de sufrirla cuando no se percibe
un salario, o si éste es insuficiente para cubrir las necesidades alimenticias. En el Informe sobre
Desarrollo Humano, citado anteriormente, se señala que cinco millones de hogares Venezolanos
son pobres, y de éstos un millón no cuenta con ingresos para alimentarse. Vale decir, no menos de
cuatro millones de Venezolanos se encuentran en estado real de padecer inseguridad
alimentaria. Esta cifra es una referencia importante al diseñar programas y acciones para
combatir las situaciones de inseguridad alimentaria en el país.

3.4 Indicadores de Seguridad Alimentaria

En el análisis de la Seguridad Alimentaria cobran relevancia muchas variables fundamentales .


Entre estas variables se encuentra la disponibilidad de alimentos para consumo humano (DCH) y
el porcentaje de adecuación de los alimentos consumidos, al estándar mínimo establecido
convencionalmente. La DCH es una variable que mide la oferta disponible de alimentos en un
momento dado, provenga esta de la producción nacional o de las importaciones.

La Tabla 7 muestra la DCH de los grupos de alimentos principales entre 1998 al 2000. De esta
tabla es importante destacar que en los años señalados, la DCH de los cereales cayó en 5,4 Kg.
persona año, a su nivel más bajo en el año 2002. Tomando en cuenta que del total de las calorías
consumidas por el venezolano, los cereales se mantienen como el grupo que mayor aporta a ese
consumo, no será difícil inferir que una disminución no compensada en el consumo de cereales en
Venezuela (principalmente maíz blanco, arroz y trigo), tiene una incidencia fuertemente negativa
en la disponibilidad calórica de la dieta consumida. El grupo de las carnes, constituido
principalmente por bovino, porcino y aves, aumenta su disponibilidad entre 1998 y 2002, de 42,4
Kg persona año a 47,1 Kg persona año; pero este crecimiento es inestable, ya que después de caer
en el año 1999, se recupera en los años 2000 y 2001, pero vuelve a decrecer en el 2002.

Se debe señalar la importancia que tiene un crecimiento sostenido en el tiempo del consumo de
alimentos, ya que la población crece anualmente a un ritmo sostenido, y junto a este crecimiento
poblacional también se incrementan las necesidades alimentarias. En todo caso un aspecto
importante es que la dieta consumida sea suficientemente adecuada a los requerimientos calóricos,
y esto desafortunadamente no ha sido así para el país en los últimos años. La Tabla 8 muestra que
la disponibilidad de calorías aportadas por la dieta consumida ha estado por debajo de la
adecuación requerida para los 8 años registrados, entre 1995 al 2002. Algunos autores señalan que
esta tendencia decreciente en la disponibilidad energética o calórica para del consumo humano a
nivel de venta al detal se remonta hasta el año de 1985, año en que comienza el deterioro

7
El IDH es un índice compuesto que toma en cuenta la esperanza de vida, el nivel educacional y el ingreso. El IDH permite apreciar de mejor
manera el grado de desarrollo individual y social, que lo que normalmente permite el ingreso per capita, de alcance mucho más limitado.

FAO TCP/RLA/2909(F) 19
progresivo de estas variables, con excepción hecha del año 1987 en el cual el aporte calórico de la
dieta sobrepasó con creces las 2.500 calorías persona día (Calvani, 2003).

Tabla 8. Disponibilidad para consumo humano de rubros alimenticios


seleccionados (en Kg. persona año). Venezuela 1998-2002
1998 1999 2000 2001 2002
Cereales 86,4 85,5 87,5 93,2 81,0
Carnes 42.,4 41,3 46,6 49,1 47,1
Leche* 90,7 80,9 86,3 95,4 91,7
Huevos 5,3 5,0 4,8 5,9 6,7
Pescados y Mariscos 15,2 12,4 15,0 19,4 17,1
Raíces y Tubérculos 56,1 57,5 58,1 59,5 46,1
Leguminosas 5,6 5,6 5,4 5,6 4,4
Hortalizas 36,3 35,1 33,6 34,3 35,5
Frutas 84,9 84,8 90,4 87,2 81,2
Fuente: Hojas de Balance de Alimentos, 1998 al 2002.Instituto Nacional de Nutrición.
*En litros/persona/año

Tabla 9: Aporte Calórico (calorías persona día) y % de Adecuación.


Venezuela 1995-2002
Años Aporte Calórico % Adecuación
1995 2.296 94.9
1996 2.259 89.3
1997 2.140 84.6
1998 2.202 87.0
1999 2.127 84.1
2000 2.255 89.1
2001 2.301 93.3
2002 2.126 84.0
Fuente: Hojas de Balance de Alimentos, 1995 al 2002.Instituto Nacional de Nutrición

Ahora bien, la disponibilidad calórica de la dieta consumida y su porcentaje de adecuación, como


indicadores de acceso físico a los alimentos, son apenas una parte de la medición sobre seguridad
alimentaria. Un análisis completo debe incluir también algunos indicadores que permitan una
aproximación al acceso económico. El acceso económico puede medirse a través del poder de
compra alimentario; éste a su vez mide las posibilidades que tiene la población de adquirir los
alimentos. Es un indicador que está relacionado con el ingreso y para algunos representa la
verdadera medida de la seguridad alimentaria. El Instituto Nacional de Nutrición (INN) determina
las condiciones de acceso a los alimentos por parte de la población, comparando el costo de la
canasta normativa de alimentos con el salario mínimo y el ingreso familiar (Carrillo y Lares,
2003).

En Venezuela el salario mínimo es fijado por el Ejecutivo Nacional y ajustado cada cierto tiempo
según el índice de precios y el costo de una canasta de referencia. En la actualidad es de 321.235
Bolívares al mes (167,31 $) para los trabajadores urbanos y de 289.111 Bolívares / mes (150,58 $)

FAO TCP/RLA/2909(F) 20
para los trabajadores rurales8. La canasta normativa de alimentos está ubicada al momento
presente en 322.088,02 Bolívares (167,75 $) (INN, 2004), igual al salario urbano pero por encima
del salario rural, lo cual debe ser considerado por los planificadores ya que representa un
elemento de riesgo de la seguridad alimentaria. Otra variable de riesgo a la seguridad alimentaria
es la inflación, medida a través del índice de precios al consumidor (IPC), ya que ésta representa
un elemento erosivo del poder de compra, particularmente la inflación de los precios de los
alimentos, aquella que mide la variación de los precios de los bienes de consumo alimentario. La
Tabla 9 muestra el IPC general y el IPC alimentario, destacándose como en los últimos 3 años del
período disponible analizado, esta última supera a la primera, lo cual debe constituir un motivo de
alarma o al menos de preocupación por parte de quienes tienen la responsabilidad de manejar la
política macroeconómica. Lo ideal son niveles inflacionarios de solo un dígito.

Tabla 10: Índice de Precios al Consumidor. IPC (general) e IPC (alimentario),


Venezuela 1997-04
Años IPC (general) IPC (alimentario)
1997 32.5 32.8
1998 26.6 27.4
1999 18.5 12.2
2000 12.5 9.9
2001 11.7 17.2
2002 27.4 34.8
2003 24.3 31.9
Fuente: Banco Central de Venezuela www.bcv.gov.ve

3.5 Situación de la Seguridad Alimentaria en el país

Se ha señalado que más allá de las interpretaciones del término, la seguridad alimentaria implica
el acceso a los alimentos por parte de la población. Los elementos esenciales del concepto son la
disponibilidad de alimentos, el acceso a éstos, la estabilidad, la adecuada utilización y los aspectos
institucionales. La disponibilidad se refiere a la oferta de alimentos en un momento dado,
provenga esta de la producción nacional o de las importaciones. El acceso tiene que ver más que
nada con la capacidad de adquirir alimentos, y esto viene a ser determinado principalmente por el
poder de compra alimentario, es decir la capacidad adquisitiva para poder comprarlos, lo cual
viene a ser una función de los ingresos reales de los individuos. De tal forma que el consumo de
alimentos depende en gran medida de los ingresos del hogar.

La mayoría de los estudios y la información estadística al respecto, coinciden en señalar que el


consumo de alimentos en Venezuela mostró una tendencia creciente hasta mediados de la década
de los ochenta. Desde entonces, esta tendencia se revierte motivado muy probablemente a la
situación de deterioro de las condiciones económicas del país y del ingreso real de la población.
Sobre la situación alimentaria y nutricional de la población se pueden destacar algunos aspectos
que son fundamentales para hacer un diagnóstico sobre la seguridad alimentaria (Abreu, 2003;
Carrillo y Lares, 2003; Pantin y otros, 1999):

8
Decreto del Ejecutivo Nacional publicado en la Gaceta Oficial Nº 37.928 del 30 de abril de 2004. (El precio en dólares $ americanos ha sido
calculado a la tasa de cambio oficial al momento del estudio, equivalente de 1.920 Bolívares por dólar).

FAO TCP/RLA/2909(F) 21
• La disponibilidad calórica del venezolano evoluciona de acuerdo con los cambios en el
ingreso petrolero.
• Entre 1981 y 2001 hay una marcada tendencia al decrecimiento de la disponibilidad
energética debido al deterioro del poder de compra del consumidor.
• De todos los alimentos, el grupo de los cereales es el principal aportador de calorías a la
dieta del venezolano. La harina precocida de maíz, el pan de trigo, las pastas y el arroz, en
ese orden, son los principales aportadores de calorías a la dieta.
• Las proteínas son aportadas principalmente por el grupo de los cereales, el de las carnes y
el de leche y derivados.
• Entre 1986 al 2001, el consumo de pollo se incrementa vertiginosamente al pasar de 11 a
27 Kg. por persona por año, desplazando a la carne de bovino del primer puesto en este
renglón.
• El consumo de leche ha caído de 163 a 95 litros por persona por año, en los últimos 20
años, lo que ha disminuido significativamente la disponibilidad de este rubro.
• En cuanto a la adecuación de los nutrientes, actualmente en Venezuela la disponibilidad de
energía, calcio y riboflavina, no satisface los requerimientos para el consumo humano. La
disponibilidad energética se encuentra en 96 % de adecuación; el calcio está en 49 % de su
adecuación
• Algunos indicadores sobre el estado nutricional de la población venezolana:
o el porcentaje de recién nacidos con bajo peso al nacer se ubicó para el año 2001
entre 4 al 10 por ciento según la entidad federal. Para 2002 los resultados muestran
valores por debajo del umbral crítico del 10 por ciento establecido por la
Organización Mundial de la salud (OMS), para todas las entidades federales.
o El porcentaje de ingresos hospitalarios con desnutrición grave está en 1,33 %
promedio, con una variación entre 0,25 y 4,88 % según la entidad federal.
o El indicador peso-edad para niños menores de 2 años evalúa su estado nutricional.
Entre 1990 2002 muestra ciclos de inestabilidad: descendente entre 1990-94;
ascendente para 1994-98; descendente 1998-2000; ascendente 2001-2002.
o Un 5,27 % de los niños entre 5 y 59 meses y un 5 % de los adolescentes presentan
deficiencias de vitamina A. En mujeres embarazadas es de 76 % para 1998.
o Algunos estudios (UNICEF, FUNDACREDESA) arrojan prevalencia de anemia
en todos los estratos analizados.
• Durante los años comprendidos entre 1980 y 1998, las disponibilidades calóricas han
estado por debajo de 2.500 calorías por persona día, salvo pocas excepciones. Es
importante tener presente que las recomendaciones calóricas para Venezuela establecidas
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por el Instituto Nacional de Nutrición
(INN) están alrededor de 2.500 calorías por persona por día.

De los datos anteriores hay que resaltar las señales de alerta: i) falta de adecuación calórica del
consumo de alimentos en la población; ii) ingreso familiar medido a través del salario mínimo por
debajo del costo de la canasta alimentaria; iii) elevados porcentajes de pobreza y desempleo. Son
razones que justifican el diseño de una estrategia de seguridad alimentaria nacional, aspecto sobre
el cual se volverá al final de este informe.

FAO TCP/RLA/2909(F) 22
4 ACCIONES EXISTENTES PARA LOGRAR LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL
DESARROLLO RURAL EN VENEZUELA

4.1 Competencia en materia de políticas sobre Seguridad Alimentaria

En el capítulo 2 fue señalado que la constitución establece que es de la competencia del poder
público nacional las políticas y la legislación sobre seguridad alimentaria y desarrollo
agropecuario. Ahora bien, la competencia específica en esta materia corresponde en Venezuela al
Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT), así lo dispone el artículo 11 (numerales 1 y 2) del
Decreto sobre Organización y Funcionamiento de la Administración Pública Central, el cual
reza9:

Artículo 11: Son competencias del Ministerio de Agricultura y Tierras:

1. La regulación, formulación y seguimiento de políticas, la planificación y realización de las actividades del


Ejecutivo Nacional en materia de fomento, desarrollo y protección de la producción y comercio agrícola,
vegetal, pecuario, acuícola, pesquero y forestal;
2. La seguridad alimentaria;(resaltado nuestro)
3. ...(...)

También se ha señalado que la seguridad alimentaria es un tema multidimensional, que va más


allá del abastecimiento. Tiene que ver con el acceso oportuno y permanente, con el ingreso, con la
capacidad de compra, con la calidad de los bienes, con la cultura y con los valores. Por ello es que
las acciones de política pública cuyo objeto sea la seguridad alimentaria generalmente, aunque no
exclusivamente, son llevadas a cabo por los ministerios de agricultura de los países. Venezuela no
es la excepción, y es por eso que el Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela es la
contraparte nacional del presente proyecto.

Las anteriores consideraciones nos llevan a afirmar que, sin perjuicio de la facultad y el interés
que otros entes públicos puedan tener sobre el tema, debe ser el Ministerio de Agricultura y
Tierras, directamente o a través de sus organismos adscritos, el órgano rector y el coordinador de
los programas y acciones para la seguridad alimentaria en el país.

A continuación se describen los programas gubernamentales que tienen que ver con la seguridad
alimentaria.

4.2 Red Nacional de Capacitación para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Endógeno

El MAT conjuntamente con la Fundación CIARA (Fundación de Capacitación e Innovación para


el Desarrollo Rural) ha creado este programa de formación del personal encargado en la ejecución
de programas de seguridad alimentaria y desarrollo rural. El lema de la red “capacitación para la
organización comunitaria y producción con participación” encierra una filosofía de acción
pública participativa, a fin de hacer más efectivos los programas dirigidos a las comunidades del
sector rural, tomando en cuenta a quienes va dirigido.

9
Decreto Nº 2.360 del Ejecutivo Nacional mediante el cual se dicta la Reforma Parcial del decreto sobre Organización y Funcionamiento de la
Administración Pública Central, publicado en la Gaceta Oficial Nº 37.672 del 15 de abril de 2003.

FAO TCP/RLA/2909(F) 23
En la red tienen cabida no solamente los programas que el MAT ejecuta a través de la CIARA,
sino también todos aquellos programas que se diseñen en otras instancias de la administración
pero cuyo objeto sea la seguridad alimentaria y el desarrollo de las comunidades rurales.

La red está dirigida a todo el personal técnico y profesional de las organizaciones vinculadas al
sector rural, así como a líderes comunitarios.

Las instituciones vinculadas de manera directa en le ejecución y coordinación de la red son:

• Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT)


• Fundación Ciara
• Instituto Nacional de Desarrollo Rural (INDER)
• Instituto Nacional de Tierras (INTI)
• Corporación Venezolana Agraria (CVA)
• Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE)

4.2.1 Programas y Acciones de la Fundación CIARA10

La Fundación CIARA ejecuta y coordina un conjunto de programas para el desarrollo de los


sectores rurales, y particularmente dirigidos a las comunidades más pobres de esos sectores. Entre
esos programas destacan:

Programa de Extensión Agrícola (PREA)

“El programa se estableció mediante la suscripción de convenio de cofinanciamiento entre el


Estado Venezolano y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial). El
aporte nacional es compartido entre el gobierno central, los gobiernos estadales y municipales, y
los usuarios del servicio de extensión. Mediante este convenio se pretende sentar las bases de un
servicio nacional de extensión de carácter permanente, descentralizado, cofinanciado,
participativo, representativo y coordinado, capaz de satisfacer gran parte de las demandas de
solución a problemas que afectan a la familia rural venezolana. Actualmente su cobertura alcanza
132 municipios, 1.461 comunidades con una atención directa a 17.475 familias rurales.”

El Proyecto de Apoyo a Pequeños Productores y Pescadores Artesanales de la Zona


Semiárida de los estados Lara y Falcón (PROSALAFA)

“El Proyecto es cofinanciado por la República de Venezuela y el Fondo Internacional de


Desarrollo Agrícola (FIDA), mediante Contrato de Préstamo suscrito en 1992 para ser ejecutado
en un período de siete años, y cuyo propósito es elevar el nivel de vida y las condiciones
socioeconómicas de la población beneficiaria.
Basa su acción en el manejo de aguas y suelos; en el apoyo a la producción, así como en el
mejoramiento de las condiciones colectivas de organización, capacitación y comercialización de
productos.

10
Para la descripción de los programas de CIARA se ha tomado directamente como fuente: http://www.ciara.gov.ve/

FAO TCP/RLA/2909(F) 24
Su población objetivo está constituida por 6.219 familias usuarias pertenecientes a 267
comunidades rurales atendidas directamente, cuyos ingresos se ubican en la categoría de pobreza
relativa. La cobertura del programa es de 8 municipios localizados en 2 estados, Lara y Falcón”.

Programa Regional y Nacional de Capacitación en Desarrollo Rural (FIDA-CIARA)


“Consiste en una red de redes nacionales, que articula un conjunto de organismos
gubernamentales y no gubernamentales vinculados con la capacitación de talentos humanos en
desarrollo rural. El programa se crea a través de un Convenio suscrito entre el Gobierno de
Venezuela y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), iniciándose su ejecución en
1994. Los países miembros del Programa son: Brasil, Ecuador, Colombia, República Dominicana,
Haití, Cuba y Venezuela.
El mecanismo utilizado para cumplir con el propósito general del programa es la realización de
eventos de capacitación identificados como intercambios de experiencias, cooperación técnica,
pasantías, seminarios, talleres, encuentros, reuniones y conferencias. Como producto de tales
actividades se generan diversas publicaciones: revista periódica, libros, documentos técnicos y
boletines, entre otros”.

Programa especial de apoyo a pequeños y medianos productores agropecuarios


(Sobremarcha-Ciara-Pan)
“El Programa SOBREMARCHA CIARA-PAN está dirigido a generar capacidades humanas en
los habitantes rurales para apoyar la consolidación y recuperación de infraestructura para el
desarrollo rural, partiendo de las necesidades reales manifestadas a través de proyectos que han
surgido de las propias comunidades rurales del país.
La Fundación CIARA, comprometida con el desarrollo sustentable de las zonas rurales del país, a
través del Programa Especial de Sobremarcha viene estimulando el trabajo de las comunidades
rurales, impulsando su participación activa en la formulación, ejecución y evaluación de
numerosos y relevantes proyectos orientados a la resolución de algunos de sus problemas más
apremiantes y que son financiados en muy breve plazo. A la presente fecha, se han recibido 1.233
proyectos comunitarios, tanto de infraestructura social y para la producción como de capacitación
en diversas temáticas para el desarrollo rural. Los proyectos ya aprobados corresponden a 431,
por un monto de 2.532 millones de bolívares, que contribuyen directamente a mejorar las
condiciones de vida de 46.822 familias campesinas, generando un total de 2.892 empleos directos.
Se han aprobado recursos para dotación o remodelación de 94 escuelas rurales, 52 dispensarios
rurales, reparación o construcción de 60 acueductos rurales, refacción o construcción de 62
pequeños sistemas de riego, electrificación de 22 pequeñas comunidades, mejoramiento de 22
vías agrícolas y se aportaron recursos para la instalación de 41 agroindustrias rurales, todos los
cuales son acompañados de la respectiva capacitación para su óptimo aprovechamiento por parte
de los usuarios.
Igualmente, en la actualidad se encuentran en proceso de evaluación 802 nuevos proyectos
provenientes de todo el país por un monto de 4.586 millones de bolívares”.

FAO TCP/RLA/2909(F) 25
4.3 Los programas “Misiones” para la Seguridad Alimentaria

El término “Misión” es la forma como la actual administración denomina a un conjunto de


programas gubernamentales con objetivos específicos y dirigidos a grupos poblacionales
previamente determinados. Las Misiones tienen como finalidad el desarrollo de programas en los
cuales se hace énfasis en los aspectos sociales de la calidad de vida del individuo y están
diseñados para que la propia población objetivo sea partícipe en su implementación y
perfeccionamiento.

Una de las preocupaciones no ocultadas del gobierno, es materializar los principios de inclusión,
participación solidaridad y responsabilidad social, entre otros principios sobre los que se
fundamenta la estructura republicana que se constituye a partir de la promulgación de la actual
constitución en 1999.

“Dada la magnitud de los problemas en materias de educación, salud y alimentación que coadyuvan a ese cuadro
brutal de pobreza en el cual esta inmersa la mayor parte de la población venezolana, y en virtud de la baja
capacidad de respuesta que actualmente tienen los entes públicos y privados que tienen que ver con estas materias, el
Ejecutivo Nacional ha establecido una serie de acciones interinstitucionales (Misiones) para atacar esa situación, a
medida que se conforma la institucionalidad requerida para los cambios estructurales. De esta forma se crean las
Misiones Robinson, Sucre y Ribas para atender a la población excluida de la educación, la Misión Barrio Adentro
para los excluidos de la salud; la Misión Zamora para garantizar la producción agrícola y agroalimentaria, la
Misión Mercal para garantizar el abastecimiento de alimentos, y la Misión Vuelvan Caras, para incorporar al
trabajo a toda esa población excluida, mediante la educación y capacitación. En este sentido, la red nacional de
capacitación tiene una incidencia directa en las Misiones Zamora, Mercal y Vuelvan Caras; e indirectamente en las
otras” (MAT, 2004.Red Nacional de Capacitación para la Seguridad Alimentaria y el Desarrollo
Endógeno)

Es así como se han diseñado y puesto en práctica varias Misiones en diversas áreas como la salud,
la agricultura, la seguridad alimentaria, el empleo, la educación (alfabetización, básica y
universitaria), a fin de mejorar los índices de desarrollo humano de grupos poblacionales
tradicionalmente excluidos. Las Misiones, en principio, van dirigidas a aquellos grupos más
necesitados de la sociedad, como por ejemplo a aquellas personas que entran en la categoría de
pobres o pobres extremos, o que por diversas causas quedaron apartados de los beneficios sociales
formales, como son los analfabetos o los bachilleres sin posibilidades de cupo en las
universidades, o los desempleados estructurales. Sin embargo, esto no excluye al resto de la
sociedad, y en efecto, muchas misiones tienen como meta ampliar su alcance.

El gobierno nacional ha puesto en funcionamientos una Red Nacional de Capacitación para la


Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Endógeno, encargada de la coordinación interinstitucional
e interdisciplinaria en relación con la seguridad alimentaria, dentro de la cual se encuentran las
siguientes Misiones que tienen por objeto mejorar la Seguridad Alimentaria de la población en
general, y de ciertos grupos vulnerables o de alto riesgo:

a. Misiones para mejorar la disponibilidad de alimentos:


a.1) MISIÓN ZAMORA
b. Misiones para mejorar el acceso a los alimentos
b.1) MISIÓN MERCAL

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c. Misiones para mejorar la ingesta alimentaria (cantidad y calidad)
c.1) MISIÓN ROBINSON
c.2) MISIÓN RIBAS
c.3) MISIÓN SUCRE
c.4) MISIÓN BARRIO ADENTRO
c.5) MISIÓN VUELVAN CARAS

El Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA) (convenio FAO-MAT) forma parte de la


red, pero será objeto de un punto aparte al final del capítulo por constituir un programa autónomo.

Misión Mercal11

Es un programa que tiene por objeto abastecer de alimentos a las personas más necesitadas a
precios razonables. En una primera etapa se propone llegar a 8 millones de habitantes a través de
una red de distribución o expendios, para en etapas posteriores poder garantizar la alimentación a
la población en su totalidad sin distinción de estrato social.

Esta misión se apoya en el redimensionamiento del Plan Especial de Seguridad Agroalimentaria


(PESA) y la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA), a través de los cuales
se compran las cosechas a los campesinos, productores y pequeñas cooperativas, para
incorporarlos a una red de producción, comercialización y abastecimiento llamada Red Mercal.

Este programa tiene como objetivo impactar favorablemente en los precios finales de los
productos, a través de la creación de establecimientos para la venta de alimentos a precios por
debajo de los regulados y subsidiar el 50% del costo de 7 rubros de la canasta MERCAL a
quienes vivan en extrema pobreza. Asimismo, implementará toda una red de centros integrales de
servicios comunitarios que incluirá la construcción de 300 centros de acopio, 300 módulos Mercal
tipo I, 2.000 módulos Mercal tipo II, 7.000 bodegas solidarias y 100 bodegas móviles.

El programa Mercal tiene como finalidad permitir absorber la producción derivada de la


aplicación de la Política Agrícola Nacional “Misión Zamora”, garantizando la compra de la
producción a cooperativas y productores independientes, y a su vez conjugar el trabajo de la
Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA) y la empresa Mercados de
Alimentos (MERCAL).

Fuente: www.mat.gov.ve/noti_3.html
www.mercal.net/

Misión Barrio Adentro

Organismo(s) Ejecutor(es):
Ministerio de Salud y Desarrollo Social

11
Las “Misiones” comenzaron a ser implementadas recientemente (julio 2003) como respuestas inmediatas a situaciones coyunturales de
emergencia. La información proviene de los entes oficiales por vía interna o por vía de los portales web. La información se ha tomado directamente
de esas fuentes, ajustando el lenguaje, en la medida de lo posible a los requisitos técnicos propios de un documento como éste. El lector encontrará
la fuente electrónica al finalizar la explicación de cada Misión.

FAO TCP/RLA/2909(F) 27
Marco Jurídico
La Misión Barrio Adentro cumple con el mandato constitucional de construir un Sistema Público
Nacional de Salud regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad,
integración social y solidaridad. Tiene por objeto materializar los artículos de la constitución que
hacen referencia a la salud y a la participación ciudadana, para la construcción de una nueva
relación entre el Estado y la sociedad, en la que las comunidades recuperan su papel en la
“formación, ejecución y control de la gestión pública”.

Una nueva relación Estado-Sociedad es la base del Plan Barrio Adentro el cual se origina el 16
de abril de 2003, en el marco del Convenio Venezuela-Cuba, como respuesta del estado
venezolano para la solución de las principales necesidades sociales y de salud, constituyéndose
como el punto de partida para el desarrollo de la Red de Atención Primaria Integral, prevista en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en el Proyecto de Ley Orgánica y
Sistema Público Nacional de Salud.

Objetivo General:
Garantizar el acceso a los servicios de salud de la población excluida, mediante un modelo de
gestión de salud integral orientado al logro de una mejor calidad de vida
Objetivos Específicos:
• Implantar un modelo de gestión participativo que responda a las necesidades sociales de los
grupos de población excluidos, mediante la organización y participación de las comunidades
apoyadas en la contraloría social como expresión de poder popular.
• Fortalecer la Red Ambulatoria aumentando su capacidad resolutiva mediante la implantación,
consolidación y extensión de consultorios populares, haciendo énfasis en la Promoción de Salud y
Calidad de Vida.
• Potenciar capacidades y habilidades de los recursos humanos institucionales y comunitarios
mediante la educación y formación presente.

Medios:
Creación de Consultorios y Clínicas Populares, dentro de las comunidades de poco acceso a los ya
existentes.
Ubicación de médicos en las comunidades, quienes van a los hogares haciendo mucho más
accesible la salud a cada venezolano.

Alcances:
Toda la población venezolana
Logros / beneficiados:
• 617 mil familias atendidas
• 1779 mil vidas salvadas
• 18 millones 400 mil casos atendidos

Fuente: www.barrioadentro.gov.ve
Misión Vuelvan Caras

Área:
Empleo - producción

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Organismo(s) Ejecutor(es):
Ministerio del Trabajo
Objetivos:
Lograr una calidad de vida digna para todos los venezolanos a través de la participación de pueblo
junto al Gobierno en la transformación social y económica de país, mediante la educación y el
trabajo.
Objetivos Específicos
1. Cambiar el modelo económico rentista por uno de tipo productivo.
2. Garantizar la independencia, soberanía y desarrollo de la producción nacional, a partir de la
creación y mantenimiento de Núcleos de Desarrollo Endógeno (NDE)
Los núcleos de desarrollo endógeno son centros de producción localizados según las
potencialidades de cada región del país con la finalidad, según sus diseñadores, de que devenguen
en bienestar económico y mejores servicios, además de incrementar el crecimiento de la
producción de productos terminados de óptima calidad que permita “depender menos de la
industria foránea y de los oligopolios internos”. La idea es desplegar en el territorio “centros de
desarrollo de múltiples bienes y servicios que estarán relacionados entre si y se extenderán y
fortalecerán dependiendo de las necesidades de los grupos sociales que conformen el núcleo
endógeno y sus alrededores”.

Medios:
1. Dirigir los esfuerzos hacia las actividades económicas de carácter estratégico con mayor
capacidad generadora de empleo y potencial de desarrollo territorial.
2. Privilegiar las asociaciones de régimen de propiedad colectiva.
3. Promover la vinculación entre el sector público y privado para la recuperación del tejido
empresarial.
4. Promover el desarrollo y articulación de las cadenas productivas a partir de los núcleos de
desarrollo endógeno.
5. Diversificar las relaciones de producción y consumo.
6. Diversificar las formas de propiedad.
7. Ocupar equilibradamente el territorio a partir de la descentralización y desconcentración de la
actividad económica.

Alcances:
El programa está dirigido a incorporar en la actividad productiva, a las y los integrantes de las
misiones Robinson I, Robinson II, Piar, Miranda, Ribas y Sucre, que se encuentren en situación
de desempleo. Los que no hayan participado aún en ninguna de las misiones, tendrán la
oportunidad de postularse a lo largo del año, atendiendo a las convocatorias que se realicen a tal
efecto
La Misión Vuelvan Caras está concebido para el largo plazo, por lo cual las posibilidades de
incorporarse estarán abiertas permanentemente. en la medida en que se vayan concretando y
multiplicando programas de desarrollo productivo- a través de los gobiernos locales y el sector
privado- se abrirán nuevas oportunidades de capacitación y trabajo a aquellos ciudadanos que
estén dispuestos a vencer por Venezuela.

FAO TCP/RLA/2909(F) 29
Cronograma de incorporación a la actividad educativa y productiva la Misión
Vuelvan Caras

Número de integrantes (el programa los denomina patriotas) a capacitar y secuencia de


incorporación
250.000 Febrero - Marzo
370.000 Abril - Mayo
380.000 Junio - Julio
TOTAL 1.000.000
Fuente: Ministerio del Trabajo / Dirección de Información y Relaciones Públicas

Duración estimada del proceso de capacitación / trabajo: 6 meses a 2 años


(Dependiendo del tipo de actividad)
Lineamientos Estratégicos de Acción:
Reactivar el potencial del colectivo a través del trabajo.
Articular el proceso educativo al proceso productivo.
Orientar los esfuerzos hacia las actividades económicas de carácter estratégico con mayor
capacidad generadora de empleo y potencial de desarrollo territorial.
Focalizar la apertura de opciones de empleo o marginada del mercado laboral.
Colocar el acento en la economía social.
Promover la concertación entre el sector público y el privado para la recuperación del tejido
empresarial.
Poner el empleo en el centro de la política económica y social.
Impulsar la nueva institucionalidad para el desarrollo de las políticas de promoción de empleo, y
la seguridad social.

Áreas de producción en donde actuará la misión (el programa los denomina Frentes de Batalla
Frente Industrial: Se utilizarán los parques industriales ya existentes para reactivarlos en función
de la nueva producción que se generará.
Frente Turístico: Busca desarrollar todos los escenarios naturales manteniendo los lineamientos
ecológicos que están contemplados en la Constitución Bolivariana de Venezuela y en la Ley
Orgánica del Turismo.
Frente agrícola: búsqueda de la soberanía alimentaria disminuyendo la dependencia de las
importaciones, además de la repartición equitativa de la tierra y asesoramiento técnico.
Frente de infraestructura: grandes, medianos y pequeños proyectos que permitirán mejorar los
servicios.
Frente de desarrollo de las industrias básicas y estratégicas del Estado: la meta será llegar a
la máxima industrialización de las Industrias Básicas para mejorar sus costos y así su rendimiento
en los ingresos por percibir.
Frente de Servicios: La escasez de servicios es uno de los frentes con mayor urgencia en
desarrollar.
Según el programa los frentes deben formar una red alrededor de un mismo núcleo de desarrollo
endógeno.

Fuente: www.gobiernoenlinea.ve/Miscelaneas/Mision_Vuelvan_Caras.pdf

FAO TCP/RLA/2909(F) 30
Misión Zamora

En Venezuela se importa cerca de las dos terceras partes de los alimentos que consumimos. Esto
representa solamente en productos primarios agrícolas, el equivalente en divisas, a mil quinientos
millones de dólares americanos, según el Banco Central de Venezuela, en un promedio
comprendido entre los años 1992 y 2003.

Con estos antecedentes, el Ministerio de Agricultura y Tierras ha reformulado su política agrícola


nacional a ser implementada durante los años 2004, 2005 y 2006 para que se fortalezca el
mercado interno en la búsqueda del autoabastecimiento, con el fin de generar fuentes de trabajo,
alto valor agregado nacional; elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía
económica del país.

A su vez generar una oferta exportable y disminuir de manera significativa la importación de


materias primas agrícolas, que permitan la eliminación, en una primera fase, de los niveles de
pobreza crítica existente en el país fundamentalmente en las zonas rurales, siguiendo los
lineamientos generales del plan económico y social de la nación 2001-2007

Objetivo General
Incrementar las áreas de siembra y producción, introduciendo como concepto básico el alcance de
Metas de Autoabastecimiento, en una primera etapa, de aquellos rubros que formen parte de la
cesta alimentaria familiar, que impactan de manera negativa la balanza comercial y que dificultan
el acceso al público consumidor; dentro de una visión integradora de la economía agrícola
venezolana que incluye el uso racional de las tierras entregadas por el Instituto Nacional de
Tierras a los campesinos, así como la incorporación de todos los productores.

Objetivos Específicos
- Incremento de las áreas de siembra y producción de aquellos rubros históricamente deficitarios.
- Mantenimiento y consolidación de las áreas de siembra y producción tradicionales.
- Disminución de las importaciones de rubros agrícolas susceptibles de ser producidos en el país.
- Establecer mecanismos de cooperación intra e inter-ministeriales para el uso racional y
oportuno de recursos materiales y humanos.
- Operacionalizar las leyes vigentes en materia agrícola en el marco del Plan Nacional de
Seguridad Agroalimentaria.

Metas
- Un aumento y diversificación de la economía no petrolera.
- Fortalecimiento de las cadenas agroproductivas.
- Incorporación y adopción de nuevas tecnologías.
- Aumentar y fortalecer la pequeña y mediana industria.
- Desarrollar la economía social.
- Democratizar el capital y legitimar el mercado, fortaleciendo las micro-empresas y cooperativas.
- Consolidar el territorio incrementando la superficie ocupada por la población.
- Incrementar la infraestructura de apoyo a la producción.
- Democratizar la propiedad de la tierra.
- Garantizar la seguridad alimentaría.
- Acelerar la internacionalización de la economía con una visión multipolar.

FAO TCP/RLA/2909(F) 31
Tabla 10: Inversión Necesaria para Financiar el Subsector Vegetal
Programa Agrícola Especial 2004

Rubros Superficie Inversión Inversión Empleos a generar


(ha) (MM Bs.) (MM $) Directos Indirectos
Caraota 120.000 84.000,00 43,75 40.800 118.800
Negra
Maíz 400.000 440.000,00 229,17 52.000 156.000
Soya 150.000 110.400,00 57,50 16.500 33.000
Algodón 56.636 40.495,00 21,09 21.522 86.993
Arroz 77.196 108.074,00 56,29 10.035 30.106
Frijol 50.000 32.500,00 16,93 22.500 49.500
Girasol 250.000 200.000,00 104,17 27.500 55.000
Papa 19.202 119.257,00 62,11 13.441 17.282
Caña de 32. 586 71.946,00 37,47 11.079 33.238
azúcar
TOTAL 1.155.620 1.206.673,00 628,48 215.378 579.919

Fuente: Ministerio de Agricultura y Tierras. D.G.C.V.

FAO TCP/RLA/2909(F) 32
Misión Ribas

La Misión Ribas es un programa educativo que el Gobierno de Venezuela está desarrollando con
la finalidad de incluir a todas aquellas personas que no han podido culminar su bachillerato.
Esta Misión beneficiará a todos los ciudadanos sin importar su edad, que quieran terminar sus
estudios secundarios luego de haber cursado la primaria.
Dentro del marco de la creación de la Misión Ribas se prevé el otorgamiento de 100.000 becas a
aquellas personas que deseen culminar su bachillerato y de escasos recursos económicos. Una vez
finalizados los estudios secundarios, la Misión Ribas planifica la incorporación laboral de los
participantes en los sectores energético, petrolero y minero.
Misión
Proporcionar a la población venezolana acceso y participación a un sistema educativo sin
exclusión y de calidad, que facilite su incorporación al aparato productivo nacional y al sistema de
educación superior, mejorando su calidad de vida a corto y mediano plazo.
Los días 1 y 2 de noviembre de 2003, se celebró un censo para registrar a todos aquellos que
desearon participar en la Misión.
Objetivo de la Misión Ribas
Graduar de bachiller a todo aquel ciudadano o ciudadana que no haya culminado el ciclo de
educación secundaria que exige el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes para otorgar el
Título de Bachiller.
Fuente: www.misionribas.gov.ve

FAO TCP/RLA/2909(F) 33
Misión Sucre
Es un plan de educación que tiene por objeto garantizar el acceso a la educación universitaria a
todos los bachilleres sin cupo, tradicionalmente excluidos del sistema superior de educación.
Objetivos generales:
1. Facilitar la incorporación y prosecución de estudios en la educación superior de todos los
bachilleres que no han sido admitidos en ninguna institución de educación superior oficial.
2. Promover la reflexión y discusión de un nuevo modelo educativo universitario, con base
en los imperativos de la democracia participativa y protagónica, el diálogo con los actores
involucrados teniendo como referencia fundamental el proceso histórico, social, político y
económico del país.
Objetivos Específicos:
1. Cuantificar y caracterizar la población de bachilleres que no han podido acceder a la
Educación Superior.
2. Diseñar e implantar un Programa de Iniciación Universitaria (PIU), que favorezca el
tránsito de los bachilleres a la educación superior.
3. Aumentar la matrícula en las instituciones de educación superior.
4. Conformar una red, con todas aquellas instituciones y organizaciones que puedan
cooperar de manera sustantiva en el desarrollo y consolidación del programa.
5. Desarrollar currículos que contribuyan e impulsen el proyecto de desarrollo nacional
endógeno y sostenible.
6. Propiciar el desarrollo de un curriculum abierto, flexible, dinámico e innovador que
permita desarrollar planes y programas de estudio, metodologías y recursos para el
aprendizaje, y que prevea la implementación de modalidades de formación como: la
presencial, u otras formas no convencionales de formación.
Fuente: www.misionsucre.gov.ve.
Misión Robinson
La Misión Robinson tiene como finalidad alfabetizar ciudadanos, enseñando a leer y a escribir a
poco más de un millón de venezolanos distribuidos por todo el territorio nacional que se
consideran analfabetas. Fue la primera de las misiones creada el 01 de julio de 2003. A partir de
allí se crearon el resto de los programas de este tipo.
La metodología para la alfabetización utilizada en este programa está basada en el método “Yo Si
Puedo”, creado Leonela Relys, profesora cubana. El método parte de lo conocido (los números)
hacia lo desconocido (las letras) y se fundamenta en la experiencia, en tres etapas: adiestramiento,
enseñanza de lecto-escritura y consolidación.
Fuente: www.misionrobinson.gov.ve.

FAO TCP/RLA/2909(F) 34
4.4 Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA)12
El Programa Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), puesto en marcha por la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 1994, y ratificado por los
Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre Mundial de la Alimentación celebrada en Roma en
noviembre de 1996, tiene como objetivo fundamental ayudar a los países a mejorar su seguridad
alimentaria mediante la dinamización de la producción y la productividad de alimentos, bajo un
enfoque multidisciplinario, participativo y sostenible, a los fines de mejorar el acceso de la
población a los alimentos.
La cobertura geográfica del PESA es nacional y abarca en su fase demostrativa a 20 comunidades
rurales campesinas y 10 comunidades indígenas.
El programa está integrado por 6 componentes o subprogramas, a saber:

1) Programa especial de seguridad alimentaria rural (PESA)


Tiene como objetivo principal fortalecer las capacidades de gestión y el capital social de la
población rural agrícola y de sus familias, a los fines de transformar y diversificar la producción
agropecuaria y mejorar su articulación con los mercados agroalimentarios; esto deberá elevar los
ingresos netos de los pequeños agricultores, garantizando el empleo rural, el equilibrio social,
económico y la igualdad de género.

2) Programa Cooperación Sur – Sur de apoyo al PESA entre Venezuela, Cuba y la FAO.
El objetivo principal de este componente es apoyar al PESA a través de la asistencia técnica de
profesionales de campo con experticia en materia agrícola, radicados en las áreas de ejecución
seleccionadas. Se enmarca en un Acuerdo Tripartito suscrito entre los Gobiernos de Cuba,
República Bolivariana de Venezuela y la FAO, firmado en agosto del año 2001.

3) Programa de Transferencia de Tecnología para la Intensificación de la Producción


Agrícola (TTIPA).
El objetivo principal de este programa es apoyar al Gobierno Nacional en la implementación de
programas y actividades de capacitación para el desarrollo productivo y comercial de rubros
alimenticios que contribuyan para fortalecer las condiciones agroproductivas del sector agrícola y
a garantizar la seguridad alimentaria de la población.

4) Programa de Manejo de los Recursos Naturales y Ordenamiento del Tierras (MRNOT).


Este componente tiene como objetivo establecer un sistema de información territorial permanente
de evaluación de tierras, con la finalidad que sirva de apoyo a la zonificación agroecológica y

12
La información sobre este programa fue tomada de un resumen ejecutivo elaborado por la coordinación ejecutiva del PESA en Caracas y
suministrado gentilmente para la elaboración de este documento (Proyecto UTF/VEN/008/VEN: “Seguridad Alimentaria y el Desarrollo Rural para
la República Bolivariana de Venezuela”

FAO TCP/RLA/2909(F) 35
socioeconómica del país, que permita a través de un Sistema de Información Geográfica, contar
con las herramientas necesarias para la planificación del aprovechamiento de los recursos
naturales y la planificación territorial.

5) Sistema Nacional de Información Agrícola (SNIA).


El SNIA es un programa para la creación de un sistema de información agrícola de cobertura
nacional. Este sistema permitirá disponer de información estadística sectorial, para la toma de
decisiones en la definición, formulación, evaluación y ejecución de políticas públicas sectoriales.
El sistema prevé el establecimiento de una red para la conexión e intercambio de información
estadística agraria, cartográfica y bases de datos, tanto a nivel nacional como internacional.

6) Programa de Multiplicación de Semillas para la Seguridad Alimentaria (PMSSA).


El objetivo principal de este componente es contribuir al mejoramiento de la seguridad
alimentaria de las poblaciones pobres en Venezuela mediante la provisión de semillas de calidad
mejorada, a través de técnicas multiplicadoras artesanales mejoradas por parte de los pequeños y
medianos productores agrícolas venezolanos. El PMSSA se estructura como una estrategia para
garantizar el suministro de insumos a los productores beneficiados por el PESA.

FAO TCP/RLA/2909(F) 36
5 LINEAMIENTOS PARA EL ESTABLECIMIENTO DE UNA ESTRATEGIA
NACIONAL DE SEGURIDAD ALIMENTARIA Y PARA LA DISMINUCIÓN DE LA
POBREZA RURAL EN VENEZUELA

Hoy en día se reconoce que el crecimiento económico, si bien importante y necesario para
proporcionar el ingreso que permita asegurar una dieta adecuada, no es condición suficiente para
garantizar la seguridad alimentaria de toda la población. Aun en aquellos países de elevados
ingresos, se necesitan programas para mejorar la salud y la nutrición de los grupos vulnerables de
la población. Mientras se restablece el ciclo económico del crecimiento, un país necesita políticas
públicas que permitan que los hogares de bajos ingresos puedan tener acceso a los alimentos. Se
exige entonces un concepto amplio de políticas o estrategias de seguridad alimentaria. Uno que
integre la oferta, la distribución y el consumo de alimentos a través de una estrategia de
programas coordinados (Price et al, 1987).

El desarrollo de una estrategia de seguridad alimentaria debe satisfacer cinco requerimientos


principales (Timmer, 1988):

1) Crecimiento eficiente en el sector agrícola y alimentario.

2) Mejorar la distribución del ingreso, principalmente a través de la creación de empleo.

3) Lograr un nivel nutricional satisfactorio para toda la población, procurando un piso


mínimo de subsistencia para cubrir las necesidades básicas.

4) Adecuada previsión alimentaria ante cortes inesperados en el suministro de alimentos


debido a desastres naturales, suministros internacionales inciertos o turbulencia
política interna que afecten estos suministros.

5) Mejorar la capacidad de las instituciones ligadas al tema de la seguridad alimentaria.

Los anteriores requerimientos son un muestrario representativo de lo que convencionalmente se


plantean los planificadores tanto de países ricos como pobres, a la hora de diseñar una estrategia
de seguridad alimentaria nacional. El precitado autor también reconoce que poco o nada se logra
en relación a alguno de los cinco requerimientos, si ellos no van acompañados de una
reestructuración de los activos y de las relaciones de producción preexistentes que son las
causantes de la situación de desequilibrio13.

Ahora bien, para poder integrar la oferta, el consumo y la distribución de alimentos a una
estrategia efectiva de seguridad alimentaria, se requiere también la comprensión y el
entendimiento preciso de cómo opera el complejo sistema alimentario. De cuáles son sus
relaciones horizontales con la agricultura, y de cuáles son sus relaciones verticales con el mercado
internacional y con la macroeconomía. Aún más, el analista o el planificador de políticas
alimentarias enfrenta un dilema que de no comprenderlo, lo conducirá a un probable fracaso. Es
el dilema entre los necesarios incentivos a la producción primaria y la seguridad alimentaria de los

13
Esto justifica por qué algunos países han tenido que llevar adelante procesos de reforma agraria cuando la tierra, siendo un activo fundamental
para la producción, no se encuentra distribuida equitativamente. Este es el ejemplo clásico.

FAO TCP/RLA/2909(F) 37
pobladores pobres de las zonas urbanas. Una política de incentivos a los precios de los productos
agrícolas (Ej.: precios mínimos a la producción) conlleva a un encarecimiento de los precios de
los alimentos, y consecuentemente, a un incremento de la inseguridad alimentaria. O al revés, el
mantenimiento de los precios de los alimentos artificialmente bajos a través de por ejemplo,
políticas de precios máximos al consumidor, es un incentivo perverso a la producción que a la
larga trae déficit de producción y hasta desabastecimiento (Price et al, 1987; Timmer, 1988). Una
buena gestión sobre seguridad alimentaria implica que las decisiones vinculadas a la alimentación
sean tomadas de manera transparente, tomando en cuenta tanto a productores como a
consumidores (IFPRI, 2003).

Estas situaciones no son desconocidas para Venezuela. Durante muchos años el país vivió una
larga época de subsidios contradictorios, donde a la vez que se fijaban precios mínimos a los
productos agrícolas y pecuarios y se subsidiaban los insumos agrícolas para incentivar la
producción, se regulaban igualmente los precios de venta al consumidor final. A la larga, a juzgar
por el estado en que quedó la agricultura venezolana luego de tales políticas, y por el alto
porcentaje de sectores pobres y en pobreza extrema, no hubo beneficio para ninguno de los
sectores objetivos de la política. Esto vale la pena tener en cuenta. No son los subsidios, sino la
calidad de los subsidios y su utilización apropiada lo que importa.

Algunos autores como Montilla (1999) han llegado a señalar que la agricultura venezolana ha
fracasado por la ausencia de planificación a largo plazo y al vacío conceptual de los planes
ejecutados. Esta afirmación se puede extender al proceso de planificación para la seguridad
alimentaria, tema distinto al de la agricultura aunque relacionado con ésta. El marco conceptual
cuenta, tal como ya fue mencionado, y debe comprender con la mayor precisión cómo opera el
sistema alimentario para poder construir una estrategia efectiva. De ahí la importancia de integrar
en la estrategia los componentes de la oferta, el de la distribución o comercialización y el del
consumo de alimentos, tal como lo señalan los anteriormente citados autores Price et al (1987) y
Timmer (1988). Conviene señalar algunas consideraciones sobre estos tres componentes.

Una oferta estable de alimentos es el fundamento esencial de un eficiente sistema alimentario,


provenga aquélla de la producción nacional, de las importaciones o de una combinación de
ambos. La seguridad alimentaria está mejor garantizada mediante una combinación inteligente
entre la producción interna y las importaciones. La variabilidad de la producción doméstica, y en
consecuencia, la de su oferta y precio, es generalmente mayor que la variabilidad de la oferta
internacional y de sus precios. Una sociedad debe esperar de su sector productivo primario una
actitud comprensiva sobre este aspecto, lo que generalmente no es así. Debe tenerse presente que
los subsidios al sector productor generan transferencias de ingresos de los consumidores a los
productores, lo cual acarrea un efecto perverso en tanto que los consumidores de bajos ingresos se
cuentan por millones, y lo productores son a lo sumo unos miles. Una situación como ésta, aparte
de constituir una ineficiencia económica, es un escenario socialmente injusto. Este es el principio
general en la mayoría de los países, sin embargo, se debe extraer de este principio a aquellos
países en donde el sector rural es la principal fuente de ingresos. No es este el caso de Venezuela.
Se deben generar e incrementar los ingresos de los productores rurales a través de la eficiencia de
la producción, porque de lo contrario el sector rural actuará como un lastre sobre los programas de
seguridad alimentaria.

FAO TCP/RLA/2909(F) 38
Por otra parte, la distribución es también un componente vital para una estrategia de seguridad
alimentaria. A través de la distribución llegan los alimentos a los consumidores. Si el sistema de
distribución es ineficiente, debido a la ausencia o al mal estado de las vías, puentes, a fallas en el
almacenamiento o transporte, o al funcionamiento ineficiente de las juntas de mercadeo
gubernamentales, el precio de los alimentos se incrementa y se afecta la seguridad alimentaria. En
un sistema alimentario la distribución sirve de base para la formación de los precios de los
productos agrícolas; de allí que es indispensable un eficiente sistema de comercialización y
distribución de productos que no produzca incrementos desproporcionados en los precios de los
bienes agroalimentarios.

Finalmente, el consumo es el componente de mayor preocupación en una estrategia de seguridad


alimentaria. El consumo de alimentos es resaltante porque satisface una necesidad fundamental
del ser humano. A fin de cuentas es la cantidad y calidad de los alimentos consumidos por los
miembros del hogar, lo que determina el nivel de seguridad alimentaria, o si la desnutrición o el
hambre son realmente un problema. El consumo en general, y particularmente el consumo de
alimentos, es un proceso complejo. Tal como lo señala la teoría, el consumo de alimentos es una
decisión individual sobre la que influyen elementos tan variados como el precio del alimento, el
precio relativo en relación con otros alimentos, los factores culturales, las costumbres, entre otros
factores (Tomek y Robinson, 1990).

Un buen planificador debe desagregar el consumo, analizando cuánto se come por grupos
socioeconómicos, etarios, por regiones o de otro tipo; también se debe analizar qué se come, es
decir el tipo y calidad de la dieta consumida. Solo así podrá encaminarse hacia el diseño de
políticas de seguridad alimentaria exitosas, sean de tipo general, o sean aquellos programas
dirigidas a grupos vulnerables de la población. La información disponible es fundamental.
Conocer el estado nutricional de la población, comprender la forma en que la misma se abastece y
saber prever los cambios que puedan afectar el equilibrio entre la oferta y la demanda de
alimentos, requiere la disposición de datos y herramientas metodológicas que permitan analizar
rápidamente la información (Ghersy, 1996).

A continuación, se presentan los lineamientos para una estrategia de seguridad alimentaria. Se


parte del reconocimiento de la situación problemática que justifica la estrategia, vale decir, del
problema de inseguridad alimentaria de una importante cantidad de seres humanos en el país.
Posteriormente se describe la estrategia a seguir

5.1 Justificación de la Estrategia: Inseguridad Alimentaria y Pobreza

Conviene resaltar que sobre Venezuela existe hoy suficiente evidencia para señalar al país como
un caso paradójico, en el que a pesar de los abundantes recursos percibidos en los últimos 50
años, principalmente generados por la exportación petrolera, la nación ha sufrido un
impresionante proceso de empobrecimiento de su población, intensificado con particular
notoriedad en las últimas dos décadas. Ya en el capítulo 2 se resaltaron algunas señales de alarma
sobre la situación de seguridad alimentaria para el país, como la falta de adecuación calórica de la
dieta del venezolano a las disponibilidades energéticas, el alto porcentaje de hogares bajo pobreza
o pobreza extrema, los elevados índices de desempleo y de empleo informal, el deterioro de los
ingresos. Algunas de estas señales son causa desencadenante de inseguridad alimentaria, como el
deterioro crónico de los ingresos.

FAO TCP/RLA/2909(F) 39
Curiosamente, no han estado ausentes en el país numerosos programas de ayuda gubernamental,
de asistencia y de subsidios generalizados; sin embargo, a pesar de éstos, el siglo XXI sorprende a
Venezuela con elevadísimos índices de pobreza urbana y rural, así como de inseguridad
alimentaria, entre otros indicadores que reflejan una calidad de vida bastante deteriorada en
relación a los ingresos recibidos por el país (FAO, 2000; Lorenzana, 2001).

La pregunta lógica que surge de toda esta situación planteada precedentemente y que debe
enfrentar y responder todo planificador es ¿Qué ha pasado entonces en Venezuela? La respuesta
abunda en la literatura y los estudios especializados: el modelo rentístico de la Venezuela
petrolera colapsó. En efecto, desde que el petróleo aparece en la escena económica del país, aquel
se ha vuelto objeto de estudio y de investigación, y materia obligada de la economía política. El
muy particular detalle de no ser un bien resultante de la producción nacional, sino consecuencia
de la extracción desde los profundos pozos donde yace, aunado a que su precio es aquel que paga
el mercado internacional, destinatario principal del oscuro hidrocarburo, convierten a este recurso
abundante pero no renovable, en generador de una renta internacional cuyo beneficiario es el
Estado venezolano, histórico propietario del petróleo.

Siendo el Estado el propietario del petróleo, lo es por consiguiente de una renta cuyo monto es
muy grande en relación al tamaño de la economía del país, y tal como lo señala Baptista (2004),
esto conforma un esquema económico que por sus características muy singulares, en las que el
Estado es el dueño de unos ingresos propios que percibe al margen de la economía doméstica, se
denomina capitalismo rentístico. En una sociedad capitalista y rentística, nos apunta el mismo
autor en otro estudio (Baptista, 1997), pervive junto al ingreso generado por la oferta agregada de
bienes y servicios que se producen gracias al esfuerzo productivo nacional, un ingreso cuyo
origen es internacional, de magnitud significativa respecto al que se genera internamente, y que
no tiene como contrapartida ni el trabajo ni el capital domésticos, sino sólo la propiedad sobre un
medio de producción que no es producido por la economía interna.

Como contrapartida, una economía normal, esto es, una economía productiva, funciona a partir de
la producción, y de los ingresos generados por la venta de esta oferta que habrá de distribuirse
entre los propietarios de los medios productivos y de los trabajadores. A esto hay que añadir los
impuestos que el Estado cobra a sus ciudadanos y demás agentes económicos, y que distribuye en
función de pautas políticas y económicas que cada sociedad establezca. En otras palabras, una
economía productiva genera ingresos que tienen una contrapartida en bienes y servicios, y en los
impuestos.

En una economía rentista, los ingresos tienen su fuente en una renta que no es producida sino
captada. La importancia de esto para el país radica en el hecho de que no puede entenderse el
desempeño económico de Venezuela en los últimos 60 años, ni el colapso del esquema rentista, si
no se comprenden los mecanismos que han determinado la utilización y distribución de la renta
petrolera. Pero aún más importante es comprender cómo afecta el modelo rentista a la economía
productiva del país. Baptista (2004) adicionalmente señala que a la luz de la evidencia y del
conocimiento económico, la decisión de destinar la renta petrolera únicamente a la inversión para
incrementar la oferta efectiva de bienes y servicios de producción nacional sin que se haya
considerado la fundamental previsión de también hacer crecer la demanda efectiva, es decir el
consumo interno, no ha resultado ser la más óptima para el país. Habría que agregar que la renta

FAO TCP/RLA/2909(F) 40
tiene un límite y el crecimiento poblacional y las necesidades son mucho mayores cada vez. Por
ello el citado autor propone el relevo de tal modelo, y en esa búsqueda se encuentra el país.

Lo planteado en las líneas anteriores es reconocido por el Ejecutivo Nacional en las Líneas
Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la nación 2001-2007 (Ministerio de
Planificación y Desarrollo, 2004) cuando deja sentado que “Es de todos conocido que el logro del
equilibrio económico y la reactivación del aparato productivo son requisitos para una mejor
distribución del ingreso,...(...)...Por lo que el cambio estructural de una economía rentista a otra
de tipo productivo permitirá mejorar la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos...”. Sólo
esperamos que se tenga presente la historia económica del país en el último medio siglo, así como
el conocimiento económico y la economía política, para aprender de los errores y no repetirlos.

No es del alcance de este estudio ahondar sobre las causas del colapso del llamado “modelo
petrolero”, sin embargo, sí lo es el de proponer unos lineamientos que permitan combatir una de
sus más perversas consecuencias como lo es la inseguridad alimentaria de importantes sectores de
la población.

El reconocimiento de una realidad objetiva es el primer paso para la construcción de una


estrategia que permita cambiarla. Sirvan las anteriores consideraciones, reforzadas con los datos
presentados en el capítulo 2 de este informe, para establecer que en efecto, una parte importante
de la población en Venezuela se encuentra en estado de pobreza e inseguridad alimentaria y por lo
tanto no hay mejor justificación que esta negativa situación para entonces, tomar una
determinación y hacer algo. Esa es la intención de las líneas que siguen.

5.2 Lineamientos básicos del Plan: Viabilidad y Estrategia

La elaboración de un plan de acción desde el gobierno debe considerar una metodología y tomar
en cuenta un conjunto de elementos que permitan garantizar su efectividad. Aquí nos limitaremos
a señalar solo dos aspectos. En primer lugar, la viabilidad del plan; y en segundo lugar, el diseño
de una estrategia.

La viabilidad permite que se alcancen en el tiempo preestablecido las metas y los objetivos
propuestos por el planificador. No solamente los objetivos generales, como han de ser, por
ejemplo, para el caso del presente trabajo, la reducción de la pobreza y el incremento de la
seguridad alimentaria. También los objetivos específicos, por ejemplo, el incremento de la
producción agropecuaria y de los ingresos en el medio rural. Ahora bien, todo plan nacional o
sectorial debe tener no solamente viabilidad técnica (fundamentación teórica y/o conceptual) y
viabilidad económica (suficiencia de recursos humanos y financieros), tal como lo señala la teoría
elemental de la planificación. Los planes deben tener viabilidad sociopolítica, es decir, deben
contar con la participación efectiva del colectivo social al cual van dirigidos, así lo establece para
Venezuela el artículo 8 de la recientemente promulgada ley orgánica de planificación, siguiendo
el espíritu de la constitución de la república. Es la sociedad civil quien mejor conoce sus propias
necesidades y la mejor supervisora de las ejecutorias. La participación efectiva de los grupos
sociales otorga legitimidad política a los planes.

Por otra parte, todo plan deberá contar con una estrategia coherentemente definida que permita
tomar decisiones óptimas en cada momento del proceso. Una buena estrategia debe tomar en

FAO TCP/RLA/2909(F) 41
cuenta, a su vez, los siguientes elementos: i) la visión o imagen objetivo que se desea alcanzar; ii)
la misión del plan; iii) los objetivos explícitos que se persiguen y iv) la programación de las
acciones a seguir para el logro de las metas planteadas y la integración de los programas y
proyectos en ejecución. El siguiente esquema ayuda a comprender este planteamiento:

Figura 1: Esquema de una Estrategia o Plan Nacional

I Problema

Técnica

Económica
Viabilidad
Social

Plan Política
II

Visión
Estrategia Misión
Objetivos
Acciones
III

Fuente: Elaboración propia

5.3 Visión y Misión de la Estrategia de Seguridad Alimentaria

Una estrategia de seguridad alimentaria debe tener un punto de vista particular sobre el asunto, es
decir, un referente conceptual que permita el diseño de programas o acciones de política pública
que hagan posible alcanzar unas metas determinadas.

Se plantea en este documento que una estrategia de seguridad alimentaria para Venezuela tenga
como referente conceptual la definición contenida en la Constitución. Esta sugerencia se apoya en
dos razones. Primero, la carta magna de un país es el acuerdo socio-jurídico y político que sirve
de marco referencial para todos los ciudadanos, sin distinciones de ningún tipo. Por lo que
siempre será más fácil encontrar consenso alrededor de la constitución, que en torno a cualquier
otro programa o argumento de la vida nacional. Segundo, ya se había comentado en el primer
capítulo de esta investigación, que la constitución venezolana promulgada en 1999 no solamente
eleva el rango del derecho a la alimentación y a la seguridad alimentaria, sino que incorpora en la
definición de esta última los elementos principales que hoy en día manejan los especialistas e
instituciones que marcan la pauta sobre este tema.

FAO TCP/RLA/2909(F) 42
En este sentido se sugiere entonces, que una estrategia de seguridad alimentaria para Venezuela
tenga como Visión, la siguiente:

Que toda la población tenga una disponibilidad suficiente y estable de alimentos sanos y acceso
oportuno y permanente a éstos.

Esta visión lleva implícita un cometido o Misión fundamental:

El logro de un país en el que toda la población tenga asegurado el acceso a alimentos suficientes
y seguros que le permitan no solo cubrir una necesidad básica, sino también llevar una vida
saludable y productiva.

5.4 Objetivos del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria

La visión y misión de una plan nacional de seguridad alimentaria requiere de la definición de


objetivos específicos. Estos objetivos están relacionadas con las metas que se desean alcanzar, y
permiten la construcción de acciones y programas concretos para disminuir el número de personas
en estado de inseguridad alimentaria.

Del conjunto de elementos que inciden directamente con el problema de la inseguridad


alimentaria en Venezuela, en este informe se resaltan dos que son a nuestro juicio los que tienen
que ver principalmente, aunque no exclusivamente se insiste, con el referido problema. Estos son,
a saber:

1. Alto nivel de desempleo urbano y rural e ingresos bajos e inestables.

2. Un sector agrícola doméstico deficitario y poco competitivo en términos relativos.

Ambos problemas, que se han hecho crónicos en las dos últimas décadas, inciden negativamente
en el acceso a los alimentos y en la disponibilidad de los mismos, componentes fundamentales de
la seguridad alimentaria. En términos directos, una oferta nacional de bienes agroalimentarios
deficitaria y costosa, e ingresos nulos o insuficientes en un alto porcentaje de la población, se
conjugan para producir un efecto adverso sobre importantes sectores de la población.

Las anteriores consideraciones son necesarias para identificar con precisión cuáles deben ser los
objetivos de una estrategia de seguridad alimentaria que permita el desarrollo de un conjunto de
programas realmente efectivos. Consecuentemente, se proponen los siguientes objetivos:

• Mejorar el nivel de empleo y de ingresos de la población pobre del país.

• Incrementar el nivel de ingresos de la población rural

• Incrementar la producción agropecuaria nacional y mejorar la competitividad de la oferta


alimentaria.

FAO TCP/RLA/2909(F) 43
• Mejorar las condiciones y prácticas de alimentación, salud e higiene.

• Proteger a los sectores más vulnerables.


• Mejorar el marco institucional para que las regulaciones sean exitosas y el acceso a las
oportunidades se dé por igual entre todos los individuos.

5.5 Metas

El planificador deberá tener presente permanentemente en su horizonte cuáles son las metas
concretas a lograr, las cuales permiten a su vez hacer la evaluación y el seguimiento durante la
ejecución de la estrategia. Se sugieren tres metas. Se ha querido ser conservador con la finalidad
de ser lo más objetivo dentro de las posibilidades reales que tiene el país, que con sus recursos y
con sus programas, pueda alcanzar tales metas. Estas se resaltan en el siguiente recuadro para que
sirvan de recordatorio permanente de lo que se tiene que lograr:

Figura 2: Metas concretas a tener en cuenta en una estrategia


de seguridad alimentaria para Venezuela

• Las Disponibilidades Calóricas del consumo de


alimentos deben cubrir cada día el requerimiento
mínimo para Venezuela de 2.500 calorías por
persona por día.
• El ingreso familiar cada mes debe estar siempre
por encima del costo establecido para la canasta
normativa de alimentos.
• El país debe reducir la Inseguridad Alimentaria de
200.000 personas por año entre 2005 y 20015
para cumplir con los objetivos del milenio.

Fuente: Elaboración Propia

Las acciones que se implementen y los programas que se ejecuten dentro del marco de la
estrategia deben por tanto conducir a: Primero, mejorar la adecuación calórica del consumo de
alimentos. Segundo, garantizar el poder de compra alimentario mínimo de la población. Tercero, a
reducir efectivamente el número de personas en estado de inseguridad alimentaría hasta llegar a
cero en un plazo razonable. Vale decir entonces, que todas las acciones que se programen con el
objeto de mejorar la seguridad alimentaria, no tienen sentido si no contribuyen con el logro de
esas tres metas propuestas.

5.6 Acciones para mejorar la Seguridad Alimentaria

Ya ha sido señalado que en Venezuela existe una porción de su población en estado de


insuficiencia alimentaria, es decir, que no tiene acceso a los alimentos de manera suficiente,
estable y oportuna. También fue señalado que la causa principal, aunque no la única, del estado de

FAO TCP/RLA/2909(F) 44
inseguridad alimentaria en el país se debe a la pobreza. La pobreza disminuye o anula el poder de
compra alimentario, y allí se origina la inseguridad alimentaria. Si el estado de pobreza persiste,
también lo hará la inseguridad alimentaria hasta hacerse crónica y constituirse en un problema de
tipo estructural.

Conviene señalar, igualmente que, en Venezuela, la mayoría de los hogares pobres se encuentran
en las zonas urbanas, pero se ha encontrado que los más pobres de los pobres se encuentran en el
medio rural. Por lo tanto, aunque el sector rural no sea estadísticamente importante desde el punto
de vista cuantitativo, sí lo es desde el punto de vista cualitativo. Debe considerarse entonces un
sector vulnerable y en consecuencia ser objeto de una protección especial en los planes dirigidos a
superar la inseguridad alimentaria.

Los objetivos de la estrategia de seguridad alimentaria planteados anteriormente, solo podrán


alcanzarse con el diseño y ejecución de un conjunto de acciones particulares e integrales
destinados a superar la carencia o insuficiencia de ingresos, la falta de oportunidades de los
sectores vulnerables y una oferta doméstica de productos alimentarios deficitaria y costosa para el
consumidor.

Cualquier programa que se implemente debe tener como norte la visón que se ha tomado como
referente de la estrategia, es decir, la disponibilidad suficiente y estable de alimentos saludables,
y el acceso oportuno y permanente a estos alimentos. Si no se toma en cuenta la visión o los
planificadores la pierden en su horizonte, los resultados pueden ser nulos o inclusive contrarios a
lo esperado. Recordar que la referencia está en la propia constitución nacional, artículo 305, tal
como fue señalado y analizado en el capítulo correspondiente al marco normativo de la seguridad
alimentaria.

Las acciones que se pueden implementar para el logro de cada uno de los objetivos específicos de
la estrategia de seguridad alimentaria son:

a) Para mejorar el nivel de empleo y de ingresos de la población pobre del país:

• Planes para la expansión del empleo formal, tanto cuantitativamente como en su calidad.
• Estímulo a la inversión productiva para aumentar su capacidad empleadora; diversificar no
solo el parque industrial, sino el agrícola o de servicios, o recuperar el existente que se
encuentra en estado de decadencia o abandono.
• Mejor que las políticas asistenciales, son los programas de apoyo a la pequeña, mediana
empresa y a las microempresas informales en cualquier área de la actividad económica.

b) Para incrementar el nivel de ingresos de la población rural

• Programas de Educación Rural: que instruyan para la vida pero que formen para el trabajo
y la producción rural. El pensum debe adaptarse a esto.

FAO TCP/RLA/2909(F) 45
• Programas para el mejoramiento de los sistemas de producción a nivel rural: titulación de
tierras, transferencia tecnológica por zonas agroclimáticas, financiamiento rural (cajas
rurales), mecanización e insumos.
• Proyectos para la dotación de servicios (Ej.: telefonía rural) e infraestructura (Ej.: vías de
penetración).
• Desarrollo de un sistema de comercialización y financiamiento preferencial para los
pequeños productores rurales.
• Mejorar la institucionalidad de las relaciones contractuales de los productores en general,
y de los pequeños productores en particular, como eslabones débiles de la cadena
producción-comercialización-transformación. La vigente ley de tierras no contempla este
aspecto, como sí lo consideraba la derogada ley de reforma agraria de 1960, por lo que
existe un espacio para la mejora de este instrumento normativo en relación con los
contratos agrarios.
• Mejorar la institucionalidad de la titulación de tierras. Hoy en día la ley de tierras está
limitada a la adjudicación sin posibilidad de hipoteca, ni de otro tipo de garantía salvo el
de la prenda sobre la cosecha, lo cual cierra las posibilidades de financiamiento formal a
los adjudicatarios. Aquí existe otro espacio para la mejora institucional.

c) Incrementar la producción agropecuaria nacional y mejorar la competitividad de la


oferta alimentaria.

• Programas de Circuitos Agroalimentarios basados en la competitividad: se debe


incentivar la producción excedentaria de rubros seleccionados, a precios competitivos en
el mercado.
• Desarrollar un sistema de comercialización para insumos y productos agrícolas, con
acceso igualitario para todo tipo de productor.
• Integrar los programas actuales de distribución alimentaria tipo Mercal, con los circuitos
agroalimentarios nacionales.
• Desarrollo de programas de formación en teoría de circuitos agroalimentarios para
funcionarios.

d) Mejorar las prácticas de alimentación, salud e higiene.

• Rediseñar los programas educativos para que incluyan las buenas prácticas de
alimentación y de higiene con carácter obligatorio.
• Diseñar programas para la promoción de estas prácticas bajo la responsabilidad del
Instituto parea la Defensa y educación del Consumidor (INDECU)

e) Diseñar programas para la protección integral de los sectores más vulnerables.

• Se debe diseñar y fortalecer los programas concertados entre el Estado y la agroindustria,


para la fortificación y enriquecimiento de alimentos. Utilizar como vehículos de estos
programas a los alimentos de mayor consumo en el país como son la harina precocida, el

FAO TCP/RLA/2909(F) 46
pan de trigo, las pastas o el arroz. Estos programas deben enfatizar los nutrientes cuya
disponibilidad actual en Venezuela no satisface los requerimientos. Estos son energía,
calcio y riboflavina.
• Ampliar los programas de comedores escolares.
• Diseñar programas de distribución de vitaminas deficitarias como la Vitamina A, entre
escolares y mujeres embarazadas.
• Rescatar o rediseñar programas del tipo Multihogares y Hogares de Cuidado Diario, donde
la propia comunidad participa en la ejecución como actores activos.

f) Mejorar el marco institucional para que las regulaciones sean exitosas y el acceso a
las oportunidades se dé por igual entre todos los individuos.

• Mejorar la gerencia pública con formación en teoría y práctica sobre políticas públicas:
ayuda a entender por qué muchas veces no se logran las metas propuestas en los planes.
• Mejorar el ambiente legal para que las normas permitan la creación de motivaciones
positivas de la iniciativa particular. No basta con más leyes, sino que éstas deben permitir
incrementar la eficiencia, la transparencia y la justicia en las relaciones de producción y
consumo, sin caer en el “ilusionismo legislativo”. El estado debe regular, pero la
efectividad de las regulaciones dependerá de la calidad de las normas, y ésta dependerá de
un conocimiento sobre cómo prever la forma en qué los individuos actuaran realmente,
después que una norma, o una ley se aplican.
• El ambiente de participación efectiva de los individuos en el ejercicio pleno de su derecho
a la alimentación pasa por mejorar el ambiente institucional que permita superar la
pobreza.

FAO TCP/RLA/2909(F) 47
6 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

ƒ En 1999 se abrió un nuevo tiempo signado por cambios para Venezuela. No solamente
asume un nuevo gobierno electo en elecciones democráticas en el país, cosa por lo
demás cotidiana desde 1959, sino que se inicia un proceso de transformación
institucional que tiene su punto de partida en la promulgación a principios de ese año
de una nueva Constitución.

ƒ Una estrategia de seguridad alimentaria debe estar fundamentada en los siguientes


lineamientos o principios básicos: i) visión integral de la seguridad alimentaria; ii)
revalorización del papel de la agricultura en el país, no solamente como productora de
alimentos, sino como empleadora de mano de obra y dinamizadora del resto de la
economía; iii) reconocimiento de la diversidad cultural, productiva y socioeconómica
de las poblaciones objetivo; iv) participación de los actores involucrados; v) el
fortalecimiento institucional de los entes encargados de llevar adelante las estrategias
de seguridad alimentaria; vi) utilización de instrumentos para el seguimiento y
evaluación de la estrategia.

ƒ Cualquier estrategia de seguridad alimentaria para Venezuela estará marcada por una
realidad objetiva de mucha influencia: el país es fundamentalmente urbano y con
elevados índices de pobreza. Esta situación afecta el componente acceso a los
alimentos, por lo que en esas condiciones la mayoría de los programas para la
seguridad alimentaria deben tener como norte disminuir o compensar los ingresos
insuficientes o inexistentes, y a superar el desempleo. Los habitantes urbanos (87 % en
Venezuela) dependen de un salario para poder comprar alimentos. La pobreza afecta
negativamente la seguridad alimentaria de los hogares, sobre todo de aquellos hogares
urbanos donde el acceso a los alimentos se logra únicamente a través de la compra de
los mismos en los mercados, sean estos formales o informales. En Venezuela, la
mayoría de su población es urbana y en situación de pobreza o pobreza extrema. Pero
el mismo razonamiento se aplica para los pobladores rurales, máxime si estos no están
en condiciones de producir para la subsistencia.

ƒ La mayor parte de la evidencia demuestra que existe una fuerte correlación entre
pobreza e inseguridad alimentaria. La pobreza es la principal causa de la inseguridad
alimentaria. El hambre, a su vez, es fuente generadora de pobreza, porque afecta las
capacidades y disminuye la productividad. Por tanto se debe vencer el círculo vicioso
pobreza-inseguridad alimentaria-hambre-pobreza. La mejor estrategia contra la
inseguridad alimentaria y el hambre, es una estrategia de reducción de la pobreza
(IFPRI, 2003).

ƒ El crecimiento económico es una condición necesaria, más no suficiente para la


reducción de la pobreza. Los gobiernos deben proporcionar a sus ciudadanos
condiciones institucionales estables como paz interna, respeto a los derechos, imperio
de la ley, inversión pública en salud, en investigación agrícola y nutricional, etc. Se
debe prestar atención a la equidad y a la ruptura del equilibrio que generalmente sigue
a los procesos de crecimiento y modernización.

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ƒ Cualquier programa de empleo debe tender a la formalidad de las relaciones laborales,
ya que esto permite obtener al empleado no solamente ingresos, sino acceso a sus
derecho laborales que de alguna manera compensan los bajos salarios. La informalidad
presenta un sesgo en contra de los derechos laborales del trabajador.

ƒ Los programas de agricultura urbana y periurbana son una alternativa de ingreso de los
pobres en las ciudades. Se reconoce que la legitimación de este tipo de actividad puede
permitir que los pobladores de bajo o muy bajos ingresos obtengan acceso a la tierra,
al crédito, a los servicios, etc. Sin embargo, se debe tener siempre presente el costo de
oportunidad en las ciudades del trabajador de escasos ingresos.

ƒ En Venezuela, los programas destinados a la disminución de la pobreza en el sector


rural son cualitativamente importantes, ya que si bien este sector es mucho menor (13
%) en relación con los habitantes urbanos (87 %), no menos cierto es que los más
pobres de los pobres se encuentran en el sector rural.

ƒ Los programas para el desarrollo rural dentro de una estrategia de seguridad


alimentaria, si son efectivos, cumplen una doble función. En primer lugar, contribuyen
al mejoramiento de la calidad de vida del habitante rural, mejorando sus ingresos y su
seguridad alimentaria. Segundo, representan un desarrollo de tipo territorial al detener
las migraciones hacia la ciudad, y permitir el ejercicio de la soberanía mediante la
ocupación del territorio.

ƒ Deben tomarse las medidas necesarias para que los pequeños productores no queden al
margen de las nuevas tecnologías en alimentación, y en agricultura.

ƒ Los planificadores deben estar atentos a los temas corrientes y emergentes en materia
alimentaria. La seguridad alimentaria ya es un tema en las agendas de negociación
comercial multilateral y regional. El gobierno debe preparar su propuesta sobre
seguridad alimentaria y agricultura para discutirla tanto a nivel regional (Comunidad
Andina y MERCOSUR) como a nivel mundial (OMC). El país debe saber aprovechar
la competitividad de sus socios comerciales regionales en la producción de alimentos y
materias primas agrícolas, para no afectar gravemente la seguridad alimentaria interna.

ƒ El planificador también debe prestar atención a la publicidad y al comercio


internacional como fuente de inseguridad alimentaria, al modificar los hábitos de
consumo y la cultura alimentaria (Molina, 2002). Las campañas educativas, formativas
e informativas son la mejor forma de combatir esta nueva fuente de inseguridad
alimentaria.

ƒ Una estrategia de seguridad alimentaria no puede estar aislada de la macroeconomía y


viceversa. Los gobiernos deben manejar con responsabilidad, con mucha disciplina, el
gasto público a fin de no afectar negativamente las variables macroeconómicas
principales que provocan situaciones de riesgo para la seguridad alimentaria, como la
tasa de inflación y las maxidevaluaciones, entre otras. El planificador debe tener
presente que los efectos de cualquier plan sectorial asistencial o compensatorio del

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ingreso, se anulan cuando los índices de precios al consumidor son elevados o cuando
el poder de compra se erosiona producto de las devaluaciones con fines fiscalistas.

ƒ Es importante resaltar que toda estrategia o plan de seguridad alimentaria debe contar
con información sobre las variables claves que permitan hacer el seguimiento sobre el
cumplimiento de la estrategia. Se recomienda hacer los mayores esfuerzos para crear
una red de sistemas de información para la vigilancia de la seguridad alimentaria en el
país. Este sistema deberá tener al menos tres componentes. El de vigilancia agrícola, el
de vigilancia geográfica y el de vigilancia nutricional. Solo con información oportuna
y estadísticamente confiable se pueden diseñar programas más efectivos y eficientes
para combatir la pobreza y la inseguridad alimentaria.

ƒ Uno de los instrumentos con que cuenta el país que permite una aproximación al
análisis del comportamiento del consumo son las Hojas de Balance de Alimentos
(HBA). Las HBA se vienen realizando desde hace varios años siguiendo una
metodología homogénea, mediante un acuerdo interinstitucional entre el Instituto
Nacional de Nutrición y la Universidad de los Andes. Ahora bien, este instrumento
debe complementarse con las Encuestas de Hogares, las cuales permiten desagregar
por grupos socioeconómicos y por edades lo que para las HBA representan promedios
nacionales. Es importante que los funcionarios entiendan que este tipo de instrumentos
para la captura de información son fundamentales para la toma de decisiones en
materia de seguridad alimentaria y por lo tanto deben fortalecerse.

ƒ Por último, se debe hacer un esfuerzo en focalizar más los programas. Para Venezuela,
si ha de cumplir con los objetivos del milenio, entonces cada año hasta el 2015 deben
incorporarse 200.000 personas a los programas, y así reducir a la mitad la pobreza y la
inseguridad alimentaria. No debe pasar por alto que el Informe sobre Desarrollo
Humano para Venezuela (OCEI y PNUD, 2000) reportó un millón de hogares que no
cuenta con ingresos para alimentarse. Eso nos lleva a promediar una cifra de
aproximadamente 4 millones de personas en situación de alto riesgo de inseguridad
alimentaria.

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