Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
No se hace contemplación cuando se tiene tiempo, sino que se toma el tiempo de estar
el Señor con la firme decisión de no dejarlo, y de volverlo a tomar cualesquiera sean las
pruebas y la sequedad del encuentro.
Así, la contemplación, es un don, una gracia; no puede ser acogida más que en la
humildad y en la pobreza.
En ella, el Padre nos concede “que seamos vigorosamente fortalecidos por la acción de
su Espíritu en el hombre interior, que Cristo habite por la fe en nuestros corazones, y
que quedemos arraigados y cimentados en el amor”.
La contemplación es unión con la oración de Cristo, en la medida en que ella nos hace
participar en Su misterio. El misterio de Cristo es celebrado por la Iglesia en la
Eucaristía; y el Espíritu Santo lo hace vivir en la contemplación para que sea
manifestado por medio de la caridad en acto.