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1
Universidad de La Plata en 1942. Pero su verdadera vocación estuvo
compartida por la investigación y exposición político-doctrinal, el
periodismo y la política parlamentaria. Fue, en definitiva, como todos
recordamos, el gestor de la fundación del Parlamento Latinoamericano
en Lima, en diciembre de 1964. Fue el primer secretario general de este
organismo y siguió ejerciendo el cargo, por reiterada decisión de los
parlamentarios del continente, durante 27 años (1964-1991).
ATE fue diputado electo por Lambayeque en 1962, pero fue privado del
cargo por el golpe militar del general Ricardo Pérez Godoy. Fue otra vez
diputado lambayecano en 1963, llegando a ser elegido presidente de su
Cámara en 1968, poco antes del golpe militar del general Juan Velasco
Alvarado. Luego fue Constituyente y destacado integrante de la
Comisión Principal encargada de redactar la Constitución entre 1978 y
1979. Fue autor, entre otros artículos, del Artículo 100 de la Carta
Magna de 1979, que dice a la letra: «El Perú promueve la integración
económica, política, social y cultural de los pueblos de América Latina,
con miras a la formación de una comunidad latinoamericana de
naciones».
2
signado por dos vías paralelas: la democracia y la unidad de América
Latina, y encontró, simultáneamente, a Bolívar y a Haya de la Torre
como los paradigmas definitivos de su vocación.
3
Complementa esta obra un folleto de pequeño formato pero profundo
contenido: 27 años de lucha por la integración de América Latina.
Memoria del secretario general del Parlamento Latinoamericano, Dr.
Andrés Townsend Ezcurra, (Ediciones de la secretaría general del PL.
Imp. América, Lima)
4
diciembre de 1824). Al concluir las sesiones, ATE fue elegido por
unanimidad secretario general del PL y será reelegido consecutivamente
en 13 oportunidades.
El militante indeclinable
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Rubén Dancourt, Armando Echeandía, Wenceslao Flores, Carlos Muñoz,
Romeo Salgado y Mario Suárez.
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En 1934, al iniciarse la larga clandestinidad, Townsend era dirigente de
la Federación Aprista Juvenil e integrante del Buró de Conjunciones que
vinculaba la organización del partido. Apenas de 20 años, fue detenido y
deportado a Chile en febrero de 1935. En marzo se trasladó a Buenos
Aires, donde fue recibido por uno de los líderes históricos del APRA:
Manuel Seoane. Estuvo exiliado diez años, equivalentes a su etapa más
crucial de formación profesional y maduración personal.
Entre los exiliados apristas, ATE cumplió una función muy destacada,
siempre al lado de Manuel Seoane. De la simpatía de Haya de la Torre
por los progresos del joven discípulo quedan muchos testimonios, como
esta carta del jefe del APRA a Luis Alberto Sánchez, de marzo de 1937,
donde dice:
1
Ver: Correspondencia Haya de la Torre-Luis Alberto Sánchez,; Mosca Azul editores,
Lima, 1982; volumen 1, pp. 302-303.
7
y Bettino Craxi. En dicho evento, Haya de la Torre remarcó que la
actitud entre los partidos populares de América Latina y los socialistas
europeos debía ser de «coordinación» y no de afiliación, señalando
además que el aprismo era «democracia social y no socialdemocracia». 2
2
Ver el artículo de Andrés Townsend: «Democracia social y socialdemocracia» (revista
Oiga, Lima, 1982) en el volumen compilatorio Trayectoria de un pensamiento (Lima,
1994, pp.48-51).
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Contra el aprismo «congelado» y procomunista
En vida de Haya de la Torre, para ningún aprista cabía la más leve duda
sobre la coherencia evolutiva de la doctrina partidaria. Luego de una
época auroral y formativa, esencialmente propagandística (1924-1930),
el aprismo se puso los pantalones largos cuando empezó a asumir
responsabilidades políticas de primer orden (a partir de 1931). De allí en
adelante hubo una doctrina madura, invariable, coherente y con efectiva
capacidad de gobierno.
3
Este manifiesto se publicó primero en inglés («What is the APRA?») en The Labour
Monthly, Londres, diciembre de 1926. En enero de 1927 apareció en español en
América Latina y se incluyó en el libro de Haya de la Torre, Por la emancipación de
América Latina, editado ese año en Buenos Aires por Gabriel del Mazo (M. Glezier
editor, pp. 187-195).
4
Ver Cap. VII (p.139 de la 2da. edición de 1936).
5
Ver Cap VI (p. 122 de la 2da. Edición de 1936).
9
extensamente anotada y comentada bajo el título 30 años de aprismo
(1956).
Los lemas que resumen esas pautas definitivas del aprismo –relativista,
democrático y claramente delimitado del socialismo y el comunismo–
son bien conocidos: «El aprismo es un partido democrático de izquierda.
Considera a la democracia como una función tanto política como social»
(1931). 7 «No estamos en contra del capital que se sujeta a nuestras
leyes y procura el impulso de nuestra riqueza. Estamos en contra del
capital que explota nuestras riquezas y se burla de nuestras leyes»
(1931). 8 «Tiene razón y mucha [quien] te refuta aquello de ‘primero
apristas, después comunistas’. […] El aprismo no es un dogmatismo
cerrado y arbitrario, sino una línea de acción hacia el infinito» (1932). 9
6
Ver «Discurso ante el I Congreso Nacional del PAP» (20 de agosto de 1931) que
forma parte del libro Política aprista (Lima, 1933) en Haya de la Torre, Obras
completas (1976-1977), tomo V, pp. 42-43.
7
Ver el mismo discurso. Loc. Cit. p. 43.
8
Ver el mismo discurso. Loc. Cit. pp. 45-46. No es una cita textual del discurso. Haya
de la Torre cita elogiosamente un titular de la carátula de la revista APRA, Segunda
época, Nº 13, 15 de mayo de 1931.
9
Ver «Mensaje de Navidad» que forma parte del libro V. R. Haya de la Torre, Cartas a
los prisioneros apristas (Lima, 1946) en Haya de la Torre, Obras completas (1976-
1977), tomo VII, p. 205.
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fascista porque es contrario al principio de la corporación, ya que
sostiene el régimen de la cooperativa» (1940). «No se trata de quitar la
riqueza al que la tiene sino de crear riqueza para el que no la tiene»
(1945). «Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de
espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros la democracia
es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia ni
libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas» (1946).
«El dictado marxista ‘la violencia es la partera de la historia’ hoy
sabemos […] que resulta una falacia» (1954). 10
10
Citas correspondientes a los textos: «La verdad del aprismo» (1940), «Discurso del
reencuentro» (1945), «No queremos el fascismo ni el comunismo» (1946) e
«Imperialismo, antiimperialismo y marxismo» (1954). Los textos primero, segundo y
cuarto, pertenecientes al tomo I de las Obras completas (1976-1977), forman parte de
la antología de Milda Rivarola y Pedro Planas, Víctor Raúl Haya de la Torre, Ediciones
de Cultura Hispánica, Madrid, 1988; las citas están en las pp. p. 100, 111 y 125. El
tercer texto, de 1946, se encuentra en la recopilación de Luis Alva Castro, Haya de la
Torre, peregrino de la fraternidad bolivariana, S/e, Lima, 1990; p. 44.
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Este aprismo «ortodoxo», leal a la larga trayectoria doctrinal y política
de Haya de la Torre, alumbró políticas como el «interamericanismo
democrático sin imperio» de 1941-1956 y la «convivencia democrática»
de 1956-1962, sin recibir jamás objeciones internas serias. Quienes las
adelantaron –como el grupo «Apra Rebelde» de Luis de la Puente
Uceda– lo hicieron porque ya eran protagonistas de rupturas doctrinales
esenciales, como en el caso de Luis de la Puente, afines al comunismo
cubano.
11
Entrevista con Hugo Vallenas (marzo de 1994) en Andrés Townsend: Trayectoria de
un pensamiento (1994), pp. 27-28.
12
Paradojalmente, Townsend encarnó la real ortodoxia hayista pero
también la ausencia de dogmatismo y fanatismo. Ejemplificó la
tolerancia, la curiosidad ante lo nuevo y la sagacidad para responder al
contendor. Fue además un símbolo viviente de la caballerosidad y la
pulcritud en el gesto político y en la oratoria, además de ser hombre de
reconocida integridad y honestidad.
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nos quedamos sin ella. Nuestra soledad es más grande que la
tuya».12
El periodista laureado
12
Ver «Oración fúnebre ante los restos de Víctor Raúl, Plaza Bolívar, Lima, 5 de agosto
de 1979» en Andrés Townsend, 50 años de aprismo. Memorias, ensayos y discursos de
un militante, Lima, 1989, p. 322.
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un medio de prensa confiable y variado, apto para la lectura en familia,
con reportajes polémicos sobre la realidad del país, encuestas sobre la
eficiencia de los servicios públicos, comentarios sobre el cuidado de la
salud, noticias sobre espectáculos y deportes, etc. Hojeando la colección
de 1946, es posible consultar con toda objetividad temas como el
debate parlamentario sobre la propuesta aprista del Congreso
Económico Nacional –entre el N° 233 (17 de mayo de 1946) y el N° 259
(12 de junio de 1946)– o el contrato de Sechura entre el Estado y la
International Petroleum Company (La Tribuna N° 256, 9 de junio de
1946), donde se contrastan los distintos puntos de vista.
Las modestas oficinas del director del diario La Tribuna, Andrés Townsend, en
1945
15
Dice Townsend en esa entrevista:
13
La transcripción de esta entrevista fue proporcionada por el señor Justo Linares,
experimentado periodista amigo de la familia Townsend que vivió de cerca esos años.
Linares acompañó a la transcripción este interesante comentario: «Mucho se ha
hablado acerca del papel que Pedro Beltrán tuvo, en 1950, al traer del Herald de
Nueva York, el modelo que sirvió para la transformación de La Prensa, en lo que se
denomina ‘la revolución del periodismo peruano’. Esa revolución se mide por la
transformación de la técnica en la presentación del periódico y en la forma de ofrecer
la noticia, haciendo más atractivo el diario y, consecuentemente, asegurando una
mayor venta. Estos factores fueron expresados y puestos en práctica por ATE en 1945
en La Tribuna, convirtiendo al periódico en un éxito de venta. Este es un fenómeno
totalmente extraño en nuestro medio en donde jamás la prensa de partido ha tenido
mayor suceso». Y añade Linares que Townsend «fue un visionario respecto de la
suerte del gremio y del periodismo. Allí está el inicio de la historia del periodismo
moderno en el Perú».
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de artículos había sido enviada al certamen por la señorita Anel Diez
Canseco Távara, futura señora Townsend, como un gesto de simpatía
hacia la obra intelectual de su prometido. 14
14
El fallo del jurado calificador, presidido por el doctor José León Barandiarán, rector
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se realizó el 18 de octubre de 1960.
Townsend obtuvo el premio «a la mejor crónica editorial o ensayo periodístico» (otros
seleccionados, con mención honrosa, fueron Mario Castro Arenas y Luis Felipe Angell
‘Sofocleto’). El premio «Daniel A. Carrión» a la mejor obra de investigación científica,
lo obtuvo Leopoldo Chiappo. El premio «Francisco García Calderón» al mejor trabajo de
carácter jurídico, fue asignado a Alberto Ulloa. El premio «Hipólito Unanue» en
medicina lo obtuvo Alberto Cornejo Donayre y el premio «Luis Duncker Lavalle» en
música, se adjudicó a Francisco Pulgar Vidal (ver El Comercio del 19 de octubre de
1960).
17
de González Prada, de José Ingenieros y, por supuesto, de Haya de la
Torre.
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