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INTRODUCCIÓN

La Plataforma 2015 y más está formada por: ACSUR-Las Segovias, Arquitectos sin fronteras,
Asamblea de Cooperación por la Paz, Asoc. Catalana per la Pau, CEAR, Cooperacció,
Economistas sin fronteras, Fundación CEAR-Habitáfrica, IEPALA, IPADE, ISCOD,
Movimiento por la Paz, Mundubat, Paz y Solidaridad, y Solidaridad Internacional.

La Plataforma 2015 y más somos 15 ONGD progresistas, con gran experiencia de trabajo de
cooperación con los pueblos del Sur, unidas para exigir que se cumplan los Objetivos de Desarrollo
del Milenio (ODM). Defendemos una globalización alternativa y esperanzadora, capaz de devolver
la dignidad humana a cientos de millones de personas hoy excluidas .
Porque el camino para erradicar la pobreza del mundo y alcanzar el desarrollo humano sostenible
pasa inevitablemente por un profundo cambio en las relaciones entre el Norte y el Sur.
Para que esto cambie, debemos ejercer presión política sobre los poderes públicos y organismos
internacionales, de manera firme, pacífica y basada en el diálogo .
Queremos que los derechos económicos, sociales y culturales, incluyendo el derecho al desarrollo,
sean universales. Para eso hay que exigir a los gobiernos del mundo los medios y la voluntad
necesarios para erradicar la pobreza y promover el desarrollo. Además de las metas fijadas por los
ODM, consideramos irrenunciable extender y fortalecer las libertades y la democracia.
Lograr una sociedad más justa depende de nuestra participación y de la movilización social para:
• Conseguir un mejor reparto entre países del crecimiento económico mundial y reducir la
desigualdad internacional existente.
• Promover en cada país una mayor igualdad interna mediante políticas redistributivas.
• Mejorar el funcionamiento y la eficacia de la cooperación internacional al desarrollo.
Esta tarea conjunta de los pueblos sólo se puede lograr ejerciendo presión política de forma
propositiva desde la sociedad civil organizada y trabajando en red Norte y Sur.
Nuestro trabajo por reducir la pobreza está presente en más 30 de países, principalmente en
Latinoamérica y África. Más de 500 proyectos de cooperación comprenden el trabajo sobre el
terreno en situaciones de emergencia y en la búsqueda de un desarrollo humano sostenible. También
realizamos tareas apoyo en proyectos de Responsabilidad Social Corporativa, así como proyectos
de codesarrollo y ayuda a la población inmigrante en nuestro país y en los países de origen. La
sensibilización en nuestro propio entorno es otro de los pilares básicos para construir ese otro
mundo posible y necesario.

INFORMAR SOBRE EL SUR NO ES TAREA FÁCIL

Informar del ámbito internacional cada vez se está haciendo más difícil, aunque
paradójicamente, según pasan los años, tengamos más elementos tecnológicos que nos podrían
ayudar en nuestra tarea. Esa complejidad aumenta en el caso de los Países del Sur,
evidentemente si se quiere realizar una información contextualizada, contrastada y rigurosa,
es decir, si se quiere hacer periodismo informativo y no opinión o pura propaganda.

Javier Bernabé Fraguas Toni Cano Luis Méndez

El aumento de la complejidad en los países a los que nos referimos viene por diversas causas,
algunas pueden ser las siguientes:
1. Se encuentran en situaciones de crisis o conflicto múltiple de las que no es sencillo
informar;
2. Son regiones del mundo que se conocen mucho peor que otras, de las que en gran número de
ocasiones se tienen más estereotipos que imágenes claras que reflejen las diversas realidades
que les envuelven;
3. En algunas ocasiones y lugares el acceso al punto preciso desde el que tenemos que
informar es realmente complicado;
4. Encontrar fuentes fiables puede ser tarea difícil si no conocemos bien el entorno, y es
complicado conocer el entorno si nos envían a realizar una cobertura con poco tiempo
previo y una brevísima estadía en el lugar;
5. Desplazarnos al lugar es caro y los medios no ven rentabilidad inmediata a dichos
desplazamientos.

A todo esto se suma la abrumadora presencia y el protagonismo de las fuentes políticas, oficiales o
de oposición visible, de las grandes empresas, en ocasiones de fuentes militares. Todo esto opaca la
visibilidad de actores y fuentes que no se utilizan en la mayoría de los materiales periodísticos y que
tienen mucho que decir: la sociedad que sufre y sale con vida de la situación de la que informamos,
la sociedad que busca soluciones a sus problemas, y en bastantes ocasiones las encuentra.
No es cuestión de dar voz a los sin voz porque sí, porque las ONG nos digan que se merezcan un
lugar en la información, sino porque muchos de ellos están protagonizando la actualidad y el
análisis de la misma de manera reiterada. Simplemente hay que conocer lo que hacen, quiénes son,
dónde están, qué han logrado y cómo protagonizan la noticia.
La obligación del periodista es informar, no se le puede pedir que se incline sistemáticamente por
las informaciones que apoyen la consecución de un mundo mejor, sean éstas sobre los objetivos del
milenio o sobre mil cuestiones del mismo entorno, eso es una estupidez. Pero sí se nos debe exigir
que no ocultemos esos procesos, lo primero porque muchas veces son noticia y se nos escapan, lo
segundo porque nuestra obligación con lectores, oyentes y televidentes es acercarles de la mejor
manera posible lo que ocurre, y en el Sur ocurren muchas más cosas que guerras, desastres naturales
y crisis endémicas.
El contexto que enmarca a estos elementos es una situación del mundo periodístico actual que dista
mucho de ser ideal, tanto por el panorama de los medios de información como por el del trabajo de
los y las periodistas.
El mismo presidente de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Jim Boumelha, afirmó en
verano de 2008 que el periodista es en la actualidad “menos independiente” y que existe “cierta
autocensura para poder sobrevivir”. Lo hizo en una rueda de prensa que se realizó en el marco del
seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo ‘Periodismo y sociedad actual’.
Un ejemplo para sus afirmaciones ha sido la manera de informar de muchos periodistas
norteamericanos, no de todos, sobre la última guerra de Irak. Fue un exponente claro de hacer una
estupenda propaganda y un pésimo periodismo. Jim Boumelha también dijo que ahora es cuando
están publicando libros de lo que deberían haber hecho y no hicieron. Englobó esta actuación en un
momento delicado para la profesión periodística donde cada vez desaparecen más medios de
comunicación en países que supuestamente adoran la libertad de expresión, como los Estados
Unidos: “En los últimos meses en EEUU se ha producido una masacre, cientos de medios han
desaparecido…la concentración de los medios en nuevas manos ha tenido un efecto devastador,
provocando despidos, subcontratación, con el objetivo de lograr un mayor beneficio”.
Esta situación se repite en la mayoría de los países con grandes medios de comunicación, es una
pauta que define a los tiempos que nos ha tocado vivir, informativamente hablando.
La cuestión no es que los medios de comunicación privados quieran obtener beneficios económicos,
eso es lógico, son empresas, no organizaciones no gubernamentales sin ánimo de lucro. Pero una
cosa es tener ánimo de lucro, legítimo, y otra tener ánimo de usura, querer obtener el mayor
beneficio económico, sea como sea, y en el menor tiempo posible: bajando la calidad de la
información que se ofrece, no cuidando a los periodistas de plantilla, pagando miserias por el
trabajo de los freelance, etc.
Desgraciadamente a esto último se está tendiendo en un porcentaje de casos muy elevado en la
mayoría de países del mundo. Por otro lado nos encontramos con la ausencia o disminución de la
libertad de expresión en algunos países, cosa que tampoco ayuda mucho a mejorar la profesión.
Algunos creemos que merece la pena seguir luchando contra viento y marea en un oficio que nos
apasiona y para ello nunca está de más que nos faciliten herramientas. Esta guía pretende ser un
destornillador, una llave inglesa, un serrucho y unos alicates, que podemos utilizar o no, pero que
nunca vienen mal y en el momento más inesperado nos ayudan considerablemente a solventar un
trabajo.
No pretende dar lecciones, nada más lejos de su intención, simplemente quiere abrir puertas a los
más inexpertos y compartir con los colegas más experimentados algunas pautas profesionales.
Desde luego que tener más fuentes no le viene mal a nadie, y aquí se pueden encontrar. Tampoco
está mal que expertos en diversas temáticas y áreas geográficas, todas respecto al Sur, nos faciliten
sus análisis y prospecciones a medio plazo, para apoyar nuestro trabajo con pistas sobre lo que va a
ser relevante.
En fin, que esperamos con entusiasmo y humildad que la utilidad y el respeto de los que hemos
pretendido impregnar a esta guía sean compartidos por la profesión periodística, a la que está
dedicada.

* Co-director del titulo de Especialista en Información Internacional y Países del sur y del
Diploma del Periodismo Preventivo de la Univ. Complutense de Madrid. Presidente del Instituto de
Periodismo Preventivo y Análisis Internacional.

ALGUNAS PAUTAS A LA HORA DE INFORMAR SOBRE EL SUR

Muchos colegas a los que va a llegar esta guía ya tienen experiencia más que demostrada en la
cobertura de acontecimientos y procesos en los diversos Países del Sur, o como poco en alguno
de ellos. Pero otros todavía no han tenido la oportunidad de cubrir nada de lo ocurrido en
estas regiones del mundo.

Javier Bernabé Fraguas Toni Cano Luis Méndez

A continuación queremos compartir con todas y todos vosotros algunas pautas que a muchos de
nosotros nos han sido muy útiles en nuestros años de profesión sobre el terreno. Esa es nuestra
intención, compartir para que el camino que se vaya abriendo sea más fácil de transitar para todos.
Ojalá veáis utilidad en este breve material.

1) Formación específica Estamos llamando Países del Sur a lo que se corresponde


geográficamente con América Latina, África y Asia. Son zonas de las que, en la mayoría de
los casos, no se tiene gran conocimiento general y/o previo, especialmente si las
comparamos con otras regiones del planeta. La formación por lo tanto se hace fundamental,
sea como sea. Lo óptimo sería hacer algún estudio de postgrado sobre este ámbito, pero en
el peor de los casos hay que ser autodidacta y localizar información suficiente para, por lo
menos, tener nociones básicas, reales y contrastadas del lugar al que se va y de lo que rodea
al tema que nos toque cubrir. En el caso de no viajar al terreno y tener que elaborar el
material desde nuestro medio, se debería consultar a especialistas en la materia que podemos
encontrar en nuestro país y que pueden dar claves fundamentales para comprender lo que
esté pasando.

2) Responsabilidad social En muchos casos vamos a ser los únicos ojos y oídos para nuestras
audiencias que, fieles al medio para el que trabajamos, creen que lo que contamos del lugar
donde estamos es una realidad única e indiscutible, ya que su conocimiento sobre estas áreas
geográficas es menor que el que suelen tener de otras. La responsabilidad que el periodista
tiene con la sociedad a la que pertenece a la hora de hacer su trabajo debe estar
especialmente presente.

3) Contraste y apertura a nuevas fuentes La obligación de contrastar las informaciones se


vuelve imperiosa cuando existe polarización social o conflictos políticos y económicos. El
periodista debe moverse con independencia y no involucrarse con una sola de las partes por
mucha razón que ésta cargue, por lo que también es necesario acudir a otras fuentes como
las ONG, las organizaciones humanitarias, los agentes sociales y los actores de solución que
pueden aportar una perspectiva más global, menos sesgada de lo que está ocurriendo.
4) Perseverancia y lucha contra el rumor A veces no basta con contrastar fuentes dispares. En
situaciones especialmente conflictivas, se impone la perseverancia y rebuscar más a fondo.
Hay que tener mucho cuidado con los rumores que acaban convertidos en verdades y que
suelen circular disfrazados de noticias de última hora. Por más fiabilidad que tenga la fuente,
debemos contrastar la información y resistir el impulso de difundirla hasta que hayamos
corroborado su autenticidad.

5) Fuera prejuicios No hay que llegar al país con ideas preconcebidas, aunque sí
convenientemente documentado. El periodista debe intentar sumergirse en la realidad
cotidiana para comprenderla. Recorrer las calles de la ciudad, ir a los comercios y lugares
donde acude la gente y hablar con el pueblo llano es una buena manera de completar la
visión informativa, que debe ser alimentada también por la opinión de los más favorecidos.
Conviene salir de la capital.

6) Inmersión en la sociedad Buscar nuevos manantiales informativos y personajes, en la


medida de lo posible inéditos, que reflejen lo que sucede. Hay que evitar los lugares trillados
por la prensa, que pierden autenticidad. El rastreo diario de los medios de comunicación
locales nos permitirá conocer mejor los derroteros del país y nos puede orientar sobre
posibles crónicas o reportajes que interesen a nuestras respectivas audiencias. No obstante,
hay que ser consciente de los intereses, políticos y/o económicos, a los que responden los
medios y las fuentes habituales, muchas de ellas tendenciosas y a las que se recurre
precisamente por ser de fácil acceso.

7) Firmeza ante las presiones de nuestros jefes exigiendo primicias Hasta donde se pueda, y
respetando la línea editorial del medio para el que se trabaje, hay que mantenerse firmes ante
los jefes cuando piden con urgencia una primicia. En la mayoría de los casos, los temas que
se van a trabajar cuando tratemos los Países del Sur son complejos ya que van a reflejar
realidades poco lineales, con muchos actores implicados y numerosas fuentes. Podemos
dejarnos llevar por el ansia de la exclusiva y que nos cuelen un hecho incompleto, e incluso
falso, sencillamente por no haber sido rigurosos y haberle dedicado menos tiempo del
necesario. Se han dado casos en los que fuentes o actores implicados en el material
periodístico publicado o emitido han desmentido al periodista, que cayó en la trampa de la
primicia y descuidó el rigor.

8) Cuidado con Internet En Internet podemos encontrar información de calidades muy diversas,
la dificultad máxima radica en saber seleccionar. Por ejemplo, las fuentes incluidas en esta
guía han sido revisadas minuciosamente, pero el tiempo dedicado a ello ha sido prolongado.
Es prácticamente imposible tener ese tiempo en el trabajo cotidiano y hay documentos en
Internet realmente valiosos. Por eso consultar a los más veteranos de nuestra redacción es
clave y también a los expertos temáticos y geográficos que hemos podido ir conociendo, ya
mencionados en el punto 1 de estas pautas. La fiabilidad de las páginas web con las que
trabajemos cotidianamente tiene que ser contrastada, y aunque sea muy laborioso se hace
necesario establecer un orden y una jerarquía en este tipo de fuentes. Desgraciadamente el
abuso de Internet a la hora de hacer trabajos periodísticos sobre los Países del Sur es
sublime. No debemos olvidar que Internet es una herramienta muy importante, pero no
puede convertirse en el fundamento primordial de nuestras informaciones.

9) Precaución especial en zonas de conflicto armado Siempre hay que ser precavido. Los
desplazamientos terrestres, especialmente en zonas de conflicto, deben hacerse durante el
día. Si se viaja en vehículo es recomendable contratar a un chofer local y poner los letreros
de "prensa" o las siglas internacionales "TV" en lugares visibles. También es aconsejable
viajar junto a otros periodistas, sobre todo veteranos, cuando se realizan coberturas
arriesgadas. El periodista debe hacer saber a su medio en todo momento dónde se encuentra
y en qué temas está trabajando.

10) Atención a los elementos tecnológicos No en todos los Países del Sur, ni regiones de los
mismos, en los que vamos a trabajar, encontraremos las posibilidades tecnológicas a las que
podemos estar acostumbrados. Esto se hace especialmente relevante cuando cubrimos
conflictos armados, situaciones de refugio y desplazamiento, o desastres naturales. Hay que
saber muy bien cuál es el material técnico que nos hará falta en estas situaciones y si lo
vamos a encontrar donde vayamos, porque se nos puede hacer muy complicado enviar
nuestro trabajo si no tenemos en cuenta este punto. Los diversos aparatos tecnológicos con
posibilidad de establecer conexiones satelitales pueden ser una buena solución en muchas
ocasiones, bien sea para utilizar el teléfono o para acceder a Internet.

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