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La concentración de la tierra es quizás el aspecto más importante del problema agrario en Colombia, y sobre
el cual se presentan varios tipos de lecturas. La que se presenta aquí es una lectura de orden general. Podría
decirse que es una lectura sobre la evolución de la concentración de la tierra y su relación con los sistemas
productivos y como se van configurando un sistema de poder basado en el gran dominio terrateniente.
Una lectura del panorama agrario en Colombia permite inducir que la democratización de la tierra en lugar
de haber avanzado ha retrocedido. Una obsesión por el dominio de grandes extensiones por vía autoritaria y
violenta esta presente en la historia agraria y campesina del país.
En el centro de la historia agraria, más allá de los hechos, se encuentran las causas que han dado origen a los
constantes conflictos y sus consecuentes efectos en la realidad del sector campesino. Por ello, es necesario
tener en cuenta, alrededor de las características particulares de la estructura agraria, las siguientes
consideraciones.
La estructura tradicional de Estado con aires de modernidad, no ha podido ajustarse a los acelerados
cambios representados en el crecimiento poblacional de las ciudades con respecto al decrecimiento del
campo, ampliando cada vez mas la brecha económica y social; la industria manufacturera y las demandas de
mano de obra asalariada cada vez mas pauperizada y los incrementos en las importaciones de alimentos
entre otros configuran un panorama complejo de abordar y superar en las actuales circunstancias.
El problema de la propiedad sobre la tierra refleja una estructura estatal inestable, inflexible, desajustada en
función del desarrollo económico y social del país; para lo cual urge un “proceso masivo, rápido y drástico
de la redistribución de los derechos sobre las tierras y sobre las aguas”1
El Poder Político, cuya tarea esencial es la administración del Estado en favor de los intereses que
representa; históricamente ligados al bipartidismo, con una notable y tolerada injerencia norteamericana.
Un poder político ligado tradicionalmente a la clase terrateniente del país, con una respuesta del
campesinado durante las dictaduras reaccionarias de origen conservador y el golpe militar de Rojas Pinilla,
así como durante el subsiguiente dominio del Frente Popular, época de limitaciones extremas de la
democracia, de represión y negación de las libertades y los derechos para el pueblo, el campesinado de
fuerte influencia comunista encabezó la resistencia popular hasta lograr derrotar las estructuras
antidemocráticas que se estaban forjando. Al mismo tiempo, en respuesta a la violencia y el terror del
sistema, un sector importante de éste consideró justa la acción armada como expresión de resistencia
popular y de anhelo de cambios democráticos.
1
Chonchol, Jacques. El desarrollo de América latina y la reforma agraria. Ediciones pacifico. Santiago de Chile. 1964.
P. 88. En: García Antonio 1997.
Las Relaciones Sociales, que se reflejan en una acentuada diferenciación de atraso del campo con respecto a
los avances en las concentraciones urbanas, limitando la capacidad de producción agropecuaria; lo que
2
implica ubicar las condiciones objetivas de tal atraso y por ende aproximarnos cada vez mas a sus causas.
Para observar la composición de la propiedad sobre la tierra, se debe tener en cuenta que las cifras pueden
variar dependiendo la fuente y los criterios con los cuales se presenta. Para el caso que nos convoca se
pretende revelar la tendencia que muestran los datos.
El debate sobre la distribución de la propiedad de la tierra esta mediado, en parte, por la forma que toma la
estructura agraria del país. Al respecto los estudiosos del teman coinciden en que concentración esta
mediado por un proceso expresado en una fragmentación del “hiperlatifundio”2 reconvertido por un lado en
latifundio improductivo que no afecta la concentración de la propiedad a favor de su redistribución; y por el
otro lado, se asiste a una descomposición de la pequeña propiedad o una polarización entre la
“minifundización y microminifundiazación”3.
Así mismo Salomón Kalmanovich argumentando esta apreciación plantea que a partir de los años 70`s ya ha
desaparecido lo que el llamo “hiperlatifundio”, debido a tres elementos fundamentalmente: los resultados
obtenidos por el movimiento reformista campesino, que logro conquistar derechos de propiedad de los
aparceros. El acceso de algunos campesinos productores al mercado, mediante el desarrollo de un
capitalismo agrícola que introduce maquinaria y la producción de granos. Y por ultimo la interrelación de los
procesos de colonización armada y espontánea por el desplazamiento económico y político; la colonización
dirigida producto de los intentos de reforma agraria; y una movilización campesina que termina conciliando
con la mera repartición de tierras, que no afecta sustancialmente el latifundio.
Ahora bien, el atraso del desarrollo agrícola del país justifica el estado actual en que se encuentra la
composición de la tenencia de la tierra. Para Machado (1994) la actual estructura no favorece la inserción de
una agricultura comercial y contribuye a ampliar la brecha entre campesinos y empresarios agrícolas, entre
campesinos sin tierra y grandes terratenientes; representando así relaciones de producción con rezagos
propios del feudalismo.
Una situación que no es explicita radica en la poca claridad sobre si este proceso de descomposición de la
pequeña propiedad y la creciente concentración de la tierra, es un proceso acabado, o hace parte de un
fenómeno en transición que hace parte de un proceso no acabado.
Uno de los puntos sobre los cuales podría aclararse este debate, es quizás estudiar los avances del
capitalismo agrario en el país; puesto que los argumentos encontrados, y sobre los cuales abordaremos más
adelante, es que esa gran propiedad latifundista ha desaparecido producto del desarrollo de un capitalismo
agrario.
Las cifras develan el estado actual de la propiedad sobre la tierra. Indistintamente de las ópticas con que se
mire el fenómeno, los datos son reveladores.
Cuadro 1
Distribución de los propietarios, según superficie 2005
Propietarios Hectáreas
231 mil 44 millones
(0.06%) (53.5%)
2
Kalmanovich 1998.
3
Op. cit. Fajardo 2002.
1.3 millones 345 mil
3
(35.8%) (0.42%)
Fuente: IGAC. Cálculos propios.
Las cifras son contundentes. Si a los 1.3 millones de propietarios se le distribuyen por igual la cantidad de
tierra que tienen de conjunto, su porción será inferior a una hectárea. Ello contrasta en que los 231mil
propietarios tendría en las mismas proporciones más de 190 hectáreas cada uno. Dicho en otras palabras; el
0.06% de los propietarios posen dentro de sus dominios el 53.5% de los territorios aptos para la labores
agrícolas; y el 35.8% de los propietarios tienen escasos 0.42% de las tierras cultivables. Estas cifras son
escandalosas por decir lo menos. Esta un poco mas claro que esta monumental desproporción nada tiene
que ver con en acceso y la democratización de la tierra para la gran masa de campesinos ávidos de ella.
Esta configuración de la estructura agraria de la propiedad alimenta la tesis de Machado sobre la dualidad o
integralidad del sistema, en la cual Fajado lo relaciona con las elaboraciones que aporto Antonio García
sobre el latifundio como constelación social.
De acuerdo con esa construcción, no existen latifundios sino estructuras latifundistas, que
funcionan como “sistemas de economía y de poder articulados con la organización política del
Estado, el sistema nacional de mercado y las estructuras de transferencia intersectorial de
recursos tecnológicos y financieros” (García, 1973, 65).
Estas estructuras latifundistas están íntimamente ligadas y relacionadas con las estructuras de poder local,
regional y nacional, encargadas de favorecerlas, y ello es posible gracias a la articulación entre propiedad
sobre la tierra y poder político. Es este el escenario que contribuye a la incursión del neoliberalismo,
reproduciendo las tendencias históricas de concentración de la tierra, agrega nuevos usos inadecuados y
desde luego da lugar a la más reciente ola de desplazamientos.
A continuación intentaremos abordar, con base en los aportes de clases del profesor Jaime Forero, la
configuración de los desarrollos de los sistemas de producción. Para ello intentaremos esquematizarlo para
una mejor comprensión.
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Por otra parte tenemos un desarrollo de una Agricultura Familiar (3.5 millones de hectáreas
aproximadamente) donde se destaca la adopción de aspectos de modernización como la revolución verde
donde no se asume todo el paquete tecnológico; prevalece una limitación al acceso a la tierra y un mayor
numero de pequeños y medianos propietarios, combinación de agricultura de subsistencia, autoconsumo y
comercialización. Para este caso se destaca el altiplano cundiboyacense.
Todo ello rodeado de una gran área dispersa en todo el territorio nacional con el desarrollo del Latifundio
Improductivo Ganadero (35 millones de hectáreas aproximadamente), el cual basa su renta por unidad de
rumiante por área asignada.
Las formas como las pequeñas o grandes propiedades enfrentan lo periodos de crisis son diferentes y los
grados de maniobra varían sustancialmente. Ejemplifiquemos: en una eventual baja de precios en el
mercado, la tendencia seria a disminuir los costos de producción. Los márgenes de maniobra que tiene los
pequeños productores son mayores con respecto a los grandes, pues la disminución en mano de obra
asalariada, la menor dependencia a los agroquímicos, y la diversificación de la producción representan
ventajas sustanciales, que le permitirían en periodos de tiempo prudenciales, mantenerse y sobrevivir a la
crisis.
3. Consecuencias
En los Sistemas de Poder
Esta estructura agraria tiene unas consecuencias sociopolíticas. El control social ejercido por su
domino territorial ha sido determinante a la hora de mantener, bajo control, a las poblaciones campesinas y
rurales, puesto que en comunidades cuya actividad económica se basa en la tierra, la posesión de ésta
otorga poder. Económico, en tanto impone las condiciones de trabajo y tiene bajo sus dominios el medio de
producción del cual depende una comunidad. Político debido a que condiciona el trabajo a las voluntades de
sus preferencias.
Una de estas consecuencias ha sido el fenómeno del gamonalismo, el cual establece unas relaciones
verticales con la comunidad y ejercen un poder local sobre ella. Sobre este aspecto la Contraloría General de
República viene haciendo significativos estudios en donde señala la gravedad del fenómeno y apunta lo
siguiente:
La concentración de tierras, a más de agudizar la crisis agrícola y social del campo, desde el punto de vista
político ha significado la ampliación del carácter señorial y dominante de la gran propiedad rural. Los señores
de tierra son hoy los mismos señores de la guerra y este fenómeno socava nuestro régimen democrático y
cambia el mapa político del país. Por ahora el de la zona rural, pero, de no contenerse mediante una
acelerada extinción del dominio, orientará al país hacia una estructura autoritaria en los niveles locales y
regionales que se reflejará en el nivel nacional4. (Flórez 2005).
4
Contraloría General de la República. Revista de Economía Colombiana. 2005. Luís Flórez Enciso.
http://www.contraloriagen.gov.co/html/RevistaEC/pdfs/309_1_La_cuestion_agraria_la_democracia_y_la_paz.pdf
En este sentido a contribuido también el fenómeno del narcotráfico, los que conjuntamente con los
6
hacendados tradicionales, las elites, la empresa ganadera moderna y las fuerzas militares, han engendrado
un nuevo grupo social de donde emerge la mafia y la para-institucionalidad.
Estos señores de la tierra, latifundistas, han contribuido en los últimos años al avance del fenómeno
paramilitar: pues en muchos casos, los hoy paramilitares eran anteriormente latifundistas que armaron
bandas privadas para defender sus terrenos. Igualmente aun contribuido a las mafias del narcotráfico: estos
compran grandes extensiones de tierra como mecanismo para lavar su dinero, estableciendo latifundios
improductivos.
Este fenómeno se ha afianzado en los ámbitos locales, en donde se han favorecido de los procesos de
descentralización del Estado. Dicho proceso ha estado a cargo de las entidades territoriales y locales, que
han contado, para fortuna de los latifundistas, con la poca participación de la sociedad y el relanzamiento
del clientelismo político local basado en estas entidades sobre la cual recae dicha descentralización.
El fenómeno paramilitar no es casual. Su mayor desarrollo y consolidación como proyecto político militar
contra insurgente, no se ha dado en las zonas de mayor presencia guerrillera. Ante todo se consolido en la
costa atlántica donde el latifundio improductivo es la forma de propiedad predominante y donde se lavan
grandes cantidades de dinero del narcotráfico.
El uso del suelo se caracteriza por el predominio de la ganadería. Los beneficios de esta producción
no se reinvierten en las regiones a pesar de los altos costos que genera a nivel social y ambiental. Un gran
porcentaje de los suelos del país son dedicados por tanto a usos inadecuados generando bajos rendimientos
económicos, un deterioro progresivo de los recursos naturales y una importante reducción en el empleo y la
producción. Factores causales de altos niveles de pobreza y migraciones campesinas.
El desplazamiento ha tenido unas condiciones dramáticas, tanto por la forma como se hace, como en
las cantidades o volúmenes de poblaciones desplazada que se presentan. Además de la violencia
sociopolítica, el desplazamiento también tiene sus raíces económicas, pues las condiciones económicas en
las cuales se encuentra sometido el campesino o poblador rural, los obliga a migrar hacia las ciudades
aportando así también al mercado de fuerzas de trabajo que tanto beneficia a la industrialización.