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Cómo lograr un SuperAprendizaje

Independientemente de lo que se quiera aprender se hará mejor si uno sabe


relajarse y fortalecer las capacidades positivas. Todos los sistemas de
aprendizaje acelerado utilizan estados alterados de conciencia para aliviar la
tensión y abrir la conciencia.

Los ejercicios preliminares que han de realizarse para ponerse en forma con vistas
a la supermemoria son:

1. Relajamiento (autogena o psicológica) con afirmaciones


2. Calma mental. Visualizaciones creativas
3. Recordar la alegría de aprender. Excelebración del júbilo.
4. Respirar rítmicamente. Yoga respiratorio

Ejercicio de Relajamiento Autogénico

Si se desea, es recomendable grabar las instrucciones de este ejercicio


previamente o repetirlas en silencio mientras se hace el ejercicio. Se pueden
conseguir cintas de ejercicios sobre “El Arte de Aprender” en Super learning Inc.
(www.superlearning.com).

Practique los ejercicios con regularidad. Puede llevarle más o menos una
semana llegar a familiarizarse de verdad con éstas técnicas antes de poder seguir
utilizándolas con programas de aprendizaje. Descubrirá poco a poco que puede
cambiar engranajes mentales y alcanzar un estado de relajamiento sin tener que
recorrer paso a paso un proceso.

Los ejercicios de relajamiento no sólo ayudan a liberar el cuerpo de la tensión sino


que también son un primer paso para establecer una línea de comunicaciones con
la mente subconsciente. Una vez establecida esta línea de conciencia, puedes
borrar la tensión a voluntad. Y esto es valioso en todos los aspectos de la vida.
Como decía un hombre cuando se relajó por primera vez en muchos años “siento
como si volviese a ser otra vez yo mismo”

Esta técnica de relajamiento está destinada a ayudar a eliminar la tensión


muscular. Las partes en que se han de tensar los músculos no deben hacerse
con el mismo vigor que si fuesen ejercicios físicos. Antes de empezar, conviene
estirarse un poco y hacer unos giros de cuello muy suaves, para mejorar la
circulación de la cabeza. Apoye la barbilla en el pecho y haga girar la cabeza en
un círculo completo a derecha e izquierda.

Busque un lugar donde esté libre de interrupciones y molestias. Póngase cómodo


en el asiento o túmbese si lo prefiere en un sofá o en el suelo. Afloje la ropa que
pueda apretarle. Quítese el reloj. Póngase lo más cómodo posible. Piense en
sus huesos y músculos y sienta su peso sobre la superficie en que se apoya. Con
los ojos cerrados, haga una inspiración lenta y profunda. Expire. Al expirar, sienta
cómo la tensión empieza a desvanecerse y ordénese relajarse. Haga una
segunda inspiración muy lenta y profunda y, al espirar, sienta que la tensión huye
de usted con el aliento. Relájese. Haga una tercera inspiración lenta, regular ,
profunda. Espire. Imagine que la tensión abandona sus músculos. Dígase a sí
mismo que debe relajarse.

Estire al máximo posible los dedos de los pies. Encójalos al máximo. Manténgase
esta sensación tensa y crispada en los dedos de los pies mientras cuenta
lentamente de uno a cinco. Relaje luego los dedos. Relájelos completamente y
aprecie la diferencia.

Tense luego los dedos de los pies, los pies y los músculos de la parte inferior de
las piernas. Tense esos músculos al máximo. Un poco más. Sienta esa tensión
con el cuerpo y con la mente y cuente despacio de uno a a cinco. Luego relájese.
Sienta cómo se desmadejan y apaciguan esos músculos, se desmadejan y
apaciguan. Ordene luego a esos músculos que se relajen aún más.

Tense luego las nalgas. Mantenga esa tensión mientras cuenta lentamente hasta
cinco. Relájese.

Tense ahora los músculos de la parte inferior de la espalda y del abdomen.


Perciba la sensación que produce el tener todo el cuerpo absolutamente tenso.
Tense esos músculos más, incluso mientras cuenta despacio de uno a cinco.
Relájese, déjese ir, sosiéguese y relájese. Deje escapar la tensión de todos los
músculos. Libérese de todo su peso. Dígale a su cuerpo que relaje esos
músculos un poco más. Perciba lo que es esa sensación de relajamiento.

Tense ahora los músculos de la parte superior del torso. Encoja los hombros.
Tense los músculos del pecho y de la espalda. Ténselos un poco más. Sienta
realmente esa tensión mientras cuenta despacio hasta cinco… y relájese. Espire
y sienta todos esos músculos del pecho y de la espalda relajarse. Sienta cómo se
relajan todos esos músculos, se sosiegan, se apaciguan. Sienta cómo
desaparecen la tensión y la rigidez. Deje que sus músculos se relajen un poquito
más. Tense luego los brazos cerrando ambos puños. Sienta de verdad esa
tensión, mientras cuenta despacio hasta cinco. Luego relájese. Deje los brazos
inertes. Disfrute de la desaparición de la tensión.

Crispe luego todos los músculos de la cara, tense todos los músculos de la cara
que pueda. Tense las mandíbulas. Apriete los dientes, tense el cuero cabelludo,
entrecierre los ojos y bizquee. Mantenga la tensión mientras cuenta hasta cinco.
Relájese luego. Relaje los músculos de la frente, relaje el cuero cabelludo, los
ojos, la boca, la lengua y la garganta. Elimine todo esfuerzo y tensión. Relaje
todos los músculos faciales. Sienta de veras la diferencia.

Tense luego todos los músculos del cuerpo. Empiece por los dedos de los pies.
Vaya subiendo por las piernas el abdomen y la espalda. Luego el pecho y los
hombros, los brazos y los puños, el cuello y la cara. Póngase tan tenso como
pueda. Contraiga todos los músculos del cuerpo. Mantenga esa tensión mientras
cuenta

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