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Nota de Prensa

041/IDL/2008
12/08

IDL SOLICITO A LA CIDH ACLARACION SOBRE CARÁCTER GENOCIDA Y


TERRORISTA DE SL
El Instituto de Defensa Legal hace de conocimiento público que, en abril del 2007, presentó ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos el informe amicus curiae solicitando que en su sentencia de aclaración
sobre el caso Castro Castro se refiera al carácter genocida y terrorista de SL.

Amicus Curiae presentado por


Instituto de Defensa Legal (IDL)
En relación a la demanda de interpretación de la sentencia del 25
de noviembre del 2006, interpuesta por el Estado peruano

I. Introducción

A la Honorable Corte Interamericana de Derechos Humanos:

Hans Landolt Pardo, Ernesto de la Jara Basombrío y David Lovatón Palacios, en representación del Instituto de
Defensa Legal (IDL), organización no gubernamental debidamente constituida y registrada según la legislación
interna peruana, se dirigen respetuosamente a la honorable Corte Interamericana de Derechos Humanos y
manifiestan lo siguiente:

Nos presentamos ante esta ilustre Corte en calidad de Amicus Curiae (“amigos de la Corte”) en el caso del
Penal Miguel Castro Castro contra la República de Perú. Ante la demanda de interpretación de la sentencia que
realizara el Estado peruano en este caso —conforme al artículo 67 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, y el artículo 59 del Reglamento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos—; y,
debido a la polémica que ha generado en nuestro país esta sentencia, sometemos a vuestra consideración el
presente escrito en el que ofrecemos consideraciones de contexto histórico y social que creemos relevantes
para esta causa y que confiamos que la Honorable Corte valorará debidamente.

II. Interés del Amicus Curiae

1. El Instituto de Defensa Legal (IDL) es una organización no gubernamental dedicada a la promoción y


protección de los derechos humanos, la democracia y del Estado de derecho en el Perú. Creemos haber
jugado y desempeñar un rol importante en la denuncia de graves violaciones a los derechos humanos
cometidas durante los años de la violencia política (1980-2000), en la lucha contra el régimen autoritario de
Fujimori y Montesinos y en la recuperación y consolidación de la democracia, en temas claves como la
reforma de la justicia, la reforma de los cuerpos de seguridad, el respeto a la libertad de prensa, la
transparencia de la gestión pública y el combate a la corrupción y la implementación de las
recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

El IDL es integrante de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (que agrupa a 66 organismos de


derechos humanos en todo el territorio nacional) y forma parte del Consorcio Justicia Viva,

integrado además por la Facultad y Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Puesto que las cuestiones discutidas en el presente caso tienen un impacto significante en la protección general
de los derechos humanos en nuestro país, consideramos pertinente entregar este documento a la honorable
Corte.

III. Resumen

Instituto de Defensa Legal (IDL)


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2. Según el derecho internacional y el derecho interno peruano, las sentencias emitidas por la honorable Corte
Interamericana son vinculantes e inapelables por los Estados. En razón de ello, la sentencia dictada en el
caso del Penal Miguel Castro Castro, de fecha 25 de noviembre del 2006, debe ser acatada por el Perú.

3. El citado fallo es válido y compartido por nosotros en sus fundamentos jurídicos de fondo. Lo ocurrido en el
Penal Castro Castro fue un crimen cometido por agentes estatales; en el cual, deliberadamente, se privó de
la vida a 41 personas encarceladas en el citado centro penitenciario, violándose también, otros derechos
fundamentales de los internos e internas sobrevivientes.

4. Dicho esto, consideramos necesario poner en conocimiento de la distinguida Corte lo polémica que ha
resultado esta sentencia en el Perú. Si bien, está lejos de discusión que la calidad de víctima de violación
de los derechos humanos no depende de la conducta previa de la persona perjudicada, lo cierto es que a
sectores importantes de la opinión pública peruana les resulta difícil comprender el fallo por el dolor y
sufrimiento que con su actuación Sendero Luminoso infringió en nuestro país.

5. En tal sentido, solicitamos a la honorable Corte que, en consideración a esta especial situación, tenga en
cuenta algunos datos relevantes sobre la conducta de quienes practicaron el terrorismo en nuestro país y
considere, también, en su pronunciamiento aclaratorio el sufrimiento y los graves problemas sociales,
económicos y políticos que Sendero Luminoso generó al Perú. Creemos que ello podría contribuir a que la
sociedad peruana entienda mejor y sin apasionamientos el trascendental rol que cumple la Corte
Interamericana en la defensa de los derechos humanos en la región, importancia de la que nosotros
estamos convencidos.

IV. Vinculatoriedad y validez de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso


del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú

6. La sentencia dictada por la distinguida Corte en este caso acepta el allanamiento parcial realizado por el
Estado peruano por los hechos acaecidos, entre el 6 y 9 de mayo de 1992, en el Penal Miguel Castro
Castro; y también, se pronuncia por las violaciones a los derechos fundamentales ocasionadas con
posterioridad a esta fecha; por lo que declara la responsabilidad del Estado peruano, al haberse
comprobado la violación del derecho a la vida de los 41 internos fallecidos identificados y la violación de
otros derechos fundamentales de las víctimas, familiares y sobrevivientes.

7. Tal como le hiciéramos saber a la honorable Corte en un anterior amicus curiae1, de conformidad con el
orden normativo interno de nuestro país, la jurisprudencia de los tribunales internacionales, entre ellos la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, tiene efectos inmediatos y aplicación directa; es decir, que
resulta suficiente el pronunciamiento de la resolución por el órgano jurisdiccional internacional para que el
Estado peruano se encuentre obligado a sujetarse a su contenido y alcances, sin necesidad de algún acto
legislativo o administrativo ulterior que así lo declare.

8. Según la ley Nº 277752, Ley que regula el procedimiento de ejecución de sentencias emitidas por tribunales
supranacionales, la ley Nº 282373, Código Procesal Constitucional (artículo 115), y la jurisprudencia
obligatoria del Tribunal Constitucional, las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
tienen efectos inmediatos y son vinculantes, pues se incorporan directamente en el corpus iuris peruano.

9. A la par de lo señalado, es importante coincidir que los hechos ocurridos en el Penal Miguel Castro Castro
configuran una grave violación de los derechos fundamentales de los internos e internas, razón por la cual,
queda fuera de discusión la validez de lo establecido por la ilustre Corte en el presente caso.

10. Para la comunidad peruana de derechos humanos, es incuestionable que la calidad de víctima de violación
de los derechos humanos no depende de la conducta previa de la persona perjudicada. Pues los derechos
1
Amicus curiae presentado por Instituto de Defensa Legal (IDL) a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, a favor de los peticionarios en el caso La Cantuta Vs. Perú (octubre del 2006).
2
Publicada en El Peruano, 07 de julio del 2002.
3
Publicada en El Peruano, 31 de mayo del 2004.
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humanos son inherentes a la naturaleza humana, no siendo trascendental, para la garantía y tutela de los
mismos, la “especial” situación en que la persona pueda estar.

11. En ese sentido, es necesario remarcar que la actuación del Estado peruano en los sucesos ocurridos en el
Penal Miguel Castro Castro, no tienen justificación alguna en la condición de presuntos terroristas de las
víctimas. Según el Derecho internacional de los Derechos Humanos, es preciso que el Estado actúe ‘‘dentro
de los límites y conforme a los procedimientos que permiten preservar tanto la seguridad pública como los
derechos fundamentales de la persona humana”4.
12. Es más, es un principio básico de todo Estado democrático que, al luchar contra el terrorismo, nunca
debemos sacrificar nuestros valores ni ponernos a la altura de las prácticas terroristas. Todo Estado tiene el
deber de asegurar que todas las medidas adoptadas para combatir el terrorismo se ajusten a sus
obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional, en especial las normas de derechos humanos,
el derecho de los refugiados y el derecho internacional humanitario5.

V. La actuación genocida y terrorista del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL) en el
conflicto armado interno. Necesidad de complementar el análisis del contexto histórico

13. Teniendo en cuenta lo dicho líneas arriba, ponemos en consideración de la honorable Corte, algunos
hechos resaltantes, que buscan contextualizar lo que sucedió en nuestro país durante el conflicto armado
interno, periodo dentro del cual se produjo la incursión en el Penal Miguel Castro Castro (1992) de agentes
del Estado peruano, con las lamentables consecuencias fatales ya conocidas.

14. Si bien, la distinguida Corte ya ha hecho mención al contexto en parte de su sentencia (entre los párrafos
197.3 y 197.5), creemos que la misma se puede complementar a fin de que se tenga en cuenta también, el
accionar de la agrupación terrorista Partido Comunista del Perú–Sendero Luminoso (PCP-SL). Según el
Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que la honorable Corte cita en varios
pasajes de su sentencia, los agentes estatales (miembros del ejército y de la policía) no fueron los
principales responsables de las víctimas fatales durante el conflicto armado interno (1980-2000), sino que
fue el PCP-SL.

15. Ante la opinión pública peruana, tomar en cuenta este hecho contribuiría a comprender el verdadero sentido
del fallo dictado por la honorable Corte, dada la controversia que se ha generado a nivel interno respecto de
algunos aspectos de la sentencia y, principalmente, debido al sentimiento de rechazo que aún producen, en
el subconsciente de la gran mayoría de peruanos y peruanas Sendero Luminoso.

16. Y es que sus acciones terroristas han causado mucho dolor y muerte en nuestro país. Sobre ello, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estableció que “las manifestaciones de violencia
terrorista en las Américas, además de plantear una grave amenaza a la protección de los derechos
humanos, con frecuencia han afectado a gobiernos e instituciones democráticas”, señalando además que
“tanto el Estado como actores no estatales, han estado ampliamente involucrados en la instigación, el
respaldo y la consumación del terrorismo contra la población del hemisferio, por medio de prácticas infames
como los secuestros, las torturas y las desapariciones forzadas”6. Por lo que el rechazo a este tipo de actos
—vengan de donde vengan—, podría ser un elemento más del análisis del contexto histórico, que podría
ser tomado en cuenta en el presente caso.

4
Corte IDH., Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No.
160, párrafo 240; Cfr. Caso Bulacio. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C No. 100, párrafo. 124;
entre otras.
5
Cfr., Informe del Secretario General de la ONU, Unidos contra el terrorismo: recomendaciones para una
estrategia mundial de lucha contra el terrorismo, Secretario General, 27 de abril del 2006, en:
http://www.un.org/spanish/unitingagainstterrorism/, párrafo 110.
6
CIDH, Informe sobre terrorismo y derechos humanos, Washington D.C., CIDH, 2002, párrafo 2.
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17. Específicamente en Perú, los terroristas integrantes del PCP-SL no sólo afectaron “las vidas y futuros de
miles de peruanas y peruanos, sino que también contribuyó significativamente al envilecimiento moral de la
Nación. Sus acciones y su fundamento ideológico terrorista privaron al país de oportunidades de desarrollo
en democracia”7, estado al que regresábamos luego de doce años de dictadura militar en la década de los
setenta, época en la que Sendero Luminoso iniciaba sus acciones.

18. Debido a esto, la Comisión de la Verdad y Reconciliación8 —órgano plenamente reconocido y valorado por
la ilustre Corte— en su Informe final señalaba respecto al accionar de Sendero Luminoso y la guerra interna
peruana:

“La CVR ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y 2000 constituyó el
episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo,
que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana”9.
Siendo “la causa inmediata y fundamental del desencadenamiento del conflicto armado interno […] la decisión
del PCP-SL de iniciar la «lucha armada» contra el Estado Peruano, a contracorriente de la abrumadora mayoría
de peruanos y peruanas, y en momentos en que se restauraba la democracia a través de elecciones libres” 10.
Por ello, “La CVR constata que, a diferencia de otros países de América Latina por esa misma época, entre
1980 y 1992, el conflicto armado interno se desarrolló mientras imperaba en el Perú un régimen democrático,
con elecciones libres, libertad de prensa y el sistema político más inclusivo de nuestra historia contemporánea.
El PCP-SL […] se autoexcluy[ó] de manera unilateral del sistema democrático y, más bien, socav[ó] con sus
acciones armadas el régimen político democrático instaurado en 198011.

19. A su vez, a diferencia de lo ocurrido en otros contextos nacionales, la CVR comprobó que el PCP-SL fue un
grupo terrorista de singular accionar, debido al carácter sangriento y genocida de la organización. Sendero
Luminoso fue el causante del 54% de las víctimas del conflicto armado, siendo los pobres e indefensos la
población más afectada. Según cifras de la CVR, las principales víctimas de la guerra interna fueron: (i) los
analfabetos o con educación primaria incompleta (68%); (ii) los quechuahablantes o de otra lengua nativa
(75%); los residentes en zonas rurales (79%).

“Entre 1977 y 1979 el PCP-SL llevó a cabo una ruptura radical con la dinámica social y política predominante en
el país y se transformó en un proyecto fundamentalista, de potencial terrorista y genocida”12. “[E]n mayo de
1980 [el PCP-SL] desencadenó una guerra contra el Estado y la sociedad peruanos. A lo largo de ese conflicto,
el más violento de la historia de la República, el PCP-SL cometió crímenes de extrema gravedad que
configuran delitos de lesa humanidad y se constituyó en el principal culpable del alto número de víctimas
producido”13. EL PCP-SL “Fue responsable del 54% de las víctimas fatales reportadas a la CVR. Esta cuota tan

7
Ver: Resumen y análisis de la Sentencia del Penal Miguel Castro Castro (Documento de trabajo), Instituto de
Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica (IDEHPUCP), febrero del 2007.
8
Corte IDH., Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No.
160, párrafo 197.4: “La Comisión de la Verdad y Reconciliación estuvo conformada por doce personas de
nacionalidad peruana, “de reconocida trayectoria ética, prestigio y legitimidad en la sociedad e identificadas
con la defensa de la democracia y la institucionalidad constitucional”, un observador y un secretario adjunto,
designados por el Presidente de la República, con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, mediante
Resolución Suprema 438-2001-PCM del 6 de septiembre de 2001, refrendada por el presidente del Consejo de
Ministros”.
9
Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), Informe Final, Lima, CVR, 2003. Tomo VIII. Conclusiones
finales, p.245.
10
Ibib., p.246.
11
Ibib., p.248.
12
Ibíd., p.29.
13
La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) ha constatado que el PCP-SL fue responsable del 54% de las
muertes y desapariciones que le fueron reportadas durante su investigación y, sobre la base de los cálculos
realizados, estima que la cifra total de víctimas fatales ocasionadas por dicha organización asciende a 31,331
personas. CVR, Informe Final, Lima: CVR, 2003. Tomo II. Cap. 1, p.23.
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alta de responsabilidad del PCP-SL es un caso excepcional entre los grupos subversivos de América Latina y
una de las singularidades más notorias del proceso que le ha tocado analizar a la CVR”14 (subrayado nuestro).

“Que siendo pocos y estando mal armados hayan causado tantas víctimas fatales, asesinadas frecuentemente
con extrema crueldad, nos habla de su ferocidad excepcional”15. “Las características genocidas del PCP-SL se
encuentran descritas en sus propios documentos partidarios y en directivas impartidas a sus militantes, tales
como «pagar la cuota de sangre» e «inducir genocidio», directivas correspondientes a la convicción de que «el
triunfo de la revolución costará un millón de muertos». El potencial genocida del PCP-SL se desplegó con
mayor brutalidad en zonas de población indígena, sobre todo quechuas y asháninkas. Ello no ocurrió por azar;
por el contrario, la CVR ha encontrado en el PCP-SL, reformuladas en términos de dicha organización
subversiva, arraigadas concepciones racistas y de superioridad sobre los pueblos indígenas16.

20. Debido a su ideología, Sendero Luminoso, fue gran trasgresor de las normas y tratados de derechos humanos
y del derecho de guerra en nuestro país. Esta fue una de las excusas —aunque no la única, por cierto— para
que el Estado peruano reaccionara de forma abusiva y extrema y con ello aumente el número de víctimas de
graves violaciones de derechos humanos.

“Para el PCP-SL, los derechos humanos tenían un carácter «burgués reaccionario contrarrevolucionario» y eran
opuestos a los que ellos denominaban «derechos del pueblo»”17. “La ideología y la estrategia del PCP-SL fueron
causa de hechos atroces. La generalidad y la sistematicidad de esos hechos demuestran fehacientemente que
miembros del PCP-SL y en especial la dirección nacional y su denominada «jefatura» tienen directa
responsabilidad en la comisión de crímenes de lesa humanidad. Estas conductas constituyen, asimismo, a juicio
de la CVR, graves infracciones a los Convenios de Ginebra, cuyo respeto era obligatorio para todos los
participantes en las hostilidades. El PCP-SL actuó con perfidia, escudándose tras la población civil, evitando el
uso de distintivos y atacando a traición, y recurrió a otros métodos igualmente condenables como las acciones
terroristas. Todo ello constituyó un calculado mecanismo orientado a provocar reacciones brutales de las
fuerzas del orden contra la población civil, y tuvo como resultado un extraordinario incremento de los
sufrimientos de las comunidades en cuyos territorios se llevaban a cabo las hostilidades”18.

21. Definitivamente, Sendero Luminoso no sólo causó pérdidas humanas, sino también afectó a nivel económico la
capacidad de desarrollo de la población más pobre del país. Esta organización terrorista se constituyó en un
agente decisivo para el aumento de la pobreza en el Perú durante el conflicto armado; y fue el causante de la
crisis de la estructura social rural y del deterioro de la débil institucionalidad que tenía el país en la época.

“Los grupos subversivos incursionaban en las comunidades y se apropiaban de los bienes de los comerciantes
pudientes de las zonas, pero también de las pequeñas tiendas o negocios particulares de las poblaciones. […]
Tanto el saqueo como el incendio de casas y locales era una práctica común por parte del PCP-SL” 19. A su vez,
“[e]l proyecto ideológico del PCP-SL implicaba la destrucción del «viejo Estado» con el objetivo de construir uno
nuevo; por lo tanto, eran consideradas enemigas todas las personas que según el PCP-SL re-presentaban de
una u otra forma al «viejo Estado». Esto se expresó en […] el asesinato de autoridades, especialmente locales:
alcaldes, gobernadores, tenientes gobernadores, jueces de paz”. También, “[l]a concepción totalitaria del PCP-
SL condujo […] a una extrema intolerancia hacia las organizaciones sociales, intolerancia que dio lugar al
asesinato masivo de dirigentes sociales y comunales, tanto varones como mujeres. El PCP-SL asesinó, así, a
alcaldes varas y a dirigentes campesinos, sindicales, barriales, magisteriales y de organizaciones de mujeres.
La organización subversiva eligió como sus víctimas tanto a líderes locales como a reconocidos dirigentes
nacionales de las organizaciones sociales más importantes. El resultado de esta estrategia de asesinatos y
amenazas fue el debilitamiento del tejido social y el deterioro de la institucionalidad en el país”20.

14
CVR, Informe Final, Lima, CVR, 2003. Tomo VIII. Conclusiones finales, p.246.
15
CVR, Informe Final, Lima, CVR, 2003. Tomo II. Cap. 1, p.23.
16
CVR, Informe Final, Lima, CVR, 2003. Tomo II. Cap. 1, p.91.
17
Ibíd.
18
Ibíd.
19
CVR, Informe Final, Lima, CVR, 2003. Tomo VIII. Cap. 3, p.234.
20
CVR. Informe Final. Lima, CVR, 2003. Tomo II. Cap. 1, p.92.
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22. Por ello, Sendero Luminoso es tajantemente rechazado por amplios y representativos sectores de la
sociedad peruana, al punto que se ha convertido en una categoría fundamentalmente negativa en el
lenguaje cotidiano de nuestro país. Para el movimiento de derechos humanos es lógico y consistente que
sea así: la dimensión de los crímenes perpetrados por el PCP-SL, trasciende el análisis factual y se ubica
en un componente ético esencial de la sociedad peruana. Es por ello que la tentación de la mano dura y los
más oscuros capítulos de nuestra historia reciente (propuestas de retiro de la competencia de la Corte y la
reimposición de la pena de muerte para algunos crímenes) siempre encuentran una conexión con el
argumento de la lucha contra el terrorismo21.

23. En tal sentido, la ilustre Corte podría “ejercer una función narrativa que efectivamente logre traspasar la
esfera subjetiva de cada ciudadano[(a)]”22. Y así contribuir a ofrecer interpretaciones que eviten un regreso a
políticas autoritarias en nuestro país, enriqueciendo su análisis sobre el contexto histórico del conflicto
armado interno vivido en el Perú, a fin de que la opinión pública peruana comprenda mejor las decisiones
del sistema interamericano.

24. Asimismo, ésta no sería la primera vez que la honorable Corte efectuara una ampliación del análisis del
contexto histórico como el que respetuosamente sugerimos en el presente amicus curiae. Aunque en
distinta forma y de manera sucinta, en el caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala (2003), se realizó un
breve análisis del contexto social que atravesaba Guatemala en el momento en que se produjo el
lamentable asesinato de la investigadora y socióloga Myrna Mack Chang23.

25. En el presente caso, aunque no hay certeza sobre de que la totalidad de las víctimas del caso del Penal
Miguel Castro Castro fueron militantes del PCP-SL, sí existen indicios razonables de que por lo menos
algunos de ellos integraban esa agrupación; y si bien, tal como lo hemos reiterado, ello no justifica en
absoluto las violaciones de derechos humanos cometidas por los agentes del Estado, resulta pertinente
hacer el esfuerzo para que la condena de estos hechos no sea interpretada —bajo ningún concepto— como
una actitud condescendiente con la violencia y la barbarie que también ejerció Sendero Luminoso en
nuestro país. Pues, precisamente, esta barbarie jamás debió ser combatida con otra barbarie.

Conclusión

Conforme a la argumentación y a los hechos antes expuestos: solicitamos a la honorable Corte que tenga a
bien, si así lo considera pertinente, tomar en cuenta, dentro de sus fundamentos de hecho, algunos datos
relevantes aquí citados en torno a la conducta genocida y terrorista del PCP-SL en nuestro país y el gran
sufrimiento que ello ocasionó a miles de peruanos y peruanas.

21
Cfr., Resumen y análisis de la Sentencia del Penal Miguel Castro Castro (Documento de trabajo), Op. Cit.
22
Cfr., Castañeda, Citlalin, “Apuntes sobre la posibilidad del sistema interamericano de derechos humanos de
escribir el relato que vincule al ciudadano con el proceso de democratización”, en: Revista Cejil. Debates
sobre derechos humanos y el sistema interamericano, Cejil, septiembre, 2006. p. 21.
23
Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Sentencia del 25 de noviembre del 2003. Serie C No. 101,
párrafos del 134.8 al 134.13.
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