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ALTERIDADES, 1993

3 (6): Págs. 5-11

La producción de la antropología en el Sur:


características, perspectivas, interrogantes

ESTEBAN KROTZ*

El surgimiento de las Nuevo Mundo, en el cual se mezclan desde sus inicios


antropologías del Sur cosmovisión con razón de Estado, ganas de saber con
intereses económicos, humanismos con delirios de
Los contactos culturales son tan antiguos como las dominación, contiene ya muchos elementos que se
culturas mismas y, hasta donde se tiene conocimien- manifestaron de modo más marcado tres siglos
to, igualmente antigua es la reflexión humana sobre después, cuando la antropología se hizo ciencia.
los diferentes aspectos del contacto cultural y la diver- El establecimiento de la antropología como disci-
sidad cultural. Vistas así, las ciencias antropológicas plina científica se produce en el entrecruzamiento de
constituyen solamente una forma particular (y bas- dos procesos nunca antes vistos. Uno es la expansión
tante reciente) de tal reflexión que nace en el seno de a escala planetaria de una sola civilización en la que
una civilización determinada y en una época específica: se conjugan nacionalismo y militarismo, misión cris-
en la Europa decimonónica y sus “anexos” occidental tiana y racismo, búsqueda capitalista de mercados y
(Norteamérica) y oriental (el imperio zarista) y se con- de materias primas y afán de inventariar todos los
solidan definitivamente como tales en el último tercio fenómenos del globo terráqueo. El otro es la hegemo-
del siglo pasado. nización de un único tipo de conocimiento, caracte-
La larga historia de los encuentros y desencuen- rizado por una determinada organización social de
tros de Europa con los “otros” de ultramar, la prin- sus practicantes y por el consenso en el seno de éstos
cipal fuente de la alteridad cultural a la que se en- acerca de ciertos procedimientos para generar y vali-
frentaba la disciplina antropológica naciente, no se dar enunciados sobre la realidad empírica. Con
dio como flujo uniforme de situaciones semejantes variaciones derivadas de las tradiciones políticas y
entre sí. Diferentes fueron en distintas épocas los académicas un tanto diferentes de las naciones que
ritmos y la intensidad de estos contactos, para cuya repartieron en aquella época el mundo entre sí, sur-
consideración hay que tomar en cuenta que sólo a gió la antropología2 como un campo de conocimiento
partir de la temprana Edad Media puede vislumbrar- propio dentro del conjunto de las ciencias sociales.
se algo así como un sujeto europeo identificable como Éste se dio a la tarea de ordenar la gigantesca cantidad
tal. Hubo coyunturas que marcaron más que otras de noticias acerca de otras culturas acumulada desde
esta historia y muchos antropólogos concuerdan en hacia siglos en colecciones y relatos, bibliotecas y
que una de las situaciones estelares fue originada por museos, a la que se agregaban desde fines del siglo
la llegada de los europeos a América.1 El conocido de- XVIII caudales crecientes de nuevas informaciones.
bate sobre el carácter humano de los habitantes del La comparación de los datos sobre las diferentes
cultu-ras y la búsqueda de una explicación de la
diversidad cultural acorde con los parámetros
* Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa y aceptados am-pliamente como “científicos” en aquél
Universidad Autónoma de Yucatán. tiempo llevó al nacimiento de lo que podría llamarse el
La producción de la antropología en el Sur...

primer –y hasta ahora único– “paradigma” ciones típicamente “sureñas” de pobreza y miseria,
antropológico, el evolucionismo decimonónico. marginación y enajenación existen –y, al parecer,
Acertadamente se suele considerar el ingreso de los recientemente se extienden– en el seno de los países
primeros representantes de la nueva ciencia a los pertenecientes al Norte.
recintos más típicos del co-nocimiento científico desde Durante varios lustros, especialmente en América
entonces hegemónico, las universidades, el inicio de la Latina se desarrollaron muchos esfuerzos origina-
formación profesional sistemática de los futuros les para analizar esta diferencia de carácter plane-
miembros de la comunidad antropológica y la tario y sus consecuencias. Su principal logro con-
publicación de los primeros com-pendios de sistió, sin duda alguna, en la demostración de que la
antropología, como la culminación de la fase inicial de situación del Sur no era una de “retraso” en términos
la nueva disciplina científica. de algún parámetro objetivo o con respecto al nivel de
No deja de ser curioso que el establecimiento en el la situación del Norte, sino que el carácter sociocul-
seno de la civilización noratlántica de una cada vez tural del Sur respondía en alto grado a la presión
más próspera y exitosa disciplina científica dedicada transformadora ejercida sobre el Sur por el Norte y
especialmente a la diversidad cultural, ha ido a la par que complementariamente, el estado de cosas lo-
del esfuerzo masivo y sostenido de esta misma civili- grado por el Norte se debía en buena medida a su
zación por anular tal diversidad. La misión religiosa y explotación secular del Sur. Sin embargo, en estos
la técnica “moderna”, el Estado nacional con sus es- análisis predominaba el economicismo y los as-
cuelas y sus aparatos administrativos, la dinámica pectos de tipo cultural no solían ser tomados en
propia de la producción industrial “eficiente”, el cuenta.
desprecio rotundo por todo lo que, desde una concep- Es por esto que muchos planos de la realidad so-
ción eurocéntrica del progreso, sólo se puede consi- ciocultural y muchos cambios que se produjeron en
derar inferior y destinado a desaparecer –todo esto se ella, no se hicieron conscientes. Uno de los cambios re-
ha conjugado desde entonces para disminuir e inclu- sultantes de más de un siglo de dominación mundial
so borrar la heterogeneidad cultural a favor de una del modelo civilizatorio noratlántico, que han sido
creciente homogeneidad universal. poco tematizados es precisamente el tema de este
Es sabido que ésta no se ha logrado. Es más, las ensayo. Consiste en el hecho que en este Sur, tra-
contradicciones propias del modelo civilizatorio nor- dicionalmente el hábitat principal de los objetos de
atlántico crearon nuevas heterogeneidades a nivel estudio de la ciencia antropológica, se arraigó la an-
mundial. Hoy en día, la más honda de éstas, opacada tropología y cobró vida propia. Aunque en algunos
largamente por el conflicto Oeste-Este, vuelve a apa- países hay antecedentes tempranos, es particular-
recer con rostros nuevos. Ahora es más visible que mente en el último cuarto de siglo que en muchas
antes que no estamos meramente ante una desigual- partes del Sur se han establecido instituciones aca-
dad pasajera de carácter tecno-económico, sino que se démicas de todo tipo, congresos periódicos y museos,
trata de una división mucho más profunda y envol- revistas especializadas y asociaciones profesionales,
vente cuyo análisis debe incluir las esferas de lo po- proyectos editoriales y programas de investigación de
lítico y lo militar, la cosmovisión y el conocimiento, las largo aliento; más recientemente un buen número
pautas de la vida cotidiana, los sentimientos y la de los tradicionales programas de licenciatura se ha
corporalidad –en fin, que se trata de una división de visto complementado por maestrías y doctorados en
carácter también cultural–. Es la división que durante antropología. Todo esto ha vuelto casi regular una
el siglo XIX se nombraba en los términos de la oposición situación antes inexistente, a saber, que los practi-
civilización y salvajismo/barbarie; posteriormente fue cantes de la antropología formados en y provenien-
sustituida por los binomios desarrollo y subdesarrollo, tes de las culturas del Norte se encuentren en sus
modernidad y tradición, dominación y dependencia, lugares de estudio no sólo con informantes, sino con
metrópolis y periferia, globalización y localismo. Todos estudiantes y colegas nativos. A su vez, en las crecien-
estos aspectos están comprendidos en los términos tes comunidades antropológicas del Sur se extiende la
metafóricos de la oposición Norte-Sur. Su apariencia conciencia de que ciertas dificultades no tratadas en
geográfica no debe hacer pasar por alto que hay zonas la bibliografía tradicional no son pasajeras o mar-
del tipo del “Norte” en muchas ciudades del Sur y que ginales, sino que tienen que ver con la “utilización” de
en la mayor parte de los países del Sur se observan la antropología en situaciones donde los fenómenos
declives internos de alguna manera semejantes y socioculturales abordados no son de la misma ma-
hasta paralelos a los que existen a nivel mundial; por nera “otros” como en la antropología nacida en el
otra parte, es ampliamente documentado que situa- Norte y donde las y los investigadoras/es forman ine-

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ludiblemente parte de lo que estudian.


El silenciamiento de las
antropologías del Sur

Sin embargo, cuando uno revisa las historias más


usuales de la disciplina, los libros de texto y las
principales revistas antropológicas más difundidas,
la antropología generada en los países del Sur, sus
instituciones y practicantes casi no existen. Esto vale
para la antropología más conocida, es decir, la escrita
en los países de habla inglesa, francesa y alemana,
pero lo mismo se observa en las áreas un tanto pe-
riféricas de los países escandinavos, mediterráneos y
balcánicos. Y cuando la antropología del Sur se hace
presente, por ejemplo, en el contexto de eventos inter-
nacionales, pocas veces se advierten conocimientos
de ella comparables con los referentes a los países
originarios de la ciencia antropológica. Además, ¿no
puede percibirse no pocas veces un consenso tácito de
que trata de algo tan dependiente y “subdesarrolla-
do” como los países del Tercer Mundo, en los que se
desenvuelve? Versiones más benignas la conciben
como una especie de “eco” o versión diluida de la an-
tropología propiamente dicha que es y sigue siendo pensamiento generadas exactamente en los mismos
únicamente la generada en los países originarios de la países del Norte de los cuales provenía el objeto de la
disciplina, documentada en sus revistas y empresas crítica.
editoriales, producida y transmitida en sus univer- Otro aspecto de este silenciamiento de la antro-
sidades. pología del Sur se encuentra en que usualmente no se
Empero, usualmente tampoco en el Sur suele apa- problematiza la relación intrínsecamente tensa entre
recer la antropología del Sur. Los cursos impartidos miembros norteños y sureños de la comunidad an-
en las universidades, tanto los de “pensamiento tropológica. Con esto no quiere afirmarse que los
antropológico” como los segmentos históricos refe- contactos personales entre éstos sean de hecho
ridos a temáticas especiales, suelen presentar a la an- altamente conflictivos. Además no se trata aquí de
tropología de los países del Sur fundamentalmente problemas entre personas concretas, sino se quiere
como resultado de un proceso de difusión perma- llamar la atención sobre contradicciones provocadas
nente a escala mundial, que tuvo y sigue teniendo su precisamente por el desarrollo de la antropología en
origen único en el seno de la civilización noratlán- un mundo configurado, hasta este momento, por el
tica y que llegó a lugares exentos de reflexión sobre poder de las mismas naciones que también genera-
contacto y diversidad cultural. Por más que a veces se ron nuestra disciplina y que siguen determinando casi
agrega un curso de “antropología mexicana” o “pen- por completo la pauta de este desarrollo. Estas ten-
samiento antropológico latinoamericano” a los cursos siones se dan a diario en muchas partes y en la me-
de “teoría antropológica”, los primeros no dejan de dida en que no son tematizadas y resueltas, ellas
privilegiar de modo tal la situación de “reflejo”, mismas contribuyen a reforzar este silenciamiento.
“extensión” o “adaptación” que se pierde de vista cual- Por ejemplo, en relación a la actuación de los an-
quier perfil propio de las antropologías del Sur. Toda- tropólogos y las antropólogas del Norte. ¿Cuántas
vía está por verse en qué medida, la durante muchos veces su actitud típica para con sus colegas del Sur es
años frecuente impugnación de la antropología ge- de carácter esencialmente paternalista, lo que asigna
nerada en el Norte como ciencia “burguesa” e incluso a estos últimos inevitablemente un lugar de segunda,
“imperialista”, contribuyó a esta restringida visión de condenados a ser aprendices permanentes de quienes
las cosas, ya que sólo en pocos casos se produjeron son los dueños de la antropología verdadera? ¿Cuántas
críticas detalladas y cuando éstas se intentaban, veces nos encontramos aquí ante una nueva variante
solían tener como punto de referencia no tanto la de la conocida división internacional del trabajo, en la
situación del Sur, sino determinadas corrientes de cual el “antropólogo nativo”, adquiere el papel de una

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La producción de la antropología en el Sur...

especie de “informante clave”, que presta sus servicios ceso de producción e incluso a restringir su historia
a cambio de una ocasional coautoría o invitación a al desarrollo del “pensamiento antropológico”. Una
uno de los lugares “consagrados” de la antropología implicación inmediata de esto es que no debe estu-
mundial? Lo mismo desde el Sur. ¿Cuántas veces el diársele como un proceso sin sujeto: cualquier análi-
colega norteño es menos huésped amistosamente re- sis de la ciencia antropológica tiene que incluir de ma-
cibido que codiciada fuente de recursos de todo tipo y nera fundamental la atención a las características de
posible puerta de acceso a publicaciones y eventos de las comunidades científicas que generan y difunden los
relieve? ¿Cuántas veces es tratado con una mezcla conocimientos antropológicos considerados por ellas
incoherente de sospecha (por sus posibles ligas con in- mismas y por otros sectores sociales como científicos.
tereses imperialistas) y admiración apriorística (que Es crucial caer en la cuenta que los generadores (que
deriva más de su cercanía física con los más recientes siempre son colectivos) de tales conocimientos al igual
debates de California, París y Manchester que con la que sus estructuras organizacionales y sus vínculos
calidad probada de su trabajo científico)? con la realidad social más comprehensiva no son algo
Un ejemplo más de esta apreciación de las antro- “externo” al conocimiento antropológico, sino que se
pologías del Sur, en la que convergen los académicos trata de elementos tan intrínsecamente constitutivos
del Norte y del Sur y que igualmente contribuye a del mismo como, por ejemplo, la dinámica argumen-
ocultar la existencia misma de una antropología del tativa del debate científico.3
Sur es la atracción, pocas veces discutida, que para Naturalmente, a partir del reconocimiento del ori-
estudios de posgrado y estancias sabáticas ejercen los gen noratlántico de la ciencia antropológica hacia
centros universitarios del Norte. Con esta observación fines del siglo pasado, su presencia en los países del
no se quiere disimular el muchas veces lamentable Sur puede ser vista como resultado de un proceso de
equipamiento de bibliotecas, hemerotecas, labora- difusión. Sin embargo, en la situación actual, las an-
torios y artefactos electrónicos de la mayoría de las tropologías del Sur no son reductibles a meras “exten-
universidades del Sur y menos aún ciertos discursos siones” o “réplicas” (acaso imperfectas) de un modelo
sureños que disculpan la falta de rigor científico y nivel antropológico original. Más bien, nos encontramos
académico y la ausencia de criterios de calidad, de- ante formas de generar conocimientos antropológi-
fendibles mediante la vaga referencia a una supuesta cos que tienen características particulares. Indepen-
originalidad. Pero el hecho es que para la abrumadora dientemente de las peculiaridades nacionales y re-
mayoría de las antropólogas y los antropólogos del gionales presentes a lo largo y lo ancho de América
Norte (incluyendo a sus estudiantes) la estancia en Latina, una breve mirada a la antropología del lla-
una universidad del Sur es vista, en el mejor de los mado “subcontinente” puede servir para reconocer
casos, como una especie de trabajo de campo y que un algo de la dimensión y la profundidad de esta diferencia.
número extraordinario de antropólogos del Sur han
sido estudiantes y profesores visitantes sólo en países a) Estudiosos y estudiados como
del Norte y nunca del Sur; sin duda, esta situación ciudadanos del mismo país
inhibe, aparte de todo lo demás, en propios y extraños
la conciencia de la mera existencia de una antropología Una de las características que a primera vista distin-
del Sur y conduce, en caso de tomar nota de ella, a guen a la antropología “clásica”4 de la que se practica
concebirla apenas como el “pariente pobre” de la en el Sur es que en el ámbito de esta última los estu-
antropología propiamente dicha. diosos y los estudiados son ciudadanos del mismo
país. Esto no es, obviamente, una cuestión de geogra-
fía, aunque en muchas ocasiones la cercanía física
Cuatro puntos “críticos” entre el lugar donde se recoge la información empí-
de las antropologías del Sur rica y los lugares donde se analizan estos materiales
y se discuten y publican los resultados de la investi-
Antes que nada hay que recordar que la producción de gación, resulta ser importante. Más trascendental es
conocimientos científicos es un proceso de creación que hoy en día, incluso desde el seno de comunidades
cultural semejante a otros procesos de creación cul- rurales relativamente apartadas, se puede tener acceso
tural. Al igual que todos los demás, tampoco éste debe a los resultados de los trabajos antropológicos gene-
ser analizado únicamente como sistema simbólico rados sobre ellas y establecer diferentes tipos de in-
separado de los demás aspectos de la realidad social teracción con sus autores, situación que es facilitada
más comprehensiva; tal procedimiento significaría enormemente por la existencia de un solo idioma na-
reducir a la antropología a los resultados de este pro- cional oficial. Por otra parte, el hecho de que estudiados

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Esteban Krotz

y estudiosos son afectados (aunque no necesariamente y viáticos se limitan a estudiar los apuntes tomados en
de la misma manera) por decisiones políticas y eco- clase, quien ha conocido universidades de Estados
nómicas emanadas de las instituciones públicas en Unidos y Europa, muchas veces se pregunta si la
cuya configuración y legitimación ambos toman parte, palabra “universidad” tiene en el Norte y en el Sur
crea un vínculo entre intereses profesionales e intere- realmente el mismo significado.
ses sociales y políticos mucho my diferente que el que
puede darse en el caso de un investigador visitante c) Alteridades diferentes
con respecto al grupo social que estudia durante un
tiempo. Finalmente puede suponerse que el origen so- Como se señaló arriba, la ciencia antropológica no
ciocultural (estrato socioeconómico, religión, región, nació como una reflexión abstracta sobre el contacto
etnia, incluso género, etcétera) de los autores de tra- cultural en general (y es importante repetirlo: no
bajos antropológicos influye de modo diferente sobre pudo nacer así), sino que se originó como parte de un
inicio, desarrollo y resultado de una investigación esfuerzo intelectual y social de una determinada civi-
cuando éstos están bajo los efectos del mismo siste- lización para comprender con los medios cognitivos
ma (socioeconómico, religioso, desequilibrio regional, entonces disponibles una clase particular de relación
discriminación étnica y de género, etcétera) que entre culturas y civilizaciones. Positivismo y neopo-
quienes estudian, que cuando estos últimos viven en sitivismo, cientismo y empirismo, han contribuido de
condiciones totalmente distintas que los investiga- manera importante a evitar la pregunta por las con-
dores venidos de lejos.5 diciones de posibilidad de “usar” o “aplicar” la antro-
pología en otras civilizaciones, para comprender otro
b) Conceptualizaciones de ciencia tipo de contactos culturales y para comprenderlos
y de ciencia social desde otra perspectiva. El carácter aplastante del pro-
ceso de difusión de la antropología ha hecho lo suyo.
Un aspecto crucial que distingue la mayoría de los Pero ¿en qué medida esta difusión ha provocado dife-
países del Sur de los países originarios de la antropo- rencias en el seno de la antropología que no provienen
logía es la valoración social del conocimiento cientí- de factores como los mencionados en los dos incisos
fico en general y del conocimiento antropológico en anteriores sino directamente de la calidad distinta de
particular. Mientras que la dominancia económica, la alteridad sociocultural a la que se enfrenta la an-
política y militar de los últimos se basa de modo cre- tropología en los países del Sur hoy? ¿Es posible consi-
ciente en la creación de conocimientos (y el control derar a la ciencia antropológica como un instrumen-
sobre los mismos), en los países del Sur no sólo se to cognitivo “neutro”, quiere decir, despojable por
importa la mayoría de los conocimientos científicos y completo de las condiciones que le dieron origen? ¿No
tecnológicos considerados útiles, sino que incluso se guarda como todo instrumento las huellas de su pro-
sustituyen conocimientos localmente generados y cedencia y no prefigura como todo instrumento de la
se bloquea la producción de éstos. En efecto, ¿cuál realidad que produce?
funcionario, empresario e incluso profesor universi- Algunas veces, se responde a tales preguntas sim-
tario de un país del Sur cree realmente que en las uni- plemente con que la antropología se ha convertido en
versidades y centros de investigación del Sur podrían el Sur, a lo largo de este proceso de difusión, en una
o deberían generarse conocimientos importantes e especie de “sociología nativa”. Pero al menos dos
incluso decisivos para el futuro de su país? Aunque hechos revelan rápidamente lo inadecuado de esta
esta minusvaloración de la ciencia producida en el clase de respuestas. Uno es la permanencia de una
mismo país se encuentra pocas veces de manera ex- diferenciación disciplinaria en las universidades del
plícita, el estatus social de los investigadores científi- Sur, donde la antropología sigue conviviendo con so-
cos y el que pocos investigadores del Sur pueden vivir ciología, ciencia política, etcétera. El otro es que nece-
de la dedicación de tiempo completo a las labores aca- sariamente el tratamiento antropológico de la alteridad
démicas son indicadores suficientemente elocuentes. sociocultural se realiza a partir y desde una cultura
Otro es la ausencia de sistemas efectivos de circulación determinada (y cada experiencia de trabajo de campo,
de los resultados de las pesquisas. Además, al ver las el método central de la antropología, reproduce de
aulas de la mayoría de las universidades del interior modo condensado y altamente reflexivo este hecho).
de los países latinoamericanos, donde se siguen im- Nuevamente hay que hacer referencia a las fuerzas
partiendo carreras de arqueología y lingüística sin la- homogeneizadoras omnipresentes. Es suficiente se-
boratorios y donde se siguen abriendo posgrados en ñalar aquí sólo las dos mencionadas en los dos inci-
etnología para alumnos que a falta de libros, revistas sos anteriores. Por una parte, es ampliamente sabido

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La producción de la antropología en el Sur...

cómo los Estados nacionales latinoamericanos6 han peligro reside en el ocultamiento provocado por el uso
tratado de suprimir la heterogeneidad cultural me- irreflexivo de estos calificativos.
diante muchos medios, desde el genocidio y el etno- Por una parte, se vuelve a silenciar la existencia
cidio abierto, hasta la aplicación de las más diversas misma de las antropologías del Sur. En la medida en
que se disminuye el valor de sus antecedentes, para
políticas educativas y sociales. Por otra parte, pre-
éstas aumenta la dificultad de reconocerse como tra-
cisamente la existencia de instituciones y prácticas
dición con perfil propio. Por otra parte, se encubre la
de tipo universitario ha sido un poderoso factor en la transformación profunda ocurrida en la antropología
creación de una conciencia colectiva de que el Sur, o, desde su nacimiento. Hablando de manera muy es-
al menos, sus universitarios, son, sin más, parte quemática, durante el siglo XIX y la primera mitad del
integrante de la “civilización occidental”. Por ambas siglo XX, ésta tenía un sólo centro. Cualquier prácti-
vías se refuerza así la idea de que al interior de los ca antropológica científica era, más que nada, aunque
mismos países no existe, a no ser en forma de reli- en grado variado, extensión y ramificación de impul-
quias poco significativas, alteridad sociocultural. sos provenientes de este centro. Pero en la segunda
mitad del siglo que está por terminar, muchos de estos
También por ello es altamente significativo que pre-
transplantes han empezado a revelarse como raíces,
cisamente algunas de las llamadas “sobrevivencias”
como formas de vida antropológica en la que se com-
de determinadas culturas indias (por ejemplo, en la
binan de modo diverso, influencias provenientes de la
medicina y la agricultura, pero también en su cosmo- larga discusión antropológica noratlántica con es-
visión y sus relaciones sociales) y los reclamos últi- fuerzos de comprensión de la diversidad cultural ge-
mamente más audibles de ciertos pueblos indígenas nerados en el seno de culturas diferentes.
americanos, hayan contribuido a hacer recobrar la
percepción de la alteridad cultural en el seno de los
países latinoamericanos. Obviamente, esta alteridad Conclusión: necesidad de una antropología
no se restringe al ámbito de los pueblos indígenas,7 de las antropologías del Sur
por lo que no puede extrañar que también en el estudio
Las conclusiones de todo lo dicho no son difíciles de
de procesos políticos y movimientos sociales, de la cul-
formular. En primer lugar, resulta obvio que cada vez
tura urbana y de la religión popular se empiezan a re-
que se habla de “la antropología del Sur”, se habla, de
conocer por doquier problemas serios para la simple hecho, en plural: las antropologías del Sur son tanto
y llana “aplicación” de moldes conceptuales y herra- o más polifacéticas como las diferentes “escuelas” o
mientas metódicas provenientes de las tradiciones “corrientes” que se conocen de la antropología del
antropológicas corrientes. Norte. Empero, al igual que esta última, comparten
determinadas características. Éstas distan de ser
d) La búsqueda de los antecedentes propios claras aun, pero naturalmente tienen que ver con la
calidad de haber sido el “objeto” tradicional de la
antropología original y con la división más profunda
Los tres aspectos hasta ahora mencionados se
del mundo actual en dos esferas actualmente con-
condensan, en cierta medida, en el problema de los
trapuestas, el Norte y el Sur.
“antecedentes” de las antropologías del Sur actuales. El estudio de las antropologías del Sur apenas ha
Cuando se narran las biografías de las primeras sido iniciado. Este necesitará de especialistas (tanto
personas dedicadas desde fines del siglo XVIII de antropólogos como expertos en otros campos relevan-
manera sistemática a la problemática cognitiva y tes para el tema) dedicados de modo específico a ello.
práctica de la diversidad cultural, cuando se analizan Pero de modo igual necesita que se extienda la con-
sus obras y se describen sus esfuerzos por crear cir- ciencia de la necesidad y urgencia de esta tarea,
cuitos de comunicación con los demás especialistas porque en muchos estudios antropológicos puede
en ciernes, se suele nombrar a los ciudadanos de las contribuirse con un grano de arena al descubrimien-
to de antecedentes propios, al desentrañamiento del
potencias de entonces y de hoy “precursores”, mien-
perfil propio.8
tras que cuando se trata de habitantes de los países
Los resultados de estos esfuerzos contribuirán,
del Sur, éstos no pasan de ser simples “aficionados”. obviamente, a hacer más claras las características
¿Es suficiente la pertenencia o no pertenencia a propias de las antropologías del Sur; por tanto, éstas
uno de los pueblos en los que nació la antropología pueden aprovecharse mejor o, en su caso, superarse.
como disciplina científica para justificar tales califica- Pero también contribuirán a no seguir concibiendo
tivos? en parte sí, porque la antropología surgió ini- a la antropología con una perspectiva desarrollista o,
cialmente en determinada civilización y no en otra. El mejor dicho, evolucionista unilineal y centrada

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Esteban Krotz

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exclusivamente en la civilización noratlántica. Esto Esta situación constituye una interesante diferencia con
abriría el camino hacia una perspectiva –y un pro- respecto a la situación de muchos países africanos y
yecto– verdaderamente planetario de la antropología. asiáticos, que debe ser considerada en la comparación de
Así, el estudio de las antropologías del Sur será, la antropología latinoamericana con las de África negra
por decirlo de otro modo, el reconocimiento de la di- y ciertas partes de Asia.
7
versidad en el seno mismo de la disciplina dedicada a Este aspecto ha sido enfatizado por uno de los antropólo-
estudiarla en todos los ámbitos de la realidad so- gos más dedicados a contrastar la presencia de modelos
ciocultural. civilizatorios diferentes en el seno de las sociedades lati-
noamericanas (Bonfil, 1987).
8
Material para una primera aproximación a la polifacética
Notas situación de las antropologías latinoamerianas propor-
ciona el volumen colectivo Balance de la antropología en
1
La antropología moderna surge de este esfuerzo de com- América Latina y el Caribe (Arizpe y Serrano, 1993). Du-
prensión y de interpretación del Nuevo Mundo ha señalado, rante el pasado XIII Congreso Internacional de Ciencias
por ejemplo, A. Palerm (1974: 90), concordando en cierta Antropológicas y Etnológicas (México, 1993) se constituyó
manera con C. Lévi-Strauss (1975: 16 y ss.). una red de antropólogas y antropólogos interesadas/os
2
Se entiende aquí por “antropología” el conjunto de sub- en las características de las antropologías del Sur; un pri-
disciplinas formadas por la antropología social/etnología, mer esfuerzo de este naciente grupo de trabajo lo constituye
la prehistoria/arqueología, la etnohistoria/historia an- el primer número del boletín Antropologías del Sur.
tropológica, la bioantropología y la lingüística
3
Esta idea se contrapone a la conocida oposición entre los
enfoques usualmente llamados “externalista” e “interna-
Bibliografía
lista” (un breve resumen se encuentra en Llobera, 1980:
26 y ss.); véase para esto Krotz, 1987. ARIZPE, LOURDES Y CARLOS SERRANO
4
No se puede tratar aquí el hecho a menudo oscurecido en 1993 Balance de la antropología en América Latina
la conciencia de la misma antropología europea de que y el Caribe, México, Universidad Nacional Au-
tónoma de México.
en los orígenes de ésta los pueblos “otros” de ultramar
eran la fuente más importante, pero no la única de la ex- BONFIL, GUILLERMO
periencia de alteridad sociocultural. 1987 México profundo: una civilización negada, Mé-
5 xico, CIESAS-SEP.
No está por demás recordar aquí las a veces extrañas
combinaciones de diferentes tipos de relación entre las KROTZ, ESTEBAN
colectividades antropológicas y las administraciones es- 1987 “Historia e historiografía de las ciencias an-
tatales en Latinoamérica: el frecuente uso de las prime- tropológicas: una problemática teórica”, en C.
García M., comp., La antropología en México:
ras por parte de las últimas, la reducida importancia que panorama histórico, v. 1: 113-138, México, Ins-
suelen tener los resultados de la investigación antropo- tituto Nacional de Antropología e Historia.
lógica para quienes toman las decisiones (incluso sobre
LÉVI-STRAUSS, CLAUDE
aquellas poblaciones y con respecto a aquellos proble-
1975 “Las tres fuentes de la reflexión etnológica”,
mas acerca de los cuales existen informaciones y con- en J. R. Llobera, comp., La antropología como
sideraciones antropológicas bien fundamentadas), la ciencia, 15-23, Barcelona, Anagrama.
permanente atracción de posiciones de “influencia” sobre
PALERM, ANGEL
quienes ejercen el poder político para no pocos antro- 1974 Historia de la etnología: los precursores, Méxi-
pólogos. co, SEP-INAH.

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