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EVOLUCIÓN DE LA CAPACITACIÓN Y FORMACIÓN DE LOS CONTADORES
PÚBLICOS

La historia de la contaduría colombiana intenta explicar el desarrollo que ha tenido la

formación contable. Se puede decir que actualmente el modelo que siguen las universidades
está en crisis, puesto que no se enfoca en las nuevas necesidades socio-económicas
actuales, ni en campos de investigación. La contabilidad se vincula históricamente en
Colombia con los intereses del Estado, el otorgamiento de la fe pública y la fiscalización.

El modelo de enseñanza en Colombia, en sus inicios se caracterizaba por la intromisión de

la iglesia en sus métodos educativos, y estaba centrada en manos de las familias más
adineradas del país y aunque en algunas universidades como la Santo Tomas se enseñaba
contabilidad para complementar algunas facultades no se podía confía ciegamente en
alguien los aspectos contables del país.

En los años 60¶s cuando la educación dependía de la forma de gobierno vigente, nace la
Universidad Nacional, para que después con el desarrollo industrial empiece a aparecer la
instrucción contable.

En la Universidad Externado de Colombia se da por primera vez un indicio de

profesionalización de la contaduría con la aparición de la teneduría de libros como carrera
intermedia y con ello se empieza a ampliar más la enseñanza contable en los diferentes
colegios, liceos y otras carreras. En el siglo XIX, la instrucción en contabilidad apenas
comenzaba a desarrollarse.

Cuando recién comenzaba el siglo XX, Colombia sufría una situación precaria, la economía
estaba maltratada y como consecuencia no había un poder central fuerte. Pero la necesidad
económica, casi que obligo al país a formar cada vez más un número mayor de expertos en
el aspecto legal y contable, estudios que atraían por la facilidad de conseguir empleo.

Un nuevo pensum introducía modelos de contabilidad aplicados en Estados Unidos,

adoptando la contabilidad por primera vez como técnica de registro.

Cuando decayó la educación pública, las universidades privadas cogieron fuerza, pero sus
egresados no tenían más que una formación empírica y pragmática, formación que no se
destacaba entre otros profesionales.

La misión Kemmerer (1923) modernizo las finanzas y la administración del país con
hechos que organizaron la educación contable para mejorar estas nuevas situaciones.

Empieza a combinarse el bachillerato con el comercio para poder articularlo con las
universidades comerciales para que la educación se inclinara por el lado científico y
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superar lo que hasta ahora era meramente mecánico. Y mucho tiempo después en las
escuelas comerciales el modelo que se seguía era muy unido al sistema estudiantil y como
consecuencia la contabilidad no satisfacía las necesidades que debía.

En el país la enseñanza contable no incluía técnicas en auditoria hasta que en 1931 la ley 58
crea la figura del revisor fiscal en persona del contador, y el egresado se hace más hábil en
ejecutar nuevas condiciones.

La Institución de contadores juramentados podría decirse que era la institución más

competente, puesto que, sus integrantes tenían como mínimo 5 años de desempeño en la
profesión y cumplían las funciones más complejas que se relacionaban con testificar fe
pública del comercio.

En algunas reformas ya se visualizaba la enseñanza de una contabilidad más profunda y de

manera universitaria con una amplia variedad de materias que ya incluían auditoria y
revisoría, contabilidad de cooperativas, agrícola, entre otras. Un paso muy importante fue el
decreto 2994 de 1948, el cual implementaba la contabilidad de costos para ejercer un
control que mejorara el futuro de la empresa.

La llegada de multinacionales aumentó la actividad industrial y hacia mayor la demanda de

contadores con habilidades en revisoría, auditoria, asesoría de impuestos; estas
multinacionales traían otra vez modelos contables internacionales pero esta vez anglosajón.

La ENC, da un gran salto cuando adquiere la Facultad Nacional de Contaduría, sin que ello
cambiara el contenido o la organización de la enseñanza, con eso y la aprobación de varios
institutos, la educación comercial con enfoque religioso se expandía por todo el país,
principalmente en las ciudades comerciales e industriales importantes.

Las teorías contables las iba adquiriendo el estudiante a través de la practica e igualmente
en el campo laboral no se tenía mucho en cuenta los aspectos teóricos, pero después para
ser contador juramental era necesario sacar la licencia ante la Junta Central de Contadores,
la cual incrementó de demanda en la educación comercial hasta el punto de llegar a recibir
6020 solicitudes de inscripción.

En el proceso de profesionalización se definen las funciones del revisor fiscal, se aumenta

la intensidad horaria y se adicionan asignaturas más completas de carácter profesional,
pero no había un punto de empalme entre el contador que satisficiera a una empresa
(empírico) y el que se formaba con la educación superior.

Hasta 1964, los objetivos de la enseñanza en universidades e institutos eran demasiado

similar en cuanto conceptos, pero en los 70¶s se logra separar la formación intermedia,
carreras cortas y carreras universitarias, cada una con formaciones diferentes.