La Historia del Derecho es una disciplina científica que permite
establecer los sujetos que concurren a la formulación de la vida jurídica, la forma en que cada uno de ellos lo hace en cada época y la relación que se entabla entre ellos, permitiendo ponderar así la importancia que a cada uno compete.
Derecho e Historia se complementan y de alguna manera se co-
implican.
Los pensadores se han cuestionado el por qué del derecho de penar a
alguien; ¿Cuál es el eje generador que otorga la facultad de sancionar?. Existen infinidad de teorías sobre la justificación del privilegio concedido a alguien para infligir castigos. La pena surge coincidentemente con el punto de partida de la convivencia social de los hombres. Hasta el más remoto periodo, accesible a la indagación histórica, entre las razas más duras y degeneradas, hallamos la reacción social, aunque oscuramente presentida, contra el miembro de la sociedad que ha transgredido las normas de la convivencia y, por lo tanto, ha vulnerado o puesto en peligro los intereses de la comunidad.
En toda sociedad encontramos obligatoriamente el fenómeno
criminal: el hecho evidente, constatado en todas las comunidades organizadas y en todos los grupos sociales, de que individuos de los mismos atentan contra valores que la mayoría consideran fundamentales y dignos de respeto para mantener las bases de la convivencia. A las concretas acciones que atentan o ponen en peligro esos valores fundamentales, se les viene conociendo por delito o crimen. Al conjunto de éstos, se les llama criminalidad o delincuencia. A sus autores delincuentes o criminales. Desde que la sociedad existe como tal, el hombre conoce el fenómeno de la criminalidad. Esta se manifiesta en todas las sociedades. Puede variar la naturaleza de sus manifestaciones con el transcurso del tiempo, pero su presencia se mantiene en todo tipo de sociedad, hasta el punto que hoy no se considera la criminalidad como un fenómeno anormal del grupo social, sino como algo connatural a toda sociedad organizada, siendo sólo lo anormal los bruscos crecimientos o decrecimientos de las tasas de delito. Con base en ello se han señalado como características del fenómeno criminal, su permanencia y su actualidad.
La mayoría de los tratadistas describen la facultad para castigar,
derivándola de: Venganza Privada; Venganza Divina; Venganza Pública; Defensa del Poder Absoluto; Periodo Humanitario y Etapa Científica.
Daremos un repaso al manejo que en forma común han transmitido
los juristas como acontecido en el devenir histórico.
• LA VENGANZA
La venganza significa que el hombre, ante una agresión recibida,
obtiene la satisfacción mediante un acto violento. En esta fase, cabe distinguir cuatro subfases: venganza privada, venganza divina, venganza familiar y venganza pública.
Venganza Privada. Durante esta época, la función punitiva, la
ejercían los particulares, pues cada particular, cada familia y cada grupo se protege y se hace justicia por sí mismo, sin embargo, debido a los excesos cometidos por los ofendidos al realizar su “venganza”, surgió lo que se conoce como la ley del talión, que no fue otra cosa, sino una medida moderadora, pues sólo se le reconocía al ofendido el derecho de causar un mal de igual intensidad al sufrido. Fue poco después que nació la compensación, mediante la cual se autorizaba para que ofendido y ofensor, nombrasen representantes que moderaran los reclamos recíprocos y acordaran la cantidad del castigo.
Venganza Familiar. En este periodo, un familiar del afectado realiza
el acto de justicia y causa un daño al ofensor.
Venganza Divina. Al lado del periodo conocido como venganza
privada, se gestó dentro de las organizaciones sociales más cultas, el principio teocrático y éste vino a convertirse en fundamento del Derecho Penal, pues no se castigaba al culpable para satisfacer al ofendido, sino para que aquél expiase la ofensa Causada a Dios por su delito. En general esta época fue manejada por la clase sacerdotal.
Venganza Pública. Durante esta etapa, se empieza a hacer
distinción entre delitos privados y públicos, según el hecho lesione de manera directa los intereses de los particulares o el orden público. Es entonces cuando aparece la etapa “venganza pública” o “concepción política”; los tribunales juzgan en nombre de la colectividad. Esta fue una inmensa época, de propósitos retributivos y a lo sumo intimidantes, con fines de prevención general, en el que se aspiraba a utilizar al delincuente en provecho del Estado.
Defensa del Poder Absoluto. En este período, el motivo para
prohibir o para castigar no fue ni la ofensa al individuo, ni la ofensa a la divinidad; fue la ofensa a la majestad y la voluntad soberana, que imponía el castigo, al tornarse autócrata, encontró su razón en sí misma, mediante un circulo vicioso: Las penas no tuvieron otra medida que el capricho o el temor de los gobernantes, o la necesidad de consolidar con sangre un centro empleado como azote de la nación.
• ETAPA HUMANITARIA
Como respuesta a la fase anterior, surge una reacción humanista en
materia penal, de manera que se pretende dar un giro absoluto y radical a la dureza del castigo. Grandes pensadores, filósofos y humanistas, con su obra e ideas, han influido en el derecho penal y ciencias afines. Cesar Beccaria y John Howard, con su valiente y enérgica manifestación de principios humanistas, trataron de devolver al hombre el respeto a su dignidad.
En su libro “Tratado de Delitos y Penas”, Cesar Beccaria destaca
diversos aspectos, tales como los procedimientos arbitrarios e inhumanos para obtener confesiones; se refiere a la tortura y rompe con ancestrales creencias relacionadas con la eficacia de la pena.
Estas ideas, expresadas en 1764, se encuentran vigentes, al igual que
los principios emanados de la Revolución Francesa, con la cual surge la contemplación y tutela de los derechos del hombre.
• ETAPA CIENTÍFICA
En esta etapa se mantienen los principios de la fase humanitaria,
pero se profundiza científicamente respecto del delincuente. Considera que el castigo no basta, por humanizado que sea, sino que además se requiere llevar a cabo un estudio de personalidad del sujeto y analizar a la víctima; es indispensable conocer el porque del crimen, saber cual es el tratamiento adecuado para readaptar al sujeto y, sobre todo, prevenir la posible comisión de delitos. En la pena estima que un tratamiento y el sujeto son productos de las propias fallas sociales, con influencias de factores de índole diversa interna y externa.
Esto a la fecha no ha resuelto el problema tan delicado que