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MODULO III 

PRESTACIONES ECONOMICAS DEL SISTEMA GENERAL DE 
SEGURIDAD SOCIAL EN SALUD 

El  tema de las prestaciones económicas SÓLO ES APLICABLE AL REGIMEN 
CONTRIBUTIVO  DE  SALUD,  en  cuanto  a  EPS  s  Y  ARPs  al  establecer  el 
artículo  206  de  la  Ley  de  Seguridad  Social  que  se  les  reconocerá  a  los 
AFILIADOS consagrados en el literal A correspondiente al artículo 157 ibidem. 

En  el  REGIMEN  SUBSIDIADO  DE  SALUD  no  hay  lugar  a  la  cancelación  de 
esas prestaciones económicas. 

Los subsidios a que tienen  derecho los afiliados reseñados en el artículo 157 
literal A, ordinal 1.,  son las correspondientes a: Enfermedad general, Licencias 
de  Maternidad  y  Paternidad;  y  en  materia  de  Riesgos  Profesionales,  las 
provenientes del accidente de trabajo y de la enfermedad profesional. 

La  normatividad  aplicable  para  reconocer  estos  derechos  al  trabajador,  están 
contenidas en normas que fueron emitidas en el  ya desaparecido INSTITUTO 
DE  SEGUROS SOCIALES,  de forma más concreta, en la RESOLUCION 2266 
DE 08 DE AGOSTO DE 1998 

En esa norma se contienen las siguientes definiciones: 

INCAPACIDAD: Es el estado de inhabilidad física o mental de una persona que 
le impide desempeñar  en forma temporal o permanente su profesión u oficio. 

ACCIDENTE  DE  TRABAJO:  Es  todo  suceso  repentino  que  sobrevenga  por 
causa  o  con  ocasión  del  trabajo  y  que  produzca  en  el  trabajador  una 
perturbación  funcional, una invalidez o la muerte. 

También es accidente de trabajo aquel que se produce durante la ejecución de 
órdenes del  empleador, o durante la ejecución de una labor bajo su autoridad, 
aún fuera del lugar y de las horas de trabajo. 

Accidente  de  trabajo  es  de  igual  manera,  el  que  se  produzca  durante  el 
traslado  de  los  trabajadores  desde  su  residencia  a  los  lugares  de  trabajo,  o 
viceversa, cuando el transporte lo suministre el empleador.


NO  SE  CATALOGAN  COMO  ACCIDENTE  DE  TRABAJO,  las  siguientes 
conductas: 

1.  El  que  se  produzca  por  la  ejecución  de  actividades  diferentes  para 
las que fue contratado el  trabajador,  tales como  labores recreativas, 
deportivas o culturales, incluidas las previstas en el artículo 21 de la 
ley 50 de 1990, así se produzca durante la jornada laboral, A MENOS 
QUE  ACTUÉ    POR  CUENTA  O  REPRESENTACION  DEL 
EMPLEADOR. 

2.  El sufrido por el trabajador fuera de la empresa durante los permisos 
remunerados o no, así se trate de permisos sindicales. 

ENFERMEDAD  GENERAL:  Es  todo  estado  patológico  que  sobrevenga  como 


consecuencia  de  una  enfermedad,  de un  accidente,  no originado  por  causa  o 
con ocasión de la clase de trabajo que desempeña el afiliado, ni del medio en 
que se ha visto obligado a trabajar y que no haya sido definida como clasificada 
o calificada de origen profesional. 

ENFERMEDAD  PROFESIONAL:  Todo  estado  patológico  permanente  o 


temporal que sobrevenga como consecuencia  obligada y directa de la clase de 
trabajo que desempeña el trabajador, o del medio en que se ha visto obligado a 
trabajar,  y  que  haya  sido  determinada  como  enfermedad  profesional  por  el 
Gobierno Nacional. 

CUANTIAS A  RECONOCERLE AL EMPLEADO O TRABAJADOR 

POR  ENFERMEDAD  GENERAL:  Se  reconoce  las  dos  terceras  partes  (2/3) 
del SALARIO BASE DE COTIZACION DEL MES CALENDARIO ANTERIOR AL 
DE LA INICIACION DE LA INCAPACIDAD, subsidio que se reconoce hasta por 
ciento ochenta (180) días (artículo 39 Resolución 2266 de 1998). 

Los tres (3) primeros días los pagará el patrono  tanto en sector privado como 
público (artículo 40 Parágrafo 1 del Decreto 1406 de 1999). 

En el SECTOR PUBLICO el reconocimiento de la incapacidad por los primeros 
noventa (90) días será de las dos terceras  partes (2/3) del sueldo o salario y 
por  los  subsiguientes  noventa  (90)  días,  la  mitad  del  mentado 
salario.(Parágrafo 1 de la Resolución 2266 de 6 de agosto de 1998).


NOTA:  Debe  entenderse  para  todos  los  efectos  que  se  trata  del  SALARIO 
DIARIO. 

También se reconocerá – como en el caso arriba expuesto – a partir del cuarto 
(4)  día  de  la  incapacidad,  puesto  que  los  tres  (3)  primeros  son  a  cargo  del 
patrono. 

LICENCIA DE MATERNIDAD: Toda trabajadora  en estado de embarazo tiene 
derecho  una  licencia  remunerada  de  doce  (12)    semanas  en  la  época  de 
parto.(Ley 50 de 1990, artículo 34. Código Sustantivo del Trabajo, artículo 236). 

Esta  licencia  se  cancela  con  base  en  el  SALARIO  DEVENGADO  AL 
MOMENTO DEL PARTO. 

La  madre  también  tiene  derecho  a  dos  (2)  descansos  de  treinta  (30)  minutos 
cada  uno,  dentro  de  la  jornada  laboral,  para  amamantar  a  su  hijo.  No  se  le 
descontará el salario por esos dos (2) permisos. 

La duración de este permiso es hasta tanto el niño cumpla los  seis (6) meses 
de edad. (Artículo 238 del CST). 

También puede acceder a esta licencia la MADRE   ADOPTANTE del menor de 
siete (7) años de edad (artículo 236 ordinal 4,  de CST). Se extiende al PADRE 
ADOPTANTE sin cónyuge o compañera permanente. 

El  Constitucionalismo  Contemporáneo  ha  reconocido    que  en  mérito  a  lograr 


una  IGUALDAD  REAL  entre  los  miembros  de  una  sociedad,  ciertos  grupos 
merecen  y por lo tanto necesitan, de una protección especial. 

Este principio implica que se  consagren derechos fundamentales cuyos únicos 
titulares  son  miembros  de    esos  grupos  que  requieren  y  necesitan  esa 
protección  especial  (T­  373  de  1998  Magistrado  Ponente  Eduardo  Cifuentes 
Muñoz). 

Teniendo  presente  la  maternidad  ha  sido  objeto  de    marcadas 


discriminaciones,  no  sólo  en  el  aspecto  laboral,  sino  en  otros  campos;    se 
procedió  por los Constituyentes de 1991 a dejar plasmado en el articulado de 
la Constitución de ese año,  esa protección  especial extendiéndola no sólo a la 
mujer  embarazada,  sino  a    la  que  acaba  de  ser  madre.  Así  se    pretende 
garantizarle  la  dignidad  humana  (Preámbulo,  1  y  2    de  C.P.)      y  el  libre 
desarrollo de la personalidad (16 C.P)   a las mujeres. También se propugna de 
esa forma, por una IGUALDAD EFECTIVA, REAL, no sólo  MATERIAL (que es 
la que consta en el papel y que nunca se puede poner en práctica).


Esa protección cuenta en la propia  Carta Política con  marcados fundamentos 
consagrados  en  los  artículos    13,  43,  53;  como  también  en  normas 
internacionales  como  los  CONVENIOS    Nro.  3  y  183  de  la  ORGANIZACION 
INTERNACIONAL DEL TRABAJO en  los cuales se estipuló: 

““Artículo 3: En todas las empresas industriales o comerciales, públicas o privadas, o en sus


dependencias, con excepción de las empresas en que sólo estén empleados los miembros de una
misma familia, la mujer:

a) no estará autorizada para trabajar durante un período de seis semanas después del parto;

b) tendrá derecho a abandonar el trabajo mediante la presentación de un certificado que


declare que el parto sobrevendrá probablemente en un término de seis semanas;

c) recibirá, durante todo el período en que permanezca ausente en virtud de los apartados a)
y b), prestaciones suficientes para su manutención y la del hijo en buenas condiciones de
higiene; dichas prestaciones, cuyo importe exacto será fijado por la autoridad competente
en cada país, serán satisfechas por el Tesoro público o se pagarán por un sistema de
seguro. La mujer tendrá además derecho a la asistencia gratuita de un médico o de una
comadrona. El error del médico o de la comadrona en el cálculo de la fecha del parto no
podrá impedir que la mujer reciba las prestaciones a que tiene derecho, desde la fecha del
certificado médico hasta la fecha en que sobrevenga el parto;

d) tendrá derecho en todo caso, si amamanta a su hijo, a dos descansos de media hora para
permitir la lactancia.”

1[3]Artículo 4: “1. Toda mujer a la que se aplique el presente Convenio tendrá derecho,
mediante presentación de un certificado médico o de cualquier otro certificado apropiado,
según lo determinen la legislación y la práctica nacionales, en el que se indique la fecha
presunta del parto, a una licencia de maternidad de una duración de al menos catorce semanas.

2. Todo Miembro deberá indicar en una declaración anexa a su ratificación del presente
Convenio la duración de la licencia antes mencionada.

3. Todo Miembro podrá notificar posteriormente al Director General de la Oficina Internacional


del Trabajo, mediante otra declaración, que extiende la duración de la licencia de maternidad.

4. Teniendo debidamente en cuenta la necesidad de proteger la salud de la madre y del hijo, la


licencia de maternidad incluirá un período de seis semanas de licencia obligatoria posterior al
parto, a menos que se acuerde de otra forma a nivel nacional por los gobiernos y las
organizaciones representativas de empleadores y de trabajadores.


5. El período prenatal de la licencia de maternidad deberá prolongarse por un período
equivalente al transcurrido entre la fecha presunta del parto y la fecha en que el parto tiene
lugar efectivamente, sin reducir la duración de cualquier período de licencia obligatoria
después del parto.”

Artículo 6:”1. Se deberán proporcionar prestaciones pecuniarias, de conformidad con la


legislación nacional o en cualquier otra forma que pueda ser conforme con la práctica nacional,
a toda mujer que esté ausente del trabajo en virtud de la licencia a que se hace referencia en los
artículos 4 o 5.

2. Las prestaciones pecuniarias deberán establecerse en una cuantía que garantice a la mujer y a
su hijo condiciones de salud apropiadas y un nivel de vida adecuado.

3. Cuando la legislación o la práctica nacionales prevean que las prestaciones pecuniarias


proporcionadas en virtud de la licencia indicada en el artículo 4 deban fijarse con base en las
ganancias anteriores, el monto de esas prestaciones no deberá ser inferior a dos tercios de las
ganancias anteriores de la mujer o de las ganancias que se tomen en cuenta para calcular las
prestaciones.

4. Cuando la legislación o la práctica nacionales prevean que las prestaciones pecuniarias


proporcionadas en virtud de la licencia a que se refiere el artículo 4 deban fijarse por otros
métodos, el monto de esas prestaciones debe ser del mismo orden de magnitud que el que
resulta en promedio de la aplicación del párrafo anterior.

5. Todo Miembro deberá garantizar que las condiciones exigidas para tener derecho a las
prestaciones pecuniarias puedan ser reunidas por la gran mayoría de las mujeres a las que se
aplica este Convenio.

6. Cuando una mujer no reúna las condiciones exigidas para tener derecho a las prestaciones
pecuniarias con arreglo a la legislación nacional o cualquier otra forma que pueda ser conforme
con la práctica nacional, tendrá derecho a percibir prestaciones adecuadas con cargo a los
fondos de asistencia social, siempre que cumpla las condiciones de recursos exigidas para su
percepción.

7. Se deberán proporcionar prestaciones médicas a la madre y a su hijo, de acuerdo con la


legislación nacional o en cualquier otra forma que pueda ser conforme con la práctica nacional.
Las prestaciones médicas deberán comprender la asistencia prenatal, la asistencia durante el
parto y la asistencia después del parto, así como la hospitalización cuando sea necesario.

8. Con objeto de proteger la situación de las mujeres en el mercado de trabajo, las prestaciones
relativas a la licencia que figura en los artículos 4 y 5 deberán financiarse mediante un seguro
social obligatorio o con cargo a fondos públicos, o según lo determinen la legislación y la
práctica nacionales. Un empleador no deberá estar personalmente obligado a costear
directamente las prestaciones pecuniarias debidas a las mujeres que emplee sin el acuerdo
expreso de ese empleador, excepto cuando:


a) esté previsto así en la legislación o en la práctica nacionales de un Miembro antes de la
fecha de adopción de este Convenio por la Conferencia Internacional del Trabajo, o

b) se acuerde posteriormente a nivel nacional por los gobiernos y las organizaciones


representativas de los empleadores y de los trabajadores.”

(…)”. (T­ 354 de 2008). 

O  como  en  el  PACTO  INTERNACIONAL  DE  DERECHOS  ECONOMICOS, 


SOCIALES Y CULTURALES, en el que se expresó: 

“Artículo 10: “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que: 1. Se debe conceder a la
familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la más amplia protección y
asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y
la educación de los hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento
de los futuros cónyuges.

2. Se debe conceder especial protección a las madres durante un período de tiempo razonable
antes y después del parto. Durante dicho período, a las madres que trabajen se les debe
conceder licencia con remuneración o con prestaciones adecuadas de seguridad social. (…)”

(…)”. (T­ 354 de 2008). 

O la CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE 
DISCRIMINACIÓN  CONTRA    LA  MUJER,    en  el  que  se    señala  de  forma 
contundente: 

“…
Artículo 11: “1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar a la mujer, en
condiciones de igualdad con los hombres, los mismos derechos, en particular (…)
2. A fin de impedir la discriminación contra la mujer por razones de matrimonio o maternidad y
asegurar la efectividad de su derecho a trabajar, los Estados Partes tomarán medidas adecuadas
para:
a) Prohibir, bajo pena de sanciones, el despido por motivo de embarazo o licencia de
maternidad y la discriminación en los despidos sobre la base del estado civil;
b) Implantar la licencia de maternidad con sueldo pagado o con prestaciones sociales
comparables sin pérdida del empleo previo, la antigüedad o los beneficios sociales;
c) Alentar el suministro de los servicios sociales de apoyo necesarios para permitir que los
padres combinen las obligaciones para con la familia con las responsabilidades del trabajo y la
participación en la vida pública, especialmente mediante el fomento de la creación y desarrollo
de una red de servicios destinados al cuidado de los niños;


d) Prestar protección especial a la mujer durante el embarazo en los tipos de trabajos que se
haya probado puedan resultar perjudiciales para ella.”

(…)” (T­ 354 de 2008), 

EL  PROTOCOLO    FACULTATIVO  ADICIONAL    A  LA  CONVENCION 


AMERICANA  SOBRE  DERECHOS  HUMANOS  “PROTOCOLO  DE  SAN 
SALVADOR”, en el que se  manifiesta: 

“…

Artículo 15: “Derecho a la Constitución y Protección de la Familia


1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por el
Estado quien deberá velar por el mejoramiento de su situación moral y material.
2. Toda persona tiene derecho a constituir familia, el que ejercerá de acuerdo con las
disposiciones de la correspondiente legislación interna.
3. Los Estados partes mediante el presente Protocolo se comprometen a brindar adecuada
protección al grupo familiar y en especial a:
a. conceder atención y ayuda especiales a la madre antes y durante un lapso razonable después
del parto (…)”

(…)” (T­354 de 2008), 

Como  también  en  la  CONVENCIÓN  SOBRE  LOS  DERECHOS  DEL  NIÑO, 
cuyo texto pertinente, es el siguiente: 

“Artículo 24: “1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel
posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la
salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su
derecho al disfrute de esos servicios sanitarios.

2. Los Estados Partes asegurarán la plena aplicación de este derecho y, en particular, adoptarán
las medidas apropiadas para:
a) Reducir la mortalidad infantil y en la niñez;
b) Asegurar la prestación de la asistencia médica y la atención sanitaria que sean necesarias a
todos los niños, haciendo hincapié en el desarrollo de la atención primaria de salud;
c) Combatir las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud
mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de
alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre, teniendo en cuenta los peligros y
riesgos de contaminación del medio ambiente;
d) Asegurar atención sanitaria prenatal y postnatal apropiada a las madres”

(…)” (T­354 de 2008). 

Del  análisis  comparativo  de  todas  esas  normas  surge  una  conclusión  en  el 
sentido  de  indicar  que  todas  ellas    coinciden  en  la  PROTECCION    A  LA

MATERNIDAD,  previendo  OBLIGACIONES  CONCRETAS.  Se  hace  la  cita 
textual en la sentencia T ­354 de 2008: 

“(…) 
Los instrumentos antes mencionados, además de consagrar una cláusula genérica en relación 
con  la  protección  antes  mencionada,  prevén  obligaciones  concretas,  en  relación  con:  (i)  el 
derecho  a  gozar  de  un  descanso  de  por  lo  menos  catorce  (14)  semanas,  de  las  cuales  al 
menos  seis  (6)  deben  tomarse  con  posterioridad  al  parto,  (ii)  el  derecho  a  percibir  una 
prestación económica durante  el periodo de licencia que garantice  un  nivel adecuado de  vida 
tanto a la madre como al menor, erogación que deberá financiarse mediante un seguro social 
obligatorio, con cargo a fondos públicos o directamente por el empleador cuando así lo prevean 
las normas internas anteriormente vigentes. Este ingreso no podrá ser inferior en ningún caso a 
las dos terceras partes del salario que percibía la trabajadora al momento de entrar a gozar del 
descanso. Asimismo, el Estado debe garantizar que la mayoría de las mujeres puedan cumplir 
con  los  requisitos  exigidos  para  percibir  la  prestación  económica  durante  la  licencia  de 
maternidad  y  en  aquellos  casos  en  los  que  no  los  cumplan,  deberá  proveer  recursos 
adecuados con cargo a los fondos de asistencia social. (iii) la obligación estatal de proporcionar 
asistencia médica a la madre, antes, durante y después del parto, (iv) el derecho a gozar de un 
descanso remunerado para lactancia, (v) la prohibición de despido durante el embarazo y con 
posterioridad  al  alumbramiento  y  (vi)  la  protección  especial  en  los  casos  de  trabajadoras  que 
desempeñen labores que puedan resultar perjudiciales durante el embarazo. 

Reflejo  del  espectro  protector  previsto  por  las  normas  internacionales  y  en  desarrollo  de  la 
definición del Estado colombiano como Social y de Derecho (artículo 1º) y específicamente de 
su deber de  adoptar medidas  en favor de grupos discriminados o marginados (artículo 13), la 
Constitución  de  1991  dispuso  en  su  artículo  43  de  un  lado,  la  igualdad  de  derechos  y 
oportunidades entre hombres y mujeres junto con la consecuente prohibición de toda clase de 
discriminación con fundamento en el género, y de otro, el derecho de las mujeres a gozar de la 
especial protección del Estado durante el embarazo  y después  del alumbramiento, así mismo 
consagró la posibilidad de recibir un subsidio alimentario si entonces estuvieren desempleadas 
o desamparadas. 

En igual  sentido y  buscando amparar  en forma expresa a las madres trabajadoras,  el artículo 


53 superior estableció como principio rector en materia laboral, la protección especial a la mujer 
y a la maternidad. 

La  protección  en  comento  ha  sido  desarrollada  a  su  vez  por  diferentes  normas  legales  y 
reglamentarias,  concretando  en  diferentes  planos  el  amparo  que  por  mandato  superior 
compete  al  Estado.  De  este  modo,  la  protección  de  los  derechos  de  las  mujeres  y  de  los 
menores se garantiza entre otras a través de las siguientes medidas: (i) estabilidad reforzada 
en el empleo prevista por el artículo 239 del C. S. T., subrogado por el artículo 35 de la ley 50 
de  1990,  artículo  240  C.  S.  T.  y  el  artículo  241  C.S.T.  modificado  por  el  decreto  13  de  1967 
artículo 8, (ii) atención en salud de la mujer gestante, incluida dentro del Plan Obligatorio de 
Salud  (artículo  162  ley  100  de  1993),  (iii) licencia de  maternidad  o descanso  remunerado 
durante la época del parto dispuesta por el artículo 236 C.S.T subrogado por el artículo 34 de 
la ley 50 de  1990, (iv) descanso remunerado durante el periodo de lactancia (artículo 238 
C.S.T. subrogado por el decreto 13 de  1967 artículo 7) y (v) atención gratuita en salud para 
los  menores  de  un  año  cuando  no  pertenezcan  al  sistema  general  de  seguridad  social  en 
salud (artículo 50 C.N.). 

La  regulación  antes  citada  consagra  pues,  medidas  de  protección  destinadas  a  garantizar  los 
derechos  a  la  vida,  la  salud,  la  integridad  física,  la  seguridad  social  tanto  de  las  mujeres 
gestantes  como  de  los  niños,  en  atención  a  la  calidad  de  sujetos  de  especial  protección


constitucional  que  ambos  ostentan  con  fundamento  en  los  artículos  43  y  44  de  la  Carta 
respectivamente. 

(…)”. 

Para  más  adelante  establecer  el REGIMEN  LEGAL  DE  LA LICENCIA  DE    LA 
MATERNIDAD en los siguientes términos: 

“(…) 
2.2  Régimen legal de la licencia de maternidad. Reiteración de Jurisprudencia. 

La licencia de maternidad o descanso remunerado durante la época del parto dispuesto por el 
artículo 34 de la ley 50 de 1990 comprende a la luz del mencionado texto dos prestaciones. De 
un  lado,  una  licencia  de  doce  (12)  semanas  en  la  época  del  parto,  pudiendo  la  trabajadora 
empezar a gozar de ella a partir  de las dos (2) semanas anteriores a la fecha prevista para el 
alumbramiento siempre  que  por lo menos  seis (6) de  ellas  sean tomadas con posterioridad al 
2[8] 
mismo  .  Por  otra  parte,  la misma  disposición  prevé  el  pago –durante  el  periodo  de  licencia­ 
del salario que aquella venía percibiendo al entrar a disfrutar del descanso. 

La prestación económica derivada de la licencia debe ser provista por la Entidad Promotora de 
Salud a la cual se encuentre afiliada la trabajadora (artículo 172 Num. 8º ley 100 de 1993) y en 
caso  de  que  el  empleador  haya  omitido  el  deber  legal  de  mantenerla  afiliada  al  Sistema  de 
Seguridad  Social  en  Salud,  será  aquel  quien  asuma  directamente  dicha  erogación 3[9] .  Ahora 
bien, en el primero de los casos mencionados, a la luz de lo dispuesto por el artículo 207 de la 
ley 100, las Entidades Promotoras de Salud podrán ejercer el recobro de las sumas canceladas 
por concepto de  licencias de maternidad de sus  afiliadas ante la subcuenta de compensación 
del Fondo de Solidaridad y  Garantía como una transferencia diferente a las unidades de pago 
por capitación. 

De acuerdo con el artículo 63 del Decreto 806 de 1998 y el artículo 3º del Decreto 047 de 2005 
los  requisitos  para  el  reconocimiento  de  la  remuneración  durante  el  periodo  de  licencia  por 
maternidad son (i) haber cotizado ininterrumpidamente durante todo el periodo de gestación, (ii) 
haber cancelado en forma completa los aportes al sistema durante el año anterior a la fecha de 
la  solicitud,  (iii)  haber  cancelado  en  forma  oportuna  al  menos  cuatro  aportes  durante  los  seis 
mese  anteriores  al  momento  de  solicitar  la  prestación  y  (iv)  no  encontrarse  en  mora  en  dicho 
momento. 

Como  se  advierte,  el  cumplimiento  de  tales  requisitos  es  en  realidad  una  cuestión  cuyo 
conocimiento  compete,  en  principio,  a  la  jurisdicción  ordinaria  laboral  o  contencioso 
administrativa  –según  se  trate  de  trabajadores  particulares  u  oficiales­  ,  pese  a  lo  cual,  la 
jurisprudencia  de  esta  Corporación  ha  reconocido  en  innumerables  pronunciamientos  que, 
teniendo en cuenta la relevancia constitucional de la  licencia de maternidad como mecanismo 
que permite la garantía de los derechos fundamentales de la mujer en estado de gravidez y del 
menor  recién  nacido,  dos  conclusiones  se  imponen.  En  primer  término,  las  controversias  en 
relación  con  el  reconocimiento  de  la  licencia  pueden  ser  llevadas  al  conocimiento  de  la 
autoridad judicial en sede de tutela en forma excepcional y, en segundo lugar, la apreciación de 
los requisitos legales para el reconocimiento de la prestación económica derivada de la misma


debe tener en cuenta la protección de los derechos fundamentales en conflicto y en tal sentido, 
puede conducir a la inaplicación de las exigencias antes mencionadas cuando éstas se tornen 
inconstitucionales  en  circunstancias  específicas.  Aspectos  que  a  continuación  expondrá  con 
mayor detenimiento esta Sala. 

(…)”. 

Por considerarlo de suma importancia dentro de este estudio de la licencia de 
maternidad,  es  pertinente  traer  lo  dicho  por  la  Corte  Constitucional  en  la 
sentencia T­ 039 DE 2007. El texto se encuentra en el material complementario 
del curso: 

LICENCIA  DE  PATERNIDAD (Leyes  755 de 2002  y  812 de 2003.   Sentencia 


de la Corte Constitucional C – 273 de 01 de Abril de 2003).  Se reconoce: 

1.  Cuando  nace  el  hijo  de  la  compañera  no  importando  el  tiempo  de 
convivencia, 

2.  Si  los  dos  (2)  cónyuges  o  compañeros  son  cotizantes  al  sistema,  el 
padre tendrá derecho al disfrute de ocho (8) días hábiles de licencia. El 
pago lo hace    la EPS a la que se encuentra afiliado (C­ 152 de 2003). 

3.  Si sólo el padre está cotizando al SGSS, tiene derecho a cuatro (4) días 
de licencia (artículo 1 Ley 755 de 23 de julio de  2002). 

4.  Para  el  reconocimiento  de  la  licencia  se  requiere  que  el  padre  haya 
estado  cotizando  a  la  Entidad  Promotora  de  Salud  durante  las  últimas 
cien (100) semanas previas. 

5.  La cuantía corresponde a los cuatro (4) u ocho (8) días arriba descritos, 
liquidados  con  el  SALARIO  que  devenga  el  empleado  al  momento  de 
disfrutar su permiso o licencia. 

Sobre    esta  clase  de    prestación,  la  Corte  Constitucional  expresa  en  la 
sentencia C­ 273 de 2003, lo siguiente: 

“(…) 

6. La licencia de paternidad

La idea de que el padre debe involucrarse activamente en la crianza de los hijos,


brindándoles protección, cuidado y amor, especialmente en los primeros momentos de vida,
llevó a la Organización Internacional del Trabajo -OIT- a adoptar en el año de 1981 la
Recomendación sobre Seguridad y Salud de los Trabajadores, cuyo numeral 22 sugirió a los

10 
países miembros la consagración de una licencia parental o de paternidad para que los
padres trabajadores contribuyeran al cuidado del hijo recién nacido, y de esta forma
pudieran conciliar su vida profesional con la familiar.

Siguiendo esta tendencia, el artículo 34 de la Ley 50 de 1990, que modificó el artículo 236
del Código Sustantivo del Trabajo, autorizó a la trabajadora que hiciera uso del descanso
remunerado en la época del parto para reducir a once semanas su licencia de maternidad,
cediendo la semana restante a su esposo o compañero permanente “para obtener de este la
compañía y atención en el momento del parto y en la fase inicial del puerperio”.

Lamentablemente tal determinación no fue acertada, puesto que en la práctica significó un


verdadero retroceso en lo concerniente a la protección de los derechos de la mujer y del
niño así como en materia de fortalecimiento de la familia y la paternidad responsable.

Así se dejó expuesto por el legislador al motivar el proyecto que hoy en día es la Ley 755
de 2002:

“Advertida así la necesidad de compartir entre padre y madre el cuidado y el amor de los
niños recién nacidos, el legislador colombiano, con buena voluntad pero con deficiente
cálculo, tratando de enmendar la omisión en materia de licencia de paternidad introdujo
una enmienda que complicó aun más la situación. En efecto, autorizó a las madres a ceder
una semana de su licencia a los padres, sin mayores condiciones, ni controles. El error es
grave. Por una parte, la madre que decida ceder una semana de su licencia al padre, en las
actuales condiciones, quedaría por debajo de las doce semanas de licencia de maternidad.
Las recomendaciones internacionales de la OIT apuntan, hoy por hoy, a 18 semanas. En el
cuestionado grupo de países que hoy conceden menos de doce semanas de licencia de
maternidad se encuentran -vaya lista- Túnez, Líbano, Katar, Papua Nueva Guinea, Bahrein,
Emiratos Arabes Unidos, Jamahiriya, Nepal, Sudan, Guinea, Kenya, Yemán, Arabia Saudita,
Kuwait o Santo Tome, entre otros.

“Resulta obvio, entonces, que resultó peor la solución que el mal. Condenar a las mujeres a
tener una licencia de maternidad de menos de doce semanas es un gravísimo retroceso en
materia de protección de sus derechos, en materia de reconocimiento de los derechos del
niño y en materia de fortalecimiento de la familia y la paternidad responsable.

“Es por eso que este proyecto resulta crucial para la sociedad colombiana.

“Advertidos de las dificultades por las cuales atraviesa el mercado laboral colombiano,
resulta razonable mantener en un mínimo de doce semanas la licencia de maternidad pero
adicionarla con la licencia de paternidad en aras de la protección del supremo interés del
niño, esta licencia de una semana remunerada y una sin remuneración no resulta gravosa ni
onerosa para el mercado laboral. Por el contrario genera mayores estímulos de satisfacción
y buen desempeño de padres y madres, exigencia de la solicitud conjunta de la licencia
busca reforzar la unidad familiar, la equidad de genero, la confianza en la pareja y,
también, busca evitar que una licencia se convierta en un pretexto para cumplir actividades
distintas a las asociadas con la paternidad.
11 
“Sin duda, la sociedad colombiana será mejor, más justa, más pacífica, más equitativa, más
armónica si a nuestros niños, en virtud de este proyecto, se les permite duplicar el amor,
el cuidado, el afecto y la ternura que recibe durante las primeras semanas de su
existencia”Exposición de motivos al proyecto de ley 65 de 2001 Cámara, 217 de 2002
Senado. Gaceta del Congreso No. 408 de 2001.

Además consideró el legislador como motivo para crear la licencia remunerada de


paternidad que:

“Es abundante la bibliografía moderna en materia del imperativo de brindar a los niños
tanto el afecto, la ternura, el cuidado y el amor de la madre como el afecto, la ternura, el
amor y el cuidado del padre para garantizarlos a cabalidad. Uno y otro. Padre y madre.
Paternidad y maternidad se convierten en una dupla inseparable para garantizar los
derechos de los niños. Los niños necesitan de su padre y de su madre. De sus cuidados y sus
caricias. De su atención y dedicación. Ello se hace particularmente critico en tratándose
de los primeros días de la existencia de los bebés. Necesitan a su padre y su madre. Y la
madre también necesita al padre. El niño tiene el derecho preferente a que su padre lo
acompañe. Y lo cuide. Y le dé amor y ternura. Y comparta con su madre los primeros días
de su crianza. Por otra parte el padre también tiene el derecho a estar con su criatura
recién nacida. Y acompañarla durante los primeros días. No en vano el propio constituyente
definió en su artículo 43 un principio inspirador de equidad de genero. Y la madre, a su
turno, también tiene derecho a que el padre la acompañe en el pos-parto. Y en la guarda,
cuidado y protección de su bebé.

“Negar este derecho equivaldría a condenar a los niños colombianos -a seguirlos


condenando- a que solamente reciban la mitad del afecto, la mitad del amor, la mitad del
cuidado, la mitad de la ternura que se les podría prodigar. Equivaldría, en los primeros días
de su existencia a cumplir a medias con la voluntad constituyente.

“Desde una dimensión sociológica, no resulta difícil advertir que en Colombia ha existido un
severo problema de paternidad responsable. En Colombia han hecho falta muchos padres y
ello ha tenido un efecto muy nocivo en los procesos de socialización en nuestro país. Raíces
de nuestra violencia podrían ubicarse en el tenue rol que la paternidad ha cumplido en
muchos ciclos familiares”.

Según dichos antecedentes legislativos, el establecimiento del derecho a la licencia


remunerada de paternidad obedeció entonces a la necesidad de hacer prevalecer el interés
superior del niño dotándolo de un mecanismo legal orientado ha hacer realidad el mandato
del artículo 44 Superior en cuanto pretende garantizarle su derecho fundamental al
cuidado y amor especialmente en los primeros días de su existencia, permitiéndole en esos
días, no solo la compañía permanente de la madre sino también la del padre, para su
desarrollo armónico e integral.

La Ley 755 de 2002 “Por la cual se modifica el parágrafo del artículo 236 del Código
Sustantivo del Trabajo”, otorga al esposo o compañero permanente -con independencia de
12 
la licencia de maternidad- el derecho a cuatro (4) días de licencia remunerada de
paternidad, en el caso de que solo el padre esté cotizando al Sistema General de Seguridad
Social en Salud o de ocho (8) días hábiles en el evento en que ambos padres estén
cotizando.

Dicha licencia es incompatible con la licencia de calamidad doméstica; sólo opera para los
hijos nacidos de la cónyuge o de la compañera permanente con quien se tengan dos años de
convivencia; estará a cargo de la EPEn la Sentencia C- de 2003 la Corte Constitucional
declaró la exequibilidad de la expresión “La licencia remunerada de paternidad será de
cargo de la EPS” del inciso 5° del artículo 1° de la Ley 755 de 2002, al considerar que el
legislador goza de un amplio margen de discrecionalidad para señalar cuales son las
entidades encargadas del cubrimiento de una determinada prestación. para lo cual se
requiere que el padre haya estado cotizando efectivamente durante las cien semanas
previas a su reconocimiento, y para su otorgamiento requiere de la presentación del
registro civil de nacimiento dentro de los 30 días siguientes al nacimiento del menor.
Además puede ser ampliada por el Gobierno para los casos de los niños prematuros y
adoptivos.
Como puede advertirse, fue la intención del legislador al crear la licencia remunerada de
paternidad permitir al recién nacido el ejercicio de sus derechos fundamentales y
especialmente el de recibir cuidado y amor de manera plena en la época inmediatamente
posterior a su nacimiento. Dicha licencia permite al padre, y en el interés superior de su
hijo, comprometerse con su paternidad en un clima propicio para que el niño alcance su
pleno desarrollo físico y emocional.

De ahí que la orientación dispuesta en la Ley 755 de 2002, no es otra que el derecho a la
licencia remunerada de paternidad opera en favor del padre que ha decidido
responsablemente acompañar a su hijo en los primeros momentos de vida, pues si lo que se
busca es proteger el interés superior del niño, la licencia conlleva una responsabilidad para
el padre de acompañar y cuidar al hijo, brindándole la ayuda y el apoyo necesarios en los
días posteriores a su nacimiento.

Entonces es claro que la licencia de paternidad no fue concebida como un premio o una
gracia que se concede al trabajador por el simple hecho de la paternidad o para que se
dedique a celebrar la llegada del hijo, sino como una garantía del pleno ejercicio de los
derechos fundamentales del niño y especialmente el de recibir cuidado y amor. Por ello, la
licencia de paternidad consiste en un periodo de tiempo remunerado que se le otorga al
padre trabajador para que acompañe y cuide al hijo, garantizándole de esta manera el
ejercicio pleno de su derecho fundamental al cuidado y amor.

Así pues, para el legislador el objetivo de este derecho consiste en que, compartiendo el
padre con el hijo ése tiempo tan preciado, se atienda su interés superior, permitiéndole
iniciar su formación de una manera sólida para fortalecer los vínculos paterno-filiales, pues
de esta manera se garantiza su desarrollo armónico e integral y se asume de manera
significativa la responsabilidad de la paternidad.

13 
(…)”. 

INGRESO BASE PARA LA LIQUIDACION DE PRESTACIONES 
ECONOMICAS 

Para  las  LICENCIAS  DE  MATERNIDAD,  PATERNIDAD  Y  POR  ADOPCION: 


Es  el  salario  devengado  al  momento  de  disfrutar  el  descanso  (artículo  44 
Resolución 2266 de 1998). 

Si el salario  es variable se tiene en cuenta el devengado en el último año de 
servicios, o por todo el tiempo, si s inferior al año. 

Para ENFERMEDAD GENERAL: Se toma  el salario base de cotización (SBC) 
del  mes  anterior  al  de  la  iniciación  de  la  incapacidad  (artículo  39    de  la 
Resolución 2266 de 1998). 

PRESCRIPCION  PARA  EL  COBRO  DE  ESAS  PRESTACIONES 


ECONOMICAS 

Toda vez que las prestaciones económicas pertenecen a derechos reconocidos 
en  normas  de  seguridad  social,  se  les  aplica  la  PRESCRIPCION  LABORAL 
regulada en el artículo 151 del CST. 

PAGOS ADICIONALES 

Los afiliados al Sistema General de la Seguridad Social en Salud deben hacer 
pagos adicionales como lo señala el artículo 187 de la Ley 100 de 1993. 

OBJETIVO DE ESTOS PAGOS 

Estos  son  los  de  RACIONALIZAR  el  uso  del  servicio  como  ocurre  para  los 
afiliados  cotizantes,  y  de  complementar  la  financiación  del  POS  como  en  el 
caso de los beneficiarios.

14 
CLASES DE PAGOS COMPARTIDOS EN EL SGSSS 

1.  Cuotas Moderadoras 

2.  Copagos:  Son  los  aportes  en  dinero  que  corresponden  a  una  pate  del 
valor del servicio demandado y tienen  como finalidad ayudar a financiar 
el sistema (Acuerdo 260 de 2004, artículo 1  del CNSS). 

3.  Deducibles. 

Las  Cuotas  Moderadoras  y  los  Copagos  son  ingresos  de  las    EPS  s;  es 
decir, no son del SGSSS (artículo 187, inciso 3 de la Ley 100 de 1993). 

La  exigencia  de  estos  pagos  no  pueden  convertirse  en  barreras  para 
acceder  al  servicio  en  forma  plena,  como  se  dice  en  la  Sentencia  de 
constitucionalidad número C­542  de 01 de Octubre de 1998. 

APLICACIÓN 

Acudiendo a lo expresado en el ACUERDO 260 DE 2004 del CNSS, son: 

1.  Las  Cuotas  Moderadoras  se  aplicarán  a  COTIZANTES  y  sus 


BENEFICIARIOS. 

2.  Los copagos  estarán SÓLO  a cargo de los BENEFICIARIOS 

INGRESO BASE PARA CALCULAR LAS CUOTAS MODERADORAS Y 
COPAGOS 

Es  el  INGRESO BASE  DE  COTIZACION  del  afiliado cotizante  (Arts.  4  y  8 


Acuerdo 260 de 2004 del CNSS).

15 
CUOTAS MODERADORAS 

Están regulados en el artículo 8 del Acuerdo 260 de 2004 del CNSS. 

1.  Para  afiliados  cuyo  ingreso  base  de  cotización  sea  menor  a  dos  (2) 
salarios  mínimos  legales  mensuales  vigentes:  es  el  11.7%  de  UN  (1) 
salario mínimo DIARIO legal vigente. 

2.  Para  afiliados  con  ingreso  base  de  cotización  entre  dos  (2)  y  cinco  (5) 
salarios  mínimos  legales  mensuales:  es  el    46.1%    de  UN  (1)  salario 
mínimo legal DIARIO legal vigente. 

3.  Para  afiliados  con  ingreso  base  de  cotización  superior  a  cinco  (5) 
salarios mínimos legales mensuales vigentes: es de 121.5 %  de UN (1) 
salario mínimo  DIARIO legal vigente. 

MONTO DE LOS COPAGOS 

Según  el  artículo    9  del  Acuerdo  260  de  2004  para  los  AFILIADOS 
BENEFICIARIOS: 

1.  Para  afiliados  cuyo  ingreso  base  de  cotización  es  inferior  a  dos  (2) 
salarios mínimos legales  mensuales vigentes: es el 11.5% de las tarifas 
pactadas por la EPS con las IPS. 

El  cobro  por  un  MISMO  EVENTO  no  puede  ser  superior  a  28.7  %  del 
salario mínimo legal mensual. 

2.  Para  afiliados  con  ingreso  base  de  cotización  entre  dos  (2)  y  cinco  (5) 
SMLM  vigentes:  el  17.3  %  de  las  tarifas  pactadas  por  la  EPS  con  las 
IPS. 

El  cobro  no  puede  superar  el  115  %  de  un  (1)  SMLM,  por  un  MISMO 
EVENTO. 

3.  Para afiliados con ingreso base de cotización superior a cinco (5) SMLM: 
el 23% de las tarifas pactadas con las IPS. 

El cobro no puede ser superior al 230 % de Un (1) SMLM.

16 
NOTA  MARGINAL:  Por  UN  MISMO  EVENTO  hay  que  entender    el 
manejo  de  una  patología    específica  del  paciente  en  el  mismo  año 
calendario. 

COPAGOS POR AFILIADO BENEFICIARIO 

Según el artículo 10 del Acuerdo 260 de 2004: 

1.  Para afiliados con ingreso base de cotización inferior a dos (2) SMLM: el 
57.5% de Un (1) SMLM vigente. 

2.  Para afiliados   con ingreso  base  de cotización  entre  dos (2)  y  cinco  (5) 


SMLM: el 230 % del de UN (1) SMLM vigente. 

3.  Para afiliados  cuyo  ingreso  base  de cotización sea  superior  a  cinco  (5) 


SMLM vigentes: el 460 % de UN (1) SMLM vigente. 

NIVEL 1 

La ley 1122 de  09 de Enero de 2007 estableció en su artículo 14 literal g) que 
los afiliados al Régimen Subsidiado en Salud con NIVEL UNO (1) DE SISBEN, 
no pagarán cuotas moderadoras ni copagos.

17 

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