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Apertura.
Dr. Eduardo Cossi:
-Les presento a la Lic. Marta Santore, que es la coordinadora técnico
docente, del programa de capacitación continua, que como ustedes sabrán
depende del programa de Extensión Universitaria de la Universidad de Buenos
Aires y que organiza este evento que estamos iniciando ahora.
Lic. Marta Santore:
-Bueno gracias, buenos días. El objetivo de esta jornada es el diálogo
multisectorial que convoca la actualización de criterios y consensos sobre el
acompañamiento terapéutico, su realidad y posibilidades así como su proyección
futura dentro del campo de la asistencia terapéutica. Esta convocatoria,
contempla los ámbitos de formación, equipos e instituciones de trabajo; tanto del
sector público como privado, así como especialistas en áreas de interés y a la
comunidad en general. Quiero hacer hincapié en esto “y la comunidad en
general”, cada vez, más interesada en protagonizar la solución de sus problemas
más acuciantes; así lo expresan los profesores de nuestro programa para el
trabajo la Lic. Verónica Recchia y el Dr. Eduardo Cossi, por cuyo trabajo inmenso
y la colaboración del equipo técnico, hoy justamente estamos aquí abriendo esta
jornada cuyo carácter interamericano realmente nos pone contentos y satisfechos.
En este marco agradecemos especialmente la Universidad de la República,
Facultad de Psicología Uruguay; Universidad de San Marcos ,San Pablo, Brasil;
Universidad Paulista, San Pablo, Brasil; Universidad de la Ciudad San Pablo,
Universidad de Córdoba, Facultad de Psicología Argentina; Hospital Psiquiátrico
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día requieren en su formación el criterio claro, que el equipo es aquello con lo que
tengo que trabajar necesariamente para que un tratamiento pueda llegar a buen
puerto, para que podamos tener chances en los tratamientos y este equipo es lo
que no está dado, es parte del trabajo de construcción, así como los encuadres
del trabajo, los contratos terapéuticos; cómo un diagnóstico. El trabajo en equipo,
dejó hace mucho tiempo de ser el punto de partida de un tratamiento, es un punto
de partida y un punto permanente de monitoreo durante todo el tratamiento. Esta
es una consideración que no hay que perder de vista. Estamos muy
acostumbrados a delegar en la queja de la falta de elementos, en la falta de
ambientes, de equipos de trabajo, en los recursos humanos, una responsabilidad
que hoy en día a nivel mundial se considera propia de los terapeutas y ésta
concretamente es una idea que lleva a delante de manera muy fuerte la
Asociación Americana de Retraso Mental. Un asistente terapéutico, un auxiliar
terapéutico tiene como competencia esta responsabilidad la de generar sus
interlocutores, generar el equipo que está haciendo falta. Desde aquí, los
acompañantes terapéuticos se constituyen en verdaderos terapeutas
especializados en dispositivos alternativos a los modelos clásicos, como siendo
parte de una nueva época, no solo como una nueva figura aislada, sino, como una
nueva época de los tratamientos de las patologías graves de la salud y las
enfermedades graves de la vida de relación. Allí se ubica la importancia de esta
demanda de requerimientos asistenciales.
Esta importancia va de la mano con otra noción, que tiene ya varias
décadas de historia, pero tiene las últimas dos décadas, principalmente un
posicionamiento que es de revisión, de crítica de aquello que en un momento
había parecido como un proyecto muy interesante y de alcances más grandes de
lo que resultó ser en la realidad.
En el campo de la psiquiatría, en el campo de la psicopatología, a partir de
los avances ciertos y consistentes de la Psicofarmacología, a partir de la
herramienta que la Psicofarmacología hace a la psiquiatría de sector, la psiquiatría
dinámica, etc., el tratamiento ambulatorio se presentaba como una verdadera
alternativa, no solo a los idearios que políticamente o socialmente se puede juzgar
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tratamientos que cada vez, se diseñan en tiempos más largos, esto es lo primero
que tenemos que tener presente, los tratamientos óptimos, los tratamientos que
tratan de salir de las filas de las estadísticas, de las recaídas de los abandonos de
tratamientos, de los finales más bien de corto alcance, de tratamientos muy
costosos, insumen mucho tiempo, mucho costo y recursos humanos y materiales.
Los tratamientos hoy en día, se están presentando cada vez, en tiempos
más largos, ahora esto no quiere decir tiempos más largos de exclusión, tiempos
más largos de aislamiento, quiere decir que a tiempos mas cortos de
institucionalización del paciente, se pueden obtener mejores resultados en los
tratamientos, siempre y cuando se cuente con las alternativas de tratamientos que
no sean en instituciones asilares, en instituciones de internación. Digo, cual es la
diferencia que presentan las guías y los consensos hoy en día: que en sus
diseños, el tratamiento ambulatorio ya no es el tratamiento ambulatorio
convencional, auto-administrado por parte del paciente o de la familia. El
monitoreo del paciente fuera de la institución por parte del paciente o de la familia.
El monitoreo del tratamiento fuera de las instituciones tiene que estar a
cargo de un equipo tratante, con estrategias que son cada ves más complejas y
cada ves necesitan más requerimientos técnicos. Por eso digo, la figura del
asistente terapéutico, la figura del acompañante, del auxiliar terapéutico, deja de
ser una figura contingente, deja de ser una figura accidental, alguien que viene a
resolver los problemas de un tratamiento difícil, o alguien que viene a resolver los
problemas en una familia que no puede vérselas con los requerimientos de un
tratamiento ambulatorio. El tratamiento ambulatorio, que es lo que las
instituciones internacionales están promoviendo como cuestión de estado, hoy
están contando con diseños de tratamientos que incluyen, insisto en esto, en el
diseño mismo, figuras de auxiliares psicoterapéuticos. Qué quiero decir con esto,
de incluir en el diseño? Uno puede juzgar la suerte, las chances en tratamiento a
partir de su diseño. Ustedes saben que en acciones terapéuticas, todo no se
desenvuelve no en el campo de la certeza, sino en el plano de los cálculos de
beneficio-costos y de riesgo, bueno, uno puede evaluar en el diseño de un
tratamiento de patologías graves de la vida de relación, en el diseño más general,
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diagnósticos que diez, veinte, veinticinco años atrás no tenían una presencia tan
importante en la clínica, desde los avances de la Psicología experimental misma,
hay mucho más de cuestiones que ya se conocen y tienen una evidencia probada.
Hay líneas de investigación de una consistencia muy fuerte y que no se están
llevando a cabo, por eso es muy importante que las figuras auxiliares no se formen
en modelos que hoy ya están superados y que han sido fracasados.
La experiencia del campo nos previene de algo, finalmente,
disciplinariamente, se está revisando mucho desde el campo de la psiquiatría,
desde el campo de la psicofarmacología y la Psicología clínica y experimental,
esto quiere decir que el acompañante terapéutico, el acompañamiento terapéutico,
yo diría, es un campo específico de la intervención terapéutica y es esto, no lo
tenemos que olvidar, sobre todo en el campo de formación, un campo de
investigación, es una figura muy importante y muy rica para el trabajo de
investigación, sobre todo en estos requerimientos que los tratamientos están
necesitando y no están teniendo dentro del campo de la salud, por ejemplo, las
competencias diagnósticas de un acompañamiento terapéutico, las competencias
en el monitoreo, de la adherencia de un paciente en tratamiento. En un
acompañamiento terapéutico, hay competencias en la compliance, en relación a
los tratamientos farmacológicos y a las estrategias psicoterapéuticas. La
competencia de los acompañantes terapéuticos en las estrategias de asistencia
social, la competencia de los acompañantes terapéuticos en la gestión de los
recursos financieros y de los recursos humanos que el tratamiento necesita. Hoy
en día se sabe mucho más de lo que se puede lograr, con la competencia
privilegiada de los auxiliares, y si en algo somos, en el diseño, los auxiliares
psicoterapéuticos esenciales a los tratamientos, es en el problema de la
adherencia.
Los tratamientos posibles, no llegan a finalizarse. No es que las patologías
graves sean incurables, hoy habría que dar muchos rodeos para poder establecer
enfermedades o cuadros en los cuales uno desde el inicio se pueda posicionar
como no teniendo posibilidad de éxito a partir de una estrategia terapéutica, no
teniendo tratamiento posible. Hoy son muchos los tratamientos posibles, la
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Pero como figura nueva, como figura técnica nueva, es una figura
contemporánea, es una figura que entra en correspondencia y es correlativa a los
avances de la últimas dos décadas, del último cuarto de siglo, en materia de
dispositivos, en materia de avances psicofarmacológicos y en materia de los
avances científicos de las disciplinas de la salud.
Desde este punto de vista, uno podría considerar una posición, más bien
común, más bien habitual dentro de las figuras nuevas que demandan de
reconocimiento. Hay dos tipos de demandas de reconocimiento: en lo
institucional-académico y sabemos ya que hay, en el campo del acompañamiento
terapéutico diferentes proyectos, hoy estuvimos hablando de proyectos a nivel
terciario, a nivel, de tecnicaturas, de especializaciones universitarias. Bueno no
nos olvidemos nunca de esto, el acompañante terapéutico, no es solo una figura
académica, es una figura terapéutica, nunca se tiene que perder de vista el
reconocimiento que va a dar la formación actualizada, la formación permanente.
Hoy en día cualquier terapeuta que trabaja en el campo, necesita no solo de
certificados, sino de reconocimientos institucionales, espacios institucionales de
formación cierta y consistente, sin la cual uno queda fuera del mercado de salud.
Si, hoy en día, después vamos a hablar con los sectores de Psicología, y de
la psiquiatría, creo poder ponernos de acuerdo en esto, hoy en día un psiquiatra
es una persona que conoce las guías y los consensos de los últimos cinco años,
no alguien que tiene un título de grado de especialista médico en el sector de
psiquiatría, lo mismo con la psicología. La matrícula es el reconocimiento del
estado desde otro punto de vista, no el académico, sino el profesional. Bueno,
tenemos también sectores matriculados, tenemos también el sector de la
Psicología matriculada, el sector de la medicina matriculada, varias figuras
matriculadas. Les estoy diciendo, el sistema de salud mental tiene una crisis muy
importante en este sentido. El reconocimiento que necesitan las figuras efectivas
terapéuticas, es el reconocimiento de los consensos, de las guías de las
comunidades practicantes, de los pares. Una figura terapéutica para crecer en la
actualización, en formación, en madurez, en consistencia, primeramente necesita
las comunidades de practicantes, de los pares, que pueden ser asociaciones que
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pueden ser colegios. Pero poco favor le puede hacer a una figura tan
problemática, tan difícil de asir como la figura de acompañante terapéutico una ley
de ejercicio profesional si no hay primero un claro consenso de sobre la práctica.
Si no hay primero un consenso sobre el cual debería ser la reglamentación
de la práctica, por ejemplo. Se puede pedir al estado que defina, cual es el campo
óptimo de reglamentación de una práctica, pero para eso, la práctica necesita una
madurez de sus grupos de practicantes, hoy en día a nivel general, la ciencia se
maneja en el reconocimiento de los grupos de pares, en las comunidades de
practicantes. Se puede pedir a las universidades que aprueben carreras, pero
necesita la formación del acompañamiento terapéutico, la legitimación en los
grupos de practicantes, insisto en esto.
El acompañamiento terapéutico, tiene un campo que es mucho más maduro
que el de su reconocimiento, creo que viene por un camino de maduración que es
el de la reflexión. La figura es suficientemente madura ya para empezar el inicio
de autorreflexión para de alguna manera empezar este inicio de la
autoconciencia, no seguir preguntándole a los psicoanalistas qué es un
acompañante terapéutico, porque mal pueden saber los analistas qué es un
acompañante terapéutico, buena parte del tiempo tendrían que estar insumiendo
en ver como el psicoanálisis entra en diálogo, entonces, con estos nuevos diseños
de tratamientos con estos nuevos requerimientos en salud. Mal se puede
preguntar a la psiquiatría qué es un acompañante terapéutico, cuando la
psiquiatría está investigando y desarrollando sus propias investigaciones en el
campo de la salud. Lo mismo para la psicología clínica. El acompañante
terapéutico está en condiciones de ser no una entidad, sino un campo comunitario
de practicantes, que empiezan a resolver por sí mismos, los lugares de sus
espacios de reconocimiento. Los acompañantes terapéuticos, el sector que
conforman los practicantes, estudiantes y formadores de acompañantes
terapéuticos. En este sentido me parece, que ésta es la importancia que tienen
que tener las jornadas de intercambios de transferencias, no solo venir a presentar
ponencias, sino venir a discutir, no hacia donde va el acompañamiento
terapéutico, sino hacia donde los practicantes pueden llevar un campo que el
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sistema de salud está haciendo crecer. Bueno... hacia donde vamos a caminar,
esta sería la pregunta, hacia donde los acompañantes terapéuticos pueden, que
capacidad, que posibilidades tienen de llevar sus campos a niveles de
reconocimientos más consistentes, no cada ves más formales.
Yo vengo, ustedes lo saben, del campo del psicoanálisis y del campo de la
Psicología clínica y son dos campos que tienen todos los reconocimientos que se
necesitan de dos maneras diferentes; la Psicología clínica tiene todos los
reconocimientos y avales, institucionales que hagan falta. Tienen las matrículas
que hagan falta, bueno falta el reconocimiento y la legitimación del campo. Hay
una verdadera crisis en el campo de la Psicología clínica, hay una verdadera crisis
de identidad entre los psicólogos clínicos. El campo del psicoanálisis tiene como
una exacerbación de su identidad y no tiene ninguno de los avales institucionales
académicos, institucionales gremiales, instituciones a nivel ministeriales de
regulación del Ministerio de Salud; no hay matrículas, no hay diplomas de grado,
no hay licenciatura y sin embargo tiene una presencia importante en la práctica de
la salud mental. Estas son las consideraciones que me parece que el sector tiene
que tener. ¿Qué tipo de reconocimiento buscamos? ¿El reconocimiento que otros
pueden dar? ¿el reconocimiento que la ley puede y debe imponer? a la que
estamos subordinados, queramos o no, cada ves que ejercemos una relación que
pueda definirse como una relación terapéutica.
Estamos bajo la ley en general de los terapeutas , falta todavía ver con que
suerte corremos, hasta que el campo no genere sus pautas, sus consensos y sus
guías, de lo que es y lo que debe hacer un acompañante terapéutico y aquello que
no debe hacer un acompañante terapéutico, mal nos puede caer cualquier
responsabilidad por acción o por omisión, sino está definido formalmente,
reglamentadamente, aunque más no sea, desde el primer punto, el punto básico,
el punto de mayor consideración , aquello que los practicantes del
acompañamiento terapéutico consideran que es la figura y la práctica.
Mal podemos esperar nosotros desde el sector de la psiquiatría o desde el
sector de la Psicología clínica, el reconocimiento del acompañante terapéutico, si
no tenemos primero, si los acompañantes no tienen primero, qué decir con
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