Txalaparta

58 epa Paulo Freire

 ONDO
SEGI!

En el libro de tu vida, en que has llegado a una meta,

hoy un capítulo cierras puedes decir con orgullo:
tras culminar una etapa ¡misión cumplida!, Carmela.
apasionante e intensa.
Tomarás nuevos caminos,
Dos nietos, como dos soles, nuevos rumbos, nuevas sendas,
con impaciencia te esperan y volverás a dejar
y también Nuria y tu yerno en ellos tu huella impresa.
y Rafael, tu pareja;
todos conformáis, sin duda, Que la vida te sonría
una familia estupenda. y mucha suerte te ofrezca
para que disfruten otros
Alumnos y compañeros, de tu ser, de tu grandeza,
tu familia de la EPA, de todo lo que tú sabes
quedan cariacontecidos, por persona y por MAESTRA.
mas lo mejor te desean.
Y para finalizar
Tenemos que agradecerte de forma alegre y sin penas,
el estar siempre dispuesta recibe este fuerte abrazo
a colaborar en todo de tu amiga y compañera.
con mucha energía y fuerza;
por eso, en este momento

Conchi Martínez de Madina

Febrero 2011
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 La enfermedad de Alzheimer

Esta enfermedad se empezó a tratar hace más de cien años.

El 29 de Septiembre de 1901 ingresó unos de los primeros pacientes con
esta enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad irreversible y progresiva
del cerebro que lentamente destruye la memoria y las aptitudes, afectando a las
partes del
cerebro que
controlan el
pensamiento, la
memoria y el
lenguaje.
La
enfermedad de
Alzheimer es un
trastorno grave,
degenerativo,
producido por
la pérdida
gradual de las
neuronas cerebrales, cuya causa no es del todo conocida. Se trata de una
enfermedad muy rara en personas jóvenes.
Aunque no se dispone de tratamiento eficaz, entre el 25% y el 50% de las
personas con más de 65 años tienen pérdida de memoria, pero eso no quiere
decir que en el futuro desarrollen una demencia senil o un Alzheimer. Existen
otras causas reversibles de demencia como fiebre alta, deshidratación, los
déficits vitamínicos, la mala nutrición, reacciones adversas a fármacos y
problemas con la tiroides; en estos casos se puede curar.
Según la Asociación de enfermos con Alzheimer, más de treinta y cinco
millones de personas tienen esta enfermedad.
El Alzheimer tarda años en mostrarse y yo, María, quisiera contarles tras
cinco años en una Residencia cuidando a una tía, un poco mis impresiones y
sentimientos con las personas afectadas de esta enfermedad.
Es muy difícil convivir con un enfermo con Alzheimer en casa, pues pasan
por muchas fases; muchas de ellas muy difíciles. Cuando empiezan los primeros
síntomas, no saben lo que les pasa y están muy desconcertados. Lo mismo
recuerdan cosas del presente que del pasado y lo mezclan todo; la familia lo
pasa fatal.
Los enfermos tienen costumbre de esconder cosas, escaparse de casa y
luego no saben volver.

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 Cuando llegué el primer día a la Residencia sentí una gran tristeza. Mi tía
no me conocía y todas las abuelitas estaban como ella más o menos. Salí mal, ya
que todas ellas me producían una gran pena. Las que llevan más tiempo ya
estaban más acostumbradas pero las que acaban de llegar están tristes y
desorientadas; echan de menos a alguien de su casa. O al menos eso es lo que
me parece.
Según pasan los días se van acostumbrando a sus enfermeras, que las
asean y las ayudan en todo.
Cuando yo llego se ponen contentas y por supuesto cuando la familia les
dice palabras cariñosas. Para ellas es estupendo. Yo creo que hay que contarles
cosas y hablarles continuamente porque cuanto más tiempo pasa, más
facultades van perdiendo. Hablarles de cosas creo que les ayuda a estar más
centradas.
Poco a poco pierden movilidad y también memoria. Cuando me sonríen
me pongo contenta. Mi tía, al principio de su enfermedad se acordaba de su
familia, nos conocía y se movía algo; ahora después de cinco años ya no se
acuerda de nada y apenas se mueve. Todo se lo hacen auxiliares. Yo procuro ir
todos los días a darle de comer, porque ella ahora depende totalmente de
alguien que le acerque la comida a la boca.
Algunas lloran. A mí, cuando lloran me dan mucha pena porque no sé qué
es lo que les pone tristes. Qué pasará por su cabeza, si se acordarán de algo o
estarán viviendo
como en un mal
sueño. Sabemos
que las tratan muy
bien en la
residencia, pero
para la familia es
muy duro, sentir
que no les pueden
ayudar más. Yo las
quiero mucho a
todas. Las que
están y algunas
que ya se han ido.
Si tienen algún enfermo en la residencia sepan que están muy bien y
perfectamente cuidados; que les encanta que les den un beso o les hagan una
caricia. Yo estoy convencida de que notan el cariño y a sus seres queridos. Pero
también sé que para las familias es muy duro ir cada día y ver como poco a poco
se va deteriorando su cerebro y van dejando de ser quienes fueron.

RESIDENCIA SAN PRUDENCIO

M.P.G. Y A.E.

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 Tiene muchos años la foto y los jóvenes que aparecen en ella son eso,
jóvenes. Visten sus mejores galas, son chicos de pueblo pero no lo parecen
salvo por la boina del que está de pie.
Todos ellos habían nacido en 1924 y menos el desaparecido, no sabemos
por qué, eran del mismo pueblo o del de al lado. Falta uno en la foto porque
en esos momentos estaría en las milicias; era el único amigo con carrera pero, si
no hubiera sido por la orla que luego vi colgada en su cuarto de estar, nadie
habría dicho que había estado algunos años fuera.
El hombre invisible era amigo ocasional. Por entonces, pocos eran los
forasteros que llegaban al pueblo para trabajar. En este caso era el hijo de un
pastor o un guardia forestal. Al cabo de unos años se fue del pueblo y nunca más
se relacionaron con él.
Los dos sentados a la derecha eran amigos y muy guapetes. Solo que uno
de ellos se echó novia pronto y el otro se dedicó a bailar con todas las mozas de
los pueblos de al lado en las fiestas. Los dos llevan pañuelito blanco en la
americana y cigarrillo en la mano. El chico de la esquina, ya de hombre, no
fumó nunca. El del traje claro, cara ancha y frente despejada era el otro gran
amigo de la pareja sentada y siguieron siéndolo hasta la cincuentena cuando
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este joven, ya no tanto, murió. El que está sentado y lleva boina, además de
aspecto bohemio, seguramente nunca supo de la existencia de este término y
menos de su significado. Se convirtió poco después de los 30 en enfermo crónico
y por tanto en parado de larga duración, cuando no se sabía qué era un
parado. A su madre nunca se le oyó una palabra que denigrara al hijo y, a
escondidas, proveyó por él y por toda su prole, que era mucha.
De los que aguardan la foto de pie, el del gabán de la izquierda era el hijo
mayor de uno de los ricos del pueblo y para quien, ocasionalmente o fijos,
trabajaban algunos de sus amigos. No era impedimento para la amistad y
para pasarlo bien porque, acabada la fiesta, cada uno se iba a comer a su
casa.
El que está detrás del bohemio de la boina y con boina también, no sabe en
esos momentos, que además de por la boina y la amistad estarán unidos en el
futuro por su numerosa prole y un mote de relumbrón, cada uno el suyo.
Ya digo que no sé nada del sin cara. Esta foto anduvo siempre por casa
y sospecho que alguna amiga de mi madre la decapitaría. ¡Vete tú a saber si
por odio o por amor! Yo no llegué a conocerle por lo que no puedo intuir su
aspecto, salvo la poca estatura.
Y queda el de la derecha que sonríe igual que el resto y lleva abrigo, cosa
rara entonces. Era del pueblo pero emigraría antes de tener yo conciencia de su
existencia por lo que no sé nada más.
El otro día apareció la foto revolviendo en un cajón, estaba así de
amarillenta. Se la enseñé a mi padre y él la cogió con prevención entre los
dedos. Miraba como si lo hiciera a través de una ventana solo abierta para él;
se le alegraron los ojillos por un instante pero enseguida los envolvió la
tristeza. Me miró y comentó: ya solo quedo yo.
Raquel
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 ARIZNABArra
El 22 de Julio, va a hacer veinticinco años que vine a Vitoria,
concretamente al barrio de San Martín, al lado del barrio de Ariznabarra,
que está separado por las vías del tren. Vine con mi marido y mis hijos. En
estos años he ido conociendo Vitoria: sus barrios antiguos y nuevos. De
todos ellos, me quedo con Ariznabarra que he ido conociendo a raíz de
apuntarme a EPA. Para mí es un barrio con identidad propia, es como un
pueblo, donde todos nos conocemos y nos ayudamos. Ha llovido mucho
desde aquel día y Ariznabarra, como si fuera un niño, ha ido creciendo y
formándose. Ahora es un barrio grande, bonito, y bien comunicado con
todos los barrios y también con el centro de Vitoria. Es un buen barrio para
vivir tranquilo y bullicioso a la vez, con vida y luz propia, me gusta. Cuando
por las tardes voy a estudiar a EPA y según me acerco al barrio, siento que
me acogen. En EPA conozco a gente estupenda, profesores y compañeros
de clase. Gracias por la confianza y el acogimiento.
    

Mª José Oyón

Soy Antonia

Llegué a Vitoria el día 27 de abril de 1965. Vine de Córdoba que es donde nací.

Llegué aquí porque me había casado y mi marido tenía trabajo aquí.

Según llegamos llovía un montón y como no teníamos nada, ese mismo día tuvimos que ir a
comprar un dormitorio y nos lo tuvieron que montar para poder dormir esa noche. Solo
tenía esa habitación . A los tres años me dieron el piso que compramos.

Tuve tres hijos, la vida no era como ahora, porque teníamos que lavar a mano y en la
fregadera.

He sido muy feliz en Vitoria con mis hijos y mi marido, hasta que la felicidad se interrumpió
con el fallecimiento de mi marido.

Antonia Pérez.

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 REDACCIÓN
Cuando vine a Vitoria fue cuando me jubilé.
Como vivía aquí mi hija pensamos venirnos cerca de ella.
Vivíamos en Mondragón y aunque nosotros no queríamos, tanto ella
como mi yerno nos convencieron. Y la verdad, cada día estamos más
contentos. Vivimos muy cerca de ellos. Además vivimos en un portal que
nos llevamos todos muy bien. Vinimos hace catorce años. En aquel
momento el corazón del barrio estaba igual que ahora, no se ha
modificado nada. Mi ocupación más bonita era atender a mi nieto.
Cuando ya mi nieto se hizo mayor, me apunté a las clases de EPA y la
verdad es que estoy muy contenta porque hay profesores y profesoras que
son muy majos, tienen mucha paciencia, yo voy despacio porque tengo
ochenta años. A pesar de todo he aprendido bastante y estoy muy
animada.

Sofía Coronado.
Lunes 21 de Febrero de 2011

Nosotros éramos un matrimonio y digo éramos porque el marido

falleció el 2 de Febrero de 2010. Vivíamos en Villacarrillo (Jaén). Hace 46 años
vinimos con dos niñas de 4 y 6 años y luego nacieron tres niñas aquí en Vitoria. Allí
en el pueblo el marido tenía trabajo. Era tractorista con unos señores de dinero y
él trabajaba en las tierras pero discutía con el encargado porque le pagaba cuando
quería. Teníamos unos tíos aquí y le dijeron que al llegar tenía un fábrica de
fundición para entrar y que si quería traer más obreros. En Vitoria el barrio de
Ariznabarra era un campo. Había casas viejas y por otros sitios humos.

Bueno, yo soy Victoria. A los 50 años me puse a limpiar 7

Cajas y Bancos. Motivo: el marido se puso enfermo
y había que pagar mucho de Seguridad
Social.

Me despido con un saludo.

Victoria Quesada

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Me llamo Leandra. Nací en Córdoba, en un pueblo que se llama Santa Eufemia, un
29 de Diciembre de 1937. Allí trabajábamos en el campo.

En 1966 empezó la emigración, porque las cosas estaban mal. Mi hermana estaba
en Vitoria y tiramos “para´ca”. Nos fuimos a vivir a la calle Gorbea. Estuvimos un
año en una habitación con derecho a cocina, mi marido, dos niños y yo.

Compramos un piso pequeño de 56 m.2, que hicieron muchos para los emigrantes
aquí, en Ariznabarra. Cuando nos dieron las llaves, el piso nos parecía un palacio. A
los dos años compramos otro al lado.

Mi hermana en uno y mis padres y nosotros en el otro. Mis hijos crecieron,

estudiaron y se pusieron a trabajar. Compraron sus viviendas e hicieron sus vidas y
ahí están. Tengo cuatro nietos y una biznieta que es preciosa.

Ahora tengo mucho tiempo libre y estoy yendo a la escuela de EPA Hay un grupo
de profesores que son simpáticos, amables y gracias a ellos puedo escribir, porque
nunca fui a la escuela, ni tuve oportunidad.

Un saludo.

Leandra Redondo

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 La última función de teatro en Rioja Alavesa la hemos hecho en Oion, un pueblo con gran impulso vital que está
combinando su vocación agrícola con un desarrollo industrial diversificado, pero que en la actualidad también se
ve sujeto a los vaivenes de la crisis.

En esta ocasión hemos tenido la oportunidad y el placer de disfrutar de una representación teatral de primera
categoría titulada “¡¡¡Mamáááááá!!! Cuyos autores son Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez.

Esta obra es representada por el grupo de teatro de EPA bajo la hábil y excelente dirección de Patxi Viana.

Sobre un escenario sencillo, casi minimalista, se desarrolla una acción solamente con dos personajes que con acertada
maestría atraen la atención del espectador desde el mismo momento en que se abre el telón.

El tema de fondo, de plena actualidad en nuestra sociedad, gira en torno al cuidado de los mayores, en este caso una
madre centenaria. La acción logra centrar nuestro interés evitando los aspectos que pudieran resultar menos gratos en
situaciones cotidianas como las que se plantean.

Presentada la obra en clave de humor, el espectador se identifica desde el principio con las situaciones y diálogos de
los protagonistas y las risas surgen de manera espontánea una y otra vez.

Las relaciones de los dos hijos entre sí mismos, con la madre; las alusiones a otros personajes que de alguna manera
están presentes; la sensación de fracaso vital de los protagonistas, así como sus ansias de seguir luchando, causan en el
espectador una actitud de complicidad y de comprensión con la historia que se
representa.

A pesar de la fría tarde que hacía en el exterior sentimos el calor que se

transmitía desde el escenario por parte de unas actrices plenas de
entusiasmo y de saber hacer, que encandilaron a un público
desde el principio y que acabó totalmente entregado cuando
la obra terminó.

En definitiva fue una tarde deliciosa y debemos

transmitir al grupo de teatro de EPA, el agradecimiento
de todo un pueblo por venir hasta tierras tan lejanas y
con frecuencia olvidadas de los eventos culturales de
que goza la capital.

Abelardo Jalón

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 REFRANES DE LAS SIETE CUADRILLAS DE ÁLAVA

CUADRILLA DE AÑANA

Si se vierte el salero faltará la sal pero no el agüero.

Abril mojado, de pan viene cargado.

Cuervos y escribanos primos hermanos.

CUADRILLA DE AYALA

Cuando los grajos suben a la peña, coge el carro y vete por leña.

Buen trigo hay en Babio...falta les hará a los de Izoria.

Cuando sale la lombriz de su agujero aguas tenemos.

CUADRILLA DE CAMPEZO

Encarnau por Castilla, mañana buen día , Encarnau por Navarra, aire o agua.

De molinero ya mudarás, pero de ladrones nunca saldrás.

Mozo de capa luego escapa.

CUADRILLA DE LAGUARDIA

Vino, vino Dios al mundo, y vino en cueros , vino para zapateros.

De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va.

Con corazón y sin razón pegan palos en Oyón.

CUADRILLA DE SALVATIERRA

Me siembres en marzo,me siembres en abril, hasta en mayo no tengo salir.

El labrador que labra en el mes de la mora (septiembre)cuando labra, canta, cuando siega llora.

Al diablo y a la mujer que nunca les falta que hacer.

CUADRILLA DE VITORIA

Antes faltará en París un francés, que en Aránzazu un alavés.

El perrico de San Roque no tiene Cola, porque se lo ha comido la carazola.

Cada Caracol un trago(San Prudencio).

CUADRILLA DE ZUIA

Los vecinos de Tortura son tres , Periquito, Bartolo y Andrés(burla valle de

Cuartago).

Más arrugau que el manto un santo.

Aunque soy viejo, guardo el aceite en el pellejo(presunción de anciano)

M. Carmen-Itziar

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 ANGUS Y PEDRO AMIGOS
Enseguida lo noté
al ofrecerme tu casa.
Era un momento difícil
puesto que agobiada estaba
porque dejaba mi nido.
La estancia fue una gozada,
atenciones y cuidados.
Lo mejor, la confianza.
¡Cómo cocinas, amiga,
sustancioso y a la carta!
¡Gracias! Queridos amigos.
Fui feliz en vuestra casa.
Angus, hormiga incansable.
Y Pedro con sus cruzadas.
Los dos en mi corazón,
la amistad tenéis sellada.

MUCHOS ABRAZOS Y BESOS

Y GRATITUD EN EL ALMA.

TERESA HERRÁN ZATÓN

MUCHAS GRACIAS

En mi oración Señor
Hoy no voy a pedir.
Solo quiero agradecer.
Yo te agradezco por todo,
porque alivias mi dolor
y me ayudas a seguir,
y me haces crecer,
y abres mis ojos al mundo.
Por cada día,
por cada vez que me rehago.
Por el abrigo de un abrazo,
una palabra de cariño.
Por cada sueño
que se volvió realidad.
Por mostrarme cada verdad.
Por estar siempre en mi camino.
Por tanta luz.
Por tanto amor,
tantas alegrías.
Por tanta fuerza.
Por cada paso que doy.
Por mi familia.
Yo te agradezco Señor.
Juan Gabriel Lozano

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 Si te rompen tu ser interno, allí donde nadie te ve, donde nadie se esconde, ni siquiera tú
mismo, solo queda un armazón externo, voluble y caprichoso frente a una sociedad débil y
egoísta.

Las paredes del alma se derrumban como castillos de naipes al mínimo soplo de aire;
después, muy lentamente, la habitación de tu aura se debilita como la pluma de un polluelo
recién nacido caído del nido. Y es entonces, solo entonces, cuando la coraza de tu epidermis,
sostenida durante años te delata; vaga silenciosa, va recorriendo todos los poros de tu piel, te
estremeces. Silencio, oscuridad.

Brotan las raíces de tus miedos, frío, miedo, escalofrío intenso embriagan tus sentidos, y
así, por primera vez, florecen tus sentimientos más profundos, saliendo a la luz los juguetes
rotos de tus antepasados. Oscuridad, silencio.

Nadie te escucha, nadie te ve, nadie te cree. Solo tu alma, solo tu piel, solo tu ser, esos,
al menos, te creen.

Infancias perdidas, juguetes rotos, secretos ocultos, miedo, silencio… schoos… (Cuidado
te puede oír). Lenta agonía en constante desafío. Juguetes de otros.

-20 de febrero de 2011-

Mª Elena Izurrategui

¿Qué pasó con tu vida?

¿En qué momento tomaste el camino equivocado?
No sé responderte con exactitud a estas preguntas. Queda ya
tan lejano el día de tu nacimiento.
Eras el bebé más hermoso del mundo, o eso me parecía a mí.
Tus ojos azules y el pelo lleno de caracoles hicieron que te
convirtieras en el juguete de la familia, pero tu infancia pasó
rápidamente para dar paso a un adolescente rebelde al que poco le
importaban los consejos de todos los que te queríamos, te dábamos.
En estos momentos, nos odiabas; eras incapaz de comprender que
solo deseábamos el bien para ti. Te encontrabas más a gusto con tus
amigos;
esos amigos que nunca aparecían cuando los necesitabas; esos
amigos que ejercían sobre ti un poder sobrenatural.
Fuiste débil, no supiste darte cuenta de que te llevaban por un camino oscuro.
Tu vida fue corta, demasiado corta.
Mª CRUZ

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 Ayer me trajo flores. Hoy es un día especial para
mí, aunque muchas veces me haya insultado y me haya
dicho que no me quiere y no haya sido muy detallista
conmigo.
Todo al principio era muy bonito, poco a poco se
empezó a desmoronar por circunstancias de la vida. Pero
bueno, a pesar de todo, hoy me ha traído un ramito de
flores. El alcohol le transformó y sus noches de juerga y
lujuria terminaron por romper nuestro amor. El lunes
vino muy tarde, borracho y por no tener la cena hecha
me pegó un tortazo, me insultó y dijo que maldecía el día que me había
conocido. El martes fue mucho peor, pero yo sé que tiene su corazón,
porque si no estuviera arrepentido no me hubiese traído un ramo de
flores. Es difícil ocultar el dolor.
Teníamos un día bueno y tres malos. Cada vez las palizas eran más
frecuentes y cada vez me costaba más soportarlo. Es muy duro llevar a
mis niños al colegio y tener que ir tapada hasta el cuello para esconder los
moratones. Ya no sabía lo que sentía, si amor o temor, pero yo sé que él
siente algo por mí, porque si no, no me hubiese traído flores. Yo soy una
mujer muy optimista e ilusionada, pero la verdad es que estaba viviendo
un infierno. Era muy duro de aguantar.
Ayer vino muy borracho y quería hacer el amor. Yo me negué porque
estaba harta de que siempre viniera así y al negarme me pegó un tortazo,
me arrastró de los pelos por el suelo, me pegó patadas, me llamó”puta“y
dijo que si vivía era porque él quería. Le supliqué llorando que por favor
parara, pero estaba loco. Me agarró por el pecho y me atenazó con sus
manos el cuello, empezó a apretar y apretar muy fuerte.
Si yo no hubiese ocultado mi sufrimiento, si
hubiera pedido consejo y tenido el valor
suficiente para ir a denunciarlo, hoy no hubiera
tenido un ramo de flores en mi entierro.

Rafael Hernández Hernández

Coral Crespo Vázquez

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Elche