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La estabilidad del profesorado

(Documento para la discusión)

La estabilidad puede ser considerada como la resultante misma del desarrollo de la


Universidad en sus funciones básicas de docencia e investigación. Es evidente que entre
nosotros tal estabilidad ha tomado formas distintas —incluso, a veces, ha sido negada— de
acuerdo a la estructura universitaria. Vale decir que según la institución sea priva-da u
oficial, tal concepto toma un significado diferente, o en la misma Universidad oficial puede
modificarse de acuerdo a los condicionantes de la estructura socio-económica.

Las tareas de docencia e investigación, la diversificación de la ciencia y la técnica, el


crecimiento cuantitativo de la Universidad oficial, principalmente, a partir de la década del
60, para responder a las relaciones profesionalismo-desarrollo, todos estos elementos han
hecho necesaria la organización de la profesión del docente universitario. Es obvio que
estas condiciones solo son dadas en el contexto de una sociedad dependiente económica e
ideo-lógicamente y estructurada bajo el determinante de una alta concentración del ingreso,
el poder y el prestigio social.

Vista así, la estabilidad del profesorado, resulta como una necesidad en el proceso del
desarrollo de la Universidad y como una conquista gremial: ambos aspectos son los que
posibilitan un marco de trabajo crítico de una producción científica, así sea incipiente y,
sobre todo, de compartir con el estudiantado la problemática que este descubre, polemiza y
ante la cual presenta y pide soluciones. A más de estas posibilidades en el terreno académi-
co y científico, la situación del profesor universitario, tal como ha ido siendo estructurado
hasta ahora por el desarrollo de la Universidad y del país, permite a éste una serie de
beneficios, tales como: un ingreso adecuado, una profesión estable, una posibilidad de
ascenso económico y académico, el as-censo a una serie de prestaciones legales y
extralegales que conducen, en su conjunto, a mejorar su nivel de vida.

Defender, entonces, la estabilidad del profesora-do en este marco conceptual, es defender


para todos los profesores e investigadores en ejercicio, es-tos logros académicos y
gremiales y con ellos los privilegios y posibilidades de una profesión independiente, como
son: la libertad de cátedra, el derecho a buscar la verdad, el derecho a disentir de las
opiniones oficiales, sean éstas de tipo religioso, político, en una palabra, el derecho a la
crítica científica.

Añádase a lo anterior las condiciones gremiales que se derivan de la estabilidad: derecho a


la libre asociación, derecho a las reivindicaciones económicas acordes con la naturaleza de
su trabajo y las funciones sociales que desempeña, derecho a la organización gremial por
áreas de trabajo, posibilidades de una mejor y más coordinada capacitación del
profesorado, de acuerdo con las necesidades reales del país, etc.

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Contra esta concepción, que todos debemos defender críticamente, el gobierno comienza a
implementar una política radicalmente opuesta. En "BASES PARA UNA REFORMA DE
LA EDUCACIÓN SUPERIOR", se propone una separación de los factores académico,
político y laboral para establecer una reglamentación del profesorado. Tal separación
manipulada arbitrariamente por el gobierno, niega la libertad de cátedra y golpea al
profesorado en el derecho a la agremiación. Como si esto fuera poco, dicho estudio
atribuye al deterioro de la situación universitaria del país, al denominado desgobierno, no
sin que antes conceda bastante importancia al apoyo profesoral a los movimientos
estudiantiles.

Las anteriores condiciones colocan al profesorado en una permanente incapacidad para


asumir posiciones, es decir, que se le impide su acceso a una práctica política —en su
sentido más amplio— dentro de la institución y se le convierte en ciego instrumento de las
directivas, cuando no en un factor favorable a la represión.

Esta política empieza a ser aplicada en la Universidad de Antioquia a través de medidas


aparente-mente legales: no admisión de estudiantes para el presente semestre, lo cual
incide en el número de curso y, por lo tanto, de profesores, por ahora, en la Facultad de
Ciencias y Humanidades y luego en las otras Facultades; admisión de profesores por
contrato a término fijo y por horas y la destitución masiva de profesores, alegando baja
calidad académica por falta de título.

No nos llamemos a engaño: tal situación no es local; medidas iguales se han tomado en
otras Universidades, como el Valle, Atlántico, la Nacional, lo cual muestra, con claridad,
que se trata de una política general del gobierno encaminada, fundamental-mente, a golpear
los sectores democráticos de la Universidad, a impedir el desarrollo de una Universidad
crítica y políticamente activa.

En tales condiciones aparece con evidencia que la política del gobierno con respecto del
profesora-do va estrechando cada vez más las posibilidades de la Universidad estatal, frente
a la privada, coloca a aquella en una fuerte dependencia de los sectores de la producción
privada; es decir que la Universidad sirve cada vez más a los intereses del capitalismo y del
imperialismo, representados entre nosotros por la clase dominante.

Ha sido política de la Junta Directiva actual in-tentar la comprensión de los elementos


determinantes que han colocado al profesorado universitario como un profesional con
características que lo definen como tal por sobre las diferencias que puedan surgir debido a
su área específica de trabajo, tratan-do así de aglutinarlo como un gremio sólido, con
intereses comunes y metas concretas. En esta política ha tratado de aislar aquellos
elementos que lo benefician como individuo y que conduzcan a un mayor nivel de la vida
universitaria en sus aspectos académicos, científicos, etc.

Pero, esta Junta también ha visto cómo en la política general del gobierno y en la particular
de la Universidad se ha venido tomando una serie de medidas que afectan y golpean esos
beneficios que nosotros hemos considerado fundamentales para el profesorado. Es así
como ha ido explicando, a través de comunicados, los peligros que luego de cada medida
se ciernen sobre la Universidad.
En la situación actual, extremadamente delicada por cierto, en la que el gobierno no tiene
inconveniente en cerrar Universidades enteras, es necesario que el profesorado de la
Universidad de Antioquia ubique el problema en el verdadero sentido, no dejándose
distraer por minucias legalistas colocadas eso sí con extremo cuidado ante sus ojos para
evitar el análisis del problema fundamental de la sociedad y de la Universidad y, sobre
todo, el principalísimo de su supervivencia como profesión y como gremio.

Según esto hacemos un llamado al profesorado a discutir ampliamente el contenido de este


documento, de la situación actual y a cerrar filas alrededor de la Asociación como único
elemento que nos permita dar pasos seguros y eficaces en bien de los profesores y de la
Universidad. Como única manera de enfrentar los golpes que se quieren dar indi-
vidualmente pero, que en el fondo, están destinados a deteriorar la actual posición que el
profesorado pa [aparece así en la revista Deslinde] en la Universidad.

JUNTA DIRECTIVA

Luiz Fernando Vélez V. Luis Enriquez Ruiz G.


Presidente Secretario

Medellín, Octubre 15 de 1972

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