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INTIUTO TECNOLÓGICO SUPERIOR ADVENTISTA DEL ECUADOR

Facultad de Teología

LOS MINISTROS Y OBREROS EN RELACIÓN CON LA IGLESIA

TRABAJO PRESENTADO EN CUMPLIMIENMTO PARCIAL PARA


APROBACIÓN DE LA MATERIA ORGANIZACIÓN ECLESIASTICA.

Por

Héctor Noriega
Vinicio Marcillo
Geovanny Pucuna
Paúl Jurado

Octubre del 2010


Los ministros y obreros en relación con la iglesia.

Un ministro debidamente señalado.

Dios tiene una iglesia y esta tiene un ministerio designado debidamente. “Y

el mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a

otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del

ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la

unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios, a un varón perfecto, a la

medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños

fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina por estratagema de

hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas de error, sino que

siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es,

Cristo”.

El Señor tiene sus agentes designados, y una iglesia que ha sobrevivido

persecuciones, conflictos y tinieblas. Jesús amó a la iglesia y se dio a si mismo por

ella, y el la restaurará, refinará, ennoblecerá y elevará, para que subsista firmemente

en medio de las influencias corruptoras de éste mundo. Hombres designados por

Dios han sido escogidos para velar con celoso cuidado y vigilante perseverancia,

para que la iglesia no sea destruida por los malos designios de satanás, sino que

subsista en el mundo y fomente la gloria de Dios entre los hombres. Habrá siempre

un fiero conflicto entre la iglesia y el mundo. Un espíritu chocará contra otro, un

principio contra otro, la verdad contra el error; pero en la crisis que ya se ha

iniciado y que pronto ha de culminar, los hombres de experiencia habrán de hacer la

obra que les a asignado, y velar por las almas como quienes les han de dar cuenta.

Los que llevan este mensaje de error, denunciando a la iglesia como Babilonia,

descuidan la obra que Dios les ha designado, están en contra de la organización, y


en contra del sencillo mandato de Dios, pronunciado por Malaquías de traer todos

los diezmos a la casa del Señor, e imaginan que ellos tienen una obra que hacer, a

saber, amonestar a quienes Dios ha escogido para hacer progresar su mensaje de

verdad. Estos obreros no están añadiendo eficiencia a la causa y al reino de Dios,

sino que están empeñados en una obra similar, a aquella en al cual se halla

empeñado el enemigo de toda justicia. Que estos hombres, que se levantan contra

los métodos y los medios ordenados por Dios para hacer progresar su obra en estos

días de peligro, abandonen todas sus opiniones antibíblicas concernientes a la

naturaleza, la función y el poder de los agentes designados por el Señor.

El presidente de la asociación, misión o campo.

El presidente de la Asociación, misión o campo, debe ser un pastor

ordenado, de experiencia y buena reputación. Está al frente del ministerio

evangélico de su asociación, misión o campo y es el primer anciano, o

superintendente general de las iglesias. Trabaja por el bienestar espiritual y la

edificación de las iglesias, y las aconseja a cerca de sus actividades y planes. Tiene

acceso a todas las iglesias, con derecho a tomar parte en sus cultos, reuniones

administrativas, y sesiones de la junta directiva, con voz pero sin voto, a menos que

la iglesia lo conceda; y puede, en virtud de su cargo, presidir las reuniones

administrativas y sesiones de la junta directiva de cualquiera de las iglesias cuando

sea necesario tiene derecho a examinar todos los libros y registros de la iglesia.

Los pastores o directores de distrito no son administradores.

Los pastores ordenados, nombrados por la junta directiva de la Asociación,

misión o campo para actuar como pastores de la s iglesias o directores de distrito,

no reemplazan al presidente en las iglesias o distritos, en que les toca actuar; no

están dotados de facultades administrativas, como el presidente, sino que cooperan


con él en la ejecución de los planes y en el cumplimiento de todos los reglamentos

de la Asociación, Misión o Campo.

El presidente y la junta directiva dirigen a los directores departamentales.

Los directores de los departamentos de la Asociación, Misión o Campo

Tienen la misión de promover ramos importantes de la obra denominaciónal, y para

ejecutar con éxito la tarea que se les asignó deben tener acceso a las iglesias. Debe

dárseles, por lo tanto, la oportunidad de presentar y promover sus planes en ellas. Se

espera, sin embargo, que estos obreros manifiesten simpatía y consideración por

todos los planes de la iglesia local, aún por aquellos planes que no pertenecen a sus

respectivos departamentos.

La función de los departamentales no es administrativa.

Los directores de los departamentos no están investidos con autoridad

administrativa o ejecutiva, ni al nivel de la Asociación, Misión o Campo ni al nivel

de la iglesia local, sino que se relacionan con el campo en calidad de consejeros. Su

obra tampoco tiene la misma relación con las iglesias que la que tiene la junta

directiva de la Asociación, Misión o Campo, o su presidente. Sin embargo como su

trabajo es de naturaleza específica, al promover sus ramos de trabajo, actúan en toda

la Asociación, Misión o Campo. No se espera que aconsejen a las iglesias sobre las

elecciones en la iglesia u otros deberes administrativos, o cualquier otra línea de

servicio a menos que el presidente de la Asociación, Misión o Campo les pida

expresamente lo que hagan.

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