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La etapa de mayor crecimiento económico del Perú ha sido durante el periodo del 1993-
1997. Fueron las políticas de mercado las que promovieron aumentos sostenidos de la
inversión privada, con indicadores económicos y sociales que muestran un mejoramiento
estándar de vida de los peruanos.
Desde la asunción de Alejandro Toledo, en julio del 2001, la claridad del rumbo económico
del país no ha sido precisamente una de sus mejores cartas. A pesar de las reiteradas
recomendaciones de diversos analistas económicos, el gobierno ha olvidado el esperado
shock de confianza. Esta debería consistir en la profundización de la políticas
microeconómicas para atraer la inversión privada en actividades económicas específicas
como son la agricultura, el turismo, y la pesca.
Muy poco se conoce sobre este tema a pesar de constituir un problema para nuestro
desarrollo en la actualidad. Por ello surge nuestro interés por difundirlo, para así generar
conciencia de que este no es un problema nuevo, y que la deuda en nuestra historia no nos
ha proporcionado mayores beneficios para la población, sino más bien, demasiadas pérdidas
para el Perú.
¿Qué es una deuda Externa ?
El término se refiere al dinero que deben los Estados como sujetos. Los acreedores pueden
ser otros países, entidades privadas, o instituciones financieras multilaterales. Gran parte de
los préstamos tienen su origen en la década de los setenta, y se destinan a países que se
encuentran en diferentes niveles de pobreza y desestructuración.
Las condiciones en que se produjeron estos préstamos, el uso que se dio al dinero, los
programas de ajuste impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre otros
factores, llevaron a una situación de crisis todavía no resuelta. Los países deudores no
pueden reducir el importe de sus deudas sin pagar el alto coste que supone renunciar a
invertir en los sectores básicos de su propio desarrollo.
Origen de la Deuda
El déficit fiscal de EEUU en los años sesenta, originó una fuerte devaluación del dólar. Este
hecho supuso un revés para los principales países productores de petróleo, ya que el precio
estaba fijado en dólares, disminuyendo así el valor de sus exportaciones. En 1973 los países
productores decidieron multiplicar el precio del crudo. Al ser un producto básico la demanda
se mantuvo y estos países recibieron cantidades enormes de dinero que depositaron en los
bancos de Occidente.
Esta circunstancia fue decisiva en el comienzo del problema. Los tipos de interés se
desplomaron y los bancos tuvieron que hacer frente a la situación de crisis financiera
internacional. Había mucho dinero que tenía que ser prestado para poder obtener
rentabilidad del mismo y sólo los países del Sur, con carencias estructurales, aceptaron esos
préstamos para mantener el modelo de desarrollo y hacer frente al incremento del precio del
petróleo.
Los bancos adoptaron una política crediticia irresponsable ya que no tomaron las
precauciones sobre la posibilidad de impago, despreocupándose de la ejecución de los
proyectos para los que se solicitaba el dinero.
Por su parte los gobernantes de los países del Sur no cesaban de aceptar los atractivos
créditos. Los préstamos tenían tipos de interés variables, en una situación de inflación alta, lo
que hacía que hubiera un tipo de interés real bajo (3-7%).
Los gobiernos de los países del Sur destinaron una gran cantidad de estos préstamos a fines
improductivos. Se calcula que una quinta parte se dedicó a armas, a menudo para sostener
regímenes opresores. Alrededor de un quinto del total de la deuda tiene su origen en créditos
concedidos en periodos de dictaduras. Sólo una parte pequeña del dinero se destinó al
desarrollo del país y benefició a los sectores más necesitados.
En el comienzo de los años ochenta los tipos de interés de los créditos subieron, empujados
por el crecimiento de éstos en los EEUU (a consecuencia del déficit fiscal). Paralelamente se
incrementó de nuevo el precio del petróleo y cayeron los precios de los productos agrícolas
en los que los países del Sur basaban sus exportaciones. Como consecuencia estos países
estaban recibiendo menos dinero que antes por sus exportaciones y pagando más que
nunca por los préstamos y por las importaciones. Para poder afrontar esta situación tuvieron
que pedir nuevos préstamos.
A partir de entonces las concesiones de nuevos préstamos llevaron aparejadas condiciones,
que se centraban no en la ejecución de la finalidad para la que se solicitaba el préstamo o en
la orientación del proyecto al desarrollo del país, sino en la sostenibilidad económica del
Estado, con el fin de que fuera capaz de devolver la deuda. Los gobiernos deudores desde
entonces tienen que aceptar que se impongan programas muy estrictos económicamente
antes de renegociar sus deudas o pedir prestado más dinero. Las consecuencias
macroeconómicas de estas medidas, conocidas como programas de ajuste estructural, han
sido en general positivas, pero al mismo tiempo han ocasionado un fuerte desequilibrio
social, empeorándose las condiciones laborales y aumentando la pobreza y la desigualdad.
Responsables de la Deuda
o Los Estados acreedores, por su parte, han supeditado el desarrollo del Sur a las fórmulas
técnicas para facilitar a los acreedores el cobro de los créditos.
o Con relación a la actuación de los Estados deudores hay que destacar los fatales efectos
para estos países de las actuaciones de los gobernantes (adquiriendo en nombre del país
préstamos excesivos y sin diseños realistas de la inversión para poder restituirlos).
Además los gobiernos de los distintos países deudores actuaron, por motivos que no son
ajenos a la división en bloques de la Guerra Fría, de forma descordinada en la defensa de
sus posturas, perdiendo así la capacidad de rentabilizar su papel, frente a la unidad de
acción de los acreedores.
Consecuencias de la Deuda
o Los países más endeudados carecen de las infraestructuras y servicios sociales con
los que mejorar las condiciones de vida de su gente. Son Estados en los que la situación
de gran parte de la población hace que el gasto social sea imprescindible para el
desarrollo del país. El esfuerzo de destinar importantes cantidades al pago de la deuda no
logra reducir el importe total de ésta, que sigue creciendo a un ritmo de 20% anual, lo que
convierte el problema de la deuda en un círculo vicioso, sin salida.
o En el caso de las personas, existen unos límites a las acciones de ejecución para
recuperar las deudas. De este modo, aunque el importe de la deuda sea alto, no llega
nunca a afectar a las necesidades básicas del deudor. Este concepto no existe para los
Estados en el Derecho Internacional. Cuando los países empobrecidos quedan
profundamente endeudados, su economía se degrada profundamente.
o También son relevantes los efectos de división social que han tenido los préstamos y
que siguen provocando los programas de ajuste. La deuda canalizó la mayor parte de los
préstamos a una elite minoritaria, ya de por sí social y económicamente privilegiada.
Los efectos devastadores de la deuda son más notables en los pueblos que viven en el
Tercer Mundo, pero los países ricos acaban padeciendo también las consecuencias de esta
situación.
Las principales consecuencias de la deuda en los países occidentales son las siguientes:
o Destrucción del medio ambiente. Uso irracional de los recursos, utilización de los recursos
comunes (océanos, atmósfera) y de los países del Sur como receptores de las basuras
radioactivas y nucleares, destrucción de la capa de ozono, calentamiento del planeta, etc.
o Pérdida de empleo y mercados debido a los planes de ajuste, con las consiguientes
privatizaciones de empresas estatales.
o Tráfico de armas. Es el primer negocio del mundo, por el volumen de dinero que mueve.
Armamento ligero, adaptado a los conflictos actuales, que incorporan niños y jóvenes a los
ejércitos. Proliferan las minas antipersonas.
Deuda externa en el Perú
Según datos de diciembre del año 2003, el Perú tiene una deuda de más de 29 mil millones
de dólares, de los cuales 22 mil millones son deuda del Estado peruano y 7 mil millones,
deuda de los bancos y las empresas peruanas.
Datos importantes
o De los 22 mil millones de la deuda del Estado, 8 mil millones son deuda que se llama
Bilateral, que es la que tenemos con países determinados, mayormente países ricos
(Alemania, Bélgica, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Holanda,
Noruega, Reino Unido, Suecia, etc.). Dichos países están agrupados en un club de
acreedores que se llama el Club de París.
o Nuestra deuda con países de Europa del Este asciende a 32 millones; con otros países de
América Latina (Brasil, Argentina, Panamá, Venezuela) es de 50 millones.
o La deuda del Estado es mayormente de mediano y largo plazo, pactada a varios años.
o Los bancos peruanos deben poco más de 700 millones y es una deuda a corto plazo.
o Las empresas peruanas deben cerca de 6,200 millones, y si bien son deudas privadas,
cuentan con el aval del Estado; si las empresas no pagan el Estado tiene que responder
por ellas.
o El país al que más le debemos es Japón (3,700 millones, que representa el 16.4% de
nuestra deuda pública), que es el país más inflexible para negociar o reducir la deuda.
o A inicios de los 70, la deuda externa pública del Perú no llegaba a los mil millones de
dólares. En 1995 llegó a un pico de 25 mil millones y desde entonces ha ido disminuyendo,
pero manteniéndose cercana a los 20 mil millones.
El riesgo país va afectar las decisiones de inversión y las decisiones de ahorro, la capacidad
y la disponibilidad de las personas y los bancos para endeudarse. Es decir, se trata de un
aspecto relevante para determinar que ocurre con el financiamiento de la economía.
Análisis Situacional
La economía, para el 2001, había estado en recesión durante 36 meses, por los eventos
internacionales que se produjeron como la crisis asiática, que comenzó en 1997. Pero dentro
de la crisis se puede distinguir varias etapas. Una de ellas es representada en el momento
en que la crisis golpea efectivamente a la economía, cuando se cortaron las líneas de
crédito; en ese entonces el ministro de economía era Jorge Baca.
No está demás repetir que el principal compromiso asumido por el presente gobierno radica
en generar empleo masivo y adecuado, para hacerlo debería consistir en la reactivación
generalizada de la economía, a partir de una agresiva política macroeconómica. La dificultad
estriba en la forma específica de promoverla, dadas las limitantes reales o aparentes que
tenemos en frente.
Un apretado diagnóstico de los graves obstáculos -acumulados a lo largo del último lustro-
que dificultan la reactivación de la economía obliga a mencionar, cuando menos, los
siguientes: las altas tasas activas de interés, el elevado grado de endeudamiento (y
morosidad) familiar y empresarial, el altísimo nivel de dolarización de facto de la economía y
el pesado servicio de la deuda externa. A los que habría que agregar, obviamente, el
paupérrimo poder de compra de la gran mayoría de la población, la poca inversión privada y
el comprimido gasto público. A ello se suman las tremendas amenazas externas que podrían
derivar en una crisis económica de proporciones globales, que no auguran el ingreso
sustantivo de financiamiento foráneo y de inversión directa extranjera en el futuro cercano, a
pesar de los éxitos alcanzados en la Mesa de Donantes.
Las elevadas tasas activas de interés y la ausencia de sujetos de crédito impiden lubricar
adecuadamente el aparato productivo, cuando menos por tres motivos:
En ese mismo sentido actúa la dolarización espontánea de la economía, que persiste desde
1989, a pesar de la bajísima inflación y el reducido riesgo-país. Esa dolarización de la
economía obliga a mantener prácticamente fijo el tipo de cambio para evitar consecuencias
indeseables, pero que a la larga agravan el problema. Lo que significa, de una parte, que la
sobrevaluación del sol seguirá acrecentándose, no solo respecto al dólar, sino sobre todo en
relación con nuestros socios comerciales latinoamericanos, con lo que continuará
deteriorándose nuestra balanza de pagos externa, a pesar de la recesión doméstica que ha
venido recortando perversamente nuestras importaciones.
De otra parte, una devaluación razonable del tipo de cambio para recuperar paridad- llevaría
a la quiebra, no solo a las familias y a las empresas endeudadas en moneda extranjera y que
perciben ingresos en soles, sino que acabaría con todo el sistema financiero. Y, como es
evidente, esa casi-obligación de mantener el tipo de cambio fijo en un sistema cambiario
flexible frena aún más los estímulos que deberían ofrecerse a los exportadores no
tradicionales y a los que sustituyen importaciones.
El pesado servicio de la deuda pública externa, que asciende a US$ 2.000 millones anuales,
absorbe parte importante del precario presupuesto público y que, por añadidura, representa
una pesada carga adicional para la balanza de pagos, imposibilitando una reactivación del
consumo personal y de la inversión privada que podrían derivar de una expansión acelerada,
aunque temporal, del gasto y la inversión públicas.
Ciertamente la reactivación por medio del gasto público tiene sus límites. Un alto déficit solo
es sostenible por un año y hasta por dieciocho meses. Cuando se vaya copando la
capacidad ociosa de producción y la restricción externa, habrá que ir regresando a la
normalidad paulatinamente.
Conclusiones
o En lugar de pagar la deuda externa, en el Perú, estamos pagando los interés y que hay
muchos países que no tienen para pagar la deuda y sus interés siguen creciendo, por eso
hay instituciones que ayudan a los países que están altamente endeudados a que su
deuda sea condonada
o Son 41 países los que están clasificados como altamente endeudados por el banco
mundial.
o El origen de la deuda externa en el mundo se dio por la devaluación del dólar en los 60's.
o El pequeño nivel de ahorro que tiene el Perú, entre el 15% y 16% del PBI al año, no es
suficiente para asegurar un proceso de inversión que garantice una tasa de crecimiento
sostenida. Por eso, el crecimiento del PBI peruano depende también de la inversión directa
extranjera y de los préstamos de largo plazo.
o Lo que nos hace más pobres es que nuestro país adolece de recurso, de instituciones o
reglas y de tecnologías, para utilizar lo que tiene, y crecer en un ambiente en el que la
globalización no es algo opcional.
o El Déficit Fiscal para el presente año se pronostica en 2.7% del PBI, pero si se mantiene
un escenario de austeridad, es decir que no se produzca aumentos salariales para el
sector público, medidas tributarias, entre otras, según algunos especialistas indican que
aun podría reducirse hasta un 2.4% del PBI.
o En materia de endeudamiento externo, se tiene dos vías, una es cumplir los compromisos
adquiridos, y dos implementar una política de endeudamiento que racionalice y priorice los
pagos venidos del exterior. Una política de endeudamiento que sin desconocer las
innumerables necesidades que tiene la economía nacional
Bibliografía
Introducción
Origen de la Deuda
Responsables de la Deuda
Consecuencias de la Deuda
Datos importantes
Conclusiones
Bibliografía