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(1944-2004)
Sede de UNESA en Madrid
EL SECTOR ELÉCTRICO A TRAVÉS DE UNESA
(1944-2004)
ÍNDICE
Presentación
Prólogo
I PARTE
índice 7
79 CAPÍTULO 4: EL SECTOR ELÉCTRICO DESDE LA CREACIÓN DE UNESA HASTA
LA CRISIS ENERGÉTICA
4.1 Creación de nuevas empresas (1944-1973)
4.2 La autarquía (1944-1952)
4.3 La liberalización económica (1951-1959)
4.4 Los años de desarrollo (1960-1973)
4.5 El papel de UNESA: Planes Eléctricos Nacionales y otras
actividades
4.6 Presencia progresiva de UNESA en los Foros Nacionales e
Internacionales
8 índice
145 CAPÍTULO 8: LA LIBERALIZACIÓN DEL SECTOR ELÉCTRICO (1997-2003)
8.1 Tercer Protocolo Eléctrico
8.2 La Ley del Sector Eléctrico
8.3 Principales agentes del sistema
8.4 El papel actual de las Administraciones Públicas
8.5 Órganos de Gestión del Sistema
a) Operador del Mercado de Electricidad (OMEL)
b) Operador del Sistema
8.6 Empresas comercializadoras
8.7 Transformación jurídica de Unidad Eléctrica, S.A. en la
Asociación Española de la Industria Eléctrica
II PARTE
III PARTE
índice 9
ANEXOS
10 índice
BIBLIOGRAFÍA
Archivos de UNESA.
La Energía Eléctrica en España durante el último cuarto de siglo y sus
perspectivas futuras. UNESA. 1969.
Publicaciones de UNESA.
Memorias Estadísticas de UNESA.
Memorias de las Asociaciones de UNESA (ASINEL, AMYS y ADAE).
La Electricidad en España. 313 preguntas y respuestas. UNESA. 2003.
Trabajar en el Sector Eléctrico. Íñigo de Oriol e Ybarra. 1988
ENDESA en su Historia (1944-2000)
Cien años de Historia de Iberdrola. 2001.
Los Hombres – Manuel Muriel Hernández.
Los Hechos. Alvaro Chapa
Primeros pasos de la Luz Eléctrica en Madrid. Unión Fenosa. José Mª
García de la Infanta. 2002.
Compañía Sevillana de Electricidad. Cien años de Historia. 1994.
Desarrollo de la Industria Eléctrica en España. Revista “Energía”. J.
Fraile Mora, P. García Gutiérrez, Fraile Ardany y J.R. Wilhelmi Ayza.
2001
Simposio sobre el “125 Aniversario de la Electrificación en España
(1879-2004)”. Jornadas organizadas por el Consejo General de Colegios
Oficiales de Ingenieros Industriales.
“Un empeño industrial que cambia a España. 1850-2000”. Siglo y
medio de Ingeniería Industrial. José Mª Martínez-Val. 2001.
índice 11
PRESENTACIÓN
Como es lógico, la configuración actual del Sector Eléctrico Español viene a ser la
consecuencia última de los hechos que se han ido registrando a lo largo de sus más
de ciento veinte años de historia, por lo que un repaso de los mismos desde una ins-
titución sectorial puede ayudar a entender mejor cuál es su perfil social, institucional
y empresarial en los momentos actuales y en el futuro previsible.
A pesar de que la producción eléctrica a niveles industriales cuenta con algo más de
cien años, la electricidad se ha convertido en un bien tan necesario para la vida y para
la actividad económica en todos los países que han alcanzado un mínimo grado de
desarrollo, que nos resulta casi imposible imaginar un mundo que carezca de ella. No
están demasiado lejos en el tiempo las frecuentes restricciones eléctricas que, por razo-
nes que más adelante comentaremos, hubo que aplicar en España en las décadas de
los años cuarenta y de los cincuenta.Y, sin embargo, cualquier interrupción en el sumi-
nistro que pueda producirse en la actualidad es concebida ya como la carencia de un
bien esencial, con la misma gravedad que conlleva la carencia de agua o de alimentos.
Y es lógico que así sea. No hay que profundizar mucho para tomar conciencia del
papel esencial que juega hoy la electricidad en la vida cotidiana de la práctica totali-
dad de los ciudadanos, hasta el punto de constituir un elemento fundamental en la
consecución de la calidad de vida propia de un país desarrollado. De la misma forma,
tampoco es preciso un excesivo ejercicio de imaginación para darse cuenta de que sin
la electricidad la gran mayoría de las actividades industriales serían imposibles, o
habría que efectuarlas en condiciones económicas y laborales que implicarían un
coste social que hoy consideraríamos intolerable. En definitiva, si desde un punto de
vista económico estricto esta afirmación podría resultar excesiva, desde una perspec-
presentación 13
tiva social podemos sostener que la electricidad es un bien de primera necesidad en
todos los ámbitos.
No se pretende con todo lo anterior enfatizar el papel que ocupa el Sector Eléctrico
en la vida económica y social de una nación, ni conseguir ningún tipo de reconoci-
miento especial para él por parte de la sociedad. Pero sí resulta conveniente llamar la
atención sobre la paradoja que supone el que en el subconsciente de los ciudadanos
no se asocie, de manera inmediata, la presencia de un bien esencial para la vida
actual, con el trabajo que es preciso desarrollar para que ese bien sea disponible en
la cuantía y momento preciso.
Un trabajo que, por lo que se refiere a España, es llevado directamente a cabo por
unas treinta mil personas, en un sector cuyo inmovilizado en explotación y desarro-
llo tiene hoy un valor superior a los 40.000 millones de euros, con unas instalaciones
que están incorporando continuamente tecnologías avanzadas de primera fila.
Por el contrario, detrás de ese simple y mecánico gesto con el que encendemos una
bombilla al pulsar un interruptor hay –como en otros muchos sectores industriales de
nuestro sistema económico y social– un ingente trabajo y una Historia relativamen-
te reciente pero muy intensa. Una Historia que, además, para los españoles debe ser
motivo de especial orgullo, por cuanto que el desarrollo de la industria eléctrica de
nuestro país ha jugado, y sigue jugando, un papel de primera línea a nivel mundial
en muchos aspectos, como se verá en este libro.
Así, estas páginas van a intentar informar al lector de las características y datos más
sobresalientes de ese trabajo y de esa Historia, describiendo cómo nació y se desarro-
lló el Sector Eléctrico español, cuál es su situación actual, cuáles son las líneas que
previsiblemente van a caracterizar su desarrollo en el futuro inmediato y cuál es su
configuración institucional.
Sólo me queda agradecer esta aportación que resulta del trabajo bien hecho por los
equipos de UNESA, bajo la dirección de un “histórico”como es el Ingeniero Vicente
Gil Sordo.
14 presentación
PRÓLOGO
UNESA vista desde una perspectiva personal
I
no de los sucesos relevantes de mi vida, ya larga por la gracia del cielo, de los
U que debo confesar que me siento más satisfecho, fue mi incorporación a
UNESA, como su Secretario General, a finales de 1948, comienzos de 1949, cargo en
el que permanecí hasta 1953, aunque continué manteniendo con la sociedad desde
entonces una relación constante, aunque ya fuese menos directa.
Yo era entonces, 1948, un joven Letrado del Consejo de Estado, donde había ingre-
sado año y medio antes. Quien me propuso para el cargo fue una persona a quien yo
conocía por ser hermano de quien se había casado con una prima carnal mía, Juan
Antonio de la Herrán y de las Pozas, persona en verdad de primera calidad, que había
sido Secretario General de Hidroeléctrica Ibérica y que había jugado desde entonces
un papel decisivo en la industria eléctrica: primero en la fusión de esa Sociedad, que
era la tradicional en el País Vasco, con Saltos del Duero, S.A., formando Iberduero (de
la que él pasó a ser Consejero); después había participado directamente en la crea-
ción de UNESA en 1944, cuyos Estatutos había redactado íntegramente de su mano.
Juan Antonio de la Herrán sintió por mí un afecto especial y una fe en mis capacida-
des que no acababa de explicarme bien, afecto que le llevó, primero, a proponerme
trasladarme a Bilbao para desempeñar la jefatura de la Asesoría Jurídica de Iberduero.
Aunque él hizo lo posible por que yo aceptara ese ofrecimiento excepcional y un
tanto sorprendente para quien no había cumplido aún los treinta años y carecía aún
de verdadera experiencia profesional, yo logré resistirme, con el doble argumento de
que me hacía una gran ilusión ejercer mi carrera del Consejo de Estado y, a la vez,
prepararme para opositar a una cátedra de Derecho Administrativo, que sentía que
era mi verdadera vocación. Durante semanas insistió conmigo, aunque el proyecto de
una carrera docente le indujo a respetar, finalmente, mi decisión. Pero pocas sema-
nas después me llamó, triunfante, para decirme que había encontrado el puesto ópti-
mo para mí, que resultaría completamente compatible con mi proyectada carrera uni-
versitaria.
prólogo 15
Ese puesto era el de Secretario General de UNESA, cuyas funciones me resumió y
que recuerdo que me dijo que tenía el más impresionante Consejo de Administración
de España, compuesto por la totalidad de los Presidentes de las grandes entidades
financieras, que lo eran, a la vez, de las más de veinte sociedades eléctricas que eran
entonces las primeras empresas productoras y distribuidoras de la electricidad de
España, más los Directores Generales de esas mismas empresas. Me describió un
futuro profesional brillante, dada mi juventud y lo que él creía que eran mis capaci-
dades. Tras meditarlo unos días, concluí aceptando.
Eso era todo el aparato de la sociedad, que cabía cómodamente en un piso no muy
grande del número 9 de la calle Juan de Mena de Madrid (un suceso mayor, creo
recordar que subsiguiente al Decreto básico de tarifas de 1951, fue el traslado de las
oficinas al número 16 de la calle Serrano).
II
UNESA tenía entonces por definir buena parte de su propio papel. Como es sabido,
UNESA, creada como Sociedad Anónima en 1944, tenía un único título jurídico
como uno de los protagonistas de la gestión en España del servicio de la electrici-
dad, la sorprendente Orden ministerial de 2 de diciembre de 1944 (Boletín Oficial
del Estado de 2 de febrero), cuyo texto relevante dice, simplemente:
Artículo 2º. La Dirección General de Industria dará las órdenes oportunas para el
cumplimiento del plan aprobado en el artículo anterior”.
16 prólogo
Despedida homenaje a
Eduardo García de Enterría,
del Comité Jurídico de UNESA.
La situación del servicio público (así calificado formalmente por el Real Decreto-Ley
–rebajado a simple Decreto por la República– de 12 de abril de 1924) de la electrici-
dad era hasta ese momento sumamente simple y, hay que decirlo ya, radicalmente
ineficiente. La electricidad, producida casi en su totalidad mediante saltos de agua, se
regía por el instrumento de una concesión propia de cada salto, que fijaba el caudal
concedido y la potencia en caballos resultante de cada aprovechamiento, así como las
tarifas (cada salto tenía unas distintas, atendiendo a su singularidad y al nivel de
inversión y producción calculado) con las que podía venderse al público la energía
producida. El Real Decreto de 14 de junio de 1921, que había sometido a un plazo
temporal máximo (75 años normalmente y en algún caso 100) las hasta entonces
concesiones perpetuas, había avizorado ya una “red general de distribución”a la que
prólogo 17
los concesionarios de saltos de agua deberían ceder “el sobrante de fuerza”, siempre
que la concesión se hubiese destinado “a determinados servicios públicos”.
La guerra civil fue el factor determinante de la crisis de ese sistema jurídico tan ele-
mental, tanto por las destrucciones que incidieron sobre muchas instalaciones como
por la congelación de las tarifas eléctricas, unida a la entrada en una situación de
inflación y de correlativa devaluación del dinero. Las tarifas concesionales de cada
salto constituían un valladar difícilmente evitable. La Administración, por la concep-
ción contractual estricta del instrumento de la concesión, pretendía que las empresas
trabajasen a pérdida, pues habían consentido de modo expreso las tarifas.
Recuérdese que fue esta concepción formalista de los instrumentos jurídicos, mante-
nida contra el más elemental sentido común, la que llevó a la crisis al servicio ferro-
viario (modelo primero de los servicios públicos prestados por concesionario), que
determinó como salida forzosa la nacionalización del servicio en 1940, con la crea-
ción de Renfe.
Esta experiencia constituía un verdadero y terrible fantasma para las empresas eléc-
tricas tras el final de la guerra civil y el empeoramiento económico determinado por
la posterior guerra mundial, que redujo casi en su totalidad las nuevas inversiones.
La implantación de un inevitable régimen de “restricciones eléctricas”, con su graví-
sima incidencia sobre toda la actividad económica, fue el detonante de la crisis defi-
nitiva de todo el tradicional sistema de regulación.
18 prólogo
“interconexiones”entre empresas eléctricas para poder articular una respuesta global
a la situación de restricciones, rompiendo así la perspectiva concesional aislada pro-
pia de cada salto, que era la base jurídica de todo el sistema, como sabemos, y comen-
zando con una modesta política de interconexión de redes dentro de esas zonas.
A la vez, se inicia de forma sistemática en esos mismos años iniciales de 1940 la pro-
ducción de energía térmica, que el Gobierno encomendó a empresas del Instituto
Nacional de Industria, el INI recién creado (1941), las cuales entregan la energía pro-
ducida a las empresas privadas distribuidoras a precios tarificados con liberalidad por
el Ministerio de Industria, resuelto impulsor de esta fuente de energía que, cierta-
mente, había cultivado poco el sector privado.
Hay un momento en que la situación realmente crítica que está viviendo el sector
lleva en la consideración del Gobierno a concebir una nacionalización completa de la
producción y distribución de la electricidad, según el modelo de nacionalización que
en esta materia ofrecían Francia, Inglaterra, Bélgica en la inmediata postguerra mun-
dial, modelo que permitía una integración general de todo el sistema eléctrico de la
nación, integración por sí misma beneficiosa y eficaz, pareciendo hacer posible el
éxito que el INI había logrado con la construcción de las grandes centrales térmicas
reguladoras. Se llegaron a formular textos normativos concretos de esta posible
nacionalización, que seguramente no sería difícil localizar en los archivos.
III
Cuando yo comienzo a trabajar en UNESA, 1948-1949, me entero inmediatamente
de que la sociedad, como representante de las empresas (carácter que siempre ha
ejercitado; sólo más tarde se dobló su papel con el de una Asociación de la Industria
Eléctrica, que es la que actúa formalmente cuando es imprescindible una representa-
ción formal de las empresas), estaba negociando un nuevo régimen de tarifas, que
implicaba, a la vez, y necesariamente, una nueva ordenación jurídica del sector. Este
tema me interesaba especialmente, como administrativista en agraz que era.
prólogo 19
Inmediatamente entré en combate, si puede hablarse así. Había un equipo nutrido
con personal de las distintas empresas y una dirección que aseguraba el Director de
UNESA en persona, en contacto permanente con el Presidente (cuando yo comencé
a trabajar allí lo era aún Don José María de Oriol, aunque ya por poco tiempo; inme-
diatamente lo fue Don Julio Aresti, Conde de Aresti, presidente de Iberduero), y del
que formábamos parte un equipo técnico extraído de las empresas, uno de los
Ingenieros de UNESA (el otro se dedicaba casi en exclusiva al dispatching y a la liqui-
dación, complicadísima, de las cesiones y adquisiciones de energía que se producían
por órdenes verbales del “Repartidor de cargas”o dispatching que aseguraba UNESA
misma en aplicación de la Orden de 2 de diciembre de 1944, ya citada), y creo que yo
solo, inicialmente al menos, como jurista; rápidamente se constituyó una comisión de
Asesores jurídicos de las empresas que se implicó de lleno en el tema. Teníamos sesio-
nes constantes en el Ministerio de Industria (allí el protagonista negociador era, casi
en exclusiva, el Director General de Industria y más tarde Subsecretario del Ministerio
Alejandro Suárez, hombre de muy buen criterio y de notable capacidad) y en UNESA.
Permítaseme decir que yo participé en la redacción de innumerables papeles, alguno
de los cuales pienso que quizás llegara a tener algún influjo en el texto final.
Ese texto final, al que llegaron las partes tras muchos años de negociación y de deba-
te, fue el básico Decreto de 12 de enero de 1951, BOE del 2 de febrero. Quien hoy se
enfrente con este modesto texto reglamentario difícilmente podrá llegar a hacerse
una idea de sus trascendentales efectos. Comienza por despistar su convencional
título, que es éste: “Sobre ordenación en la distribución de energía eléctrica y esta-
blecimiento de tarifas de aplicación”, título que la “Recopilación Aranzadi”(que omi-
tió, además, transcribir la trascendental Exposición de Motivos) mutó en el siguien-
te, igualmente inespecífico: “Por el que se modifican los arts. 82 y 83 del Reglamento
de 5 de diciembre de 1933, de Verificaciones Eléctricas y Regularidad en el Suministro
de Energía”. Su contenido normativo parece limitarse en una primera impresión a un
complejo manejo de fórmulas técnicas, incluso de formulación algebraica puramen-
te abstracta, aunque, naturalmente, se explique el significado de cada uno de los sig-
nos. Por su contenido parecería una simple regulación de un cálculo unitario de las
tarifas eléctricas. Pero el texto es mucho más que eso, es una nueva y sustancial regu-
lación de todo el servicio público de la electricidad en nuestro país.
1º La ruptura definitiva del anterior criterio central de regulación del servicio público
de la electricidad a partir de los diversos y múltiples instrumentos concesionales (o
autorizativos, para las centrales térmicas), que era el criterio de la regulación anterior,
desde el origen mismo de la electricidad como energía industrial. Ahora el Decreto
articula un sistema general y unitario, cuya principal manifestación pasa a ser la que
llama “Red General Peninsular”, global y unitariamente regulada. El cambio de pers-
pectiva es, pues, radical. Pocas veces podremos encontrar una alteración tan drástica
del cuadro regulador de un servicio público.
20 prólogo
2º En la Exposición de motivos parece justificarse inicialmente ese verdadero “giro
copernicano”en la conveniencia de establecer “un sistema general y unitario de tari-
fas”, al cual, por cierto, se echa la carga de soportar unitariamente los mayores cos-
tos de la energía térmica, cuyo estímulo se considera esencial y a la que se asigna “la
función compensadora general de la energía de origen hidráulico”. Ello obliga a
“modificar esencialmente la situación presente de la economía eléctrica”, debiendo
incrementarse “la política de hacer posible y estimular las cesiones de energía entre
empresas y zonas, no sólo en momentos de emergencia, sino con carácter de cierta
permanencia y respondiendo a un programa de producción que tienda a garantizar un
abundante suministro de energía en todo el país en condiciones de máxima economía”.
5º Quizás el concepto esencial sea éste: “Siendo la industria eléctrica una de las activi-
dades en las que la coordinación de los medios de producción y la concentración de redes
y sistemas presenta mayores ventajas en los órdenes técnico y económico -siendo ésta
la finalidad que invocan los países que han procedido a nacionalizar este servicio-, el
Estado, que propugna y mantiene los principios generales de defensa de la iniciativa priva-
da, ha de proceder en tal forma que, por medio de regulaciones y unificaciones como las que
por este Decreto se establecen, se produzcan, en beneficio de los consumidores, resultados
similares a los que se obtendrían por una concentración en una sola mano de los medios
de producción”. Párrafo, en verdad, decisivo. No se puede ser más explícito: la cons-
titución e integración de un nivel unitario de explotación de la “Red General
Peninsular”, y de los medios de generación de energía que la nutren, busca “concen-
trar en una sola mano” la totalidad de los medios disponibles en “redes y siste-
mas”, buscando así los mismos resultados positivos que los que invocaron, con éxito,
los países que habían procedido a nacionalizar toda la electricidad. Diré, al margen,
que en varias de las reuniones internacionales de productores y distribuidores de
electricidad a los que UNESA asistía mientras yo estuve, varios delegados de los
entes nacionalizados (especialmente, creo recordar, los belgas) afirmaron que con el
sistema español resultante de ese Decreto de 1951 no hubiese habido necesidad nin-
guna de proceder a una onerosísima nacionalización de la industria eléctrica (el
mismo argumento de las ventajas de la unificación y la gestión conjunta del sistema
se alegó más tarde en Italia cuando en 1962 se llegó a la misma nacionalización de la
industria eléctrica, concentrada en la entidad pública ENEL, cuyo proceso de privati-
zación, por otra parte, se ha iniciado ya, así como se ha consumado en Gran Bretaña).
6º El Preámbulo concluye diciendo: “En general, y a lo largo de los últimos años, las
prólogo 21
empresas eléctricas han respondido en forma satisfactoria a las medidas de ordena-
ción y coordinación adoptadas por los organismos competentes para hacer frente a
las constantes dificultades originadas por el incremento creciente de la demanda,
superando constantemente a los muy elevados de la producción, sobre todo en años
de excepcional sequía, y ello hace esperar fundadamente que esta disposición, que
satisface lógicas aspiraciones y que representa un paso más y muy importante
en el sentido de la racionalización de estos servicios, produzca los beneficiosos
resultados que se persiguen”. Este párrafo es un elogio explícito a la función objetiva
y racionalizadora que supieron cumplir las empresas desde 1944 a través del magní-
fico instrumento que resultó ser UNESA.
La parte dispositiva de este capital Decreto precisó, por una parte, que la Red General
Peninsular será “la integrada por los sistemas eléctricos de aquellas entidades que
individualmente o por agrupación técnica de varias, mediante enlaces que permi-
tan la cesión o intercambio de energía, produzcan o distribuyan una suma de
energía eléctrica igual o superior a 25.000.000 kilovatios hora por año”. Estas empre-
sas así integradas en la Red General Peninsular “vendrán obligadas a transportar a
través de sus redes las cantidades de energía que, en atención de necesidades de uti-
lidad pública, ordene el Ministerio de Industria... en las condiciones económicas que
para cada caso serán fijadas, cuando no se llegue a acuerdo entre las empresas, para
los transportes o desplazamiento de energía entre las mismas”. También en otro
lugar del Decreto se define la obligación de las empresas de “adquirir energía dispo-
nible de origen térmico o hidráulico procedentes de reservas a favor del Estado o pro-
ducidos por centrales de empresas públicas o privadas”. La actuación de todas estas
órdenes se confía al Ministerio de Industria, aunque para no llegar a tales órdenes
coactivas se prevé que las excluye el hecho de que las empresas puedan “estable-
cer libremente acuerdos”, acuerdos cuya gestión constituirá (como ya lo habían
hecho desde su mismo origen) una de las funciones preferentes de UNESA.
Las “tarifas tope unificadas” serían uniformes en todo el territorio (como aún conti-
núan siéndolo, por cierto, lo cual no parece ya razonable). Hay una referencia, ya his-
tórica, a las “tarifas de concesión propias de cada salto hidroeléctrico”, para prever
que dejarán ya de ser preceptivas, limitándose Industria a comunicar a los servicios
hidráulicos cuáles son las “tarifas tope unificadas”, que serán las aplicables.
Tales “tarifas tope unificadas” se forman a través de una fórmula polinómica que
expresa el Decreto y que pretende descomponer el valor relativo de todos los facto-
res de coste de producción de la energía, y ello a partir de un año-base, que se fijó en
el de 1935; a cada uno de esos factores se asigna un coeficiente que intenta reflejar
su importancia relativa en ese coste (de modo que el conjunto de los coeficientes
suma uno). Esos factores son los siguientes: amortización del capital (incluyendo
renta e impuestos), gastos de personal, gastos varios (excluidos los dos anteriores),
relación entre kilovatios producidos y kilovatios facturados (o pérdidas de transpor-
te, en sentido técnico). Esta fórmula polinómica se erige en base de la “tarifa suficien-
te” en cada momento y también para su revisión periódica cuando el precio medio
actual “aumente o disminuya en un 5 por 100”.
El sistema pretendía ser automático, pero el Tribunal Supremo negó en varias ocasio-
22 prólogo
nes (a partir de la Sentencia de la Sala 4ª de 6 de febrero de 1958; recuérdese que aun
la Ley de la Jurisdicción contencioso-administrativa de 1956 no había producido aún
sus capitales efectos) que las empresas, contra el mismo texto del Decreto, tuviesen
un verdadero derecho a obtener la revisión de las tarifas una vez superado ese mar-
gen legal matemáticamente definido. A ese precio habría de añadirse lo necesario
para constituir un fondo especial de nuevas construcciones, el mayor coste de la
energía térmica y la protección de ciertos suministros especialmente protegidos (el
más relevante, Renfe). Este sistema de compensaciones, que llegó a disponer de can-
tidades muy importantes, sería administrado por una “Oficina de Liquidaciones de
Energía”, OFILE, a la que las empresas debían remitir los importes correspondientes
a esta parte de la tarifa recaudada por ellas, sistema pronto modificado y posterior-
mente suprimido, con buen acierto.
El sistema funcionó con una notable eficacia. Tras la aprobación final de las tarifas
según el esquema del Decreto de 12 de enero de 1951, que se hizo por Orden de 23
de diciembre de 1952, el sistema de restricciones quedó rápidamente superado y la
industria eléctrica española entró en un período de expansión que rindió a la econo-
mía nacional un servicio ejemplar, haciendo posible el espectacular desarrollo econó-
mico que se manifestaría ya, espectacularmente, en la década de los 60.
IV
En 1953 me vi en la necesidad de abandonar mi trabajo en UNESA para concentrar-
me en la preparación de una Cátedra de Derecho Administrativo (me había doctora-
do en 1952, estando aún en UNESA), que concluí ganando a finales de 1956.
Después de esta vacación recibí aún el honor de un nuevo encargo de UNESA, ya
como abogado fuera de sus plantillas, el de redactar un “Convenio general de arbi-
traje”entre todas sus empresas miembros que excluyese formalmente la necesidad de
que la decisión fuese dictada imperativamente por el Ministerio de Industria. Se tra-
prólogo 23
taba, pues, de sustituir la posibilidad final de una intervención de la Administración
en estas materias, en las que UNESA se había hecho maestra, como ningún funcio-
nario podría llegar a conseguir. Era un perfeccionamiento del sistema de autogestión
del sistema eléctrico, bajo la vigilancia de Industria. Tengo que confesar que para
redactar lo que concluyó siendo el “Convenio General de Arbitraje”entre las empre-
sas de UNESA acudí al modelo, bien rodado, del arbitraje internacional, lo cual, a mi
juicio, subrayaba de paso el carácter verdaderamente “soberano” de cada empresa
sobre sus propios medios, no obstante las técnicas de integración y de acción conjun-
ta. El Convenio fue aceptado por las empresas de UNESA sin grandes variantes.
Prácticamente, pues, puedo decir que toda mi vida profesional he trabajado en rela-
24 prólogo
ción con UNESA, más o menos intensamente. De esta experiencia me queda muy fir-
memente la impresión de la excelencia de sus métodos de trabajo, de la objetividad
de su actuación, de la rara calidad de sus gestores y, correlativamente, del gran servi-
cio que UNESA ha venido aportando durante más de medio siglo a toda la econo-
mía española.
Mayo de 2005
prólogo 25
Primer foco eléctrico, instalado en la Puerta del Sol, en Madrid (1875).
I PARTE
Sin tratar de abordar aquí con detalle el desarrollo histórico, en la búsqueda de los
orígenes habría que remontarse más de seis siglos, cuando se conocen las primeras
manifestaciones de la existencia de electricidad estática. Hacia el año 1600, se pro-
ducen los primeros trabajos del médico británico William Gilbert sobre el magnetis-
mo y las propiedades de atracción del ámbar. Estos efectos de la electricidad estática
fueron, sobre todo, objeto de curiosidad y diversión en salones y ferias, quedando en
un segundo plano como tema de preocupación por parte de científicos e investiga-
dores. Habrá que esperar al siglo XVIII para que la electricidad se convierta en un
auténtico campo de investigación científica. A partir de entonces, los avances se
suceden con cierta continuidad. Los estudios más importantes de la época aparecen
ya relacionados con descubrimientos referentes a las propiedades y aprovechamien-
to de la electricidad.
Después, este tipo de experimentos se utilizaría en los trenes. Así, el primer motor
eléctrico para arrastrar vagones en el ferrocarril fue construido en 1879 por el ale-
mán Warner Von Siemens. En este experimento el tren alcanzó la velocidad de 6,5
km/hora. Veinticinco años más tarde, en 1904, un motor experimental alcanzaría
velocidades que duplicaban la de los modelos más rápidos de la época. Tenía la des-
ventaja de que el motor eléctrico exigía la electrificación de la línea a lo largo de todo
el trayecto.
Visto con ojos de hoy, llama la atención que la entonces prestigiosa revista Nature
no diera mucha importancia a la bombilla en su presentación. Sin embargo, en 1883,
es decir, cuatro años más tarde, Edison producía ya 100.000 bombillas al año, y diez
años más tarde alcanzaba la cifra de 4.000.000/año. Para entonces las redes de distri-
bución de electricidad se extendían por las principales ciudades norteamericanas.
El invento de la bombilla ha sido, sin duda, uno de los más relevantes de la humani-
dad, ya que permitió la sustitución de velas, lámparas de aceite o gas y el fuego de
las chimeneas, que constituían las únicas fuentes de luz en los hogares. El humo y el
hollín ennegrecían las paredes de las casas, y las emanaciones de gas producían
numerosos accidentes.
En resumen, nos encontramos con que a finales del siglo XIX hay una divulgación
rápida de la lámpara de incandescencia, desde su presentación simultánea en
Inglaterra y Estados Unidos, por Swan y Edison respectivamente; por otra parte,
Gramme había perfeccionado el arco voltaico para el alumbrado, y también existían
aplicaciones de la electricidad como fuerza motriz. Se entabla entonces una batalla
comercial entre la electricidad y el gas, ante lo cual muchas empresas gasistas se
apresuran a producir ambos tipos de energía final y a desarrollar las tecnologías
Pila de Volta para producir corriente continua (1800).
(Unión Fenosa). necesarias para su utilización. Comienza así el período industrial de la electricidad
en el mundo.
Por su parte, la sociedad madrileña se hizo eco en ese mismo año de la iluminación
de la Plaza de la Armería y del Congreso de los Diputados mediante una “pila gal-
vánica”. Al año siguiente, fueron instalados en el barrio de San Gervasio de
Barcelona varios telégrafos eléctricos, ubicados en diversos establecimientos, que
permitían dar la alarma en caso de robo.
Estas instalaciones, que serían más tarde utilizadas por diversas entidades oficiales,
Experimento de Oersted (1820). Desviación de una constituyeron una de las primeras experiencias realmente prácticas de aprovecha-
aguja imantada por la acción de una corriente eléctri-
ca. (Unión Fenosa). miento de la electricidad. En efecto, aunque ya en 1858 un Real Decreto obligó a la
Poco tiempo después, una segunda “Gramme”de mayor potencia fue adquirida por
la Escuela, también por mediación de los señores Dalmau. Esta segunda máquina
sería empleada por Francisco y Tomás José Dalmau para efectuar, en 1875, una
demostración de alumbrado por arco eléctrico en Barcelona, que tuvo una gran
repercusión social. La máquina fue instalada en la fragata Vitoria, que se encontraba
anclada a tres kilómetros de distancia de tierra, y era accionada por medio de la
máquina de vapor de la fragata. La luz proporcionada por la máquina Gramme logró
iluminar las Ramblas, así como también el castillo de Montjuïc y parte de los altos
de Gracia. Los empresarios Dalmau habían contratado ya para llevar a cabo esta
experiencia al Ingeniero Narcís Xifré, que había sido formado en la Escuela de
Industriales de Barcelona.
Tras La Maquinista Terrestre y Marítima, que puede ser considerada como la primera
empresa española que suscribió un contrato de suministro de electricidad, vienen
nuevos clientes: Tejidos Tolrá en Castellar, Hilados Ricart en Manresa, el Canal
Imperial de Aragón, el Arsenal de El Ferrol… Los buenos resultados obtenidos hasta
ese momento por los señores Dalmau y Xifré aconsejaron la constitución, el 30 de
abril de 1881, de la primera empresa eléctrica del país: la Sociedad Española de
Electricidad.
Madrid siguió los pasos de Barcelona: en 1878 se lleva a cabo por primera vez el
alumbrado eléctrico de la Puerta del Sol y, poco después, la Sociedad Española de la
Electricidad de Dalmau e hijo lleva a cabo una serie de demostraciones en la capital
con singular éxito.
Primera lámpara incandescente de T.A. Edison (1879).
(Unión Fenosa).
En 1882 se inaugura la iluminación del Palacio de Buenavista, sede del Ministerio de
la Guerra, y a partir de ese momento, los avances se suceden en España con gran
celeridad. En 1883 se ilumina la plaza de la Constitución de Valencia y se instala en
Bilbao una central eléctrica para alumbrar el puerto del Abra. Al año siguiente, el
Sin embargo, una importante barrera técnica impedía un mayor desarrollo del Sector Tomás José Dalmau y García, fundador, junto con su
padre, de la Sociedad Española de Electricidad, prime-
Eléctrico: la electricidad producida hasta entonces lo era en forma de corriente con-
ra empresa eléctrica (1981).
tinua, lo que hacía imposible su transporte a gran distancia. En otras palabras, las
centrales de producción de energía eléctrica debían ser construidas en las proximi-
dades de los centros de consumo, generalmente en las ciudades más importantes, y
la mayor parte de las veces se basaban en motores térmicos que funcionaban que-
mando gas de baja calidad. En otros lugares, en los que existía un salto de agua cerca
del centro de consumo, era posible también aprovechar el agua para generar electri-
cidad, mediante turbinas hidráulicas que movían las máquinas generadoras.
Sin embargo, no era fácil ampliar el uso de la electricidad, y la mayor parte de la pro-
ducción eléctrica en España se empleaba todavía para el alumbrado. Poco a poco van
aumentando las instalaciones de motores eléctricos, y algunas grandes industrias
comienzan a utilizar la electricidad como fuerza motriz, e incluso innumerables
pequeños talleres lo comienzan a hacer. Las grandes ventajas de los motores eléctri-
cos frente a los de vapor serán, indudablemente, causa de que sin pasar muchos
años, su empleo se desarrolle extraordinariamente en España, al igual que sucede en
otros países.
De acuerdo con los datos expuestos en este artículo de “La Energía Eléctrica”, en
1901 existían 861 centrales eléctricas, que sumaban una potencia total de 127.940 CV
(78.425 kW). El 61% de dicha potencia utilizaba energía térmica y el 39% restante,
energía hidráulica. De la cifra total de centrales, 650 dedicaban su producción al ser-
vicio público y 211 a usos particulares. Más de la mitad de estas centrales (513) pro-
ducían corriente continua, por estar situadas muy próximas a los pueblos a los que
suministraban fluido; el resto utilizaba corriente alterna: monofásica, bifásica y trifá-
sica.
El consumo eléctrico del año 1901 correspondía a los siguientes usos: iluminación
pública, 87.112 lámparas de incandescencia y 1.470 lámparas de arco; iluminación
privada, 1.237.836 lámparas de incandescencia y 2.819 lámparas de arco; motores,
2.036 con una potencia total de 23.721 CV (17.459 kW).
Gráfico 1.2. La potencia de los generadores de fluido eléctrico existente en las provincias (Unión Fenosa)
CAPÍTULO 2
El desarrollo de la industria eléctrica durante
la primera parte del siglo XX
Como resultado de ese proceso, en los años treinta se constituirían la mayoría de las
empresas que iban a ser, con el tiempo, protagonistas de la historia del sector eléc-
trico español.
De hecho, en la primera década del siglo XX la fisonomía del Sector Eléctrico comien-
za a cambiar de manera notable. Hasta entonces, tal y como quedó indicado, la mayor
parte de las centrales se encontraban dentro de las ciudades y funcionaban a base de
Sin embargo, para llevar a cabo las costosas obras civiles que se precisaban eran
necesarias sociedades eléctricas más potentes desde un punto de vista económico.
No se trataba ya de las pequeñas minicentrales, que habían sido pioneras en la inci-
piente electrificación de los núcleos rurales, sino de proyectos de mayor envergadu-
ra. Por ello, para acometer estos proyectos se crean nuevas sociedades, mientras que
otras se fusionan en busca de un mayor potencial económico.
Entre las que ven la luz en la primera década del siglo se encuentra la Sociedad
General Gallega de Electricidad, creada en 1900 para la explotación de los saltos
de Segad y Fervenza, y empresa antecesora de Fuerzas Eléctricas del Noroeste, S.A.
(Fenosa). Un año más tarde, en julio de 1901, se constituye Hidroeléctrica Ibérica
por iniciativa de Juan de Urrutia y Eduardo Aznar, con el objetivo de aprovechar los
recursos hidráulicos de la cabecera del río Duero y que en los seis años inmediata-
mente posteriores ampliará su área de acción, obteniendo concesiones para el apro-
vechamiento de diversos saltos en los ríos Urdón, Júcar, Segura y Tajo. Sería poste-
riormente el origen, junto a Saltos del Duero, de Iberduero.
Por su parte, Electra de Viesgo fue fundada en Bilbao en julio de 1906, con unas
instalaciones iniciales que se componían de una central hidráulica de 440 kV sobre
el río Pas en Puente Viesgo, una línea trifásica de 25 km entre esta localidad y
Santander, y una central en Santander de dos grupos de gas pobre acopladas a dina-
mos de 300 kW. Después construyó varios saltos en el río Urdón, y compraría tres
más en los Picos de Europa con un total de 30.000 CV. Uno de estos aprovechamien-
tos tenía el mayor salto neto de España en ese momento.
Finalmente, en mayo de 1907 don Lucas de Urquijo, en colaboración con don Juan
de Urrutia, crea Hidroeléctrica Española, con el objetivo fundamental de abastecer
la demanda eléctrica de Madrid y Valencia, contando para ello con los derechos de
construcción del Salto del Molinar (28.000 CV) en el río Júcar y el de Villoria (16.000
CV) en el Cabriel. Transportaba la energía producida a la zona de Madrid y Valencia,
teniendo, además, varias concesiones en el río Tajo.
En esta segunda década del siglo XX merece señalarse, además, que la Sociedad
La tercera década del siglo XX puede ser considerada la del aprovechamiento inte-
gral de diversas cuencas, fundamentalmente los ríos Ebro y Duero. Este criterio de
aprovechamiento integral marcará la evolución del parque hidroeléctrico español
desde entonces.
El desarrollo del Duero tiene como personaje central a José Orbegozo Gorostegui. El
gran proyecto de Orbegozo era lograr su aprovechamiento integral, mediante la
construcción de embalses de regulación en los ríos Esla y Tormes. El Duero ofrecía
magníficas condiciones para su aprovechamiento; desde la cota de Ricobayo o
Ledesma hasta la de Saucelle existen 600 metros de desnivel, con profundos caño-
nes en donde almacenar el agua. En los 160 kilómetros de curso del Duero interna-
cional el desnivel es de 400 metros. Estas condiciones naturales de excepción eran
las que deseaba aprovechar Orbegozo, y con ello podría quintuplicar la producción
nacional de la época, ya que su plan permitía una producción media anual de 10.000
millones de kilovatios-hora.
Pero el aprovechamiento del Duero internacional implicaba contar con Portugal. Las
negociaciones fueron difíciles. Como se indicó en párrafos anteriores, para conseguir
este objetivo fue creada, en 1918, la Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes
Eléctricos, con un capital social de 150 millones de pesetas. Tras largas y tensas nego-
ciaciones, se llegó finalmente a un acuerdo con el país vecino en el año 1927, y con
ello se pudo acometer el aprovechamiento integral de este río, que se inicia con el
salto hidroeléctrico de Ricobayo, que sería uno de los pilares básicos de la empresa
propietaria durante muchos años.
Industrial de Tenerife (1893). El INI adquirió también esta empresa, que se fusionará
años más tarde con Riegos y Fuerzas de la Palma y, posteriormente, se incorporaría
al Grupo ENDESA.
Hay que poner de relieve el alto grado de concentración al que había llegado el
Sector Eléctrico español en 1930. Las cinco empresas mayores de entonces (Unión
Eléctrica de Cataluña, Hidroeléctrica Española, Hidroeléctrica Ibérica, Cooperativa
de Fluido Eléctrico de Barcelona y Saltos del Alberche) representaban el 53% de la
potencia total instalada en España y el 50% de la producción nacional. Además,
estas sociedades habían tenido que construir grandes líneas de transporte para hacer
frente a sus propias necesidades de abastecimiento.
Como consecuencia del esfuerzo de las empresas eléctricas que se habían ido cons-
tituyendo, a comienzos de la década de los treinta el parque eléctrico español tenía
un perfil muy diferente al de comienzos del siglo. Si la estadística oficial de 1901
registraba una potencia de 30,6 MW en centrales hidráulicas y 47,8 MW en térmicas
–con una producción total de 154 GWh–, es decir, había una preponderancia de cen-
trales térmicas, los datos oficiales del año 1930 reflejaban una significativa inversión
de la situación. En aquella fecha la producción eléctrica se situaba en 2.616 millones
de kWh, de los cuales más del 90% provenía de centrales hidroeléctricas y algo
menos del 10% restante de centrales térmicas. Asimismo, en treinta años la produc-
ción total se había multiplicado por diecisiete, con un predominio de la generación
hidroeléctrica. La capacidad de los embalses de interés hidroeléctrico alcanzaba ya
en el año 1930 más de 700 hectómetros cúbicos.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que hasta 1930 los crecimientos del consumo
pudieron no ser tan importantes como se indica en el citado Cuadro 2.1. Parte de los
incrementos eran consecuencia de una mejora en las estadísticas eléctricas, ya que
su fiabilidad aumenta a partir de 1930, al ser elaboradas por la Asociación de
Productores y Distribuidores de Electricidad, que obtenían información directa de
sus empresas asociadas. La Asociación se transformaría después en la Cámara de
Productores y Distribuidores de Electricidad, que sería el germen para la crea-
ción de UNESA en 1944.
Antes de continuar con este relato, resulta de interés detallar algunos aspectos sig-
nificativos de la situación del parque eléctrico en esta etapa inicial del siglo XX.
Como ocurrió en otras naciones de nuestro entorno, las empresas productoras y dis-
tribuidoras de electricidad, aisladas en sus orígenes, habían formado grupos o zonas
regionales, al relacionarse entre ellas mediante contratos de compra-venta de elec-
tricidad, o a través de fusiones para obtener una dimensión más adecuada.
Las estadísticas de aquel tiempo, en especial las elaboradas por la referida Cámara
de Productores y Distribuidores de Electricidad, clasificaban el parque eléctrico espa-
ñol en ocho grupos o zonas eléctricas, que si se toma como referencia el año 1934,
se caracterizaban cada una de ellas por las variables que se presentan en el Cuadro
2.2.
Anotemos que, años más tarde, esta subdivisión geográfica se reagruparía en seis
zonas eléctricas (Catalana, Centro-Levante, Centro-Norte, Noroeste, Aragonesa y
Andaluza), en base a las cuales tradicionalmente ha elaborado UNESA las estadísti-
cas eléctricas del sistema peninsular.
La idea de construir una Red Eléctrica Nacional (REN) no constituía un tema nuevo
en España. De hecho, pueden localizarse antecedentes relativos a la misma en algu-
nos artículos publicados en la revista “Ibérica”entre 1915 y 1920 por el Padre Pérez
del Pulgar, fundador del ICAI, y por Juan de Urrutia, fundador de Hidroeléctrica
Ibérica.
Sin embargo, la Ley prevista por el Ministerio de Fomento no llegó a dictarse final-
mente, pero en el Congreso de Ingeniería celebrado en Madrid en 1919 se recogió,
entre sus conclusiones, que la construcción de la Red Eléctrica Nacional era del
máximo interés para el desarrollo económico de nuestro país.
a) Que las redes eléctricas pudieran servir a las líneas ferroviarias actuales y a las
futuras cuya electrificación pudiera preverse.
b) Que los proyectos que acudan al concurso los estudie, e informe sobre ellos, la
Comisión Permanente de Electricidad (entidad oficial dependiente del Ministerio
de Fomento).
c) Que los proyectos aceptados gozarán de las ventajas que otorgan en casos seme-
jantes la Ley de Obras Públicas, concediéndose el derecho de tanteo.
Entre los proyectos presentados a este concurso merecieron la mayor atención tres:
el elaborado por la Cámara de Productores y Distribuidores de Electricidad, el firma-
do por Hullera Nacional y el correspondiente a la Sociedad Española de Montajes
Industriales. Como cada uno de ellos tenía, lógicamente, sus ventajas e inconvenien-
tes, la decisión final no pudo ser rápida. Pero entre los tres proyectos, la alternativa
presentada por la Cámara Oficial de Productores y Distribuidores de Electricidad iba
a tener años más tarde una especial relevancia en la creación de UNESA.
Cuadro 2.4.
Propuesta de REN por la Cámara de Productores y Distribuidores de Electricidad: 1ª fase
Línea Longitud Inversión
propuesta (en km) (en ptas.)
Línea 1: Lafortunada-Seira
(Conectaba Zonas Catalana-Vasco/Navarra) 27 2.996.000
Línea 2: Castellón-Tarragona
(Conexión Catalana-Levante) 100 8.000.000
Línea 3: Puertollano-Madrid 199 12.097.000
Total 326 23.093.000
Sin embargo, bien por el inicio de la guerra civil en 1936, bien por otras razones, no
pudieron llevarse a efecto estos planes, que luego, en 1944, se relanzarían con la
constitución de UNESA.
La guerra civil cambió de manera brusca este panorama. Aunque durante la contien-
da, por sorprendente que parezca, se construyeron algunas nuevas centrales eléctri-
cas, no se pudo continuar con la expansión del parque eléctrico al ritmo de los años
precedentes. Hay que tener en cuenta, además, que un número apreciable de insta-
laciones eléctricas quedaron destruidas o parcialmente inutilizadas. Como conse-
cuencia de todo ello, en 1939 la potencia en servicio sumaba 1.551 MW, es decir,
apenas 71 MW más que cuatro años antes.
El panorama se agravó aún más debido a la sequía de los años 1944 y 1945, la más
severa que había sufrido el país en mucho tiempo. Téngase en cuenta que, en esos
años, la potencia en servicio del parque eléctrico español se distribuía entre un 92%
en centrales hidráulicas y sólo un 8% en centrales termoeléctricas. Con tal estructu-
ra, es fácil comprender que la sequía terminara con las posibilidades de atender con-
venientemente a una demanda en alza.
A agravar la situación contribuía también, por una parte, la herencia que venía arras-
trando la situación financiera de las empresas eléctricas desde los años difíciles de la
preguerra y de la guerra; y por otra, la crisis que afectaba a otros muchos sectores
económicos, que propiciaba el encarecimiento de los equipos y materiales autócto-
Había una gran dispersión entre las diversas zonas geográficas en materia de tarifas,
que en aquellos años eran fijadas en función de las concesiones de los aprovecha-
mientos hidroeléctricos y de las concesiones municipales, para establecer las canali-
zaciones que utilizaban las compañías en las zonas urbanas. La declaración del
suministro de electricidad como servicio público, realizada por un Real Decreto-Ley
de 1924, amplió las competencias de la Administración para una mayor intervención
en la industria eléctrica. Las regulaciones administrativas se limitaban hasta enton-
ces a velar por la seguridad de las instalaciones, pero a partir de esta declaración de
servicio público podían exigir la obligatoriedad y regularidad de los suministros y
fijar tarifas máximas “de aplicación”, que no excederían de las tarifas “de concesión”
existentes.
Pero como los períodos de construcción de una central, tanto hidráulica como térmi-
ca, se fijaban entonces en unos cinco años, el problema de las restricciones era ya
una realidad prácticamente ineludible, dado que aún no se contaba con una red
nacional adicional ni con suficiente capacidad de interconexión internacional, que
hubieran podido aliviar coyunturalmente el problema.
En tales circunstancias, las diecisiete principales empresas que en estos años com-
ponían el Sector Eléctrico comprendieron que la única mejora posible, sobre todo
teniendo que actuar en el corto plazo, exigía una explotación más eficiente y racio-
nal, interconectando los medios de producción disponibles. Para ello, debía consti-
tuirse una sociedad de carácter sectorial que se encargara de esta tarea y que, en
cierta forma, retomara las actuaciones que años antes había previsto la Cámara de
Productores y Distribuidores de Electricidad.
El objetivo que se planteaba entonces era, por tanto, “coordinar el conjunto del sistema
eléctrico nacional a nivel suprarregional y supraempresarial, de modo que las instalaciones
de cada empresa se pusieran al servicio del abastecimiento integral de la demanda del país,
y se pudieran, asimismo, efectuar los intercambios de energía eléctrica necesarios, consi-
guiendo que los excedentes de las zonas regionales en las que hubiera en un momento dado
exceso de producción cubrieran el déficit de oferta existente en otras”. Para llevar a cabo
la creación de unesa 57
Primera Sede Social de UNESA (1944-1969).
58 la creación de unesa
esta coordinación, constituyeron Unidad Eléctrica, S.A. (UNESA), formalizada
mediante escritura pública autorizada el 3 de agosto de 1944, teniendo como accio-
nistas a las empresas eléctricas (Cuadro 3.1), que se integraron de manera volunta-
ria, conservando su personalidad jurídica y capacidad de gestión en el desarrollo de
sus intereses privativos. En el momento de la constitución, este conjunto de empre-
sas representaba aproximadamente el 80% de la producción eléctrica total.
Primer logotipo de UNESA. Aunque se juzgó conveniente adoptar la fórmula de Sociedad Anónima, UNESA no
se concebía como una empresa mercantil lucrativa, puesto que en sus actividades no
se contemplaba la obtención de beneficios; por el contrario, sus objetivos sociales
radicaban en la coordinación de una serie de actividades comunes, tal y como se
especificaba en sus estatutos, en los que quedaban fijados los objetivos de la
Sociedad en los siguientes términos:
Cuadro 3.1.
Sociedades fundadoras de UNESA
— Hidroeléctrica Española
— Sociedad General Gallega de Electricidad.
— Saltos del Duero.
— Hidroeléctrica Ibérica
— Electra de Viesgo.
— Mengemor.
— Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya.
— Energía Eléctrica de Cataluña.
— Compañía de Riegos y Fuerzas del Ebro.
— Compañía Sevillana de Electricidad.
— Compañía de Fluido Eléctrico.
— Eléctricas Reunidas de Zaragoza.
— Energía e Industrias Aragonesas.
— Compañía Eléctrica de Langreo.
— Unión Eléctrica Madrileña.
— Saltos del Alberche.
— Hidroeléctrica del Chorro.
la creación de unesa 59
— Estudiar cuantas cuestiones de carácter general interesen a la economía y a la técnica
eléctrica, creando para ello los centros de investigación y asesoramiento adecuados.
— Ejercer todas las misiones y facultades que el Consejo de Administración estime de inte-
rés común para cumplir los fines señalados en los apartados anteriores.
En este sentido, los casos de Francia, Inglaterra, Portugal o Italia pueden ser ejem-
plos representativos, en los que las fórmulas nacionalizadoras se concretaron en la
Juan Antonio Suanzes Fernández, primer Presidente
creación de empresas públicas en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. del Instituto Nacional de Industria (INI).
Así nacieron entonces Electricité de France (EDF), Central Electricity Generating
Board (CEGB), Electricidade de Portugal (EDP) y Ente Nazionale per l’Energia
Elettrica (ENEL).
En el caso español, para afrontar este reto de eficiencia, las razones eran incluso más
urgentes, dado que los efectos ya se venían arrastrando desde nuestro conflicto béli-
co, anterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a la hora de acometerlo se
produjo un hecho diferencial muy relevante con respecto a las naciones vecinas: en
nuestro caso, fueron los propios empresarios eléctricos quienes tomaron la iniciativa
y ofrecieron al Gobierno, en fecha tan temprana como 1944, una vía original para
coordinar el conjunto del sistema de una manera eficaz y racional. Se dio lugar así a
un instrumento como UNESA, que resultó desde su inicio de gran importancia y uti-
lidad para la aplicación de los criterios de política energética nacional, así como para
otras actuaciones de carácter sectorial.
Como si se retomaran las iniciativas pendientes desde la década de los años 30, pro-
movidas por el marqués de Cortina, entre las primeras tareas que fueron encomen-
dadas a UNESA se encontraba, precisamente, la de promover la construcción de las
interconexiones de los subsistemas eléctricos regionales, que eran necesarias para
completar la red eléctrica de transporte y distribución de energía, posibilitando la
conexión entre los centros de producción y consumo de electricidad en todo el país.
60 la creación de unesa
Asimismo, en UNESA se decidió la creación de una Oficina Central de Coordinación
para la explotación conjunta del sistema eléctrico nacional, que en cada momento
decidía los intercambios de electricidad entre zonas de acuerdo con las necesidades
para asegurar el abastecimiento del conjunto del país.
En definitiva, esta coordinación puesta en marcha por las propias empresas eléctri-
cas evitó la nacionalización del sector, a diferencia de lo ocurrido en otros países,
como Gran Bretaña, Francia, Italia o Portugal.
Buena parte de las 17 Sociedades que habían constituido UNESA en 1944 fueron
posteriormente concentrándose, al fusionarse entre ellas o con otras empresas
José María Oriol y Urquijo, impulsor y primer públicas y privadas que se fueron constituyendo en los siguientes años. Estas reor-
Presidente de UNESA. denaciones empresariales venían obligadas por razones técnicas y económicas para,
en definitiva, adecuarse mejor al marco regulador establecido en cada época.
la creación de unesa 61
mayor flexibilidad, dada su menor vigencia en el tiempo del tema tratado por los
mismos.
Cuadro 3.2.
Presidentes del Consejo de Administración de Unidad Eléctrica, S.A.
1. D. José María de Oriol y Urquijo. Fue designado Presidente el 30 de agosto de 1944. Ocupó la
presidencia hasta el 5 de abril de 1949.
2. D. Julio de Arteche. Desde el 5 de abril de 1949 hasta el 23 de marzo de 1955.
3. D. Pedro Barrié de la Maza. Desde el 23 de marzo de 1955 hasta el 18 de marzo de 1959.
4. D. Carlos Mendoza Gimeno. Desde el 18 de marzo de 1959 hasta el 26 de marzo de 1969.
5. Cía. Sevillana de Electricidad, S.A. (D. Carlos Mendoza Gimeno). Desde el 26 de marzo de
1969 hasta el 28 de marzo de 1973.
6. Hidroeléctrica Española, S.A. (D. José María de Oriol y Urquijo). Desde el 28 de marzo de 1973
hasta el 3 de octubre de 1977.
7. Fuerzas Eléctricas de Cataluña, S.A. (D. Juan Alegre Marcet). Desde el 3 de octubre de 1977
hasta el 21 de enero de 1987.
8. Hidroeléctrica Española, S.A. (D. Íñigo de Oriol e Ybarra). Desde el 21 de enero de 1987 hasta
el 4 de octubre de 1989.
9. Iberduero, S.A. (D. Manuel Gómez de Pablos). Desde el 4 de octubre de 1989 hasta el 4 de octu-
bre de 1990.
10. Unión Eléctrica-Fenosa, S.A. (D. Julián Trincado Settier). Desde el 4 de octubre de 1990 hasta
el 1 de octubre de 1991.
11. Empresa Nacional de Electricidad, S.A. (D. Feliciano Fuster Jaume). Desde el 1 de octubre de
1991 hasta el 15 de octubre de 1992.
12. Cía. Sevillana de Electricidad, S.A. (D. Fernando de Ybarra y López-Dóriga). Desde el 15 de
octubre de 1992 hasta el 21 de enero de 1994.
13. Fuerzas Eléctricas de Cataluña, S.A. (D. Luis Magaña Martínez). Desde el 21 de enero de 1994
hasta el 17 de enero de 1995.
14. Hidroeléctrica del Cantábrico, S.A. (D. Martín González del Valle y Herrero). Desde el 17 de
enero de 1995 hasta el 21 de marzo de 1996.
15. Iberdrola, S.A. (D. Íñigo de Oriol e Ybarra). Desde el 21 de marzo de 1996 hasta el 24 de marzo
de 1998.
16. Unión Eléctrica-Fenosa, S.A. (D. José Mª Amusátegui de la Cierva). Desde el 24 de marzo de
1998 a 13 de septiembre de 1999.
62 la creación de unesa
Por su parte, la Dirección General de UNESA, junto a su propia actividad como res-
ponsable del funcionamiento del “staff”, es la encargada de llevar a la práctica los
acuerdos del Consejo de Administración, así como la de coordinar la actuación de
las Comisiones o Comités permanentes. Cuenta para ello con la colaboración de
Departamentos o Direcciones de área, así como de una Secretaría General y de la
Oficina Central de Coordinación de la Explotación, después llamada Repartidor
Central de Cargas.
Llama la atención la gran estabilidad que esta Dirección ha tenido a lo largo de los
más 60 años de vida de UNESA. Baste recordar que, durante todo este tiempo sólo
ha habido tres Directores Generales, como se refleja en el Cuadro 3.3.
A pesar de las medidas adoptadas para la coordinación del sistema eléctrico, lo cier-
to es que la Oficina Central de Coordinación de UNESA tuvo inicialmente una acti-
vidad bastante limitada, debido fundamentalmente a la insuficiencia de líneas de
transporte. Por ello, en sus primeros años de funcionamiento, los intercambios de
energía eléctrica se llevaban a cabo principalmente entre empresas que operaban
dentro de la misma zona eléctrica. Por otro lado, esta Oficina no funcionaba de
manera permanente, sino únicamente en las horas del día, ya que para la noche no
era necesario su concurso por el bajo consumo.
la creación de unesa 63
Regionales delegados del RECA, correspondientes a las zonas Andaluza, Catalana,
Centro-Norte, Galicia-Ponferrada2 y Centro-Levante, quedando adscrito a la
Dirección General de la Energía.
Desde entonces, el RECA empezó a funcionar durante las veinticuatro horas del día
y a lo largo de todos los días del año. Este carácter permanente, junto con el alcan-
ce nacional que registraba su actividad, hizo por fin realidad el objetivo de gestio-
nar, bajo el control del Ministerio de Industria, el sistema eléctrico de manera unifi-
cada.
A partir de ese año de 1953, el RECA se encargó de elaborar, de acuerdo con las
directrices que recibía de la Dirección General de la Energía, los programas diarios
de explotación; es decir, unos programas en los que se detallaban las centrales que
debían estar en servicio en cada momento, de acuerdo con las fuentes energéticas
que era conveniente utilizar y en función de la cuantía y localización del consumo.
De estos programas se derivaban los intercambios que debían llevarse a cabo entre
las diversas zonas eléctricas para atender de manera coordinada el conjunto de la
demanda. Además, el RECA vigilaba el cumplimiento de estos programas y elabora- La prevención del riesgo eléctrico siempre ha sido
una constante en las preocupaciones de las empresas
ba un informe diario que reflejaba las incidencias horarias de la explotación, el cual de UNESA. En la foto, trabajos en Tensión.
era enviado para su conocimiento a la Dirección General de la Energía.
Este impulso dado al RECA llegaba en el momento oportuno, pues se entraba en ese
año en un período caracterizado por una expansión continua del parque generador
y un ritmo alto de crecimiento de la demanda de electricidad. En el período que va
desde 1944 hasta 1955, el consumo de electricidad se había multiplicado por 2,4,
aumentando a un ritmo cercano al 8% anual acumulativo.
64 la creación de unesa
Conviene señalar que, desde el punto de vista organizativo, la filosofía utilizada en
estas asociaciones era análoga a la de UNESA: estructura flexible del “staff”para aco-
modarse a las circunstancias existentes en cada momento, Consejo Rector y Comités
técnicos que gestionaban los trabajos de cada asociación y Grupos de Trabajo
“adhoc”, que desaparecían al concluir el tema tratado, o de tipo estructural, si así lo
requería el asunto. Con objeto de que existiese una buena coordinación en los
temas, el Director General de UNESA era, a su vez, el Presidente del Consejo Rector
de las asociaciones.
Tras muchos años de actividad de estas asociaciones y, como consecuencia del pro-
ceso de liberalización iniciado en 1998, ASINEL, AMYS y ADAE fueron disueltas en
Vista general de las instalaciones de ASINEL. los años 1999 y 2000, pasando la mayor parte de sus actividades a ser realizadas en
el seno de la nueva Asociación Española de la Industria Eléctrica, constituida en
junio de 1999 a tal efecto.
Para el Sector Eléctrico la investigación ha sido siempre una tarea permanente, asu-
mida por las empresas desde el inicio de la industria eléctrica en España. En las
páginas de este libro queda suficiente constancia del espíritu innovador que hizo
posible que España protagonizara algunas de las primeras experiencias mundiales
en el transporte de electricidad a distancia y en el alumbrado público urbano.
Como fruto de esta labor, las empresas españolas protagonizaron en la primera parte
del siglo XX algunos de los primeros y más importantes avances en el desarrollo
eléctrico:
— En 1901, se realizó entre el Molino de San Carlos y Zaragoza una de las primeras
experiencias mundiales en el transporte de electricidad a larga distancia.
la creación de unesa 65
Relevo en la presidencia de
UNESA.
En la foto, pasa de Endesa,
Feliciano Fuster,
a Cía. Sevillana,
Fernando de Ybarra.
No es de extrañar, por tanto, que en la década de los sesenta las empresas eléctricas
integradas en UNESA creyesen conveniente la constitución de una asociación para
desarrollar las actividades de investigación eléctrica a nivel sectorial, que comple-
mentase y potenciase las actuaciones que se realizaban individualmente en las
empresas.
A partir de los años ochenta, buena parte de estas investigaciones se vieron reforza-
das en el marco de un plan de investigación llamado Programa de Investigación y
Desarrollo Tecnológico Electrotécnico (PIE). Este programa fue creado en 1980, y lo
llevaron a cabo –con la coordinación de UNESA– las empresas eléctricas, ASINEL y
66 la creación de unesa
otras asociaciones del sector, colaborando en su desarrollo numerosas entidades de
I+D nacionales y extranjeras, tal y como se expone al final de este apartado.
ASINEL contaba con 16 Grupos de Estudio, en los cuales los técnicos de las empre-
sas asociadas intercambiaban experiencias e información al mismo tiempo que ela-
boraron numerosos documentos necesarios para su trabajo, como por ejemplo pro-
cedimientos de ensayos químicos, guías de mantenimiento de centrales eléctricas, o
normas de uso de nuevas tecnologías y materiales de telecomunicación. Estos gru-
pos de estudio estaban agrupados en tres áreas referentes a centrales térmicas, cen-
trales hidráulicas y comunicaciones.
Nacionales:
Internacionales:
la creación de unesa 67
Laboratorios eléctricos
de ASINEL.
68 la creación de unesa
Como ya se ha indicado, en el año 1980 se estableció el Programa de Investigación
de UNESA (PIU) mediante un Real Decreto que establecía que las sociedades eléc-
tricas debían destinar el 0,3% de los ingresos por venta de electricidad al desarrollo
de proyectos I+D. Posteriormente, en agosto de 1983, una Orden Ministerial cambió
la denominación del mismo, pasando a llamarse Programa de Investigación
Electrotécnico (PIE), y su gestión se encomendó a la Oficina de Coordinación de
Investigación y Desarrollo Electrotécnico (OCIDE). En 1977 se suprimió esta asigna-
ción específica de I+D de la Tarifa, creándose entonces la Comisión Liquidadora para
finalizar con los proyectos que estaban en curso.
Desde que este Programa se puso en marcha hasta su final, un total de 1.285 pro-
Unidad móvil del Servicio de Dosimetría de AMYS. yectos de investigación fueron desarrollados dentro del mismo. Estos proyectos se
repartieron en seis áreas de actividad: sistemas eléctricos (504), combustibles fósiles
(215), energía nuclear (108), utilización racional de la energía (75), energías renova-
bles (250) y planificación y proyectos diversos (133). La realización completa de estos
1.285 proyectos ha exigido una inversión total de 795 millones de euros, de los cua-
les con cargo al PIE fueron 435 millones. El resto, es decir 360 millones de euros, fue-
ron financiados con las aportaciones directas de las empresas y, complementaria-
mente, con las provenientes de otras entidades colaboradoras en la realización de
los proyectos.
Las empresas eléctricas integradas en UNESA han dado también gran importancia a
la prevención de riesgos laborales, siendo pioneras en nuestro país en diversos
temas de este campo, fundamentalmente en los relacionados con el riesgo eléctrico
en la construcción de instalaciones eléctricas. Esta actividad, al igual que sucedía con
otros temas, era llevada por el sector a dos niveles: individualmente por cada empre-
sa a través de sus correspondientes departamentos, y sectorialmente en aquellas
actividades que pudieran generar sinergias entre las empresas asociadas.
Por ello, en el año 1969, las empresas de UNESA consideraron conveniente la crea-
ción de la Asociación de Medicina y Seguridad en el Trabajo de UNESA para la
Industria Eléctrica (AMYS), que tenía como objetivo fundamental coordinar a
nivel sectorial las actividades relativas a la prevención de los riesgos profesionales.
Las empresas que se asociaron voluntariamente en AMYS en el momento de su cre-
ación fueron, además de las 21 sociedades que integraban entonces UNESA, otras
tantas empresas relacionadas con la construcción y el montaje de instalaciones eléc-
tricas, los trabajos en tensión, la seguridad e higiene en el trabajo, etc.
la creación de unesa 69
Esta Asociación llevó a cabo numerosas actividades en las áreas de la medicina pre-
ventiva y asistencial, prevención de riesgos eléctricos, normalización de materiales
de seguridad, protección contra incendios, prevención de riesgos mecánicos, traba-
jos en tensión, seguridad laboral en centrales eléctricas y en el montaje de líneas,
protección radiológica, higiene industrial, etc.
AMYS vio aumentadas sus actividades tradicionales en los años ochenta con una
serie de trabajos relativos al área medioambiental y a la protección radiológica, des-
tacando los estudios sobre modelos de difusión de gases en la atmósfera, los posi-
bles efectos de la producción y el transporte de energía eléctrica sobre el entorno y
la salud de las personas, estableciendo además un Servicio de Dosimetría Interna
que disponía de dos contadores móviles. En estos trabajos cabe destacar los referen- Las Asambleas de AMYS siempre constituyeron una
tes a los posibles efectos biológicos de los campos electromagnéticos (CEM), en actividad muy importante en la Asociación.
donde esta asociación fue una de las entidades pioneras de nuestro país. Además,
ha desarrollado numerosos proyectos de I+D relativos al empleo de pantallas de
visualización, posibles efectos de las bajas dosis de radiación, utilización de disol-
ventes orgánicos, evaluación de riesgos en puestos de trabajo de instalaciones eléc-
tricas, ropa de trabajo frente al arco eléctrico, posibles efectos de los CEM, etc. (Véase
Gráfico 3.2).
AMYS tuvo también una actuación intensa en el campo formativo, a través de cur-
sos, seminarios y jornadas, elaborando anualmente una detallada estadística de los
accidentes laborales habidos en el Sector Eléctrico, haciendo un seguimiento de los
indicadores más interesantes. Asimismo, la asociación realizaba numerosas publica-
ciones como los carnets de seguridad, prescripciones para trabajos en tensión, folle-
tos de carácter divulgativo, resultados de los proyectos de I+D, etc. Otra actividad
significativa de la Asociación era la realización de una Asamblea anual en la que téc-
nicos y expertos en prevención laboral procedentes de empresas del ramo de toda
España intercambiaban experiencias y conocimientos sobre temas novedosos rela-
cionados con la Prevención.
70 la creación de unesa
Jornadas de Prevención de Riesgos Laborales de 1964,
que dieron lugar a la creación de AMYS. En ellas
puede verse a D. Enrique Malnboysson, alma mater
de AMYS; José González-Ruiz, Secretario General de
UNESA; y a José Mª Zubeldia, Jefe de Dpto. Técnico-
Económico de UNESA, entre otras personalidades.
Dado el año de su fundación –el del inicio de la primera crisis energética–, no resul-
ta difícil entender que buena parte de los esfuerzos de esta asociación fueron enca-
minados a informar y formar, según los casos, a los consumidores para que hicieran
un uso eficiente y racional de la electricidad, evitando gastos inútiles y despilfarros
energéticos. Se asociaron también a ADAE, además de las empresas eléctricas de
UNESA, fabricantes de equipos eléctricos, promotores inmobiliarios, instaladores y
entidades públicas y privadas relacionadas con las aplicaciones de la electricidad y el
ahorro energético.
Las actividades de ADAE Nacional se llevaban a cabo también, como en los casos de
ASINEL y AMYS, mediante Grupos de Trabajo encargados de cada uno de los temas
más importantes desarrollados en la asociación: Gestión de Demanda, Energía en
Edificios Públicos, Domótica (viviendas),Vehículo Eléctrico y Formación. En ellos se
estudiaron temas referentes al agua caliente sanitaria, aire acondicionado, calefac-
la creación de unesa 71
ción eléctrica, alumbrado, bomba de calor, congelación, economía doméstica, ener-
gías renovables, así como cualquier otra actividad relacionada con las aplicaciones
de la electricidad. (Ver Gráfico 3.3).
ADAE Nacional mantuvo colaboraciones con numerosas entidades relacionadas con ADAE jugó un papel muy importante en el asesora-
sus actividades, tanto a nivel nacional como internacional, como fueron, entre otros, miento para el uso racional de la electricidad.
la Unión Internacional de Productores y Distribuidores de Electricidad (UNIPEDE),
el Comité Español de Electrotecnia (CEE), la Agencia Internacional de la Energía
(AIE), varias Universidades y Laboratorios de Investigación, el Instituto para la
Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), etc.
Son socios de la AEE, además de las empresas eléctricas a través de UNESA, otras
entidades relacionadas con la electrotecnia y la electrónica, como son el Instituto
Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), el Laboratorio del Ejército y la sociedad
Fabricación y Estudios de Protección Eléctricas (FEPESA).
Los principales fines de la AEE, tal y como se recogen en sus Estatutos, son los
siguientes:
72 la creación de unesa
taciones, divulgando sus procedimientos por medio de publicaciones, reuniones,
congresos, cursos de instrucción, normas de fabricación e instalaciones, estable-
cimiento de marcas de calidad etc., contribuyendo así al conocimiento científico,
técnico, económico de sus aplicaciones industriales, agrícolas, de servicios socia-
les y domésticas.
— Formar, para uso de sus asociados, bibliotecas especializadas en electrotecnia y
electrónica y nutrirla con libros y revistas del ramo, nacionales y extranjeras, pro-
curando abarcar todas las especialidades electrotécnicas y electrónicas.
— Promover la publicación de revistas y libros que versen sobre temas concernien-
tes a su misión específica.
— Y, en general, desarrollar cualquier tipo de actividad que pueda representar un
mejor conocimiento y utilización de la electrotecnia y electrónica.
La Ley 19/77 del año 1977 reguladora del derecho de Asociación Sindical y el Real
Decreto 873/77 constituyeron el soporte jurídico para la sustitución de las anteriores
estructuras sindicales y patronales, en cuyo seno funcionaba la Agrupación referente
a las empresas eléctricas. Las nuevas realidades sociales, políticas y jurídicas requerí-
an establecer para el Sector Eléctrico un nuevo enfoque en el tema patronal. Por
consiguiente, en mayo de 1977 las principales empresas eléctricas suscribieron el
Acta de Constitución de la Federación Empresarial de la Industria eléctrica (FEIE).
la creación de unesa 73
les de sus miembros.
— Intervenir, sin perjuicio de las facultades que a cada empresa corresponden en su
ámbito, en la negociación colectiva y en la regulación de las condiciones genera-
les de trabajo entre sus miembros y el personal empleados, relacionándose con
los Poderes y Administraciones Públicas, los Órganos Jurisdiccionales de cual-
quier orden, las Centrales Sindicales y los Organismos y Asociaciones
Internacionales.
— El estudio específico de los aspectos laborales relativos a salarios, conflictividad,
contratación colectiva, seguridad social, productividad y seguridad e higiene,
estableciendo las oportunas relaciones con Sindicatos, Administraciones Públicas
y Órganos Jurisdiccionales.
— Confederarse o integrarse en organizaciones empresariales de ámbito superior,
tanto nacional como internacional y participar en Asociaciones, Fundaciones,
Sociedades y Organizaciones Nacionales e Internacionales reconocidas legal-
mente, bien directamente o a través de otras en que se encuentren integradas.
— Cualquier otra actividad lícita para la defensa de los intereses de sus miembros y
los generales y comunes.
A lo largo de sus veintidós años de servicio, la FEIE desarrolló sus actividades en las
cuatro áreas siguientes:
74 la creación de unesa
Entre los logros obtenidos a través de la FEIE, junto con su política de diálogo social
y concertación, pueden citarse: la sustitución de la Ordenanza Laboral para la
Industria Eléctrica por nuevos modelos de relaciones laborales; los acuerdos
Sectoriales sobre Formación Continua suscritos entre FEIE, las Centrales Sindicales
(FIA-UGT) y la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras que supusie-
ron, durante el período 1985-1999, más de 7.000 millones de pesetas en subvencio-
nes para actividades de formación en las empresas asociadas; el acuerdo Sectorial de
la Industria Eléctrica sobre Solución Extrajudicial de conflictos Laborales, igualmen-
te suscrito entre FEIE y las citadas Centrales Sindicales, que hizo posible la utiliza-
ción por las empresas eléctricas del Servicio Interconfederal de Mediación y
Arbitraje, institución dependiente del Ministerio de Trabajo.
la creación de unesa 75
GRÁFICO 3.1
ESQUEMA DE ACTIVIDADES Y GRUPOS DE TRABAJO DE ASINEL
76 la creación de unesa
GRÁFICO 3.2
ESQUEMA DE ACTIVIDADES Y GRUPOS DE TRABAJO DE AMYS
Área de Medicina del Trabajo Área de Seguridad en el Trabajo Área de Higiene Industrial y Área de Protección Radiológica
• Protocolos médicos y • Evaluación de Riesgos de la Ergonomía • Actividades de coordinación y
enfermedades profesionales Industria Eléctrica • Asesoramiento a las empresas asesoramiento
• Estudios epidemiológicos • Auditorías de Seguridad • Toxicidad de productos • Colaboración con el Consejo de
Incapacidad y morbilidad en el • Informes de accidentes • Mapas de ruidos en la Industria Seguridad Nuclear
Sector laborales Eléctrica • Procedimientos técnicos
• Efectos biológicos CEM(1) • Planes de emergencia en las • Legislación(4) • Legislación(4)
• Asesoramiento y Mediciones CCTT Grupos de Estudio
• Legislacion(4) Grupos de Estudio
de CEM • Higiene industrial y ergonomía • Protección radiológica
• Legislación(4) Grupos de Estudio Proyectos de I+D
• Riesgo eléctrico Proyectos de I+D
Grupos de Estudio • Análisis de disolventes en la • Efectos de las dosis bajas de
• Medicina preventiva y • Protección de incendios radiactividad en instalaciones
• Formación en seguridad Industria Eléctrica
Asistencial • Pantallas de visualización nucleares
• Grupo Médico de CCNN • Trabajos en tensión • Varios
• Secretaría del CTN 204(2) sobre • Trabajos en redes subterráneas
Proyectos de I+D Seguridad Eléctrica Laboratorio de Higiene Industrial Servicio de Dosimetría Interna(3)
• EURELEX (con EDF y ENEL) sobre • Análisis de muestras y ensayos • Unidades móviles de dosimetría
evaluación de riesgos Proyectos de I+D • Calibración de equipos
• Efectos CEM-mecanismos de • Análisis de accidentes de trabajo
acción a través de modelos de • Ropa de trabajo frente al arco
animales eléctrico
• Efectos CEM-posible efecto Estadísticas de Accidentes de
sobre la reproducción animal y Trabajo
la cancerogénesis • Evolución y clasificación
• Indicadores más interesantes
• Análisis estadísticos
GRÁFICO 3.3
ESQUEMA DE ACTIVIDADES Y GRUPOS DE TRABAJO DE ADAE
Área de Gestión de Área de Energía en Área de Domótica Área de Vehículo Eléctrico Área de Energías
Demanda Edificios Públicos • Prescripciones técnicas • Campañas de Promoción Renovables
• Colaboraciones con el • Prescripciones técnicas • Operaciones de • Exposiciones y • Solar
Ministerio de Industria y -Alumbrado demostración Conferencias • Eólica
otros Organismos -Calefacción • Viviendas piloto • Operaciones de • Fotovoltaica
públicos y privados • Etiquetado de Demostración • Bomba de Calor
-Climatización
• Informes técnicos electrodomésticos • Representación en foros
• Etiquetado energético
• Reglamentación • Asesoramiento a nacionales e
• Asesoramiento de
• Representación en foros clientes internacionales
Clientes
nacionales e • Seminarios y
• Campañas de promoción
internacionales Conferencias
NOTA: En todas las áreas se desarrollaban numerosas actividades para la información y formación de clientes y del público en general, todo ello a través de los Grupos de Trabajo
correspondientes
la creación de unesa 77
CAPÍTULO 4
El sector eléctrico desde la creación de UNESA hasta la crisis
energética (1944-1973)
Este panorama comienza a cambiar al inicio de la década de los años cincuenta, muy
en paralelo con el primer incremento significativo de la renta nacional. La tasa del
crecimiento industrial fue, en algunos años, espectacular, superando claramente los
índices de cualquier período anterior. Gracias a ello, la economía nacional pasó de
ser mayoritariamente agraria a semi-industrial. Signifiquemos que al final de esta
etapa se pudieron superar las restricciones eléctricas, que habían sido especialmente
importantes en 1944 y 1945.
Finalmente, entre 1960 y 1973 se produce una expansión continua del uso de la elec-
tricidad, por lo que el Sector, además de gestionar de manera eficaz el sistema en
operación, tiene que incrementar en la cuantía necesaria la capacidad del parque
eléctrico nacional para poder atender una demanda creciente. En estos trece años la
potencia en servicio se multiplicó casi por cuatro, pasando de 6.567 MW a 23.207
MW.
También en 1944 se produjo la fusión de Hidroeléctrica Ibérica con Saltos del Duero,
que da lugar a Iberduero. Además, en julio de 1945 nace la sociedad Saltos del Sil,
S.A. para aprovechar el tramo del río Sil desde la desembocadura del Cabrera hasta
la confluencia con el Miño. Esta empresa sería absorbida en 1965 por Iberduero. De
este modo, en la zona centro-norte actúan al final del período contemplado:
Iberduero (País Vasco y Castilla-León), Electra de Viesgo (Santander) e Hidroeléctrica
del Cantábrico (Asturias y parte de Galicia).
Por otra parte, en 1946 se constituyeron dos compañías en la zona catalana. En pri-
mer lugar, Hidroeléctrica de Cataluña, S.A. (HIDRUÑA), creada por Catalana de
Gas y Electricidad y los Bancos Urquijo e Hispano Americano; esta empresa se fusio-
naría en 1965 con la Compañía de Fluido Eléctrico. En segundo lugar, el Estado
fundó también la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana, S.A.
(ENHER), con el objetivo de llevar a cabo el aprovechamiento integral del río
Noguera Ribagorzana y sus afluentes, así como el de un tramo del río Ebro.
Por otro lado, en la región centro actúa Unión Eléctrica Madrileña, que absorbe en
la década de 1960 a Eléctrica de Castilla, Saltos del Alberche, Eléctrica Castellana y
Saltos del Tajo y que en 1970 cambia su denominación por la de Unión Eléctrica,
S.A., más acorde con los nuevos límites de su actuación empresarial y con una pro-
ducción hidroeléctrica muy reforzada.
Durante aquellos años fueron frecuentes las puestas en servicio de pequeñas unida-
des térmicas móviles, de entre 2,5 y 5 MW, que se montaban y conectaban a la red
en pocos meses para paliar el déficit en varias regiones españolas. Algunas de estas
unidades permanecieron en servicio, en distintos emplazamientos, hasta la década
de los sesenta, y parte de ellas se montaban en barcos para facilitar su movilidad.
Cuadro 4.2.
Las restricciones pudieron paliarse con pequeñas
centrales móviles. En la foto, la central flotante Nuestra Evolución de la potencia del parque eléctrico de España: 1944-1973
Señora de la Luz. (Endesa). Años Hidroeléctrica Térmica Nuclear Total
Por otra parte, las empresas eléctricas españolas iban utilizando los avances tecnoló-
gicos que se producían a lo largo del período. A este respecto, merece la pena seña-
lar que de los 14,4 MW de potencia que tenía el mayor grupo de los que estaban en
operación en 1945 -el primero de la central térmica de Figols-, se pasó a 25 MW en
los grupos instalados al finalizar el año 1952 -primero y segundo de la central térmi-
ca de Compostilla, primero y segundo de la de Lada y primero de la de Escatrón-.
Un salto mayor se produciría en los años siguientes, ya que al finalizar 1958, los gru-
pos llegaron ya a los 140 MW de potencia unitaria -tercer grupo de la central térmi-
ca de Escombreras-.
Esta evolución del Sector hacia un parque eléctrico más equilibrado y de mayor
tamaño de los grupos no sólo estaba condicionada por la necesidad de alcanzar una
Al comenzar los años cincuenta se dan los primeros pasos para una mayor liberali-
zación de la economía en España, consiguiéndose un significativo aumento de la
renta nacional. Además, se inicia el desbloqueo internacional, fundamentalmente a
partir de la visita del Presidente de los Estados Unidos a nuestro país.
Para consolidar el nuevo ciclo inversor, resultó necesario modernizar la gestión del
sistema eléctrico y reformar, además de actualizar, sus tarifas eléctricas. Éste fue el
A tal fin, este Decreto estableció y reguló el régimen de la Red General Peninsular,
integrada por los sistemas eléctricos de las sociedades que produjeran o distribuye-
ran al menos 25 GWh anuales. Las empresas integradas en esa Red estaban obliga-
das a efectuar los transportes e intercambios de energía acordados con otras empre-
sas u ordenados por la Administración por razones de utilidad pública.
Este Decreto de 1951 estableció además un sistema único de tarifas, las denomina-
das Tarifas Tope Unificadas, de aplicación en todo el país, determinadas según una
fórmula polinómica que tomaba en consideración los diferentes factores de coste de
La prima que estableció el sistema para las nuevas construcciones fue decisiva para
que las empresas intensificaran un amplio programa de aprovechamientos hidroeléc-
tricos, dimensionados en algunos casos con potencia alta para percibir una mayor
prima, pero que dotaron a nuestro parque generador de una gran flexibilidad, lo que
permitió posteriormente satisfacer la demanda cuando se dieron condiciones críticas.
Aunque se había iniciado ya una cierta recuperación económica, todos los estudio-
sos coinciden en afirmar que el definitivo cambio de la política económica no se pro-
dujo hasta que se estableció el Plan de Estabilización de 1959. Posteriormente, los
Con el Plan de Estabilización se inicia la aparición del turismo y, sobre todo, la aper-
tura al exterior de nuestra economía, hechos que dieron pie a una fase de crecimien-
to económico a ritmos muy elevados. Una de las consecuencias de esta nueva diná-
mica se localiza en los importantes incrementos de la demanda eléctrica que se pro-
dujeron.
Buena parte de las centrales construidas entre 1955 y 1973 siguen hoy en servicio y
figuran entre las de mayor potencia del parque eléctrico español. Así, entre las hidro-
eléctricas pueden citarse las de San Esteban (265 MW de potencia), cuyos grupos
entraron en servicio entre 1955 y 1957; Saucelle (285 MW), en 1956; Aldeadávila, en
donde se pusieron en servicio varios grupos, con una potencia total de 718 MW,
entre 1962 y 1963; Mequinenza (324 MW), en 1964; Puente Bibey (285 MW), entre
1964 y 1966; José Mª Oriol (915 MW), entre 1969 y 1970; Villarino, cuatro de cuyos
grupos, con una potencia de 540 MW, se conectaron a la red en 1970; etc.
Central térmica de carbón La Robla.
Por su parte, entre las centrales termoeléctricas convencionales que fueron puestas
en funcionamiento en esta misma etapa, cabe mencionar las de fuelóleo de
Escombreras (858 MW), cuyos grupos fueron entrando en servicio entre 1956 y 1968;
Santurce (936 MW), entre 1969 y 1972; y Castellón (1.083 MW), en 1972-1973. Y
entre las termoeléctricas de carbón, fueron conectados a la red tres grupos de la cen-
tral de Compostilla, con 612 MW de potencia conjunta, entre 1961-1972; dos de Soto
de Ribera, con 322 MW, en 1962 y 1967; uno de Guardo, de 155 MW, en 1964; y otro
de La Robla, de 270 MW, en 1971. Posteriormente, como luego se verá, estas últimas
centrales de carbón vieron incrementada notablemente su potencia con la incorpo-
ración de nuevos grupos, como consecuencia de las actuaciones procedentes del
Plan Acelerado del Carbón.
Por otro lado, el trabajo de UNESA alcanzó una gran importancia en lo que se refie-
re a su labor de coordinación de los planes de construcción de nuevas centrales y
líneas de transporte y distribución, teniendo en cuenta la magnitud que alcanzaban
las inversiones eléctricas.
La Administración del Estado también consideró importante para el país que estas
inversiones fueran asignadas adecuadamente. Por ello, en el año 1968 el Ministerio
Uso de la electricidad en el sector transporte. de Industria encargó a UNESA la elaboración del Plan Eléctrico Nacional, que opti-
mizase las inversiones del Sector. Lo hizo mediante la Orden del 30 de septiembre
de 1968, en la que se fijaba un plazo de seis meses para que UNESA presentara una
propuesta inicial del Plan Eléctrico Nacional.
Cuadro 4.4.
Evolución del PIB y de las Inversiones Eléctricas 1953-1968
PIB Inversiones Eléctricas
Millones de ptas. Millones de ptas.
Años corrientes corrientes % del PIB
Este párrafo venía a ser un reconocimiento oficial de la eficaz labor que se había des-
arrollado en UNESA durante este período.
Además, la Orden añadía que, para lograr estos objetivos, se deberían tener en
cuenta los criterios económicos y técnicos siguientes:
— Los criterios de optimización se basarán en la economicidad de las soluciones, desde el
punto de vista del coste de la energía suministrada al centro de consumo.
— Se procurará la máxima utilización de los recursos nacionales compatibles con la eco-
nomicidad de las soluciones.
— Se estudiará el marco económico de las inversiones según los cálculos de financiación y
rentabilidad deducidos de las condiciones del momento y de las previstas en el período
objeto de estudio.
— Se procurará obtener la máxima utilización posible de la potencia de las centrales
actualmente instaladas y autorizadas, colocando en la base del diagrama de cargas las
centrales nucleares y las centrales térmicas de carbón a bocamina.
Este Plan Eléctrico se fue actualizando periódicamente, hasta que quedaron englo-
bados en los Planes Energéticos Nacionales, que nacieron como consecuencia de la
primera crisis energética.
Cuadro 4.5.
Precio medio de venta de la energía eléctrica: 1959-1973
Precio Medio Índices Precios Medios
Años (pts/kWh) Deflactor (ptas./kWh)
(pesetas 1959=100 ** (pesetas constantes)
corrientes) * 1959=100
Al dejar de aplicarse en abril de 1973 la “fórmula B”de OFILE, que era la utilizada
para retribuir la electricidad generada por ENDESA, hubo que buscar alternativas
para el pago de este suministro. Después de analizar varias opciones, se llegó a un
acuerdo por el que el resto de sociedades de UNESA se comprometían a adquirir,
conjunta y solidariamente, toda la electricidad generada por ENDESA, que en aque-
llos años aún no distribuía directamente a los consumidores finales. El contrato se
firmó en junio de 1974 y se renegoció en diciembre de 1980, permaneciendo vigen-
te, con algunas vicisitudes y controversias, hasta principios de 1988, en que entró en
vigor el régimen tarifario establecido por el Marco Legal Estable. En UNESA se
negociaron las compensaciones económicas y demás condiciones que dieron lugar
al correspondiente acuerdo para finiquitar el contrato ENDESA-Grupo de empresas,
que además marcó la entrada de ENDESA en la distribución de consumidores fina-
les.
Finalmente, conviene señalar que, por Orden ministerial del día 23 de diciembre de
1972, se establecieron las “Bases para el desarrollo y explotación conjunta del siste-
ma eléctrico peninsular”. En ellas se reiteraban los criterios seguidos desde la pro-
mulgación del Decreto de 1951 –“la conjugación y puesta en común de las produc-
ciones”de cada empresa, para su explotación unitaria en el transporte y la distribu-
AEN de la OCDE: Agencia para la Energía Nuclear de la Organización EEI: Edison Electric Institute.
para la Cooperación y Desarrollo Económico. EPRI: Electric Power Research Institute.
AIDN: Asociación Internacional de Derecho Nuclear. EURELECTRIC: Unión de la Industria Eléctrica.
AIE: Agencia Internacional de la Energía. INPO: Instituto de Explotación de Energía Nuclear.
AISS: Asociación Internacional de la Seguridad Social. NEI: Nuclear Energy Institute.
CEI: Comisión Electrotécnica Internacional. OIEA: Organismo Internacional de Energía Atómica.
CENELEC: Comité Europeo de Normalización Electrónica. OLADE: Organización Latinoamericana de Energía.
CIER: Comisión de Integración Eléctrica Regional. UCTE: Unión para la Coordinación del Transporte de Electricidad.
CIGRE: Conferencia Internacional de Grandes Redes Eléctricas. UIE: Unión Internacional de Aplicaciones de la Electricidad.
CIRED: Conferencia Internacional de Redes Eléctricas de UNICE: Unión de Confederaciones de la Industria y de los
Distribución. Empresarios de Europa.
CME: Consejo Mundial de la Energía. WANO: World Association of Nuclear Operators.
ECOBA: Asociación Europea para el Uso de los Subproductos WANO MC: World Association of Nuclear Operators, Moscow Center.
procedentes de Centrales Térmicas. WANO PC: World Association of Nuclear Operators, Paris Center.
l año 1973 constituye una fecha de excepcional importancia para los sectores
E energéticos de todos los países industrializados. En esa fecha comienza una
espectacular escalada de los precios del petróleo, que no detendrá su camino ascen-
dente hasta finales de 1983. Entre mayo de 1973 y marzo del siguiente año, el precio
del barril de petróleo pasó de 1,62 dólares a 9,31 dólares, una subida que fue bauti-
zada como “primera crisis del petróleo”.
Montaje de un transformador de
132 kV en la Central de Burceña.
Fue el fin de una era. Hasta entonces, la Humanidad había vivido como si la energía
fuera un bien del que se pudiera disponer en grandes cantidades y a precios baratos.
Los informes del Club de Roma, elaborados a comienzos de la década de los seten-
ta, habían advertido además sobre un posible agotamiento físico de diversas mate-
rias primas básicas si el consumo mundial seguía creciendo de manera desordenada,
lo que introducía nuevas incertidumbres.
Cada país llevó a cabo, con mayor o menor fortuna, sus Planes Energéticos
Nacionales, que también se formularon con carácter supranacional –UE, AIE,
OCDE–, lo que sirvió para orientar las políticas energéticas de los principales países
consumidores, así como sensibilizar a sus poblaciones.
Pactos de la Moncloa. 1977. Por tanto, la mayor parte de los sectores eléctricos eran muy dependientes del petró-
leo y, en consecuencia, de los países exportadores. Los expertos internacionales
insistieron en la importancia de reducir al máximo esta dependencia, por dos moti-
vos evidentes: por un lado, para no comprometer el necesario abastecimiento ener-
gético de los países; por otro, para que, reduciendo el ritmo de consumo de los pro-
ductos petrolíferos, se aliviara la presión en el mercado de crudos; ya que, con la
información existente en esos momentos, se temía por el agotamiento físico de sus
reservas en apenas tres o cuatro décadas.
En lo que se refiere a la primera de estas dos medidas, el objetivo era, en otras pala-
bras, reducir la elasticidad de la demanda energética respecto del crecimiento eco-
nómico; es decir, reducir el consumo energético por cada unidad de Producto
Interior Bruto generado. En cuanto a la segunda, consistía en aplicar lo que se cono-
ce como “política de precios reales para la energía”. Hasta la crisis del petróleo de
1973, la tendencia general se encaminaba a aprobar precios subvencionados para las
materias primas energéticas, esto es: por debajo de su coste real de producción, en la
creencia de que incentivando el consumo de energía se aumentaba el ritmo de la
actividad económica. Por ello, la política llevada hasta entonces no impulsaba preci-
samente un consumo racional y eficaz de los productores energéticos; pero dado que
se consideraba que la energía era barata y existían grandes reservas, ello no importa-
ba en exceso.
Con la “crisis del petróleo”, el escenario cambió de manera radical y los expertos
internacionales insistieron en que, para impulsar una utilización racional de la ener-
gía y lograr una correcta asignación de los recursos económicos, era preciso que los
precios de los productos energéticos recogieran en su totalidad los costes de produc-
ción.
Para la práctica totalidad de los sectores eléctricos de los países desarrollados, los cri-
terios de actuación estaban, pues, claros: por un lado, sustituir el empleo de deriva-
dos del petróleo en la producción de electricidad, potenciando la utilización de fuen-
A partir de la crisis energética y al igual que hacían los otros países de la Agencia
Internacional de la Energía (AIE), el Gobierno español, comenzó a plasmar su políti-
ca no sólo eléctrica sino energética, en este tipo de Planes, cuyas primeras experien-
cias habían aportado, además, resultados positivos. Se trataba de documentos cuya
elaboración correspondía al Ministerio de Industria y Energía, que luego pasaban a
ser debatidos y aprobados por el Congreso de los Diputados. En ellos se especifica-
ban los objetivos fijados para un período móvil que habitualmente abarcaba diez
años. Concluido todo el proceso de aprobación, eran también presentados en la
Agencia Internacional de la Energía, dado que esta institución tenía, entre sus obje-
tivos, el encargo de repartir el petróleo disponible en caso de haber escasez en su
abastecimiento.
5.3 Plan Energético Nacional de 1975: la Acción Concertada del Sector Eléctrico
El primer Plan Energético Nacional no fue aprobado por las Cortes Españolas
hasta 1975, con cierto retraso sobre lo que resultaba aconsejable, en especial por la
fuerte dependencia del petróleo en España –el 68% del consumo de energía prima-
ria en 1974–. Sin embargo, las circunstancias políticas y sociales por las que atrave-
saba el país no dieron demasiado margen al Gobierno y se produjo esta demora en
la aplicación de las medidas correctoras y de contención del consumo, teniendo que
absorber las cuentas del Estado una parte relevante del incremento del coste de los
productos petrolíferos.
También las medidas para aproximar los precios de la electricidad a los costes reales
de la producción sufrieron retrasos apreciables. En lo que se refiere al Sector
Eléctrico, frente a este factor negativo, un aspecto importante para paliar en parte
este retraso fue la Acción Concertada, establecida por Decreto 175/1975. Con esta
medida se establecía un régimen de concierto entre la Administración Pública y el
Sector Eléctrico, en virtud del cual se concedían beneficios y desgravaciones fiscales
para asegurar el cumplimiento de los objetivos fijados en el PEN-1975 que, como es
Cuadro 5.2.
Consumo total de derivados del petróleo en España: 1973-1984
Años Miles de tep
1973 39.455
1974 42.095
1975 42.230
1976 47.353
1977 45.714
1978 47.389
1979 49.134
1980 50.070
1981 46.439
1982 44.393
1983 43.712
1984 40.907
Estas consideraciones prueban que en España la nueva política, motivada por la cri-
sis energética, se aplicó con retraso. Sólo tras la aprobación, en julio de 1979, del
segundo Plan Energético Nacional, empezó realmente a ponerse en marcha una
verdadera estrategia de diversificación y de sustitución del uso del petróleo.
Esta norma fijó, en fin, las directrices para el fomento de la cogeneración y las ener-
gías renovables, es decir, la mayor parte de las tecnologías que actualmente se inte-
gran en el llamado “Régimen Especial”(*) de generación eléctrica, y que son:
Del esfuerzo realizado por las empresas eléctricas en este terreno son prueba los
siguientes datos: entre 1980 y 1986 fueron conectados a la red cinco reactores nu-
cleares con más de 4.500 MW de potencia conjunta –Almaraz 1 y 2, Ascó 1 y 2 y
Cofrentes– y catorce unidades de carbón con más de 5.000 MW en total –siete de
ellas, con 3.000 MW de potencia conjunta, pertenecientes a un Plan Acelerado de
Centrales Térmicas de Carbón, elaborado en el año 1980 como complemento a lo
dispuesto en el PEN-1979–. Formaban parte de este Plan las centrales de carbón
nacional de Narcea III, Robla II, Soto de Ribera III y Guardo II, con 350 MW cada
una, y Aboño II, con 543 MW. De carbón importado estaban Carboneras I y Los
Barrios I, con 550 MW cada una.
(*) Se denominan así desde la aprobación de su Como resultado de esta expansión del parque de generación, el consumo de fueló-
desarrollo reglamentario por el RD 2366/1994, siendo
recogido este término en la LOSEN (1994) y en la Ley leo fue reduciéndose a un ritmo muy superior al que se seguía en los demás sectores
del Sector Eléctrico (1997). económicos. De hecho, se pudo pasar desde los 9 millones de toneladas de 1980 a
Cuadro 5.3.
Consumo de combustibles de las centrales térmicas de UNESA: 1973-1984
Años Hulla Antracita Lignito Total Fuelóleo Total Gaseosos*
(miles Tm) (Tm) (Tm) Carbón (miles Tm) (millones m3)
Lógicamente todo ello había sido posible, en una medida fundamental, porque las
empresas de UNESA realizaron un importante esfuerzo inversor. En este sentido,
baste recordar que entre los años 1980 y 1986 las inversiones sumaron más de 3,5
billones de las antiguas pesetas, es decir, alrededor de 500.000 millones de pesetas
anuales (unos 3.000 millones de euros) por término medio. Con todo ello se habían
puesto en marcha unas instalaciones cuya característica fundamental radicaba en la
sustitución de los costes variables por los costes fijos; es decir, instalaciones que exi-
gían un elevado volumen de inversión por kilovatio instalado. Por eso, no sin razón
algún experto afirmaba entonces que como combustible, el petróleo había sido sus-
tituido por los intereses y amortizaciones derivados de la gran deuda que fue nece-
sario asumir para atender a las inversiones.
En la revisión del Plan Energético Nacional en 1979, se vio que podía mejorarse la
gestión del RECA. Por un lado, se transformó en 1980 en el Centro de Control
Eléctrico (CECOEL); por otro, se dispuso que la responsabilidad de la gestión del
CECOEL fuera realizada, a partir de entonces, por una nueva sociedad: la
Asociación de Empresas para la Explotación del Sistema Eléctrico
(ASELÉCTRICA), bajo la supervisión de un Delegado del Gobierno. Además, el
acuerdo del Gobierno implicaba que la nueva sociedad se separara de UNESA.
En el momento del inicio de la crisis, el precio medio del kWh en términos reales –es
decir, en moneda constante– era un 38,5% inferior al existente en 1959.
Paradójicamente, la recomendación de que eran necesarios “precios reales para la
energía”no mejoró la evolución de estos precios, que siguieron descendiendo en tér-
minos reales hasta situarse en 1979 un 50,9% por debajo de los vigentes en 1959 y
un 20,2% por debajo de los de 1973. Aunque en años posteriores a 1979 se registró
un incremento en términos constantes del nivel de los precios eléctricos, muy espe-
cialmente tras la “segunda crisis”del petróleo, todavía seguía siendo insuficiente para
recuperar los niveles de precios anteriores.
La situación, por lo tanto, resultaba difícil y preocupante. Por un lado, el Sector debía
cumplir el compromiso, adquirido a través del PEN-1979, de la puesta en marcha de
una urgente política de diversificación, como consecuencia de la política energética
nacional, que se concretaba en la construcción y entrada en servicio de numerosas y
costosas instalaciones. Por otro, se veía obligado a acudir a préstamos en moneda
extranjera para financiar parte de estas cuantiosas inversiones, y se encontraba ade-
más con un encarecimiento de los mismos por la continua apreciación del dólar.
Pero, además, el Sector veía cómo sus ingresos por venta de energía eléctrica no
aumentaban en la cuantía necesaria, debido a que los incrementos de las tarifas
eléctricas no recogían en su totalidad los costes de producción del kWh, ni tampoco
se permitían la amortización ni las cargas financieras de la enorme obra en curso,
que deberían ser “activadas”en los balances como mayor importe de las inversiones
en construcciones hasta su entrada en funcionamiento, con lo que se retrasaba y
agravaba el problema de la recuperación en años posteriores de las inversiones rea-
lizadas y su coste de reposición, cosa que no sucedía en otros países como Inglaterra,
Francia, los países nórdicos, etc. Las consecuencias no pudieron ser otras que el
deterioro de las Cuentas de Resultados y Balances de Situación de las empresas eléc-
tricas y la bajada de sus cotizaciones en Bolsa.
Esta estrategia constituyó uno de los pilares fundamentales del ajuste de la econo-
mía española, en su proceso de convergencia con los sistemas económicos de los
países europeos integrantes de la CE, en la que España ingresaría a partir de 1985.
— El nivel de endeudamiento del sector era alto, como consecuencia del esfuerzo
inversor realizado en los años anteriores para cumplir la sustitución del petróleo,
y ascendió en 1983 a 2,76 billones de pesetas. Los recursos ajenos se situaron en
2,13 billones de pesetas, cifra que representaba aproximadamente el 54% de los
recursos permanentes del sector.
— Era preciso reducir la inflación española a niveles más próximos a los registrados
en los principales países europeos. Así, por ejemplo, el incremento del IPC en
España en 1982 fue del 14,4%, tasa sin duda inferior a la registrada en 1976
(24,5%), pero aún muy alejada de las existentes en la CE (9,5%), Estados Unidos
(6,0%) o Japón (2,7%).
Cuadro 6.1.
Endeudamiento del sector eléctrico; 1981-1986
(datos a 31-XII de cada año, en millones de pesetas).
1981 1982 1983 1984 1985 1986
Empréstitos 526.871 680.839 809.678 1.043.641 1.251.370 1.485.394
Préstamos en
moneda nacional 276.631 464.776 647.692 696.276 1.022.833 1.492.879
Préstamos en moneda
extranjera 694.186 975.298 1.302.940 1.673.275 1.421.884 1.072.239
TOTAL 1.497.688 2.120.913 2.760.310 3.413.192 3.696.087 4.050.512
La coyuntura del Sector era, por tanto, compleja y delicada. La estrategia que se puso
en marcha desde UNESA fue la única posible: un esfuerzo muy importante de sane-
amiento financiero por parte de las empresas, en un marco de constante diálogo y
negociación con la Administración.
La política energética que aplicó el Gobierno del PSOE, que había tomado posesión
a finales de 1982 tras su victoria electoral, abarcó tres aspectos en lo que afecta al
Sector Eléctrico: acciones dirigidas a adecuar a los consumos eléctricos más modera-
dos la capacidad del equipo eléctrico, mediante la revisión del PEN-79 vigente en
esos momentos; actuaciones dirigidas a reordenar las empresas eléctricas, tanto en
lo que se refiere a sus activos como a sus mercados; y propuestas orientadas a esta-
blecer un sistema de retribución tarifaria más estable y transparente.
En este sentido, las bases de la política energética aplicada por el Gobierno se crista-
lizaron, fundamentalmente, a través del Protocolo de acuerdo entre el Gobierno y el
Sector Eléctrico, suscrito en mayo de 1983, conocido como el “Primer Protocolo”. En
él se acordó, fundamentalmente, la nacionalización de la red de transporte eléctrico,
la necesidad de revisar el PEN-79 y el establecimiento de un marco tarifario más
estable y transparente.
Por otro lado, en el contexto en el que se desenvolvían las empresas eléctricas, pare-
cía conveniente que se revisara también el contrato hasta entonces en vigor entre el
Grupo de Empresas y ENDESA para la adquisición de la energía que generaba.
Debe tenerse en cuenta que como consecuencia de los menores crecimientos de la
demanda y de la entrada en servicio de las nuevas centrales, para el resto de las
compañías del Sector era necesaria en menor medida esta energía. Por ello, tras una
larga negociación, se pudo llegar a un principio de acuerdo en julio de 1983. Sin
embargo, con posterioridad, en 1986, en el Grupo de Empresas hubo diferencias de
criterio respecto al reparto de esta energía; incluso, ante la falta de acuerdo, una
empresa, Electra de Viesgo, se desvinculó unilateralmente del contrato. Ante esta
situación, las partes tuvieron que elevar sus diferencias al Ministro de Industria,
En el mes de mayo de 1983 y como fruto de una larga serie de reuniones celebradas
entre la Administración y UNESA como representante del Sector, el Ministro de
Industria y Energía y los Presidentes de las principales empresas del sector firmaron
el Primer Protocolo de acuerdo, que contenía aspectos muy importantes para el
desarrollo eléctrico, entre los cuales figuraba la constitución de una Sociedad de
mayoría pública encargada de gestionar el parque eléctrico español y los procedi-
mientos más adecuados para la revisión del Plan Energético Nacional (PEN 79),
vigente en aquel momento. Se establecían también principios referentes a la volun-
tad del Ministerio de aplicar “una política tarifaria que permita una rentabilidad sufi-
ciente a las empresas, garantice una remuneración de los capitales y asegure la ade-
cuada dotación a amortizaciones”.
Por otro lado, para el sistema peninsular el Plan de 1983 establecía, durante su pe-
Presentación a los Medios de Comunicación de la
Memoria Estadística Eléctrica en 2004 con los ríodo de vigencia (1984-1992), la conexión de los siete grupos que formaban el ya
máximos representantes de UNESA. citado Plan Acelerado del Carbón –plan elaborado y puesto en marcha en 1980,
principalmente para dar mayor rapidez al proceso de sustitución del petróleo en la
generación de electricidad tras la “segunda crisis”–; además, contemplaba la puesta
en operación del grupo V en la central de Compostilla, también de carbón, así como
siete grupos nucleares: Almaraz 1 y 2, Ascó 1 y 2, Cofrentes,Vandellós 2 y Trillo 1.
Sin embargo, en el momento de la aprobación del Plan había otros cinco grupos con
las obras ya empezadas y en período de desarrollo: los dos grupos de Lemóniz, pró-
ximos a entrar en servicio, pero cuyas obras se habían paralizado en 1982, porque se
El PEN-83 excluía, por tanto, la puesta en marcha durante su vigencia de estos cinco
proyectos. Con todo, el Plan señalaba también que, de acuerdo con una llamada
“cláusula de revisión”, en el caso de que la demanda eléctrica creciera por encima de
las previsiones y su evolución aconsejase la adición de nueva potencia al parque en
servicio antes de 1992, podría ser aprobada alguna de las unidades cuyas obras que-
daban paralizadas como consecuencia de esta moratoria nuclear, extremo que final-
mente no llegó a cumplirse.
En este punto, resulta oportuno destacar que España había ido avanzando mucho
en el desarrollo de una capacidad tecnológica y de construcción nuclear propia, lo
cual tuvo su reflejo en la participación de la industria nacional en la construcción de
las centrales nucleares que iban entrando en servicio.
Todo ello supuso el alto grado de formación adquirido por los expertos españoles en
esta área, una experiencia y unos conocimientos que permitieron su participación en
otros proyectos en distintos países.
Para dar cumplimiento a uno de los puntos fundamentales del Primer Protocolo, el
de la nacionalización de la red de transporte, el Gobierno aprobó, en el Consejo de
Ministros celebrado el 9 de mayo de 1984, el Proyecto de Ley de Explotación
Unificada del Sistema Eléctrico Nacional.
Este Proyecto de Ley fue aprobado, con ligeras modificaciones, por el Congreso de
los Diputados y, posteriormente, por el Senado, entrando en vigor con su publica-
ción en el Boletín Oficial del Estado, en diciembre del año 1984.
El desarrollo y concreción de ese texto legal fue determinado por el Real Decreto
91/1985, publicado en el BOE del 28 de enero de 1985, en el que se autorizaba la cre-
ación de la Empresa Red Eléctrica de España, S.A., bajo forma de Sociedad
Anónima, y teniendo por objeto social “la gestión del servicio público de explota-
ción unificada del sistema eléctrico nacional a través de la red de transporte de alta
tensión”.
En este Decreto se concretaban de manera detallada cuáles eran los objetivos de esta
empresa:
Para hacer frente a las dificultades planteadas por el enorme esfuerzo inversor reali-
zado en condiciones económico-financieras muy desfavorables, se estableció un
a) Intercambio de activos
La situación derivada de la crisis del petróleo había obligado a adoptar las medidas
correctoras necesarias, que ya fueron analizadas y que tuvieron efectos muy dispares
en cada una de las empresas eléctricas. Frente a esta realidad, la transferencia de una
parte de la capacidad de producción de las empresas con excedentes a aquellas otras
con déficit de producción permitió lograr dos objetivos simultáneamente: reequili-
brar la producción y el mercado de las empresas y redistribuir el problema econó-
mico-financiero.
La hipótesis de la que se partió para llevar a cabo esta operación fue determinar que
el Sector Eléctrico en su conjunto era viable económicamente y que, por tanto, lo
deberían ser todas y cada una de las empresas que lo integraban. El acuerdo de prin-
cipio quedó diseñado en sus líneas maestras a finales de 1984 y recibió la aproba-
ción del Ministerio de Industria y Energía en diciembre de ese mismo año. Como
(*) Previamente a la operación de intercambio de activos, pero ya dentro del Plan de Saneamiento del
Sector y como parte de dicho intercambio, Hidroeléctrica Española había adquirido el 80% del capital de
Hidroeléctrica de Cataluña mediante una Oferta Pública de Adquisición de acciones realizada entre
diciembre de 1984 y enero de 1985.
Fuente: UNESA
Sin embargo, la política tarifaria siguió prácticamente igual. Así, en los años 1986 y
1987, los aumentos de la tarifa eléctrica fueron inferiores en 1,5 puntos porcentuales
a los registrados en el IPC y, aunque es cierto que en estos años descendió sustan-
cialmente el precio de los productos petrolíferos, no lo es menos que por aquel
entonces las centrales de fuelóleo aportaban solamente el 3,7% de la producción del
parque eléctrico.
Estos hechos pusieron en evidencia que el problema del Sector ya no era exclusiva-
mente financiero, sino que también iba siendo de carácter económico, como conse-
cuencia de la insuficiencia del incremento de la tarifa eléctrica durante estos años
para hacer frente a los elevados costes del sector, muchos de ellos ajenos a su ges-
tión.
Por ello, fijadas las tarifas para el año 1987, las conversaciones entre UNESA y el
Antes del establecimiento del Marco Legal Estable, un paso esencial fue el acuerdo
al que llegaron la Administración y UNESA sobre la valoración de los activos netos
de las empresas. Esta valoración resultaba imprescindible para la fijación de un
marco tarifario que permitiera a las empresas la recuperación total de sus inversio-
nes, puesto que, como se ha dicho, sólo deberían recuperarse aquellos costes de
inversión y explotación que resultaran de una eficiente gestión por parte de las
empresas.
Así, el MLE recogía cuál era el valor estándar de cada una de las instalaciones de
producción, transporte y distribución del sector eléctrico. Una vez establecidos estos
valores, la Administración se comprometía a garantizar la recuperación total del
mismo –actualizado a través del índice de precios y remunerado mediante la aplica-
ción de una tasa de retribución– a lo largo de la vida útil de las instalaciones –25
años en el caso de las centrales termoeléctricas clásicas y nucleares y 65 años en el
caso de las hidroeléctricas– merced a un sistema de amortización anual. Como com-
plemento de esta recuperación de costes de inversión, cada año se calculaban asi-
mismo los costes de operación y mantenimiento fijos y variables del sector (es decir,
los de combustibles, personal, estructura, etc.).
En general, puede decirse que el MLE fue bien recibido por el Sector. Las críticas que
éste formuló posteriormente fueron dirigidas, más que al sistema en sí, al reparto
que hacía de la tarifa entre las diferentes empresas. Precisamente para corregir las
desigualdades y falta de transparencia que se achacaban al MLE, éste sería modifi-
cado posteriormente en diciembre de 1993.
l iniciarse la última década del siglo, la empresa eléctrica como elemento bási-
A co y por su carácter estratégico se mantenía, en casi todos los países, como
industria regulada e intervenida. En grandes líneas, esta intervención procedía, de
un lado, de las políticas de planificación de las instalaciones de generación y trans-
porte; de otro, del control de la tarifa eléctrica. En la mayoría de los casos, el modelo
resultante consistía en estructuras empresariales verticalmente integradas, que abar-
caban todas las actividades de producción, transporte, distribución y suministro de
electricidad. En la mayor parte de los países europeos era de titularidad pública.
Este modelo estructural de la industria eléctrica, que también regía en España, aun-
que combinando empresas de titularidad pública y privada, comenzó a cambiar en
los primeros años de la década de los noventa, cuando desde la UE se fomentaron
los procesos de privatización de las empresas públicas y la liberalización gradual en
las actividades de generación y comercialización de la energía eléctrica.
Así, con la aprobación en febrero de 1986 del Acta Única Europea, se fijó el objetivo
de alcanzar, el 1 de enero de 1993, un Mercado Interior Único en la UE y también,
después de largo tiempo de deliberaciones sobre qué sectores quedarían excluidos
del mismo, en un mercado único en el sector energético. Este mercado se presenta-
ba como un medio para la adecuada asignación de recursos, la disminución del coste
de la energía y como un factor que contribuiría a la seguridad de abastecimiento a
través de la competencia entre empresas.
Pero existía una evidente falta de homogeneidad entre los modelos de gestión de los
sistemas eléctricos europeos y, fiscalmente, también se producían sensibles diver-
gencias. A estas dificultades venía a sumarse una normativa medioambiental que
afectaba económicamente de manera diferente a los países de la UE. Después de un
proceso complejo de discusiones, un primer intento resultó fallido, al recomendar el
Consejo de Ministros de Energía de la Comunidad que se pospusiera esta liberaliza-
ción del sector, invitando a la Comisión a revisar sus propuestas, pero sin señalar un
plazo determinado para el establecimiento del mercado único.
Por lo que respecta al Sector español, en los primeros años de la década de los
noventa tenía, de acuerdo con lo expuesto en capítulos anteriores, un marco regula-
dor cuyas principales características podrían resumirse de la siguiente manera:
Por ello, se formaron ciertas iniciativas en aras de una mayor liberalización. En este
sentido, en 1994 se promulgó la Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico (LOSEN),
que representó un primer paso en la liberalización del sistema, aunque aún se man-
tenía lo sustancial de la regulación anterior, por más que su aplicación se hiciera
compatible con algunos elementos de competencia. Por eso, se comenzó a hablar de
un Sistema Eléctrico Integrado, en tanto se configuraba un nuevo “Sistema
Independiente”, en régimen de libre iniciativa y competencia.
La corta vigencia de la ley, derogada antes de que se cumplieran dos años desde su
promulgación, hizo que los limitados elementos de competencia existentes en ella
no llegaran a ponerse suficientemente en vigor.
Sin embargo, debe reconocerse que la LOSEN sí dio solución satisfactoria al viejo
problema de la moratoria nuclear, ordenando, en una de sus disposiciones adiciona-
les, la paralización definitiva de las instalaciones en moratoria y compensando a las
empresas propietarias con un porcentaje de la tarifa eléctrica, durante un plazo
máximo de veinticinco años. Además, permitió la titulización de esta deuda.
Por otro lado, aunque el denominado Régimen Especial nace con la Ley 82/1980
de Conservación de la Energía, fue el RD 2366/1994 el que verdaderamente estable-
ce todo el marco regulador de este tipo de instalaciones, dándoles condiciones de
estabilidad en el tiempo.
Firma del Tratado de Adhesión a la Comunidad El tratamiento de la electricidad como mercancía o servicio en la consecución del
Europea el 12 de junio de 1985 en el Palacio Real de Mercado Interior Único no comienza realmente hasta la aprobación de la Directiva
Madrid.
de Tránsitos, de 1990, sobre el principio de libre acceso y utilización de las redes
europeas por agentes compradores y vendedores de energía eléctrica ajenos a la
propiedad de las mismas. Esto supuso el final de un derecho exclusivo para sus titu-
lares y la consideración de la red eléctrica como soporte físico de transacciones
comerciales, cualquiera que fuera el origen y destino de la energía implicada.
Asimismo, entre sus prioridades de política energética este Plan Energético Nacional
incluyó la de aumentar la contribución de los autogeneradores, que debía pasar del
4,5 por 100 en 1990 al 10 por 100 para el año 2000, contemplando en este apartado
dos tipos de actividad claramente diferenciados: la cogeneración y la generación a
partir de energías renovables. La primera suponía un ahorro de energía primaria y
contribuía a reducir pérdidas en transporte y generación. Por su parte, con las ener-
gías renovables se disminuiría, obviamente, el consumo de energía primaria conven-
cional, y aportaban ventajas medioambientales. La participación de estas energías
en la producción nacional, tenía una incidencia relevante en la explotación unifica-
da, por lo que la gestión de sus instalaciones, considerando las especificidades que
les eran propias, debería estar incentivada, para que su régimen de producción
pudiera ajustarse a las necesidades del sistema eléctrico.
Para todo ello se aprobó el Real Decreto 2366/1994 sobre “Producción eléctrica por
instalaciones hidráulicas de cogeneración y otros abastecidos por recursos o fuentes
de energía renovables”, que tenía por objeto el desarrollo reglamentario del Capítulo
II de la Ley 82/1980 sobre Conservación de la Energía, en lo relativo a los requisitos
Cuadro 7.1.
Excedentes de electricidad del Régimen Especial (GWh)
Año Demanda Total %
Régimen Especial Régimen Especial/Demanda
Esta ordenación era a todas luces necesaria, en primer término, para dar seguridad
jurídica a un Sector que estaba siendo regido por normas dispersas de muy diverso
rango. Pero, además, resultaba aconsejable consolidar y perfeccionar el modelo de
regulación aplicado en los últimos años, así como avanzar en la adecuación de la
Por otro lado, las tarifas eléctricas, que se mantenían únicas en todo el territorio del
Estado, seguirían siendo fijadas por el Gobierno con criterios de suficiencia y efica-
cia, aplicando un procedimiento uniforme y explícito previsto en la Ley. Las activi-
dades comprendidas en el sistema independiente se retribuían en las condiciones
pactadas por las partes. La Ley reconocía las competencias necesarias a la
Administración del Estado para la aplicación de tarifas únicas y el cumplimiento de
lo establecido en materia de retribución.
No obstante, la vía elegida por la LOSEN para introducir competencia y a la vez pro-
teger a las empresas de las consecuencias de un cambio súbito –la coexistencia entre
el sistema integrado y el sistema independiente–, se separaba de las fórmulas que se
empezaban a emplear en otros países de la UE. Además tenía dificultades de
implantación, a veces innecesarias. Por todo ello, esta Ley no llegó a desarrollarse
por completo, aunque algunos de sus postulados fueron recogidos en el Tercer
Protocolo Eléctrico de 1996 y en la Ley del Sector Eléctrico de 1997, que se estable-
cerían posteriormente.
Fernando de Ybarra, presidente de Sevillana, y
Feliciano Fuster, presidente de Endesa, tras la firma
del Acuerdo suscrito entre ambas empresas (1991).
7.4 Reordenación del Sector Eléctrico
Radica aquí el origen de los grandes grupos empresariales actuales, uno de capital
público nucleado en torno a Endesa, que luego fue privatizado en su totalidad, y
otros de carácter privado: IBERDROLA, UNIÓN FENOSA e HIDROELÉCTRICA
DEL CANTÁBRICO. Posteriormente, como luego se verá, aparecerá en el año 2001
un quinto grupo de carácter privado, Enel Viesgo.
a) Grupo ENDESA
Asimismo, durante este período, Endesa adquirió activos eléctricos en otros países
como Argentina, Perú, Chile, Marruecos, etc., así como también compra participa-
ciones de empresas con actividades en otros campos, como son telecomunicaciones,
petróleo, aguas, etc.
b) Grupo Iberdrola
Relevo en la presidencia de
UNESA: de Unión Eléctrica-
Fenosa, Julián Trincado, a Endesa,
Feliciano Fuster.
Año 1991.
c) Unión Fenosa
e) Enel Viesgo
Para poner en práctica los acuerdos de este Protocolo, el Gobierno preparó un pro-
yecto de Ley del Sector Eléctrico que, tras su tramitación parlamentaria, fue aproba-
da el 27 de noviembre. Esta Ley 54/1997 liberalizaba el Sector e iba en muchos
aspectos más allá de lo que exigía la Directiva 96/92/CE sobre Normas Comunes
para el Mercado Interior de Electricidad que, en diciembre de 1996, había sido apro-
bada por la Unión Europea. En España se tenía, además, otro referente, como era la
Ley de Ordenación del Sistema Eléctrico Nacional (LOSEN), de diciembre de 1994.
De forma paralela, al tener que abandonar unas y modificar otras de las funciones
que desempeñaba desde su creación, Unidad Eléctrica, S.A., acordó en 1998 su
transformación jurídica en la Asociación Española de la Industria Eléctrica, con
carácter, además, de patronal.
Por ello, el objetivo de este Tercer Protocolo Eléctrico para el Establecimiento de una
Nueva Regulación del Sistema Eléctrico Nacional, acordado por el Gobierno con las
empresas eléctricas ENDESA, IBERDROLA, FECSA, SEVILLANA y UNIÓN-
FENOSA a través de UNESA, y al que meses después se adhirió Hidroeléctrica del
Cantábrico, era establecer las bases operativas que habrían de regir el funcionamien-
to del Sistema (véase Anexo IV).
En el pacto suscrito se definían los plazos, medidas y salvaguardias que deberían ser
puestos en práctica durante el período transitorio hasta alcanzar los objetivos de
liberalización del mercado eléctrico; se establecían, además, criterios para definir la
estructura del Sector, garantizando la competencia entre las empresas que lo inte-
graban y la competitividad de las mismas, así como se sentaban las bases de retribu-
ción adecuada para cada una de las actividades que se realizaban en régimen de
monopolio natural. Esta regulación trataba, a su vez, de contemplar los intereses de
los consumidores, de los trabajadores y de los accionistas, que conjuntamente sus-
tentan el negocio de la empresa eléctrica.
La normativa necesaria para el desarrollo del Protocolo fue elaborada por los
Grupos de Trabajo creados al respecto, que presentaron sus conclusiones en marzo
El nuevo modelo de funcionamiento del Sector Eléctrico español está basado, pues,
en la Ley del Sector Eléctrico 54/1997, de 27 de noviembre de 1997, y en la numero-
sa normativa que la desarrolla. Los elementos del nuevo marco regulador abarcan
multitud de aspectos, tales como el funcionamiento de un Mercado Mayorista de
producción de electricidad, el tratamiento de la energía procedente de autoproduc-
tores, actividades realizadas en nuestro sistema por agentes eléctricos extranjeros
nuevos entrantes, una nueva metodología para el cálculo de la tarifa integral, tarifas
de acceso, etc.
Ya en la exposición de motivos, la nueva Ley dejaba claro que si su fin básico respon-
día a objetivos tradicionales –garantía de suministro y calidad de éste, al menor coste
posible–, la ley se asentaba en el convencimiento de que para lograr tales objetivos
“no se requiere de más intervención estatal que la que la propia regulación específi-
ca supone”.
Por consiguiente, los CTC’s aparecen como una consecuencia directa del cambio en
las “reglas del juego”para garantizar los derechos adquiridos en la legislación ante-
rior, y así es reconocido tanto en la Directiva de la UE relativa a Normas Comunes
para el Mercado Interior, como en la legislación española: la disposición transitoria
sexta de la Ley del Sector Eléctrico 54/1997 y el Decreto 2017 de 26 de diciembre de
1997 que la desarrolla. En esta normativa se reconoce la existencia de unos costes
Los agentes que a partir del ordenamiento de 1996 pasan a actuar en el sistema eléc-
trico son, fundamentalmente, los siguientes:
— Los Agentes productores de energía eléctrica, cuya función es, lógicamente, generar
energía eléctrica para ofertarla en el Mercado Mayorista de Producción, y por
tanto, deberán construir, operar y mantener las instalaciones necesarias para ello.
— Los Agentes externos, es decir, sujetos de sistemas eléctricos extranjeros que ven-
den o compran electricidad del sistema eléctrico español, en el marco de la libe-
ralización de los intercambios internacionales de energía eléctrica.
— Los Órganos de Gestión: el Operador del Mercado y el Operador del Sistema. Son los
organismos encargados de la gestión económica y técnica del sistema, respecti-
vamente. (En el punto 8.4 se exponen sus funciones).
Un esquema del flujo de Transacciones que son posibles entre los agentes del siste-
ma en el Mercado de Electricidad viene reflejado en el Gráfico 8.2.
— Fijar la tarifa eléctrica regulada y los peajes por el uso de las redes.
Por otro lado, la Administración General del Estado pasó a contar con un nuevo
organismo, la Comisión Nacional de Energía (CNE), cuyo objetivo se cifra en “velar
por la competencia efectiva en el sistema y por su objetividad y transparencia, en
beneficio de todos los sujetos que operan en él y de los consumidores”.
Respecto a las Comunidades Autónomas, el nuevo modelo les reconoce competen- Publicaciones de UNESA.
cias de gran importancia. Entre ellas se encuentra el desarrollo reglamentario de la
Ley del Sector Eléctrico en el ámbito de competencia de cada comunidad, la inspec-
ción de las instalaciones eléctricas que no afecten a otra comunidad autónoma, etc.
También tienen un elevado nivel de participación en la promoción de las instalacio-
nes de cogeneración y energías renovables, en la elaboración de planes de ahorro y
eficiencia energética, y en el nivel de calidad de servicio en su ámbito territorial.
lleva a cabo teniendo en cuenta los precios ofertados para cada período horario,
hasta cubrir la demanda existente en dicho período, y se retribuye toda la energía en
función del precio de la oferta marginal. Esta casación económica permite elaborar
el “programa diario base”. Además, deben tenerse en cuenta las posibles restriccio-
nes técnicas y de seguridad de la red de transporte, por lo que el programa de casa-
ción es enviado al Operador del Sistema, para que con los mínimos cambios posi-
bles cumpla todos los requisitos para dar un servicio de calidad adecuada.
Este mercado mayorista de producción es, pues, una pieza básica del nuevo esque-
ma regulador español, y los principios de su funcionamiento se desarrollan en el
Real Decreto 2019/1997 de 26 de diciembre.
Las funciones del Operador han sido encomendadas por la Ley a Red Eléctrica de
España (REE), encargada también de las funciones de Operador de Transporte Único
de la Red, es decir, de su gestión, de la planificación de su expansión y del manteni-
miento de las instalaciones de tensión igual o superior a los 220 kV, así como de las Publicaciones de UNESA.
Otra de las bases principales del nuevo sistema radica en la liberalización de la acti-
vidad de comercialización, es decir, de todo lo relacionado con la contratación y
venta del servicio eléctrico a los consumidores. La comercialización está considerada
en la Ley como una actividad con naturaleza propia –al igual que la generación, el
transporte y la distribución– y debe ser desarrollada de forma liberalizada, evitando,
en consecuencia, su realización en régimen de monopolio y el disfrute de derechos
exclusivos.
El nuevo marco sectorial hizo también necesario que UNESA dejara algunas de sus
funciones y modificara otras de las que venía realizando desde su creación en 1944.
Para ello se hizo necesario que en 1999 abandonara su forma de sociedad mercantil
para convertirse en asociación empresarial.
bio, sí incluyó entre sus nuevas funciones aquéllas que anteriormente eran realiza-
das por sus asociaciones –ASINEL, AMYS y ADAE–, y las de carácter patronal, que
desarrollaba la FEIE.
Entre sus funciones, acordes con la nueva regulación, que están recogidas en el artí-
culo 5 de sus Estatutos, pueden citarse las siguientes:
Tras este largo recorrido, el Sector Eléctrico español se encuentra a finales del año
2004 con un parque de generación que tiene una gran diversidad y flexibilidad de
explotación, una red de transporte y distribución muy mallada, y con un modelo que
Cuadro 9.1.
Potencia instalada en España (MW) a 31-XII-2003
2003 %
Renovables y Residuos 25.623 38,6
Hidroeléctrica 18.492 27,8
Eólica 6.214 9,4
Biomasa y otras 475 0,7
Residuos (RSU, RI, …) 442 0,7
Cogeneración y otros (*) 5.997 9,0
Térmica (**) 26.922 40,5
Nuclear 7.896 11,9
Total 66.438 100,0
Las instalaciones hidroeléctricas españolas con mayor potencia en el año 2004 eran
las de Aldeadávila, con un total de 1.139 MW; José María de Oriol, con 915 MW; el
aprovechamiento de Cortes-La Muela, con 908 MW; Villarino, con 810 MW;
Saucelle, 570 MW; Estany Gento, 451 MW; y Cedillo, 440 MW. Cabe también desta-
car que 23 de las centrales hidráulicas en servicio, con una capacidad conjunta de
4.858 MW, eran de bombeo. Asimismo, debe destacarse que la capacidad de los
embalses de interés hidroeléctrico que hay repartidos en las distintas cuencas hidro-
eléctricas españolas es de unos 43.000 hectómetros cúbicos.
Entre las centrales térmicas con tecnología convencional destacan, por su mayor
potencia, las de carbón de Puentes de García Rodríguez, con 1.400 MW;
Compostilla, con 1.312 MW; Litoral de Almería, con 1.100 MW; Teruel, con 1.050
MW; y Aboño, con 903 MW. En cuanto a las centrales de fuelóleo, están las de
Castellón, con 1.083 MW; y Santurce, con 936 MW; también destaca la de San
Adrián, que utiliza fuelóleo/gas, con 1.050 MW.
Las centrales nucleares españolas actualmente en operación son: Trillo I, con 1.066
MW; Cofrentes, con 1.094 MW; Vandellós II, con 1.087 MW; Cofrentes, con 1.025
MW; Ascó I, con 1.032 MW; Almaraz II, con 983 MW; Almaraz I, con 980 MW;
Garoña, con 466 MW; y José Cabrera, con 160 MW, que fue la primera central nucle-
ar que entró en operación en nuestro parque, en 1968, y cuyo cierre está previsto
para el año 2006.
namiento las primeras centrales de gas natural que utilizan la nueva tecnología de
ciclo combinado. A 31 de diciembre de 2003, la potencia total instalada de estos gru-
pos alcanzaba la cifra de 4.693 MW, de los cuales un alto porcentaje pertenecía a las
empresas asociadas en UNESA, y el resto era propiedad de nuevos agentes incorpo-
rados como consecuencia del proceso liberalizador.
La industria eólica española, con sus más de 300 empresas relacionadas con esta tec-
nología, es líder mundial en fabricación de aerogeneradores, con una cuota de mer-
cado del 13,1% de las ventas mundiales, que la sitúa como tercer país del mundo,
sólo por detrás de Dinamarca y Alemania y por delante de los EEUU. La apuesta por
la exportación será, sin duda alguna, fundamental para mantener este importante
aumento previsto de la actividad.
Cuadro 9.2.
Producción de energía eléctrica en España en 2003
GWh %
Renovables y Residuos 59.936 22,8
Hidroeléctrica 43.927 16,7
Eólica 11.987 4,6
Biomasa y otras 1.705 0,6
Residuos (R.S.U., R.I. …) 2.317 0,9
Cogeneración y otros (*) 32.421 12,3
Térmica(**) 108.480 41,3
Nuclear 61.894 23,6
Total 262.731 100,0
Cuadro 9.3.
Estructura del consumo eléctrico por Comunidades Autónomas en el sistema
UNESA. Año 2003
Comunidad Autónoma %
Cataluña 18,3
Andalucía 14,0
Madrid 11,3
Comunidad Valenciana 10,0
Vista general de la II Convención del Sector Eléctrico,
celebrada en 2001.
Galicia 7,6
País Vasco 7,4
Castilla y León 5,0
Castilla-La Mancha 4,4
Principado de Asturias 4,2
Aragón 3,5
Canarias 3,3
Región de Murcia 2,8
Baleares 2,2
Navarra 1,8
Cantabria 1,7
Extremadura 1,6
La Rioja 0,6
Ceuta y Melilla 0,1
TOTAL 100,0
Desde que en 1901 tuvo lugar en Zaragoza el primer transporte de energía eléctrica
a distancia, la red eléctrica española no ha dejado de crecer, tanto en longitud como
en niveles de tensión.
Cuadro 9.4.
Longitud de las líneas de transporte (220-400 kV) y distribución (110-132 kV) por
escalones de tensión. Año 2003
Km % s/Total
Renovables y Residuos 25.623 38,6
400 kV 16.560 30,8
220 kV 16.242 30,2
110 kV-132 kV 20.914 39,0
TOTAL 53.716 100,0
La red de transporte eléctrico mayor de 110 kV alcanza, a finales de 2003, una longi-
tud total de 53.716 kilómetros. Su distribución por escalones de tensión puede verse
en el Cuadro 9.4; en el Gráfico 9.4 se recoge un mapa de España con la Red de
Transporte actual de nuestro sistema.
Hay que tener en cuenta que el sistema de distribución español comprende más de
700.000 km. de líneas y más de 300.000 transformadores, sin contar los numerosos
elementos eléctricos que se instalan para la protección, control de tensión, comuni-
caciones, etc., del sistema, lo que exige una logística de almacenamiento y rapidez
Los índices de calidad del servicio del sistema español han mejorado de forma nota-
ble durante los últimos veinte años, pudiendo compararse sus valores con los de los
sistemas eléctricos más avanzados de los países europeos. Dado el nivel de calidad
del suministro alcanzado, las mejoras en el mismo exigen cada vez inversiones pro-
porcionalmente mayores. A modo de ejemplo de lo anterior, puede señalarse que la
energía no suministrada en el sistema eléctrico español por incidencias en la red de
transporte es inferior al 0,0004% de la energía eléctrica demandada, y el Tiempo de
Interrupción Equivalente de la Potencia Instalada en media tensión (TIEPI, indica-
dor sintético y global de las incidencias en el sistema de generación, red de trans-
porte y de distribución) se ha reducido en los últimos años hasta niveles mínimos de
2-3 horas/año.
En noviembre del año 2002, Red Eléctrica de España (REE) adquirió importantes
activos de transporte pertenecientes a empresas asociadas en UNESA, con lo que, a
finales de 2003, el 84% de la red de transporte de alta tensión era propiedad REE. En
2004 ha adquirido, asimismo, la red de transporte propiedad de Enel Viesgo y está
en negociación la que es propiedad de Hidroeléctrica del Cantábrico. La adquisición
de estos activos ha tenido gran influencia en la estrategia de REE, ya que supone un
paso decisivo para posicionar a la compañía como transportista único en España,
afianzarse en Europa como gran empresa transportista, y situarla en buenas condi-
ciones para posibles futuros procesos de consolidación europea que, casi con toda
seguridad, se irán produciendo a medio plazo en este campo del transporte.
A lo largo de las páginas de este libro se ha tratado con suficiente extensión la evo-
lución de los precios medios de la electricidad en España. En general, puede afirmar-
se que la repercusión social de los aumentos de la tarifa eléctrica ha sido superior a
su incidencia real en los presupuestos familiares. Este hecho ha constituido una
característica tradicional que han tenido que soportar las empresas eléctricas en las
negociaciones que, a través de UNESA, celebraban cada año con la Administración
y otros colectivos afectados para determinar los incrementos de la misma.
Conviene señalar a este respecto que, para el cálculo de la tarifa eléctrica media o de
referencia, el año 2003 fue primero en el que se aplicó el Real Decreto 1432/2002, de
La Ley del Sector Eléctrico del año 1997 en la que se basó el cambio estructural del
Sector hacia un modelo liberalizado estableció, por razones de transparencia, la
separación jurídica por actividades –Generación, Transporte, Distribución y
Comercialización–. Esta separación comenzó a llevarse a efecto, por parte de las
empresas asociadas en UNESA, en el ejercicio de 1999 y fue terminada en 2000.
De acuerdo con los balances consolidados a 31 de diciembre del año 2003, el valor
del Inmovilizado material en instalaciones técnicas de energía eléctrica de las
empresas asociadas en UNESA asciendía a 40.642 millones de euros. Su distribución
por actividades se muestra en el Cuadro 9.5, pudiendo verse que la generación supe-
ra el 50% de esa cifra, mientras que la comercialización está todavía en una fase inci-
piente y, además, requiere menores inversiones.
La cifra de negocios de las actividades eléctricas nacionales realizadas por las empre-
sas asociadas en UNESA ascendió a 15.639 millones de euros en el año 2003.
Desde el punto de vista del medio ambiente, siempre se ha considerado que la elec-
tricidad de origen hidráulico y la procedente del resto de energías renovables es una
alternativa energética limpia. Sin embargo, estas tecnologías no son ajenas a deter-
minados efectos ambientales, aunque en todos los casos se trata de efectos puntua-
les, siempre localizados en las proximidades del aprovechamiento y reversibles en el
tiempo. Cualquier análisis con criterios globales pone de manifiesto las ventajas de
estas alternativas para la generación de electricidad.
Por lo que respecta a las centrales nucleares, debe señalarse que, en cada una de
estas instalaciones, el potencial impacto de los efluentes gaseosos y líquidos genera-
dos son rigurosamente vigilados a través de los Planes de Vigilancia Radiológica
Ambiental. Por otra parte, los residuos sólidos radiactivos de las centrales son ges-
tionados por la Empresa de Residuos Radiactivos (ENRESA) a través de los Planes
Nacionales de Residuos Radiactivos, bajo criterios muy estrictos establecidos por el
Consejo de Seguridad Nacional.
Aunque hacía tiempo que la alarma por el cambio climático había sido denunciada
ante la opinión pública, no toman los Gobiernos medidas de compromiso hasta la
celebración, en 1992, de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima en la
Conferencia de Río de Janeiro. En ella, los países industrializados se comprometie-
ron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Cinco años más
tarde, en diciembre de 1997, este esfuerzo común internacional se plasmó en la
Dada la importancia que el tema del Protocolo de Kioto tiene en el Sector Eléctrico
español, UNESA está realizando diversas actuaciones directas en este campo. A
nivel internacional merece destacarse el proyecto europeo sobre “Metodología para
la implementación de mecanismos flexibles de Kioto – Mecanismos de Desarrollo
Limpio (MDL)”, acogido al Programa Synergy-2000 de la Comunidad Europea, y
orientado hacia los países latinoamericanos. Este proyecto es liderado por UNESA y
participan en él varias instituciones de prestigio europeas y latinoamericanas, y tiene
como objetivo estudiar la aplicación del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) en
los países Latinoamericanos.
El Sector Eléctrico español, al igual que ocurre en el resto de los sectores industria-
les, debe enfrentarse a un mundo cada vez más globalizado, que implica la competi-
tividad a nivel internacional. La concentración empresarial llevada acabo, sobre todo
en los últimos quince años, ha permitido a las empresas eléctricas españolas diversi-
ficar sus actividades en áreas geográficas cada vez más extensas, y con resultados al
día de hoy muy esperanzadores.
Las empresas eléctricas asociadas en UNESA han ampliado las áreas geográficas de
expansión en la propia Europa, Norteamérica y Africa, reforzando sus planes de
rentabilidad país a país, y consiguiendo con ello una mejora sustancial en los resul-
tados de sus actuaciones.
España, junto a un grupo de países como Inglaterra, Alemania, etc., tomó la decisión
de anticipar la apertura a 1 de enero de 2003.
Como en la mayoría de los mercados donde existe una competencia arraigada, los
precios eléctricos fluctuarán conforme a diversos factores relacionados con el merca-
do, como son la protección de los consumidores o del medio ambiente, la seguridad
del abastecimiento. A largo plazo, los efectos del nuevo Reglamento sobre el comer-
cio transfronterizo de electricidad, –Reglamento nº 1228/2003 relativo a las condicio-
nes de acceso a la red para el comercio transfronterizo de electricidad–, y una mayor
capacidad en la interconexión entre los países de la UE, contribuirán a seguir mejo-
rando el funcionamiento del Mercado Interior de la Energía.
e han podido ver a lo largo de las páginas de este libro las numerosas vicisitudes
S y cambios por los que ha pasado el Sector Eléctrico español a lo largo de más de
ciento veinte años de historia. Todo ello, desde la perspectiva global que puede darse
desde una institución como UNESA, que durante sesenta años ha jugado un papel
fundamental en su desarrollo.
El Sector Eléctrico español ha venido avanzando para conseguir una mayor eficien-
cia, aprovechando las oportunidades que ofrece el mundo económico actual, carac-
terizado por la creciente liberalización de los mercados, el crecimiento y globalización
de los flujos financieros internacionales, la innovación tecnológica, y la evolución
hacia una economía con un mayor uso de las tecnologías de la información y las
comunicaciones.
Sin embargo, nuevamente el alto crecimiento del consumo eléctrico registrado en los
últimos años debe tenerse muy en cuenta a la hora de afrontar un tema tan impor-
tante como es la garantía de suministro. En este sentido cabe considerar que, para
asegurar el futuro suministro de electricidad, será aún más necesario que en el nuevo
contexto las señales económicas enviadas al sistema sean las adecuadas en todo
momento, que el marco regulatorio sea suficientemente estable para garantizar la
competencia y mantener la confianza de los inversores, mediante una adecuada ren-
tabilidad de las inversiones. En el caso particular del negocio de la distribución eléc-
trica, al ser una actividad regulada, la remuneración fijada por las Administraciones
públicas debe permitir una calidad en el suministro eléctrico correspondiente al nivel
de desarrollo alcanzado por España.
Precisamente por este compromiso con la garantía y calidad del suministro, como
constante histórica del Sector, la industria eléctrica ha continuado adelante durante
Por consiguiente, el ciclo inversor deberá continuar adelante en los próximos años, y
para que estos proyectos de inversión culminen con éxito, los poderes públicos debe-
rán promover acciones que permitan una mayor agilización en la obtención de las
autorizaciones correspondientes, armonizando los requerimientos medioambienta-
les que emanan tanto de la Administración Central como de las Autonómicas y
Locales. Asimismo, estos poderes deberán ayudar a superar las dificultades de acep-
tación social de las instalaciones e infraestructuras necesarias.
Es importante reseñar, además, que desde el 1 de enero de 2003, todos los consumi-
dores de España, más de 25 millones, pueden elegir su suministrador de electricidad,
situación que acelera aún más el camino hacia la liberalización y competencia en los
mercados.
El Sector Eléctrico español tiene que hacer frente, pues, a importantes retos en el
futuro. Baste tener en cuenta que en los próximos años deberán implementarse una
serie de estrategias establecidas por la Administración, como son, entre otras: el Plan
de Fomento de Energías Renovables, la Planificación de las redes en los Sectores
Eléctrico y Gasista, el Plan de Eficiencia Energética, y la Estrategia Española del
Cambio Climático para el cumplimiento del Protocolo de Kioto.
En definitiva, de cara al futuro, la posición del Sector Eléctrico español en los ámbi-
tos español y europeo es clara: apoyar las acciones encaminadas a asegurar en can-
tidad y calidad el suministro eléctrico; y hacerlo sobre la base de fuentes de energía
primaria diversificadas, introduciendo las nuevas tecnologías eléctricas con las inter-
conexiones adecuadas con los países vecinos, y con un nivel de costes razonable.
Todo ello en el contexto de un mercado liberalizado que funcione en condiciones de
competencia, y con un marco regulatorio estable que permita atraer las inversiones
necesarias. Además, el desarrollo del sector deberá ser sostenible y respetuoso con el
medio ambiente y los derechos de los consumidores.
nidad Eléctrica, S.A. (UNESA) ha sido la sociedad constituida por las empre-
U sas eléctricas para canalizar hacia la Administración y hacia la generalidad de
los sectores sociales y económicos las inquietudes y aspiraciones del Sector durante
un largo período de tiempo, que va desde su constitución en 1944 hasta su más
reciente transformación jurídica en la Asociación Española de la Industria Eléctrica
(UNESA).
Unidad Eléctrica, S.A. (UNESA) fue creada el 3 de agosto de 1944 por las 17 empre-
sas más importantes existentes en España en ese momento. En la escritura de cons-
titución figuran como fundadores las siguientes personas y sociedades:
— D. José María de Oriol y Urquijo, Presidente, en nombre y representación de
HIDROELÉCTRICA ESPAÑOLA y de la SOCIEDAD GENERAL GALLEGA DE
ELECTRICIDAD.
— D. Ricardo Rubio Sacristán, en nombre y representación de SALTOS DEL
DUERO.
— D. Jesús María de Rotaeche y Rodríguez de Llamas, en nombre y representa-
ción de HIDROELÉCTRICA IBÉRICA.
— D. Manuel Gutiérrez-Cortines, en nombre y representación de ELECTRA DE
VIESGO.
— D. Ángel García de Vinuesa y Díez, en nombre y representación de MENGE-
MOR.
— D. José Agudo Gutiérrez, en nombre y representación de SOCIEDAD MINERA
Y METALÚRGICA DE PEÑARROYA.
Pero desde la creación de Unidad Eléctrica, S.A. hasta nuestros días, las empresas han
sufrido numerosos procesos de concentración, para adecuarse mejor en cada
momento a las variaciones del marco regulatorio del Sector y, lo que es más impor-
tante, las necesidades del país y de sus ciudadanos.
Para alcanzar los objetivos encomendados a UNESA, tanto cuando era Sociedad
Anónima como cuando es Asociación, su organización ha estado, y sigue estando,
estructurada en Comités, Comisiones y Grupos de Trabajo, formados por represen-
tantes de las empresas eléctricas especialistas en los temas tratados. Ello ha permiti-
do que a lo largo de estos 60 años de vida de UNESA, han sido miles los profesiona-
les de la más alta cualificación de las empresas y de la propia UNESA que han cola-
borado conjuntamente para encontrar soluciones a los problemas sectoriales plante-
ados.
Por parte de las Administraciones Públicas han sido también numerosos los
Ministros y altos cargos –Secretarios de Estado, Comisarios de la Energía,
Subsecretarios, Directores Generales de la Energía, etc.– de la cartera de Industria, o
en su caso, del Ministerio responsable de la política energética, que se han ido suce-
diendo para implementar las directrices del Gobierno existente en cada momento.
Resulta imposible, lógicamente, enumerar a todos ellos, por lo que se ha creído con-
veniente presentar a las personas que han tenido institucionalmente la máxima res-
ponsabilidad en cada uno de estos colectivos: Ministros y altos cargos de la
Creemos que esta información, además de complementar la historia del Sector reco-
gida en la parte primera del libro, puede servir de estímulo a los miles de personas,
directivos, técnicos y empleados que han conformado el capital humano de UNESA,
y que siempre han trabajado con ilusión y profesionalidad en un mundo tan atracti-
vo como es el de la electricidad.
Períodos de Presidencia:
agosto 1944 – abril 1949
marzo 1973 – octubre 1977
José María de Oriol, una vez acabados sus estudios, entró a trabajar en Hidroeléctrica
Española, en la que fue nombrado consejero en el año 1928. Posteriormente, fue ele-
gido miembro de la Comisión Ejecutiva y, en marzo de 1941, cuando tan sólo tenía
35 años, fue elegido Presidente del Consejo de Administración.
Su dimensión empresarial queda bien reflejada con un solo dato: cuando José María
Oriol accedió a su presidencia, Hidroeléctrica Española producía unos 570 millones
de Kwh al año, y cuando falleció en 1985 generaba más de 18.400 millones de Kwh;
es decir, multiplicó por treinta su producción anual eléctrica.
Dentro del intercambio de activos que se realizó entre empresas eléctricas en 1984,
con el objetivo de lograr un mayor equilibrio financiero de las mismas, Hidroeléctrica
Española adquirió el 80% del capital de Hidroeléctrica de Cataluña.
José María de Oriol ocupó durante dos períodos de tiempo la Presidencia de UNESA:
la primera, desde su fundación en 1944 hasta 1949; la segunda, desde 1973 a 1977.
Entre sus numerosas actuaciones, cabría señalar los esfuerzos realizados para conse-
guir la aprobación por el Ministerio de Industria de las Tarifas Tope Unificadas, que
permitieron acabar con una etapa en que las tarifas eran muy arbitrarias y diferentes
en las regiones de España, basadas en antiguos criterios dispares –cánones de las
concesiones, arbitrios municipales, etc.–. De esta forma pudo acometerse la amplia-
ción del parque generador en nuestro país, que puso fin a las restricciones y consti-
tuyó un pilar importante para el desarrollo económico que tuvo España entre 1959 y
1973.
A las innovaciones tecnológicas, José María de Oriol prestó siempre una particular
atención. Una muestra de ello fue la creación del Fórum Atómico Español, entidad de
carácter privado cuyo objetivo era estudiar las aplicaciones de la energía nuclear.
Presidió también, en 1966-1967, el Fórum Atómico Europeo, organización empresa-
rial de la que formaban parte quince países. Además, impulsó otros proyectos empre-
sariales, como fueron la creación de la Sociedad Patente Talgo y la constitución de
varias empresas agrícolas, ubicadas principalmente en Andalucía.
José María de Oriol tuvo una actividad intensa en el ámbito político para la renova-
ción de las instituciones surgidas como consecuencia de la guerra civil. Fue alcalde de
Bilbao entre 1939 y 1941, procurador en Cortes, en representación del Instituto de
Ingenieros Civiles, y consejero de Economía Nacional. Rechazó, sin embargo, la car-
tera del ministerio de Industria.
Período de Presidencia:
abril 1949 – marzo 1955
ulio de Arteche y Villabaso nació en Bilbao en agosto de 1878. Una vez acabada la
J enseñanza secundaria, estudió en la Escuela Técnica de Ingeniería Industrial de
Bilbao y en la Universidad de Deusto.
En esos años, contactó con José Orbegozo y Goróstegui, Ingeniero de Caminos, que
había concebido el aprovechamiento integral del Río Duero. Julio de Arteche, con-
vencido del interés de este proyecto, lo apoyó de forma determinante a través de la
Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Eléctricos, de la que era Vicepresidente
de su Consejo de Administración.
En 1933, Julio de Arteche fue nombrado Presidente de Saltos del Duero, inauguran-
do un año más tarde el Salto del Esla (Ricobayo). Como esta sociedad no tenía un
mercado propio de distribución, se firmó un contrato con numerosas empresas dis-
tribuidoras de la zona de Salamanca y Valladolid. Después, se amplió el contrato a
otras sociedades distribuidoras de las zonas Centro y Norte, como Hidroeléctrica
Española, Unión Eléctrica Madrileña, Electra de Castilla, Saltos del Alberche, Electra
de Viesgo, Cooperativa Eléctrica de Langreo, etc. De hecho, Saltos del Duero, con su
gran producción hidroeléctrica y una vez garantizada su venta con estos contratos, se
había constituido en una de las empresas eléctricas más importantes del país.
Desde 1934 se fueron incrementando las relaciones entre Saltos del Duero e
Hidroeléctrica Ibérica, hasta que en 1944 Julio de Arteche promovió la fusión de
Período de Presidencia:
marzo 1955 – marzo 1959
La intensa labor desarrollada por Pedro Barrié de la Maza fue premiada con nume-
rosos reconocimientos, como son, entre otros, las Cruces de Isabel la Católica, del
Mérito Naval, del Mérito Civil, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, y la Medalla
de Oro de La Coruña. En el campo académico fue nombrado Doctor “Honoris
Causa”por la Universidad de Santiago de Compostela y fue Académico de Honor de
la Real Academia de Bellas Artes. Además recibió el título de Conde de Fenosa.
Períodos de Presidencia:
marzo 1959 – marzo 1969
marzo 1969 – marzo 1973 1
arlos Mendoza Gimeno nació en Madrid en enero de 1905. Tras sus estudios de
C enseñanza secundaria, cursó la carrera de Ingeniero de Caminos, Canales y
Puertos en Madrid.
Años más tarde, asumió la Presidencia de la Sociedad y tras una fructífera gestión en
la misma, planteó con Pedro Galíndez, Presidente de la Compañía Sevillana de
Electricidad, S.A., la fusión de ambas compañías. Esta operación fue refrendada por
las Juntas de Accionistas de ambas empresas en noviembre de 1951.
En el área nuclear, junto con Hidroeléctrica Española, S.A. y Unión Eléctrica, S.A.,
Sevillana constituyó la empresa Centrales Nucleares, S.A., (CENUSA), con el objeti-
vo de construir la central nuclear de Almaraz, formada por dos grupos de 930 MW.
El primer grupo entró en funcionamiento en 1981.
Durante la presidencia, Carlos Mendoza llevó a cabo una política social importante
para los empleados de Compañía Sevillana de Electricidad, S.A., basada en ayudas en
educación y vivienda, estableciendo complementos en las pensiones de la Seguridad
Social para el personal pasivo, viudas, huérfanos, etc. Asimismo dedicó un especial
esfuerzo a la formación y capacitación del personal de la compañía.
Período de Presidencia:
octubre 1977 – enero 1987
En octubre de 1977, Juan Alegre fue designado Presidente de Unidad Eléctrica, S.A.
(UNESA), y ocupó este cargo hasta enero de 1987. Su entrada en la Presidencia de
UNESA coincidió con uno de los momentos más difíciles para el sector eléctrico,
tanto desde la vertiente energética (crisis 1973 y 1981) como de la política, pues
España atravesaba en ese tiempo el período de la transición.
Por lo que afecta al sector eléctrico, esta política consistió –como en el resto de los
países desarrollados– en instalar nuevas centrales de carbón y nucleares, aprove-
chando asimismo los recursos hidroeléctricos remanentes. Ello permitió, por ejem-
plo, pasar de consumir 9 millones de toneladas de fuel-oil en 1980 a solamente 1,5
millones en 1986.
Las empresas de UNESA tuvieron que hacer un esfuerzo inversor muy relevante,
sobre todo en el período 1980-1986, que no se reflejó suficientemente en la política
tarifaría, haciendo necesario un intercambio de activos entre las empresas en 1986, y,
posteriormente, el establecimiento del Marco Legal Estable. En todo este proceso el
papel jugado por UNESA resultó muy importante, y por ello también el de Juan
Alegre como Presidente.
A este respecto, es oportuno recordar algunas palabras que decía Juan Alegre en
1980: “No deja de resultar chocante que algunas veces en España se nos niegue el reconoci-
miento de méritos que han sido altamente valorados a nivel internacional, por países inclu-
so como Estados Unidos y Japón, como es el caso de la labor que viene desarrollando
UNESA, como instrumento de coordinación del sector y de canalización de la política ener-
gética instrumentada por los sucesivos Gobiernos”, y añadía: “Posiblemente existan muy
pocos sectores de la economía española que se hallen en condiciones de afrontar de forma
inmediata la integración en Europa como puede hacerlo el sector eléctrico. Creo que ésta es
una buena prueba para juzgarnos”.
La forma serena y profunda de enfocar los problemas sitúa a Juan Alegre como un
directivo reflexivo y conciliador. Profundo conocedor de los principios y funciona-
miento de un Estado de Derecho, en él se reúnen dos grandes características: hom-
bre moderno de empresa y brillante hombre de leyes. Era, además, un convencido de
la validez y eficacia del modelo de la economía de mercado.
Período de Presidencia:
octubre 1989 - octubre 1990
Comenzó su actividad profesional en Saltos del Sil, donde había trabajado mientras
estudiaba la carrera, siendo nombrado Jefe de la Oficina de Estudios y Proyectos de
esta sociedad.
Más tarde entró como funcionario del Ministerio de Obras Públicas, para encargarse
de la construcción de la carretera de Monforte de Lemos a Chantada, y de la Presa
de Montefurado. En 1953 trabajó en Renfe en diversos cometidos hasta el año 1956.
Por otro lado, en 1986 Manuel Gómez de Pablos fue nombrado Presidente del
Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, responsabilidad que ocupó
durante 11 años. En 1992 presidió el XV Congreso Mundial de la Energía, ocupando
posteriormente la Presidencia de la Fundación Cruz Roja Española.
Ha recibido, entre otras, las Grandes Cruces al Mérito Civil, al Mérito Agrícola, al
Mérito Turístico y de Isabel la Católica, así como de la Medalla de Oro de la Cruz Roja
Española.
Período de Presidencia:
octubre 1990 – octubre 1991
ulián Trincado Settier nació en Valencia el 25 de junio de 1921. Realizó sus estu-
Jdios de enseñanza media en el Instituto Escuela de Valencia, y cursó posterior-
mente la carrera de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en Madrid.
En el año 1946 entró a trabajar en Saltos del Sil, S.A. donde ocupó, sucesivamente,
los cargos de Ingeniero Jefe de la División de Construcción, Jefe de Explotación y
Subdirector, así como Director de la empresa Constructora del Sil, filial de Saltos del
Sil, S.A.
Tras una breve estancia en Huarte y Cía, Julián Trincado volvió al Sector Eléctrico al
ser nombrado Director General de Fuerzas Eléctricas del Noroeste, S.A. (FENOSA).
En el año 1979 fue designado Consejero de esta Sociedad, ocupando tres años des-
pués el cargo de Consejero Delegado de la misma.
Julián Trincado ha ejercido su carrera profesional sin ocupar ningún cargo público, y
toda su actividad laboral, a excepción de breves períodos de tiempo, ha discurrido en
el Sector Eléctrico, aunque supo compaginar esta dedicación con actividades en otros
ámbitos económicos. Así, por ejemplo, formó parte de la Junta Directiva del Círculo
de Empresarios desde marzo de 1984. Además, fue Presidente de la Sociedad
Autopistas del Atlántico Concesionaria Española, S.A. (AUDASA) y de la Sociedad
Ingeniería del Atlántico, S.A. (IDASA), consejero de Compañía Insular del Nitrógeno,
S.A. (CINSA), de Sociedad Material y Construcciones, S.A. (MACOSA), y de Red
Eléctrica de España, S.A. En el año 1973 fue nombrado Consejero Delegado de la
Sociedad Anónima La Toja, pasando a ocupar el puesto de Presidente de dicha
Sociedad en el año 1975.
Período de Presidencia:
octubre 1991 – octubre 1992
Por otro lado, en 1985 ENDESA intervino de forma muy importante en el intercam-
bio de activos entre empresas eléctricas, con la compraventa de diversas centrales y
la incorporación de Eléctricas Reunidas de Zaragoza a su Grupo de Empresas.
Feliciano Fuster ocupó otros importantes cargos relacionados con el sector energéti-
co, entre los que cabe citar: Presidente Ejecutivo de ENHER, Vicepresidente y
Consejero de Cía. Sevillana de Electricidad, Presidente de Saltos del Nansa,
Presidente de la Federación Empresarial de la Industria Eléctrica (FEIE), Consejero de
Red Eléctrica de España, S.A., Consejero del Centro de Investigación Energética
Medioambiental y Tecnológica (CIEMAT), Director de la División de Energía Eléctrica
del INI, y Director del Programa Energético UNESA-INI (P.E.U.I.). Otros puestos
desempeñados en sectores ajenos al energético fueron: Vicepresidente y Consejero
de la Sociedad General de Aguas de Barcelona, Vicepresidente y Consejero de IBE-
RIA, e Ingeniero Municipal del Ayuntamiento de Palma.
Período de Presidencia:
octubre 1992 – enero 1994
Por otro lado, un hecho muy importante en la presidencia de Fernando de Ybarra fue
la Expo 92 de Sevilla, donde la presencia de Sevillana contribuyó de forma importan-
te al éxito de este acontecimiento.
Período de Presidencia:
enero 1994 – enero 1995
Desde 1964 hasta 1975 ocupó diferentes puestos en el sector del Petróleo relaciona-
dos con la ingeniería y construcción en REPESA y ENPETROL, tanto en la refinería
de Escombreras como en las oficinas centrales de dichas compañías. Entre otros car-
gos, fue Director de Ingeniería y Construcción del proyecto de la refinería de
Tarragona. En el año 1972 fue nombrado Director de la refinería de Escombreras
(ENPETROL), puesto que ocupó hasta 1975.
Tras definir un plan de saneamiento Luis Magaña solicitó a los Bancos acreedores la
refinanciación de su deuda. La noticia tuvo gran repercusión entre los inversores y
entidades crediticias, tanto españolas como extranjeras, por lo que las otras empresas
eléctricas, así como el Gobierno Central y la Generalitat acudieron en ayuda de
FECSA. Las empresas eléctricas se comprometieron a suscribir ampliaciones del
Luis Magaña ocupó otros cargos de gran importancia en el área energética. Además
de la Vicepresidencia Ejecutiva de la Compañía Española de Petróleos, S.A. (CEPSA)
en 1983, fue nombrado Presidente de esta sociedad en marzo de 1996, un mes antes
de su fallecimiento. Fue también Consejero de varias empresas energéticas, como
son: Enher, Endesa, Iberduero, Unión Fenosa, Instituto Nacional de Hidrocarburos,
Hunosa, Enpetrol, Hispanoil, Eniepsa y Petroliber.
Período de Presidencia:
enero 1995 – marzo 1996
artín González del Valle nació en Oviedo en 1918. Estudió bachillerato en esta
M ciudad y cursó la licenciatura de Derecho en la Universidad de Madrid,
ampliando posteriormente sus estudios en la Universidad de Lovaina (Bélgica).
Martín González del Valle ha ocupado otros cargos de gran responsabilidad, como
fueron su nombramiento de Consejero en el Banco Herrero, en Duro Felguera y la
Presidencia, durante cinco años, de Acción Social Empresarial. En 1996 fué designa-
do Presidente de la Fundación Hidroeléctrica del Cantábrico.
Entre los reconocimientos a su amplia labor profesional, fue distinguido con la Orden
de Leopoldo II de Bélgica, la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio y la Medalla al Mérito
en el Trabajo. Por otro lado, es miembro de la Real Academia de Ciencias Económicas
y Financieras de Barcelona, de la Real Academia de Medicina de Oviedo. Ostenta el
título de Barón de Grado.
Períodos de Presidencia:
marzo 1998 - agosto 1999
septiembre 1999 – junio 2002
osé María Amusátegui de la Cierva nació en marzo de 1932 en San Roque (Cádiz).
J Cursó la carrera de Derecho en la Facultad de la Universidad Central de Madrid.
En el año 1959 ingresó en el cuerpo de Abogados del Estado, prestando sus prime-
ros servicios en la Delegación de Hacienda de Madrid. En 1967 fue nombrado
Secretario del Consejo y Jefe de la Asesoría Jurídica de Altos Hornos de Vizcaya,
puesto que ocupa hasta 1970, año en el que es designado Vicepresidente del
Instituto Nacional de Industria (INI).
En el año 1974 pasa a la empresa privada dentro del grupo del Banco de Madrid,
como Vicepresidente de su holding industrial PRODINSA. Un año más tarde es nom-
brado Presidente de Industrias de Telecomunicación, INTELSA (Sociedad Mixta
TELEFONICA-ERICSON).
En 1985, José María Amusátegui fue nombrado Vicepresidente Ejecutivo del Banco
Hispano Americano, cargo que compatibilizó con la presidencia del Banco Urquijo-
Unión. En diciembre de 1985 pasa a ser Consejero Delegado del Banco Hispano
Americano, y en junio de 1991 fue nombrado Presidente de su Consejo de
Administración. Al producirse la fusión de los Bancos Central e Hispano Americano,
a partir de 1992 desempeñó la Presidencia Ejecutiva de la entidad resultante.
Con la fusión del Banco Central Hispano y el Banco Santander, José María
Amusátegui asume la Co-presidencia de la nueva Entidad, cesando en este puesto en
el año 2001, y siendo nombrado Presidente de la Fundación Santander Central
Hispano. Por tanto, José María Amusátegui ha protagonizado los principales proce-
sos de concentración bancaria en España durante los últimos años.
En 1996 se firma el tercer Protocolo con el Gobierno, que define los fundamentos de la
liberalización del Sector que establecería la Ley del Sector Eléctrico de noviembre de
1997, y en 1998 se establece la Ley del Sector de Hidrocarburos que desregulariza el gas
natural. Asimismo se impulsa también la liberalización de las telecomunicaciones.
Períodos de Presidencia:
enero 1987 – octubre 1989
marzo 1996 – marzo 1998
junio 2002 –
ñigo de Oriol e Ybarra nació en Madrid en junio de 1935. Es hijo de José María de
Í Oriol y Urquijo y María de Gracia de Ybarra y Lasso de la Vega. Estudió el bachi-
llerato en el Colegio de Areneros, de los Padres Jesuítas, en Madrid, y se licenció en
Derecho por la Universidad Complutense.
La vida profesional de Íñigo de Oriol está profundamente marcada por la larga tra-
dición empresarial de su familia. Por ello, sus actividades empresariales, aunque muy
variadas, se han desarrollado principalmente en el ámbito eléctrico. Entró a trabajar
en Hidroeléctrica Española en el año 1959, pasando a ser, en esta primera etapa, res-
ponsable de las relaciones institucionales de la empresa.
Por otro lado, dentro del proceso de intercambio de activos llevado a cabo en 1993
Iberdrola vendió a Endesa algunos saltos hidroeléctricos y compró a Unión Fenosa
una participación en la central nuclear de Trillo.
En el año 2001 se estudió, por ambas sociedades, una fusión amistosa de Iberdrola y
Endesa, con el objetivo de desarrollar un proyecto de expansión internacional y de
diversificación. Pero en febrero de 2001 se desistió de este intento como consecuen-
cia de las imposiciones del Gobierno y la aprobación por éste del Real Decreto-Ley
2/2001, que desincentivaba este proceso.
Esta estrategia puso a las empresas eléctricas, en general, en una situación de dete-
rioro económico-financiero, una de cuyas consecuencias más importantes fue la cri-
sis de FECSA, a la que se debió hacer frente mediante una actuación solidaria del sec-
tor, y UNESA negoció intensamente con la Administración Pública para el estableci-
miento del Marco Legal Estable.
En el ámbito público, Íñigo de Oriol formó parte del Consejo del Reino, por lo que
vivió de forma directa una época de especial importancia de la política española, en
la que se hizo la transición hacia la Monarquía Constitucional.
Otra iniciativa en este ámbito fue su participación en el año 2000, conjuntamente con
el embajador de Estados Unidos en España, en la creación de la cátedra Príncipe de
Asturias de Ciencias y Tecnología de la Información en la Universidad de Nuevo
México, Albuquerque (EEUU).
Períodos de Dirección
José Luis Redonet Maura septiembre 1944 - marzo 1964
Teodomiro González-Baylín Antonini marzo 1964 - diciembre 1981
Pedro Rivero Torre diciembre 1981 -
Período de Dirección:
septiembre 1944 – marzo 1964
José Luis Redonet empezó a trabajar en 1926 como ingeniero en Standard Eléctrica.
En el año 1931 ingresó en el Cuerpo de Ingenieros de Estado, y fue destinado a la
delegación del Estado en CAMPSA. Posteriormente, pasó al departamento de cons-
trucciones de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, en el que ocupó durante
varios años el cargo de Ingeniero-Jefe. Pidió la excedencia voluntaria en este puesto
para trabajar en el ámbito de la empresa privada, entrando en Hidroeléctrica
Española como Secretario Técnico.
En agosto de 1944 fue nombrado Secretario General de Unidad Eléctrica, S.A., que
acababa de constituirse, y poco después fue designado Director General, cargo que
desempeñó por espacio de veinte años.
Durante los primeros años de UNESA, José Luis Redonet tuvo que organizar la
empresa para cumplir los objetivos que habían establecido las diecisiete empresas
constituyentes, es decir, “coordinar el sistema eléctrico nacional a nivel supraregio-
nal y supraempresarial, efectuando los intercambios de electricidad necesarios para
optimizar su gestión”. Para ello se creó en UNESA una Oficina Central de coordina-
ción de la explotación conjunta del sistema. Años más tarde, en 1953, el Ministerio
de Industria le asignó esta función con carácter permanente, pasando a llamarse
Repartidor Central de Cargas (RECA), y delegando en esta oficina las competencias
administrativas precisas para cumplir su función.
Tras una etapa de estabilización y apertura de nuestra economía en los años finales
de la década de los cincuenta, el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos y
Al cesar en 1964 José Luis Redonet como director de UNESA, continuó colaborado
con el Consejo de Administración de la misma como Asesor Técnico, encargado prin-
cipalmente de las relaciones con los organismos internacionales. Realizó una inten-
sa labor en este ámbito y, por ello, fue nombrado Presidente de la Unión
Internacional de Productores y Distribuidores de Energía Eléctrica (UNIPEDE), enti-
dad que agrupaba a las principales empresas eléctricas europeas. Fue, asimismo, el
responsable de la organización del Congreso de UNIPEDE que se celebró en Madrid
en el mes de mayo de 1967.
Período de Dirección:
marzo 1964 – 1981
En marzo de 1964 fue nombrado Director General de UNESA, cargo en el que per-
maneció hasta diciembre de 1981. Durante la primera parte del período de dirección
de González-Baylín, la economía española siguió creciendo de forma importante, por
lo que las empresas eléctricas tuvieron que satisfacer incrementos altos en el consu-
mo eléctrico (del orden del 10% de tasa anual), que exigían la duplicación del parque
eléctrico cada siete años. Ello exigió a UNESA realizar una importante labor coordi-
nando las cuantiosas inversiones precisas. Por ello, el Ministerio de Industria encar-
gó en 1969 a esta sociedad la elaboración del primer Plan Eléctrico Nacional. Este
Plan se fue revisando cada dos años, hasta que quedó integrado en el primer Plan
Energético Nacional del año 1975.
Después de la crisis energética del año 1973, hubo que diversificar las fuentes ener-
géticas, así como sustituir al máximo el uso del petróleo que, en el sector eléctrico
español, se hizo fundamentalmente en base al carbón y a la energía nuclear. Esta
estrategia fue establecida, principalmente, en el Plan Energético Nacional del año
1979, que impulsaba, además, numerosas medidas de ahorro y uso racional de la
electricidad. También en este período la labor de UNESA fue importante, colaboran-
do con el Ministerio de Industria para el análisis de las distintas alternativas de des-
arrollo del sector eléctrico.
Otro hecho relevante para el sector, consecuencia también del PEN-79, fue la cons-
titución de ASELÉCTRICA, sociedad que tenia como objetivo principal la coordina-
ción conjunta del sistema eléctrico, siendo la continuadora de las funciones que tenía
asignadas hasta ese momento el Repartidor Central de Cargas (RECA).
Recibió numerosos reconocimientos por su amplio trabajo realizado, tanto dentro del
Sector Eléctrico como en el campo académico.
Períodos de Dirección:
diciembre 1981 -
Cuando Pedro Rivero se hizo cargo de la Dirección General de UNESA eran tiempos
difíciles para el sector, puesto que las empresas estaban inmersas en la aplicación de
la política energética del PEN-1979 y en ella se buscaba sustituir al máximo la utili-
zación del petróleo para la producción de electricidad. La labor que en este período
correspondió a UNESA fue de una especial importancia.
En 1982, y tras la firma el Primer Protocolo con las empresas eléctricas, se revisó el
Plan Energético de 1979. Las principales consecuencias en el Sector Eléctrico del
nuevo PEN, aprobado en 1983, fueron la nacionalización de la Red de Transporte y
creación de Red Eléctrica, S.A. para la gestión del sistema conjunto, y la moratoria de
cinco grupos nucleares.
Como la política tarifaria llevada por el Gobierno había sido insuficiente, UNESA
hubo de impulsar un Segundo Protocolo para que, entre otros aspectos, se garanti-
zase la rentabilidad de sus activos en función de unos valores estándar. El resultado
de todo ello fue el establecimiento en 1987 del Marco Legal Estable, que estaría
vigente, con algunas modificaciones, hasta el proceso de liberalización del Sector.
Pedro Rivero ocupa otros cargos de gran responsabilidad, como son: Consejero de
Red Eléctrica de España y de la Compañía Operadora del Mercado Español de
Electricidad (OMEL), miembro del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de
Energía, vocal de la Asamblea General y de la Junta Directiva de la CEOE, Miembro
del Consejo Económico y Social y otros puestos en diversos organismos relacionados
con el Sector Eléctrico. Además, fue Presidente de la Unión Internacional de
Productores y Distribuidores de Electricidad (UNIPEDE), durante los años de 1991 a
1994.
1888 Real Orden que regula el alumbrado Prohibe el alumbrado con gas en estos locales.
eléctrico en los teatros españoles Solamente lo permite como sistema de emer-
gencia
1891 Primer transporte a larga distancia desde 175 km., a 15 kV. y utilizando un
el Salto de Lauffen a Frankfurt transformador trifásico (K Telsa) de AEG
1895 Primer transporte a larga distancia entre Mediante corriente alterna bifásica
la central de Niágara y Búfalo (EEUU)
1903 Constitución de Hidroeléctrica del Chorro Para la explotación del Salto del Chorro en el
(Málaga) río Guadalhorce. Se fusionaría en 1967 con
Cía. Sevillana de Electricidad
1909 Transporte de la C.H. de Molinar a Madrid La longitud de la línea era de 250 km.Y la ten-
sión, de 60 kV
1911 Constitución de Riegos y Fuerzas del Ebro Filial de la Barcelona Traction Light and Power
era conocida popularmente por “la
Canadiense”.
Construyó saltos en el Noguera-Pallaresa
Constitución de Eléctricas Reunidas de Para el aprovechamiento eléctrico del río
Zaragoza (ERZ) (Zaragoza) Gállego
1912 Constitución de Unión Eléctrica Nace de la fusión de la Compañía Madrileña
Madrileña (Madrid) de Electricidad y la Sociedad de Gasificación
Industrial y el Salto de Bolarque
Real Decreto para la creación de la Es el primer órgano consultivo de la
Comisión Permanente Española Administración en el área eléctrica, y debía
de Electricidad representar a España en las reuniones interna-
cionales
1914 Inicio de la I Guerra Mundial (1914-1917) Afectó de forma positiva a la economía españo-
la, suministrando bienes a las naciones conten-
dientes
1918 Constitución de Saltos del Duero (Bilbao) Para construir los saltos del tramo internacio-
nal del Duero. Un largo litigio con Portugal
retrasó el comienzo de estas centrales hasta
1927.
El Ministerio de Fomento encarga por R.D. El R.D. prevé una REN con 4.400 km.
a la Comisión Permanente de Electricidad de longitud, un presupuesto de 130 millones
un dictamen sobre los principios básicos de pesetas y las líneas más importantes a 220
que debe tener una Red Eléctrica Nacional kV.
(REN)
1926/1927 Real Decreto y RR.OO. estableciendo un Acudieron al concurso varias entidades, entre
concurso para desarrollar una REN, ellas la Cámara de Productores y
invitando a todas las entidades nacionales Distribuidores de Electricidad. Este asunto se
interesadas en el tema retrasó, y al estallar después la Guerra Civil no
se llevó a efecto
1929 Comienzan a publicarse las primeras Eran estadísticas más fiables que las oficiales,
estadísticas eléctricas por parte de la pues recibían la información directamente de
Asociación de Productores y Distribuidores las empresas eléctricas. Utilizaban Zonas
de Electricidad Eléctricas muy parecidas a las empleadas por
UNESA
1930 Constitución de la Compañía de Luz y Se fusiona posteriormente con otras empresas
Fuerza de Levante (LUTE) de la zona de Levante, siendo finalmente
absorbida por Hidroeléctrica Española
Constitución de la Union Electric Company Nace de la fusión de la Compañía Insular
(UNELCO) (Canarias) Colonial de Electricidad y Riegos (1926), la
Sociedad de Electricidad de Las Palmas (1898)
y la Compañía Eléctrica de Tenerife (1893)
Orden Ministerial creando la Cámara Fue prácticamente una transformación jurídica
de Productores y Distribuidores de de la Asociación. Fue la predecesora de
Electricidad UNESA
1938 Creación de la Asociación Electrotécnica Para coordinar las acciones en este campo.
Española (AEE) UNESA ha sido históricamente un socio fun-
damental de las actividades de esta Asociación
1940 Estalla la II Guerra Mundial (1040-1945) Se produce una escasez de los bienes y servi-
cios en los mercados exteriores que fomenta la
utilización de los recursos autóctonos
1943 El parque generador contaba con La mayor importancia del parque hidráulico,
1.818 MW, de los cuales 1.408 eran hacía muy vulnerable nuestro sistema a la
hidráulicos (77%) y 410 MW eran térmicos hidraulicidad de cada ejercicio
(el 23% restante)
1952 Cia. Sevillana de Electricidad se fusiona Supone el primer paso importante para la
con Mengemor constitución de una gran empresa eléctrica en
Andalucía
1958 Final del período de restricciones Las Tarifas Tipo Unificadas habían dado sus
frutos
Entrada en servicio de la primera fase de Luego se convertiría en un gran centro de
la Subestación de La Mudarra Transporte de la Red Peninsular
1959 D. Carlos Mendoza Gimeno es nombrado Ocupa el cargo desde marzo. Durante su
Presidente de Unidad Eléctrica, S.A. mandato, en 1969, las Presidencias de UNESA
(UNESA) pasan a ser desempeñadas por empresas aso-
ciadas. Su período de Presidencia finaliza en
marzo de 1973
Plan de Estabilización Económica Fue el motor del cambio en la política econó-
mica del país, hacia una mayor liberalización
El parque generador tenía 6.384 MW, Se ha producido un aumento en la
de los cuales 4.436 MW eran hidráulicos participación del equipo térmico convencional
(69%) y el resto, 1.948 MW, eran térmicos
convencionales (31%)
1967 Cía. Sevillana de Electricidad absorbe Representa un paso más en la creación de una
a Hidroeléctrica del Chorro única empresa regional en Andalucía
Entrada en servicio de la C.T. de Pasajes Primera central térmica de carbón de importa-
ción
1975 Primer Plan Eléctrico Nacional Llegó tarde y fue poco efectivo
(PEN-1975)
Acción Concertada Sector Eléctrico Régimen de concierto entre Administración y
el Sector Eléctrico para conseguir los objetivos
del PEN-1975
Creación del Sistema de Compensaciones Consecuencia de la tarifa única en toda España
entre las empresas de UNESA (CEUN) y de la diferencia en los costes de producción
1979 Segundo Plan Energético Nacional Sustitución máxima posible de fuelóleo por
(PEN-1979) carbón y nuclear para la producción de electri-
cidad
Se sobrepasan los 100.000 GWh de De ellos, 47.473 GWh (45%) eran hidráulicos,
producción anual, alcanzando los 51.606 GWh (49%) térmicos convencionales
105.779 en este año y el resto, 6.700 GWh (6%), nucleares
1980 Segunda Crisis Energética Se duplica el precio ya muy alto del petróleo
Ley de Conservación de la Energía Fomenta el ahorro energético y promueve las
energías renovables
Creación del Centro de Control Eléctrico Según el PEN-79 es una transformación del
(CECOEL) RECA para mejorar su gestión
Creación de la Asociación de Empresas Para gestionar el CECOEL bajo supervisión de
para la Explotación del Sistema Eléctrico la Administración
(ASELÉCTRICA)
Plan Acelerado del Carbón Siete unidades de carbón con 3.000 MW de
potencia total. Se establece por retraso del Plan
Nuclear
Plan de rehabilitación y actualización de Se rehabilitan numerosas minicentrales por un
las minicentrales hidroeléctricas total de 1.400 MW. Además se establece deta-
lladamente por cuencas su potencial
Creación del Consejo de Seguridad Responsable de la seguridad y de la protec-
Nacional ción radiológica en las instalaciones nucleares
R.D. para la creación del Programa de Al comienzo se llamaba Plan de Investigación
Investigación Electrotécnica (PIE) de UNESA (PIU). Se desarrollaron 1.285 pro-
yectos de investigación con cargo de 795 millo-
nes de euros al PIE y el resto, 435 millones de
euros, se autofinanciaron por las empresas
eléctricas y otras entidades de I+D. El PIE se
financiaba con el 0,3% de los ingresos por
venta de electricidad
La Red de Transporte de Alta Tensión Empieza a ser una red muy mallada, como
sobrepasa los 40.000 km. de longitud consecuencia del incremento del equipo
(380, 220 y 110/132 kV) generador y el aumento del consumo
1981 Segundo contrato Grupo de Empresas Adecúa el contrato establecido con los nuevos
ENDESA escenarios
Entrada en servicio del grupo nuclear Es el primer grupo nuclear de la serie de 1.000
Almaraz I MW. Utiliza un reactor de Agua Ligera a
Presión
Constitución de Unión Eléctrica-Fenosa, Resultante de la fusión de Unión Eléctrica y
S.A. FENOSA
D. Pedro Rivero Torre es nombrado Director Es nombrado en diciembre de 1981.
General de UNESA Actualmente es Vicepresidente-Director
General de UNESA
1984 Segundo Plan Energético Nacional — Revisión a la baja del consumo eléctrico
(PEN-83) — Establecimiento de la Moratoria Nuclear
— Expansión de la red de gas natural
Moratoria Nuclear Comprende la paralización de cinco grupos
nucleares en construcción: Lemóniz I y II,
Valdecaballeros I y II y Trillo II
1988 Extinción del Contrato Grupo de Consecuencia de la entrada en vigor del MLE
Empresas/ENDESA
Entra en servicio el grupo nuclear de Trillo Sexto grupo de la serie de 1.000 MW. Utiliza
un reactor de Agua Ligera a Presión, pero con
tecnología alemana
Primera Oferta Pública de Venta (OPV) de Comienza el proceso de privatización de esta
acciones de ENDESA sociedad
1999 Plan de Fomento de Energías Renovables Cumple con una Disposición Transitoria de la
Ley del Sector Eléctrico y tiene como objetivo
el que estas energías alcancen el 12% del con-
sumo total de energía primaria en el 2010
ENDESA completa su integración Se aprueba por fusión por absorción en todas
corporativa las Juntas Generales de Accionistas de las
empresas participadas
Transformación jurídica de Unidad Consecuencia de la liberalización del Sector
Eléctrica, S.A. en Asociación Española Eléctrico español
de la Industria Eléctrica
Fusión de UNIPEDE y EURELECTRIC Unificar criterios en la defensa de los intereses
de las Industrias Eléctricas de los países de la
UE
La producción anual de España sobrepasa De ellos, 30.788 GWh fueron principalmente
los 200.000 GWh, siendo generados hidráulicos y eólicos (15%), 120.213 GWh
209.803 GWh este año térmicos convencionales (57%) y 58.852 GWh
nucleares (28%)
2001 Directiva 2001/80/CE sobre grandes Se transfirió por R.D. 430/2004 a la normativa
Instalaciones de Combustión española. Fija valores límite de emisión de
(mayores de 50 MW) centrales térmicas y de combustibles fósiles
Directiva 2001/77/CE sobre el Fomento de Tiene como objetivos indicativos el lograr para
Energías Renovables para la Generación estas energías el 12% del consumo de energía
de Electricidad en el Mercado Interior de primaria en el año 2010 y el 22,1% para la
la Energía producción de electricidad en la UE (se incluye
toda la hidráulica)
Directiva 2001/81/CE sobre techos En octubre de 2004 no estaba transferida a la
nacionales de emisión de determinados normativa española
contaminantes atmosféricos
II Convención del Sector Eléctrico: Permitió analizar los aspectos sociales de la
“Energía y Sociedad” producción y distribución de la electricidad
Constitución de ENEL-VIESGO ENEL compró en dos etapas Viesgo
Generación (activos vendidos por ENDESA) y
Viesgo Distribución
2003 Liberalización total de clientes para la Desde el 1 de enero de 2003, todos los
elección del suministrador de electricidad consumidores pueden elegir el suministrador
de electricidad, o acogerse a la Tarifa Regulada
“Estrategia para el Fomento del Ahorro Establece unos objetivos de ahorro energético
y Eficiencia Energética (2004-2012)” para los distintos sectores y actividades econó-
micas. Está pendiente su desarrollo
Directiva 2003/54/CE sobre Normas Adecúa la Directiva correspondiente de 1996.
Comunes para el Mercado Interior de Fija que el 1-7-2004 todas las empresas
la Electricidad pueden elegir suministrador y el 1-7-2007 lo
mismo para todos los consumidores domésti-
cos.
Directiva para el establecimiento del Establece el comercio de CO2 en la UE para
Comercio de Emisiones en la UE el año 2005
2004 R.D. Ley 5/2004 por el que se regula el Transposición de la Directiva 2003/87/CE y crea
régimen del Comercio de Derechos de la Autoridad Designada para Proyectos MDL
Emisión de GEI (Mecanismos de Desarrollo Limpio)
R.D. Ley 1866/2004 por el que se aprueba Para sectores afectados acogidos a la Directiva
el Plan Nacional de Asignaciones de 2003/87/CE, entre ellos el Sector Eléctrico
Derechos de Emisión para 2005/2005
Estrategia Española para el Cambio Aprobada por el Consejo Nacional del Clima
Climático
Directiva 2004/8/CE sobre el Fomento de Fomenta la cogeneración de alta eficiencia
la Cogeneración en el Mercado Interior de para la mejora del sistema energético
la Energía
Convenio para la Constitución del MIBEL Establece criterios para la armonización de los
sistemas eléctricos español y portugués, y
prevé su comienzo en julio de 2005
El parque de generación en enero de este El parque generador se distribuye de la
año alcanza los 66.438 MW. Observar que siguiente manera:
el parque eólico ya es comparable en Hidráulico 18.492 MW
capacidad instalada al equipo nuclear, y Eólico 6.214 MW
está previsto que lo sobrepase a corto plazo. Cogeneración 5.997 MW
La Red de Transporte de alta tensión tiene Biomasa y Residuos 917 MW
una longitud de 53.710 km. Térmica Convencional 26.922 MW
Nuclear 7.896 MW
MINISTROS
Fecha de Fecha de
Nombramiento Cese
Demetrio Carceller Segura 16.10.40 29.07.45
Juan Antonio Suanzes y Fernández 20.07.45 19.07.51
Joaquín Planell Riera 19.07.51 10.07.62
Gregorio López Bravo 10.07.62 29.10.69
José María López de Letona y Núñez del Pino 29.10.69 30.12.73
Alfredo Santos Blanco 3.01.74 4.03.75
Alfonso Álvarez Miranda 4.03.75 11.12.75
Carlos Pérez de Bricio Olariaga 11.12.75 4.07.77
Alberto Oliart Sousol 4.07.77 24.02.78
Agustín Rodríguez Sahagún 24.02.78 5.04.79
Carlos Bustelo y García del Real 5.04.79 2.05.80
Ignacio Bayón Mariné 2.05.80 2.12.82
Carlos Solchaga Catalán 2.12.82 4.07.85
Joan Majó Cruzate 4.07.85 23.07.86
Luis Carlos Croissier Batista 25.07.85 11.07.88
José Claudio Aranzadi Martínez 11.07.88 12.07.93
Juan Manuel Eguiagaray Ucelay 13.07.93 5.05.96
Josep Piqué i Camps 6.05.96 27.04.00
Rodrigo Rato Figaredo 27.04.00 20.04.04
José Montilla Aguilera 20.04.04 —
anexo i 245
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Anexo II
DOCUMENTOS
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250 anexo ii
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Escritura de Constitución de
Unidad Eléctrica, S.A.
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Escritura de Constitución de la
Asociación Española de la Industria Eléctrica
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Anexo III
SOCIEDADES MIEMBROS DE UNESA
Y SUS ASOCIACIONES:
ADAE, AMYS Y ASINEL
Sociedades de UNESA en diciembre 2004
Endesa
Iberdrola, S.A.
Unión Fenosa, S.A.
Hidroeléctrica del Cantábrico, S.A.
Enel Viesgo
b) Socios Colaboradores
ADAE tuvo numerosas empresas colaboradoras a lo largo de su existencia, pertenecientes,
principalmente, a los sectores de Fabricación de Electrodomésticos, Empresas de
Instaladores Eléctricos, Consultoras e Ingenierías.
b) Socios Adheridos
Asociación de Investigación Industrial Eléctrica
Instalaciones Abengoa, S.A.
Cobra Instalaciones y Servicios, S.A.
Elecnor, S.A.
Empresa Nacional del Uranio, S.A.
Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A.
Sociedad Española de Montajes Industriales, S.A.
ABB Sadespa, S.A.
Lainsa, S.A.
Fapsa Instalaciones y Obras, S.A.
Benito, S.A.
Fomento Técnico Hispano-Alemán, S.A.
Tensa, S.S. Montajes Eléctricos
Segurinsa, S.L.
Isolux Wat
Potencial y Tensión, S.L.
1983
Primer Protocolo sobre la Nacionalización
de la Red de Alta Tensión
1986
Segundo Protocolo sobre el Programa de Actuación
a Medio Plazo del Sector Eléctrico
1996
Tercer Protocolo sobre el Establecimiento de una
Nueva Regulación del Sistema Eléctrico Nacional
Año 1983
Primer Protocolo de Acuerdo sobre la Nacionalización de la Red de Alta Tensión
Conscientes del papel fundamental del Sector Eléctrico dentro del conjunto energético, como
utilizador de diferentes tipos de energía primaria, así como de su importancia estratégica
en la economía nacional en cuanto suministrador de energías finales a los sectores
doméstico e industrial, los Presidentes de las Empresas Iberduero, Endesa, Hidroeléctrica
Española, Fecsa, Sevillana de Electricidad y Unión Eléctrica-Fenosa, reunidos con el
Ministro de Industria y Energía, han acordado abordar la resolución de una serie de
problemas que afectan actualmente al Sector Eléctrico y eliminar posibles incertidumbres,
en base a los siguientes principios:
— El Ministerio de Industria y Energía practicará una política tarifaria que permita una
rentabilidad suficiente a las empresas, garantice la remuneración de los capitales y ase-
gure la adecuada dotación a amortizaciones.
— Dicha nacionalización será, por otra parte, la única programada por el Gobierno en
dicho sector, quedando garantizada a las actuales empresas la propiedad y la gestión del
resto del mismo.
— Auditar los datos de balance y cuentas de explotación de las empresas eléctricas en base
a los cuales se establecerán las medidas necesarias para lograr una adecuada rentabili-
dad y financiación del sector, al tiempo que se asegura la minimización de los extracos-
tes de la explotación del sistema derivados de la desviación a la baja de la demanda de
energía eléctrica sobre las previsiones establecidas en anteriores programaciones, y la
evolución del tipo de cambio de la moneda.
— Analizar el procedimiento y las medidas más adecuadas para llevar a la práctica la revi-
sión prevista en el Plan Energético Nacional, con especial referencia a la entrada en fun-
cionamiento de nuevos grupos nucleares y su explotación conjunta con el resto de la
potencia instalada, así como los mecanismos económicos y de financiación para el tra-
tamiento de los retrasos que puedan tener lugar, tanto en el período del Plan como con
posterioridad.
anexo iv 301
Los Presidentes de las Empresas mencionadas manifiestan su voluntad de colaboración en
la reordenación mencionada del Sector Eléctrico, dentro de las directrices que emanen del
Ministerio de Industria y Energía, así como su aceptación de la conveniencia de una explo-
tación coordinada del sistema productivo y del transporte en alta tensión.
302 anexo iv
Año 1986
Segundo Protocolo de Acuerdo sobre el Programa de Actuación a Medio Plazo
del Sector Eléctrico
2. Las empresas establecerán unos criterios para la retribución de sus recursos propios en
función de los resultados de explotación.
5. Realización de los intercambios del mercado necesarios para mejorar la calidad de ser-
vicio en la región Cantábrica, Catalana y en las ciudades de Madrid y Barcelona.
6. Adopción por parte de las empresas propietarias de las centrales nucleares de un con-
junto de acciones tendentes a asegurar el establecimiento de cauces de información téc-
nica y programas globales de I+D y de formación de técnicos.
7. Establecimiento durante cuatro años de una política tarifaria que, teniendo en cuenta
los costes, permita disminuir progresivamente el desequilibrio financiero de las empre-
sas y del sector.
10. Elaboración de las resoluciones necesarias para que el cálculo de las compensaciones
pueda realizarse automáticamente.
11. Establecimiento de una política fiscal que suponga una bonificación a los rendimientos
de préstamos, créditos y obligaciones destinados a la inversión en el sector.
anexo iv 303
El desarrollo y concreción de los puntos a que hace referencia el presente acuerdo exigen el
establecimiento de programas sectoriales e individuales, disposiciones y seguimientos, a
cuyos efectos el Ministerio de Industria y Energía y las Empresas Eléctricas, dentro del espí-
ritu de concertación que se persigue, acuerdan la celebración de reuniones conjuntas para
establecer las propuestas correspondientes a cada uno de dichos puntos.
304 anexo iv
Año 1996
Tercer Protocolo de Acuerdo sobre el Establecimiento de una Nueva Regulación
del Sistema Eléctrico Nacional
Por consiguiente, el objetivo del presente protocolo es establecer las bases operativas que han
de regir en el funcionamiento del Sistema Eléctrico Español, definir los plazos, medidas y
salvaguardias que deberán ser puestos en práctica durante el período transitorio hasta
alcanzar los objetivos de liberalización del mercado eléctrico, establecer aquellos criterios que
deberán regir la estructura del Sector Eléctrico Español, garantizando la competencia entre
las empresas que lo integran y la competitividad de las mismas, así como sentar las bases
de retribución adecuada para cada una de las actividades que se realizan en régimen de
monopolio natural, y cuya regulación debe contemplar los intereses de los accionistas que
conjuntamente sustentan el negocio de la empresa.
El presente Protocolo refleja adicionalmente el compromiso que las empresas eléctricas fir-
mantes y sus filiales o participadas eléctricas están dispuestas a asumir como participación
en el esfuerzo colectivo de los diferentes agentes económicos para la consecución de los obje-
tivos fijados en relación con la Unión Monetaria Europea. En este sentido, se establece de
manera puntual la aportación que el Sector Eléctrico integrado en UNESA deberá realizar
en 1997 como contribución a la competitividad de la economía española, vía reducción en
términos nominales de la tarifa eléctrica para 1997.
Por último, los firmantes constatan que la Ley 40/94, de 30 de Diciembre, de Ordenación del
Sistema Eléctrico Nacional y la posición común del Consejo de Ministros de la Unión
Europea sobre el proyecto de Directiva sobre Normas Comunes para el Mercado Interior de
la Electricidad, de 25 de julio de 1996, constituyen los puntos de partida en los que se basan
los acuerdos que a continuación se adoptan, siendo por tanto también estas normas, la refe-
rencia obligada en relación con las materias no contempladas en el presente protocolo, refe-
rentes al Sistema Eléctrico Nacional.
anexo iv 305
ACUERDOS
El Ministerio de Industria y Energía y las empresas eléctricas firmantes del presente proto-
colo acuerdan que las bases para el funcionamiento del Sistema Eléctrico Español, teniendo
en cuenta las diversas actividades que lo componen, serán las siguientes:
Todos los grupos de generación disponibles efectuarán sus ofertas de la manera que se esta-
blezca en el desarrollo del presente Protocolo, desarrollo que deberá contemplar la antelación
mínima con la que deben realizarse las ofertas, el horizonte de las mismas y el período de
programación y régimen de operación.
La programación de los grupos se realizará partiendo de la oferta más barata hasta igualar
la demanda, sin perjuicio de las posibles restricciones técnicas que pudieran existir en la red
o de otras alteraciones excepcionales en el orden establecido en el funcionamiento, cuyo tra-
tamiento se determinará como desarrollo de este Protocolo. Asimismo, se estudiarán, como
desarrollo de este Protocolo y a la vista de las experiencias internacionales disponibles al res-
pecto, los procedimientos más adecuados para incorporar a la demanda en el mecanismo de
ofertas y para que la respuesta de la misma a las señales de precio sea tenida en cuenta en
la determinación del coste marginal del sistema eléctrico.
La energía generada en cada período de programación será retribuida al coste marginal del
sistema eléctrico basado en la oferta realizada por el último grupo de generación cuya pues-
ta en marcha haya sido necesaria para atender la demanda. Adicionalmente, los generado-
res serán retribuidos con el factor de garantía de potencia establecido en el apartado 3, así
como, en su caso, por los servicios complementarios establecidos en el apartado 2. Para ello,
todos los generadores deberán estar dotados de los equipos de medida que, con criterios
homogéneos de ubicación y con la precisión requerida, permitan determinar, para cada uno
de dichos períodos de programación, la energía realmente vertida en las redes de transporte
o distribución.
El sistema descrito será de aplicación a toda instalación de potencia instalada igual o supe-
rior a 50 MW, a las de menor potencia existentes que estén actualmente sujetas al Marco
Legal Estable, y aquellas otras de menor potencia que así lo deseen con las particularidades
descritas en el apartado 6.
306 anexo iv
posición con respecto a la red de transporte y al consumo, mediante un procedimiento de
determinación de coeficientes de pérdidas o por medio de mecanismos equivalentes. Dicho
procedimiento deberá incluir el adecuado tratamiento para las instalaciones de régimen
especial. La parte del consumo sometido a tarifa regulada y las ofertas recibidas de cada
grupo de generación que se encuentren en operación antes del 31 de diciembre de 1997 no
se verán afectadas por dicho procedimiento hasta el 31 de diciembre del año 2001.
En casos de emergencia en los que exista grave riesgo de desabastecimiento por indisponibi-
lidad de las centrales o fallos graves en las redes, el sistema de ofertas podrá ser modificado
para hacer frente a dichas situaciones. Se establecerá un procedimiento de asignación, repar-
to y retribución de los costes provocados por las situaciones de emergencia.
La energía generada podrá ser objeto de un régimen de contratación que adoptará la forma de:
— Contratos a precio pactado que se liquidarán por diferencias con respecto al precio resul-
tante del sistema de ofertas.
Además se estudiará la utilización de otros tipos de contratos, tanto físicos como financie-
ros, a la vista de las experiencias internacionales disponibles al respecto y atendiendo a con-
seguir la máxima flexibilidad en la participación de los agentes involucrados, manteniendo
la máxima eficiencia posible en la seguridad y en la operación del sistema eléctrico. Su apli-
cación estará supeditada a su compatibilidad con el sistema de ofertas.
A estos efectos, los contratos a precio pactado por diferencias, que se comunicarán en las con-
diciones que se determinen al operador de mercado, se liquidarán al precio resultante del sis-
tema de ofertas, estableciéndose por las partes el saldo por diferencias entre el precio pacta-
do y el citado precio resultante del sistema de ofertas.
Todos los generadores se adherirán a las condiciones establecidas por el Operador del
Sistema y por el Operador del Mercado para el funcionamiento del despacho y para la liqui-
dación y pago de la energía. Dichas condiciones se establecerán como desarrollo de este
Protocolo.
anexo iv 307
debidas condiciones de calidad y seguridad de servicio. Entre otros se incluyen los siguien-
tes:
Los servicios complementarios, que no sean obligatorios para las empresas de generación,
serán objeto de contratación u oferta de las empresas eléctricas al operador del sistema, sien-
do retribuidos adicionalmente por los distribuidores-comercializadores, comercializadores o
clientes con capacidad de elección del suministro y formarán por tanto parte del precio de la
generación del sistema.
La garantía de potencia se percibirá por todos los grupos según la potencia efectivamente
disponible y su valor podrá variar en función de las necesidades de capacidad a largo plazo
del sistema, de manera que el valor integrado de la energía origine señales correctas en el
mercado propiciando, si fuera necesario, nuevas inversiones. Su determinación y procedi-
miento de reparto, cuestiones de especial importancia, se realizará mediante un procedimien-
to que se acordará como desarrollo de este Protocolo.
Con carácter indicativo y a la espera de los resultados de los trabajos de desarrollo del pre-
sente Protocolo, se estima que la repercusión de la retribución por garantía de potencia efec-
tivamente disponible podría situarse en torno a 1,30 ptas/kWh.
308 anexo iv
5. Liberalización del suministro de energías primarias para la generación Las par-
tes firmantes del Protocolo acuerdan que, para una efectiva liberalización y competencia en
el sector eléctrico, es necesario propiciar un acceso sin restricciones a las diversas fuentes de
energía primaria utilizadas para la generación de electricidad.
A partir del 1 de enero 1998, con las excepciones que se recogen en los párrafos siguientes,
los abastecimientos de materias primas para la generación de energía eléctrica se efectuarán
sin restricciones, sin que quepan limitaciones en materia de política energética o de fijación
de precios o de acceso a las infraestructuras, según lo previsto en el Real Decreto Ley 7/1996
de 7 de Junio y el Real Decreto 2033/96, de 6 de Septiembre. El Ministerio elaborará la nor-
mativa correspondiente para hacer efectivo este compromiso.
En el marco del Plan de Futuro de la Minería del Carbón y Desarrollo de las Comarcas
Mineras, cuyo contenido no se prejuzga en el presente Protocolo, las compañías eléctricas for-
malizarán contratos a medio y largo plazo de adquisición de carbón nacional, retribuyéndo-
se el coste a un determinado volumen de existencias por encima del stock de seguridad. El
proceso de suscripción de contratos se efectuará con la supervisión del Ministerio de
Industria y Energía y de los agentes sociales. El Ministerio se compromete a que este com-
promiso de las empresas eléctricas se lleve a cabo de forma efectiva, de acuerdo con las can-
tidades garantizadas que en su caso se fijen en el Plan de Futuro de la Minería del Carbón
y Desarrollo de las Comarcas Mineras. Adicionalmente, el Ministerio hará uso a partir de
la transposición de la Directiva de la Unión Europea sobre normas comunes para el merca-
do interior de la electricidad de las facultades que le confiere el artículo 8 del citado proyec-
to de Directiva, con objeto de dar estabilidad al sector minero del carbón. El Ministerio se
compromete a tratar de mejorar todos los aspectos que se refieren al carbón en el citado pro-
yecto de Directiva.
En casos de emergencia como los definidos por la Agencia Internacional de la Energía para
el caso del petróleo o en situaciones similares que pudieran afectar a los mercados del gas
natural, uranio o del carbón, o si se produjeran graves distorsiones en los mercados interna-
cionales de materias primas que pudieran afectar a España en sus relaciones exteriores, el
Ministerio de Industria y Energía podrá determinar salvedades a lo dispuesto durante el
período de tiempo que durara la situación.
La titularidad de las responsabilidades en relación con la segunda parte del ciclo de com-
bustible nuclear seguirá siendo asumida por el Estado a través de la Empresa Nacional de
Residuos Radiactivos, S.A. (ENRESA).
anexo iv 309
6. Instalaciones de producción en régimen especial El Ministerio de industria y
Energía y las empresas eléctricas son conscientes de la importancia de este tipo de produc-
ción y de la aportación que la misma, en especial la procedente de fuentes renovables, reali-
za bajo el punto de vista medioambiental, y de ahorro de energías primarias y de eficiencia
energética.
Por ello, para su adaptación a un modelo competitivo, ambas partes acuerdan que el funcio-
namiento de estas instalaciones debe adecuarse a la nueva regulación e introducción de com-
petencia.
A las instalaciones de este tipo, de potencia instalada superior o igual a 50 MW, les será de
aplicación el modelo de ofertas competitivas definido en el apartado 1.
Para el resto de instalaciones, sus excedentes de energía eléctrica serán adquiridos al precio
que resulte de las ofertas definidas en el apartado 1, incluida la garantía de potencia a que
se refiere el apartado 3.
No obstante, se establecerán primas que se aplicarán sobre los precios resultantes del siste-
ma de ofertas o instrumentos económicos equivalentes para incentivar a las instalaciones de
energías renovables (minihidráulica, eólica y otras), biomasa, residuos y a las instalaciones
de cogeneración de hasta 25 MW de potencia instalada, que contribuyan a la mejora del
medio ambiente o al ahorro de energía primaria y eficiencia energética.
Las primas que se establezcan para las energías renovables (minihidráulica, eólica y otras),
biomasa y residuos, tendrán en consideración el nivel de tensión de entrega de la energía, la
contribución a la mejora del medio ambiente, y los costes, al efecto de conseguir unas tasas
de rentabilidad razonables con referencia al coste del dinero en el mercado de capitales. El
precio de adquisición resultante se fijará dentro de una banda porcentual referida a la media
de las tarifas para los consumidores finales que no tengan la categoría de clientes con capa-
cidad de elección, incluyendo los correspondientes factores de discriminación horaria.
En el caso de las instalaciones que utilicen residuos, estos incentivos se establecerán previo
informe de la autoridad competente en materia de medio ambiente sobre el desimpacto
ambiental que produzcan dichas instalaciones y teniendo en cuenta asimismo el porcentaje
de combustible principal y de residuos utilizado en la instalación.
Las primas que se establezcan para las instalaciones de cogeneración de hasta 25 MW, ten-
drán en consideración el nivel de tensión de entrega de la energía y los costes de inversión,
al efecto de conseguir unas tasas de rentabilidad razonables con referencia al coste del dine-
ro en el mercado de capitales. La percepción de esta prima se mantendrá como máximo hasta
la supresión de la retribución fija incluida en los costes de transición a la competencia defi-
nidos en el apartado 7 del presente Acuerdo.
310 anexo iv
producción eléctrica no podrá ser objeto de discriminación, en relación al funcionamiento del
resto del sistema.
c) Costes de transporte, que constan de los reconocidos a las entidades transportistas por el
ejercicio de sus actividades de construcción, operación y mantenimiento de sus instalacio-
nes.
d) Costes de distribución, que constan de los reconocidos a las entidades de distribución por
el ejercicio de sus actividades de construcción, operación y mantenimiento de sus instala-
ciones, así como de los costes de las pérdidas en estas redes.
anexo iv 311
El valor Integrado de la Energía (VIE), en cada tramo de programación que se establezca,
comprenderá los conceptos incluidos en (a) y la imputación que fije el Ministerio de
Industria y Energía de los conceptos establecidos en (b).
Esta entidad, Operador del Mercado, se constituirá como Sociedad Anónima antes del
31.12.1997. En el marco del desarrollo del presente Protocolo se establecerá la composición
accionarial de esta sociedad.
La actuación de la entidad Operador del Mercado estará sometida, sin perjuicio de las com-
petencias que correspondan al Ministerio de Industria y Energía y a la Comisión del
Sistema Eléctrico Nacional, al seguimiento y control de un Comité de Agentes del Mercado
(CAM) cuya composición y funcionamiento se establecerán como desarrollo del presente
Protocolo.
En el marco del desarrollo del presente Protocolo se establecerá el adecuado esquema de fun-
cionamiento de la sociedad. Para ello se tomarán en cuenta, por un lado, las sinergias deriva-
das de la utilización compartida de activos comunes y, por otro lado, los conflictos de intereses
que pudieran afectar a su funcionamiento. Asimismo, se estudiará el marco regulador de las
actuaciones de Red Eléctrica de España, S.A. en el desarrollo de sus actividades y funciones.
312 anexo iv
sea compatible con salvaguardar la eficiencia y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional y
el interés público, aplicando para ello la condición de reciprocidad del proyecto de Directiva
cuando sea necesario.
Se tomarán las medidas oportunas para garantizar que Red Eléctrica de España, S.A. pueda
cumplir los actuales compromisos internacionales que tiene establecidos.
El peaje por utilización de la red de transporte que, como contraprestación de dicha utiliza-
ción deberán satisfacer las empresas distribuidoras-comercializadoras, comercializadoras y
aquellos clientes que se acojan a la libertad de elección, se establecerá en ptas/kWh tenien-
do en cuenta el nivel de tensión del suministro y las características del uso que hagan de la
red.
Se dispondrá de una cuantía máxima de 10.000 Mpta. cada año de coste reconocido adicio-
nal con objeto de retribuir planes de mejora en la calidad del servicio de las empresas dis-
tribuidores, de acuerdo con el artículo 46.2 de la LOSEN, siempre que en dichos planes par-
ticipen las Comunidades Autónomas.
anexo iv 313
distribución que serán únicos, teniendo en cuenta el nivel de tensión de suministro y las
características de consumo.
Tendrán derecho a la utilización de las redes de transporte y distribución los clientes con
capacidad de elección y las compañías que realicen funciones de comercialización. Todas las
compañías que realicen funciones de comercialización figurarán en un registro que llevará
el Operador de Mercado.
Igualmente, el sistema que se establezca deberá prever las especificidades de los sistemas
extrapeninsulares.
Al objeto de garantizar que las empresas que realizan actividades de distribución perciban
la retribución que se determine con el modelo descrito en el párrafo anterior, se establecerá
un sistema de liquidación entre las empresas distribuidores. En dicha liquidación se inclui-
rán además los incentivos de las compras que hayan realizado los distribuidores a la gene-
ración en régimen especial con derecho a las mismas.
En una primera etapa la capacidad de elección de suministro será otorgada a aquellos con-
sumidores cuyo consumo anual sea superior a 20 GWh/año y a aquellos distribuidores-
comercializadores, cuyo mercado alcance dicho nivel y a los comercializadores en la parte de
su mercado que corresponda a sus clientes con capacidad de elección.
En el año 2000, la capacidad de elección será posible para aquellos consumidores cuyo con-
sumo sea superior a 9 GWh/año y en el año 2001 para aquellos consumidores con un con-
sumo mayor o igual a 5 GWh/año. Dicha capacidad de elección será igualmente posible para
aquellos distribuidores-comercializadores cuyo mercado alcance dichos niveles.
Hasta el año 2002, los clientes con capacidad de elección que no deseen ejercitarla tendrán
la posibilidad de contratar su suministro de electricidad a tarifa regulada.
A partir de esta fecha para consumos superiores a 5 GWh/año no habrá tarifas de suminis-
tro de electricidad. No obstante, el Ministerio de Industria y Energía podrá mantener deter-
minadas tarifas más allá del año 2002, para ciertos tipos de consumos superiores a 5
GWh/año, dadas sus especiales características.
Las menciones anteriores a consumos anuales se refieren a consumos por punto de suminis-
314 anexo iv
tro o por instalación para consumo propio en el caso de los consumidores y por el mercado
servido por sus propias redes para los distribuidores-comercializadores.
A partir del 2002, se irá ampliando la capacidad de elección de los consumidores adaptán-
dola a la evolución del mercado pudiendo llegar hasta la total liberalización del suministro
de energía eléctrica. En el proceso de revisión del presente Protocolo a que se hace referencia
en el apartado 3º del Acuerdo 2º, a realizar en el año 2001, se precisará el ritmo de liberali-
zación del mercado.
Hasta el año 2002 o mientras el Ministerio de Industria y Energía haga uso de la facultad
de mantener tarifas a partir de dicha fecha, existirá un sistema de liquidación entre los dis-
tribuidores-comercializadores y comercializadores que tenga en cuenta las diferencias que se
puedan producir entre el valor integrado de la energía y el coste de la energía incorporado
en determinadas tarifas reguladas que serán establecidas por el Ministerio de Industria y
Energía.
11. Estructura de tarifas Los firmantes del Protocolo manifiestan la necesidad de estable-
cer una estructura de tarifas que permita mantener el régimen de tarifas máximas y únicas
en todo el territorio nacional, de acuerdo con lo dispuesto en la LOSEN.
anexo iv 315
— Diseño de un esquema de transición adaptado en el tiempo al proceso de liberaliza-
ción del mercado que deberá finalizar en el 2002 para los consumidores con capacidad de
elección y que podrá ser revisado por el Gobierno con carácter trienal en atención al des-
arrollo de las relaciones contractuales que se produzcan en el contexto de la liberalización
y de los umbrales de elegibilidad para los consumidores que reglamentariamente se esta-
blezcan.
— Diseño de conceptos tarifarios que permitan que el término variable de la tarifa
corresponda al coste marginal de suministrar una unidad, permitiendo prácticas comer-
ciales a las compañías eléctricas.
La nueva regulación del sistema eléctrico, al introducir competencia, conducirá a una reduc-
ción en los precios de la energía eléctrica, lo cual supondrá una reducción de los ingresos de
las empresas que debería ir acompañada de la correspondiente reducción de costes. En caso
de que la aproximación entre precios y costes se produjera de manera no gradual, se altera-
ría el equilibrio financiero de las empresas.
1. Este período tendrá una duración de 10 años, del año 1998 al 2007, ambos inclusive.
3. Las empresas firmantes del presente Protocolo percibirán durante el período transitorio
una retribución fija, expresada en ptas/kWh, que se calculará como la diferencia entre los
ingresos medios de tarifa y el conjunto de costes recogidos en el apartado 7 del Acuerdo
316 anexo iv
1º, excepción hecha de esta retribución fija, a la que se hace referencia en el apartado 7
f).
Esta retribución fija incorpora en todo caso el abono de 1 pta/kWh, para aquellos grupos
de generación que hayan efectivamente consumido carbón nacional y por la cuantía
equivalente de este consumo.
En todo caso, el valor actual neto de los importes a recuperar con cargo a este concepto,
a 31.12.97, por las empresas eléctricas firmantes y sus filiales o participadas eléctricas
peninsulares ascenderá, como máximo, a 1.988.561 Millones de ptas. No obstante, si el
coste de generación a que hace referencia el apartado 7. a) del Acuerdo 1º excediera el
valor medio anual de 6 pta./kWh, este exceso se deducirá del valor actual neto antes cita-
do.
La percepción de esta retribución fija en ningún caso se prolongará más allá del año
2007.
4. Las reducciones de tarifas expresadas en el punto 2 podrán ser superiores si se diera algu-
na de las siguientes condiciones:
a) Si la retribución fija expresada en pta/kWh a la que se refiere el punto 3 anterior resul-
tara un año superior a la del precedente.
b) Si se produjesen eventuales reducciones en las externalidades existentes en las tarifas.
c) Si se produjera un crecimiento de la demanda superior al 3,5%.
d) Si se produjera un descenso de la media anual del Mibor a tres meses por debajo del
6,5%.
5. En el año 2001, y coincidiendo con la revisión general del modelo prevista en el aparta-
do 3º, se evaluarán los resultados de la primera etapa en términos de: funcionamiento de
dicho modelo, importe global recuperado con cargo a la retribución fija, evolución del pre-
cio del mercado en relación con el precio de referencia estimado de 6 pta/kWh, evolución
económico-financiera de las empresas, resultado para los consumidores y evolución con-
junta de las variables macroeconómicas a que se refiere el punto 4º anterior. Esta evalua-
ción tendrá por objeto establecer, en la forma que proceda, los criterios que regirán la evo-
lución de tarifas y de la retribución fija durante el período 2002-2007.
Hasta el 75,4% del importe del valor recuperado cada año se repartirá de acuerdo con
los siguientes porcentajes:
IBERDROLA, S.A. 21,7%
ENDESA 28,6%
UNIÓN FENOSA 10,3%
SEVILLANA 4,3%
FECSA 8,0%
ELCOGÁS 2,5%
anexo iv 317
El 24,6% será asignado a las distintas empresas firmantes del presente Protocolo, a sus
filiales y participadas eléctricas peninsulares, y eventualmente, a otras empresas eléctricas
peninsulares pertenecientes a UNESA, mediante un procedimiento general de reparto.
Estas normas de reparto deberán tener en consideración los variables relevantes del
balance de las compañías, la evolución del equilibrio económico-financiero de las empre-
sas a lo largo del período transitorio, el impacto de contingencias en el funcionamiento de
determinados grupos de generación, y en su caso, otros criterios que puedan considerar-
se. En este marco, si durante el período transitorio se observaran especiales dificultades
financieras en alguna empresa, el Ministerio, previo informe de la CSEN, podrá autori-
zar un plan de financiación extraordinaria a partir de la asignación específica de parte
de esta retribución básica. En sentido contrario, si se observara una evolución muy favo-
rable de las cuentas financieras de alguna empresa, el Ministerio de Industria y Energía,
previo informe de la CSEN, podrá ajustar un plan especial para esa empresa que reduz-
ca su participación en esta parte de la retribución fija. En todo caso, para aprobarse un
plan de este tipo, se debe justificar razonablemente que el margen observado en las cuen-
tas financieras se debe a un exceso de valoración del importe a recuperar con cargo a la
retribución fija a esa empresa y no a la gestión eficiente de la misma.
2. Tarifa para 1997 Por la especial importancia del proceso de convergencia europea y la
necesidad de mantener la competitividad de la industria española, el Ministerio de Industria
y Energía y las Empresas Eléctricas acuerdan que estas últimas renuncien a parte de lo que
les correspondería en aplicación del Real Decreto 1538/1987 y normas de desarrollo, acep-
tando, por consiguiente, una reducción en la tarifa para 1997 en términos monetarios del
3%, instrumentada atendiendo a los conceptos que se citan en el ANEXO I. La estructura de
esta reducción para las diferentes tarifas en 1997 será la establecida en el ANEXO II.
318 anexo iv
gencia de separación jurídica de las actividades de generación y distribución, el 31 de
diciembre del 2000.
Considerando la complejidad y los efectos que se puedan producir en las sociedades afecta-
das, así como en el tratamiento retributivo de las sociedades y la necesidad de que la
Comisión del Sistema Eléctrico Nacional emita su informe preceptivo, el Ministerio de
Industria y Energía se compromete a no exigir la separación jurídica de actividades antes de
la citada fecha.
En tanto no se haga efectiva dicha separación jurídica, las Empresas Eléctricas procederán
a la separación contable de sus actividades de generación, transporte, distribución, comer-
cialización, distinguiendo entre comercialización a clientes a tarifa y comercialización a
clientes con capacidad de elección, y otras, debiendo presentar al Ministerio de Industria y
Energía auditorías separadas.
Las empresas eléctricas firmantes del presente Protocolo se comprometen a no ser propieta-
rias, ni directa ni indirectamente, de ninguna acción del capital del resto de las empresas fir-
mantes, con la excepción de la participación de ENDESA en Cía. Sevillana de Electricidad,
S.A. y FECSA, y la de estas compañías en ENDESA.
Los firmantes del presente Protocolo coinciden en la necesidad de evitar la presencia en los
diferentes Consejos de Administración de los mismos representantes de un mismo accionis-
ta, aun cuando dicho accionista pudiera participar simultáneamente en el capital de las dis-
tintas compañías. Por ello, se comprometen a promover de forma simultánea, con la excep-
ción ya citada del grupo ENDESA-FECSA-SEVILLANA, las modificaciones necesarias en
la composición de sus órganos de Gobierno.
anexo iv 319
— Normativa contable.
— Autoproducción.
— Asignación de la retribución fija integrada en los costes de transición a la competencia.
Podrán participar, asimismo, en las tareas de estos grupos de trabajo las Comunidades
Autónomas y otros agentes o colectivos interesados en las citadas materias.
Y en prueba ded conformidad, las partes otorgantes firman el presente documento en septu-
plicado ejemplar, en la ciudad y fecha al principio mencionadas.
320 anexo iv
Anexo I: Tarifa de 1997
— Contribución por reducción directa de costes reconocidos con las siguientes partidas:
El incremento de 25.000 Mpta., que será percibido por las empresas en función de su por-
centaje de mercado, debe considerarse como provisional, en tanto no se produzca el desarro-
llo reglamentario de la LOSEN correspondiente a la retribución de la distribución a que se
anexo iv 321
refiere el apartado 8 del acuerdo Tercero y que el Ministerio se compromete a enviar al
Gobierno con anterioridad al 30 de junio de 1997.
322 anexo iv
Anexo II: Estructura de tarifas de 1997
En consecuencia, los principios de modificación para 1997 obedecerán a los siguientes crite-
rios:
— Simplificación de la tarifa 2.0.N.
— Reducción de la tarifa 2.0 en torno al 1%.
— Concentración de las rebajas fundamentalmente en la tarifa 3.0, 4.0 y corta utilización
de alta tensión para impulsar la mejora de la competitividad a las PYMES.
— Mantenimiento de la tarifa G.4.
— Reducciones moderadas en las tarifas específicas y variaciones en la tarifa D.
— Modificación de la tarifa horaria de potencia introduciendo determinadas modulaciones
por tensión y flexibilidad en su aplicación.
— Introducción de ventas de energía a precios distintos a los de tarifa, de acuerdo con un
esquema de convergencia a costes marginales, teniendo en cuenta la disponibilidad y
restricciones del sistema eléctrico.
anexo iv 323
324 anexo iv
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