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FONDO: JOSE Mª CHAPA Y MANUEL

GALINDEZ
De este fondo únicamente se conservan unos índices que pueden ayudar a

reconstruir la obra de este arquitecto. En su fondo bibliográfico Jose Mª

Chapa reúne el mayor número de suscripciones de revistas de su época.

La biblioteca de Manuel Galíndez y Jose Mª Chapa es de sumo interés para

el conocimiento de un período amplio de la arquitectura reciente del País

Vasco y por la extensa colección de revistas. También hay un buen fondo de

libros de láminas.

En 1943 se incorpora al estudio su sobrino Jose María Chapa Galíndez,

llegando a firmar a partir de 1945 en colaboración todas las obras que

desde el estudio se ejecutan. El tandem funcionó a la perfección. Este

esfuerzo de entendimiento supuso progresivamente una multiplicación de las

posibilidades del estudio. Dentro de esta tercera etapa destacamos además

de las obras referidas al Banco Hispanoamericano; La Torre Bailen de Bilbao

(1940), Las Oficinas Villanueva de Madrid (1940), La Naviera Aznar de

Bilbao (1943), Viviendas bifamiliares en Getxo (1945) y su propia vivienda

unifamiliar también en Getxo (1950).

Ante el giro propagandista de recuperación de signos que toma la nueva

arquitectura del régimen franquista, cuyo máximo responsable es su amigo

Pedro Muguruza, para Galíndez la elección del lenguaje formal tiene más que

ver con una cuestión de etiqueta que de ideología. Para Galíndez resuenan

con más fuerza cuestiones relacionadas con la adecuación, el decoro, la

permanencia, la historia, el confort, la higiene y la dimensión personal del

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cliente.

Entendía la arquitectura como ejercicio de composición donde, bajo las

cuestiones de estilo – que provienen de la situación o la circunstancia-

permanecen las cuestiones de fondo, lo inalterable y lo permanente, lo que

garantiza la arquitectura.

Para él la arquitectura es un lugar donde hay que atender a las

circunstancias, donde el proceso cuenta, y donde en el propio proceso

aparecen datos que ayudan a enfocar el problema huyendo de la pre-

concepción.

Su estudio se caracterizaba por la precisión organizativa y el sentido de

equipo que muestran todos sus componentes. Grupo compenetrado de

papeles muy definidos, muy personalizado, muy jerarquizado en torno a la

figura del arquitecto, con excelentes mandos intermedios y un gran oficio.

El nivel de desarrollo de los proyectos era altísimo para los medios

disponibles en el momento, destacando la gran delicadeza y concepción de la

ejecución, dando una gran importancia a la composición así como a la buena y

muy precisa construcción lo que asegura su perdurabilidad.

Galíndez compaginó su labor de arquitecto con algunos cargos en organismos

o entidades vinculadas siempre al entorno de las artes o de la arquitectura.

Delegado en Vizcaya de la Dirección General de Arquitectura, formó parte

del patronato del Museo de Bellas Artes de Bilbao, ocupó el cargo de decano

del COAVN durante diez años consecutivos. En 1950 Manuel Galíndez

recibió la Gran Cruz del Mérito Civil y de 1950-60 al final de su periplo

profesional, actúa como promotor y activador de la construcción del inicial

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aeródromo de Sondica, Interviene en el diseño y construcción de numerosos

poblados de viviendas y oficinas en las centrales hidroeléctricas en los

saltos del Duero y proyecta sus propias embarcaciones.

A partir de 1960 Galindez sigue acudiendo esporádicamente al estudio que

ya lo dirige Chapa quien asume la responsabilidad de los proyectos y las

obras.

De talante trabajador, infatigable, metódico y sistemático, muy pasional a la

vez. No era intelectual en el sentido común del término, era un hombre de

acción, dotado para lo técnico.

La actitud híbrida de su obra, distante y solitaria, junto con la calidad de las

misma, quizás haya sido lo que ha levantado el interés por este arquitecto

fallecido en mayo de 1980.

Colaboración con Iberdrola de José Mª


Chapa Galíndez

Coincidiendo con la finalización de la presa y Central de Aldeadávila,

Salamanca, su empresa propietaria Iberduero, actual IBERDROLA, deseaba

magnificar y dar a conocer al mundo empresarial y de Obra Civil esta gran

obra de ingeniería hidráulica.

El arquitecto jefe de Iberduero Francisco Hurtado de Saracho, en

colaboración con José Mª Chapa, diseñaron una entrada emblemática a la

central, y un concurso de ideas para un conjunto escultórico.

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El ganador del concurso fue el célebre escultor turolense Pablo Serrano,

quien ya llevaba desarrollando desde 1960 su idea del Concepto Bóveda y

Bóvedas para el Hombre.

A la idea aplicada en Aldeadávila se le llamó “Gran Bóveda” , y es en su

conjunto un revolucionario sistema modernista escultórico-arquitectónico:

un mensaje de apoyo y de seguridad, de protección a los trabajadores que

hicieron posible esta interesante obra de ingeniería de los años 50 y 60; en

suma pretende ser el descanso para el hombre, el trabajador. En realidad,

un soterrado mensaje al tardo-franquismo.

Finalización del proyecto de “la Gran Bóveda para el Hombre” en 1963.

Central hidráulica de Aldeadávila de la Ribera. IBERDROLA.

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El conjunto arquitectónico-escultórico en 1987, tras inaugurarse la Central

Aldeadávila II. IBERDROLA.

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Vista actual del monumento, abril 2011.

Entorno del Parque Natural de las Arribes. ALDEADÁVILA, SALAMANCA.

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