Durante los últimos 10 años, el consumo de vino en los EEUU se ha incrementado a

razón de un 3% anual, en este tiempo las bodegas de todo el mundo han luchado
por hacerse un hueco y consolidarse ante las prometedoras expectativas de un
mercado todavía joven.
Un dato revelador: si el consumo per cápita de los estadounidenses fuera similar al
de los británicos, un país de consumo intermedio, el mercado se triplicaría.

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La previsión de crecimiento para 2010 era que los EEUU superaran a Francia como
primer consumidor mundial, sin embargo la crisis ha ralentizado esta proyección. La
crisis ha tenido dos consecuencias directas, el descenso de los precios y un notable
cambio en los hábitos de consumo (precio pagado por determinados vinos y
ocasiones en que se consume por ejemplo restaurantes, antes 1 botella, ahora dos
copas y basta)

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A medida que la crisis remite es posible detectar nuevas oportunidades en ciertos

segmentos de la población, entre ellos destaca el acceso al mercado de la llamada
generación del milenio, aquellos nacidos a finales de los 70’s y principios de los
80’s, cuyos gustos y patrones de consumo se diferencian notablemente de las
generaciones anteriores (son unos 70.000.000 de los 350.000)

Video John Gillespie, explain about their consum habits

Precísamente la preferencia de la generación del milenio por el tinto ha impulsado

el consumo de este tipo de vino, por otro lado el consumo de vinos más ligeros se
confirma como una nueva tendencia en el mercado.
En este punto hay que tener en cuenta uno de los criterios del consumidor a la hora
de elegir un vino, e tipo de uva. Para el consumidor medio estadounidense las
denominaciones de origen no son relevantes para la elección de un vino.

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La marca es otro de los factores decisivos a la hora de comprar un vino, la

presencia de grandes empresas con marcas reconocibles en el mercado
estadounidense es muy importante en canales de distribución masivos, sin
embargo no es necesario ser una bodega de gran tamaño para hacer marca y
diferenciarse del resto.

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Llegar al consumidor final en los EEUU está condicionado por varios factores clave,
entender el complejo sistema de distribución, analizar las diferencias de consumo
entre las áreas metropolitanas y suburbanas y asumir que los EEUU no son un
mercado único sino tantos como estados posee, cada uno con sus peculiaridades.

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En definitiva, los EEUU son un mercado joven, que encierra muchas oportunidades
de negocio pero en el que la competencia cada vez es más fuerte. Por esta razón
hay que estar presentes y generar relaciones estrechas con importadores,
distribuidores y consumidores si se quiere tener éxito en los EEUU.