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El Tercer Militarismo en el Perú

Lic. Henry Zapata Palomino

A manera de Introducción.-

El colapso del leguiísmo fue celebrado por los Sánchez Cerristas como “el fin de una
dictadura” y como prueba del desfogue antileguísta, se creó un “Tribunal de
Sanción” que se encargó de perseguir a todos los que se beneficiaron con el fenecido
régimen. Sánchez Cerro estaba obligado a resolver las demandas populares a través
de medidas de emergencia; la abolición de la ley de conscripción vial y “el
manifiesto de Arequipa” así lo demostraron.

Sánchez Cerro, quien había señalado su intención de convocar a elecciones de


inmediato, dio muestras de querer quedarse en el poder lo que motivó a varias
intentonas golpistas que obligaron a su renuncia y retiro del poder en abril de 1931.

Para aquel entonces se concluía el estatuto electoral elaborado por ocho intelectuales
de diferentes tiendas políticas. Este estatuto fue toda una innovación en nuestra
historia electoral pues el proceso electoral estaría desligado del poder ejecutivo, sería
mediante un padrón electoral y mediante el voto secreto para elegir en forma
simultanea a miembros del congreso y al nuevo presidente del Perú.

Para las elecciones de 1931 destacaban las candidaturas de Sánchez Cerro por los
urristas y Haya de la Torre por los apristas. El resultado fue favorable a La Unión
Revolucionaria con 152 062 votos contra los 106 007 votos para el APRA. Los
apristas no solo no reconocieron el resultado, sino que declararon su franca rebeldía y
confrontación con el nuevo mandatario el punto de declarar “EL presidente Moral
del Perú” a Haya de la Torre. El desconocimiento y enfrentamiento de este proceso
electoral introdujo al Perú en una nueva y turbulenta etapa de su historia.

Para Jorge Basadre, desde el golpe de estado de 1930 hasta el asesinato de Sánchez
Cerro, se sucedieron cuatro momentos muy marcados:
• El confuso periodo de la junta de gobierno dirigida por Sánchez Cerro (del 22 de
agosto de 1930 hasta el 1 de marzo de 1931).
• El periodo de la frágil estabilidad de la segunda junta de gobierno que va hasta
diciembre de 1931 - la junta civil de Arequipa, presidida por Samanez Ocampo-.
• El periodo pre revolucionario aprista propiciado por los resultados electorales y
prolongados hasta marzo de 1932.
• La guerra civil, marcada por la revolución de Trujillo y seguida por una serie de
atentados que concluyeron con el asesinato de Sánchez Cerro en abril de 1933.

En el aspecto económico, el repliegue del mercado mundial tras la crisis de 1929


primero y la Segunda Guerra Mundial después, nuestro país empezó una tímida política
de apoyo a la industria nacional. Respecto a la devaluación monetaria vivida por la
caída de la bolsa de valores de Nueva York, el estado peruano incrementó la política
proteccionista a su industria. A partir de 1930 el Perú pasó por un doble proceso
económico: las actividades predominantes del pasado (minería y agro exportación) se
retrajeron mientras que las actividades de mediana y pequeña escala (de mejor
redistribución y mayor empleo de fuerza laboral) se incrementaron.
Ideológicamente, los años 30 se caracterizan por el aparente fascismo en el que se
sumergió la clase gobernante peruana. Es cierto que en estos días se incrementaron
los simpatizantes fascistas y que se publicaron una serie de textos de abierta simpatía
al fascismo y al nazismo pero es muy complicado en realidad explicar estos conceptos
en un país sin mayor base ideológica ni doctrinaria para la época. Tanto Sánchez Cerro
como Benavides han sido sindicados como gobernantes fascistas por sus vínculos con
la Unión Revolucionaria, sin embargo las relaciones entre uno y otro no fue siempre la
mejor, sobre todo porque durante esta época no se aceptó el funcionamiento de
partidos políticos en general. Los mismos ideólogos fascistas señalaban que el Perú no
estaba preparado para un gobierno de este tipo, he inclusive algunos consideraban a
Benavides como un incapaz para aplicar dicha doctrina. Respecto a la Unión
revolucionaria, nunca fue tomada en cuenta por los diplomáticos italianos y el propio
Luis Flores –quien se definía como fascista- fue poco conocido debido al escaso arraigo
popular con el que contaba en el Perú.

La Década de los treinta.-

http://www.exordio.com/1939-1945/paises/Latinoamerica/peru.html

A partir de 1930, en el Perú había dos corrientes políticas dominantes, los militares
aliados con la oligarquía y el partido de izquierda Alianza Popular Revolucionaria
Americana (APRA), fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre y que fue semilla de
partidos políticos en otros países latinoamericanos. Completando un triángulo con el
APRA y los militares se encontraba el Partido Comunista Peruano (PCP). Como
norma, los militares y la oligarquía cerraban filas para contener a las masas de los dos
partidos izquierdistas. Primero el teniente Coronel Sánchez Cerro y luego el General
Oscar R. Benavides se encargaron de continuar con dos nuevos períodos de mandato
militar, que se sumaron a la larga lista de gobiernos militaristas y de facto.

Gobierno de Sánchez Cerro.-

En las elecciones presidenciales de 1931 Sánchez Cerro, quien había depuesto al


dictador Augusto B. Leguía un año antes, logró derrotar a Haya de la Torre, por un
margen muy estrecho de votos. Los apristas denunciaron que se habían hecho fraude
en las elecciones, iniciándose un nuevo período de inquietud política. Hubo un
atentado contra la vida del presidente en una iglesia de Miraflores y una rebelión
de marineros en los buques de la armada en el Callao, ambos hechos
orquestados por el APRA.

Partido fascista, Unión Revolucionaria

Durante el gobierno de Sánchez Cerro, ejerció el cargo de Ministro de Gobierno Luis A.


Flores quien aplicó la Ley de Emergencia y de Orden Público, medidas de represión
contra comunistas e izquierdistas. Flores se erigió en el líder indiscutible del partido
fascista de gran arraigo popular, Unión Revolucionaria, fundado para darle apoyo a
Sánchez Cerro. Al igual que los fascistas de todo el mundo, Luis A. Flores y sus
partidarios vestían al estilo de los "camisas negras" de Mussolini y utilizaban todos los
métodos y formas de los partidos Nacionalsocialistas de Europa.
Este partido Unión Revolucionaria, de poca significación nacional, formaba parte de
la estructura del gobierno de Sánchez Cerro. Los fascistas peruanos. apoyados por el
jefe del Fascio Italiano en el Perú, Totó Giuratto, realizaban reuniones en el Estadio
Nacional de Lima y otros lugares para practicar deportes. El colegio católico italiano de
clase media y alta, Antonio Raimondi, y el Santa Margarita del Callao, eran
centros fascistas donde el alumnado realizaba ceremonias con los símbolos fascistas, el
brazo en alto, las marchas, los uniformes negros y las banderas

Masacre de militares en Trujillo

En julio de 1932, el APRA lideró una sangrienta rebelión popular en la ciudad de


Trujillo. Durante el alzamiento, fueron salvajemente asesinados unos 60 oficiales del
ejército, hecho brutal que causó la reacción de la fuerza armada, que reprimió a los
alzados causando la muerte de un millar de miembros del Partido Aprista, parte de
ellos por un bombardeo hecho por la aviación
Estos hechos causaron el surgimiento de una vendetta y posiciones irreconciliables que
duraron más de una generación y que siempre fue causa de oposición, para que el
APRA tuviera alguna posibilidad de ganar unas elecciones en el Perú. Hubo
deportaciones, juicios sumarios por cortes militares de justicia y clausura de la
Universidad de San Marcos. La clase media y alta seguía apoyando a los militares y a
Sánchez Cerro

Entre sus obras podemos mencionar: el Derecho de Voto a la Mujer pero sólo en
las elecciones municipales; la dación de la nueva Constitución de 1933; la creación
del Banco Industrial; se dio la Ley de Emergencia que sirvió para reprimir a los
apristas y comunistas; llegó la Misión Kemmerer para ayudar a superar la crisis
económica.

Gobierno de Oscar R. Benavides

Al alzamiento aprista siguió una crisis internacional, cuando una fuerza de irregulares
descontentos por el Tratado Salomón-Lozano firmado por Leguía, que cedía el
trapecio de Leticia para darle acceso a Colombia al Amazonas, ocupó Leticia y expulsó
a las autoridades colombianas. esto provocó la reacción colombiana. Sánchez Cerro se
negó a presentar excusas y hubo un conato de guerra. Al frente de la defensa nacional
fue puesto el General Oscar R. Benavides, quien había ocupado la presidencia en
1914/1915. Pero, poco antes que el Presidente Sánchez Cerro pudiera resolver la crisis
internacional, el militante aprista Alejandro Mendoza Leiva, lo asesinó. El
Congreso eligió al ex presidente Benavides, esta vez para completar el período de
cinco años del asesinado Sánchez Cerro. Mediante la intervención de la Liga de
Naciones, en el Perú se dio por terminado el asunto de Leticia y fue firmado un Tratado
de Paz y Amistad con Colombia en 1934

Benavides hizo un gobierno personalista apoyado por el ejército. Al poco tiempo de


iniciado su período dio una ley de Amnistía General. Regresaron los deportados,
salieron los presos de las cárceles, volvieron a funcionar los locales de los partidos
políticos y se restableció la libertad de prensa. Pero al poco tiempo se volvió a la lucha
política y nuevamente el APRA pasó a la oposición en la clandestinidad
Elecciones de 1936

El gobierno de Benavides debía concluir el 8 de diciembre de 1936 y llamó a elecciones


a las que se presentaron como candidatos Jorge Prado, Luis Antonio Eguiguren y Luis
A. Flores el líder de los fascistas peruanos y Manuel Vicente Villarán. Realizadas las
elecciones el 11 de octubre de 1936, asomó como virtual ganador Luis Eguiguren, pero
el Jurado Nacional de Elecciones objetó su candidatura porque había sido apoyada por
los partidarios del APRA, votos que según la Constitución del Estado eran nulos por ser
de un partido político con organización internacional y por tanto la candidatura de
Eguiguren fue anulada. Al momento de suspenderse el escrutinio, Luis Antonio
Eguiguren, tenía 74185 votos; Jorge Prado Ugarteche, 50162; Luis A. Flores, 46803;
Manuel Vicente Villarán, 29166

Ante esta situación, el Congreso Constituyente apresuradamente acordó por ley del 13
de noviembre de 1936, prorrogar por tres años, hasta el 8 de diciembre de
1939, el mandato presidencial de Benavides otorgándole facultades
legislativas. Durante ese nuevo período, fue desapareciendo la crisis anterior y el país
volvió a entrar lentamente en un período de prosperidad. Se terminaron obras
portuarias y marítimas de gran importancia como es el caso del Dique seco y el
Terminal Marítimo del Callao, la construcción del Puerto de Matarani. Se hicieron
obras de agua y desagüe en varios lugares del país. Se terminaron obras de
irrigación iniciadas en el gobierno de Leguía. Se construyó el Palacio de Gobierno
en el antiguo Palacio de Pizarro y se terminó el Palacio de Justicia. Se implantó el
Seguro Social Obligatorio para obreros y se construyó el Hospital del Seguro
Obrero (Hoy Hospital Almenara), construcción de barrios obreros y restaurantes
populares. También se construyó el tramo peruano de la Carretera Panamericana y
otros caminos, como los de penetración a la selva. Se efectuó el primer Censo
General de la República. Se reabrió la Universidad de San Marcos y se promulgó
el nuevo Código Civil de 1936

Durante los años de la década de los 30, la economía peruana sufrió los efectos de la
Gran Depresión, pero no en la misma medida que en los demás países
latinoamericanos, debido a la diversidad de sus exportaciones. El algodón, zinc y
plomo eran los baluartes de la economía conjuntamente con muchos otros productos
que mantuvieron a las exportaciones peruanas en constante crecimiento

Durante el período de Benavides, la gran mayoría de la clase media, y la clase alta al


lado de los militares se mantuvo firme contra el APRA, que acusó los efectos de la
represión al lado de los otros partidos de izquierda. Oficialmente la oposición al APRA
partía de su "internacionalización" y porque mantenía una alianza con los partidos
similares de otros países que realizaban una política "antiimperialista yanqui"
sugiriendo que era una posición subversiva y anti peruana. El Partido Aprista no logró
permeabilizar totalmente los estratos medios y altos de la sociedad que siempre le
reprochó los asesinatos de los militares de Trujillo y de civiles como el caso de Antonio
Miró Quesada director del diario El Comercio y su esposa María Laos, asesinados por el
militante aprista Carlos Steer Lafont. Existía en la sociedad peruana una aprehensión
contra el APRA por su retórica, sus métodos represivos con los matones organizados,
llamados "búfalos" y la antipatía que causaba la figura de Haya de la Torre a quien se
ridiculizaba en la prensa con el apelativo de "papaya", por vivir mantenido en el exilio
por sus partidarios y lo partidos políticos nacidos del APRA en otros países de la región.
Una vez terminado el período presidencial, Benavides convocó a elecciones. Los
candidatos fueron el Manuel Prado Ugarteche y José Quesada.

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