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El documento describe un caso de demanda por indemnización por accidente de trabajo presentada por César Oscar Ferrero contra la Provincia de Santa Fe. La Provincia alegó la defensa de prescripción, afirmando que la acción estaba prescrita según el artículo 44 de la ley 24557, que establece un plazo de prescripción de 2 años desde el accidente. El juez analizó la defensa de prescripción y consideró la interpretación de la ley de riesgos del trabajo sobre cómo se calcula el plazo de prescripción para este tipo de acciones
El documento describe un caso de demanda por indemnización por accidente de trabajo presentada por César Oscar Ferrero contra la Provincia de Santa Fe. La Provincia alegó la defensa de prescripción, afirmando que la acción estaba prescrita según el artículo 44 de la ley 24557, que establece un plazo de prescripción de 2 años desde el accidente. El juez analizó la defensa de prescripción y consideró la interpretación de la ley de riesgos del trabajo sobre cómo se calcula el plazo de prescripción para este tipo de acciones
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El documento describe un caso de demanda por indemnización por accidente de trabajo presentada por César Oscar Ferrero contra la Provincia de Santa Fe. La Provincia alegó la defensa de prescripción, afirmando que la acción estaba prescrita según el artículo 44 de la ley 24557, que establece un plazo de prescripción de 2 años desde el accidente. El juez analizó la defensa de prescripción y consideró la interpretación de la ley de riesgos del trabajo sobre cómo se calcula el plazo de prescripción para este tipo de acciones
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trabajo -Prestaciones sistémicas.- Juzgado de Primera Instancia en lo Laboral de la Quinta Nominación, Santa Fe. Juez: Dra. Patricia De Petre Santa Fe, 29 de Noviembre de 2007.- Y VISTOS: estos caratulados “FERRERO, César Oscar c/ PROVINCIA DE SANTA FE s/ C.P.L.” (Expte. N° 501, Año 2006), que se tramitan por ante este Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial Nº1 en lo Laboral de la Quinta Nominación de ésta ciudad; de los que - - - - - - RESULTA: I) Que César Oscar FERRERO, por apoderado ha iniciado la presente acción tendiente al Cobro de Indemnización por Accidente de Trabajo contra la Provincia de Santa Fe. Manifiesta que el reclamo es por el importe correspondiente a las prestación dineraria de pago único que le es adeudada como consecuencia de la disminución de sus aptitudes laborales derivadas de los accidentes de trabajo sufridos en fecha 13/07/2001 y 19/09/2003, siniestros éstos que fueran debidamente reconocidos por acto administrativo regular, firme y consentido expedido por autoridad competente. Que el monto de la reparación será determinado por Pericial Contable a practicarse luego de determinado el porcentaje de incapacidad que padece, de acuerdo a los parámetros que a tales efectos establece la ley 24557, con más la adición de los intereses devengados desde la mora y hasta el efectivo pago total, y con la debida actualización del monto indemnizatorio adeudado. Afirma que es dependiente de la Policía de la Provincia de Santa Fe, revistiendo la jerarquía de Oficial Auxiliar del Cuerpo de Seguridad Escalafón General de la citada repartición y que en fecha 13/07/2001 en ocasión de encontrarse en cumplimiento de las tareas propias del servicio integrando un procedimiento policial dispuesto por la superioridad para la captura de mal vivientes en la zona de la costa de Sauce Viejo, sufrió un accidente de trabajo al resbalar en el fango y caer pesadamente sobre la rodilla derecha lo que dio origen a una grave lesión en la articulación de referencia que le impidió la normal bipedestación. Asegura que con posterioridad fue reincorporado al servicio, habiéndose consolidado el daño que disminuyó las aptitudes laborales, sin haberse expedido la Junta de Incapacidad de la DGMLP sobre el porcentaje de afectación de la capacidad de ganancia. Agrega que en ese marco y en fecha 19/09/2003, en oportunidad de encontrarse de guardia en las inmediaciones del barrio FONAVI Don Bosco entre las torres F y G patrullando la jurisdicción, recibió el impacto de un proyectil en el móvil lanzado desde las torres por dos masculinos, dando origen a la persecución de los mismos y debido a la oscuridad de dicha zona tropezó sufriendo una nueva lesión en la misma rodilla, debiendo ser asistido y recibiendo la atención del médico policial Dr. De Feo quien constató las lesiones confeccionando la correspondiente ficha lesiográfica. Agrega que en ambos siniestros, el señor Jefe de la URI, por resolución fundada de fecha 15/08/2001 y 30/04/2004, declaró la profesionalidad de las lesiones padecidas, encuadrándolas dentro de las previsiones del art. 19 del Decreto 4413/79 (accidentes de trabajo y enfermedades profesionales). Afirma que como consecuencia de ello, en fecha 20/02/2004 solicitó la constitución de Junta Médica Oficial, por ante la Secretaría de Estado de Trabajo de la Provincia de Santa Fe, para que se determine el grado de la afectación discapacitante y se practique la correspondiente liquidación del monto indemnizatorio. Que ante la morosidad inexcusable de los distintos órganos de la accionada, en fecha 07/04/2004 se presentó el correspondiente requerimiento de Pronto Despacho a los fines de solicitar nuevamente la constitución de Junta Médica y expidiera el pertinente dictamen definitivo. Afirma que luego de reclamar ante el Poder Ejecutivo (ley 7234) e interponer un nuevo pedido de Pronto Despacho en fecha 25/05/2004, al no haber tenido respuesta acude a ésta instancia para obtener la justa tutela de los derechos. II) Citada y emplazada para que comparezca a estar a derecho y conteste la demanda, a fojas 23/26, lo hace la Provincia de Santa Fe, por medio de la Fiscalía de Estado. Opone la defensa de prescripción, afirmando que la acción resulta alcanzada por la norma contenida en el art. 44 de la ley 24557, que establece de manera expresa que las acciones derivadas de accidentes de trabajo prescriben a los dos años de producido el hecho que da lugar a la misma, y como surge del propio expediente administrativo de modo irrefutable, el hecho generador tuvo lugar el 13/07/2001, y la gestión administrativa tendiente al reconocimiento de la profesionalidad de las lesiones tuvo lugar el 15/08/2001, por lo que solicita que así sea declarado. Agrega que la solicitud de fojas 4 del expediente administrativo indicado, carece de efecto alguno relativo a la interrupción o suspensión de la prescripción, por cuanto no contiene requerimiento formal alguno, y además de ello lo efectúa el 20 de febrero de 2004, cuando ya había transcurrido en exceso el plazo de la prescripción. Subsidiariamente contesta la demanda, reconociendo el vínculo que los une con el actor, el cargo desempeñado y que en ambas fechas indicadas en el escrito introductivo de instancia ocurrieron los siniestros denunciados que fueron considerados como tales por el Jefe de la Unidad Regional I. Argumenta que pese a lo expresado, en el caso no se ha dictado el “acto administrativo” como acto jurídico de derecho público final del procedimiento que reconozca el derecho, ni el mismo ha sido denegado por la autoridad administrativa ni se ha configurado denegación presunta a la habilitación de la vía judicial, negando la admisibilidad de la acción judicial intentada. Agrega que la ausencia al momento de la demanda de la conclusión mediante los actos previstos legalmente, para el procedimiento de determinación y declaración de la incapacidad, sumado a la circunstancia de que en las actuaciones no se advierte la existencia de una mora administrativa. Argumenta, que tampoco puede dejar de tomarse en consideración que el sistema de la ley tiene su finalidad concreta, en evitar litigios judiciales para lo cual elabora un régimen o procedimiento que permite la tutela inmediata del damnificado mediante un sistema de “prestaciones dinerarias”, que incluye una provisoria reducida durante el lapso de la provisionalidad de la Incapacidad Laboral Permanente Parcial. Afirma que en este supuesto, la Administración ha abonado el total de la remuneración del agente y no el 70 % que prevé la disposición, circunstancia que justifican en mayor medida la improcedencia de la acción tal como ha sido propuesta. Niega que se deba abonar suma alguna con adición de intereses, funda su derecho, ofrece la prueba pertinente y solicita el rechazo de la demanda con costas.- - III) Advirtiéndose que en la oportunidad procesal adecuada no se había corrido traslado a la actora de la defensa de prescripción, a los fines de reencausar el procedimiento se ordena el mismo por decreto de fecha 17/05/07. A fojas 83/4 es contestado dicho traslado, peticionando -la demandante- el rechazo de la prescripción opuesta. En fecha 11/08/06 -fojas 64 vto. se llaman los autos, y agregado el alegato de la parte actora -única en alegar-, quedan en estado de ser resueltos; y - - - - - - - - - - - - - - - CONSIDERANDO: I) Tal como ha quedado trabada la litis, resulta indiscutido en los presentes, la vinculación habida entre las partes, así como también la existencia, mecánica y calificación de los accidentes denunciados tanto el ocurrido en fecha 13/07/01 como el posterior de fecha 19/09/03, que inclusive fueran objeto del dictado de sendas resoluciones de la Jefatura de Policía de la Provincia reconociendo la “profesionalidad de las lesiones” en fecha 15/08/01 y 30/04/04, de suerte tal que corresponde entonces determinar el derecho del actor a percibir la indemnización que reclama. Siguiendo el orden de los planteos realizados por la accionada y las defensas esgrimidas, analizaré en primer lugar la prescripción opuesta respecto del accidente acaecido en fecha 13/07/01. Precisamente el instituto de la “prescripción” en la hermenéutica de la L.R.T. ha sido objeto de debate en orden a como se encuentra allí diseñado. Luis Enrique RAMIREZ, en SU obra “RIEGOS DEL TRABAJO- Manual Práctico (Ley 24557)-” parte de considerar que a la teoría general de las prescripciones la encontramos en el Código Civil (arts.3947 a4043) y que, por su parte, la LCT contiene una regulación complementaria, específica para las obligaciones laborales (arts.256,257). Nos enseña, además que la “L.R.T. se refiere al tema, en su art.44, el que contiene dos reglas que marcan -a mi criterio- cuáles son los intereses protegidos por el sistema: las ART tienen diez (10) años para demandar el pago de sus créditos. Los trabajadores sólo dos (2). No obstante, en este último caso, el plazo de prescripción se comienza a contar desde la fecha en que cada prestación debió ser otorgada (las que son en especie), o abonada (las dinerarias).Ello significa que la obligación de pagar el ingreso base (IB) durante la incapacidad laboral temporaria, por ejemplo, se prescribe -mes a mes- a los dos (2) años, a contar desde la fecha de vencimiento del plazo para su pago.” Continúa afirmando que hay que tener en cuenta esta forma de contar el plazo de prescripción dado los largos períodos de provisionalidad según los grados incapacitantes y que “parecería” que la víctima de un infortunio laboral “podría reclamar prestaciones dinerarias hasta varios años después, de ocurrido el siniestro.” Agrega, que si no se hizo la denuncia oportunamente, perdería las prestaciones anteriores al inicio el reclamo, pero por las posteriores tendría hasta dos años para reclamarlas. Agrega, que conforme a lo previsto en el art. 44 LRT en ningún caso el plazo de prescripción puede superar los dos años contados de la ruptura del vínculo laboral. Luego alude a la suspensión e interrupción según lo previsto en los arts. 3986 del CC y 257 LCT. En cuanto a la “suspensión” se verifica como consecuencia de una intimación por medio fehaciente (telegrama, carta documento, etc) reclamando el cumplimiento de la prestación. Por su parte, Carlos Alberto ETALA (“Derecho de la Seguridad Social”, Ed. Astrea, año 2007, pág.307/8) sostiene que “la jurisprudencia ha aclarado que, dado que la prescripción es un medio de extinción de la acción, su cómputo debe comenzar a correr desde que ella pudo ejercerse, es decir, desde que la parte afectada estuvo en condiciones de accionar en defensa de sus derechos, por haber adquirido un cabal conocimiento del grado de incapacidad resultante de su enfermedad o accidente.” Cita al pie de página el fallo de la Cámara Federal de Seguridad Social, Sala III, de fecha 22/04/02. En efecto, en la causa “OTHAZ, OLGA E. C. CONSOLIDAR ART SA Y OTRO”, la doctrina que surge del fallo es la reseñada por el citado autor. Bajo otro aspecto, en su voto el Dr.Fasciolo insiste en el tema agregando: “En este mismo orden de ideas he de agregar que la parte actora no estuvo en condiciones de accionar en reclamo de su derecho sino a partir del momento en que el perjuicio sufrido estuvo definitivamente determinado, circunstancia que sólo cabe tener por configurada al momento en que adquirió cabal conocimiento del grado de incapacidad resultante de su enfermedad (CNTrab., sala III, 31/7/88, "Gómez, L.P. c. M.C.B.A." y Suprema Corte de Justicia de la Prov. de Bs. As. "Mantovani, Alfredo Norberto c. Somisa", 1/3/94, entre muchos otros -DT, 1994-B, 2245, LLBA, 1994-147, DJBA, 146-1875-). El mismo temperamento fue compartido por la C.S.J.N. al sostener que para el cálculo del plazo de prescripción corresponde arrancar desde aquél hecho que precisamente determina la incapacidad en forma fehaciente (Fallos 306:337), lo que requiere de una apreciación objetiva del grado de incapacidad que ponga de manifiesto el cabal conocimiento de su invalidez por parte del trabajador, sin que pueda suplirse esta exigencia sobre bases inciertas que no demuestran de manera concluyente que el recurrente dejó transcurrir los plazos legales consciente de las afectaciones que lo aquejaban (Fallos 308:2077).” Comentando dicho fallo la Dra. Amanda Lucía Pawlowski de Pose, en un artículo publicado en la Revista “Derecho del Trabajo” (2003-A-933), bajo el título “Sobre la prescripción liberatoria en materia de responsabilidad emergente de la ley de riesgos del trabajo”, nos ilustra sobre el tema afirmando que “En el caso que nos ocupa ... se debate la operatividad de una defensa de prescripción liberatoria y el tribunal federal realiza valiosas precisiones relativas a la aplicación racional del art. 44 de la ley 24.557 reivindicando criterios previos que habían sido adoptados para resolver controversias derivadas de la aplicación de las leyes 9688 y 24.028.” “La decisión adoptada coincide con la que, en su momento, defendieron los juslaboralistas al analizar las directivas de normas siniestrales que sirven de antecedente histórico a la ley 24.557.” “Así, Cabanellas expresa que: "el término de prescripción no comienza a correr sino desde el momento en el cual sea definida en su clase la incapacidad resultante, de modo que el accidentado se encuentra en condiciones de conocer la indemnización que le corresponde; el hecho generador de la responsabilidad del patrono, punto de partida para la prescripción en materia de accidentes laborales, debe tenerse por ocurrido, en caso de incapacidad, cuando ésta se manifieste realmente, de manera que le impida al obrero el normal desempeño de sus tareas, o cuando el trabajador se halle en condiciones de conocer la gravedad del mal y las consecuencias del mismo sobre su capacidad profesional", mientras que Meilij asevera que la prescripción corre "desde el momento en que la víctima ha tenido conocimiento exacto de las consecuencias que el infortunio ocasionó en su capacidad laborativa". “En síntesis, si bien la sanción de la ley 24.557 ha cambiado sustancialmente el régimen vigente en materia de atribución de responsabilidad y cobertura de siniestros laborales, hay determinados aspectos que no han sufrido modificación sustancial como sucede respecto a la figura de la prescripción liberatoria en la que se mantiene incólume el principio de racional conocimiento de la lesión sufrida para el nacimiento del cómputo prescriptivo.” Más allá de lo esgrimido precedentemente, un reciente -11/10/07- fallo de la Sala II -integrada- de la Cámara de Apelaciones del Trabajo, se expidió en un caso donde se debatía una situación -mutatis mutandi- similar a la ventilada en el sub examine, precisamente la demandada (CAJA DE JUBILACIONES Y PENSIONES DE LA PROVINCIA DE SANTA FE) ante un accidente de un agente de dicha repartición había opuesto como defensa la prescripción. Como comparto los fundamentos de dicho decisorio, me permito realizar la cita de la parte pertinente del mismo, obrando la misma como argumento del sub lite. Cabe aclarar, que el Señor Juez de anterior Instancia había admitido la defensa de prescripción opuesta por la accionada. En dicho orden de ideas la Exma.Sala se expide en los siguientes términos: “El primer yerro que cabe atribuir a la sentencia recurrida es que toma la fecha del accidente como dies a quo del cómputo prescriptivo, siendo que la misma no es decisiva a tales fines según los arts. 43 y 44 de la L.R.T., normas de las que deriva sin esfuerzo que ha de tomarse la fecha de la denuncia del siniestro a partir de la cual nace el derecho a recibir las prestaciones y, respecto de cada una de ellas, desde que debió ser abonada o prestada (según se dineraria o en especie). Como en la especie se reclamó una indemnización por incapacidad permanente, ella, de proceder, debió abonarse luego de cesado el lapso de I.L.T. que la ley fija, a salvo de declaración anterior o muerte, en una año (art. 7 L.R.T.). Adviértase que este es el punto de vista de la demandada-recurrida, ya que en ningún momento propuso como día de inicio de cómputo bienal el de la ocurrencia del accidente, sino la de la realización de la Junta Médica ante la S.E.T.S.S. (f.195 vta.).En rigor, según lo dispone la Resolución S.R.T. 104/98, tampoco es este el momento en que la prestación “debió abonarse”, sino el de 15 días posteriores a la comunicación al responsable del dictamen u homologación que determinó el porcentaje de incapacidad. Es decir, en todo caso, lo que hubieran prescripto serían las prestaciones por I.L.T. y no las que eran inexigibles antes del transcurso de dicho plazo. Pero, además, la singularidad del “atípico diseño de acceso a la jurisdicción previsto por la ley 24.557”, como lo ha caracterizado la C.S.J.N., obliga adecuar las reglas y precedentes sobre las causas por las que en el curso prescriptivo se interrumpe o suspende, por la evidente razón de que las acciones judiciales no están allí previstas como cauce normal y ordinario de los reclamos. En tal sentido, no comparto en absoluto el criterio del Sr. Juez de anterior instancia en orden a que en materia de accidentes de trabajo no resultan aplicables, al no estar expresamente previstas, las reglas comunes sobre suspensión o interrupción de la prescripción. En efecto, el hecho de que la L.R.T. diga nada sobre el punto no puede ser interpretado como una voluntad legislativa expresa, posterior y especial que tenga efecto derogatorio respecto del art.257 L.C.T. ni sobre el Código Civil. Por el contrario, se trata de un claro supuesto en el que el Derecho común cumple una función de integración supletoria. Dado que la demandada no se encuentra en situación de “afiliada” conforme a la L.R.T., sino en situación de auto- seguro, es evidente que en uno u otro caso quedó emplazada como responsable sistémica de las prestaciones, de suerte que el pronto despacho deducido el 19/04/00 (f.79) resultó un modo idóneo -en tanto voluntad de actuar impuesta al legitimado pasivo- para interrumpir el curso prescriptivo. Ello así por cuanto, como resulta obvio en el contexto jurídico-objetivo de la L.R.T., la reclamación administrativa de carácter necesario es equiparable a una demanda en el sentido del art. 3986 del C.C. O, cuanto menos, a una interpelación fehaciente en el sentido de su segundo párrafo.” ...”Así, correspondiendo la denuncia del siniestro al empleador en la arquitectura de la L.R.T., es evidente que el impulso oficioso dado por la Caja a la intervención de la S.E.T.S.S., cuya intervención se solicita en sucesivos “pases” a los fines de determinar las consecuencias de un accidente cuya naturaleza laboral se entendió incuestionable ...implica un reconocimiento del derecho ya que, como la ha entendido reiteradamente la doctrina de la CSJN, la ulterior determinación de las consecuencias mediante los peritajes que resulten menester para cuantificar la acreencia tiene carácter declarativo y no constitutivo” (“SEGUI, Juan Alberto c/CAJA JUB. PENS.PROV. STA.FE S/ACCIDENTE DE TRABAJO” (Expte. 135- F°347- Año 2006; primer voto del Dr.JOSE DANIEL MACHADO al que adhiere el Dr. JULIO VILLAGGI). Trasladando estos conceptos al caso en examen y analizadas las constancias de autos destaco que respecto del siniestro acaecido en fecha 13/07/01, que fuera reconocido por el Señor Jefe de la Unidad Regional N°1 en fecha 15/08/01 declarando la profesionalidad de las lesiones que en la fecha aludida experimentara el actor (vid. fojas 3 y 110), habiendo cesado el lapso de la I.L.T. en fecha 13/07/02 (un año a contar desde la primera manifestación invalidante, art.7 inc.c) L.R.T.), concluiremos que a la fecha en que se solicitara la constitución de Junta médica y pago de las indemnizaciones pertinentes-20/02/04- (Expediente Administrativo incoado por ante la S.E.T.S.S. Nº016001-0058706-4 y similar presentación por ante el Ministerio Coordinador de fecha 07/04/04) no había operado la prescripción bianual. Pero además, ha quedado claro -conforme a la trascripción del fallo arriba realizada- las viscisitudes a tener en cuenta a la hora de aplicar este instituto. Lo cierto es que, conforme a lo argüido precedentemente, habré de rechazar la defensa de prescripción opuesta por la parte demandada. II) He de analizar ahora la procedencia de la reparación pretendida. Respecto del segundo accidente acaecido 19/09/03, se planteó –de suyo que subsidiariamente también respecto del ocurrido en el año 2001- que no se encontraba habilitada la vía judicial para su reclamo, dado que no existía una decisión ya sea expresa o por denegación de la administración para habilitarla de conformidad al procedimiento vigente. Reitero en los presentes, y sobre el particular los fundamentos de los que eché mano a la hora de pronunciarme en la causa “MOYANO, Mónica Alejandra c/ PROVINCIA DE SANTA FE s/ACCIDENTE DE TRABAJO” (Expte. N°489, Año 2006), transcribiendo a su vez lo decidido en “BAICHE”, en orden a que “Tratándose la especie de un accidente de trabajo, circunstancia reconocida en el responde, queda fuera del ámbito de aplicación de la ley 11.330 y de las condiciones requeridas por la misma para la llamada “habilitación de instancia”. Bastaba, en cambio, con el mero reclamo de la ley 7234 que en el caso debe juzgarse satisfecho mediante las piezas glosadas a fs. 9 y 11. Por otra parte, siendo el derecho sustancial aplicable al caso la Ley Nacional 24.557, las prestaciones por incapacidad parcial permanente deben ser satisfechas mediante único pago dentro del plazo dispuesto por la Resolución S.R.T. N°104/98, lapso que se encontraba holgadamente vencido al momento en que se hace efectiva la percepción de la suma liquidada.”— En efecto, la instancia judicial se inicia en fecha 29/11/04, luego del reclamo y solicitudes de pronto despachos –como lucen en autos- totalmente desoídos, superándose los plazos contenidos en la citada resolución. Ahora bien, ofrecida la prueba pericial médica pertinente, a los fines de la determinación del grado de incapacidad del actor y sus factores de ponderación conforme a la ley de Riesgos del Trabajo, la misma se realiza –en ausencia de la contraria pese a su debida notificación- y las conclusiones del dictamen arrojan el 19,28% de incapacidad Parcial, Permanente y Definitiva (vid fojas 55/57), como consecuencia de una “menisectomía del menisco interno de rodilla derecha, con dolor, resaltos e hipotrofia muscular” provocada por el accidente de trabajo del que fuera víctima en fecha 19/09/03. En su informe el Perito actuante solo alude –del principio al fin de su dictamen- a las consecuencias del accidente ocurrido en fecha 19 de setiembre de 2003, no refiriendo ni el actor ni tampoco el profesional de la medicina al primero de los denunciados (13/07/01). Lo cierto, es que no impugnado por ninguna de las partes, resulta de suya abstracta la determinación del primero, y aclaro, tampoco deviene ocioso lo argumentado en punto a la defensa de prescripción. De resultas de todo lo expuesto, y siendo la salud del trabajador objeto de preferente tutela constitucional, corresponde hacer lugar a la demanda instaurada, teniendo en cuenta -además- que la demandada no solo no compareció a la audiencia prevista por el art. 51 de la ley 7945, sino que tampoco cuestionó el dictamen pericial obrante en autos que determina la incapacidad de quien acciona, conducta ésta que no puede tampoco pasar inadvertida. III)a) De lo expresado en el considerando anterior surge palmaria la incapacidad atribuida al actor, resultando por ende procedente la demanda debiendo hacerse lugar a la prestación dineraria de pago único prevista por el art. 14 ap.2 a) de la Ley 24.557 y, condenando a la demandada a pagar la indemnización reclamada en el plazo que se establecerá razonablemente, teniendo en cuenta que se trata de una administración pública, firme que sea la liquidación que se practique. En lo atinente a los intereses y el momento a partir del cual se computarán los mismos, deberá tomarse la fecha de notificación a la demandada –cfr.fojas 51- del dictamen obrante a fojas 55/7 que determina por fin la incapacidad que porta FERRERO, luego se contarán primero los quince días previstos por Resolución N°104/98 SRT y luego treinta días corridos según Resolución N°414/99 SRT (art.2°) y hasta el efectivo pago. Cabe aclarar, que encuentro ajustado a derecho el parámetro indicado, siguiendo en ello, el criterio expuesto por autores como Vázquez Vialard, al señalar que una vez determinada la incapacidad por la Junta Médica, el trabajador tiene delimitada su obligación patrimonial y es en dicha ocasión en que las partes conocen con precisión sus derechos y obligaciones. b) El interés compensatorio que se fija es el equivalente al promedio mensual de la tasa de Interés activa fijada por el Banco de la Nación Argentina para el otorgamiento de préstamos .-- III) Las costas se cargarán al vencido atento a lo previsto por el art.101 C.P.L. y la doctrina que surge de los precedentes “OLIVA, Dalila c/PROVINCIA DE SANTA FE s/ACCIDENTE DE TRABAJO” Expte.19/2006(sentencia del 28/09/06 de la Sala II de la Excma. Cámara de Apelación en lo Laboral) y “AVILA, Hernán Uriel c/PROVINCIA DE SANTA FE S/ACCIDENTE DE TRABADO” EXPTE.129/06 (Sentencia de fecha 07/02/07 de la misma Sala), entre otros. Por ello;- RESUELVO: I) hacer lugar a la demanda, condenando a la PROVINCIA DE SANTA FE a pagar al actor César Oscar FERRERO (DNI N°23.171.990), en concepto de indemnización por accidente de trabajo, la suma que arroje la liquidación que deberá practicarse en autos, en el plazo de 30 días de quedar firme la misma. II) Establecer que para el cálculo indemnizatorio se aplicará un interés compensatorio equivalente al promedio mensual de la tasa de Interés activa fijada por el Banco de la Nación Argentina para el otorgamiento de préstamos, que se computarán desde la fecha indicada el considerando III) a) y hasta el efectivo pago. III) Imponer las costas a la demandada (art.101 C.P.L.).