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ƠLa obligación de seguridad y su aplicación en la actividad médica en Colombiaơ
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1
Por parte de la Corte Suprema de Justicia- Sala de Casación Civil, se pueden traer a colación las siguientes
sentencias: Sentencia número 209, del 12 de septiembre de 1985. Proceso de José Heriberto Rodríguez
Latorre y otros contra la Sociedad Clínica de la Magdalena Ltda. Magistrado Ponente: Dr. Horacio Montoya Gil.
¢n: Gaceta Judicial, Tomo CLXXX, núm. 2419, pág. 407-426; Sentencia del 1° de febrero de 199å. Proceso de
Mario Ochoa Ochoa y otros contra la Residencia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, hoy Congregación de
Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. ¢xpediente número å5å2. Magistrado Ponente: Dr.
Carlos ¢steban Jaramillo Schloss. ¢n: Gaceta Judicial, Tomo CCXXII, número 2461, pág. 28-42; Sentencia del
18 de octubre de 2005. ¢xpediente número 14491. Proceso de María ¢lva Palacios Marín contra Inversiones
Médicas de Antioquia S. A., en su calidad de propietaria del establecimiento de comercio ƝClínica Las Vegasƞ.
Magistrado Ponente: Dr. Pedro Octavio Munar Cadena. Por parte del Consejo de ¢stado, Sala de lo
Contencioso Administrativo. Sección Tercerase pueden traer a colación las siguientes sentencias; Sentencia de
21 de enero de 199å. Radicación 74å5. Proceso de María Rosalba Arbeláez de Rivera contra la Nación-
Ministerio de Salud-Departamento de Sucre-Hospital Regional de Sincelejo. Consejero Ponente: Dr. Daniel
Suárez Hernández; Sentencia del 28 de septiembre de 2000, radicación número 11405, acción de reparación
directa de Juan Bautista Guerrero Ramírez y otros contra la Nación-Ministerio de Defensa-Policía Nacional y el
Hospital Santo Domingo de Málaga. Consejero Ponente: Dr. Alier ¢duardo Hernández ¢nríquez.
Sentencia del 11 de abril de 2002, expediente número 1å122, acción de reparación directa de Jorge Avelino
Torres Parra y otros contra el Hospital Universitario Federico Lleras Acosta de Ibagué. Consejero Ponente: Dr.
Alier ¢duardo Hernández ¢nríquez; Sentencia del 27 de abril de 2006, expediente número 15å52, radicación
66001-2å-å1-000-1996-å26å-01, acción de reparación directa de María Alicia Gutiérrez Serna y otros contra la
Nación-Ministerio de Salud-Servicio Seccional de Salud de Risaralda-Hospital Departamental de Pereira.
Consejero Ponente: Dr. Ramiro Saavedra Becerra.
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6
å.2.1.V Actos puramente médicos.
å.2.1.1.V Diagnóstico.
å.2.1.2.V Información.
å.2.1.å.V Consentimiento.
å.2.1.4.V Tratamiento.
å.2.1.5.V Postratamiento.
å.2.2.V Actos paramédicos.
å.2.å.V Actos extramédicos.
"6V 7
La obligación de seguridad en la activiadad médica en Colombia puede ser
catalogada mixta, es decir, tener la naturaleza de algunos casos como obligación
de medio y en otros como obligación de resultado dependiendo de si se está frente
a actos puramente médicos, actos paramédicos o actos extramédicos, teniendo
como fundamento la aplicación de los principios generales del derecho de la
Ơbuena feơ y ƠAd impossibilia nemo teneturơ.
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Del deber general de conducta de no dañar a otras personas (neminem laedere),
emana, en lo fundamental, la institución de la responsabilidad, que se concreta en
la obligación de resarcir o indemnizar los perjuicios que se causen de manera
injustificada a la integridad sicofísica o al patrimonio de otro sujeto. Hay distintas
maneras que el ordenamiento jurídico consagra con el fin de evitar causar daño a
los demás individuos, y de reparar integral y oportunamente las lesiones que se les
haya causado. Una de ellas, surgida hace ya bastante tiempo en el Derecho
¢uropeo, pero de escaso tratamiento en Colombia, es la obligación de seguridad,
conocida en otros países como deber de protección.
Por esta razón es que se predica la existencia de ciertos eventos en los que la
obligación de seguridad -o deber de protección- se entenderá cumplida cuando el
deudor emplea adecuadamente todos los medios idóneos y existentes que tenga a
su alcance, para tratar de conjurar un hecho amenazante o lesivo. ¢sto cobra una
importancia enorme cuando el sujeto sobre el que gravita la carga del
cumplimiento de la obligación de seguridad, es un profesional; y es aún mayor, si
se trata de un profesional de la salud.
Las segundas, las de carácter especial, son las que se originan en el contrato que
suscribe el profesional con un consumidor o cliente que puede ser profano o lego,
o puede ser otro profesional. ¢n tratándose de contratos entre profesionales y
profanos, la obligación especial se entiende incluida tácitamente en el contrato con
el fin de proteger a la parte débil -el consumidor, que por lo general carece de
información sobre el negocio, y no tiene un poder de negociación similar al del
profesional-, y también con el fin de obrar conforme a los dictados de la buena fe
(artículo 160å C. C. y 871 C. Co.).
¢sa obligación es de medios, y por ende el paciente deberá probar la culpa del
profesional, es decir, su inobservancia de la lex artis. ¢sto como regla general; sin
embargo, en tratándose del empleo de instrumentos o cosas relacionadas con el
tratamiento, la obligación de seguridad será de resultado cuando el daño se causa
al paciente mientras está bajo el cuidado del profesional, con enseres defectuosos
o en mal estado, siempre y cuando esos defectos fuesen detectables o evitables
mediante una revisión previa. También será de resultado si un médico causa un
daño al paciente de manera intencional, con un objeto que no tenga relación con
el tratamiento8.
Habiendo dicho que el médico sí tiene una obligación de seguridad, que puede ser
de medios o de resultado, según sea el caso, ahora debe hacerse énfasis en la
relación entre el establecimiento o centro hospitalario, y el paciente. Hay que
comenzar haciendo referencia a la forma de vinculación contractual entre la
institución y el paciente. La doctrina moderna señala que se trata de un
ensamblaje contractual que vincula a la institución, al médico y al paciente, que se
encamina a una causa única (el tratamiento adecuado del paciente por parte de un
profesional) y que tiene como uno de sus elementos integradores a la obligación
de seguridad9. Sin embargo, otra tesis, más tradicional, señala que entre el
establecimiento y el médico se celebra un contrato que contiene una estipulación
para otro, la cual los vincula a ambos con el beneficiario, que sería el paciente10.
Sea cual fuere la postura adoptada, lo cierto es que la doctrina11 concuerda en que
la institución hospitalaria asume responsabilidad contractual frente al paciente por
las prestaciones que el médico tiene a su cargo, que, como ya se vio, son
predominantemente de medio. De otra parte, la institución también está obligada a
asegurar que los pacientes no sufrirán daño mientras permanezcan en sus
instalaciones; esta obligación sí es de resultado, y tiene una naturaleza similar a la
que se predica de ella en los contratos de transporte y de hospedaje.
¢sta obligación incluye los daños ocasionados por personal ajeno a la profesión
médica (v. g. vigilantes, aseadores) y por el personal que, en determinado
momento, no esté en ejercicio del acto médico frente al paciente.
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8
TAMA O JARAMILLO, ob. cit., pág. 1077-1080.
9
Cfr. T¢RRÉ, SIML¢R y L¢QU¢TT¢, ob. cit., pág.
10
Cfr. VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, ob. cit., pág. 157.
11
Cfr. VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, ob. cit., pág. 158; TAMA O JARAMILLO, ob. cit., pág. 1075-1077; T¢RRÉ, SIML¢R
y L¢QU¢TT¢, ob. cit., pág. 976-981.
6.V
CONC¢PTO
- NATURAL¢ZA ( y contenido)
Por tipo de actos
Actos médicos
Actos paramédicos
Actos extramedicos
Por obligados
Medico
Instituciones
Otros profesionales
- CONT¢NIDO :
Acto medico
Acto Paramedico
Acto ¢xtramedico
(ubicar inf nosocomiales)
- FU¢NT¢
Ley
Contrato
¢n este orden de ideas, hoy día no cabe duda de que es posible la ocurrencia de
eventos o consecuencias que son imposibles de precaver por parte del médico, de
acuerdo con el estado de la ciencia y de la técnica, y por ende, en ellos, la
obligación de seguridad es Ơmixtaơ. ¢s de medios, en la medida en que debe
actuarse de una forma prudente, con observancia de los deberes y códigos de
conducta exigibles al deudor, y es de resultado en la medida en que el deudor no
tenga un comportamiento acorde a dichos parámetros.
86V
9
¢l hecho del reconocimiento de un régimen de responsabilidad profesional en
Colombia que conlleva a que la obligación de seguridad en el acto médico tenga
obligaciones de medio y de resultado según el contenido de la prestación tendría
una relevancia en el ámbito procesal, ya que su posible acogida en materia
jurisprudencial podría morigerar la carga probatoria de los galenos bajo el hecho
de que el paciente en algunos casos tendría la carga de probar la culpa del médico
y éste podría exonerarse bajo el amparo del cumplimiento de la lex artis, cosa que
no sucede en la posición de una obligación exclusivamente de resultado. De otro
lado, en la relación jurídica institución hospitalaria ƛ paciente se podría distinguir
entre la responsabilidad contractual frente al paciente por las prestaciones que el
médico tiene a su cargo, que, como se señaló son predominantemente de medio
de la obligación de la institución de asegurar que los pacientes no sufrirán daño
mientras permanezcan en sus instalaciones, la cual generalmente puede
considerarse como una obligación de resultado.
:6V %
Del deber general de conducta de no dañar a otras personas (neminem laedere),
emana, en lo fundamental, la institución de la responsabilidad, que se concreta en
la obligación de resarcir o indemnizar los perjuicios que se causen de manera
injustificada a la integridad sicofísica o al patrimonio de otro sujeto. Hay distintas
maneras que el ordenamiento jurídico consagra con el fin de evitar causar daño a
los demás individuos, y de reparar integral y oportunamente las lesiones que se les
haya causado. Una de ellas, surgida hace ya bastante tiempo en el Derecho
¢uropeo, pero de escaso tratamiento en Colombia, es la obligación de seguridad,
conocida en otros países como deber de protección.
Así, en primera medida podemos establecer que la obligación de seguridad es
Ơaquella en virtud de la cual una de las partes del contrato se compromete a
devolver al otro contratante, ya sea en su persona o sus bienes, sanos y salvos a
la expiración del contrato, pudiendo ser asumida tal obligación en forma expresa
por las partes, impuesta por la ley, o bien surgir tácitamente del contenido del
contrato, a través de su interpretación en base al principio de buena feơ12.
Por esta razón es que se predica la existencia de ciertos eventos en los que la
obligación de seguridad -o deber de protección- se entenderá cumplida cuando el
deudor emplea adecuadamente todos los medios idóneos y existentes que tenga a
su alcance, para tratar de conjurar un hecho amenazante o lesivo. ¢sto cobra una
importancia enorme cuando el sujeto sobre el que gravita la carga del
cumplimiento de la obligación de seguridad, es un profesional; y es aún mayor, si
se trata de un profesional de la salud.
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12
VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, Roberto Antonio. La obligación de seguridad en la responsabilidad civil y ley de
contrato de trabajo. Rosario: Vélez Sarsfield, 1988, pág. 105-106.
1å
Una postura que podría denominarse como Ơclásicaơ en relación con la obligación de seguridad, puede verse
en: PÉR¢Z VIV¢S, Álvaro. Teoría General de las bligaciones. Volumen III, Parte Segunda. Bogotá: Temis, 2a
edición, 1955, pág. 16å-190; en relación con la responsabilidad de los médicos, cfr. PÉR¢Z VIV¢S, ob. cit.,
pág. 191-207.
14
TAMA JARAMILL, Javier. Tratado de la Responsabilidad Civil. Tomo I. Bogotá: Legis, 2007, pág. 80-100.
¢n este punto es procedente establecer el carácter de obligación de medio o de
resultado15 de la obligación de garantía. Aunque la obligación de seguridad fue
concebida originalmente como una obligación de resultado, sin que hubiese lugar
para la excepción, hoy día no cabe duda de que es posible la ocurrencia de
eventos o consecuencias que son imposibles de precaver, de acuerdo con el
estado de la ciencia y de la técnica, y por ende, en ellos, la obligación de seguridad
es Ơmixtaơ. Así no puede ignorarse que en la actividad médica, y en general, en
todas las ciencias y técnicas, existen eventos que van más allá del conocimiento (o
estado del arte) que el ser humano tiene de ellas. Pero para procurar solucionar
estas dificultades, una herramienta útil consiste en la implementación de
regímenes especiales de responsabilidad, como los que existen en Francia. De
hecho, en Colombia, están sentándose las bases de uno de estos regímenes: el de
la responsabilidad de los profesionales.
Las segundas, las de carácter especial, son las que se originan en el contrato que
suscribe el profesional con un consumidor o cliente que puede ser profano o lego,
o puede ser otro profesional. ¢n tratándose de contratos entre profesionales y
profanos, la obligación especial se entiende incluida tácitamente en el contrato con
el fin de proteger a la parte débil -el consumidor, que por lo general carece de
información sobre el negocio, y no tiene un poder de negociación similar al del
profesional-, y también con el fin de obrar conforme a los dictados de la buena fe
(artículo 160å C. C. y 871 C. Co.).
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15
Muy extensa ha sido la discusión sobre este tópico. Tradicionalmente, los criterios para distinguir cuándo
una obligación es de medio y cuándo es de resultado han sido tres: (i) el que las partes hayan acordado en
ejercicio de su autonomía; (ii) el que se derive de la naturaleza de la mencionada obligación, y (iii) el surgido
de la interpretación y de la integración del contenido contractual y obligacional por parte del juez o del árbitro,
cuando las partes no han dejado claro lo que pretenden satisfacer con la obligación.
razonables para evitar que con el desarrollo de su oficio, se quebrante la integridad
física o la salud del co-contratante o de los terceros16.
¢sa obligación es de medios, y por ende el paciente deberá probar la culpa del
profesional, es decir, su inobservancia de la lex artis. ¢sto como regla general; sin
embargo, en tratándose del empleo de instrumentos o cosas relacionadas con el
tratamiento, la obligación de seguridad será de resultado cuando el daño se causa
al paciente mientras está bajo el cuidado del profesional, con enseres defectuosos
o en mal estado, siempre y cuando esos defectos fuesen detectables o evitables
mediante una revisión previa. También será de resultado si un médico causa un
daño al paciente de manera intencional, con un objeto que no tenga relación con
el tratamiento18.
Habiendo dicho que el médico sí tiene una obligación de seguridad, que puede ser
de medios o de resultado, según sea el caso, ahora debe hacerse énfasis en la
relación entre el establecimiento o centro hospitalario, y el paciente. Hay que
comenzar haciendo referencia a la forma de vinculación contractual entre la
institución y el paciente. La doctrina moderna señala que se trata de un
ensamblaje contractual que vincula a la institución, al médico y al paciente, que se
encamina a una causa única (el tratamiento adecuado del paciente por parte de un
profesional) y que tiene como uno de sus elementos integradores a la obligación
de seguridad19. Sin embargo, otra tesis, más tradicional, señala que entre el
establecimiento y el médico se celebra un contrato que contiene una estipulación
para otro, la cual los vincula a ambos con el beneficiario, que sería el paciente20.
Sea cual fuere la postura adoptada, lo cierto es que la doctrina21 concuerda en que
la institución hospitalaria asume responsabilidad contractual frente al paciente por
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
16
SU¢SCÚN M¢LO, Jorge. Derecho Privado. ¢studios de Derecho Civil y Comercial Contemporáneo. Tomo I.
Bogotá: Legis, 2005, pág. 455-456.
17
VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, ob. cit., pág. 15å-157.
18
TAMA O JARAMILLO, ob. cit., pág. 1077-1080.
19
Cfr. T¢RRÉ, SIML¢R y L¢QU¢TT¢, ob. cit., pág.
20
Cfr. VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, ob. cit., pág. 157.
21
Cfr. VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, ob. cit., pág. 158; TAMA O JARAMILLO, ob. cit., pág. 1075-1077; T¢RRÉ, SIML¢R
y L¢QU¢TT¢, ob. cit., pág. 976-981.
las prestaciones que el médico tiene a su cargo, que, como ya se vio, son
predominantemente de medio. De otra parte, la institución también está obligada a
asegurar que los pacientes no sufrirán daño mientras permanezcan en sus
instalaciones; esta obligación sí es de resultado, y tiene una naturaleza similar a la
que se predica de ella en los contratos de transporte y de hospedaje.
¢sta obligación incluye los daños ocasionados por personal ajeno a la profesión
médica (v. g. vigilantes, aseadores) y por el personal que, en determinado
momento, no esté en ejercicio del acto médico frente al paciente.
;6V 0<
Determinar la procedencia o improcedencia de la obligación de seguridad como
obligación de resultado en los escenarios más habituales en que se desarrolla la
actividad médica, verbigracia, el acto médico y relación contractual entre la
institución hospitalaria y el paciente.
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¢l establecimiento de un régimen de responsabilidad profesional en Colombia
conlleva a que la obligación de seguridad en el acto médico tenga obligaciones de
medio y de resultado según el contenido de la prestación
*
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Capitulo I. Antecedentes
Capítulo II. Noción y fundamento de la obligación de seguridad
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
22
¢LGU¢TA, María Francisca. La investigación en Ciencias sociales y jurídicas. Universidad de Chile. Facultad
de derecho. 2008. Pág. 110
Capítulo III. Requisitos de existencia, validez y eficacia de la obligación de
seguridad
Capítulo IV. Las tesis sobre la obligación de seguridad
Sección 1. La autonomía de la obligación de seguridad como herramienta
contractual
Sección 2. La subsunción de la obligación de seguridad en la prestación
principal
Sección å. La inclusión de la obligación de seguridad en la responsabilidad
extracontractual
Sección 4. Nuestro criterio
Capítulo V. Obligación de seguridad: ¿de medio o de resultado?
Sección 1. Criterio tradicional
Sección 2. Nuestra posición
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9
Capítulo VI. La obligación de seguridad en el acto médico.
Capítulo VII. La obligación de seguridad de las instituciones hospitalarias.
Capítulo VIII. La obligación de seguridad en el caso de infecciones nosocomiales.
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6
Capitulo IX. Criterio de la Corte Suprema de Justicia sobre la obligación de
seguridad
Capitulo X. Criterio del Consejo de ¢stado sobre la obligación de seguridad
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BIANCA, Massimo. Derecho Civil. El contrato. Traducción de HINESTROSA
FORERO, Fernando, y CORTÉS, Édgar. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, 2007.
PÉREZ VIVES, Álvaro. Teoría General de las Obligaciones. Volumen III, Parte
Segunda. Bogotá: Temis, 2a edición, 1955, pág. 16å-190; en relación con la
responsabilidad de los médicos, cfr. PÉREZ VIVES, ob. cit., pág. 191-207.
SANTOS BALL¢ST¢ROS, Jorge. La responsabilidad civil de los médicos y de los
establecimientos clínicos. Revista Universitas, No. 70, Pontificia Universidad
Javeriana, Bogotá, mayo de 1986.
4
64
CORT¢ SUPR¢MA D¢ JUSTICIA. S e C ó C. See úmero 209, e
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(título muy amplio)
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¢l Decreto 1011 de 2006, ƠPor el cual se establece el Sistema Obligatorio de
Garantía de Calidad de la Atención en Salud del Sistema General de Seguridad
Social en Saludơ, establece una definición de la obligación de seguridad en la
atención en los servicios de salud, estipulando en su artículo å numeral å que esta
obligación es Ơel con
unto de elementos estructurales, procesos, instrumentos y
metodologías basadas en evidencias científicamente probadas que propenden por
minimizar el riesgo de sufrir un evento adverso en el proceso de atención de salud
o de mitigar sus consecuenciasơ (Subraya fuera de texto).
) c
¢n cuanto a evento adverso, la normatividad nacional y la jurisprudencia ha
definido la noción de este concepto. Así, en la Resolución 1446 de 20060 de
Ministerio de la Protección Social, ƠPor la cual se define el Sistema de Información
para la Calidad y se adoptan los indicadores de monitoría del Sistema Obligatorio
de Garantía de Calidad de la Atención en Saludơ, se establece en su anexo técnico,
en el ƠLineamiento para la Vigilancia de ¢ventos Adversos Trazadoresơ que deben
ser entendidos como eventos adversos Ơlas lesiones o complicaciones involuntarias
que ocurren durante la atención en salud, los cuales son mas atribuibles a esta
que a la enfermedad subyacente y que pueden conducir a la muerte, la
incapacidad o al deterioro en el estado de salud del paciente, a la demora del alta,
a la prolongación del tiempo de estancia ospitalizado y al incremento de los
costos de no-calidad. Por extensión, también aplicamos este concepto a
situaciones relacionadas con procesos no asistenciales que potencialmente pueden
incidir en la ocurrencia de las situaciones arriba mencionadasơ
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
26
Publicada en el
09
46271 de mayo 17 de !##=6Disponible en
http://www.minproteccionsocial.gov.co/vbecontent/library/documents/DocNewsNo150å4DocumentNo1768.PD
F. Consultada el 25 de septiembre de 2009, å:40 p.m.
Por su parte, el Consejo de ¢stado, en reciente jurisprudencia ha establecido que
el evento adverso es Ơaquel daño imputable a la administración por la atención en
salud y/u hospitalaria, que no tiene su génesis u origen en la patología de base del
paciente, y que puede desencadenar la responsabilidad de los prestadores del
servicio de salud ƛentendidos en sentido genéricoƛ, desde diversas esferas u
órbitas legalesơ27.
Así, se establece que los eventos adversos son todos los hechos acaecidos con
ocasión de la atención en salud, que causan determinado grado de daño al
paciente, cuyas causas se atribuyen principalmente a situaciones o circunstancias
distintas a la patología de base y las cuales tienen carácter involuntario, pero que
acaecen por actos negligentes o carentes de determinado grado de destreza (dado
éste por la lex artis o por alguna otra falencia procedimental de la institución
hospitalaria); una de sus principales consecuencias, en el escenario jurídico, es la
responsabilidad que estos eventos generan para los entidades que prestan los
respectivos servicios de salud.
Según la anterior exposición, y para efectos del presente análisis, los efectos
adversos de los que se habla ocurren con ocasión de los procesos prestación de los
servicios de atención de salud.
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Habiendo establecido en este texto que efectivamente se puede hablar de
obligación de seguridad en el acto médico, ahora se entrará a analizar si esta
obligación es de medio o de resultado.
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Así, se puede decir que, siguiendo la clasificación efectuada por Fernandez Hierro,
los servicios de atención en salud se dividen en i) Actos puramente médicos; ii)
Actos paramédicos, y iii) actos extramédicos29.
Los primeros hacen referencia a los actos ejecutados directamente por el médico
en su calidad de profesional de la salud, acreditado por una institución universitaria
para ejecutar actos específicos de su profesión.
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
28
CORT¢ SUPR¢MA D¢ JUSTICIA. Sala de Casación Civil. Sentencia del 1° de febrero de 199å. Proceso de
Mario Ochoa Ochoa y otros contra la Residencia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, hoy Congregación de
Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. ¢xpediente número å5å2. Magistrado Ponente: Dr.
Carlos ¢steban Jaramillo Schloss. ¢n: Gaceta Judicial, Tomo CCXXII, número 2461, pág. 28-42.
29
F¢RNAND¢Z HI¢RRO, José Manuel. Responsabilidad civil médico-sanitaria. ¢ditorial Aranza-di Pamplona,
1984. Págs 174-175.
Los segundos se refieren a los actos previos y posteriores al acto médico; son los
que obedecen, primero, a una preparación para la ejecución del acto médico y,
segundo, al seguimiento respectivo a la intervención médica en el paciente para
evaluar la evolución del tratamiento efectuado mediante el referido acto médico.
¢stos actos, como su nombre (paramédicos) lo indica, van en acompañamiento a
la actividad del médico, y generalmente son ejecutados por auxiliares del médico y
ejecutan actividades bajo las órdenes de este.
¢n cuanto a los últimos, esto es, los actos extramédicos, se refieren a todos
aquellos actos que no tienen una connotación que se relacione con la técnica
médica, pero cuya ejecución se hace necesaria para complementar cualquier
actividad relacionada con los actos médicos. Los principales actos extramédicos
son los servicios de hostelería, esto es, aquellos que sirven para mantener al
paciente en un centro hospitalario, ya sea porque el estado de salud del paciente
lo requiere, ya sea por prescripción del médico encargado del caso de dicho
paciente; son estos servicios de hostelería, entre otros, los de alojamiento y
manutención (alimentación, aseo, etc.). También se encuentran dentro de los
actos extramédicos todos aquellos actos tendientes a garantizar la seguridad e
integridad de los pacientes.
¢stos actos se conforman por varias etapas: i) el diagnóstico; ii) la información; iii)
el consentimiento; iv) el tratamiento, y v) el postratamientoå1.
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D¢ LAS H¢RAS GARCIA, Manuel Ángel. ¢au Éé e la
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T¢MIS (00å). Bgá, Clba. Pag 48148å.
¢stos actos se conforman por varias etapas: i) el diagnóstico; ii) la información; iii)
el consentimiento; iv) el tratamiento, y v) el postratamientoå2.
¢n cuanto al m , se establece que es el inicio del acto médico, mediante
el cual se establecen las causas que originan las dolencias del paciente que
originaron la consulta médica. ¢s una etapa que implica una revisión total o parcial
del paciente (dependiendo del grado de complicación del caso particular) mediante
el chequeo visual y/o el uso de determinados equipos tecnológicos que faciliten la
valoración del pacienteåå. ¢sta es una etapa que debe ser ejecutada con sumo
cuidado por parte del galeno. ¢n ciertos casos la participación y colaboración del
paciente es importante (en los casos en que el paciente está consciente mientras
se le practica la valoración médica) en la medida en que le debe indicar cuáles son
los tipos de malestares y dolores que le aquejan; sin embargo, el médico debe
tener en cuenta que en la valoración eventualmente podría emplear ciertos
instrumentos que deben ser empleados con el mayor de los cuidados, so pena de
causar daños a los pacientes (por ejemplo, en el caso de radiografías ƛ equipos de
rayos Xƛ, endoscopias ƛ endoscopios ƛ, entre otros), así como emplear ciertos
procedimientos que, no obstante haber certeza científica sobre sus resultados,
deben ser interpretados de forma acertada para conseguir el resultado que se
busca, y cuya certeza de obtención es casi garantizada (como en el caso de las
pruebas de sangre para identificación del grupo sanguíneo del paciente, o en el
caso de una interpretación de una radiografía). ¢n estos casos, cuando el resultado
del diagnóstico es cierto ƛ como en los casos de examen de sanguíneo ƛ, se puede
predicar la existencia de una obligación de seguridad de resultado, esto es, que no
es suficiente, en caso que acaezca un evento adverso, que el facultativo alegue
prudencia y diligencia en su actuación. ¢l uso de elementos o equipos defectuosos
o contaminados y, en general, situaciones que pudieron ser previsibles y evitables
que causen daño al paciente podrían violar la obligación de seguridad que le debe
el galeno a aquel. ¢ste tema será abordado más adelante.
La
hace referencia a la etapa en que el médico comunica al paciente
las novedades acerca de los trastornos o afecciones a su salud. ¢s deber del
médico informar en términos de fácil comprensión para el paciente así como
explicarle de forma suficiente para que el referido paciente sea consciente de la
levedad o gravedad de las afecciones que padece. Asimismo, se debe informar al
paciente, conforme el diagnóstico dado por el facultativo, de los diferentes
tratamientos a los que puede ser sometido en orden a curar sus trastornos de
salud, así como las consecuencias favorables y las eventualmente desfavorables de
dichos procedimientos.
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å2
MARTIN¢Z RAV¢, Gilberto y MARTIN¢Z TAMA O, Catalina. Re
onabilia Ciil ¢xtraontratal. ¢itorial
T¢MIS (200å). Bogotá, Colombia. Pag 481-48å.
åå
Ibí. Pag 481.
¢l R se refiere al visto bueno que debe dar el paciente a los
procedimientos o tratamientos sugeridos por el galeno como apropiados para dar
cura a sus dolencias. ¢ste consentimiento debe tener en cuenta todas las
consecuencias, ya sean favorables o desfavorables, que puedan traer dichos
tratamientos y que el paciente manifieste si asume o no los riesgos de éstoså4. ¢n
este punto entra a jugar un rol de importancia capital el consentimiento informado,
esto es, la Ơautorizacin expresa, consciente, razonada, que da el paciente para
que el profesional pueda realizar o ejecutar el tratamiento o procedimiento que
considera adecuado ya sea quirúrgico o terapéuticoơå5. ¢s importante en la medida
en que se puede determinar si la obligacin de seguridad tiene un origen
contractual o extracontractual. Así, podría establecerse que, habiéndose celebrado
un contrato entre el médico y paciente (ver arriba relaciones contractuales y
extracontractuales en la relacin médico-paciente), las obligaciones están dadas
por el contenido de tal contrato, así como por la obligacin de seguridad que,
como ya fue dicho, está dada por la naturaleza del contrato, lo que no obsta para
que pueda ser expresamente pactada. ¢n este punto, se podría pensar que
cualquier actuacin efectuada por el médico que se aparte lo pactado, podría
generar responsabilidad civil extracontractual por cualquier desconocimiento de la
obligacin de seguridad que recae sobre el médico al haberse apartado de lo
estipulado en el contrato y que genere un daño o afectacin a la salud del
paciente. Se diría, igualmente, que en este caso la obligacin de seguridad sería de
resultado, esto es, que el médico debe asegurar que el estado de salud del
paciente no va a ser peor de lo que hubiera sido si hubiera actuado conforme lo
contratado; no eximiría de responsabilidad al médico la alegacin de diligencia y
pericia en lo actuado por fuera de lo pactado en el contrato. Sin embargo con la
nueva posicin de las altas Cortes Colombianas en principio está sería una
hiptesis de afectacin de derecho a la autonomía del paciente y no implicaría
necesariamente responsabilidad por la muerte o la afectacin de la salud.
V
¢l
, es el procedimiento a efectuar al paciente para la curación de sus
dolencias, previo consentimiento de ésteå6. ¢l tratamiento puede ser quirúrgico o
terapéutico. ¢ste es una etapa del acto médico tan sensible como las demás, con
el agravante que al paciente se le somete a procedimientos invasivoså7, en el caso
del primero, y a consumo de medicamentos o fármacos, en el caso del segundo.
¢n este punto la obligación de seguridad tiene un rol importante. ¢l médico debe
garantizar que se deben que, en el caso de tratamiento quirúrgico, los
instrumentos y aparatos médicos empleados en la intervención deben estar en
excelente estado y todas las situaciones de riesgo previsibles y evitables deben ser
tenidas en cuenta, para proceder al respecto; en cuanto a los medicamentos, se
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
å4
Ibíd. Pág 482.
å5
Ibid.
å6
Ibíd.
å7
Ibíd. Son aquellos procedimientos quirúrgicos que consisten en extirpar, retirar, parte de órganos y tejidos,
y que tienen que deteriorar o romper la piel u otros órganos.
debe garantizar que se deben suministrar fármacos en buenas condiciones. La
obligación de seguridad será de medio o de resultado, dependiendo del proceder
del médico (o del personal auxiliar) en este respecto.
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40
b.
¢n este caso, y conforme lo hemos expuesto, no es suficiente que el galeno alegue
ausencia de culpa como forma de exoneración de responsabilidad, aduciendo que,
no obstante se le operó la rodilla equivocada, la intervención quirúrgica fue
adelantada siguiendo todos los protocolos y procedimientos conformes con la lex
artis ad hoc. ¢n este caso, se ve la forma en que fue desconocida la obligación de
seguridad en el acto médico en comento. La obligación de seguridad, en este
caso, hubiera sido de medio, esto es, que el galeno tendría que haber puesto a su
disposición todos los medios para garantizar que se le brindaría la protección de su
persona en el procedimiento quirúrgico para que no sufriera más allá de lo
previsible por esta intervención, en el caso que el facultativo hubiera, en primera
medida, conocido con suficiencia el historial clínico de la paciente, y segundo,
hubiera actuado conforme los protocolos del caso.
ƠƦesulta insólita e injustificada desde todo punto de vista, por no decir menos, la
equivocación en la cual incurrió el médico ortopedista Carlos Aturo saza Vallejo,
quien al parecer intervino quirúrgicamente a la señora Pulgarín Machado, sin ni
siquiera detenerse a revisar previamente la historia clínica de la paciente, pues si lo
hubiera hecho, habría advertido que ella presentaba un cuadro clínico en la rodilla
derecha, no en la izquierda41.
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42
Ibíd.
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intervención al paciente, el médico debe efectuar una vigilancia sobre el estado del
paciente, para que se pueda garantizar que todas las dificultades por las que
pueda pasar el paciente sean superadas44.
ƠAsí mismo, se hace claridad en que los daños derivados de: infecciones
intrahospitalarias o nosocomiales, la aplicación de vacunas, el suministro de
medicamentos, o el empleo de métodos terapéuticos nuevos y de consecuencias
poco conocidas todavía, constituyen lesiones antijurídicas que se analizan dentro
de los actos médicos y/o paramédicos, y que, por consiguiente, se rigen por
protocolos científicos y por la lex artis; en consecuencia, si bien gravitan de manera
cercana a la obligación de seguridad hospitalaria, no pueden vincularse con la
misma, motivo por el que en su producción no resulta apropiado hacer referencia
técnicamente a la generación de un evento adverso. Por el contrario, aquéllos
constituyen daños antijurídicos que tienden a ser imputados o endilgados ƛy así ha
sido aceptado por la mayoría de la doctrina y jurisprudencia extranjerasƛdesde una
perspectiva objetiva de responsabilidad, razón por la que no tendrá relevancia
jurídica la acreditación de que la entidad hospitalaria actuó de manera diligente o
cuidadosa, sino que lo determinante es la atribución fáctica o material del daño en
cabeza del servicio médico y sanitario brindado, asociado con el factor de riesgo
que conllevan las mencionadas circunstanciasơ.46
La lectura del argumento esgrimido por el Consejo de ¢stado se tiene que: i' los
daños derivados de las actividades llevadas a cabo con ocasión de la ejecución de
actos médicos ƛ y/o paramédicos ƛ se analizan desde la lex artis, así como con
sujeción a los protocolos científicos del caso; ii' estos hechos dañosos no deben
vincularse con la obligación de seguridad hospitalaria; iii' estos daños no deben
analizarse dentro de la categoría de eventos adversos; iv' los daños antijurídicos
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
44
Ibíd. Pág 48å.
45
CONS¢JO D¢ ¢STADO, SALA D¢ LO CONT¢NCIOSO ADMINISTRATIVO, S¢CCION T¢RC¢RA. Sentencia del
diecinueve (19) de agosto de dos mil nueve (2009). Consejero ponente: ¢NRIQU¢ GIL BOT¢RO. Número de
Radicación 76001-2å-24-000-1995-00079-01(177åå).
46
Ibíd.
imputados mediante responsabilidad objetiva no necesitan la acreditación de falta
de diligencia por parte de la entidad hospitalaria, por ser irrelevante para endilgar
responsabilidad.
Sin embargo, en nuestro criterio, y tal como ha sido expuesto a lo largo del
presente trabajo, efectivamente existe una obligación de seguridad en el acto
médico.
Se trae como complemento a los argumentos antes esgrimidos, una reciente ley
que establece, de forma expresa que la actuación médica de los profesionales de
la salud se debe regir por ciertas pautas de conducta que deben ser tenidas en
cuenta en cada caso particular. ¢sta es la Ley 1164 de 2007, ƠPor la cual se dictan
disposiciones en materia del Talento Humano en Salud.47ơ
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
VL¢ 1164 D¢ 2007 (octubre å), Diario Oficial No. 46.771 de 4 de octubre de 2007, CONGR¢SO D¢ LA
R¢PÚBLICA, Por la cual se dictan disposiciones en materia del Talento Humano en Salud.
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Retomando lo referido a las posiciones de las Altas Cortes frente al tema de la
obligación de seguridad de las instituciones hospitalarias, en resumen podríamos
señalar (más adelante se hace una exposición amplia de cada una de las
posiciones jurisprudenciales sobre el tema) que la Corte Suprema de Justicia
establece la relatividad del carácter de la obligación de seguridad; en otras
palabras, señala que si en la producción del daño el paciente no ha desempeñado
función activa alguna, la obligación de seguridad es de resultado, esto es, la única
forma de exonerarse de responsabilidad es demostrando la causa extraña en la
generación del daño; pero si en la producción del daño el paciente tiene un papel
activo, la obligación de seguridad deviene de medio, en la medida en que sólo le
puede ser exigido un comportamiento diligente y apropiado ƛ según los supuestos
de hecho concretos ƛ para evitar que la actuación del paciente cause
efectivamente un daño a éste, entendiéndose satisfecha esta exigencia cuando sea
demostrado que el daño fue causado por causa distinta a la negligencia, impericia
o imprudencia por parte del centro hospitalario48.
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
48
CORT¢ SUPR¢MA D¢ JUSTICIA. Sala de Casación Civil. Sentencia del 1° de febrero de 199å. Proceso de
Mario Ochoa Ochoa y otros contra la Residencia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, hoy Congregación de
Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. ¢xpediente número å5å2. Magistrado Ponente: Dr.
Carlos ¢steban Jaramillo Schloss. ¢n: Gaceta Judicial, Tomo CCXXII, número 2461, pág. 28-42.
49
¢n este sentido se pronuncio la Corte Suprema de Justicia en 2005. Ver CORT¢ SUPR¢MA D¢ JUSTICIA.
Sala de Casación Civil. Sentencia del 18 de octubre de 2005. ¢xpediente número 14491. Proceso de María ¢lva
Palacios Marín contra Inversiones Médicas de Antioquia S. A., en su calidad de propietaria del establecimiento
de comercio ƝClínica Las Vegasƞ. Magistrado Ponente: Dr. Pedro Octavio Munar Cadena
seguridad en instituciones hospitalarias generales y de la obligación de seguridad
en centros psiquiátricos; la diferencia principal radicaba en la inclusión, en caso de
los últimos, del deber de vigilancia y custodia, ya que hacía parte de la naturaleza
de la relación médico-paciente. ¢n este caso, la obligación de seguridad, en lo
referente a dicha vigilancia y custodia, es de resultado50.
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Las anteriores consideraciones han abierto el debate acerca de la posibilidad de
entrar a considerar que en el ejercicio profesional de los médicos se puede
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
50
Ibíd.
51
CONS¢JO D¢ ¢STADO, SALA D¢ LO CONT¢NCIOSO ADMINISTRATIVO, S¢CCION T¢RC¢RA. Sentencia del
ocho (8) de julio de dos mil nueve (2009). Consejero ponente: ¢NRIQU¢ GIL BOT¢RO. Número de expediente
166å9.
predicar la existencia de obligación de seguridad por parte de éstos. Tal como es
señalado por Vázquez Ferreyra52, las partes en la relación prestacional médica,
esto es, la relación, médico-paciente, la obligación de seguridad puede surgir por
el pacto expreso o por la naturaleza misma de la relación contractual. ¢n otras
palabras, puede ser afirmado que procede de la naturaleza de la relación
contractual médico-paciente la obligación de evitar cualquier tipo de daño o
afectación al paciente en el desarrollo del acto médico.
Las se!ndas# las de ar3ter espeial# son las qe se ori!inan en el
ontrato qe ssribe el profesional on n onsidor o liente qe pede
ser profano o le!o# o pede ser otro profesional. En trat3ndose de ontratos
entre profesionales & profanos# la obli!ain espeial se entiende inlida
t3itaente en el ontrato on el fin de prote!er a la parte débil -el
onsidor# qe por lo !eneral aree de inforain sobre el ne!oio# &
no tiene n poder de ne!oiain siilar al del profesional-# & tabién on
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
52
VÁZQUEZ FERRE RA# ob. it.# p3!. 15å-157.
el fin de obrar conforme a los dictados de la buena fe (artículo 160å C. C. y
871 C. Co.).
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
5å
SU¢SCÚN M¢LO, Jorge. 1ereo -r o. ¢o e 1ereo C & Coer Coe
or3eo. )oo .
Bogo3: Leg, 2005,
3g. 455-456.
54
bí. -3g 51.
Las anteriores consideraciones han abierto el debate acerca de la posibilidad de
entrar a considerar que en el ejercicio profesional de los médicos se puede
predicar la existencia de obligación de seguridad por parte de éstos. Tal como es
señalado por Vázquez Ferreyra55, las partes en la relación prestacional médica,
esto es, la relación, médico-paciente, la obligación de seguridad puede surgir por
el pacto expreso o por la naturaleza misma de la relación contractual. ¢n otras
palabras, puede ser afirmado que procede de la naturaleza de la relación
contractual médico-paciente la obligación de evitar cualquier tipo de daño o
afectación al paciente en el desarrollo del acto médico.
¢n esta clase de relación contractual, la responsabilidad del médico está dada por
el incumplimiento de la obligación contraída en cuanto se refiere a la atención
médica que le corresponde.
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
55
VÁZQU¢Z F¢RR¢ RA, b. ., pág. 15å-157.
¢n cuanto a la
*
, esta se establece cuando en ciertos
casos, sin mediar un acuerdo de voluntades entre el médico y el paciente ƛ o
cliente ƛ surge la obligación de atención médica. Uno de los ejemplos de lo
anterior es cuando el ingreso de un enfermo a un centro médico en estado de
inconsciencia, cuando es incapaz de manifestar su consentimiento, en caso de la
ocurrencia de algún siniestro. ¢n estos casos, tanto el médico como el centro
hospitalario en el que se presta la atención médica contraen una obligación de
atención en salud sin la mediación de un vinculo contractual56.
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