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COMISIÓN EUROPEA

DG Mercado Interior

ENTIDADES FINANCIERAS
Seguros

MARKT/2535/02–ES
Orig. FR

Bruselas, 28 de noviembre de 2002


MARKT/C2/OF D (2002)

NOTA A LA ATENCIÓN DEL SUBCOMITÉ SOBRE SOLVENCIA

Asunto: consideraciones sobre el diseño de un futuro sistema de supervisión


prudencial

El proyecto Solvencia II tiene como objetivo revisar el marco europeo de supervisión


prudencial de las compañías de seguros.
Al organizar el trabajo, en mayo de 2001, este proyecto se dividió en dos fases. La
primera fase tiene como objeto determinar la forma general del sistema de solvencia, una
vez estudiados los principales temas vinculados a esta problemática. Una vez definido
este marco general, podrán iniciarse los trabajos de la segunda fase destinados a definir
los detalles del sistema.
La primera fase del proyecto se termina ahora. Como estaba previsto inicialmente, el
subcomité sobre Solvencia debatió las cuestiones preparadas por los servicios de la
Comisión; tuvo conocimiento de las conclusiones del estudio encargado a KPMG, así
como de los informes de los Grupos de trabajo que había creado para el seguro de vida y
no de vida. Para acompañar esta primera fase del proyecto, la Conferencia de autoridades
supervisoras europeas había creado un Grupo de trabajo compuesto por supervisores y
encargado de sacar conclusiones de las dificultades que han sufrido las compañías de
seguros en un pasado reciente: el informe redactado por este grupo fue comunicado a los
miembros del subcomité.

Comisión Europea, B-1049 Bruselas – Bélgica. Teléfono: + 32-2-299.11.11.


Despacho: C107 01/050. Teléfono: línea directa + 32-2-295.50.34. Fax: + 32-2-299.30.75.

http://europa.eu.int/comm/internal_market/
Correo electrónico: Henri-Olivier.FLICHE@cec.eu.int
Los distintos documentos discutidos por el subcomité se difundieron también, para
recibir sus comentarios, entre todas las partes interesadas por el proyecto (compañías de
seguros y asociaciones profesionales, actuarios, asesores). Se invitó a estos últimos a
comunicar sus propuestas para el proyecto1 A su vez, los comentarios y posturas
expresadas se pusieron en conocimiento del subcomité y fueron objeto de una amplia
difusión.
El objetivo de la presente nota consiste en preparar la conclusión de la primera fase del
proyecto. Trata de sacar conclusiones (segunda parte de la nota) de los trabajos
efectuados durante esta primera fase (recordados en la primera parte de esta nota). En una
tercera parte se exponen las grandes opciones a considerar entre las cuales se escogerá un
sistema europeo de supervisión prudencial.
Al final de la nota figura un índice.

1
Además de esta consulta escrita, se ha invitado a los medios profesionales a exponer su opinión en
una reunión prevista para el 17 de diciembre de 2002.
2
1. RESUMEN DE LOS TRABAJOS DE LA PRIMERA FASE
1. La primera fase del proyecto Solvencia II comenzó2 en mayo de 2001 y debería
finalizar a finales de 2002 o principios de 2003. Durante este período, el
subcomité ha mantenido, por una parte, debates internos sobre una serie de
asuntos y, por otra parte, ha tenido acceso a estudios e informes redactados en
otros foros.
2. Parece apropiado recordar aquí brevemente los temas estudiados por los distintos
participantes en el proyecto.
1.1. Los estudios generales (informe KPMG e informe Sharma)
3. Hay que mencionar dos informes generales:
• El informe encargado por la Comisión al gabinete de asesores KPMG3
• El informe redactado por un Grupo de trabajo de la Conferencia de
autoridades supervisoras de los Estados miembros de la Unión Europea4
1.1.1. El informe KPMG
4. El informe KPMG estudia los ocho temas siguientes, definidos en el pliego de
condiciones de la Comisión: riesgos y modelos de riesgos, pasivo técnico
(principalmente en seguro no de vida), evaluación del activo y de los riesgos de
inversión, reaseguro, transferencia alternativa de riesgos y técnicas de reducción
de riesgos, efecto potencial de las modificaciones de las normas contables, papel
de las agencias de calificación, análisis comparativo de los sistemas de margen de
solvencia.
5. La principal conclusión del informe es que un enfoque con "tres pilares", similar
al adoptado por el Comité de Basilea, también resultaría oportuno para el
proyecto Solvencia II. En un primer pilar figurarían las normas relativas a los
recursos financieros (y, en particular, las que se denominan actualmente los "tres
pilares" del sistema: normas prudenciales sobre las provisiones técnicas, el activo
y el margen de solvencia). El segundo pilar se consagraría a las normas de control
interno, de gestión de riesgos y a su control por parte de la autoridad supervisora.
El tercer pilar sería un conjunto de normas (esencialmente normas de
transparencia) destinadas a favorecer la disciplina de mercado.

2
Anteriormente, se había llevado a cabo una fase de trabajos preliminares. Hay que mencionar, en
particular, la jornada de "puertas abiertas" del 28 de junio de 2000, destinada a recoger las
propuestas e ideas del mayor número de participantes posible antes de comenzar el proyecto.
3
KPMG: Study into the methodologies to assess the overall financial position of an insurance
undertaking from the perspective of prudential supervision (Estudio de las metodologías para
evaluar la posición financiera general de una compañía de seguros desde el punto de vista de la
supervisión cautelar), mayo de 2002. (Sólo existe en inglés).
El 23 de enero de 2002 se presentó un informe provisional al subcomité. El informe definitivo se
presentó en una conferencia organizada por KPMG los días 24 y 25 de junio de 2002.
4
Informe sobre el control cautelar de las compañías de seguros. En el momento de redactar esta
nota, el informe estaba aprobado pero aún no estaba publicado. No se pueden dar, por lo tanto,
referencias más precisas.
El Presidente presentó un informe provisional al subcomité del Grupo de trabajo el 22 de octubre
de 2002.
3
6. En lo relativo a la exigencia de capital, el informe preconiza la aprobación de una
fórmula de cálculo que tenga en cuenta los riesgos técnicos ("underwriting
risks"), el riesgo de mercado y el riesgo de crédito. El informe se muestra
reservado en cuanto a la inclusión, en dicha fórmula, de una exigencia para riesgo
operativo o para riesgo de inadecuación (matching)del activo/pasivo.
1.1.1. El informe Sharma
7. El segundo informe general redactado en el marco de Solvencia II es el informe
de la Conferencia de autoridades supervisoras europeas5 (también denominado
"informe Sharma", nombre del Presidente del Grupo de trabajo). Este informe
aporta una claridad indispensable para el proyecto, la de los usuarios en primera
instancia de la normativa prudencial: las autoridades supervisoras.
8. El Grupo de trabajo, encargado de la redacción de este informe, pretendió
prioritariamente explotar la experiencia concreta de sus miembros. A nivel
nacional, cada autoridad supervisora dispone de información y elementos de
análisis con los que ningún otro participante del sector puede contar totalmente.
La puesta en común de este conocimiento privilegiado de los problemas de las
compañías de seguros constituyó para el grupo una materia muy rica, única a
nivel europeo.
9. El grupo basó su análisis de los riesgos de las compañías de seguros en un
profundo estudio de las sociedades que tenían graves dificultades (cuestionario
sobre las quiebras y situaciones próximas à la quiebra ocurridas durante los seis
últimos años, numerosos estudios de casos detallados). En un segundo momento,
el grupo inventarió los instrumentos normativos de los que disponen las
autoridades supervisoras y debatió acerca de su adecuación a los problemas
revelados por su análisis de los riesgos.
10. La principal conclusión del informe es que el sistema prudencial debe comportar
toda una serie de instrumentos normativos, preventivos o correctivos, que
permitan actuar en todas las etapas de manifestación posible de un problema:
desde la fase más precoz (causa subyacente) en la que, por ejemplo, la mala
gestión de una compañía sólo es perceptible en la actitud de los directivos o
empleados de la compañía, hasta la fase última en la que una secuencia de causas
y efectos (acontecimientos, exteriores, mala toma de decisiones, errores, etc.) ya
ha provocado una grave degradación de la situación financiera que perjudica a los
asegurados.
11. En este sentido, la exigencia de capital solo es uno de los instrumentos
normativos necesarios, una herramienta ciertamente importante pero que no basta
por sí misma para constituir un sistema de supervisión prudencial. A este
respecto, el informe preconiza una mayor diferenciación de los niveles de
intervención en función de las características financieras de la empresa, pero no
incluye una propuesta detallada de cálculo del nivel o niveles de intervención. En
cambio, el informe contiene una serie de recomendaciones concretas para la
creación, el desarrollo o la armonización de otros mecanismos normativos.

5
La Conferencia de autoridades supervisoras consagró también dos seminarios a Solvencia II: uno
en Brujas en la primavera pasada y el otro en Copenhague en noviembre.
4
1.2. Los trabajos del subcomité (notas, puesta en común de experiencia)
1.2.1. Las notas de debate
12. Durante la primera fase, el propio subcomité discutió sobre los principales
asuntos relativos a la forma del futuro sistema de solvencia tomando como base
las notas de debate preparadas por los servicios de la Comisión.
13. En primer lugar, el subcomité tuvo conocimiento de las grandes líneas del
proyecto de Basilea, destinado a reformar el sistema prudencial bancario mundial.
El debate subsiguiente6 tuvo por objetivo determinar en qué medida este proyecto
podía servir de fuente de inspiración para el proyecto Solvencia II, relativo al
seguro.
14. En segundo lugar, el subcomité estudió soluciones alternativas para el cálculo del
mínimo de fondos propios en el sector del seguro. A tal efecto, se discutieron dos
notas: una sobre los sistemas de tipo "Risk Based Capital" (capital con
ponderación del riesgo) existente en los Estados Unidos, Canadá y Australia7 y la
otra sobre los modelos internos de riesgos de las compañías de seguros8.
15. Los vínculos entre las normas contables (que probablemente van a evolucionar) y
las normas y la documentación para ejercer el control prudencial fueron
seguidamente objeto de un debate específico9.
16. Por último, en su última reunión, el subcomité tuvo en cuenta los trabajos en
curso en la esfera internacional en materia de solvencia10 (Asociación
internacional de supervisores de seguros IAIS11, actuarios). Asimismo, tuvo
conocimiento de los nuevos mecanismos de reglamentación europea adoptados
para los servicios financieros (enfoque "Lamfalussy"12).
1.2.2. Las exposiciones de los Estados miembros
17. Por otra parte, el subcomité dedicó una de sus reuniones13 a las exposiciones de
los Estados miembros sobre aspectos de su sistema prudencial o proyectos de
reforma en curso.

6
Nota para debate MARKT/2056/01 de 12 de junio de 2001. El subcomité debatió estas cuestiones
en su reunión de 19 de diciembre de 2001.
7
Nota MARKT/2085/01 de 11 de octubre de 2001, debatida en la reunión de 19 de diciembre de
2001.
8
Nota MARKT/2515/02 de 17 de mayo de 2002, debatida en la reunión de 28 de junio de 2002.
9
Nota MARKT/2514/02 de 17 de mayo de 2002, debatida en la reunión de 28 de junio de 2002.
10
Nota MARKT/2520/02 de 18 de septiembre de 2002, debatida en la reunión de 22 de octubre de
2002.
11
AIIS; generalmente se utilizan las siglas inglesas: IAIS.
12
Nota MARKT/2519/02 de 27 de septiembre de 2002, debatida en la reunión del 22 de octubre de
2002.
13
Reunión del 29 de abril de 2002.
5
18. Así, Finlandia presentó los principios de su supervisión prudencial, así como los
mecanismos de exigencia de solvencia y provisiones de estabilización en vigor.
Francia expuso a continuación su visión del control permanente de las compañías
de seguros, combinando estrechamente el control de los justificantes y el control
in situ; presentó también sus nuevos instrumentos de control (informe de
solvencia, estado de supervisión activo-pasivo). Alemania presentó las tres etapas
de su análisis anual de las cuentas de las compañías de seguros y el sistema de
indicadores avanzados ("early warning system" o sistema de alerta precoz)
asociado. Mencionó asimismo las principales disposiciones de la ley sobre el
control y la transparencia de las sociedades, que exige que todas las sociedades
con cotización14 en bolsa realicen un control interno de los riesgos adecuado.
19. A continuación se expusieron varios proyectos de reforma. El del Reino Unido
tiene como principio la transposición de los "tres pilares" de Basilea al sector del
seguro. Más concretamente se desarrollaron los aspectos relativos al control del
comportamiento de los directivos, la información pública, así como las pruebas
basadas en situaciones desfavorables ("stress testing"). El proyecto presentado
por Holanda tiene como objetivo promover una mejor comprensión de los
riesgos: para evaluar si el capital es suficiente, introduce tres horizontes de tiempo
diferentes que corresponden a otros tantos niveles de capital; en este marco, se
fomentará probablemente el recurso a los modelos internos de riesgo. El proyecto
sueco se inscribe en la creación de un sistema de control para el conjunto de los
sectores financieros: incluirá métodos cuantitativos y cualitativos para valorar de
la solvencia financiera de las principales empresas del sector financiero sueco. En
último lugar, Liechtenstein propuso un método de limitación de la exposición al
riesgo de las compañías de seguros.
1.3. Los Grupos de trabajo vida y de no vida
20. De manera paralela a estos debates, el subcomité había creado dos Grupos de
trabajo compuestos por expertos de varios Estados miembros y por un
representante del Grupo Consultivo Actuarial Europeo. Estos grupos estaban
destinados a estudiar cuestiones más técnicas, uno en el seguro no de vida y el
otro en el seguro de vida.
21. Los trabajos de estos grupos han durado un año, desde septiembre de 2001 hasta
septiembre de 2002. Sus informes se presentaron y discutieron15 en la reunión del
subcomité de 22 de octubre de 2002.
1.3.1. Grupo de trabajo de no vida
22. El primer Grupo de trabajo se dedicó a dos tipos de provisiones técnicas del
seguro de no vida: las provisiones de prestaciones pendientes y las provisiones de
estabilización. La cuestión planteada al grupo era la del nivel de armonización de
estas provisiones en Europa. El grupo se limitó estrictamente a esta cuestión,
considerando que otros estudios16 ya trataban los otros temas relativos a las
provisiones técnicas de no vida, como su definición reglamentaria, los métodos
actuariales de cálculo, el descuento, etc.

14
Esta ley no se aplica únicamente al sector del seguro.
15
MARKT/2528/02 y MARKT/2529/02.
16
En particular el informe de la Conferencia de autoridades supervisoras europeas sobre "las
reservas técnicas en el seguro no de vida" de mayo de 2002 ("informe Manghetti") y el punto 4 del
estudio KPMG.
6
23. En lo relativo a las provisiones de prestaciones pendientes, el grupo constató, en
particular a través del estudio de indicadores estadísticos, que existía una gran
diversidad de prácticas en la dotación de provisiones, no sólo entre diferentes
mercados europeos, sino también, a veces, en un único mercado nacional. El
grupo opina que las autoridades supervisoras europeas deberían favorecer la
convergencia de estas prácticas con el fin de conseguir un nivel común de
prudencia en las provisiones técnicas: a tal efecto, podrían definir principios para
la constitución sólida de provisiones técnicas y adoptar una base común para el
control efectivo de estas provisiones (estados estadísticos en particular). El grupo,
por otra parte, ha estudiado con interés el enfoque australiano, que consiste en
formular una referencia numérica para el nivel de prudencia de dotación de las
provisiones: sin embargo, la aplicación práctica de una norma de este tipo plantea
una serie de problemas que aún deben estudiarse.
24. En cuanto a las provisiones de estabilización, la ausencia de armonización es aún
más palpable. El grupo destacó el interés de los mecanismos de estabilización en
el sector del seguro y propone ampliar su ámbito de aplicación a todos los ramos
de seguro especialmente volátiles. El grupo observó, por otra parte, que las
provisiones de estabilización podrían añadirse a los fondos propios a la hora de
calcular el margen de solvencia constituido: esta solución sería un medio para
armonizar aún más las dificultades vinculadas al margen de solvencia.
1.3.2. Grupo de trabajo vida
25. El segundo Grupo de trabajo examinó cuestiones consustanciales al seguro de
vida: estudió, por una parte, las normas para el cálculo de las provisiones
matemáticas; por otra parte, las técnicas de gestión activo-pasivo de las empresas
y la posibilidad utilizarlas con fines normativos. El estudio efectuado por este
grupo ha sido diferente del efectuado por el grupo de no vida porque el ámbito de
las cuestiones examinadas era más variado y no existía un estudio de síntesis
reciente que hubiera podido constituir una base para los trabajos del grupo. Por
eso, el esfuerzo se centró en la comparación de los mercados nacionales y en los
problemas prudenciales encontrados, para llegar a una evaluación de las
exigencias reglamentarias previstas por las directivas.
26. El grupo encontró cinco grandes temas a los que todas las autoridades
supervisoras prestan actualmente una atención especial: los tipos de interés
garantizados, el riesgo vitalicio vinculado a las rentas, las cláusulas de
participación en los beneficios, los productos denominados unidades de
cuenta(unit-linked), las opciones incluidas en determinados contratos. Para cada
uno de estos temas, el informe sugiere alternativas para la mejora de la normativa
europea, tanto para los principios (que se trata esencialmente de completar) como
al nivel, más técnico, de los métodos de cuantificación. El informe también
preconiza unas exigencias reglamentarias mínimas en lo relativo a la gestión
activo-pasivo, en las cuales los autoridades de control podrían basar una parte de
su supervisión (pruebas de resistencia, en inglés "stress tests").
27. Muchas de las propuestas presentadas por el grupo requieren estudios técnicos
complementarios que podrían inscribirse en la segunda fase del proyecto
Solvencia II.

7
1.4. Las propuestas sobre la forma del sistema (Estados miembros, industria)
28. Los documentos de trabajo del proyecto Solvencia II han tenido una amplia
difusión, por lo que se han recibido numerosos comentarios sobre los distintos
temas estudiados, que han sido tenidos en cuenta en los trabajos de los servicios
de la Comisión.
29. Asimismo, se invitó tanto a los Estados miembros como a los distintos
participantes en el mercado a formular por escrito su visión de la forma general
del futuro sistema de solvencia. Las principales contribuciones recibidas se
resumen brevemente a continuación.
30. Para completar el proceso de consulta, los servicios de la Comisión organizan una
jornada en la que distintos participantes del mercado (representantes de las
compañías de seguros, actuarios, asesores) podrán exponer su opinión sobre el
proyecto Solvencia ante los miembros del subcomité sobre Solvencia (17 de
diciembre de 2002).
1.4.1. Los Estados miembros
31. Hasta la fecha, tres Estados miembros han enviado notas de reflexión sobre la
forma del futuro sistema de solvencia: Holanda, Francia e Italia. Sin pretender
hacer un resumen exacto de estas notas, que son muy densas, se esbozan a
continuación sus líneas generales.
32. Para Holanda, un sistema prudencial adaptado a los riesgos debe tratar los
mismos riesgos de la misma forma (ya sean asumidos por una compañía de
seguros o por un banco); debe estimular el desarrollo de los modelos internos de
valoración de los riesgos; no debe ser tan complejo que tenga un coste prohibitivo
para las compañías de seguros ni estar sujeto a modificaciones demasiado
frecuentes; por último, no debe crear en caso de crisis comportamientos que
puedan desestabilizar aún más a los sectores financieros (efectos "procíclicos").
La contribución holandesa también aporta una serie de ideas específicas que
podrán resultar útiles en el transcurso del proyecto Solvencia II.
33. Francia define por su parte las posibles vías de mejora del sistema prudencial: una
mejor consideración de los riesgos por el margen de solvencia (riesgo de activo,
riesgos técnicos con la adopción de un porcentaje sobre las provisiones de no
vida, riesgo de catástrofe y programa de reaseguro); un mantenimiento de los
márgenes de prudencia en el activo y pasivo, pero con una mayor transparencia
de estos márgenes; por último, un refuerzo de la valoración cualitativa de los
riesgos y la creación de un "nivel de control" al margen de solvencia mínimo
necesario. Francia se pronuncia contra la adopción pura y simple de un sistema de
tipo "RBC". Advierte sobre el riesgo de que los proyectos del IASB no tengan
suficientemente en cuenta las necesidades de valoración prudencial para
proporcionar una base contable aceptable supervisores.
34. La contribución italiana enuncia los objetivos de un nuevo sistema prudencial:
constituir un conjunto de herramientas de control completo y coherente,
garantizando unas condiciones de competencia iguales. Los objetivos de
convergencia con otros sectores u órganos jurisdiccionales deberían quedar
supeditados a la necesidad de conseguir una normativa que esté bien adaptada a la
actividad aseguradora y que satisfaga en primer lugar a los supervisores europeos.
Italia aprueba la idea de una estructura con tres "pilares" tomada del proyecto de
Basilea y precisa que el primer pilar debe contener normas de valoración
prudencial sobre las provisiones técnicas y su cobertura por activos. Sobre el
proyecto del IASB formula algunas reservas similares a las de Francia.
8
1.4.2. Los otros participantes
35. Esencialmente, son organizaciones representativas, a nivel nacional o europeo, de
compañías de seguros que han enviado contribuciones generales sobre la forma
del sistema de solvencia.
36. El CES17 expuso, en agosto de 2002, sus primeras conclusiones sobre la forma
del sistema de solvencia18 El CES se pronuncia a favor de una estructura con tres
pilares. El primer pilar debe contener disposiciones sobre las provisiones técnicas,
los activos, el reaseguro y el margen de solvencia. En cuanto al tercer pilar, las
exigencias de publicación del IASB deberían bastar para su constitución. El CES
precisa que algunas informaciones destinadas al control cautelar deberían
mantenerse como confidenciales.
37. El CES defiende, por otra parte, una armonización máxima de las normas de
solvencia, no dejando opciones o dejando las menos posibles para los Estados
miembros.
38. Con respecto a las normas técnicas, el CES no formula aún ninguna opinión sobre
las provisiones técnicas; desea limitar al mínimo las normas cuantitativas sobre
inversiones y esboza un sistema de exigencia de margen en el que sería posible
sustraerse a un "enfoque estándar" mediante la utilización de modelos internos.
39. Tres federaciones nacionales enviaron, por otra parte, sus propuestas para el
proyecto Solvencia II con filosofías relativamente diferentes.
40. La GDV19 envió una descripción de un sistema muy inspirado en sistemas del
tipo "RBC" utilizado por el gabinete Standard & Poors. El sistema fue objeto de
una adaptación al mercado alemán para el seguro de vida y no de vida. Este
documento es complementado por una lista de criterios de validación de los
modelos internos.
41. Por el contrario, la FFSA20 se pronuncia en su contribución contra los sistemas de
tipo RBC y destaca las distorsiones que en su opinión implican estos sistemas.
Retomando el esquema de los "tres pilares" del proyecto de Basilea, la FFSA
precisa su posición sobre las normas del primer pilar. Las provisiones técnicas
deben tener en cuenta todos los riesgos mensurables y previsibles, ser deducibles
fiscalmente y ser objeto de una importante armonización. Las normas sobre el
activo deben unificarse y las restricciones cuantitativas limitarse al mínimo
necesario. Por último, el cálculo de la exigencia de margen debe ser simple; en el
ramo de no vida, podría integrar un cociente aplicado a las reservas. Asimismo
deberían ser posibles las excepciones a las exigencias de margen, basadas en los
cálculos de los modelos internos.
42. Por último, la FFSA menciona dos límites de fondos propios definiendo tres
regímenes de control: un régimen de supervisión reducida, un régimen de control
importante y un régimen de intervención en la gestión con posibilidad de retirada
de la autorización.

17
Comité Europeo de Seguros.
18
El CES precisó posteriormente que se presentarían otras notas de reflexión, en función de los
trabajos que se estaban desarrollando en sus Grupos de trabajo.
19
Gesamtverband der Deutschen Versicherungswirtschaft (Federación general alemana de
compañías de seguros) (Alemania).
20
Federación francesa de compañías de seguros.
9
43. En una contribución bastante breve, la VVO21, por su parte, afirma que es
necesario evaluar las provisiones técnicas en función de los riesgos (y de manera
uniforme en Europa) y administrar las inversiones correspondientes con
prudencia.
44. La ACME22 centra sus comentarios en dos mensajes clave. En primer lugar, la
influencia de las normas bancarias no debe hacer que se sobrestime el papel de
los fondos propios como garante de la solvencia de las compañías de seguros; por
el contrario, las provisiones técnicas deben conservar un lugar central en el
dispositivo prudencial. En segundo lugar, tampoco debe sobrestimarse el recurso
a los modelos internos: estos modelos son costosos y la ACME propone la
elaboración de "modelos-tipo" en los diferentes mercados bajo los auspicios de
las autoridades supervisoras nacionales.
45. La AISAM23, por su parte, llama la atención sobre las particularidades de las
mutuas y sobre el riesgo de "desmutualización" que implicarían unas exigencias
de fondos propios excesivas calcadas de las correspondientes a las sociedades
anónimas.
46. Por último, el CTIP24 destaca las incertidumbres vinculadas al proyecto de
reforma del IASB y se preocupa por las consecuencias de este proyecto sobre las
normas de solvencia.

21
Verband der Versicherungsunternehmen Österreichs (Federación austríaca de compañías de
seguros) (Austria).
22
Asociación de aseguradoras cooperativas y mutualistas europeas.
23
Asociación internacional de mutuas de seguros.
24
Centro técnico de las instituciones de previsión (Francia).
10
2. CONCLUSIONES SACADAS DE LOS TRABAJOS DE LA PRIMERA FASE
47. Antes de abordar propuestas concretas sobre la forma del sistema de solvencia
parece útil sintetizar las contribuciones principales de los estudios y debates
realizados durante la primera fase del proyecto. En efecto, se han podido aportar
nuevas aclaraciones sobre los objetivos inicialmente asignados25 a Solvencia II.
Merece la pena, por lo tanto, precisar ahora la interpretación de estos objetivos.
48. A continuación se abordan tres grandes problemáticas que abarcan la totalidad de
los objetivos enunciados inicialmente:
– ¿cuál debe ser el ámbito del ejercicio Solvencia II?
– ¿qué es un sistema prudencial adaptado a los riesgos?

– ¿cómo tener en cuenta la necesidad de armonización o de convergencia de


las normas, a nivel europeo e internacional?
2.1. ¿De qué debe tratar el ejercicio Solvencia II? (¿Qué es un sistema de
solvencia?)
2.1.1. Las distintas acepciones del término "solvencia"
49. El término "solvencia" se aplica a tres conceptos distintos, más o menos
restrictivos.
50. El primer concepto al que se refiere directamente el término es el del "margen de
solvencia" de las directivas europeas: se trata de un conjunto de normas para el
cálculo de una exigencia de fondos propios mínimos por una parte (mínimo de
margen), de los fondos propios aceptables para satisfacer esta exigencia por otra
parte (margen disponible). La reforma Solvencia I ha tratado sobre las normas del
margen de solvencia.
51. El segundo concepto, más general, se refiere al conjunto de normas destinadas a
garantizar la solvencia financiera de la empresa. En general, estas normas se
refieren al cálculo de las provisiones técnicas, a los activos representativos, así
como a la exigencia de margen de solvencia ya mencionada. Son los "tres pilares"
actuales del sistema prudencial europeo y es también la definición del "régimen
de adecuación del capital y de solvencia26" de la IAIS.

25
MARKT/2095/99.
26
"Capital adequacy and solvency regime" (Suficiencia de capital y régimen de solvencia). IAIS:
Principles on capital adequacy and solvency, (Principios de suficiencia de capital y solvencia)
enero de 2002. Principio n° 6.
11
52. El tercer concepto, a veces denominado "solvencia global27" para diferenciarlo de
los dos primeros, no puede resumirse en un conjunto de normas aplicables en un
momento dado al balance del asegurador. Corresponde a la solvencia financiera
de una empresa, habida cuenta de las condiciones de su explotación (productos y
tarifas, organización administrativa, calidad de los directivos, etc.) así como de su
entorno exterior (ciclos económicos, condiciones de competencia, calidad de los
accionistas, etc.). Con respecto al concepto anterior, al que incluye, esta
concepción implica una visión más prospectiva de la situación financiera y obliga
a tener en cuenta factores que no son sólo financieros. El control de la solvencia
global justifica la existencia de un conjunto mucho más variado de medios a
disposición de las autoridades supervisoras.
2.1.2. La concepción actual de los sistemas de solvencia
53. Las directivas actuales definen el alcance de la supervisión prudencial de la
siguiente forma: "El control financiero consistirá, en particular, en la
comprobación, para el conjunto de actividades de la empresa de seguros, del
estado de solvencia y de la constitución de provisiones técnicas, así como de los
activos que las representan con arreglo a las normas o a las prácticas establecidas
en el Estado miembro de origen, en virtud de las disposiciones adoptadas a nivel
comunitario28"
54. Además: "Las autoridades competentes del Estado miembro de origen exigirán
que las empresas de seguros dispongan de una buena organización administrativa
y contable y de procedimientos de control interno adecuados29"
55. Por lo tanto, las directivas no han limitado el alcance de la supervisión prudencial
a las exigencias financieras aplicables al balance de las aseguradoras, aunque
evidentemente han favorecido este aspecto.
56. El mismo enfoque se encuentra en los principios adoptados por la IAIS sobre la
adecuación de capital y la solvencia. En su principio 13, denominado "valoración
de la solvencia", se precisa que la autoridad de control, cuando valore la solvencia
de una empresa, debe comprobar la suficiencia de las provisiones técnicas y
activos, el respeto de las exigencias de margen, pero también la calidad de los
procesos de evaluación de los riesgos y de los sistemas de gestión de los riesgos.
"Si no existen sistemas de control para seguir las exposiciones al riesgo, se dice,
el asegurador no podrá adaptarse con suficiente rapidez a los cambios del
mercado".
57. Así, en las definiciones actuales de los sistemas de solvencia, aunque las normas
financieras se traten de forma prioritaria, se menciona cada vez una dimensión
complementaria del control de solvencia. Esta dimensión complementaria debe
precisarse.

27
Tómese, por ejemplo, como referencia el informe de la OCDE "Medida de la solvencia financiera
de las compañías de seguros: normas de solvencia".
28
Artículo 13 de la Directiva 73/239/CEE, modificado por el artículo 9 de la Directiva 92/49/CEE,
párrafo 2. El texto de la Directiva de vida es el mismo, salvo que menciona explícitamente, entre
las reservas técnicas, las reservas matemáticas.
29
Artículo 13 de la Directiva 73/239/CEE, modificado por el artículo 9 de la Directiva 92/49/CEE,
párrafo 3.
12
2.1.3. Las contribuciones de los debates realizados en el marco de Solvencia II
58. Una contribución fundamental en este ámbito fue el estudio del proyecto de
reforma prudencial en el sector bancario (nuevo Acuerdo de Basilea). En efecto,
en ese proyecto el sistema prudencial ya no se plantea como una simple
enunciación de cocientes financieros reglamentarios. Incluye igualmente otros
dos "pilares" que complementan estas exigencias calculadas: el "segundo pilar"
que formaliza el proceso de supervisión prudencial y el "tercer pilar" encaminado
a reforzar la disciplina de mercado aumentando la transparencia. Esta nueva
estructura saca a la luz, para el sector bancario, los aspectos del control de la
solvencia general que, por el momento, son poco tratados en las directivas
europeas sobre el seguro.
59. El informe KPMG preconiza la adopción de una estructura de este tipo adaptada
al seguro. En el enfoque propuesto30, el "primer pilar" reuniría las normas de
valoración prudencial sobre las provisiones técnicas, los activos y los fondos
propios mínimos exigidos, así como posibles exigencias complementarias en el
grupo. El "segundo pilar" contendría los principios de valoración de la solvencia
por parte de la autoridad de supervisión y tendría prevista la posibilidad de
aumentar la exigencia de capital en casos concretos. Por último, el tercer "pilar"
incitaría a las compañías, o las obligaría según los casos, a publicar información
sobre sus riesgos.
60. La nueva estructura del proyecto de Basilea (más que el detalle de cálculo de las
exigencias de fondos propios del sector bancario) ha suscitado también mucho
interés por parte de los miembros del subcomité en la reunión consagrada a este
respecto.
61. De hecho, reúne las preocupaciones y reflexiones que están teniendo las
autoridades supervisoras. Así pues, las exposiciones realizadas por los Estados
miembros han mostrado claramente la importancia concedida por las autoridades
supervisoras al proceso de supervisión prudencial: comprobación de la
documentación acreditativa (indicadores de alerta precoz), control in situ,
incentivo a las empresas para que realicen una mejor gestión de los riesgos. En
particular, las exposiciones han mostrado los esfuerzos actuales de las autoridades
supervisoras para que el control de la solvencia sea, por una parte, más
prospectivo y, por otra parte, para que tenga más en cuenta los factores de riesgo
no financieros (calidad de los directivos, organización administrativa, etc.).
62. El informe Sharma también destaca, y además con fuerza, la importancia del
proceso de supervisión prudencial: ilustra sus múltiples aspectos y concluye31 que
el arsenal normativo a disposición de los supervisores debe ser amplio y que "la
revisión de la normativa prudencial y de la supervisión también debe ser amplia".

30
Véase el cuadro del apartado 2.1.77 (resumen del informe).
31
Resumen del informe, apartado 1.4.1. Se cita íntegramente el texto inglés: « Our need to tackle the
full causal chain means that as well as considering solvency it is important that we have tools to
focus on management and how they manage risk. Our toolkits will therefore need to be wide and
include informal and subjective tools to deal with management, internal controls etc, and our more
detailed findings and recommendations cover solvency and many other areas. We believe that the
whole review of prudential regulation and supervision needs to be similarly broad, although this
does not necessarily mean that it all needs to be included in Directives. »
13
63. La conclusión que sacan los servicios de la Comisión de esta primera fase de
Solvencia II es que resulta necesario ampliar el alcance del proyecto al control de
la "solvencia global" de las compañías de seguros y hacer que tenga un mayor
reconocimiento la importancia del proceso de supervisión prudencial en el
sistema de solvencia32. Una estructura inspirada en el proyecto de Basilea parece
una buena base para llevar a cabo este trabajo.
2.2. ¿Qué es un régimen prudencial adaptado al riesgo?
64. Uno de los objetivos del proyecto Solvencia II es conseguir un sistema de
solvencia más adaptado a los riesgos de cada compañía de seguros33. Parece
indispensable analizar el significado de este objetivo a la vista de los debates de la
primera fase.
2.2.1. Los riesgos que pueden observarse en el balance del asegurador
65. A menudo, la cuestión de la adaptación al riesgo sólo se ha abordado en los
términos de exigencia de margen de solvencia34. Desde esa perspectiva, el sistema
europeo, sobre todo en el seguro de no vida, puede dejar que desear: por ejemplo,
la necesidad de margen no refleja de ninguna manera el riesgo de catástrofe que
tiene el asegurador; también se ha criticado que no tenga en cuenta el riesgo de
activo. Por el contrario, los sistemas de tipo "risk-based capital" han llamado la
atención por el enfoque "por riesgos" que proponen para el cálculo de la
necesidad de margen. Más recientemente, los modelos internos de riesgos han
aparecido como otra alternativa para determinar una necesidad de capital.
66. El estudio y el debate de estos temas han permitido aclarar algunos puntos.
67. En primer lugar, una fórmula estándar de cálculo del margen de solvencia
necesario no puede reemplazar a unas normas de evaluación prudente de las
provisiones técnicas. La razón esencial es que la evaluación de las provisiones de
una compañía de seguros depende en gran medida de las características de sus
contratos y de los siniestros que haya registrado: es el fruto de un proceso
complejo e integrado al resto de la actividad y no puede ser substituido por un
proceso de evaluación estandarizado. Es lo que reveló en primer lugar el estudio
de los propios sistemas RBC35, y en particular el proyecto australiano (seguro de
no vida), que fija una referencia numérica al nivel de prudencia de las
provisiones. Es igualmente el sentido de las conclusiones de los Grupos de
trabajo.

32
El documento de origen MARKT/2095/99 reconocía que los elementos mencionados "se centran
en los aspectos financieros de la supervisión prudencial" (reservas, activos, reaseguro, exigencia
de margen, sistema contable) y excluía del ejercicio Solvencia II los otros aspectos del control
cautelar. Esto ahora mismo probablemente deba matizarse.
33
La consecución de este objetivo debe ser compatible con otros dos objetivos citados en el
documento, que son el mantenimiento de un determinado grado de simplicidad en la normativa y
la igualdad de condiciones de competencia.
34
Es por otra parte, de este modo, como enuncia el objetivo el documento MARKT/2095/99:
"establecer un margen obligatorio que sea más adecuado para los riesgos verdaderos".
35
Véase el doc. MARKT/2085/01, apartados 87 a 97.
14
68. Para el seguro de no vida, el Grupo de trabajo debatió por ejemplo la posibilidad
de establecer que el margen de solvencia necesario se fijase en función de las
liquidaciones observadas en las provisiones técnicas de prestaciones: el grupo
considera que este método no sería viable, puesto que el análisis mecánico de las
liquidaciones de las provisiones, si no se complementa con otras verificaciones,
puede llegar a conclusiones erróneas36. El grupo considera, por el contrario, que
el principio de constitución de provisiones prudentes presenta ventajas y debe
permitir conseguir un margen de prudencia más adaptada a la situación de la
empresa: así pues, el potencial de mejora de las directivas en este ámbito depende
de una mejor definición y de un mejor control de los criterios de prudencia
valorativa aplicados en la dotación de las provisiones.
69. Del mismo modo, aunque el Grupo de trabajo sobre el seguro de vida ha debatido
si el nivel de prudencia de las reservas debería definirse de forma global o, como
se hace actualmente, si debe definirse parámetro de evaluación por parámetro de
evaluación (tipo de interés, tabla de mortalidad, gastos de gestión), el principio de
constitución prudente de las provisiones no se ha puesto en entredicho.
70. En el caso de las provisiones técnicas, no puede lograrse una mejor adaptación
del sistema de solvencia al riesgo mediante una definición más compleja de la
exigencia del margen de solvencia estándar. Estas consideraciones no excluyen la
posibilidad que se defina una exigencia de margen, aparte de la prudencia
valorativa en la dotación de provisiones, para tener en cuenta de forma
predeterminada las incertidumbres sobre la suficiencia de las provisiones técnicas
subsistentes37.
71. En un mismo orden de ideas, y sin desarrollar este punto, se observará que una
exigencia de capital no substituye siempre de manera óptima a las medidas para la
disminución de los riesgos como una dispersión apropiada de las inversiones o un
programa de reaseguro adecuado.
72. De la primera fase de Solvencia II puede sacarse una segunda conclusión. Como
muestran los modelos generales de riesgos desarrollados por los grandes grupos
de seguros, calcular una necesidad de capital económico que responda a una
definición matemática precisa es un proceso extremadamente complejo. En ese
proceso, la elección de las hipótesis, de parámetros adaptados a la empresa, de los
métodos de agregación, tiene una influencia determinante sobre el resultado.
73. Si se considera justificada esta búsqueda de una modelización cada vez más
sofisticada, intentar cuantificar de manera eficaz, con una fórmula estandarizada,
el riesgo financiero general en que incurre una compañía de seguros parece un
ejercicio dudoso: las aproximaciones efectuadas mediante una fórmula estándar
siempre generan errores que serán imposibles de medir, ya que variarán
dependiendo de cuáles sean las características de las empresas.

36
Es, asimismo, la opinión de KPMG, que preconiza la utilización de varios métodos estadísticos,
así como de los controles in situ para la verificación de las reservas (2.1.23 y 2.1.25 del resumen
del informe).
37
Véase el apartado 114 del informe del Grupo de trabajo no de vida.
15
74. Algunos estudios realizados muestran la escasa capacidad para predecir las
situaciones de insolvencia de los sistemas RBC, a pesar de que deberían tenerla si
el cociente de margen reflejara la probabilidad de ruina38. Los sistemas de alerta
precoz, es decir el cruce de la información contrastada que facilitan los múltiples
cocientes financieros y el análisis del expediente realizado por los supervisores,
parecen medios más eficaces para detectar a las aseguradoras con elevado riesgo.
75. Se plantea entonces otra cuestión: ¿los modelos internos de riesgos constituyen
una alternativa? Deben hacerse algunas observaciones. En primer lugar, los
modelos de riesgos generales, por los que se puede calcular la necesidad de
capital económico, están actualmente muy poco extendidos. Incluso los grandes
grupos sólo están en su primera generación de modelos generales, por lo que
tienen una experiencia limitada. En segundo lugar, la verificación de estos
modelos exigirá por parte de las autoridades supervisoras unos recursos
desproporcionados con la verificación de una fórmula estandarizada. En
particular, muchos consideran que es necesario mantener un mínimo absoluto de
fondos propios, si se autoriza a las empresas a evaluar su necesidad de capital por
medio de su modelo interno.
76. No obstante, la mayoría de los miembros del subcomité ha mostrado un gran
interés por los modelos internos y considera que es necesario favorecer su
desarrollo. Un modelo interno de riesgo estructura de forma natural el análisis de
los riesgos que debe emprender una compañía o un grupo de seguros. Aporta de
este modo más que una cuantificación de una necesidad de capital general:
constituye también una excelente base para un diálogo entre la empresa y el
supervisor.
2.2.2. Los riesgos subyacentes a los riesgos de las cuentas anuales
77. Las consideraciones anteriores ponen de manifiesto que, al menos en un enfoque
estándar, la necesidad de fondos propios no puede constituir el único elemento de
medida de los riesgos de la empresa y que, para adaptase verdaderamente a los
riesgos del sector del seguro, un sistema de solvencia debe incluir otras normas de
medida y limitación de los riesgos que pesan sobre las cuentas del asegurador.

38
Estos estudios se refieren a los RBC de vida y no de vida americanos, es decir a los sistemas RBC
relativamente antiguos. No se excluye que unos sistemas más recientes, que utilicen enfoques más
basados en la teoría del riesgo, den mejores resultados.
16
78. No obstante, ni siquiera este enfoque más completo es suficiente. Existen
actitudes arriesgadas o fuentes de riesgo que estas normas no tienen
suficientemente en cuenta o no con la suficiente anticipación. Un ejemplo antiguo
y muy conocido empíricamente es el riesgo particular que presentan las
compañías con fuerte crecimiento: este riesgo no lo tienen fácilmente en cuenta
las normas clásicas ya que, como ya destacaba el informe Müller39, este riesgo
"no se manifiesta independientemente de los demás riesgos, sino que aparece más
bien como factor desencadenante o agravante de otros riesgos (corrientes)".
Cuando la NAIC estableció su fórmula de RBC también reconoció la importancia
de este riesgo y aplicó un aumento general a su fórmula de base para las
compañías con fuerte crecimiento. Pero el riesgo de crecimiento no es el único
riesgo de este tipo y se puede alegar que una competencia insuficiente de los
directivos, más o menos puesta de manifiesto según las circunstancias (búsqueda
de diversificación, cambios de las condiciones económicas), es una fuente de
riesgo que condiciona a todos los demás riesgos de la empresa.
79. El informe Sharma resulta esencial para aclarar esta cuestión. El análisis de
riesgos efectuado por el grupo de Londres se desmarca, en efecto, de los análisis
clásicos, de tipo "RBC", en dos puntos esenciales. En primer lugar, los riesgos
encontrados no son los únicos riesgos cuya realización puede observarse en las
cuentas del asegurador. En segundo lugar, para el Grupo de trabajo, parece
esencial analizar los riesgos en una cadena de causalidad (la realización de
determinados riesgos viene provocada por otros).
80. Siguiendo este planteamiento no se pueden aislar los riesgos cuantificables, por
una parte, que podrían ser objeto de una medida cuantitativa y de una exigencia
de margen "basada en el riesgo", y los riesgos no cuantificables, por otra parte,
que podrían ser objeto de un tratamiento cualitativo (y que se clasificaría en un
"segundo pilar"): estos riesgos de diferente naturaleza son, en realidad,
interdependientes.
81. Por lo tanto, si se sigue este análisis, un sistema de solvencia adaptado al riesgo
es, en primer lugar, un sistema que fomenta una buena gestión de los riesgos, ya
que la dirección de la propia empresa es la mejor situada para reducir los riesgos
actuando sobre la secuencia de las causas y efectos que desembocan en su
manifestación.
82. Es, además, un sistema que ofrece a la autoridad supervisora un abanico
satisfactorio de instrumentos, tanto preventivos como curativos: cada
instrumento, incluida la exigencia de margen, tiene un alcance limitado, pero se
complementan y se inscriben en un proceso de supervisión prudencial coherente.

39
El informe Müller clasificaba este riesgo en una categoría aparte: los "riesgos especiales".
17
2.2.3. ¿Qué función cumple la exigencia de capital en un sistema de solvencia?
83. Estas consideraciones llevan a plantear una cuestión complementaria: ¿cuál debe
ser la función del instrumento "exigencia de capital" en el sistema de solvencia?
84. Una crítica que se hace a los sistemas de solvencia existentes es que no expresan
claramente los objetivos de la exigencia de capital40. De hecho, aunque los
considerandos de las directivas europeas afirman que el margen de solvencia
exigido (más allá de las provisiones suficientes) está destinado "a hacer frente a
los riesgos de explotación", algunos supervisores consideran que el margen de
solvencia exigido es el umbral que desencadena una importante intervención de
las autoridades supervisoras; a su vez otros consideran que el cociente: margen
constituido/mínimo exigido debería cumplir la función de indicador de alerta
precoz41.
85. Los distintos comentarios recibidos en la primera fase de Solvencia II ponen de
relieve tres funciones posibles de la exigencia de capital.
86. En primer lugar, la exigencia de fondos propios puede servir como un límite
mínimo obligatorio para permanecer en el mercado sin sufrir una restricción
importante de la libertad de operar. En este caso, el umbral mínimo necesario de
margen de solvencia debe ser lo suficientemente bajo para garantizar que las
empresas que lo infrinjan presenten un riesgo de insolvencia manifiestamente
demasiado elevado para la autoridad supervisora42.
87. Aunque es deseable que este umbral mínimo necesario este en proporción a las
principales exposiciones al riesgo de las compañías de seguros, no es necesario
que la fórmula de cálculo de la exigencia de margen mínimo sea demasiado
refinada ni demasiado adaptada a los riesgos de la empresa: no se trata de medir
el riesgo de quiebra de las compañías de seguros del mercado, sino de fijar un
umbral mínimo por debajo del cual la autoridad supervisora tiene la cuasi–certeza
de que este riesgo es demasiado elevado. Por el contrario, el alcance de la
intervención supervisora desencadenada por el incumplimiento de este mínimo
induce a escoger criterios de cálculo lo más simples y lo más objetivos posibles
con el fin de mantener unas condiciones de competencia equitativas. También
debido a las posibles consecuencias de la intervención supervisora, este umbral
mínimo debe ser definido imperativamente a nivel de cada aseguradora.
88. Los dos límites actuales del sistema europeo, fondo de garantía mínimo y mínimo
de margen de solvencia, responden a esta función. Lo mismo sucede con los
niveles del RBC americanos, que hacen posible o implican que automáticamente
que la empresa pase a ser controlada por la autoridad de supervisión ("authorised
control level" y "mandatory control level" respectivamente)43.

40
Esta crítica se formula en el informe KPMG, tanto para el sistema europeo como para el sistema
RBC americano (véase el cuadro del apartado 10.5.4).
41
Estas dos concepciones aparecen claramente en el informe Sharma (parte 5.5 sobre el papel del
capital en un sistema cautelar).
42
Si las reservas se evalúan con prudencia, las consecuencias de este mal funcionamiento pueden,
sin embargo, no perjudicar demasiado a los asegurados (o al fondo de garantía cuando éste existe).
43
Véase MARKT/2085/01.
18
89. La segunda función que puede asignarse a un mínimo necesario de margen es la
de constituir un límite que sirva de alerta precoz o anticipada de las dificultades
de una empresa. Sólo por el hecho de caer por debajo de este límite mínimo no
estaría justificada una intervención importante y constrictiva por parte de la
autoridad supervisora; sino que más bien implicaría la aplicación de una
supervisión minuciosa de la sociedad y la prescripción de medidas correctoras
menos drásticas o más escalonadas en el tiempo.
90. Para una función de este tipo, y al objeto de disponer de un indicador eficaz,
puede parecer más aconsejable tratar de reflejar exactamente el perfil de riesgo
global de la empresa. Sin embargo, como ha demostrado el estudio de los
sistemas RBC, sea cual sea la sofisticación de una fórmula estándar para
determinar el margen mínimo necesario, su eficacia como indicador avanzado de
dificultades parece limitada. El análisis de los expedientes de control y el análisis
comparado de una serie de cocientes financieros44 parecen más eficaces en esta
función.
91. La normativa existente sobre margen de solvencia no ejerce esta función: pero
esta carencia es coherente con la ausencia más general de armonización, en las
directivas actuales, de los instrumentos y métodos y herramientas de control (y,
en particular, otros posibles indicadores de alerta precoz).
92. El tercer enfoque posible consiste en determinar el capital necesario "para hacer
frente a los riesgos de explotación", es decir, para mantener un riesgo muy bajo,
casi nulo, de insolvencia. Este nivel de capital es quizá más bien un objetivo de
capital que un capital mínimo45. Es en cualquier caso mucho más elevado que el
umbral que desencadena una intervención automática y coercitiva por parte de las
autoridades supervisoras. No parece inimaginable que el capital de una empresa
esté temporalmente por debajo de este nivel (en un "mal año"), sin que sea
necesario intervenir46: el riesgo de ruina seguiría siendo suficientemente bajo para
esperar que los beneficios suplan la "insuficiencia" temporal de fondos propios.
93. A diferencia de los cocientes utilizados por los supervisores para que sirvan de
alerta, el nivel de capital necesario aquí mencionado debe condicionar la gestión
de la empresa, tanto su política de asunción de riesgo como su política de
distribución de dividendos o beneficios. También puede servir de base para
iniciar una discusión con la autoridad supervisora y constituir el fundamento de la
valoración por parte de ésta de la salud financiera real de la empresa.

44
Tal y como la presentó Alemania en la reunión del 29 de abril o como el sistema FAST utilizado
por la NAIC.
45
La nota MARKT/2515/02 ya mencionaba este concepto y se refería en particular al concepto de
"zona objetivo" del sistema finlandés o al principio n° 3 del segundo pilar del proyecto de Basilea.
46
La verificación de que se trata de un "mal año" (que no tiene por qué reproducirse) es obviamente
necesaria.
19
94. Desde el punto de vista metodológico, el cálculo del capital necesario para hacer
frente a los riesgos de explotación debe tener en cuenta en la medida de lo posible
las particularidades del perfil de riesgo de la empresa. A falta de ello, puede
suceder que dicho cálculo esté desvinculado de la gestión de riesgos de la
empresa o, lo que es aún más grave, de llegar a decisiones inadecuadas para la
empresa (asunción de riesgos o adopción de decisiones de inversión orientadas
por una norma exterior a la empresa y no por un análisis interno). Por otro lado,
sería deseable que este cálculo, efectuado tomando como hipótesis la continuidad
de explotación, integre elementos prospectivos47 como las previsiones de nuevos
negocios.
95. A pesar de los considerandos de la Directiva, el mínimo de margen de solvencia
parece que no se corresponde totalmente con este tercer concepto de capital
deseable. Las exigencias de tipo RBC de "primera generación" aparecen también
demasiado estandarizadas para ejercer esta función. Algunas autoridades
supervisoras desarrollan sistemas de "pruebas", basados en uno o varios marcos
hipotéticos, que corresponden mejor a este tercer enfoque. Se pueden citar en
particular la prueba dinámica de suficiencia de capital de Canadá o el concepto de
"continuity test" del proyecto holandés. Los modelos internos de riesgos
desarrollados por algunos grupos de seguros constituyen igualmente una vía
prometedora para la evaluación de este nivel de capital deseable.
2.3. ¿Hasta dónde llegar en la armonización?
2.3.1. Armonización y mercado único europeo
96. El proyecto Solvencia II debería permitir reforzar la armonización de las normas
y prácticas prudenciales y mejorar de ese modo la integración del mercado único
europeo.
97. Varios intervinientes expresaron su deseo de conseguir una mayor armonización.
En particular, organismos representantes a las compañías48 de seguros han
destacado la necesidad de contar con normas más homogéneas para evitar las
distorsiones de competencia. Consideran que existen dos ámbitos en los que
resulta necesario avanzar: las provisiones técnicas y las normas cuantitativas
sobre las inversiones. Además, plantean la cuestión de la armonización de las
normas entre el sector bancario y el sector asegurador cuando los productos
comercializados son similares49.

47
No hay que deducir de ello que las exigencias actuales de margen no contienen elementos
prospectivos, ya que las normas de evaluación de las reservas son conceptos prospectivos
(previsiones de pagos futuros).
48
CES: posición de agosto de 2002, FFSA: posición de julio de 2002, ACME: posición de
septiembre de 2002.
49
Esta cuestión también se planteó en el documento de debate presentado por Países Bajos en la
reunión de 22 de octubre de 2002.
20
98. Una mejor armonización de los sistemas prudenciales europeos permitiría
también reforzar el fundamento del reconocimiento mutuo y la cooperación entre
autoridades supervisoras. En el contexto actual, se puede considerar que las bases
de las presentes directivas son suficientes para garantizar el reconocimiento
mutuo de los controles. Sin embargo, la próxima ampliación de la Unión Europea
a diez nuevos países puede cambiar los términos del debate: para mantener, en un
terreno mucho más amplio con casos hipotéticos mucho más variados, el
principio de reconocimiento mutuo, para hacer posible la cooperación entre
veinticinco autoridades supervisoras, parece indispensable introducir las bases de
una cultura común de supervisión prudencial, ahora mismo en situación
embrionaria.
99. Incluso dentro del perímetro actual de la Unión, la progresiva creación de grupos
verdaderamente transnacionales ha creado, desde que existen las terceras
directivas, una necesidad mayor de armonización (que supera, por otra parte, los
límites del sector del seguro). Uno de los síntomas es, por ejemplo, la voluntad
política recientemente afirmada a nivel europeo de reducir la carga administrativa
que representa, para los grupos transnacionales, la elaboración de distintos
estados contables, reglamentarios o fiscales según los Estados. Como advierte el
informe del "Forum Group n° 10" sobre esa cuestión50, este objetivo no puede
lograrse si no existe una mayor coordinación de las autoridades normativas y
supervisoras en la transposición y aplicación de la legislación comunitaria.
100. Los mismos objetivos del proyecto Solvencia II hacen que sea necesario prestar
una mayor atención a las cuestiones de armonización. En efecto, uno de esos
objetivos es tener más en cuenta el perfil de riesgo específico de cada compañía
de seguros, lo cual exige una cierta flexibilidad: por ejemplo, normas
cuantitativas moduladas en función de la situación de las sociedades (el
reconocimiento de modelos internos) o la evaluación, a veces cualitativa, de los
riesgos por los supervisores ("segundo pilar")… En todos los casos, esta nueva
flexibilidad debe ir acompañada de garantías en lo relativo a la igualdad de trato
de las empresas. La cuestión se plantea cuando la misma autoridad supervisora
controla a varias empresas y, sobre todo cuando se hallan implicadas diferentes
autoridades supervisoras.
101. Los mejores medios para conseguir un grado de armonización satisfactorio
seguirán siendo tema de discusión en las posteriores etapas del proyecto. Sin
embargo, parece útil exponer ya algunas reflexiones preliminares para iniciar el
debate.

50
Forum Group n°10 – Reporting requirements – Final synthesis report – 14 de octubre de 2002.
Este Grupo de trabajo estaba compuesto por representantes de la industria (sin distinción de
sectores financieros): presentó su informe en el consejo "Asuntos Económicos y Financieros"
(consejo ECOFIN).
21
102. En primer lugar, la aprobación de una normativa de tipo "Lamfalussy" permite
tener objetivos ambiciosos en términos de armonización. En particular, ofrece la
posibilidad de contemplar una convergencia de las prácticas de control mediante
la acción del Comité de nivel 3: métodos y normas de supervisión comunes,
control inter pares51, comparaciones de prácticas de supervisión. Ahora bien, todo
indica que en algunos casos el medio más eficaz para favorecer la armonización
de la normativa europea no es la adición de nuevas normas más precisas, sino
fomentar la convergencia de las prácticas de las empresas mediante una
interpretación común de las normas prudenciales52.
103. En segundo lugar, Solvencia II debería presentarse como un conjunto, a ser
posible completo, de principios y normas: estas normas y estos principios
presentarán un grado de flexibilidad diferente que justificará el empleo de
distintos medios para obtener la armonización deseada.
104. Como ejemplo, si se admite que deben definirse algunos niveles o umbrales
mínimos necesarios de margen de solvencia ("redes de seguridad") para detectar
situaciones manifiestamente anormales53, el incumplimiento de estos límites
implicará intervenciones importantes por parte de las autoridades supervisoras
(bloqueo de activos, salida del mercado): en esos casos, los niveles y la naturaleza
de las intervenciones deben definirse con intención de conseguir una
armonización máxima. En cambio, cuando se trate de niveles deseables u
objetivos de margen de solvencia (capital económico) o de principios de gestión
de riesgos sana ("principio de persona prudente", por ejemplo), la verificación de
las normas estará influida por las características propias de la empresa, se
inscribirá necesariamente en un diálogo con ésta: la armonización de la normativa
no podrá, por lo tanto, estar garantizada eficazmente más que por la convergencia
de las prácticas de supervisión.

51
"Peer reviews".
52
Se puede, por ejemplo, remitir a las conclusiones del Grupo de trabajo sobre las reservas técnicas
no de vida. También figuran algunas propuestas de armonización de las prácticas de control en el
informe del Grupo de trabajo de vida y en el informe Sharma.
53
Capitalización insuficiente, concentración demasiado elevada de las inversiones en un mismo
emisor, etc.
22
105. Entre los medios que pueden favorecer la convergencia no habría que omitir,
junto con las normas cuantitativas comunes y con una comparación más
cualitativa de las prácticas de supervisión, otro instrumento importante: la
obtención de datos estadísticos comunes54. Actualmente, este instrumento está
aún poco desarrollado. Habrá, sin duda, que definir, en una fase bastante precoz
del proyecto (comienzo de la fase 2), los ámbitos en los cuales será necesario un
seguimiento estadístico común: seguimiento, que puede estar destinado a
asegurarse en que áreas se ha producido la verdadera convergencia de las
prácticas (por ejemplo, prácticas de constitución de provisiones técnicas55), al
seguimiento de determinados riesgos fundamentales (riesgos de mortalidad o
supervivencia para el seguro de vida56), eventualmente a la determinación de
parámetros o mediciones de riesgos comunes. Por el contrario, los datos
estadísticos cuya recogida sólo se justifica por una particularidad del mercado
nacional no podrán evidentemente ser objeto de un esfuerzo de armonización.
106. En el mismo orden de ideas (seguimiento de los riesgos), el informe Sharma
propone también armonizar los principales indicadores de alerta precoz de
riesgos57.
2.3.2. El contexto internacional y las evoluciones futuras
107. En la primera fase de Solvencia II se prestó una atención especial al estudio de los
proyectos en curso a nivel nacional, tanto en Europa como en el extranjero58, e
internacional59. Estos proyectos influyen naturalmente en el ejercicio Solvencia II
que no debe aislarse de las principales corrientes de reflexión internacionales; a la
vez, sería deseable que el proyecto Solvencia II influya sobre algunos de estos
proyectos.
1.1.1.1. Las futuras normas contables NIC
108. El proyecto Solvencia II se inscribe en un contexto de evolución radical de las
normas contables aplicables al seguro. Ahora bien, una buena parte del sistema de
solvencia se basa y seguirá basándose en las cuentas de las compañías de seguros.
Hasta ahora las cuentas utilizadas por las autoridades supervisoras no han diferido
significativamente de estados contables de las empresas. A diferencia de lo que
existe en los Estados Unidos, por ejemplo, la legislación europea no distingue las
cuentas "prudenciales" y "cuentas anuales" de las aseguradoras y la Directiva
contable del seguro, 91/674/CEE, está integrada en el sistema prudencial, como
muestran claramente los considerandos de dicha Directiva60, así como los de las
terceras directivas de vida y no de vida61.

54
Se trata de una de las recomendaciones del informe Sharma (conclusión).
55
Informe del Grupo de trabajo no de vida (MARKT/2529/02).
56
Informe del Grupo de trabajo de vida (MARKT/2528/02).
57
En inglés, "early warning indicators".
58
Se ha realizado un estudio a los sistemas cautelares americano, canadiense y australiano. Se ha
dedicado una jornada a la exposición de los sistemas y proyectos europeos.
59
Se ha dedicado una nota al proyecto de Basilea en el sector bancario, otra al proyecto del IASB,
una última a los proyectos de la IAIS y la AAI.
60
Directiva 91/674/CEE, 5º, 14º y 15º considerandos (ámbito de la Directiva, reservas técnicas de
vida y no de vida).
61
Directiva 92/49/CEE, 4º y 12º considerandos. Directiva 92/96/CEE, 4º considerando.
23
109. Una reciente nota62 de los servicios de la Comisión expuso los vínculos entre
cuentas financieras y cuentas prudenciales, tal y como son actualmente y tal y
como podrían ser en el futuro. Esta nota recuerda igualmente el principio de la
adopción de las normas internacionales NIC en la Unión Europea, a partir de
2005, para las empresas con cotización oficial. Hace balance de los trabajos del
IASB sobre el seguro y evoca las necesidades de las autoridades supervisoras en
lo relativo a la información contable. Esta nota ha servido de base a un debate del
subcomité el 28 de junio de 2002.
110. Este debate sacó a la luz la necesidad de examinar el problema desde una
perspectiva temporal.
111. A largo plazo, y a pesar de las incertidumbres que siguen estando vinculadas al
proyecto NIC, todo indica que la mejor solución sería que el sistema prudencial
se basara en las normas internacionales aplicables a todas las compañías de
seguros de la Unión. Los estados solicitados por los supervisores serían, por lo
tanto, las cuentas y estados contables de las aseguradoras a las que se añadiría
información complementaria o reformulaciones simples63. En el caso
desfavorable de que las normas NIC adoptaran principios de evaluación que se
consideraran incompatibles con los objetivos de la supervisión prudencial, podría
plantearse la posibilidad de llevar a cabo reformulaciones más importantes de
algunas partidas contables, aunque en número limitado64. La solución consistente
en desarrollar y actualizar un conjunto autónomo de normas de contabilidad
"prudencial" no se considera una empresa realista.
112. Conservar en la medida de lo posible un único conjunto de cuentas para la
contabilidad y la supervisión prudencial tiene claras ventajas, como destacan
varios intervinientes. En primer lugar, unas normas contables completamente
armonizadas, utilizadas como base de la documentación a remitir a los
supervisores, serán un vector de armonización muy eficaz de los métodos de
medición de riesgo y de supervisión. Se reduciría considerablemente la carga que
constituye actualmente para las empresas la elaboración de los distintos estados
reglamentarios y contables nacionales65. En segundo lugar, la calidad de la
información proporcionada a las autoridades supervisoras se beneficiaría del
proceso de validación de las cuentas financieras. Por otra parte, unas normas
internacionales armonizadas, si son bien asimiladas por el sector asegurador,
constituirán muy probablemente uno de los fundamentos de los sistemas de
gestión y control interno de las empresas y grupos de seguro: el interés de utilizar
estas mismas normas para la supervisión prudencial sería aún mayor.
113. El debate sobre las normas contables internacionales para el seguro llevará más
tiempo del que se había previsto inicialmente. El IASB ha dividido su proyecto en
dos fases. La primera fase, destinada a respetar el horizonte de 2005 establecido
por la Comisión, se referirá, para un elevado número de normas contables
esenciales, a las reglamentaciones nacionales. No disminuirá, por lo tanto,
significativamente el número de opciones. La segunda fase, prevista para 2007 ó
2008, debería dar como resultado unas normas más armonizadas.

62
MARKT/2514/02. Mayo de 2002.
63
Es la opción 1.1 presentada en el documento MARKT/2514/02.
64
Es la opción 2.1 presentada en el documento MARKT/2514/02.
65
Es una de las conclusiones del "Forum group on reporting requirements" ya mencionado.
24
114. Actualmente, subsisten incertidumbres tanto sobre el contenido de la primera fase
(definición del contrato de seguro, en particular) como sobre el de la segunda fase
(normas de evaluación de las provisiones, por ejemplo). A nivel europeo e
internacional, tanto por parte de las compañías de seguros como de las
autoridades supervisoras, el proyecto del IASB para el seguro es objeto de un
nutrido debate. En este contexto resulta difícil pronosticar las orientaciones
definitivas del proyecto.
115. En el supuesto de que las normas armonizadas entren en vigor en 2007 ó 2008,
estas normas sólo se aplicarán a las empresas con cotización oficial, es decir,
fundamentalmente a las cuentas consolidadas de los grupos de seguros, pero no a
la totalidad de las compañías de seguros de los distintos mercados europeos66.
Una revisión de la Directiva sobre la contabilidad de las compañías de seguros
será entonces necesaria tanto para garantizar la aplicación de los mismos criterios
contables para las compañías con cotización oficial o sin ella como para
fundamentar un sistema prudencial común.
116. Después, será necesario un período transitorio bastante largo, de al menos dos
años, para la aplicación de la nueva norma NIC para el seguro. Además, para
enunciar las normas propiamente "prudenciales" (incluyendo las normas
cuantitativas, tales como la exigencia de fondos propios entre otras), es probable
que hagan falta algunos años más para permitir la recogida de series estadísticas,
la puesta a punto de los indicadores de riesgo más adecuados y la validación del
nuevo sistema por la experiencia práctica. Es importante que las
disfuncionalidades administrativas vinculadas a estas distintas fases de transición
sean todo lo limitadas que sea posible para las compañías.
117. El retraso en la elaboración de las normas NIC implica dificultades de
planificación para el proyecto Solvencia II. Pueden plantearse distintas maneras
de solucionar estas dificultades.
118. Una primera opción posible es esperar que las normas contables internacionales
para seguros sean adoptadas en la Unión Europea por todas las compañías de
seguros. En ese caso hipotético, el proyecto Solvencia II debería limitarse, por
ahora, a la elaboración de un "proceso de supervisión prudencial" europeo
(comparable al "segundo pilar" de Basilea). Las normas cuantitativas (primer
pilar) se congelarían hasta la adopción del nuevo marco contable.
119. Según los servicios de la Comisión, esta primera opción no es la mejor. En efecto,
tendría varias ventajas proseguir el conjunto de los trabajos de Solvencia II,
incluidos los realizados sobre los aspectos cuantitativos:
• el desarrollo del "proceso de revisión prudencial" se vería facilitado por el
debate simultáneo sobre las normas cuantitativas, ya que estos dos
"pilares" del sistema prudencial son complementarios;

66
No obstante, algunos Estados miembros ya han declarado su intención de exigir la contabilidad
con arreglo a las NIC a todas las compañías de seguros.
25
• estos trabajos podrían contener incentivos para que las empresas midieran
mejor la mayoría de sus "riesgos", es decir la volatilidad de las grandes
partidas de las cuentas67, sin esperar a la llegada de nuevas normas
contables;
• podrían constituir una fuente de inspiración para los proyectos
internacionales en curso.
120. Este tipo de enfoque, que consiste en adoptar una solución provisional a la espera
de normas contables internacionales definitivas, ha sido adoptado por varias
autoridades supervisoras68, tanto en el exterior como en el seno de la Unión
Europea, para llevar a cabo reformas en los sistemas prudenciales.
121. Los servicios de la Comisión identifican dos maneras de abordar esta fase
transitoria.
122. Una solución consistiría en tomar como fundamento la base contable existente y
procurar modificar únicamente las normas esenciales al sistema de solvencia
(provisiones técnicas, evaluación de los activos) en el sentido de conseguir una
mayor armonización. En una fase posterior, cuando se conocieran las soluciones
del IASB, el sistema prudencial se modificaría consecuentemente.
123. Otra solución consistiría en tratar de orientar los trabajos de Solvencia II teniendo
en cuenta, en tiempo real, las evoluciones del proyecto del IASB. El objetivo de
este planteamiento consistiría en basarse en normas contables lo más cercanas
posible al resultado final de los trabajos del IASB. La ventaja de este último
enfoque sería estar más en consonancia con el proyecto del IASB. Su
inconveniente sería que se dependería demasiado de los puntos aún pendientes en
este proyecto.
2.3.2.1 Las normas prudenciales y actuariales internacionales
124. Varios proyectos relativos a las normas prudenciales están en curso a nivel
internacional. Una nota69 de los servicios de la Comisión ha descrito en particular
la labor que se está realizando en la Asociación internacional de Supervisores de
Seguros (IAIS) y la de la Asociación Actuarial Internacional (AAI).
125. En materia de solvencia, la IAIS definió un programa de trabajo ambicioso para
elaborar directrices que precisen y refuercen los principios de solvencia ya
enunciados. Entre los temas de estudio más avanzados se mencionarán los
siguientes: provisiones técnicas, papel de los actuarios en el sistema prudencial,
niveles de control de la solvencia y pruebas de comportamiento70. Ya está
previsto el calendario de trabajo hasta finales de 2005.

67
Se piensa, por ejemplo, en la cuestión del nivel de prudencia en las reservas.
68
Véase el MARKT/2514/02 que cita a Países Bajos, Reino Unido, Dinamarca y Australia. Los
miembros de la Unión Europea tienen naturalmente una dificultad suplementaria, la que impone la
actual Directiva sobre la contabilidad del seguro.
69
Nota MARKT/2520/02, debatida en el subcomité de 22 de octubre de 2002.
70
"Stress tests".
26
126. La AAI constituyó, por su parte, un Grupo de trabajo sobre "una estructura de
solvencia y capital en función del riesgo71". Este grupo ha examinado un elevado
número de sistemas prudenciales existentes. Ahora debería estudiar los principios
y métodos que deben utilizarse para cuantificar el total de fondos necesarios para
que el asegurador cumpla con sus compromisos frente a los asegurados con un
nivel de probabilidad determinado. Los modelos de riesgos internos y los
modelos estándar figuran en su programa de trabajo.
127. Está claro que la evolución de los dos proyectos anteriormente mencionados
deberá ser tenida en cuenta en las próximas etapas del proyecto Solvencia II.
128. El objetivo a largo plazo de conseguir una convergencia de las normas
prudenciales internacionales implica muchas ventajas que no se van a recordar
aquí. Es probable que a más corto plazo las normas decretadas a nivel
internacional (aún suponiendo que figuren automáticamente en la legislación
europea) deberán completarse sustancialmente por normas más precisas a nivel
europeo y nacional. Sin embargo, es importante que los trabajos del proyecto
Solvencia II no impidan una convergencia a más largo plazo. Es necesario, por lo
tanto, que sean, en su espíritu, compatibles con la evolución internacional.
129. Actualmente, parece que es el caso. Los temas objeto de estudio de la primera
fase de Solvencia II coinciden con los temas seleccionados por la IAIS. Las
primeras informaciones sobre el Grupo de trabajo de la AAI ponen de manifiesto
que ésta tuvo en cuenta el mismo contexto internacional que el proyecto
Solvencia II (desarrollo del proyecto de Basilea, evaluación de los sistemas RBC,
modelos internos). Los intercambios de ideas se hacen, por otra parte, en los dos
sentidos, tanto del nivel internacional hacia el nivel europeo como en el sentido
inverso. Los Estados miembros han señalado que participan activamente en los
trabajos de la IAIS.
130. En esta fase, los servicios de la Comisión no estiman que exista conflicto de
perspectivas que pueda retrasar los trabajos del proyecto Solvencia II y, en
concreto, la decisión sobre la forma del sistema de solvencia.
131. Por el contrario, señalan que los trabajos internacionales en curso podrán
enriquecer muy provechosamente los trabajos técnicos de la segunda fase del
proyecto. Por ejemplo, la investigación del Grupo de trabajo de la AAI sobre la
medida de los riesgos facilitará los trabajos europeos sobre los niveles de capital
deseables.

71
"Risk-based capital solvency structure working party".
27
3. REFLEXIONES SOBRE LA ARQUITECTURA DEL SISTEMA DE SOLVENCIA
132. En la parte que sigue a continuación se exponen las reflexiones preliminares de
los servicios de la Comisión sobre la arquitectura de un futuro sistema de
solvencia para la Unión Europea.
133. Como fundamentos de estas reflexiones, los servicios de la Comisión retienen los
siguientes principios:
• la estructura con "tres pilares" del proyecto de Basilea puede adaptarse al
sector asegurador;
• el futuro sistema de solvencia debe adaptarse a los riesgos que afectan a
las empresas: debe animar, por lo tanto, a las empresas a medir y a
controlar sus riesgos y a contener principios más detallados de control
prudencial;
• su estructura debe permitir su evolución posterior en función de las
evoluciones internacionales sobre control prudencial y contable. También
debe evitar la multiplicación de los sistemas de información y el arbitraje
reglamentario.
134. Además de los debates de la primera fase, los servicios de la Comisión sacan la
conclusión de que sería necesario introducir un nuevo concepto en el sistema
de solvencia, el de capital objetivo (o capital deseable). Hasta cierto punto, este
concepto substituirá al de margen de solvencia.
135. Debería incentivarse a las compañías de seguros a evaluar los fondos propios que
necesitan para reducir su riesgo de insolvencia a un nivel suficientemente bajo.
Pueden esperarse muchos avances en los métodos de evaluación de este nivel de
capital, con el perfeccionamiento de los modelos de riesgos internos y las
investigaciones sobre "modelos estándar" en los ámbitos actuariales y en las
autoridades supervisoras.
136. Este concepto debería disociarse claramente del nivel de capital que sirve de
"salvaguardia", cuyo método de determinación debe ser más inmediato.
Asimismo es necesario prever la utilización de los "indicadores de alerta precoz"
en un marco más amplio que el del nivel de los fondos propios.
137. La cuestión de la distribución de la prudencia entre provisiones técnicas y la
exigencia de fondos propios puede parecer secundaria72 si se exigieran las mismas
garantías sobre los fondos propios que sobre las provisiones (capital no
distribuible, materialización en activos de calidad). Sin embargo, la construcción
de un sistema prudencial práctico impone que se busque un nivel de prudencia
común en las provisiones, sin perder de vista la volatilidad de las estimaciones de
siniestros del asegurador del que se trate. En efecto, por encima de este nivel de
provisiones seguirá definiéndose el mínimo de capital de "salvaguardia", al que
seguirá estando asociada la posibilidad de una intervención importante por parte
de la autoridad supervisora. La protección de los intereses de los asegurados
también exige que estas provisiones sean objeto de una política de inversión
suficientemente prudente.

72
Al menos si se pueden calificar como "secundarias" las consideraciones fiscales.
28
138. En una fase posterior del proyecto habrá que examinar de manera más precisa el
nivel de prudencia general del sistema prudencial. Entonces será necesario
asegurarse de la total complementariedad de los distintos elementos del sistema
prudencial (provisiones, activos y exigencia de fondos propios), y, en concreto, de
la coherencia entre de los distintos niveles de prudencia exigidos para cada uno de
ellos.
139. Por último, como ha mostrado la segunda parte de esta nota, la valoración de la
solvencia de un asegurador no se resume en una exigencia de fondos propios, ni
siquiera en un conjunto de exigencias financieras más variadas. El mejor medio
para fomentar y comprobar la calidad de la gestión de los riesgos de una
aseguradora es establecer un proceso de supervisión prudencial reforzado,
teniendo en cuenta los riesgos vinculados a la organización y al método de
dirección de la empresa. La evaluación de un capital objetivo deseable, teniendo
más en cuenta el perfil de riesgo de la empresa, requerirá también una nueva
definición del proceso de supervisión, sobre todo cuando se haga uso de modelos
internos. Estos cambios tendrán, en particular, repercusión sobre el control de los
grupos.
140. De forma más detallada, estas ideas pueden dar como resultado unos sistemas
prudenciales bastante diferentes. Ésta es la razón por la que los servicios han
procurado, a lo largo de esta nota, mencionar varias opciones posibles, todas las
cuales les parecen compatibles con lo aprendido en la primera fase de Solvencia
II. Con la discusión de estas opciones se pretende iniciar un debate más concreto
sobre la forma del sistema de solvencia.
141. Esta lista de posibilidades no puede, sin embargo, considerarse exhaustiva y se
invita a los intervinientes a comunicar otras soluciones que les parezca que
puedan debatirse.
142. Para facilitar la exposición, las distintas ideas se clasifican, en la medida de lo
posible, con arreglo a los "pilares73" a los que corresponden.

73
En el sentido del proyecto de Basilea.
29
3.1. Primer pilar
143. El primer pilar del sistema prudencial contendrá las exigencias financieras
"cuantitativas" del sistema. Para el sector asegurador, este pilar debe contener al
menos disposiciones sobre las provisiones técnicas, las inversiones efectuadas por
la aseguradora y sus fondos propios. Esta conclusión es el resultado de todos los
estudios y contribuciones recibidas en la primera fase del proyecto Solvencia II.
El capítulo examina, por lo tanto, cada uno de estos temas.
144. Asimismo, merece la pena abordar otros temas, en particular el de la competencia
entre normas bancarias y normas de seguro, cuando los productos
comercializados en los dos sectores son comparables o incluso idénticos.
3.1.1. Provisiones técnicas
145. El primer principio de solvencia enunciado por la IAIS se refiere a las provisiones
técnicas. Éstas deben ser "suficientes, fiables, objetivas74", permitiendo por otro
lado "la comparación entre las aseguradoras".
146. A la luz de estos criterios, la principal debilidad del sistema europeo actual es sin
duda que no permite suficientemente la comparación entre aseguradoras.
3.1.1.1. Provisión de prestaciones de no vida
147. No parece que deba ponerse en entredicho el principio de prudencia en las
provisión de prestaciones. No obstante, como muestra el informe del Grupo de
trabajo sobre provisiones técnicas de no vida, este principio corresponde
actualmente a prácticas demasiado dispares con las que se llega a niveles de
prudencia heterogéneos en Europa e incluso, a veces, en un mismo mercado
nacional.
148. Los servicios de la Comisión recogen aquí las dos posibilidades mencionadas por
el Grupo de trabajo.
149. La primera consiste en reforzar el principio de prudencia de las directivas
mediante la adopción de directrices sobre la gestión de los siniestros y la
constitución de las provisiones. La puesta a punto de estadísticas comunes (o, al
menos, comparables) permitiría igualmente un mejor seguimiento de los niveles
de constitución de provisiones en la Unión Europea. Estas medidas son del tipo
"segundo pilar", para seguir el vocabulario del proyecto de Basilea.
150. La segunda solución consistiría en establecer una referencia cuantitativa del nivel
de prudencia de las provisión de prestaciones, inspirándose por ejemplo en la
solución adoptada por la autoridad supervisora australiana (APRA). Las normas
del tipo "segundo pilar" ya mencionadas estarían previstas de forma paralela.
151. Los servicios de la Comisión son conscientes de las dificultades metodológicas de
esta segunda solución (que se recuerdan en el informe75): consideran, no obstante,
que esta solución tendría la ventaja de enviar una señal más clara al mercado. Su
opinión, en esta fase, es que esta solución sería más eficaz para alcanzar la
armonización pretendida. Tampoco se excluye que facilite el paso a nuevas
normas contables.

74
"adequate, reliable, objective" .
75
En particular la cuestión del nivel de agregación pertinente al que aplicar esta norma.
30
3.1.1.2. Provisión de estabilización
152. Las provisiones de estabilización están muy poco armonizadas actualmente. Se
trata probablemente de la partida contable que más "falsea" la comparación de los
niveles de margen de solvencia en la Unión Europea. Para resolver este problema
los servicios de la Comisión han encontrado tres alternativas.
153. La primera consiste en uniformizar la situación en Europa suprimiendo las
provisiones de estabilización (o reclasificándolas en los fondos propios). Esta
solución seguiría la línea de los actuales proyectos del IASB. Sin embargo, esta
opción podría tener repercusiones fiscales negativas para algunos mercados.
Ahora bien, con una perspectiva de continuidad de explotación, parece totalmente
justificado permitir que las compañías de seguros reserven con exención de
impuestos los beneficios de los años con escasa siniestralidad para poder hacer
frente a los años desfavorables: la mutualización de los riesgos volátiles a veces
sólo puede hacerse con el tiempo.
154. La segunda solución consistiría en conservar la diversidad de las normas locales,
pero neutralizar sus efectos negativos sobre la comparación de los niveles de
solvencia. Esto podría hacerse simplemente teniendo en cuenta los fondos propios
y las provisiones de estabilización en el margen de solvencia constituido.
Paralelamente, la exigencia de fondos propios podría reflejar mejor los riesgos de
catástrofe y los riesgos vinculados a las actividades volátiles (véase más
adelante).
155. Una tercera solución consistiría en uniformizar la situación ampliando el ámbito
de las provisiones de estabilización a todas las actividades consideradas volátiles
(grandes riesgos, catástrofes climatológicas, existencia de un riesgo de catástrofe,
etc.). A nivel técnico, habría entonces que determinar un mecanismo de
igualación que tenga suficientemente en cuenta la volatilidad de la actividad en
cuestión76. La ventaja de esta solución sería la sensibilización de las compañías a
la volatilidad de sus actividades. Su inconveniente es que, en una perspectiva a
largo plazo, este sistema exigiría una reelaboración bastante importante de las
cuentas establecidas con arreglo a las NIC.
156. En cualquier caso, en este tercer caso hipotético, seguiría sin duda siendo
necesario añadir fondos propios y provisiones de estabilización a la hora de
calcular el margen constituido. En efecto, la comparación de las provisiones de
estabilización de dos compañías de seguros no es muy significativa, ya que estas
provisiones son el resultado del historial propio a cada compañía. En cambio,
consideradas junto con los fondos propios de las empresas, dan una buena idea
del colchón de seguridad total disponible en caso de que se produzca un
acontecimiento desfavorable.
3.1.1.3. Otras provisiones técnicas de no vida
157. En esta fase, los servicios de la Comisión no piensan que sea necesario cambiar
las definiciones o principios relativos a las otras provisiones técnicas de no vida.
Bien es cierto que existen necesidades puntuales de armonización de las
prácticas77, pero estas necesidades podrán ser tratadas por el Comité de nivel 3
(como define el enfoque reglamentario denominado "Lamfalussy").

76
Estos mecanismos existen en Alemania o Finlandia y podrían tomarse como punto de partida.
77
En lo relativo a reservas para riesgos en curso, por ejemplo.
31
3.1.1.4. Provisiones matemáticas (seguro de vida)
158. Los principios generales enunciados por las terceras directivas parecen seguir
siendo válidos78: principio de una evaluación prospectiva, suficientemente
prudente, que tenga en cuenta todas las prestaciones garantizadas (incluidos los
valores de rescate garantizados), las participaciones en los beneficios, los gastos
de gestión futuros, así como todas las opciones incluidas en el contrato; principio
de prudencia en la elección del tipo de interés técnico; principio de prudencia en
las evaluaciones estadísticas; principio de continuidad del método empleado, etc..
A lo sumo, debería reafirmarse con más fuerza el principio de prudencia a la hora
de elegir las tablas de mortalidad.
159. Sin embargo, estos principios no son suficientemente precisos para garantizar una
armonización efectiva de las provisiones matemáticas en Europa. De la elección
de los numerosos parámetros actuariales depende el nivel de prudencia general de
las provisiones. El principal de ellos es sin duda el tipo de interés elegido para la
actualización. Otro parámetro importante, para determinados contratos, es la
elección de la tabla de mortalidad.
160. En lo relativo al tipo de interés técnico, la Directiva incluye dos opciones de
cálculo muy diferentes en su principio; estas dos opciones no cubren, por otra
parte, la totalidad de los contratos.
161. La cuestión de la armonización de los tipos de interés técnicos debe situarse en el
contexto de una evolución previsible de las normas contables. Parece
contraproducente que el proyecto Solvencia II inicie una armonización completa
de los métodos de cálculo de las provisiones de seguro de vida cuando quizás
resulte necesaria una revisión fundamental de estas normas pocos años después de
esta armonización con motivo de las nuevas NIC. No parece, por lo tanto,
prioritaria a medio plazo la supresión de una de las dos opciones de la Directiva79.
162. Esta observación no significa que no sea posible o deseable realizar ningún
esfuerzo de armonización durante la fase transitoria en que deberá aplicarse el
sistema prudencial "Solvencia II" y hasta que no se concreten las NIC.
163. En particular, la primera opción de la Directiva80, que es la más utilizada en la
Unión Europea, tiene una cierta ambigüedad de redacción. No se precisa si el tipo
de interés técnico puede fijarse cuando se origina el contrato (y no se puede
modificar durante toda la duración del contrato en cuestión) o si, por el contrario,
este tipo debe revisarse periódicamente para todos los contratos en cartera en
función de la evolución de los tipos de la deuda del Estado. La primera
interpretación, frecuentemente adoptada, no deja de plantear problemas
prudenciales en un contexto de reducción de los tipos.

78
Es la conclusión del Grupo de trabajo de expertos creado por la Comisión en 2002 para estudiar
los temas relativos al seguro de vida (informe MARKT/2528/02).
79
Ninguna de las dos opciones de la Directiva sigue la línea de los proyectos actuales del IASB. En
la segunda opción, los tipos de actualización dependen del rendimiento de los activos de la
empresa, mientras que el IASB se referirá, con toda probabilidad, a tipos de mercados. La primera
opción hace referencia a tipos de mercado: pero la analogía no va más allá (en particular debido a
la deducción efectuada en la normativa europea sobre el tipo de mercado para obtener el tipo de
interés técnico). Algunos conceptos, como la imputación por la aseguradora de su propio riesgo de
quiebra, son obviamente ajenos a las normas de las directivas, que se elaboraron dentro de una
óptica cautelar.
80
El tipo de interés técnico no puede exceder un 60% del tipo de la deuda del Estado.
32
164. Después del informe del grupo de expertos sobre el seguro de vida, los servicios
de la Comisión piensan que existen varias vías que pueden mejorar la situación
actual.
165. La primera solución consistiría en precisar que el tipo de interés técnico debe
revisarse periódicamente en función de las evoluciones de los tipos de interés.
Esta primera solución tendría la ventaja de mantener un nivel de prudencia
elevado y constante en el tipo de interés técnico.
166. Una segunda solución consistiría en disociar el nivel de prudencia del tipo de
interés en el momento de suscribir el contrato (deducción actualmente del 40%
del tipo de la deuda del Estado) del nivel de prudencia mínimo del tipo de interés
durante la duración del contrato (este segundo nivel de prudencia podría ser más
bajo).
167. Una tercera solución consistiría en establecer una "provisión de resistencia"
("resilience provision") basada en el modelo que existe en algunos países que
utilizan la opción 2 de la Directiva. En ese caso, si la rentabilidad futura de los
activos del asegurador, evaluada con arreglo a un marco hipotético desfavorable
determinado, resultara inferior al tipo de interés técnico utilizado, el asegurador se
vería obligado a añadir una provisión complementaria81. Esta última solución
tendría varias ventajas: promover métodos de proyección igualmente útiles para
la gestión activo-pasivo de las empresas; permitir una convergencia de las dos
opciones de la Directiva definiendo un nivel mínimo de prudencia basado en
"pruebas de resistencia" ("stress tests") armonizadas o coordinadas. Por último,
este tipo de mecanismo podría mantenerse en su caso, a más largo plazo, para
garantizar un nivel de prudencia mínimo superior a las provisiones evaluadas con
arreglo a las normas NIC.
168. Independientemente de estas cuestiones de metodología, podría adoptarse otra
medida para conseguir una armonización del tipo de interés técnico máximo
previsto82 en la primera opción de la Directiva. En un mercado de valores
mobiliarios mucho más integrado que hace diez años, y con la creación del euro,
la fijación del tipo técnico a un nivel europeo resulta posible y deseable. Con ello
mejorarían las condiciones de competencia. En el marco reglamentario
considerado ("Lamfalussy"), este tipo podría fijarse para el conjunto de la zona
euro y puesto al día por el Comité de seguros, en virtud de un método de cálculo
también determinado por este Comité.
169. Como se ha mencionado anteriormente, para determinados contratos (típicamente
las rentas), la elección de la tabla de mortalidad influye también de manera
notable sobre la prudencia de las provisiones. No obstante, en este ámbito, los
servicios de la Comisión piensan que un enfoque del tipo «segundo pilar»,
coordinado a nivel europeo, podría favorecer una convergencia de las prácticas
sin que sea necesario establecer normas cuantitativas del tipo "primer pilar". Lo
mismo sucede con los otros parámetros utilizados para calcular las reservas
matemáticas.

81
La diferencia con el texto actual de la 3ª Directiva (artículo 18, 1-B, d) se debería a que el
rendimiento de los activos se evaluaría según un marco hipotético desfavorable determinado, lo
cual no se precisa actualmente.
82
El 60% de la deuda del Estado. Ya se aplique este tipo máximo, calculado en una fecha
determinada, sólo a los nuevos contratos o a los contratos en cartera.
33
170. Por otra parte, en su informe, el Grupo de trabajo sobre las provisiones técnicas
de vida planteó otras dos cuestiones técnicas: ¿cómo evaluar las garantías en
euros otorgadas en paralelo con otras garantías expresadas en unidades de cuentas
(unit-linked)? ¿qué métodos utilizar para las distintas opciones que existen en los
contratos?
171. La opinión de los servicios de la Comisión, que coincide con la del Grupo de
trabajo, es que la resolución de estas cuestiones no precisa ni modificación ni
complemento a los principios generales de la normativa europea. Este tipo de
cuestiones debería en lo sucesivo ser objeto de estudios técnicos y de
recomendaciones por parte del Comité de nivel 3 (si se utiliza el vocabulario del
informe Lamfalussy). Estas recomendaciones estarían basadas en la situación
actual de las técnicas actuariales.
3.1.2. Normas de cobertura
172. El artículo 20 de las terceras directivas de vida y de no vida dispone que "los
activos representativos de las provisiones técnicas deberán tener en cuenta el tipo
de operaciones efectuadas por la empresa a fin de garantizar la seguridad, el
rendimiento y la liquidez de las inversiones de la empresa, que velará por una
diversificación y una dispersión adecuada de dichas inversiones."
173. Este artículo sienta el principio de una gestión financiera prudente (principio de la
"persona prudente"). Las inversiones deben adaptarse a las características de la
actividad aseguradora. La exigencia de una adecuada gestión activo-pasivo está,
por lo tanto, presente en las directivas, e incluso podría clarificarse aún más. Las
inversiones deben ser también seguras, líquidas y rentables, suficientemente
diversificadas y dispersas: esta segunda parte del artículo, por el contrario, está
desarrollada en gran medida por los artículos 21 y 22 de las terceras directivas. En
el artículo 21 figura una lista de activos representativos de las reservas técnicas,
así como los principios para la interpretación de esta lista. El artículo 22 establece
límites cuantitativos máximos por categorías de activos (apartado 1), así como
principios cualitativos que permitan interpretar de manera más precisa los
conceptos de dispersión y diversificación adecuada (apartados 2, 3, 5 y 6).
174. Hay que tener en cuenta que los principios del artículo 20 no se aplican a los
activos utilizados para la cobertura de las provisiones de los contratos en unidades
de cuenta (o de los contratos indexados).
175. Este artículo tampoco se aplica a los activos distintos de los que cubren las
provisiones técnicas. Las directivas contienen por el contrario una prohibición
explícita de regular estos otros activos. Sobre este punto las normas de las
directivas difieren de los principios de la IAIS relativos a los activos (principios
n° 3 y nº 4): los principios de la IAIS se aplican a la totalidad de los activos de la
empresa.
176. El debate consiguiente aborda tres temas: las normas cuantitativas de
diversificación y dispersión, la gestión de activo-pasivo y la posible ampliación
de las normas de cobertura a otros elementos de pasivo distintos de las
provisiones técnicas.

34
3.1.2.1. Principios de diversificación y dispersión
177. En la normativa actual, los principios de diversificación y dispersión de las
inversiones están apoyados por una serie de normas cuantitativas. Una lectura
atenta de la Directiva pone de manifiesto que estas normas no son en ningún caso
criterios de sana gestión financiera: son más bien límites cuyo incumplimiento
indica, muy probablemente, que la compañía de seguros ha perdido de vista la
necesidad de una gestión financiera prudente. La autoridad supervisora debe, por
lo tanto, intervenir83: su valoración de la situación justificará en su caso la
concesión de una excepción a las normas cuantitativas.
178. El sistema actual funciona como una "red de seguridad" o una "salvaguardia": el
marco coercitivo que impone es lo suficientemente flexible para poner
únicamente de relieve comportamientos manifiestamente imprudentes (excepto en
circunstancias excepcionales); no es suficiente para garantizar por sí solo una
gestión prudente de los activos. Con esta perspectiva la Directiva precisa que los
Estados miembros deben establecer normas más detalladas (sin especificar si son
cuantitativas o cualitativas).
179. Los servicios de la Comisión consideran que, más allá de esta red de seguridad,
habría que buscar un enfoque común de la interpretación del principio de
"persona prudente". Pero este objetivo de convergencia encaja mejor en el
"segundo pilar" (interpretaciones comunes y confrontación de las prácticas de
control) que en el del "primer pilar" (normas cuantitativas).
180. Asimismo, los servicios de la Comisión han identificado en esta fase varios casos
hipotéticos posibles para proceder a una reforma de las normas de cobertura
actuales (y en particular de los límites cuantitativos).
181. Una primera solución de reforma consistiría en suprimir las normas cuantitativas,
o más bien en integrarlas en el cálculo del mínimo de fondos propios, como se
puede observar en algunos sistemas de tipo RBC (Australia84). En efecto, no
admitir un activo como cobertura de las reservas o aplicar a un activo una
ponderación del 100% en el cálculo de una exigencia de margen son dos normas
muy próximas entre sí.

83
Aunque no están explícitamente vinculadas a un nivel de fondos propios, las normas cuantitativas
de dispersión y diversificación constituyen uno de los "niveles de intervención" de las autoridades
supervisoras del sistema europeo actual.
84
Como ya se observó en la nota MARKT/2085/01 sobre los sistemas RBC, el sistema RBC
americano hace coexistir un cálculo de "riesgo de activo" y limitaciones cuantitativas por emisores
(apartado 86 de la nota).
35
182. Hay que señalar que este primer enfoque no es del todo acorde con el concepto de
"salvaguardia" antes desarrollado. En una fórmula de exigencia de margen
"integrada", la "salvaguardia", destinada a impedir que se mantenga una política
de inversión demasiado arriesgada, ya no se identifica como tal. Se corre el riesgo
de que su efecto sea neutralizado por los otros componentes de la fórmula85. Por
ejemplo, si se quiere que el mínimo de "RBC" desempeñe el papel de simple
salvaguardia, es decir que sea suficientemente bajo para que sólo un reducido
número de empresas lo superen, hay muchas posibilidades de que las
"salvaguardias" que la fórmula contiene para cada elemento de riesgo (riesgo de
concentración, riesgo de infradotación en provisiones, etc.) se fijen en un nivel
tan bajo que no actúen casi nunca.
183. Una segunda solución consistiría en mantener normas de cobertura y la
posibilidad para los Estados miembros de decretar normas cuantitativas
complementarias. Estas normas de cobertura podrían ser objeto de una revisión
más o menos extensiva.
184. Una revisión ligera podría referirse simplemente a una revisión de los límites
existentes y a la introducción de algunos nuevos destinados a prevenir:
• una excesiva concentración de créditos sobre las reaseguradoras (en
particular de las provisiones a cargo de las reaseguradoras) en una única
reaseguradora86;
• inversiones intragrupales demasiado importantes87;
• una acumulación deinversiones no líquidas debido a la actividad suscrita
en unidades de cuenta, en el caso de las aseguradoras de vida88.

85
Las dificultades de interpretación de las fórmulas del RBC, en particular de los efectos de los
distintos "riesgos" sobre la fórmula final, ya se mencionaron en la nota MARKT/2085/01.
86
Actualmente, la forma en que las reservas a cargo de la reaseguradora se admiten en
representación de las reservas brutas de reaseguro varía según los Estados. Uno de los objetivos
del proyecto sobre el reaseguro es suprimir la exigencia de pignoración como garantía de estos
créditos cuando la reaseguradora está autorizada en la Unión Europea. La autorización de estas
reaseguradoras no dispensará, no obstante, a la aseguradora directa de efectuar un análisis de la
calidad de sus reaseguradoras y de la dispersión de sus créditos sobre las reaseguradoras. Con este
fin, se podría crear una "salvaguardia" numérica para impedir las concentraciones excesivas de
créditos en una única reaseguradora.
87
El informe Sharma preconiza por ejemplo que las inversiones en las empresas vinculadas,
efectuadas sobre bases "no comerciales" ("on non commercial basis"), no sean aceptables (ap.
6.3.2)."
88
El Grupo de trabajo sobre el seguro de vida preconizó la adopción de un principio de
diversificación de los activos irrealizables representativos de contratos en unidades de cuenta. Este
principio podría ir acompañado de una "salvaguardia" numérica.
36
185. Una revisión más profunda de las normas de cobertura consistiría en precisar qué
valor se aplica para la admisibilidad de las inversiones: en la actualidad, coexisten
diversas prácticas. Algunos países utilizan el valor de mercado, otros el valor
contable (definido de forma diferente según los países). El valor de mercado
podría servir de manera bastante simple de referencia a las normas de cobertura,
excepto en el seguro de vida, para el cual, en muchos países, la realización de las
plusvalías latentes condiciona el importe de los compromisos de seguro. En su
caso, el valor de mercado admitido para cobertura podría ser objeto de una
deducción al objeto de reflejar la volatilidad de la categoría de activos (acciones,
obligaciones, bienes inmuebles, etc.), lo que aproximaría entonces las normas de
cobertura a las exigencias de capital del tipo "Risk-based capital".
186. La tercera alternativa posible sería la uniformización de las normas de cobertura89
y la prohibición para los Estados miembros de decretar límites cuantitativos más
estrictos. Esta solución iría en el sentido de una mayor armonización y en
consecuencia de condiciones de competencia más similares en toda la Unión
Europea90. Al adoptar este enfoque, se reafirmaría el carácter de "salvaguardia"
de las normas cuantitativas; las autoridades supervisoras no podrían basar su
control sobre la política de inversión de las aseguradoras únicamente sobre el
respeto de criterios cuantitativos idénticos para todo el sector.
187. Es de suponer que, en este tercer caso hipotético, las autoridades supervisoras
definirían unos límites más restrictivos y más precisos como señales de alerta
precoz; pero estos límites ya no constituirían una restricción automática para las
compañías de seguros. Después de efectuar una valoración caso por caso de la
política de inversión de la aseguradora, la autoridad supervisora seguiría teniendo
derecho, no obstante, a imponer límites más estrictos para la admisión en
cobertura de una categoría de inversiones o de una inversión determinada
(competencias del tipo «segundo pilar»).
3.1.2.2. Gestión activo-pasivo
188. En esta fase del proyecto las disposiciones consideradas para garantizar la
adecuación del activo de una aseguradora a su pasivo deben clasificarse más bien
en un segundo pilar reglamentario. No está previsto, por ejemplo, vincular una
parte de la exigencia de capital, de forma automática, a los resultados de pruebas
estandarizadas resultantes de los modelos activo-pasivo91.
3.1.2.3. Cobertura del margen
189. Una crítica que se hace a veces al sistema europeo es que las normas de cobertura
sólo se aplican a las provisiones técnicas. En concreto, aunque las directivas
exigen un mínimo de fondos propios para proteger los intereses de los
asegurados, no existe ninguna norma referente a la forma en que se invierte este
mínimo.

89
A la vez los límites cuantitativos y las normas de evaluación de las inversiones admitidas estarían
uniformizadas en la Unión Europea.
90
Esta solución es cercana a las posiciones expuestas por los representantes de la profesión. En
cuanto a los Estados miembros, aunque varios de ellos han expresado su compromiso en pro de la
"estructura con tres pilares" del sistema de control actual, hasta el momento ninguno ha sido
suficientemente preciso para que se pueda determinar si está a favor de la segunda o de la tercera
opción.
91
Si se excluye la "reserva de resistencia" mencionada en el seguro de vida, que podría considerarse
como una exigencia de capital más que como una reserva.
37
190. La idea de ampliar las normas de cobertura al mínimo de margen se mencionó de
nuevo durante la primera fase de Solvencia II. Esta cuestión adquiere aún más
relevancia ante la perspectiva de cambios de las normas contables. Una serie de
elementos hasta entonces clasificados en el pasivo real puede contabilizarse a
largo plazo como fondos propios. Sería deseable que no disminuyera el nivel
general de seguridad del sistema de solvencia: bien es cierto que el nivel de los
fondos propios exigidos podrá aumentarse en consecuencia, pero un mismo nivel
de seguridad implicaría que también que estos "nuevos fondos propios" se
invirtieran prudentemente.
191. Por las mismas razones, una delegación92 sugirió que se previera explícitamente
en las directivas que el mínimo de margen exigido no pueda distribuirse a los
accionistas.
192. Resultaría útil que estas dos medidas formaran parte de la reforma "Solvencia II".
Facilitarían posteriormente la adaptación del sistema prudencial a la evolución de
las normas contables.
3.1.3. Normas sobre los fondos propios
3.1.3.1. La cuestión de los límites de intervención
193. Ya se ha mencionado el papel del capital en un sistema prudencial. Una exigencia
de capital puede concebirse como
• un nivel de capital objetivo o deseable para mantener una probabilidad de
insolvencia aceptable
• un límite que actúe como sistema de alerta más o menos precoz
• un límite mínimo necesario e imprescindible, por debajo del cual la
empresa opera con un riesgo manifiestamente demasiado elevado
("salvaguardia").
194. A estos diferentes conceptos pueden corresponder distintas exigencias de margen
e intervenciones de distinto carácter por parte de las autoridades supervisoras. Se
plantean varias cuestiones, en particular las dos siguientes: ¿qué tipo de
intervención hacer corresponder a cada una de estas exigencias de margen?
¿resulta necesario establecer entre ellas un vínculo simple?
195. El debate subsiguiente favorecerá los conceptos de margen mínimo necesario y de
límite de capital deseable.
196. Al mínimo absoluto, necesario o imprescindible, de margen parece lógico asociar
una intervención automática de las autoridades supervisoras y la obligación para
la empresa de restaurar su situación financiera en un plazo breve. Con esta óptica,
podrían detallarse y reforzarse las disposiciones de la Directiva sobre el "plan de
saneamiento".

92
Nota de Países Bajos: "The new solvency system: some issues for discussion". Subcomité del 22
de octubre de 2002.
38
197. Al límite de capital deseable podría asociarse la obligación para la autoridad
supervisora de proceder (en un plazo determinado) a una valoración más detallada
de la situación de la empresa (por ejemplo, mediante comprobaciones in situ o
solicitando información complementaria). La autoridad supervisora también
entablaría un diálogo con la empresa sobre los medios aplicados y el calendario
previsto para volver al nivel de capital deseable. También podría remitirse un
informe que describiera este diálogo a las otras autoridades supervisoras que lo
solicitaren: este último dispositivo permitiría reforzar el reconocimiento mutuo de
los controles y hacer más tangible el nivel de supervisión asociado al nivel de
capital deseable.
198. Antes de seguir detallando la intervención asociada al nivel de capital deseable,
parece necesario un debate más profundo del "proceso de supervisión prudencial"
(segundo pilar).
199. La segunda cuestión que se plantea a continuación es la del vínculo que debe
establecerse entre los dos límites: el mínimo absoluto y el límite de capital
deseable. Por ejemplo, ¿es deseable adoptar el enfoque de los RBC americano o
canadiense, que definen los distintos límites o umbrales de intervención como
múltiplos de una única exigencia de margen? La respuesta a esta pregunta debe
tener en cuenta los aspectos teóricos y prácticos de esta cuestión.
200. Desde un punto de vista teórico, no está justificada la utilización de múltiplos
para definir los límites o umbrales de intervención. Si se da por hecho que es
posible describir de manera exacta el perfil de riesgo de cada empresa, no hay
razón alguna por la que los límites correspondientes, por ejemplo, a un riesgo de
insolvencia del 5% y a un riesgo de insolvencia del 1/1000 tengan que obedecer a
una de regla proporcionalidad determinada. Según la distribución de probabilidad
de pérdidas de la compañía de seguros, estos límites estarán más o menos
alejados entre sí.
201. Desde un punto de vista práctico, el establecimiento de límites como múltiplos
los unos de los otros puede seducir por su simplicidad. Sin embargo, hay que
recordar los objetivos diferentes de los límites aquí estudiados.
202. El mínimo absoluto de margen es ante todo una "salvaguardia": se trata de un
nivel suficientemente bajo para que su incumplimiento constituya una presunción
muy importante de infracapitalización. Por esta razón, puede constituir también
un mínimo absoluto para los modelos internos. Debe ser sobre todo objetivo y
simple para garantizar a la vez condiciones iguales de competencia y una rapidez
de reacción por parte de las autoridades supervisoras. Por el contrario, el nivel de
capital deseable, en principio más elevado, debe tener en cuenta en la medida de
lo posible las particularidades de cada empresa. El equilibrio que debe
conseguirse entre sofisticación y simplicidad no se presenta, pues, en los mismos
términos.
203. Pretender calcular el límite mínimo absoluto de margen y el nivel de capital
deseable como múltiplos de una única fórmula matemática no es, por tanto,
forzosamente deseable: se corre el riesgo de adoptar una fórmula demasiado
compleja, o insuficientemente objetiva, para el mínimo de margen o, por el
contrario, demasiado simple para el nivel de capital deseable. Sin embargo, en
esta fase del proyecto, la presente nota no excluye esta solución de las alternativas
que deben discutirse (y que figuran a continuación).

39
3.1.3.2. La cantidad de capital deseable
204. Este concepto se ha presentado anteriormente dentro de esta nota. Su introducción
en el nuevo sistema prudencial europeo tendría dos objetivos:
• crear un incentivo para que las empresas midan sus riesgos reales;
• participar en la convergencia de las prácticas de supervisión prudencial
creando, aparte de las «salvaguardias» existentes, un verdadero criterio de
valoración de la capitalización de las empresas.
205. Pueden considerarse varias modalidades para la introducción de este nivel.
206. La primera solución consiste en definir el nivel de capital deseable como múltiplo
del mínimo absoluto de margen. Esta solución ya se ha mencionado
anteriormente.
207. La segunda solución consiste en desarrollar un modelo de riesgo «estándar»,
aplicable al conjunto de las empresas de la Unión Europea. Sería posible hacer
derogaciones para las empresas dotadas con modelos internos más precisos que
este modelo estándar (o más adaptados a la situación de la empresa). Esta
solución tendría la ventaja de proporcionar a todas las empresas, en particular a
las más pequeñas, un marco para su análisis de los riesgos y para el desarrollo de
modelos más sofisticados93. El riesgo asociado a un enfoque de este tipo sería que
se limitara la evolución de los modelos internos favoreciendo un único tipo de
modelización94.
208. Desde el punto de vista práctico, el desarrollo de un modelo de riesgo «estándar»
suficientemente sofisticado para responder al concepto de capital deseable es una
tarea difícil en dos sentidos: en primer lugar es necesario desarrollar una
descripción teórica pertinente del riesgo de insolvencia (y adaptada a los
mercados europeos); después es necesario disponer de una metodología y de los
datos adecuados para calcular los distintos parámetros del modelo.
209. Como base inicial de este modelo, la Unión Europea dispone de dos opciones
posibles: el modelo finlandés95, con el que ya se ha adquirido una cierta
experiencia, o a más largo plazo el modelo desarrollado por la Asociación
Actuarial Internacional. Esta última opción podría tener la ventaja de crear las
condiciones de una convergencia de las normas prudenciales internacionales.
210. La tercera solución consistiría en imponer a las compañías de seguros el cálculo
de un límite de capital deseable sin imponerles un modelo concreto. El modelo
interno se convertiría en ese caso en el régimen de derecho común. Por defecto,
las empresas que no fueran capaces de elaborar un modelo de este tipo podrían
utilizar un modelo estándar elaborado por el mercado nacional (o por las
autoridades supervisoras).

93
Estas ventajas se mencionaron, en particular, en el seminario de la Conferencia de autoridades
supervisoras de Brujas (presentación McKinsey).
94
La nota MARKT/2515/02 pone de manifiesto que existe actualmente una enorme diversidad de
modelización en los grandes grupos que han desarrollado modelos internos globales.
95
"Solvency requirements for non-life insurance companies in Finland". Abril de 2002. Ministerio
de Asuntos Sociales y Sanidad, Departamento de seguros.
40
211. Esta solución tendría algunas ventajas sobre la anterior. No impondría a las
autoridades supervisoras la carga de la puesta a punto de un modelo estándar (no
se trata, evidentemente, de su misión principal). Indicaría más claramente la
obligación fundamental de las empresas de analizar sus riesgos (sin poder
limitarse a aplicar una fórmula): en este sentido, estaría más próxima al espíritu
del proyecto de Basilea. Por último, no limitaría las evoluciones del mercado96;
por el contrario, permitiría adaptarse a ellas rápidamente.
212. En cambio, esta solución conlleva el riesgo de llegar a un límite de intervención
mal armonizado. Para atenuar esta debilidad sería seguramente necesario realizar
un gran esfuerzo de coordinación entre autoridades supervisoras para las
aprobaciones de modelos.
3.1.3.3. El mínimo absoluto de margen
213. Actualmente, los dos conceptos de fondo de garantía y de mínimo de margen
corresponden al concepto desarrollado en esta nota de "mínimo absoluto de
margen". Los servicios de la Comisión no consideran necesario reformar el fondo
de garantía (ya revisado por la reforma Solvencia I). En lo relativo al mínimo de
margen actual, los servicios de la Comisión identifican las siguientes pistas de
reflexión.
214. En el seguro de no vida, los debates de la primera fase hacen pensar que el nivel
actual de mínimo de margen es suficientemente bajo para constituir la referencia
de un límite mínimo absoluto de margen. Las diversas alternativas encontradas
son las siguientes.
215. Primera opción posible: no modificar nada de las normas de cálculo del mínimo
de margen. En efecto, la reforma Solvencia I acaba justamente de reformar estas
normas. El proyecto Solvencia II podría centrarse en la creación o reforma del
resto del sistema prudencial (provisiones, activos, nivel de capital deseable,
proceso de supervisión prudencial) sin afectar a estas normas de cálculo
conocidas y dominadas por todos.
216. Segunda opción: tomar el mínimo de margen actual como base de debate y
reformarlo, tanto para hacer su cálculo más simple como para hacerlo más eficaz.
Pueden considerarse aquí varias modificaciones: con esta óptica ya se han
realizado de hecho numerosas sugerencias en la primera fase de Solvencia II o,
anteriormente, en el proyecto Solvencia I. Para no sobrecargar inútilmente el
debate no se las mencionará en esta fase.
217. La tercera opción consistiría en buscar una fórmula que pueda describir
suficientemente el perfil de riesgo de la empresa de manera que sirva de base
tanto para la definición del mínimo absoluto de margen como para el nivel de
capital deseable (mediante un sistema de múltiplos por ejemplo). Ya se han
mencionado en esta nota los problemas vinculados a esta alternativa.
218. Para el seguro de vida, las tres grandes alternativas definidas son comparables a
las ya mencionadas para el seguro de no vida. Deben, sin embargo, mencionarse
algunas particularidades.

96
Esta solución también sería más compatible con algunas situaciones reglamentarias existentes
(Finlandia) o en proyecto (Países Bajos).
41
219. En primer lugar, está menos claro que en el seguro de no vida que el mínimo
actual de margen sea suficientemente bajo97 para corresponder a un mínimo
absoluto de margen.
220. Por otra parte, con vistas a una reforma "simple" del mínimo de margen (segunda
opción), las pistas de modificación son menos numerosas que en el seguro de no
vida. Hay que evocar la idea, mencionada durante la primera fase, de que hay que
diferenciar más el riesgo de inversión según la clase de activo que se posea.
Actualmente, el riesgo de inversión se considera a tanto alzado por una exigencia
de margen complementaria del 3% de las inversiones.
3.1.4. Coherencia de las normas entre sectores
221. La convergencia de las estructuras de los sistemas prudenciales de la banca y el
seguro no resuelve por sí sola los posibles problemas de "competencia" de las
normas cuantitativas entre bancos y seguros. Resulta, por otra parte, legítimo
tratar de definir las exigencias cuantitativas aplicables a los seguros, en primer
lugar en función de las características más frecuentes de la actividad de
aseguradora (características que no comparten necesariamente los bancos).
222. No obstante, en el nuevo sistema prudencial deben evitarse los arbitrajes
normativos. La introducción de un límite de capital deseable facilitará sin duda
este objetivo, ya que los supervisores podrán comprobar que los métodos de
medición de los riesgos son compatibles con las utilizadas en el sector bancario.
223. Más concretamente, en el curso del proyecto Solvencia II habrá que definir un
método de trabajo con el fin de:
• determinar las actividades en las que bancos y seguros pueden competir
entre ellos;
• comparar, para esas actividades, las prácticas de la banca y del seguro, las
normas contables aplicables y las cuestiones vinculadas a la solvencia;
• si fuera preciso, definir normas cuantitativas o un proceso de supervisión
prudencial ligeramente diferentes para cada una de estas actividades.

97
O, para algunos productos en unidades de cuenta, suficientemente elevado.
42
3.2. Segundo pilar
3.2.1. Observaciones preliminares
224. Los principios del "proceso de supervisión prudencial" (o "segundo pilar") del
proyecto de Basilea pueden resumirse así:
• los bancos deben disponer de procedimientos para evaluar el nivel de sus
fondos propios en función de su perfil de riesgo; deben tener una
estrategia que les permita mantener el nivel de capital adecuado;
• los supervisores deben evaluar la calidad de los procedimientos internos
para la valoración del nivel de los fondos propios y las estrategias
aplicadas por los bancos (así como su capacidad para respetar los
coeficientes reglamentarios mínimos);
• los supervisores deben poder exigir un nivel de capital superior a las
exigencias mínimas del acuerdo (bien para una entidad determinada, bien
para todo el mercado nacional);
• los supervisores deben esforzarse por intervenir en una fase precoz con el
fin de evitar que los fondos propios se sitúen por debajo del nivel
reglamentario; y si los fondos propios no se mantienen o restablecen por
encima del nivel reglamentario, deben exigir la rápida adopción de
medidas correctoras.
225. En los debates de la primera fase de Solvencia II, resultó que la definición de un
"proceso de supervisión prudencial" era, también para el seguro, uno de los
principales ejes para la mejora del sistema prudencial. Naturalmente, los
principios deben adaptarse a las realidades de la supervisión del sector
asegurador. En particular, los principios bancarios destacan especialmente la
evaluación de la necesidad de los fondos propios: un "proceso de supervisión
prudencial" en el sector asegurador también deberá incluir disposiciones sobre la
evaluación de las provisiones y la gestión de las inversiones.
226. Las actuales directivas europeas sobre el seguro ya esbozan un "proceso de
supervisión prudencial"98. Exigen de las compañías una buena organización
administrativa y un control interno adecuado. Definen (muy someramente) los
principios de la "supervisión financiera" ejercida por las autoridades supervisoras.
Someten a las compañías de seguros a un deber de información con respecto a las
autoridades supervisoras (estados de control) y prevén un mínimo de
competencias en materia de poderes de investigación para éstas (la capacidad de
exigir información complementaria, la de proceder a controles in situ). Por
último, definen competencias de intervención de las autoridades supervisoras
(medidas de salvaguardia, suspensión o sanción de los directivos, bloqueo de los
activos, retirada de la autorización) y los límites de actuación. Las nuevas
directivas denominadas "Solvencia I" han reforzado estas disposiciones del tipo
«segundo pilar» previendo que las autoridades supervisoras puedan aumentar, en
algunos casos, la exigencia de fondos propios o reducir el importe de los
elementos del margen de solvencia constituido.

98
Véanse, en particular, (para el seguro no de vida) los siguientes artículos: 73/239/CEE artículo 13
modificado por 92/49/CEE artículo 9, 73/239/CEE artículo 19 modificado por 92/49/CEE artículo
11, 73/239/CEE artículo 20 modificado por 92/49/CEE artículo 13, 73/239/CEE artículo 22
modificado por 92/49/CEE artículo 14. Existen disposiciones similares para el seguro de vida.
43
227. Sin embargo, las disposiciones actuales siguen siendo muy generales. Las
consideraciones hechas con anterioridad en esta nota muestran la necesidad de
desarrollar más este aspecto de la normativa europea:
• para adaptase a los riesgos, un sistema prudencial debe promover una
buena gestión de los riesgos en las empresas y un seguimiento de las
mismas por parte de los supervisores que tenga en cuenta la calidad de
esta gestión;
• como ya ha demostrado el debate de las medidas del tipo "primer pilar",
no puede alcanzarse un buen nivel de armonización de la normativa
europea sin que exista una cierta convergencia de las interpretaciones y
prácticas de las autoridades supervisoras.
228. En particular, la introducción del concepto de "capital deseable" debe ir
acompañada tanto de disposiciones más precisas sobre las metodologías aplicadas
por los supervisores para apreciar los riesgos como por una definición de los
poderes de intervención asociados a este nivel objetivo. Asimismo, el uso de
modelos internos no puede concebirse sin el desarrollo sustancial de criterios de
interpretación común, corriéndose el riesgo, en caso contrario, de poner en
peligro el reconocimiento mutuo de los regímenes de supervisión99.
229. Las dos partes que siguen tienen por objeto resumir lo que podría ser un "segundo
pilar" en la normativa europea, a partir de las ideas ya emitidas durante la primera
fase del proyecto Solvencia II.
230. El informe Sharma, en particular, contiene un gran número de sugerencias útiles
para la elaboración de un segundo pilar, tanto en lo relativo a las exigencias de
buena gestión que se podrían formular respecto a las aseguradoras como para las
herramientas de supervisión comunes de las que podrían disponer los
supervisores. Los informes de los Grupos de trabajo de vida y de no vida incluyen
también algunas ideas que se recogen a continuación.
231. Por último, también se tiene en cuenta el debate en curso para integrar los
principios del proyecto de Basilea100 en la normativa europea.
232. La naturaleza del segundo pilar se presta especialmente a una normativa con
distintos estratos, tal y como la describe el informe Lamfalussy: principios
generales, directrices e interpretaciones comunes, comparación de las prácticas
efectivas. En particular, el Comité de nivel 3 deberá desempeñar un papel de
motor en la definición detallada de este pilar de la normativa prudencial.
3.2.2. Definir principios de control interno y buena gestión de los riesgos
233. En cuanto al proyecto bancario, un "segundo pilar" contiene en primer término
una serie de principios de buena organización administrativa, control interno y de
gestión de los riesgos en una empresa. Es, hasta cierto punto, una declaración de
buenas prácticas que las autoridades supervisoras desean que se apliquen en todas
las empresas. Constituirá la base del proceso de supervisión prudencial.

99
En particular, si se imagina confiar la validación del modelo de un grupo transnacional, aplicable a
filiales de distintos países, a una única autoridad supervisora.
100
La Comisión publicó un documento de trabajo, que podría prefigurar una propuesta de Directiva
sobre la suficiencia de capital de los bancos, el 18 de noviembre de 2002. Dirección Internet:
http://europa.eu.int/comm/internal_market/en/finances/capitaladequacy/index.htm
44
3.2.2.1. Control interno y organización administrativa
234. Como se ha dicho, en las directivas actuales figura una exigencia de "buena
organización administrativa y sistemas de control interno adecuados". Parece
necesario desarrollar este principio, tanto en la Directiva como mediante criterios
de interpretación más detalladas.
235. Como ejemplo, el proyecto de propuesta de Directiva para el sector bancario
prevé un artículo dedicado al "entorno de control de las entidades". En este
artículo se detallan someramente las exigencias relativas a una buena
organización administrativa y al control interno:
• los objetivos estratégicos de la empresa, y sus "valores", deben enunciarse
claramente y ser conocidos por los empleados;
• las líneas jerárquicas y las responsabilidades deben estar claramente
definidas;
• los órganos directivos son responsables de la implantación de sistemas de
control interno eficaces; deben ejercer una supervisión apropiada de las
actividades de la empresa.
236. Por otro lado hay que mencionar al Grupo de trabajo creado por la Conferencia de
autoridades supervisoras europeas (grupo de Madrid). Este Grupo de trabajo tiene
como misión establecer los principios de control interno para las compañías de
seguros. Sus trabajos deberían permitir a la vez definir mejor los principios
generales necesarios a contemplar en una Directiva así como los principios o las
normas más detalladas que serían adoptados por el "nivel 3" del proceso
normativo (para adoptar el vocabulario del informe Lamfalussy).
3.2.2.2. Gestión de los riesgos
237. Los principios de buena organización administrativa y de control interno deben
ser reforzados por principios de gestión de los riesgos adaptados al sector
asegurador.
238. En el informe Sharma ya figura un esbozo de los principios necesarios sobre este
tema101. Según este informe, una buena gestión de los riesgos reviste distintos
aspectos. A un nivel muy general, la gestión de los riesgos debe verse favorecida
por una cultura empresarial adecuada. Esta debe traducirse en la estrategia de la
empresa y en los procesos de toma de decisiones. Debe basarse en un buen
sistema de seguimiento de los riesgos y la información. Por último, una empresa
no puede gestionar sus riesgos de manera adecuada si no está en condiciones de
aplicar rápidamente acciones correctoras ante situaciones adversas. Por tipo de
riesgo, el informe Sharma enuncia los principios de gestión de riesgo
correspondientes a estos cuatro niveles: "organización y buena gestión
empresarial", "estrategia y toma de decisiones", "seguimiento e información",
"investigación y acción correctora"102.

101
La parte 5.2 del informe contiene una serie de cuadros denominados "toolkits". La primera
columna de estos cuadros enuncia principios de gestión de riesgos ("lo que esperamos de las
empresas").
102
"Organisation and governance", "strategy and decision making", "monitoring and information”,
"investigation and corrective action "."
45
239. Formulados de forma un poco diferente, estos niveles se encuentran en el
proyecto de propuesta de Directiva debatido actualmente para el sector bancario.
El artículo sobre la gestión y la presentación de informes ("reporting") sobre el
riesgo prevé en efecto que los órganos directivos deben definir su política de
gestión de los riesgos y aplicar los procedimientos de definición, medida,
seguimiento y control de todos los riesgos incurridos por la empresa. Los detalles
del artículo ponen de manifiesto que estas exigencias se refieren a la vez a la
"cultura empresarial", a la definición de la estrategia de la empresa y a los
sistemas de control e información. Lo único que no se determina es la necesidad
de disponer de mecanismos correctores eficaces.
240. Para detallar más los principios de gestión de los riesgos necesarios para el seguro
la presente nota recopila algunas ideas mencionadas en los distintos Grupos de
trabajo del proyecto Solvencia II.
241. Actividad de suscripción de riesgos: los principios enunciados son los siguientes:
• las compañías deberían comercializar productos sobre los que controlan
todas sus características. En el seguro de vida el grupo de expertos ha
propuesto que se exija a las compañías una "prueba de rentabilidad" para
asegurarse de que todas las garantías están bien definidas y han sido bien
tarificadas por las compañías, incluso en situaciones desfavorables103;
• las compañías deberían formalizar su estrategia de suscripción. Deberían
comprobar que la suscripción efectiva sigue esta estrategia;
• deberían limitar su suscripción a los riesgos para los cuales disponen de
una cobertura adecuada de reaseguro;
• deberían disponer de mecanismos correctores para ajustar su política de
suscripción y sus tarifas al resultado de las comprobaciones efectuadas a
posteriori.
242. Estos principios también podrían prever que las aseguradoras identifiquen y
ejerzan un seguimiento particular de sus riesgos volátiles (baja frecuencia de
ocurrencia, elevada intensidad de los siniestros). Lógicamente este seguimiento
debería tener en cuenta el reaseguro y debería estar vinculado a la valoración del
nivel del capital deseable o a las provisiones de estabilización, según los distintos
casos previstos en la parte consagrada al "primer pilar" del sistema.
243. Gestión de los contratos, los siniestros y las provisiones: en lo relativo a las
provisiones, el principio general es que las empresas deben utilizar métodos
adecuados para la evaluación de sus provisiones y deben disponer de mecanismos
correctores que les permitan modificar sus valoraciones cuando lo justifica un
elemento nuevo. Este principio puede detallarse a continuación; implica la
declaración de principios de gestión de los siniestros o de los contratos según los
casos.

103
El grupo de expertos observó igualmente que debería aclararse el segundo apartado del artículo 19
de la tercera Directiva (consideración de "todos los aspectos de la situación financiera" de la
empresa para estimar el carácter suficiente de las primas). La Comisión no desea introducir
disposiciones que puedan crear un freno a la libre competencia de los precios en el mercado del
seguro.
46
244. Para el seguro de no vida, por ejemplo, el Grupo de trabajo ha preconizado la
adopción de principios en materia de gestión y de dotación de provisión para
prestaciones. Estos principios se referirían a:
• la delimitación de las responsabilidades y, en particular, a la obligación de
separar las actividades de gestión de los siniestros y de contratación;
• la existencia de normas de registro de los siniestros orientadas a garantizar
un registro rápido, exacto y actualizado con regularidad;
• una clasificación adecuada de los datos, la utilización de un personal
cualificado para evaluar los siniestros y la verificación a posteriori de la
idoneidad de los métodos de valoración utilizados;
• procesos documentados, sujetos a sistemas de control interno y una
presentación de informes (reporting) adecuada.
245. Para el seguro de vida, las directivas contienen principios de constitución de
provisiones que podrían fácilmente corresponderse con lo principios de adecuada
gestión de los riesgos.
246. Al principio de prudencia en las hipótesis de tipo de interés técnico y al de
adecuación del activo al pasivo podría corresponder una obligación de
seguimiento del riesgo de inadecuación o “mismatching” del activo-pasivo (véase
más adelante el apartado sobre la gestión activo-pasivo). Al principio de
prudencia en la utilización de las tablas de mortalidad corresponde el del
seguimiento del riesgo de mortalidad o supervivencia específico de la empresa104.
247. Algunos principios o líneas de orientación referentes a la gestión de los contratos
de seguro permitirían por otro lado reforzar el dispositivo normativo. El Grupo de
trabajo determinó, en particular, dos temas:
• exigir la definición de una política de participación en los beneficios (para
que ésta se tenga en cuenta de manera coherente en la gestión activo-
pasivo de la empresa);
• desarrollar principios para los productos en unidades de cuenta (unit-
linked), dados los riesgos particulares de gestión que éstos conllevan.
248. Activo y gestión financiera: en este ámbito, las directivas de seguros sientan el
principio de una gestión financiera prudente (véanse los comentarios hechos
anteriormente sobre las normas de cobertura).
249. Si se siguen las recomendaciones del informe Sharma, se podría detallar este
principio exigiendo a las compañías de seguros que definan de manera formal una
"política de inversión" que incluiría:
• su estrategia de inversión (nivel de riesgo admitido, objetivo de
composición de la cartera),
• los límites que se imponen (límites por emisor, por sector de actividad,
sector geográfico, tipo de activo, divisa),
• la utilización de los productos derivados,

104
Se puede remitir a las ideas emitidas por el Grupo de trabajo sobre el seguro de vida en su informe
MARKT/2528/02.
47
• la liquidez de sus activos,
• las inversiones en las sociedades vinculadas,
• la correlación con el perfil de riesgo de su pasivo.
250. Lógicamente las empresas deberían aplicar esta política mediante la implantación
de procesos adecuados. Así mismo deberían disponer de herramientas de gestión
eficaces para el seguimiento de sus niveles de exposición a los riesgos de activos.
También deberían emplear métodos objetivos y fiables para la valoración de sus
activos (en particular cuando estos activos no se negocian en mercados
suficientemente amplios). Por último, también se podría prever la exigencia de
que las empresas tuviesen que elaborar un plan que detallase las medidas a
urgentes a adoptar en caso de fuertes bajas en los mercados105.
251. En la elaboración de estos principios de gestión financiera, podría darse una
especial importancia a la adecuación activo-pasivo. Así, el grupo de expertos
sobre el seguro de vida preconiza la definición de criterios mínimos para las
herramientas de gestión activo-pasivo utilizadas por las empresas106.
252. Los modelos de gestión activo-pasivo (ALM) deberían integrarse en el proceso de
gestión de los riesgos de la compañía; y deberían ser contemplados en la
definición y el control de la política de inversión.
253. Reaseguro: también en este ámbito el informe Sharma enuncia principios
generales. Se resumen a continuación:
• las compañías de seguros deben definir un programa de reaseguro
adaptado a su política de suscripción; en ningún caso deberían utilizar el
reaseguro para inducir a error a terceros;
• deben ceder sus riesgos a reaseguradoras suficientemente solventes y velar
permanentemente por la calidad y la liquidez de sus derechos de crédito
sobre las reaseguradoras (seguimiento del riesgo de contrapartida que
representan las reaseguradoras).
254. Otros riesgos: además de los riesgos anteriormente mencionados (riesgos
técnicos, riesgos de activo, riesgo vinculado al reaseguro), el informe Sharma
define otros tipos de riesgos que pueden tener una repercusión directa en los
resultados contables o ser riesgos "subyacentes" de la actividad. Según los casos,
se puede calificar a estos riesgos de riesgos operativos, legales, comerciales, etc.
255. Una buena organización administrativa y un control interno apropiado deben
permitir limitar eficazmente estos riesgos. Se han mencionado algunos otros
principios de gestión de riesgos referentes a estos "otros riesgos"107 en el informe
Sharma o en los otros Grupos de trabajo. Se citan a continuación los dos
principales.

105
Según el informe Sharma, estos planes permitirían evitar algunos movimientos de pánico
observados en el pasado.
106
El Grupo de trabajo sugiere, por ejemplo, los siguientes principios: exhaustividad y adecuación de
la modelización del activo y pasivo, validación de los parámetros e hipótesis por confrontación
con las últimas observaciones realizadas, análisis de sensibilidad de las proyecciones efectuadas,
documentación de los procedimientos, integración en el proceso de gestión de riesgos.
107
A veces un mismo principio puede referirse a varias de las categorías definidas por el informe
Sharma.
48
256. Un primer principio propuesto por el informe Sharma es que las aseguradoras
deben tener una actitud honesta y equitativa108 frente a los asegurados. Esta idea
también está presente en el informe sobre el seguro de vida que menciona, por
ejemplo, la necesidad de que los suscriptores de contratos en unidades de cuenta
(unit-linked) sean plenamente conscientes de los riesgos de inversión que asumen.
Otra idea discutida por el grupo es la relativa a un principio de participación
equitativa en los beneficios. Sería útil reforzar uno o más principios de lealtad
hacia los asegurados mediante obligaciones de publicación del tipo "tercer pilar".
257. Un segundo principio es que el sistema de gestión de riesgos de una aseguradora
debe permitirle entender su perfil de exposición a los riesgos vinculados a su
entorno: ciclo económico, riesgos emergentes, catástrofes. El informe Sharma
sugiere, por ejemplo, que la aseguradora tenga que probar varias hipótesis
económicas desfavorables sobre su plan de actividad y que efectúe un
seguimiento de estos riesgos "externos" a la empresa.
3.2.3. Definir principios y herramientas comunes de supervisión prudencial
258. Los principios de buena organización administrativa, control interno y gestión de
riesgos no bastan obviamente, por sí solos, para crear un "segundo pilar" de
normativa prudencial. También es necesario que su aplicación sea comprobada
por las autoridades supervisoras, a ser posible sobre la base de una interpretación
común.
259. También son necesarios principios y herramientas de supervisión comunes para
garantizar que las actuaciones de los supervisores, ya estén justificadas por
infracciones de las normas cuantitativas del tipo "primer pilar" o por problemas
detectados por otros medios, no tengan un carácter demasiado dispar dentro de la
Unión Europea.
260. En el presente capítulo figuran los aspectos relativos al "proceso de supervisión
prudencial": en primer lugar, el proceso de supervisión propiamente dicho; a
continuación las competencias de intervención conferidas a las autoridades
supervisoras y, por último, las necesarias medidas que permitan garantizar que las
autoridades actúan de forma transparente y responsable. Las cuestiones relativas
al control de los grupos se abordan en una última parte.
261. Antes de abordar esta breve exposición hay que observar que todas estas medidas
pueden tener un efecto significativo en la organización y las necesidades de
recursos de las autoridades supervisoras. Esta cuestión existe, al parecer, en todos
los proyectos actuales de reforma del sistema prudencial de los sectores
financieros. Un reciente informe del Parlamento Europeo109 destaca que el
problema de los recursos constituye una prioridad estratégica dado que se trata de
permitir que los organismos supervisores cumplan convenientemente sus
misiones; observa que un mercado financiero único implica unas autoridades
normativas y supervisoras cualificadas en todos los Estados miembros de la UE
para garantizar la igualdad de condiciones y evitar los arbitrajes en estas materias.

108
El informe Sharma utiliza el término "fair attitude".
109
Informe sobre las normas de control cautelar en la Unión Europea (2002/2061(INI)) Comisión
económica y monetaria, ponente: Ieke van den Burg.
49
262. En esta fase del proyecto Solvencia II resulta prematuro discutir el efecto de la
reforma en la organización y las necesidades de las autoridades supervisoras. Esta
cuestión deberá ser objeto de una evaluación posterior. Aunque, parecía lo
suficientemente importante como para ser mencionada evocada brevemente.
3.2.3.1. Proceso de supervisión
263. En la futura Directiva será necesario definir a grandes rasgos la obligación de los
supervisores de controlar a las empresas que tienen bajo su supervisión. La
definición de "supervisión financiera" de las directivas actuales puede servir de
inicio a esta disposición110. Los aspectos relativos al control de la buena
organización de la empresa, a su control interno y a su gestión de riesgos
deberían, mencionarse explícitamente.
264. Dado que el objetivo del "segundo pilar" del proyecto Solvencia II es hacer
posible que la supervisión del sector asegurador esté lo más adaptada a las
particularidades de las empresas, no parece deseable precisar ni la frecuencia ni la
naturaleza de los controles que las autoridades supervisoras deben efectuar. Sin
embargo se puede prever como hace el documento de la Comisión que se está
debatiendo para el proyecto bancario, una disposición general que establezca que
el proceso de control debe aplicarse a todas las empresas y que debe ser
periódico111.
265. Más allá de estas disposiciones tan generales deberían formalizarse, al menos en
parte, varios aspectos del proceso de supervisión a nivel europeo. Los siguientes
temas parecen ser los principales definidos en la primera fase del proyecto
Solvencia II. Como se trata esencialmente de prácticas de control, es probable que
la parte fundamental de las normas y líneas de orientación sobre este tema deba
definirlas el Comité de "nivel 3" (y aprobarlas el Comité de "nivel 2"112).
266. En primer lugar, parece necesario dotar a las autoridades supervisoras europeas
de un marco común de valoración de la buena gestión empresarial ("corporate
governance"). Se trata de una conclusión del informe Sharma, que destaca el
carácter altamente subjetivo de este ejercicio. Deben desarrollarse directrices
sobre los métodos de valoración y sobre la forma que debe adoptar esta
valoración si se desea dar más importancia a este aspecto del supervisión
prudencial.

110
Véanse las observaciones realizadas sobre la definición actual de la "supervisión financiera" en las
directivas (parte 2.1.2 de la nota).
111
El texto inglés íntegro es el siguiente: « Competent authorities shall apply the evaluation process
to all institutions on a systematic and consistent basis and the results of the process shall be
reviewed periodically. Competent authorities shall determine for each institution the frequency,
intensity and scope of the process and review having regard to factors such as institutions’
systemic importance, nature and scale of business, organisational complexity and elements which
might impact on the institutions’ risk profile. »
112
No entra en los objetivos de esta nota detallar qué "nivel" de normativa sería el más conveniente
para cada medida. Esta cuestión se estudiará posteriormente.
50
267. Una segunda función de las autoridades supervisoras es la de hacer el
seguimiento de los riesgos a nivel del mercado con el fin de poder situar a una
compañía dada entre sus competidoras y, en su caso, determinar las desviaciones
del mercado. La primera fase de Solvencia II mostró que una serie de riesgos y
prácticas de mercado deberían ser seguidas sistemáticamente por todas las
autoridades supervisoras. Para ello, y con el fin de facilitar el intercambio de
información entre supervisores, podría desarrollarse la recogida de estadísticas
comunes113. Un avance de este tipo iría también en el sentido de los esfuerzos de
reducción de los "informes múltiples" anteriormente mencionados en esta nota.
268. Muy concretamente, el informe sobre las provisiones técnicas de no vida propone
la introducción de estadísticas comunes sobre las liquidaciones de las provisiones
de prestaciones. El Grupo de trabajo de vida, por su parte, ha evocado la idea de
un seguimiento de las tendencias de mortalidad sobre la base de datos estadísticos
o de indicadores comunes. Con motivo de trabajos posteriores podrían definirse
otros riesgos importantes.
269. Otro eje de mejora consistiría en armonizar los principales indicadores de alerta
precoz utilizados generalmente por las autoridades supervisoras para detectar
empresas cuyo perfil de riesgo se deteriora o presenta singularidades. Una
armonización de este tipo tendría el interés de formalizar más los tipos de
intervención de las autoridades supervisoras y armonizar de este modo las
condiciones de ejercicio de las compañías de seguros europeas. Estos indicadores
de alerta precoz también podrían servir de base a mecanismos de información
automática entre supervisores de los distintos Estados miembros114.
270. En el mismo orden de ideas, cuando la valoración de la gestión de los riesgos de
la empresa requiere la definición de situaciones desfavorables, las autoridades
supervisoras europeas podrían poner a punto unas situaciones hipotéticas de
referencia aplicadas en toda Europa: se piensa en particular en las hipótesis de
prueba de la gestión activo-pasivo de las aseguradoras de vida115, pero se podría
ampliar este concepto a otros tipos de hipótesis (por ejemplo, a catástrofes).
271. Las inspecciones in situ constituyen también uno de los elementos principales del
proceso de supervisión prudencial. El control in situ es citado por el informe
Sharma, con los indicadores avanzados de riesgos, como la herramienta de
supervisión que permite apreciar el conjunto de los riesgos de una compañía de
seguros116. El informe KPMG destaca la importancia de los controles in situ, en
particular para el control de las provisiones técnicas117. Con toda probabilidad el
control in situ será igualmente una etapa obligada de la validación de un modelo
interno de riesgos.

113
Es asimismo una recomendación del informe Sharma (6.6.3).
114
Informe Sharma, 6.6.3.
115
Es una recomendación del informe sobre el seguro de vida.
116
Informe Sharma, 5.3 "general tools".
117
Informe KPMG, 2.1.25 y 4.2.3.
51
272. Se observa, por otra parte, que la evolución de los sistemas prudenciales hacia
una valoración más sofisticada de los perfiles de riesgos de las empresas confiere
una importancia creciente a las inspecciones in situ. Así sucede en el proyecto de
Basilea, que hace hincapié en este aspecto del proceso de supervisión prudencial.
El informe del Parlamento Europeo sobre supervisión prudencial confirma esta
evolución118.
273. Actualmente, a pesar de su importancia, no está claro que el concepto de control
in situ tenga un contenido comúnmente aceptado por el conjunto de las
autoridades supervisoras europeas. La confrontación de las prácticas quizá
permitiría llegar a principios y directrices que garanticen una práctica coherente
en toda Europa. Con este motivo podrían darse indicaciones sobre las
verificaciones que pueden delegarse a expertos independientes y lo que debe
seguir siendo responsabilidad directa de las autoridades supervisoras.
274. Con respecto, más concretamente, a los modelos de riesgo internos (cualquiera
que sea su forma de introducción en la reforma Solvencia II), parecerá necesario
establecer un marco de validación común para el conjunto de las autoridades
supervisoras. En este ámbito, la experiencia adquirida por las autoridades
supervisoras, en Europa y en el extranjero119, podría servir como punto de partida.
275. Por último, una mayor cooperación de las autoridades supervisoras europeas pasa
por la puesta a punto de mecanismos para compartir la información y
coordinación en caso de crisis120.
3.2.3.2. Competencias y medidas prudenciales
276. El refuerzo del proceso de supervisión prudencial tiene como objetivo hacer que
el sistema prudencial sea más sensible a los perfiles individuales de riesgo de las
compañías de seguros. Resulta, por lo tanto, legítimo que las autoridades
supervisoras estén facultadas para imponer, una vez finalizado el proceso de
supervisión prudencial, exigencias (relativas a las provisiones, a los activos, al
programa de reaseguro, a los fondos propios o, de manera más general, a la
gestión de la empresa) que precisen o superen las exigencias estándar del régimen
prudencial.
277. La reforma Solvencia II, en línea con Solvencia I y también con los proyectos
actuales para el sector bancario, debería por lo tanto reafirmar y reforzar estas
competencias para establecer exigencias superiores a las normas mínimas.
278. No obstante, también podrían discutirse condiciones o límites a estas
competencias. Por ejemplo, si una empresa o un grupo asegurador dispone de un
modelo interno autorizado para calcular su importe de capital deseable, la
decisión de exigir a la empresa o al grupo un importe de capital superior al
importe de capital deseable parece tener poco fundamento, a menos que sea
explícitamente un cuestionamiento de la calidad del modelo interno.

118
El informe "considera que los controles periódicos pueden ser insuficientes, por muy exhaustivos
que sean, para apreciar la buena salud de una entidad financiera; observa que estos controles
cuantitativos podrían ir complementados por visitas in situ efectuadas por personal cualificado y
con experiencia, en particular si las entidades de crédito elaboran su propio sistema interno de
indización para el cálculo del nivel mínimo del capital según lo dispuesto en el proyecto de
convenio de Basilea II".
119
La nota sobre los modelos internos (MARKT/2515/02) se refería en particular a las normas
desarrolladas por la autoridad supervisora australiana, APRA.
120
Informe Sharma, 6.6.3.
52
3.2.3.3. Transparencia y responsabilidad de las autoridades supervisoras
279. Por el momento se ha aludido poco a este aspecto del "segundo pilar". De la
lectura de los proyectos de reforma prudencial en el sector bancario nos podemos
quedar con los siguientes principios:
• los criterios generales y la metodología de control de las autoridades
supervisoras deben ser públicos;
• los resultados del control deben comunicarse a las empresas que son
objeto de medidas de obligado cumplimiento;
• en cambio, las exigencias que las autoridades supervisoras podrían
formular por encima de los mínimos reglamentarios no deben publicarse.
3.2.3.4. Control de los grupos de seguros
280. En función de las orientaciones decididas para el primer y el segundo pilar del
sistema prudencial, será sin duda necesario estudiar específicamente las
modalidades de control de los grupos de seguros.
281. En particular, si el futuro sistema prudencial deja sitio a los modelos de riesgo
interno, su validación planteará la cuestión del control de los grupos en nuevos
términos.
282. En efecto, parece bastante natural prever un proceso de validación efectuado o
coordinado por una única autoridad supervisora, la encargada del control de la
cabeza del grupo. Así, esta autoridad coordinadora contaría con numerosos
elementos que le permitirían apreciar la cultura de empresa, el control interno, la
gestión de los riesgos para el conjunto del grupo. Este control quizá sería más
eficaz que un control efectuado de forma dispersa por las distintas autoridades
supervisoras. En su caso, también podrían controlarse con mayor eficacia en el
grupo otros aspectos más técnicos (caso de una política de constitución de
provisiones centralizada, programa de reaseguro, gestión de activos, etc.).
283. Esta constatación llevará a la discusión de la distribución de las tareas de control
entre autoridades supervisoras europeas.
284. Si la autoridad supervisora coordinadora, o responsable, desempeña un papel
principal en el proceso de supervisión prudencial, así como en la definición del
capital deseable y su asignación a las distintas filiales, parece deseable que esta
autoridad tenga bien definidas la obligación de presentar información a las otras
autoridades supervisoras encargadas de las filiales del grupo. Habrá que concebir
sistemas específicos (por ejemplo, un sistema de "contraponente" en el que una
segunda autoridad supervisora tendría un papel activo en el seguimiento del
proceso de control y podría discutir, por lo tanto, con la autoridad supervisora
coordinadora sobre la información que debe difundirse a las autoridades
nacionales).
285. Por otra parte, el papel central desempeñado por la autoridad supervisora
coordinadora o responsable no elimina la necesidad de proceder a un control
"solo" para comprobar que los intereses de los asegurados se tienen en cuenta de
manera correcta y efectiva y se garantizan en cada una de las entidades del grupo.
Por ejemplo, difícilmente se puede prever que la autoridad de supervisión
responsable se encargue de todos los controles in situ de las filiales.

53
286. En este ámbito, la línea divisoria de las responsabilidades podría definirse por la
distinción efectuada entre las "redes de seguridad" (margen mínimo, límites de
concentración de activos) y los niveles "deseables" (fondos propios deseables,
política de inversión del grupo): los supervisores de las filiales podrían seguir
encargándose del control de las "redes de seguridad" (y de las intervenciones
vinculadas a ellos) mientras que el supervisor responsable podría desempeñar un
papel de motor en el control de los niveles deseables y definir o coordinar las
intervenciones de las autoridades supervisoras en este marco.
287. Esta puesta en común de responsabilidades podría variar en función de la
solidaridad mostrada por el grupo hacia sus filiales.
288. En cualquier caso, incluso en el de puesta en común clara de las tareas, el control
de los grupos precisará de una cooperación y de una mayor coordinación de las
autoridades supervisoras europeas.
289. Merece la pena discutir otra alternativa, más radical: se trataría de confiar todas
las tareas de supervisión prudencial de las distintas entidades de un grupo de
seguros únicamente a la autoridad supervisora de la cabeza del grupo.

54
3.3. Tercer pilar
290. En el primer debate del subcomité sobre Solvencia sobre el tema resultó que el
concepto de "tercer pilar" del proyecto bancario debía adaptarse teniendo en
cuenta las particularidades del sector del seguro. En particular, uno de los
mecanismos básicos para la "disciplina de mercado" en el sector bancario (la
interdependencia de los bancos) está casi ausente del sector del seguro.
291. De manera general, los principales factores que favorecen la disciplina de
mercado en el seguro son los mercados financieros y las agencias de calificación
(para las sociedades con cotización), una tendencia general a una mayor
transparencia y a una armonización de las normas contables. Las características
de algunas actividades de seguro también pueden desempeñar su papel.
292. Los escollos que deben evitarse en la introducción de un tercer pilar son, en
cambio, los mismos que los observados por el Comité de Basilea, es decir:
• la información de la que disponen las empresas (gestión de los riesgos,
características de la clientela) puede ser un factor de competitividad; la
obligación de revelar determinadas informaciones puede reducir
considerablemente el interés para la empresa en invertir para obtener estas
informaciones;
• la obligación de publicar determinadas informaciones puede empeorar la
situación de las empresas con dificultades (riesgo de retirada masiva para
los bancos, que también puede existir en el seguro de vida);
• la obligación de recoger información que no esté ya disponible puede
tener un coste no desdeñable;
• es necesario coordinar las exigencias públicas de información del sistema
prudencial con las exigencias de información decretadas por las
autoridades contables, con el fin de hacer coherentes los distintos
dispositivos de comunicación financiera.
293. En el transcurso de sus debates, el subcomité definió dos aspectos diferentes de la
disciplina de mercado en el seguro.
294. El primero se refiere a la información financiera publicada. En este ámbito, la
información va dirigida sobre todo a los inversores, a los analistas. Puede ser
explotada por los competidores o los corredores de seguros. El proyecto contable
del IASB tiene una parte no desdeñable consagrada a las obligaciones de
información financiera: estos distintos agentes económicos deberían beneficiarse
de la misma. No está claro, por lo tanto, que el sistema prudencial pueda aportar
mucho valor añadido a los esfuerzos ya emprendidos por el IASB. Por el
contrario, existiría el riesgo de sobrecargar inútilmente la tarea que supone la
recogida y publicación de información de las empresas. A este respecto, el
diálogo ya iniciado entre las autoridades supervisoras y el IASB reviste una
importancia particular.

55
295. El segundo aspecto de la transparencia en el seguro se refiere a la información
proporcionada a los asegurados. En este ámbito, las autoridades supervisoras,
encargadas de la protección de los asegurados, tienen un papel fundamental. El
principio de una actitud leal frente a los asegurados, enunciado en el segundo
pilar del sistema prudencial, puede ser apoyado eficazmente por principios y
normas de información destinadas a los asegurados. El Grupo de trabajo sobre el
seguro de vida ha expresado en sucesivas ocasiones la necesidad de una
normativa de este tipo (contratos en unidades de cuenta, mecanismos de
participación en los beneficios).
296. El debate de un "tercer pilar" plantea la cuestión relativa a que aspectos de los
documentos de los supervisores deberían hacerse públicos. El IASB, por su parte,
debate la inclusión de información sobre la solvencia reglamentaria de la empresa
en las cuentas financieras. Estos temas deberán discutirse más ampliamente en la
segunda fase del proyecto Solvencia II, al igual que lo serán en otros ámbitos
(Comité de Basilea, IAIS, IASB).
297. Concretamente, el planteamiento que se propone para la continuación del
proyecto es el de vincular estrechamente la definición y el debate de las medidas
del tipo tercer pilar a las medidas del primer o segundo pilar correspondientes.
Este planteamiento tendría la ventaja de asegurarse de la verdadera necesidad de
estas medidas y su complementariedad con el resto del dispositivo.
298. Cuando estas medidas se conviertan en exigencias de publicación de información
financiera, será necesario garantizar por otro lado que no se dupliquen con las
establecidas por el IASB.

56
4. PRÓXIMAS ETAPAS DEL PROYECTO
299. La presente nota está concebida para que sirva de base a un debate en el
subcomité sobre Solvencia del Comité de Seguros. Invitará a las delegaciones a
pronunciarse sobre la orientación general del proyecto, así como sobre las
distintas opciones propuestas. También se les instará a formular propuestas sobre
los métodos de trabajo que deben adoptarse, en particular para los puntos donde
la nota pone de relieve la necesidad de definir estos métodos con mayor precisión.
300. Los resultados de esta primera reunión del subcomité, así como los debates que
habrán tenido lugar con el sector el 17 de diciembre, deberían permitir a los
servicios de la Comisión formular una propuesta más concreta sobre la
continuación de los trabajos.
301. Esta segunda nota sería objeto de un debate durante una segunda reunión del
subcomité en marzo de 2003. También podría hablarse en esta reunión sobre la
organización de los trabajos de la segunda fase del proyecto.
302. Tras la celebración de estas reuniones, podría celebrarse un primer debate de
orientación en la sesión de primavera del Comité de Seguros. Si existe consenso
en el Comité de Seguros, los servicios de la Comisión iniciarán entonces la
organización de la segunda fase del proyecto Solvencia II.

57
1. RESUMEN DE LOS TRABAJOS DE LA PRIMERA FASE.................................... 3
1.1. Los estudios generales (informe KPMG e informe Sharma) ............................ 3
1.1.1. El informe KPMG ............................................................................... 3
1.1.1. El informe Sharma............................................................................... 4
1.2. Los trabajos del subcomité (notas, puesta en común de experiencia) ............... 5
1.2.1. Las notas de debate.............................................................................. 5
1.2.2. Las exposiciones de los Estados miembros......................................... 5
1.3. Los Grupos de trabajo vida y de no vida........................................................... 6
1.3.1. Grupo de trabajo de no vida ................................................................ 6
1.3.2. Grupo de trabajo vida .......................................................................... 7
1.4. Las propuestas sobre la forma del sistema (Estados miembros,
industria)............................................................................................................ 8
1.4.1. Los Estados miembros......................................................................... 8
1.4.2. Los otros participantes......................................................................... 9
2. CONCLUSIONES SACADAS DE LOS TRABAJOS DE LA PRIMERA
FASE ......................................................................................................................... 11
2.1. ¿De qué debe tratar el ejercicio Solvencia II? (¿Qué es un sistema de
solvencia?)....................................................................................................... 11
2.1.1. Las distintas acepciones del término "solvencia".............................. 11
2.1.2. La concepción actual de los sistemas de solvencia ........................... 12
2.1.3. Las contribuciones de los debates realizados en el marco de
Solvencia II........................................................................................ 13
2.2. ¿Qué es un régimen prudencial adaptado al riesgo? ....................................... 14
2.2.1. Los riesgos que pueden observarse en el balance del
asegurador.......................................................................................... 14
2.2.2. Los riesgos subyacentes a los riesgos de las cuentas anuales ........... 16
2.2.3. ¿Qué función cumple la exigencia de capital en un sistema de
solvencia? .......................................................................................... 18
2.3. ¿Hasta dónde llegar en la armonización? ........................................................ 20
2.3.1. Armonización y mercado único europeo........................................... 20
2.3.2. El contexto internacional y las evoluciones futuras .......................... 23
3. REFLEXIONES SOBRE LA ARQUITECTURA DEL SISTEMA DE
SOLVENCIA ............................................................................................................ 28
3.1. Primer pilar...................................................................................................... 30
Provisiones técnicas......................................................................................... 30
3.1.2. Normas de cobertura.......................................................................... 34
3.1.3. Normas sobre los fondos propios ...................................................... 38
3.1.4. Coherencia de las normas entre sectores ........................................... 42
58
3.2. Segundo pilar................................................................................................... 43
3.2.1. Observaciones preliminares............................................................... 43
3.2.2. Definir principios de control interno y buena gestión de los
riesgos................................................................................................ 44
3.2.3. Definir principios y herramientas comunes de supervisión
prudencial .......................................................................................... 49
3.3. Tercer pilar ...................................................................................................... 55
4. PRÓXIMAS ETAPAS DEL PROYECTO ............................................................... 57

59

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