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ALUMNO: MONTERO PRINCIPE, LUIS ALBERTO

SECCIÓN: A07 ESPECIALIDAD: ECONOMIA


CURSO: SEMINARIO DE INVESTIGACION II
UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE

CAPITULO II

EVOLUCION Y SITUACIÓN ECONÓMICA DEL PERÚ 1994 - 2005

Introducción

En nuestro país el crecimiento económico registrado en los últimos años no ha tenido un


correlativo en el bienestar económico. En general, se dice que el patrón de crecimiento
actual no permite trasladar el crecimiento económico hacia los sectores más pobres de la
población. Según esta visión, el crecimiento económico actual también habría acentuado
la desigualdad al beneficiar más a los sectores más ricos.

En este trabajo buscaremos mostrar que en términos teóricos, es muy difícil sustentar
que un proceso de crecimiento económico generalizado, a nivel de sectores productivos y
por regiones, no contribuya a la disminución de la pobreza.

Por ello analizaremos los diferentes canales a través de los cuales el crecimiento reduce
la pobreza y, cuando tiene las características actuales, puede también mejorar la
distribución del ingreso.

En segundo lugar, en el frente más importante, el de los hechos, buscaremos mostrar que
las afirmaciones del primer párrafo de este documento, tanto las vinculadas al “patrón de
crecimiento” como a las de la pobreza e incluso las relativas al tema de desigualdad, no
guardan correspondencia con lo observado.

Por eso se puede decir que el crecimiento económico generalizado y sostenido es una
condición suficiente para reducir la pobreza a lo largo del tiempo
2.1 EVOLUCION ECONOMICA DEL PRODUCTO BRUTO INTERNO

El Producto Bruto Interno del Perú, creció en términos de nuevos soles constantes (año
base 1994), en el año 2010 en un 8,0%. La tasa de crecimiento media entre los años
1991-2010 ascendió a 4,92%.

Perú: P.B.I. en miles de nuevos soles constantes. Año Base


1994
250 000 000

200 000 000

150 000 000

100 000 000

50 000 000

FUENTE: INEI

Este crecimiento es el incremento de la renta de los bienes y los servicios finales


producidos por una economía en un determinado periodo, el cual se mide a través del
Producto Bruto Interno de las economías. Lo que se busca con el crecimiento económico
es mejorar los estándares de vida de la población.

Este incremento sostenido del PBI se debe a diversos factores que intervienen en la
economía como que es uno de los países importantes para invertir, además el Perú
cuenta con sólidos fundamentos económicos que reducen su vulnerabilidad frente a éstos
valores externos

Desde el año 2002 la economía peruana ha venido mostrando tasas de crecimiento


superiores al 6% anual sustentada en la evolución de la demanda interna como resultado
del dinamismo del consumo y de la inversión privada. Ese proceso de crecimiento
económico se ha visto favorecido por la estabilidad cambiaria y de precios que registra el
Perú desde hace más de diez años, así como por el firme compromiso de las autoridades
económicas con el necesario equilibrio fiscal y el desarrollo de una política monetaria
conservadora.

2.1.1 EVOLUCION DEL PBI PER CÁPITA

La evolución en los últimos 15 años el PBI per cápita decreció sólo en 2009, ya que afecto
la crisis financiera internacional. Podemos decir que a través del tiempo el Perú ha tenido
un crecimiento directo entre el PBI y el PBI per cápita, por lo que vemos que así como el
nivel de producción aumenta también aumenta la población total.

FUENTE: INEI

2.1.2 EVOLUCIÓN DE LA TASA DE INVERSIÓN

Teniendo en cuenta el gráfico siguiente, podemos indicar que al 31 de diciembre de 2009,


el stock de inversión extranjera directa está en el orden de los US$ 18,840 millones. Esto
nos indica que el Perú ha ido mejorando sus flujos de inversión directa extranjera gracias
a su buen desempeño macroeconómico en los últimos años, aunque en el período 2002-
2010 la tasa de crecimiento ha sido inferior explicado fundamentalmente por la menor
reinversión de utilidades, en un entorno económico internacional poco favorable.

Con respecto al stock Inversión Extranjera Directa por sector económico de destino el
sector minero concentra el mayor porcentaje del stock de Inversión Extranjera Directa con
21%. Buena parte de estas inversiones fueron efectuadas en los últimos 5 años, por la
puesta en marcha de diversos proyectos. Entre las principales empresas del sector
destacan Southern Perú, Xstrata, Gold Fields, Yanacocha, Cerro Verde, Antamina y
Cajamarquilla. Durante el 2004-2009 se anunciaron inversiones por más de US$ 30 mil
millones para los próximos años.

Dentro de los cuales se destaca inversiones de Chinalco, Grupo México, Xstrata,


Shougang, entre otras. El sector comunicaciones con Telefónica de España derivadas
de su participación en el proceso de privatización de la compañía estatal en los años 90 y
posteriores inversiones de expansión, así como las inversiones de los operadores de
telefonía celular efectuadas principalmente entre el 2000 y el 2005.

2.2 EVOLUCION DEL CRECIMIENTO POR SECTOR

AÑO 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Agropecuario 12 775 12 867 12 668 13 470 14 213 15 135 17 107 19 342 22 352 23 945

Pesca 1 665 1 430 1 733 1 426 1 571 2 041 2 099 2 183 2 569 2 605
Minería e
Hidrocarburos 9 708 9 312 10 961 12 929 18 264 23 139 35 248 38 413 39 267 38 354

Manufactura 26 860 27 737 28 954 30 352 35 373 39 077 44 234 49 035 54 921 50 897

Otros Servicios 83 779 86 279 90 764 97 053 103 514 112 006 122 597 136 540 152 816 167 444

Construcción 9 948 9 882 10 737 11 561 12 885 14 214 17 122 20 395 24 112 27 082

Comercio 25 164 25 818 26 945 28 000 30 734 32 726 37 845 42 104 48 602 52 319
FUENTE: INEI
EVOLUCIÓN DEL CRECIMIENTO DEL PBI POR SECTORES
ECONÓMICOS - Valores a Precios Corrientes (Millones de
Nuevos Soles)
180 000
160 000
140 000
120 000
100 000
80 000
60 000
40 000
20 000

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Agropecuario Pesca Minería e Hidrocarburos


Manufactura Otros Servicios Construcción
Comercio

Es cierto que el Perú esta creciendo continuamente en los últimos años. Este cambio se
percibe en un nuevo orden social y económico; que se ha sustentado en cambios
importantes en la estructura de la propiedad, en la apertura al mercado y en las fuentes
de financiamiento de la inversión. Pero este crecimiento se ha basado en un modelo
primario exportador y de servicios con una fuerte dependencia del exterior y con poca
capacidad de desarrollo económico interno, es decir no se han creado las condiciones
necesarias en el mercado de trabajo para que se traduzca el crecimiento económico en
bienestar. De esta manera aunque se muestren positivos los indicadores
macroeconómicos, no se llega a percibir entre los habitantes dicho crecimiento
económico. Se percibe una diferencia en la distribución de la riqueza. Por esto, es
necesario examinar los siguientes puntos: en primer lugar corroborar si la tesis de
crecimiento “pro pobre” (sustentado en sectores con gran capacidad de generación de
mano de obra) correspondería con la realidad, ya que las tasas de crecimiento de los
sectores de la construcción, la agricultura, la industria y la pesca han superado a las del
sector de la minería solo en dos últimos años.
Por ello, es importante a partir de estas investigaciones tener una idea clara y un
consenso de lo que se debe hacer para buscar objetivos de aliviar la desigualdad o
atender primero al crecimiento en el corto o largo plazo.

Efectivamente, según información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)


presentó un estudio donde se muestra que entre 1994 y el 2005 el producto bruto interno
se habría duplicado, mientras que la desigualdad se había mantenido prácticamente
inalterable. Es más, dicho estudio muestra que los cambios en el ingreso se han dado
principalmente a favor de Lima y de las principales ciudades, en detrimento de las zonas
rurales y de los poblados, que se han venido empobreciendo relativamente en el periodo
de análisis, información que ratifica el Banco Mundial que encuentra para el periodo
2000 - 2007 que los elevados niveles de desigualdad en el Perú son persistentes y siguen
aumentando en algunas regiones del país, afirmando que el crecimiento no se ha
redistribuido de manera equitativa entre las regiones, y que benefició en menor medida a
los pobres rurales. Por otro lado, si bien se ha iniciado un proceso interesante de
descentralización del gasto público, este en muchos casos ha exacerbado las diferencias
regionales.

Uno de los estudios metodológicamente más acuciosos técnicamente sobre la


desigualdad del ingreso en el Perú es el desarrollado por Gambetta (2009), en el que
realiza pruebas de significancia estadística de los cambios en las distribuciones del
ingreso para el periodo 2003-2008.

El estudio realiza pruebas para estimar la significancia estadística de los cambios en los
indicadores de desigualdad entre periodos, concluyendo que las ganancias del
crecimiento económico (7,3% en promedio para dicho periodo) no se han transferido en
igual magnitud a los ingresos de los hogares (reducción del coeficiente de Gini para el
periodo en estudio de tan solo 0,28% en promedio), hecho que podría ser explicado por la
ineficiencia del gobierno para la implementación de políticas de protección social y
reducción de la pobreza, sugiriendo que el crecimiento sin redistribución puede
desencadenar inestabilidad social y económica.

Por otro lado, un estudio que sistematiza la evolución de la desigualdad en el Perú,


reconociendo los problemas de comparabilidad intertemporal, es el de Jaramillo y
Saavedra (2009), quienes hacen un seguimiento a las cifras de desigualdad observadas
en la literatura, complementadas por sus propias estimaciones. Para los autores, la
desigualdad mostró signos de una reducción sistemática a partir de inicios del presente
siglo, mostrando una recuperación luego del profundo aumento en la desigualdad del
último quinquenio del siglo pasado. Los autores sustentan sus estimaciones en la fuerte
reducción en el coeficiente de Gini de la distribución de la tierra (que bajó de 0,94 en 1961
a 0,61 en 1994) y en la proporción de la población asistiendo a escuelas formales durante
el mismo periodo. Sin embargo, el INEI (2006),

Tendencias de la desigualdad del ingreso per-cápita. Evolución del Coeficiente GINI


según diversos autores

Es interesante observar la contradicción entre las cifras presentadas por distintos estudios
y la falta de presencia del organismo llamado a dar las cifras oficiales en este punto, el
INEI, entidad responsable de las estadísticas nacionales. Igualmente, llama la atención
que la mayoría de conclusiones de estos estudios se esgrimen alrededor de estas cifras,
que como vemos son poco concluyentes.

Finalmente, creo que lo que podemos deducir de las cifras presentadas por los distintos
estudios es que la desigualdad del ingreso no ha variado; y si lo ha hecho, este ha sido un
cambio poco significativo, sobre todo contrastado con la magnitud del crecimiento
económico de los últimos años. La desigualdad en términos de ingresos o gastos, además
de la preocupación que genera tanto desde un punto de vista ético como de justicia social,
no es altamente crítica en términos económicos, siempre y cuando exista movilidad social
e igualdad de oportunidades para todos. En otras palabras, no debería haber ningún
problema económico derivado de una sociedad desigual en términos monetarios, que
cuente con un sistema distributivo progresivo que equipare no solamente el gasto de los
más ricos y más pobres, sino las oportunidades para todos los miembros de esta
sociedad.

2.2 SITUACION ECONOMICA

Sabemos que el Estado no ha sido el agente compensador e igualador de oportunidades


que esperábamos, fundamentalmente por ser un Estado relativamente pequeño, con una
presión tributaria muy baja y una enorme e ineficiente burocracia, cuyo mantenimiento
absorbe una gran parte del gasto público. Más aún, además de la capacidad de
redistribución y las políticas redistributivas, también habría un problema de modelo
económico, que genera muy pocos eslabonamientos entre sectores y entre territorios, y
que produce muy pocas oportunidades de empleo decente, de allí que gran parte de la
reducción de la pobreza de los últimos años en las zonas urbanas provenga del
crecimiento del sector informal.

Por otro lado, en relación con las políticas de protección social en el Perú, observamos
que la composición del gasto público social, si bien ha crecido durante los últimos quince
años, todavía nos coloca muy por debajo del promedio de la región. Más aún, la variación
del gasto social se ha dado en desmedro de la educación y a favor del desarrollo de
programas sociales y de salud. Es importante resaltar además que gran parte del
aumento del gasto social responde a incrementos en gasto corriente, en perjuicio de
gastos de inversión tanto en salud como en educación.

Por ello Perú de alguna manera reestructurar la producción, basado en un modelo


primario exportador que, si bien ha permitido tener un crecimiento sostenido en el tiempo,
tiene muy poca capacidad generadora de empleo y de eslabonamiento con sectores
productivos nacionales. Este modelo económico, afirma, no ha permitido resolver la crisis
distributiva, por su parte, cuestiona el modelo primario exportador modernizado de
desarrollo liderado por la minería, promovido por nuestros últimos gobiernos, y que no ha
generado mayores cambios en la desigualdad en el Perú.

Además que este modelo ha postergado el desarrollo de un mercado interno que podría
asegurar, tanto una relativa estabilidad para el empresariado doméstico, como una
presión tributaria elevada y de ancha base que permita satisfacer las demandas sociales.

Por ello los mecanismos de producción y reproducción de la desigualdad los mecanismos


de exclusión no pueden ser revertidos con las reformas liberales. Las herramientas
políticas para lograr una sociedad más justa y con bases para el desarrollo son aquellas
que contribuyen a modificar esta desigualdad inicial que implica modificar la distribución
actual de los activos tanto económicos (por ejemplo acceso a bienes públicos) como
sociales (derechos humanos, igualdad ante la ley).

La economía ha identificado dos elementos conceptuales para este hecho. El primero es


que la desigualdad en el ingreso y en la riqueza, asociada a imperfecciones en los
mercados financieros, genera asignaciones ineficientes, de modo que los más pobres no
tienen la capacidad de desarrollar proyectos que puedan ser socialmente rentables.

Más aún, esta situación restringe la capacidad de los más pobres de adquirir activos
capital humano, tierra, vivienda que fortalezcan sus capacidades para reducir la
vulnerabilidad en el consumo. El segundo, más asociado a la política económica, indica
que en sociedades con un alto nivel de concentración de la riqueza y del poder, las elites
tienen mayores posibilidades para elegir estrategias en su propio beneficio, y
generalmente en desmedro de las mayorías, generando así una dinámica creciente de
desigualdad que atenúa el efecto de las transferencias sociales progresivas.

El desarrollo en general y la desigualdad en particular se refieren a múltiples dimensiones


que no son adecuadamente consolidadas por el ingreso o el gasto. Teniendo este hecho
en mente, está claro que nuestro país adolece de una fuerte desigualdad no solamente
del ingreso, sino de oportunidades que impiden que nuestra sociedad se desarrolle, al
margen de que pueda crecer el producto bruto interno. La desigualdad del ingreso en el
Perú parece no haber variado significativamente. Esta alta desigualdad no sería un
problema económico si el Estado tuviera una adecuada capacidad redistributiva
igualadora de oportunidades y/o si el modelo económico fuera inclusivo y permitiera la
movilidad social.

Lamentablemente, tenemos una muy débil política de distribución de la riqueza y un


ineficiente nivel de gasto social, que parece ser un problema estructural asociado a la
capacidad del Estado peruano. La tan pospuesta reforma del Estado nos permitiría
mejorar la eficiencia de nuestro gasto, aumentando la eficiencia de nuestros trabajadores
públicos y la inversión social. Sin embargo, esto no parece ser una prioridad de nuestro
gobierno.

Por otro lado, el camino propuesto por los últimos tres gobiernos ha probado su poca
capacidad distributiva. El modelo primario exportador y de servicios no es capaz de crear
eslabonamientos con el resto de la economía y tampoco es generador de empleo
sostenido. La cantidad de protestas sociales y la poca confianza en nuestro sistema
político respalda esta afirmación. Ante esta situación, seguimos con esta lógica de
crecimiento exclusivo o nos ponemos a trabajar en un modelo que permita el desarrollo de
nuestro mercado interno de manera dinámica, buscando desarrollar los sectores más
intensivos en capital humano, como la agricultura. Esperemos que las propuestas que nos
presenten en las próximas elecciones sean un poco más abiertas al cambio y al desarrollo
de nuestro país.

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