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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE

FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS


TALLER DE INTEGRACIÓN DE PRÁCTICAS PROFESONALES

LEPTOSPIROSIS EN EL NEA

Integrantes: Hoyos, Silvia Mariana


Lezcano, Natalia Erika

Docente Orientador: Ruiz, Mónica Raquel

Año 2010
Índice páginas

Introducción 3
Leptospirosis 4
Agente etiológico 4
Aspectos epidemiológicos 5
Importancia de los reservorios 6
Transmisión y patogenia 9
Manifestaciones clínicas 9
Diagnóstico 11
Situación en Argentina 12
Control y prevención 15
Conclusión 18
Bibliografía 19

2
Introducción
Este trabajo fue realizado con el objetivo de pregonar la importancia de la leptospirosis
como enfermedad zoonótica. Se describe por un lado al agente causal, los aspectos
epidemiológicos, el papel que cumplen los reservorios urbanos y rurales en el mantenimiento
de la infección. Se menciona además, los métodos diagnósticos y las medidas de control y
prevención.
También se pretende reflejar la situación actual de la enfermedad en nuestro país, la
prevalencia de los últimos años y relacionar posibles fuentes de infección con los casos
hallados.
Por último, se expone un proyecto de saneamiento en la ciudad de Corrientes para
tratar de disminuir factores que interfieren en la presentación de la enfermedad,
especialmente disminuir la prevalencia de roedores.

3
Leptospirosis
Es una enfermedad infecciosa, transmisible, zoonótica que afecta a los animales
domésticos, silvestres y al hombre (Achas y Szyfres, 1986). Se caracteriza por presentar
manifestaciones clínicas de tipo reproductivo, respiratorio, digestivo y nervioso. Su curso es
variable, de sobreagudo a crónico, pudiendo llegar a ser inaparente. Es producido por una
bacteria Leptospira spp. (Jacobo, 2007).
En nuestro país la enfermedad es endémica en los animales, causando enfermedad en el
hombre, en forma de casos aislados o brotes epidémicos (Seijó, 1994).

Agente etiológico
Son gérmenes Gram negativos, de tamaño variable, con una longitud de 6 a 20 micras,
pleomórficas, móviles, con forma de gancho en los extremos.

Orden Spirochaetales
Familia Leptospiraceae
Género Leptospira
Especies biflexa, interrogans
Clasificación taxonómica (Tealdo, 2008).

La especie biflexa es apatógena, de vida libre o saprófita, mientras que la especie


interrogans es patógena para el hombre y los animales.
De L. interrogans se reconocen 25 serogrupos con más de 250 variedades, que en
términos generales son antigénicamente diferentes. Si un animal se infecta con un
determinado serovar, los anticuerpos que produce le conferirían cierta protección parcial
contra otros serovares que podría infectarse posteriormente (Jacobo, 2007).
No crecen en medios de cultivos comunes. En los preparados frescos solo pueden
observarse con microscopio óptico de contraste de fase o campo oscuro, pero no con los
métodos comunes de tinción y eventualmente con el método de Giemsa (Nicolet, 1986).
La temperatura óptima de incubación es de 28º a 30º centígrados. Son aerobias o
microaerófilas, lábiles al medio ambiente, mueren por exposición al calor, luz, detergentes,
desinfectantes comunes (Tealdo, 2008) y a la mayoría de los antibióticos como la penicilina,
estreptomicina, aureomicina y macrólidos (Jacobo, 2007).

4
Aspectos Epidemiológicos
La leptospirosis es considerada una de las zoonosis más difundidas y subdiagnosticadas
en el mundo (Marder, 2008).
Existen varios factores que influyen en la presentación de la enfermedad como ser:
climáticos, ambientales, geológicos y población susceptible.
Las situaciones a tener en cuenta para la transmisión del agente son: a) la eliminación
de espiroquetas con la orina de animales infectados, b) la supervivencia de los gérmenes en
el ambiente.
En el curso de la enfermedad se eliminan hasta 107 leptospiras/mililitro de orina. Los
herbívoros, al tener una orina alcalina, cumplen una función relevante en la transmisión a
diferencia de los carnívoros que tienen orina ácida (Nicolet, 1986).
Cada región se caracteriza por los serovares que contiene. Un serovar tiene su o sus
huéspedes preferidos, pero cada especie animal puede hospedar a uno o más serovares
(Achas y Szyfres, 1986). Para Argentina, los serovares más prevalentes son: copenaghi,
hardjo, tarassovi, grippotyphosa, icterohaemorrhagiae, canicola.

Tabla 1. Ejemplo de huéspedes y serovares (Reie, 2008).

Hospedador de
Huéspedes Serovar Mantenimiento
H-C-B icterohaemorrhagiae Ratas- Roedores silvestres
H-C-P canicola Caninos
H-B-E pomona Porcinos
H-B-P grippotyphosa Animales silvestres
H-otras especies hardjo Equinos
H-otras especies ballum Ovinos y Cabras
H: hombre; C: canino; B: bovino; P: porcino; E: equino.

El hombre es un huésped accidental y es susceptible a un gran número de serovares. La


transmisión interhumana es rara y solamente en situaciones excepcionales puede ayudar a
mantener un brote epidémico. Achas y Szyfres citan el caso de soldados en Vietnam que
trabajaban descalzos y que por consumir una dieta vegetariana (pH de orina neutro)
mantuvieron una leptospiruria prolongada, contribuyendo de este modo a la contaminación
del suelo.
Las regiones tropicales y subtropicales constituyen áreas endémicas. El mayor número
de casos se presenta en las estaciones lluviosas y cálidas, sin embargo se registran casos en
climas fríos. (Achas y Szyfres, 1986).

5
Se pudo determinar en 1997 en Tierra del Fuego, que sobre 144 muestras serológicas de
caninos el 27,7 % fueron positivas (Mundo Sano, 2002).
Es importante señalar que la bacteria no se multiplica fuera del huésped y que su
supervivencia en el medio depende de las condiciones ambientales: requieren alto grado de
humedad, suelos con pH neutro o alcalino, valores <6 y >8 son inhibidores; y temperaturas
adecuadas ya que Tº < 7-10º C y > 34-36º C son nocivas (Acosta, 1994).
Campos anegadizos con sistemas de bañados y esteros le son favorables, pudiendo
permanecer por varios meses en aguas estancadas o de corriente lenta (Jacobo, 2007). No
sobreviven en agua salada (Achas y Szyfres, 1986).
Es necesario considerar en el desarrollo de la leptospirosis dos ecosistemas distintos:
™ Urbano: es el más importante en cuanto a la incidencia y repercusión social. Está
vinculado con las condiciones de vida de la población, la urbanización deficiente,
inundaciones periódicas, presencia de barro y zanjas sumado a una estrecha
convivencia con ratas y al aumento de la población canina. La población de riesgo
corresponde a grupos profesionales u ocupacionales, por ejemplo: veterinarios,
militares, matarifes, obreros de saneamiento, recolectores de basura, personal de
zoológicos.
™ Rural: La enfermedad se asocia a la producción agroganadera y recreativas al entrar
en contacto con agua contaminada. Dentro del primer grupo se encuentran los
ganaderos, agricultores, ordeñadores, peones, cosechadores de arroz y de caña de
azúcar; y por otro lado los turistas y excursionistas integran el segundo grupo. Los
reservorios más importantes son los animales silvestres y de cría (Achas y Szyfres,
1986; Nieto, 2001).

Importancia de los reservorios


Las ratas y ratones (Rattus rattus, Rattus norvergicus y Mus musculus) por su amplia
distribución y por su carácter de excretoras de leptospiras de por vida juegan un papel
epidemiológico importante como reservorios, (Brihuega, 2008) ya que difícilmente sufren la
enfermedad (Achas y Szyfres, 1986). Las leptospiras se alojan en los túbulos renales durante
mucho tiempo y ante determinados sucesos estresantes se eliminan en abundancia
contaminando el medio ambiente, agua o alimentos (Arenilla - Seijó, 2003).
Son numerosos los géneros y especies de roedores que operan como reservorios,
variando su aparición según zona geográfica.

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Con el propósito de conocer la tasa de prevalencia de leptospirosis en roedores
sinantrópicos en la ciudad de Corrientes se realizó un trabajo de investigación durante el
período 2005-2008, donde se capturaron 101 roedores que luego fueron identificados según
especie, sexo y edad. Las muestras se procesaron en el laboratorio de la cátedra de Salud
Pública de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE. Los resultados arrojaron una
positividad de 58,4 % sobre el total de roedores muestreados. Casi todos los ejemplares
capturados, con amplio predominio del sexo macho, correspondían a Rattus rattus excepto
uno, que pertenecía a la especie Mus musculus (Marder, 2008).
Sin embargo, en la provincia Buenos Aires las especies de roedores frecuentemente
encontradas son: Rattus norvegicus (80%) y Rattus rattus (20%). A medida que se avanza
desde el conurbano hacia la zona rural pueden aparecer otras especies de roedores como Mus
musculus, Calomys sp, conocidos vulgarmente como “ratón” o “laucha” y eventualmente los
cuises, Cavia pamparum (Nieto, 2001).
Con respecto a los caninos, podrían tener un rol importante en la transmisión dentro de
su especie y hacia el hombre debido a la estrecha relación con él. El animal se infecta con la
orina de otro perro o de roedores (Salas, 2000). La enfermedad se presenta generalmente de
forma subclínica no diagnosticable y con leptospiruria prolongada constituyendo una
potencial fuente de infección para el hombre. El sexo macho adulto es más susceptible a
contraer la infección por los hábitos de olfación, lamido y por hábitos callejeros (Stiebel,
1994).
Con la finalidad de dar a conocer la prevalencia de leptospirosis canina en el Partido de
La Plata, se realizó un estudio comparativo de hallazgos efectuados durante 3 años (1997 a
1999). Se consideró el sexo, edad de los animales infectados, serovares actuantes y estado
vacunal de cada animal. La técnica utilizada fue aglutinación microscópica (MAT).

Tabla 2. Número de sueros analizados y serovares hallados en cada año (Salas, 2000).

Serovariedades
Años Nº de sueros % de positividad frecuentes %
icterohaemorrhagiae 40.1
1997 342 46 canicola 24.8
icterohaemorrhagiae 40.5
1998 199 48 canicola 24
icterohaemorrhagiae 54.2
1999 190 42 canicola 22.1

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Considerando el sexo de los animales, se encuentra una mayor prevalencia de la
infección en machos con 73,6%, 67,4% y 67,5% en los tres años de estudio respectivamente;
y con respecto a la edad, los individuos mayores de un año y menores de siete años
evidenciaron mayor positividad. Se concluye que los machos adultos tienen más prevalencia
que las hembras debido al hábito de marcación y lamido de orina.
Respecto al estado de vacunación se comprobó que, sobre el total de animales
estudiados cada año, hubo un incremento en el número de perros vacunados. En el año 1997
solo 11,1% estaban vacunados, en 1998 un 27,1% y en 1999 alcanzó el 34,7%. Cuando se
analizó el estado vacunal de los animales seropositivos, entre un 11,5% y un 38,8 % habían
sido vacunados. De ellos, entre un 29,4% y un 54,8% presentaban síntomas compatibles con
la enfermedad. Llama la atención que los perros vacunados enfermen. Mientras que algunos
artículos científicos demuestran la efectividad de la vacuna, otros la cuestionan tanto en
cuanto a la prevención de la enfermedad como a la de la leptospiruria postinfección.
Hartman atribuye el hecho de que algunos animales puedan infectarse a pesar de haber sido
vacunados recientemente a la aparición tardía de los anticuerpos IgG protectores, tres meses
después de la primera revacunación. Menciona además que algunos perros parecen tener baja
respuesta inmune a la vacuna (Salas, 2000).
El papel de los animales silvestres y domésticos es esencial para el
mantenimiento de las leptospiras patógenas en la naturaleza, ya que actúan como portadores
y diseminadores de éstas en el ambiente. Estos diseminadores pueden ser huéspedes
temporarios o portadores crónicos y persistentes (Argento, 1994).
Investigaciones realizadas en animales silvestres de distintas partes del mundo, han
demostrado que las leptospiras se encuentran en una diversidad de especies como zorros,
cuises, armadillos, comadrejas, ciervos, mapaches, zarigüeyas, musarañas, canguros,
mangostas, murciélagos (Brihuega, 2006), peces, caimanes, marsupiales, erizos, chacales,
aves, peces, reptiles y ranas (Arenilla, 2003).
Trabajos realizados en la provincia de Neuquén, en liebres, demostraron positividad.
Las serovariedades reaccionantes fueron: L. interrogans, ballum, bratislava, wolffi. También
se estudió la seroprevalencia en ciervos colorados de las provincias de Neuquén y de Río
Negro, encontrándose positividad en el 20.31% de ciervos muestreados (Brihuega, 2008).
Entre los animales de granja de mayor importancia económica: bovinos, cerdos,
ovejas, equinos, cabras y camélidos sudamericanos (Llorente, 2006), la leptospirosis es
enzóotica en estas poblaciones ya que viven en manadas, piaras o majadas; facilitando la
transmisión de unos a otros, incluyendo al hombre.

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Transmisión y Patogenia
La transmisión entre los animales de una explotación puede ser congénita o neonatal,
generando un portador crónico (Draghi, 2000), quien elimina leptospiras por orina,
contaminando las aguas y el suelo, motivo por el cual está catalogada como una enfermedad
telúrica, constituyendo la fuente de infección para el resto de los animales. También se
comportan de esta manera los animales enfermos y silvestres (Jacobo, 2007).
Dentro de las especies domésticas, el cerdo es portador/excretor de por vida y en otras
como el bovino o equino, la capacidad excretoria es variable, no permanente (Draghi, 2000).
El animal enfermo elimina leptospiras por las distintas aberturas naturales a través de la
orina, leche, semen, productos del aborto y secreciones vaginales (el bovino puede eliminar
durante ocho días post-aborto); mientras que el animal infectado crónico o portador
asintomático las elimina por medio de la orina (Jacobo, 2007).
La transmisión de la enfermedad se produce de manera directa a través de la vía
transplacentaria, contacto con orina, sangre u órganos de animales infectados e
indirectamente por exposición al suelo, agua y/o materiales contaminados (Nicolet, 1986).
La leptospira ingresa al organismo a través de la piel intacta o erosionada, o por medio
de las mucosas ya sea oral, nasal o conjuntival (Achas y Szyfres, 1986).
El período de incubación es variable, oscila entre 2 y 30 días, con una media de 7 a 13
días (Linzitto, 2008).
En el curso de la enfermedad, se reconocen 2 fases:
a) Fase leptospirémica o febril: dura de 7-10 días (Achas y Szyfres, 1986). La bacteria
está en sangre. Este período es ideal para tomar muestras de sangre, para el
aislamiento del gérmen (Linzitto, 2008).
b) Fase inmunitaria o leptospirúrica: dura de 1 semana a meses (Achas y Szyfres, 1986).
La bacteria se localiza en órganos parenquimatosos, donde se va a multiplicar.
Aparecen los anticuerpos circulantes y se produce la eliminación del gérmen por orina
(Nicolet, 1986; Caíno, 2006).

Manifestaciones clínicas
La enfermedad puede presentar un conjunto de signos y síntomas muy amplios, los
cuales suelen ser comunes a otras enfermedades infecciosas, complicando a veces arribar a
un diagnóstico certero (Linzitto, 2008).
Bovinos: Puede presentarse en forma aguda, subaguda, y crónica.

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La presentación clínica no tiene signos patognomónicos. Puede notarse fiebre (40,5-
41,5° C), anorexia, diarrea, lagrimeo, conjuntivitis, anemia, hemorragias, ictericia,
hemoglubinaria, nefritis, dermatitis crónica, meningitis, poliartritis, neumonía atípica,
inflamación de las vías respiratorias, úlcera del tercer párpado (Argento,1994).
Algunos trabajos indican una forma cutánea con espesamiento de la piel, edema
húmedo en la cara externa de las orejas. Posteriormente, se extiende al cuello y espalda con
presencia de exudado seroso.
Es común en vacas lecheras mastitis, disminución en la producción de leche, que puede
ser amarillenta y con coágulos sanguíneos. (Draghi, 2000).
La forma reproductiva (el serovar hardjo es incriminado por distintos autores) se
manifiesta por muerte embrionaria, disminución de la fertilidad, aborto en el último tercio
de la gestación, con posible retención de placenta, o la presentación de abortos simultáneos o
tormenta de abortos en el rebaño (Jacobo, 2007).
Los fetos se encuentran edematosos con un exudado de color rojo en cavidad torácica y
abdominal (Nicolet, 1986), presentan alto grado de autólisis ya que le muerte se produce de
48 a 72 horas antes de la expulsión (Draghi, 2000).
Porcinos: puede observarse fiebre, ictericia, hemoglobinuria, anorexia, trastornos
gastrointestinales, meningitis (Jacobo, 2007).
En las hembras hay abortos, preferentemente al final del período gestacional o pueden
presentarse nacimientos de lechones débiles (Linzitto, 2008).
Equinos: generalmente el curso es asintomático. Se presenta oftalmía periódica o
iridociclitis recidivante. Esta afección es considerada una secuela tardía, debido a un proceso
inmunológico. Se observa fotofobia, lagrimeo, conjuntivitis, hipopión e iridociclitis. El
proceso es recurrente pudiendo terminar con ceguera.
En la forma reproductiva, se presenta aborto que se produce entre el séptimo y décimo
mes de gestación (Jacobo, 2007).
Ovinos y Caprinos: la leptospirosis es muy poco frecuente (Jacobo, 2007). En caso de
presentarse, se caracteriza por fiebre, anorexia, y en algunos animales ictericia,
hemoglobinuria, anemia, abortos y nacimientos de animales muertos o débiles e infertilidad
(Achas y Szyfres, 1986).
Caninos y Felinos: conocida también como Enfermedad de Stuttgart (Nicolet, 1986),
Enfermedad de los Porquerizos, Espiroquetosis canina (Arenilla, 2003).
En caninos, la mayoría de las veces la enfermedad es subclínica. En el curso agudo, los
síntomas iniciales son aumento de la temperatura de 39,5 a 40,5° C, anorexia, vómitos,

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debilidad, conjuntivitis, sed, depresión, ictericia de intensidad variable y ocasionalmente
diarrea con sangre. Suele encontrarse lesiones en la mucosa oral, signos de gastroenteritis
hemorrágica, nefritis crónica. La orina suele ser oscura por presencia de pigmentos biliares,
temblores musculares, hipotermia y muerte entre 5 y 10 días luego de iniciados los síntomas.
Hay dolor a la palpación en la región lumbar o en la región anterior del abdomen.
La presentación crónica presenta signos inespecíficos con deterioro general del
paciente (Linzitto, 2008).
En felinos, la enfermedad es de presentación rara (Arenilla, 2003).
Hombre: el curso puede ir de inaparente a subclínico en el 15% de los casos. Entre las
personas que desarrollan clínicamente la enfermedad, el 90% cursa una forma leve
denominada leptospirosis anictérica y el 10% restante con una forma hepatonefrítica grave,
denominada leptospirosis ictérica o Enfermedad de Weil (Caíno, 2006). Los síntomas se
instalan bruscamente con fiebre, dolor de cabeza, mialgias, conjuntivitis, náuseas, vómitos,
diarreas, constipación, postración, petequias en piel, hemorragias del aparato gastrointestinal
y proteinuria. La convalecencia dura 1 o 2 meses durante los cuales pueden aparecer fiebre,
malestar general y mialgias (Achas y Szyfres, 1986).

Diagnóstico
El diagnóstico de leptospirosis requiere de laboratorios especializados para su
confirmación (Linzitto, 2008).
El diagnóstico puede ser:
¾ Clínico: Presenta variadas manifestaciones según especie y edad.
¾ Bacteriológico: Se detecta al agente etiológico por métodos directos, mediante la
observación en microscopio de campo oscuro, coloraciones argénticas, aislamiento del
agente en cultivos especiales, inoculación en animales de laboratorio,
inmunofluorescencia directa e inmunohistoquímica. El aislamiento y tipificación
mediante cultivos constituye la verdadera base para un correcto diagnóstico. Para su
intento se cultivan fluidos (sangre, plasma, orina, LCR. humor acuoso, leche) y órganos
(hígado, riñón, bazo, médula ósea, pulmón) en los medios especiales para leptospira como
Fletcher y EMJH. Sin embargo, este proceso es dificultoso ya que las condiciones para su
crecimiento son muy exigentes (Brihuega, 2008). Un resultado negativo no es indicativo
de ausencia de leptospiras en la muestra (Draghi, 2000).
¾ Molecular: Detecta el ADN del microorganismo mediante la técnica de Reacción en
Cadena de la Polimerasa o PCR (Passaro, 2008).

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¾ Serológico: Investiga la presencia de anticuerpos. La prueba serológica de referencia y la
más usada, tanto para el hombre como para los animales, es la aglutinación microscópica
(MAT). En la realización de esta prueba se deben emplear serovares representativos de
los diferentes serogrupos y especialmente los que predominan en la región. Debe
disponerse de por lo menos 2 muestras de sueros obtenidas con un intervalo de 10 –15
días. Es recomendable no tratar con antibióticos a los animales por lo menos 5 días antes
de tomar las muestras de sangre.
Esta técnica es útil en la etapa aguda de la enfermedad, ya que es posible verificar una
seroconversión positiva. En la forma crónica con localización renal, pierde relevancia
diagnóstica y sólo indica que ese animal estuvo en contacto con el germen en algún
momento de su vida (Draghi, 2000).
En la Ciudad de Corrientes, se encuentra el Laboratorio de Análisis Veterinarios del
Doctor José Darío Álvarez, quien recibe las muestras de sueros bovinos provenientes de
distintas zonas del país, y que luego son enviadas al Centro de Diagnostico e
Investigación Veterinaria (CEDIVE), ubicado en Chascomus, provincia de Buenos Aires
para la determinación de IBR-DVB-LEPTOSPIROSIS-NEOSPORA.

Situación en Argentina
La leptospirosis está ampliamente distribuida en el país infectando animales silvestres,
domésticos y al hombre, por lo que el conocimiento de la situación actual es de interés en
salud pública humana y veterinaria.
Desde que el primer caso de leptospirosis en 1925 fue comunicado por Grapiolo,
Fossati y Palazzo en una persona oriunda de Santa Fe, se han realizado investigaciones para
demostrar la presencia de leptospiras en animales y humanos (Seijó, 2002).
La incidencia y prevalencia real de la enfermedad no es conocida debido a la
subnotificación de casos.
Existe una estrecha relación entre el número de casos notificados y la presencia en la
región de centros de diagnóstico, o bien de médicos profesionales que piensen en la
enfermedad (Nieto, 2001).
Las regiones que más informan sobre leptospirosis son el área metropolitana de Buenos
Aires y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. En esta última, son frecuentes los brotes
en Rosario, ciudad de Santa Fe y en Reconquista, y según la tendencia de los últimos años
sería la provincia con mayor notificación (Nieto, 2001).

12
En el año 2001, se realizó un estudio en la provincia de Santa Fe, con el fin de describir
los casos ocurridos en ese año y determinar las causales. Los pacientes confirmados por el
laboratorio fueron 49 y de estos, treinta y nueve completaron la ficha epidemiológica. Como
parámetros se tuvieron en cuenta: edad, sexo, posibles fuentes de infección y nivel
socioeconómico.
Tabla 3. Edad y sexo de enfermos con leptospirosis (39/49*) en Santa Fe, Argentina
2001 (Martin, 2002).

Edad en Nº de
años casos % ♂ ♀
0-4 1 2.6
5-9 2 5.1
10-14 5 12.8 N:31 N: 8
15-19 7 18.0 %79.5 %20.5
20-29 9 23.0
30-39 8 20.5
40-49 4 10.3
>50 3 7.7
* Casos notificados con ficha epidemiológica completa.

En la tabla 3 se observa que la mayor incidencia se produjo en personas del sexo


masculino entre 15 - 40 años de edad, coincidiendo con las personas que trabajan o viven en
el campo.

Tabla 4. Fuentes probables de infección de los enfermos con leptospirosis (Martin, 2002).

Nº de casos
Fuente %
humanos
Animales domésticos 18 46.2
Ganado 4 10.3
Roedores 24 61.5
Agua, arroyos, lagunas,
17 43.6
ríos
Roedores- animales
15 38.5
domésticos

La Tabla 4 muestra que la mayoría de los enfermos informaron la presencia de


roedores, animales domésticos o ambos a la vez dentro de sus viviendas; diecisiete de ellos
informaron además, presencia de agua estancada cercana a ese ecosistema.

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Con respecto al nivel socioeconómico de los pacientes, las personas infectadas fueron
de escaso nivel de instrucción, con trabajos ocasionales. La estructura de las viviendas era
precaria, con deficiente eliminación de excretas.
Hace algunos años en la ciudad de Victoria, Entre Ríos, sucedió un brote limitado
pero de gran impacto social en pescadores. Se cree que el brote estuvo relacionado con un
importante crecimiento en la población de un roedor silvestre, Holochilus brasiliensis (rata
nutria colorada), el cual estuvo favorecido por las condiciones climáticas adecuadas (Nieto,
2001).
En el período comprendido entre los años 1998 y 2007 se notificaron al Sistema
Nacional de Vigilancia (SINAVI) 2202 casos. El mayor número de reportes se observó entre
los años 2001 y 2005, posiblemente como resultado del alerta generado por los brotes
ocurridos en la localidad de Quilmes, provincia de Buenos Aires (2001) con 51 casos y en
Santa Fé (2003) con 409 casos.
En el año 2007, el mayor número de casos se registró como consecuencia de
inundaciones en las provincias de Entre Ríos y Santa Fe (Tabla 5) (Farace, 2008).

Tabla 5. Casos acumulados por provincias en Argentina. Años 2006-2010 (Área


Epidemiológica dependiente del Ministerio de Salud de la Nación).
PROVINCIAS 2006 2007 2008 2009 2010
Cdad. Bs. As. 6 11 2 5 1
Buenos Aires 12 40 34 14 12
Córdoba 13 8 1 2 0
Entre Ríos 7 95 16 26 28
Santa Fe 23 597 18 17 55
CENTRO 61 751 71 64 96
San Luís 0 2 1 0 0
CUYO 0 2 1 0 0
Misiones 12 1 0 1 0
NEA 12 1 0 1 0
Jujuy 0 0 0 2 0
Salta 0 0 14 2 0
NOA 0 0 14 4 0
Chubut 0 0 1 0 0
Neuquén 1 3 2 1 0
Río Negro 1 0 1 1 0
SUR 2 3 4 2 0
TOTAL 75 757 90 71 96

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En la Provincia de Corrientes, son pocos los estudios realizados sobre la prevalencia
de esta enfermedad en humanos. En la ciudad de Mercedes, funciona desde hace varios años
un centro de diagnóstico dependiente del INTA, el cual realiza trabajos de investigación
sobre animales de cría en la Unidad de Sanidad Animal (Mundo Sano, 2002).
En la región de Orán, Salta, se asoció a formas graves de distrés respiratorio,
coexistiendo con hantavirus. Cambios en la producción de la caña de azúcar, la introducción
de nuevos cultivos y el avance sobre la selva subtropical serían condicionantes para
mantener la endemia de ambas patologías (Nieto, 2001).
Se han estudiado brotes en establecimientos ganaderos. En el ganado lechero es
donde se dan todas las condiciones para la transmisión como ser la presencia de roedores,
raciones que atraen a estos y que luego son consumidas por los bovinos, agua estancada,
hacinamiento de animales y el contacto directo entre ellos y el personal. Sin embargo, en el
ganado de carne a pesar que el manejo es diferente y no existe hacinamiento, la enfermedad
también se encuentra presente (Petrakovsky, 2008).

Control y prevención
En nuestro país, la leptospirosis es una enfermedad de denuncia obligatoria.
Según la Ley Nacional Nº 15.465 que trata sobre el Régimen Legal de las
enfermedades de notificación obligatoria - Decreto Reglamentario Nº 3.640/64, la
leptospirosis está incluida en el Grupo C, que comprende a las enfermedades infecto-
contagiosas comunes, de las cuales sólo interesa conocer el número total de casos ocurridos
para fines estadísticos. Se encuentra junto a otras enfermedades como Dengue,
Leishmaniasis, Rabia animal, Varicela, entre otras (Legislación en Salud Argentina, 2009).
Las medidas de control aplicables se agrupan en (Jacobo, 2007; Petrakovsky, 2008):

1. Medidas higiénico-sanitarias: basada en el control de hospedadores de


mantenimiento, tanto silvestres como de animales domésticos.
a) Control de roedores: mediante desratización. La Ley Nacional Nº 11.843 que trata
sobre la Profilaxis de la peste y desratización obligatoria en todo el territorio de la
Nación - Decreto Reglamentario Nº 92.767/36 reglamenta que todos los propietarios
u ocupantes de propiedades urbanas y/o rurales y las autoridades de los edificios
públicos de todo el territorio Nacional están obligados a la matanza de ratas y otros
roedores reservorios de peste, como todas las medidas que aconseje la autoridad
sanitaria nacional para evitar la propagación de los roedores.

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b) Higiene ambiental mediante la disposición de la basura en forma y tiempo adecuada.
Es muy importante el manejo del peri-domicilio, liberando las paredes de las casas, en
particular de malezas, de árboles que contacten con los techos y todo lugar por donde
puedan entrar los roedores.
c) Construcciones edilicias a prueba de roedores, protección de los alimentos en
depósitos.
d) Limpieza de las viviendas con lavandina, para el lavado de patios, veredas o cualquier
otro lugar donde se sospeche que pueden haber orinado roedores y otros animales
infectados.
e) Rellenar los terrenos bajos donde puedan acumularse agua. Los terrenos inundados
deben ser drenados.
f) Mantener una constante desinfección de los establos y elementos que estuvieron en
contacto con los animales enfermos.
g) En casos clínicos, se puede intentar un tratamiento con penicilina G o tetraciclina a
altas dosis. En caso de aborto, se puede aplicar antibiótico al solo efecto de minimizar
la eliminación y el estado de portador.
h) Someter a cuarentena estricta a los animales recién llegados, provenientes de otros
establecimientos, particularmente si vienen de zonas endémicas.

2. Vigilancia epidemiológica: es necesario conocer la prevalencia de serovares


específicos en una determinada población para conocer los medios de contagio.
a) Estudiar todas las especies susceptibles y poblaciones de riesgo para determinar la
prevalencia y presencia de serovares en cada especie.
b) Realizar el aislamiento de cepas de Leptospira sp. en distintas especies para conocer
los serovares actuantes.
c) Realizar estudios de reservorios silvestres.
d) Estudiar la evolución de la enfermedad.
e) Implementar un programa de extensión y comunicación con la participación de la
población.

3. Prevención
a) Evitar nadar o tomar contacto con lagunas, arroyos, etc. que pudieran estar
contaminados.

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b) En trabajos con riesgo de infección, se debe usar la vestimenta apropiada para
protección. como ser guantes, calzados, antiparras, ropa adecuada.
c) En zonas enzoóticas está indicado el uso de vacunas.
Las vacunas deben ser potentes, uniformes, eficaces y de buena calidad. El método de
producción debe ser el propuesto por la Oficina Internacional de Epizoótias (OIE).
Las vacunas contra leptospirosis deben contener los serovares de L. interrogans
aislados en el país a partir de casos clínicos en las especies animales. La vacunación en el
hombre debe ser reservada para casos y situaciones especiales (Draghi, 2000).

Tabla 6. Plan de vacunación en bovinos y cerdos (Jacobo, 2007).

♀/♂ Pre-servicio ♀ Preñadas Terneros (antes del destete)


Bovinos 2 dosis + 2 dosis +
2 dosis último tercio
Revac. Anual de gestación Revac. anual
Cerdos 2 dosis +
Revac. Anual

Con respecto a los caninos, se vacunarán a las 10 – 12 semanas de vida aplicando una
segunda dosis un mes después y revacunaciones anuales (Draghi, 2000). La vacuna contiene
bacterinas de Leptospira canicola e icterohaemorrhagiae.
En equinos la vacunación no se realiza, ya que su efecto no es satisfactorio (Jacobo,
2007).
Existe una vacuna trivalente (serogrupos pomona, canícola e icterohaemorragiae)
desarrollada en Cuba, que protege contra la leptospirosis humana. La vacunación se realiza a
grupos de riesgos y constituye una de las medidas de protección más útiles en el hombre para
evitar la infección (Roche, 2004).

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Conclusión
La leptospirosis es una de las zoonosis más difundidas en el mundo. La presencia en el
país de factores predisponentes, favorece a la supervivencia de la bacteria en el
medioambiente.
Sin embargo, la incidencia y prevalencia real de la enfermedad no es conocida debido
al subdiagnóstico que la caracteriza; nótese que el mayor número de casos coincide con las
zonas donde se encuentran los laboratorios especializados de diagnóstico.
Sería interesante que se sigan realizando investigaciones, trabajos y estudios
epidemiológicos para determinar las zonas de riesgo, población expuesta, especies
reservorios y que serovariedades de leptospiras se encuentran, para poder tener un mayor
conocimiento de la enfermedad y de esta manera poder prevenirla.

18
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13/04/10).

21
PROYECTO DE TRABAJO

CORRIENTES: CIUDAD LIMPIA, CIUDAD SANA.

LEPTOSPIROSIS Y PARTICIPACIÓN
COMUNITARIA.

Personas Responsables: Hoyos, Silvia Mariana.


Lezcano, Natalia Erika.

22
Año 2010
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA:
La ciudad de Corrientes está ubicada entre el paralelo 27° 27' de latitud Sur, y el
meridiano 58° 49' de longitud Oeste. Se encuentra a la vera del Río Paraná.
Prevalece el clima subtropical sin estación seca, con una temperatura media anual de
21 grados. Los promedios de precipitación anual en toda la provincia oscilan entre los 1100 y
1900 mm. Se presenta en la región una elevada humedad, con un promedio anual de 73%,
siendo los meses de invierno los más húmedos, con frecuentes nieblas y neblinas matinales.
Estas características del clima constituyen factores predisponentes para el desarrollo de
las leptospiras, ya que propician un ecosistema adecuado para mantener viable la
espiroqueta fuera del reservorio por mucho tiempo.
Entre las inquietudes que preocupan a los vecinos, la más surgida es la desmedida
presencia de basurales, la creciente aparición de roedores y los temores por los riesgos
sanitarios que ello implica. Coincide esta preocupación, con situaciones climáticas críticas
(inundaciones) y el desmejoramiento de la calidad de vida de la población.
El pedido explícito de los pobladores por resolver la situación, plantea la necesidad de
crear un nuevo espacio articulador donde acuda la población afectada, autoridades
municipales y de la salud como también las organizaciones sociales y vecinales.
Un Programa de Participación Comunitaria para el Control de Roedores y
Leptospirosis, permitirá acercar a la población información y estrategias de vigilancia que,
junto a un diagnóstico de situación colaboren en mejorar la calidad de vida.

OBJETIVOS:
1. Desarrollar la conciencia de la población sobre la importancia de vivienda saludable y
las enfermedades transmisibles (ET).
2. Dar a conocer información sobre los factores de riesgo de la Leptospirosis en la
Ciudad.
3. Crear equipos de trabajo vecinales que participen en las estrategias de vigilancia
epidemiológica.
4. Capacitar a la población para mejorar las condiciones higiénico-sanitarias de los
habitantes.
RESULTADOS ESPERADOS:
1. Mejorar las condiciones higiénico-sanitarias y edilicias de la población, tanto en su
domicilio como en el peri-domicilio.

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2. Concientizar a la población sobre los riesgos de ET a través de: información, forma de
producción de animales (como ganado lechero, equino o cerdos), el manejo de la
basura domiciliaria, la actividad de los cartoneros. Desarrollar una campaña (carteles,
educación en escuelas, etc.) dirigida a los vecinos a efectos de reducir basurales,
controlar pastizales, mantener higiene en espacios baldíos, controlar producción animal
en viviendas precarias.
3. Lograr que la población sea un participante en la vigilancia de la enfermedad,
aportando información sobre áreas de riesgo, factores predisponentes (deficiencias de
sistema de saneamiento, denuncias de presencia de roedores), denuncia de casos
sospechosos en el hombre, entre otros.
INDICADORES:
1. Grado de interés generado en la población frente a el problema.
2. Grado de conocimiento del problema.
3. Grado de participación de la comunidad.
4. Grado de conciencia de la situación y riesgos.
POBLACIÓN BENEFICIARIA:
Ciudad capital de Corrientes
ENTIDADES INVOLUCRADAS:
1. Vecinos que participarán en la encuesta, distribución de volantes en la vía pública,
informar sobre un número telefónico para denuncias, talleres de información, reflexión
y de los equipos de trabajo locales para la vigilancia.
2. Intendencia Municipal de la Ciudad de Corrientes.
3. Ministerio de Salud Pública, participará en la capacitación de los ciudadanos
voluntarios.
4. Médicos Veterinarios del sector privado, quienes aportarán información sobre
sospechas de casos de leptospirosis canina, bovina y colaborarán fundamentalmente en
campañas de vacunación canina.
ESTRATEGIA:
1. Educación sanitaria de la población afectada. Abordar temas como enfermedades
transmisibles, control de roedores, higiene, salud y vivienda.
2. Recavar información local: mediante la realización de encuestas a vecinos, empresas
de la zona, sobre apreciación del estado sanitario, antecedentes de ET, situación
edilicia, de saneamiento, presencia de mascotas, roedores, identificación de terrenos
baldíos, edificios abandonados, basurales. A partir de esto se creará un mapa de la

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zona con los principales focos críticos de tal forma que, ante situaciones de riesgo se
proceda a actuar con rapidez, y a mediano plazo se puedan eliminar algunos factores
de riesgo.
3. Crear equipos locales de control: integrados por vecinos previamente capacitados
quienes realizarán el control de áreas, focos críticos, denuncias de problemas de
saneamiento, baldíos, casos de Leptospirosis humana y animal sospechados.

PLAN DE ACCION Y CRONOGRAMA:

1. Educación sanitaria de la población afectada. Se realizarán talleres de información, y


ciclo de instrucción abarcando temas sobre: Salud y Vivienda, Higiene, ET, Control
de Roedores. Período Julio–Septiembre 2010.
2. Diseño de Encuesta, preparación de los encuestadores y puesta en marcha. Período
Octubre-Abril 2011.
3. Análisis de resultados y diseño de mapas de lugares críticos. Agosto-Diciembre 2011.
4. Reuniones con comisiones vecinales, con organismos de contralor, y autoridades
municipales, conformación de equipos locales. Talleres de capacitación y definición
de aspectos a considerar para el contralor. Puesta en marcha de los equipos. Enero-
Noviembre 2012.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS:
Si
Demanda manifestada de la población.
Preocupación de la población.
Disponibilidad de recursos humanos para educación
Disposición de instituciones involucradas.
No
Falta de financiamiento.
Descoordinación entre las instituciones involucradas.
Falta de participación e interés del proyectista.
INFORMACION ADICIONAL:
-Intendencia Municipal de la Ciudad de Corrientes.
-Ministerio de Salud Pública. Departamento de Vigilancia Epidemiológica.

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Volante de circulación pública

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