Vous êtes sur la page 1sur 10

XIV Congreso Internacional de Ingeniería Gráfica

Santander, España – 5-7 junio de 2002

APORTACIONES DE LA SEMÁNTICA DEL


PRODUCTO AL DISEÑO DE PRODUCTOS
ORIENTADOS AL USUARIO
Salvador Mondragón Donés

Universidad Jaime I de Castellón, España


Escuela Superior de Tecnología y Ciencias Experimentales.
Departamento de Tecnología. Área de Expresión Gráfica en la Ingeniería
mondrago@tec.uji.es

RESUMEN
Conocer la estructura cognitiva del usuario ante el producto puede proporcionar las
especificaciones necesarias para dotarle de significado y funcionalidad requeridos para el
éxito. Este trabajo compara algunas de las actuales tendencias del diseño de productos
orientados al usuario. Se inicia en el concepto y función del objeto y se adentra en las
relaciones y expectativas que se generan. Se valorará la necesidad de conocer la semántica
del producto para conocer otras aportaciones que ayudarán a comprender la relación
usuario-producto: usabilidad, percepciones del usuario y el diseñador, su fabricabilidad,
encadenamiento cognitivo, tendencias del mercado y aprendizaje del producto.

Palabras clave: Semántica del producto; Productos placenteros; Usabilidad, Ingeniería


Kansei, Encadenamiento cognitivo; Tendencias del mercado

ABSTRACT
Knowledge of the user’s cognitive structure on the product can provide the necessary
specifications to give the object the required meaning and functionality so as to make it
successful. This paper compares some of the current trends that are involved in the product
design orientated to the user. It start with the concept and function of the object, next
proceeds with the relationships and expectations generated by it; we value other
contributions that will help to understand the user-product relationship user product are
taken into account: its usability, the user’s and designer’s perceptions, its manufacturing
cognitive linking; market trends and product learning.

Key words: Product semantics; Pleasurable products; Usability; Kansei Engineering;


Cognitive linking; Market trends
1 Introducción.
El objeto constituye uno de los datos primarios del contacto del individuo con el mundo,
nos facilita el quehacer, propone aprendizajes, emociones, sentimientos y sometiéndolo
a nuestra voluntad construimos nuestra existencia. El significado de un objeto es el
conjunto de todos los contextos donde éste puede tener presencia. Todo lo que se puede
saber y predecir de él: historia, proceso de fabricación, usuarios, función, etc; se
transmite mediante su lenguaje de comunicación. Nos interesan los objetos que son
producto del homo faber, diseñados y fabricados en un tiempo y en un lugar, fruto de
una cultura y para satisfacer una necesidad, por ello a partir de ahora y según el
contexto se utilizará indistintamente objeto o producto.
Un objeto también se puede considerar como un signo, es un signo de lo que hace, y
lo que hace le otorga significación, en la que intervienen los sujetos (interpretante), la
cosa significada (objeto) y el representante o significante (signo). Estos participantes
configuran un sistema relacional según el cual podemos establecer una serie de
dimensiones: La sintaxis establece las relaciones formales entre signos, relaciona sus
partes, su forma, su orden y su composición. La semántica relaciona el signo con su
significado, nos proporciona el sentido de los objetos, subraya lo emotivo y nos
proporciona denotación y connotación. Y finalmente la pragmática, relaciona el signo
con el interprete, es la dimensión de la lógica, su usabilidad, su función, el grado de
éxito, el destino. En la concepción y diseño de un producto, como señala Quarante [21]
se tienen en cuenta los datos tecnológicos, la ordenación de sus componentes, la
relación producto/usuario, sus prestaciones, su significación, su carga simbólica: es
decir, la manera en que será aceptado, percibido y comprendido. Un producto bien
pensado debería ser un todo coherente, resultante del equilibrio, de la consideración de
los diferentes criterios y exigencias del problema. Si concedemos prioridad a una de las
dimensiones del producto, se corre el riesgo de llegar a soluciones desequilibradas. Si
primamos la dimensión sintáctica llegamos al formalismo dando valor a la geometría, la
prioridad tecnológica, su organización espacial, la descripción de sus elementos. Si
primamos la dimensión semántica, tendemos hacia el estilismo, seducción visual, carga
emocional, carga simbólica, carga afectiva, moda. Si potenciamos lo pragmático caemos
en el funcionalismo, que equivaldría a la descripción comercial, informaciones técnicas,
prestaciones, etc.
A continuación revisaremos la semántica del producto, para poner de manifiesto en
que modo aporta el valor añadido necesario para competir en el mercado actual de
productos orientados al usuario.

2 Del lenguaje comunicativo a la semántica del producto.


En un sentido socio-cultural, el objeto representa la concreción de acciones y se inscribe
en la categoría de los mensajes. Portador de elementos (morfemas) reunidos en un cierto
orden y combinables de múltiples maneras a partir de su topología, continuidad y
materialidad. Posee pues intencionalidad comunicativa.
La semántica del producto (SP) nace a partir de la teoría comunicativa del producto, por
medio de un lenguaje captado por los sentidos. A partir de los 80 se postuló que los
productos no sólo tienen funciones prácticas, sino también simbólicas, ante lo cual
había que reorientar lo racional y analítico del diseño hacia valores sensitivos y
emocionales. Friedländer (citado por Burdek [1]), planteó que los objetos tienen una
historia: es decir, todo objeto nuevo recuerda anteriores, posee nueva técnica y

2
tecnología del momento y posee asimismo un componente natural extraído de formas,
movimientos o acontecimientos naturales.
En 1984, Krippendorff y Butter [6] definieron "la semántica del producto" (“Product
Semantics”) como el estudio de las cualidades simbólicas de formas hechas por el
hombre en el contexto de su uso y la aplicación de su conocimiento para el diseño
industrial. El mismo Krippendorff ampliaba en 1989 su definición [7] al señalar que la
semántica del producto es un nuevo estado de la conciencia de la antigua definición de
que los objetos tienen no sólo funciones físicas, sino también: llevan sus instrucciones
de uso, cumplen las funciones simbólicas representadas y constituyen el medio
ambiente simbólico en el que vive la gente. Se trata de que a través de las dimensiones
simbólicas del producto el usuario pueda encontrarle sentido.

3 Relaciones y expectativas del usuario ante el producto.


El objeto es comunicación, y en su rol pueden distinguirse diversos aspectos tal como
señala Molés [16]: Como portador de formas sensibles a los sentidos, aporta reacciones
y estimula reflejos motores. Es facilitador del contacto con los demás, se compra y en
ocasiones de contacto interindividual, aportando funcionalidad y simbolismo. Permite
asimismo la socialización y el aprendizaje de conductas sociales en el acto de comprar
y consumir. Finalmente, la sociología del objeto permite el estudio de la comunicación
en masa.
En un intento de clasificación de las relaciones psicológicas de uno con otro Rao
[22] apunta cinco categorías de productos: para necesidades diarias, para necesidades
familiares, de uso profesional, para el sector público y de finalidad religiosa o ritual.
En cuanto a la relación intima y personal pueden distinguirse cinco estadios que de
nuevo señala Molés [16]: a) Desear el objeto, por deseo prolongado, por necesidad que
presenta fluctuaciones o por deseo compulsivo, producto de una pulsión pasajera. b)
Querer el objeto: su posesión provoca un placer disminuido o atenuado por el
descubrimiento de sus defectos o cualidades. c) Acostumbrarse al objeto: poseído y
explorado, retrocede de la escena de la conciencia. Se produce una desvalorización
cognitiva: el objeto es parte integrante del mundo que nos rodea, es neutro. d) Mantener
el objeto en buen estado: el individuo le concede una expectativa de vida atribuyéndole
según el tiempo trascurrido un valor. e) Finalmente, el objeto se impone en el momento
en que el individuo lo reemplaza y
emite un juicio respecto a él.
En cuanto a la imagen o percepción
que el usuario tiene de un producto
como factor clave para su éxito: la
emoción, posiblemente desencadenada
desde la estética, que el usuario siente
ante un producto viene generada por un
Fig 1 conglomerado de factores que influyen
En la relación del usuario con el producto intervienen los factore
emocionales, cognitivos, intelectuales y psico-fisiológicos en su aceptación. Parece ser que la
aprehensión perceptiva de un producto
está más allá de ofrecer un fácil uso, una aceptable seguridad y una funcionalidad
acorde con las necesidades que se desean satisfacer. Existen factores de diferentes
órdenes que influyen, Quarante [20] destaca los siguientes: a) Factores puramente
emocionales, relacionados con la subjetividad. b) Factores cognoscitivos, relacionados
con lo que se conoce, con lo aprendido. c) Factores intelectuales: se refieren a la
satisfacción lógica ante la comprensión de un producto. d) Factores psico-fisiológicos:
parece ser que el placer estético depende de la calidad de nuestras sensaciones, de los

3
umbrales fisiológicos de percepción, de las condiciones psíquicas personales. Estos
factores participan con intensidad variable e individualizada en la relación que
establecemos con los objetos.
Las necesidades humanas siguen una jerarquía y raramente alcanzan una completa
satisfacción. Como consumidores las necesidades, como señala Jordan, [4] también
siguen una jerarquía, en el primer lugar se persigue la funcionalidad, el objeto cumple
con una finalidad o función, soluciona un problema; después la usabilidad, el producto
debe ser fácil, cómodo y seguro de usar y finalmente el placer, es decir, no sólo se
desean beneficios funcionales sino también emocionales. Este último nivel lo desarrolla
extensamente el antropólogo Lionel Tiger [23] estableciendo cuatro tipos de placeres:
físico, social, psíquico el ideológico.
El análisis de este sistema de relaciones es complejo y su estudio es una
interrelación entre distintas disciplinas y profesionales especializados. El individuo
establece una relación con el objeto, mantenida y reforzada por la sociedad de consumo,
por el prestigio social y por los massmedia, que definen un retrato ideal del ser social.

4 Formas de entendimiento relacional del usuario y el producto.


Para de terminar la relación del usuario con el producto, se han propuesto diferentes
metodologías, todas ellas cualitativas y basadas en realizar juicios de valor subjetivos de
un conjunto de productos que se comparan entre si. El objetivo es buscar nuevos
enfoques teóricos que aclaren la estructura cognitiva del usuario ante el producto.
En todas las metodologías se hace constante referencia al uso del Diferencial Semántico
[19]. Éste describe el significado afectivo que acompañan a una palabra, no aporta
información sobre el significado básico de una palabra, sino sobre las emociones que la
palabra genera. Su aplicación en la Semántica del producto está precisamente en ello:
por medio de palabras con significado emocional leemos, entendemos e interactuamos
con los objetos.

4.1 Ingeniería Kansei: una tecnología ergonómica al servicio del


consumidor.
La Ingeniería Kansei (IK) nació en los 80, principalmente a través del trabajo de Mitsuo
Nagamachi [18], como una tecnología ergonómica orientada al consumidor para el
desarrollo del producto. No está enfocada, como es tradicional, a la intención del
fabricante, sino más bien en las necesidades y sentimientos del consumidor. Kansei en
japonés significa el sentimiento psicológico de un consumidor y la imagen que tiene con
respecto a un producto: su tamaño, color, función, facilidad y precio, entre otros
aspectos.
La IK permite que la imagen y el sentimiento del usuario se usen en el producto a
diseñar, la IK se define como “la tecnología de la traducción de los sentimientos del
consumidor respecto al producto a elementos de diseño” [18]. La estratégia IK se basa
en el deseo y preferencia del consumidor y se fundamenta en cuatro pilares:
1º.- Para saber el sentimiento del consumidor sobre el producto en términos de
estimación ergonómica y psicológica se utiliza el Diferencial Semántico. A partir de las
tiendas de venta y de las revistas, la IK colecciona imágenes y palabras (de 600 a 800)
relacionadas con el nuevo producto para una posterior selección (100) de palabras
pertinentes.
2º.- La identificación de las características de diseño del producto se obtienen a
partir de la imagen y del sentimiento del consumido por medio de un estudio o
experimento en que se observan las relaciones entre palabras y elementos del diseño.

4
3º.- Para construir una estructura sistemática de tecnología Kansei se utiliza
tecnología de ordenadores avanzada. La Inteligencia artificial, el modelo de red neural,
algoritmos genéticos y la lógica difusa se utilizan en el sistema IK para construir las
bases de datos y el sistema de interferencia computerizado.
4º.- El ajuste del diseño del producto al cambio se construye por medio de bancos de
datos que son ajustados a las nuevas tendencias del consumidor, proniendo los nuevos
datos sobre el consumidor cada tres o cuatro años.
Las aplicaciones de la IK son variadas y amplias, tanto para análisis de estructuras
semánticas y evaluación de productos (Jindo 1997) como para aplicaciones en teléfonos
(Song 1994), interior de vehículos (Nagamachi 1994), sillas de oficina (Jindo et al
1995), fotocopiadora (Fukushima 1995), fachadas y puertas (Matsubara 1997).
Empresas como Ford, Sanyo, Nissan, Sharp, Komatsu, Mitsubishi y Mazda entre otras
han introducido la IK en el desarrollo de sus productos.

4.2 Percepción, descubrimiento y facilidad de uso (usabilidad).


Karl Krippendorff aportó tres reglas [5] para el diseño de productos en cuanto a su
facilidad de uso: 1) Un producto debe explicar lo que es y para qué sirve. 2) Un
producto debe comunicar cómo debe o puede ser usado. 3) Un producto debe
proporcionar "feedback". Uno de los objetivos de la SP es convertir estas reglas en
procedimientos para diseñadores y estrategias para el éxito comercial. A partir de esas
reglas Langrish y Lin [10] investigaron la facilidad de uso con 9 linternas y 3 tipos de
pilas. Se observó que la mayoría de los sujetos examinaban las linternas antes de
probarlas siguiendo un patrón conductual semejante que se resume en estos pasos: 1)
Buscar información. 2º) Intentar posibilidades. 3º) Comprobar qué ocurriría. 4º) Si tuvo
éxito, continuar con la operación. 5º) Si no tuvo éxito, volvían al primer paso y
buscaban otra información.
La mayoría de los sujetos tocaban inmediatamente el
interruptor cuando cogían la linterna. La forma de las
linternas y sus componentes fue descrita como "linterna de
minero", "de niño", "de ciclista", "para debajo del agua",
etc.. Respuestas similares respecto a una linterna indicaban
que existían estereotipos de formas entre los sujetos: las
formas redondas (tapón hueco portapilas), por ejemplo, les
sugerían girar. La forma y las características de los
materiales ayudaban a identificar las funciones de los
componentes (puntos de contacto de las pilas), mientras que
la textura que bordeaba la cabeza de una linterna aportaba
pistas para su puesta en funcionamiento. El contraste de
colores y el peso (no lleva pilas, es de niños) también
indicaban a los sujetos otras informaciones y significados.
Fig. 2 Fue especialmente significativo el sonido "clic" en el cambio
Carátula mando video con de una bombilla -que -informó acerca de que el cabezal de la
delimitación de áreas funcionales,
color, tamaño y feedback en lente estaba en posición correcta- y la luz proporcionando el
botones para facilitar el uso feedback (3º ley de Kripppendorff, Fig 2)necesario para dar
confianza al sujeto de que la operación es correcta.
A partir de la investigación de Langrish y Lin [10]se ha revelado que los usuarios
expresan cada vez más insatisfacción cuando tienen dificultades para usar nuevos
productos. La encuesta/informe Mintel -realizada en Estados Unidos- sobre usuarios de
lavadoras mostraba que el precio, la fiabilidad y la facilidad de uso son los criterios
principales a tener en cuenta por los compradores.

5
¿Por qué han incrementado los productos su dificultad de uso?. Como apuntan
Langrish y Lin [10] hay dos aspectos, en primer lugar la llegada de la electrónica y los
materiales termoplásticos, así como nuevos procesos de fabricación -entre otros
factores-, han significado la eliminación de restricciones tecnológicas. Estas
restricciones formaban un lenguaje tecnológico: una rueda dice "gírame", una palanca
"empújame” unas huellas de una rosca "enróscame". Y en segundo lugar la gestión y la
política de ventas se han centrado en la decisión a la hora de comprar más que en lo que
sucede a la hora de usar, y esto conduce a: a) perfeccionar los controles, en el sentido de
que sean más pequeños y más difíciles de ver, y a la vez que el mismo control realice
más de una función, b) añadir funciones extra, que raramente se utilizan, c)
preocupación por un "estilo de vida" que ha conducido a imágenes de tecnología
avanzada y a una forma visual adecuada para acoplarse y encajar bien en el conjunto
visual de una cocina, un salón o una oficina.
Una gran mayoría de controles electromecánicos, fáciles de usar, han sido
reemplazados por sistemas electrónicos digitales difíciles de usar, de tal manera que casi
parece existir una conspiración en la gestión para dificultar las cosas.

4.3 Diferencias entre la percepción y el modelo conceptual de un


producto entre diseñadores y usuarios.
En lo que se refiere al modelo conceptual del producto, Krippendorff [8]. argumentaba
que el significado de los diseñadores, que se construye sobre la forma del producto, no
es necesariamente el mismo que el significado del producto a los ojos del usuario.
Un estudio realizado por Hsu y otros [9] también plantea las diferencias en la
percepción de la forma de teléfonos entre diseñadores y usuarios. Se empleó el método
de diferencial semántico para evaluar diferentes modelos de teléfono y los elementos de
diseño de la forma (cuerpo, auricular, botones, display). El resultado reveló que existen
muchas diferencias entre las percepciones de los diseñadores y de los usuarios respecto
de los mismos objetos reales y sus interpretaciones de las mismas imágenes-palabras.
Valga como ejemplo que de los cinco teléfonos preferidos por los diseñadores y los
cinco preferidos por los usuarios sólo dos coinciden (Fig 3). Mientras que los
diseñadores prefieren el adjetivo “estilo
elegante” los usuarios prefieren “estilo
moderno y con buen aspecto”.
Un tercer ejemplo es el trabajo de
Lin y otros [12] que presenta un
enfoque cognitivo para estudiar los
factores humanos que afectan al diseño
de mascotas. Conlleva diferencial
Fig 3 semántico y análisis MDS para estudiar
Télefon T5 preferido por diseñadores y tT19 preferido por usuario los factores que influyen en el diseño
de mascotas.
Los resultados indican que los sujetos del grupo con conocimiento de diseño y
experiencia en diseño de mascotas enfatizan mucho tendencias en estilo de diseño. Una
configuración tridimensional con "Estilo de diseño", "Alineación del movimiento" y
"Características o rasgos regionales" es apropiada para estudiar las diferencias del
espacio cognitivo, percepción del usuario y preferencia de los sujetos en la evaluación
del diseño de mascotas. El análisis MDS usado en el estudio es una prueba de su
utilidad como enfoque para comprender los factores cognitivos del diseño de mascotas
y su aplicación a otros campos.

6
Obviamente son las necesidades de los usuarios, así como sus preferencias, lo que se
ha de tener en cuenta. El reto está en transferir las necesidades del usuario a
especificaciones técnicas y de diseño: se trata de reducir discrepancias y adoptar un
enfoque centrado en el usuario (aún a costa de un elevado coste económico, que parece
ser el gran handicap). El problema es difícil, porque aún queda por aclarar cómo los
usuarios perciben la forma de un producto y cómo transmitir efectivamente el
significado de la forma del producto. Se sabe que el
sentimiento de los usuarios frente a un producto es un
proceso cognitivo complejo y con muchos factores
entrelazados. Para acercarse a ese sentimiento es importante
conocer los factores primarios a través de los cuales los
usuarios reconocen y se implican con los productos. Una
aproximación para conocer esos factores la apunta Lin [11]
en una investigación cuyos resultados indican que la
interacción simbólica usuario-producto puede realizarse a
partir de tres factores de percepción de la similitud: Función
del producto (práctico-decorativo), Personalidad del
producto (típico-diferente), Creatividad del producto
(creativo-conservador) y también considera tres factores de
evaluación de preferencia de los sujetos: Creatividad en Fig 4
diseño, Tendencia práctico/decorativa y Valor del color. En Radio de autonomía ilimi-
tada con accionamiento ma-
consonancia con R. Lin, los diseñadores tienen que nuall (manivela). Produc-
explicitar los significados connotativos (lo que dice sin to con personalidad, prác-
verse) y denotativos (lo que dice al verlo) de sus productos tico ,de diseño y creativo.
(Ver figura 4).

4.4 Estructura cognitiva y encadenamiento cognitivo.


El trabajo de Valette-Florence [24] aporta una explicación al modelo de la estructura
cognitiva que cada usuario en su universo psico-social realiza en el acto de consumo de
un producto. Permite asimismo observar en un espacio las relaciones entre los eslabones
y las marcas del producto. El encadenamiento cognitivo puede ser un instrumento más
para el desarrollo del universo de la semántica de los productos, así como del proceso
cognitivo del usuario ante el producto. A partir de aquí, los trabajos de Aurifile (1991),
Aurifile y Valette-Florence (1992) y sucesivos constatan cada vez más y con mayor
claridad la utilidad del encadenamiento cognitivo: se trata de un potencial interesante no
sólo para mejorar estrategias de comunicación publicitaria y de posicionamiento, sino
también para mejorar la calidad predictiva que este tipo de proceso es suceptible de
aportar para el consumo de productos.
En 1975, Young y Feigin [26] definieron parte de los elementos que actualmente se
utilizan en el encadenamiento cognitivo. Partiendo de cuestionarios, observaron que los
consumidores asociaban atributos de los productos a una serie de beneficios
manifiestos, y que de ellos emanaban otros más abstractos y personales, valores. El
ensamblaje de estas asociaciones teje una red o encadenamiento de beneficios latentes
para cada individuo (ver ejemplo aplicado al consumo de tabaco en la figura 5).
Atributos → Atributos → Consecuencias → Consecuencias → Valores → Valores
concretos abstractos funcionales psicosociológicas instrumentales terminales
↓ ↓ ↓ ↓ ↓ ↓
Bajo contenido Tabaco Preserva Da confianza Espíritu abierto Relaciones
en nicotina ligero la salud afectuosas
Figura 5

7
4.5 Las tendencias del mercado en el diseño de un producto.
La anticipación, la innovación y la competitividad son términos al uso en el ámbito
económico y comercial. La reducción de tiempos en la concepción de un producto, así
como su coherencia formal y semiótica (tendencia sociológica, cromática, de textura,
formal, ergonómica, entre otras), están en armonía con la Ingeniería Concurrente y
proporcionan valor añadido. La identificación e integración de las tendencias en el
diseño del producto es lo que plantean Bouchard, Christofol y otros en su trabajo [2]: se
percibe en él una gran importancia del aspecto comunicativo que posee el producto, así
como de la filosofía de la SP. El planteamiento del método usado para identificar e
integrar tendencias de diseño del producto se puede resumir del siguiente modo (tabla 1)

1º Determinación de los campos de influencia


* Reunir las ilustraciones de los productos del mercado estudiado.
* Evaluación del producto y análisis de los datos.
* Localización e identificación de los campos de influencia.
* Hoja de especificaciones.

2º Identificación y formalización de tendencias
* Reunir las ilustraciones sobre los productos de los campos de influencia
* Análisis del contenido icónico y trazado de las tablas de tendencias.
* Encadenamiento cognitivo

3º Integración de formas, usos, colores, texturas y
tecnologías en el diseño de productos
* Matriz de coherencia.
* Creatividad.
* Concepto de producto.
Tabla 1
El trabajo de estos autores también pone mucho énfasis en la identificación de las
tendencias de utilización, y su propósito es definir los principios convenientes para el
usuario y las soluciones que pueden ser integradas en productos futuros. Un ejemplo de
tendencia de utilización es la aplicación de las ventanas de menús procedente del
software del ordenador a sistemas de video o teléfonos portátiles. Los resultados del
análisis de tendencia son usados por el equipo de gestión y del proyecto para configurar
la hoja de especificación y requisitos de diseño, para concebir atributos del producto,
como herramienta de comunicación entre ingeniería, estilo y marketing.

4.6 Aprendizaje y conducta ante un producto.


Las teorías psico-pedagógicas del aprendizaje se desarrollan a partir de una serie de
planteamientos [3] que bien pueden esclarecer muchos de los comportamientos y
actitudes que realizamos ante el consumo, relación y uso de un producto.
Las teorías de los esquemas de Anderson [3] y Norman [3] -inspiradas en los
principios del procesamiento de la información-, postulan que el conocimiento previo,
organizado en unidades significativas y funcionales, es un factor decisivo en la
realización de nuevos aprendizajes.
La estructura cognoscitiva del individuo puede concebirse como un conjunto de
esquemas de conocimiento. Los esquemas son un conjunto tanto de conocimientos
como de reglas para utilizarlos, compuestos de referencias a otros esquemas. Son
estructuras de datos para representar los conceptos genéricos almacenados en la
memoria y aplicables a objetos, situaciones, sucesos y acciones. La nueva información
adquirida se almacena en la memoria mediante su incorporación y asimilación a uno o

8
más esquemas, y el recuerdo de los aprendizajes previos queda modificado por la
construcción de nuevos esquemas.
Los conceptos, concepciones, representaciones y conocimientos adquiridos
constituyen parte de nuestra estructura cognoscitiva. Repercuten, por tanto, en nuestras
experiencias y se utilizan como instrumentos de lectura e interpretación ante una nueva
situación, de manera que condicionan nuestra conducta.
El aprendizaje significativo (Ausubel 1976) y funcional parte del vínculo ante el
nuevo material de aprendizaje y los conocimientos previos: si el nuevo material de
aprendizaje se relaciona con lo que sabemos estamos ante un aprendizaje significativo.
La significatividad del aprendizaje está vinculada con su funcionalidad: es decir, que lo
adquirido sea funcional quiere decir que puede ser utilizado. Mediante la realización de
aprendizajes significativos construimos la realidad y le atribuimos significados.
La aceptación, el conocimiento y la comunicación que hacemos con un producto y el
aprendizaje de su uso se funda en otro previo que ha ido evolucinando a medida que
nuestros esquemas se han reconstruido. Ante un nuevo producto buscamos esquemas,
experiencias previas para su uso y significatividad.

5 Conclusiones.
La aceptación y éxito de un producto se consigue al conectar con las pautas y escala
de valores del grupo destino: captar, interpretar y trasladar formas de identificación o
ansias de identidad a conceptos de diseño es sin duda uno de los objetivos.
La semántica del producto trata de visualizar las posibilidades de un producto de tal
manera que puedan ser fácilmente comprensibles para el usuario.
El diferencial semántico, las escalas multidimensionales (MDS) y el análisis
factorial, son potentes herramientas para aportar luz al modelo cognitivo-relacional
usuario-producto.
Es palpable y evidente que los diseñadores disfrutan siendo creativos e innovadores,
audaces y diferentes en sus creaciones con el fin de modernizar y destacar. Ello trae
consigo que el lenguaje de uso de un producto es reemplazado por un lenguaje nuevo
que tiene que ser aprendido. El éxito y el fracaso del nuevo producto van cogidos de la
mano: el reto está en sintonizar el lenguaje de aquel con éste. Es, pues, necesario
estudiar cómo los modelos conceptuales de los usuarios y de los diseñadores se
relacionan en términos de semántica del producto
¿Qué le dice el producto al usuario? ¿Qué valores ofrece el producto? ¿Cómo se
relaciona el usuario ante el producto? ¿Por qué éste y no el otro? ¿Qué relaciones
cognitivas se establecen en el usuario ante la contemplación y uso de un producto? La
búsqueda de un modelo que dé respuesta a estas y otras preguntas es tarea ardua,
compleja e interdisciplinar. Desde el campo de la psicofisiología, psicología sociología,
pedagogía marketing, entre otras disciplinas- se han de extraer los elementos y
relaciones que conforman el modelo relacional usuario-producto. Trabajo en equipo.

Referencias
[1] BÜRDEK, Bernhard E.: Diseño. Historia, teoría y práctica del diseño industrial.
Editorial Gustavo Gili, S.A. Barcelona. 1994
[2] BOUCHARD Carole, et al.: Identification and integration of product design trends.
Int. Conf. on Engineering Design. ICED 99. Munich. Volume 2 pp 1147-1150. 1999
[3] COLL Cesar: Psicología y Currículum. Laia. Barcelona 1987.
[4] JORDAN, P. W: Designing pleasurable products. Taylor & Francis. London. pp 1-
10, 2000.

9
[5] KRIPPENDORFF, K., BUTTER, R.: Product semantics: exploring the symbolic
qualities of form. Innovation. Spring, pp 4-9, 1984
[6] KRIPPENDORFF, K: Outline of talk on product semantics. Unpublished lecture
notes. Cranbrook Academy of Art. Bloomfield Hills, Miami USA. 1984
[7] KRIPPENDORFF, K: Product semantics: A triangulation and four design theories.
Proceedings of the 1989 Product Semantics Conference. University of Industrial Arts.
Helsinki. pp. 13, 1989 .
[8] KRIPPENDORFF, K.: On the essential contexts of artifacts or on the proposition
that “design is making sense (of things)”. In: Margolin, V., Buchaman, R. (Eds.), The
Idea of Design. MIT Press, (Second Printing) Cambridge, pp. 156-184, 1995.
[9] HSU, Shang H.; CHUANG, Ming C.; CHANG, Chien C.: A semantic differential
study of designers “and users” product form perception. International Journal of
Industrial Ergonomics 25, pp 375-391. 2000.
[10] LANGRISH, John y HUANG, Chiwu: Product semantics and ease of use. “8º Foro
Internacional sobre Investigación y Educación sobre Dirección y Administración del
Diseño”.Barcelona Centro de Diseño. pp 1 – 20 .1996
[11] LIN R., LIN C.Y., WONG J.: An application of multidimensional scaling in
product semantics. Int Journal of Industrial Ergonomics 18. Elsevier. pp 193-204. 1996.
[12] LIN R., LIN P.C., KO K.J.: A study of cognitive human factors in mascot design.
International Journal of Industrial Ergonomics 23. Elsevier. pp 107-122. 1999.
[13] MACDONALD, Alastair S: Developing a qualitative sense. Human factors in
consumer products. Taylor & Francis Ltd. U.K.pp 175–191. 1998.
[14] MACDONALD, Alastair: Aesthetic intelligence: A cultural tool for engineering
designers. Proceedings of International Conference on Engineering Design. Munich,
August, Volum 1 297-300. 1999
[15] MOLES, Abraham: Teoría de los objetos. Editorial Gustavo Gili. Barcelona 1975.
[16] MOLES, Abraham; BAUDRILLARD Jean, y otros: Los objetos.Comunicaciones.
Editorial Tiempo Contemporáneo. Argentina. 2ª edición, pp 9-21. 1974
[17]. NORMAN Donald A: Design principles for cognitive artefacs en “Researh in
Engineering Design, 4, . 1992, Pags. 43 – 50 . 1992
[18] NAGAMACHI M.: Kansey engineering: a new ergonomic consumer-orientated
technology for consumer development. Int J Industrial Ergonomics, 15, pp 3-11. 1995.
[19] OSGOOD, Charles E.; SUCI, George J.; TANNENBAUM, Percy H.: La medida
del significado.Editorial Gredos , Madrid, pp 28-38.1976.
[20] QUARANTE Danielle: Diseño Industrial 1 Elementos introductorios. Ediciones
CEAC. Barcelona. 1992.
[21] QUARANTE Danielle: Diseño Industrial 2 Elementos teóricos. Ediciones CEAC.
Barcelona. 1992.
[22] RAO, A. G.: La expresión como base de una nueva forma en el diseño industrial,
en Abhikalpa. The Journal of Industrial Design Centre nº 1, Powai Bombay. 1984
[23] TIGER, Lionel: The pursuit of pleasure, Boston: Little, Brown & Company, pp 52-
60. 1992
[24] VALETTE-FLORENCE, Pierre: Introduction a l’analyse des chaînages cognitifs.
Recherche et application en marketing. Vol 9, nº 1, pp. 93-118. 1994
[25] VIHMA Susann.: Products as Representations. University of Art and Design
Helsinki. 1995
[26] YOUNG, S, FEIGIN, B.:Using the benefit chain for improved strategy
formulations. Journal of Marketing. 72-74. 1975

10

Vous aimerez peut-être aussi