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DIOS.
Del artículo en cuestión donde se pone en tela de juicio la veracidad de los autores de
los evangelios así como sus fechas de origen (pues establece que no fueron escritos por
los discípulos y ubica su fecha de origen entre el 70 d. C y el año 100 d. C), cabe aclarar
lo siguiente respecto a ese punto:
Así mismo, sostiene que los evangelios de Mateo y Lucas son una mera copia del
de Marcos (“Como el autor de Mateo, el escritor de Lucas tuvo acceso al primer
Evangelio de Marcos, y dejó partes completas del libro virtualmente intactas”), un
estudio más detallado de cada uno de los evangelios mostrará que son únicos,
pues, primero, tienen propósitos definidos y particulares, y, segundo, tienen
características diferentes entre sí aunque relaten de manera similar los mismos
hechos. Por ello se conocen como los “Evangelios sinópticos”, lo cual significa
que se tiene el mismo punto de vista en su descripción de la vida de Cristo pero
no quiere decir que no haya entre ellos diferencias.
1
Robinson, J. Citado por Josh McDowell en “El factor de la Resurrección. Apoyan las evidencias
históricas la resurrección de Cristo?”. P. 42
2
Ibíd..
3
Diccionario enciclopédico Bruguera. Tomo 7
MATEO
MARCOS
Respecto a este evangelio, el autor del artículo establece a su autor como una persona
no educada, no da más detalles y aún así cuestiona, sin más pruebas o evidencias
históricas que soporten su suposición, la autoría del evangelio.
4
Breisch, Francisco. “El ministerio de Cristo en Palestina”. P. 35
evangelio, por lo que se asume que debe interesarle personalmente a Marcos y por lo
tanto muchos opinan que él mismo era el joven.
LUCAS.
El artículo ubica al autor del evangelio de Lucas como un gentil o no judío, lo cual
no descarta a Lucas como su autor siendo éste un gentil. Nuevamente cabe refutar su
propuesta de que los evangelios no fueron escritos por los discípulos al no tener
mayores soportes históricos e incluso soportes internos de la misma Biblia que
apoyara su planteamiento.
Se sabe que Lucas tenía como profesión la medicina, pues en Colosense 4.14 Pablo
lo llama “el médico amado”. Así mismo, otro de los padres de la iglesia dice que
“Lucas también el compañero de Pablo escribió en un libro el evangelio que éste
predicó”5. Además de ser el autor del evangelio que lleva su nombre, se sabe que
también es el autor del libro de Hechos de los Apóstoles, pues las dos obras están
dirigidas a Teófilo (Lc. 1-4, Hch 1.1). En la introducción de su evangelio, Lucas
explica su método de investigar los hechos y de redactar su historia. Su método
estaba basado en los hechos de aquellos “que desde el principio lo vieron con sus
ojos”, habiendo “investigado con diligencia todas las cosas desde su origen” (Lc 1.2-
3).
5
Ibíd., p. 36
Presenta a Jesús como el Hombre Perfecto que trae salvación y perdón a
todos los necesitados que quieren recibirlo.
Lucas acentúa la humanidad de Cristo. Relata de manera detallada el
nacimiento de Jesús y su niñez. Así mismo hace mención, más que los otros 2
evangelios sinópticos, de las oraciones de Jesús, buscando así enfatizar que Cristo
fue hombre.
Lucas también acentúa la alabanza a Dios, utilizando frases como
“glorificaron a Dios”, “alabando a Dios” y “bendiciendo a Dios”.
Lucas acentúa la compasión que tuvo Jesús hacia la gente humilde, las
mujeres y los niños. Muestra en sus relatos el interés que tuvo por los débiles, los
pobres, los desechados de la sociedad.
Lucas usa varios términos médicos y demuestra un interés personal por los
enfermos y sus dolencias.
Lucas es considerado como uno de los mejores historiadores dada la
exactitud de sus términos (el término procónsul en Hch 18.12, el cual fue confirmado
por el descubrimiento de la inscripción de Delfos que data del año 52), lugares
geográficos (como e Hch 14.16 donde menciona que Listra y Derbe eran ciudades de
Licaonia y que Iconio no, lo que había despertado la desconfianza de los arqueólogos
respecto a su veracidad. Sin embargo, años más tarde, sir William Ramsay halló un
monumento que muestra que Iconio es una ciudad de Frigia) y personalidades que
aparecen en sus relatos (lo cual también enfatiza la veracidad de la Biblia como
registro histórico y espiritual).
JUAN.
El artículo menciona que fue escrito en griego por una persona que probablemente
era estudiante de alguien a que a su vez oyó a Juan y, que como es un evangelio
diferente en su composición y relatos a los anteriores, no tuvo contacto con el de
Marcos. Más allá de esto, no hay otro tipo de información que amplíe su perspectiva.
Ciertas personas han intentado demostrar que el autor fue otro Juan y no el discípulo;
sin embargo, la evidencia interna del libro apunta al apóstol Juan como su autor.
Se sabe que el autor era un judío que sabía bien el hebreo, pues algunas de las citas
del evangelio de Juan están hechas directamente desde el AT en hebreo y no desde la
Septuaginta (traducción griega del AT); así mismo estaba bien familiarizado con las
profecías del AT, las fiestas y costumbres judías. Lo más importante es que fue un
testigo ocular, pues él dice en su relato que tuvo experiencias personales con Cristo
(Jn 1.14 y 21.24), dando detalles que sólo podría decir alguien que fuese un testigo
ocular como el número y tamaño de tinajas usadas en la boda de Caná (Jn 2.6), la
hora en que Dicodemo visitó a Jesús (Jn 3.2) o la hora en que Jesús sentó al lado del
pozo de Jacob (Jn 4.6).
Otro aspecto que apoya la autenticidad de Juan como el autor del evangelio es que él
también es el autor de las epístolas que llevan su nombre junto con el Apocalipsis.
Tanto en el evangelio como en las epístolas el uso de términos específicos como luz
o tinieblas (Jn 1.5; 3.19; 8.12 y 1 Jn 1.7) señalan a un mismo autor.
6
Op. Cit. p. 52