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Introducción
Todavía no se sabe si la PCR es un mediador del daño vascular. La PCR, señalan los
expertos, se une a las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y se la encuentra en las
placas de ateroma; estos hallazgos sugieren que la PCR podría tener cierta participación
en la etiopatogenia de la enfermedad coronaria. Un metanálisis reciente de 22 estudios
prospectivos reveló un riesgo relativo de enfermedad coronaria de 1.6 en las personas
con niveles de PCR en el tercio superior (2.4 mg/l en promedio) en comparación con los
sujetos con PCR en el tercio inferior (1.0 mg/l). Para dilucidar la posible asociación o
causalidad es importante considerar la contribución de otros factores de riesgo
cardiovascular. Por este motivo, los autores analizaron la independencia, la
especificidad y la magnitud de la asociación entre la concentración de PCR y la
evolución vascular y no vascular en diferentes circunstancias, a partir de un metanálisis
de los datos individuales de un número grande de sujetos con un seguimiento
prolongado en diversos estudios.
Métodos
Se consideraron los datos de los 1 200 000 participantes de 116 estudios prospectivos,
en el contexto del Emerging Risk Factors Collaboration. El análisis se limitó a las
personas sin antecedentes de enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio [IAM] o
accidente cerebrovascular). Cincuenta y cuatro trabajos aportaron datos sobre la
concentración de PCR, la edad, el sexo y otros factores de riesgo vascular. En total se
analizaron 160 309 participantes con 27 769 primeros eventos vasculares y no
vasculares, fatales o no fatales durante el seguimiento. También se consideraron la
presión arterial sistólica, el tabaquismo, el antecedente de diabetes, el índice de masa
corporal (IMC) y la concentración de triglicéridos y de colesterol total, datos
disponibles en 109 742 pacientes de 37 estudios. Los diagnósticos se basaron en la
International Classification of Diseases; en 41 de los 54 trabajos las causas de muerte se
cotejaron con los datos de los certificados de defunción. En 49 investigaciones se
aplicaron las definiciones estándar para infarto de miocardio propuestas en el
Monitoring Trends and Determinants in Cardiovascular Disease (MONICA) o por la
World Health Organization (WHO). En 40 estudios se comunicó el tipo de accidente
cerebrovascular (ACV: isquemia cerebral, hemorragia cerebral o hemorragia
subaracnoidea).
Resultados
La edad promedio de los participantes al inicio de los estudios fue de 60 años; 76 171
fueron mujeres (48%); 78 619 eran europeos y 75 919 eran norteamericanos.
La concentración de PCR fue mayor en las mujeres, en los fumadores y en las personas
con diabetes; fue menor en los sujetos que bebían alcohol y en las personas físicamente
activas.
Para 22 124 participantes se dispuso de más de una determinación de PCR, con un
intervalo promedio de 5.1 años entre las valoraciones. La concentración de PCR fue
similar año a año, luego del ajuste por edad y sexo.
El RR para la enfermedad coronaria, ajustado por edad y sexo, por cada aumento de una
DE en la concentración de PCR (niveles de PCR tres veces más altos) fue de 1.68; el
RR fue mayor para el IAM fatal respecto del IAM no fatal (1.84 y 1.59,
respectivamente; p = 0.04). El RR para todos los tipos de ACV fue de 1.39 (ACV
isquémico, 1.46; ACV hemorrágico, 1.07; ACV no clasificado, 1.41).
En los participantes con información completa sobre la PCR, sobre los restantes factores
de riesgo y sobre los niveles de fibrinógeno, el RR para la enfermedad coronaria
asociada con los niveles de PCR se redujo de 1.36 a 1.23 al considerar el fibrinógeno y
a 1.21 al considerar otros factores convencionales de riesgo cardiovascular. El RR de
ACV, en cambio, no se modificó después de considerar al fibrinógeno. El RR para la
mortalidad de causa no vascular fue de 1.52 y de 1.34 después del ajuste según el valor
del fibrinógeno.
Aunque los RR fueron mayores para los hombres, los RR para la enfermedad coronaria
no se modificaron en los subgrupos clínicamente relevantes –personas con diabetes, con
hiperlipidemia, con obesidad o fumadoras.
Discusión
Las principales ventajas de la presente investigación tienen que ver con la consideración
de datos individuales, con lo cual fue posible realizar el ajuste correspondiente y el
análisis por subgrupos. Sin embargo, debido a que la información derivó esencialmente
de sujetos caucásicos, los resultados podrían no se aplicables a otras poblaciones. De
hecho, un estudio previo reveló diferencias sustanciales en la concentración de PCR
según el origen étnico. Finalmente, señalan los expertos, se requieren más estudios para
conocer los mecanismos (inflamatorios, metabólicos y genéticos) involucrados en las
asociaciones encontradas.