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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

2.1- Antecedentes:
Entramos a un tema de suma importancia para el docente, como lo es "el
manejo de la conducta en aula de clases. En toda clase o salón de clases
existen niños o niñas que causan disturbios, no por ello se debe alejar a estos
niños causantes de disturbios fuera de la clase o a otros grupos ya que con
esto se le traslada el problema a otro docente. Más bien un procedimiento así,
permitirá que se agraven los problemas, no ayudará al niño o niña a superarlas.

En “Problemas que crea nuestra conducta” se menciona que las


necesidades o problemas que presenten estos niños pueden satisfacerse en la
clase común, en algunos casos presentan problemas severos de conducta, que
por más hábil que sea su maestro no podrá manejarlos, ya que no está
capacitado para poder enfrentarlos y superarlos. Aún así debe intentar brindar
su ayuda o pasarlo a otros apoyos con que cuenta en su institución como: El
Aula recurso donde se atienden los déficit o lagunas que presentan los niños, o
el Aula recurso de Problemas emocionales y de Conducta, atendidos por
maestras especialistas en dichos problemas, o el servicio de Psicología,
Orientación o trabajo Social.

En “Problemas de conducta infantil” recomienda que el educador debe tener


un especial cuidado de no etiquetar a los niños por los problemas que
presenten, ya sean emocionales o psicológicos.

En “Problemas de conducta y resolución de conflictos: pautas de


actuación” se menciona que no hay niños problemas, sino niños con
problemas, por lo que hay que procurar su recuperación pronta y reinserción en
las clases.

Es preciso que los maestros estén en condición de valorar, de acuerdo a su


formación profesional, en forma general la gravedad de la conducta de los
niños con quienes se trabaja. Cuando exista sospecha de un problema latente
debe ser comunicado al psicólogo de la institución y evitar problemas a futuro.

En “Problemas de la adolescencia: guía práctica para el profesorado y la


familia” recomienda que si bien un niño con problemas puede causar
desórdenes en el aula, pero hay que evitar que esos problemas se vuelvan
colectivos y afecten a todo el grupo, porque al aprobar esos desórdenes
aprueban la conducta y será más difícil su reparación.

En “Estudio y tratamiento de los problemas de conducta del niño y


adolescentes hondureños: enfoque psicopatológico” define a Los
problemas de conducta en el aula como aquellos comportamientos del niño
que interfieren en el logro de las metas académicas. El cambio de estas
conductas se considera necesario para alcanzar los objetivos escolares, se han
encontrado como principales conductas perturbadoras en la socialización del
niño la hiperactividad y agresividad; y en segundo lugar inseguridad y
retraimiento social.

“Psicología educativa para la enseñanza eficaz” cuando se buscan


objetivos de cambio en la conducta del niño no debe perseguirse hacer al niño
más dócil, sino que sea capaz de aprender con menos dificultades. Ante un
problema de conducta en el aula, el punto de partida es la: Observación
sistemática y minuciosa que incluya: Descripción de las conductas
seleccionadas, antecedentes de las mismas y sus consecuencias.

En “Psicopatología del niño y del adolescente” recomienda que el


diagnóstico o evaluación de la conducta es el primer paso para la elaboración
de un programa de cambio. Para ello es importante: Obtención de datos
biográficos a través de cuestionarios y entrevistas a los padres. Datos
fisiológicos resultados de pruebas psicológicas. Debe tenerse en cuenta las
verbalizaciones del niño respecto a sus estados emocionales, actitudes y
cogniciones. Huir de etiquetas generales como nerviosismo para calificar el
comportamiento del niño. Cuándo ocurre, en presencia de quien y las
consecuencias, es decir, lo que ocurre después de la aparición de la conducta,
por ejemplo llamar la atención, no hacer un ejercicio difícil, etc.

En “Cómo tratar los problemas de conducta en el niño: guía práctica para


detectar y afrontar los trastornos emocionales” manifiesta que el resultado
final es el establecimiento de una relación funcional precisa entre la conducta
del niño y los distintos factores ambientales. A la hora de aplicar el programa
de cambio, deben ser identificados los reforzadores efectivos que se van a
proporcionar o suprimir. Estos reforzadores pueden ser: el elogio, la atención
social del profesor, encargar al niño tareas de responsabilidad, orden prioritario
en la fila para ir al recreo o a casa, etc.
PROBLEMAS DE CONDUCTA

La conducta puede definirse como la actividad de un sistema frente a un


contexto interpretada por el contexto, tomando éste como parámetro sus
propias modalidades de interacción.

Dicho en otras palabras, toda cultura (familiar, comunitaria, nacional) genera


normas, las más de las veces tácitas e inconscientes. Su transgresión produce
diferentes grados de discriminación como “anormal”.

Toda actividad del sujeto o de un grupo leída por la cultura circundante como
inadaptada a sus patrones definitorios puede ser considerada así un “problema
de conducta”.

Sin embargo, en la práctica cotidiana el concepto “problemas de conducta” y


otros similares son más acotados, y se suele considerar como tales a
actividades del sujeto propiamente interaccionales, excluyendo del concepto
los síntomas del propio cuerpo (por ejemplo gastritis) o de la superficie del
propio cuerpo (por ejemplo psoriasis) o de la acción sobre el propio cuerpo (por
ejemplo comerse las uñas), salvo cuando esas actividades generan dificultades
en la interacción con el contexto; se los delimita asimismo de los problemas
que se advierten en determinadas esferas contextuales (no son “problemas
escolares” o “de aprendizaje”).

Así, T. Reca (Reca 1977) refiere que ésta es “una expresión amplia y vaga”
que engloba “anormalidades no ocasionadas por enfermedad, lesión o
desequilibrio mental fundamentales”.

Un primer punto a considerar es el de la intensidad del cuadro. Por problema


se suele entender genéricamente una dificultad u obstáculo, algo que llama la
atención y debe ser resuelto.

Cabe hacer la distinción además entre conductas desviadas (que no cumplen


con ningún patrón normal esperable), exageradas o deficitarias.

Un caso particular es el del sujeto delincuente. Formalmente, es aquél que


comete un delito, una transgresión a normas. Así se entiende, con este sentido
amplio, en idioma inglés: A delinquent child es el niño que, por ejemplo, se
copia de otro en la escuela. En español, en cambio, suele reservarse la palabra
para transgresiones a normas exclusivamente legales, y no sólo morales
(Wolman 1972; Wernicke 1975; Ramos 1978).

DE todo lo expuesto anteriormente entonces se pueden considerar problemas


de conducta en el aula aquellos comportamientos del niño que interfieren en la
consecución de metas académicas, perturbando la adquisición y desarrollo de
habilidades escolares básicas del propio niño y en ocasiones de sus
compañeros.

En este trabajo se va a describir los problemas de conducta que la mayoría de


profesores encuentran con más frecuencia en el aula.

Los problemas de conducta, es decir, los comportamientos que afectan


negativamente a uno mismo y al entorno en que vive (familia, escuela, grupo
de amigos…), llevan al individuo a romper las normas de convivencia y
deteriorar el desarrollo personal y social. Son considerados trastornos estables
y, por lo tanto, más resistentes a la intervención, siendo sus características
fundamentales (Xunta de Galicia, 2005, p. 7-8):

CARACTERÍSTICAS

-"Hacen referencia a un conjunto de conductas que, por su intensidad,


frecuencia y duración, deterioran significativamente el proceso de desarrollo
personal y social.

- El comportamiento se evalúa como alterado en referencia a una norma de


edad o evolutiva.

- La norma para evaluar una conducta como patológica debe tener en cuenta
las características del medio educativo, social y cultural al que pertenece la
persona, ya que la conducta es altamente influenciable por el entorno.

- El comportamiento alterado supone una pauta conductual relativamente


estable.

- La conducta alterada afecta de manera significativa a la relación del sujeto


con el medio social".

En el ámbito educativo, es importante facilitar un buen clima de convivencia


escolar como estrategia de actuación, priorizando la prevención precoz como
"primera pauta para el logro de ambientes saludables en los que las relaciones
de respeto entre todos los componentes de la comunidad educativa serán el
objetivo a alcanzar a través de una metodología de prevención, cuanto más
temprana mejor" (Carbonell y Peña, 2001, p. 116).

Así pues, desde una perspectiva interdisciplinar (educativa, sanitaria y social),


se enumeran como problemas conductuales más frecuentes: el trastorno por
déficit de atención con hiperactividad (TDA-H), los comportamientos
oposicionistas desafiantes, la conducta disocial, la violencia entre iguales, el
trastorno de ansiedad y los problemas derivados del sistema familiar, escolar y
social (Xunta de Galicia, 2005).
PROBLEMAS CONDUCTUALES MÁS FRECUENTES

Hiperactividad: Es uno de los problemas más frecuentes en el aula. El niño


hiperactivo no puede estarse quieto, es revoltoso, no atiende, interrumpe al
profesor y a los compañeros. La impulsividad y a veces falta de reflexión hacen
que en ocasiones parezca incapaz de controlar sus actos. Este
comportamiento puede ir acompañado de dificultad para realizar tareas y de un
rendimiento académico bajo.

Problemas de atención: El niño con problemas de atención tiene dificulta-des


en la selección adecuada de estímulos del medio ambiente y en el
mantenimiento de su concentración en una actividad. Estos niños tienen
dificultad en seguir las instrucciones y explicaciones del profesor en clase y en
realizar tareas de larga duración. Estos problemas pueden ir acompañados de
hiperactividad y de rendimiento académico bajo.

Retraimiento social: Se manifiesta en la falta de conductas de cooperación


con los compañeros y en la ausencia de interacción con ellos y con el profesor.
El niño no inicia conversaciones y prefiere jugar aislado. Su actitud es tímida,
insegura y pasiva. Puede ir acompañado de problemas de tipo emocional.

Conducta rebelde y agresividad: Los niños de conducta rebelde afectan a la


conducta del maestro y de los compañeros, perturbando la marcha de las
clases. Los efectos de este comportamiento son negativos para el rendimiento
del niño y de sus compañeros. Entre las conductas que se observan en estos
niños destacan: llamar la atención con palabras o gestos, levantarse
continuamente, desobedecer de forma reiterada, agredir a sus compañeros...

Cuando los profesores detecten alguno de estos problemas intentan corregirlos


y son numerosas ocasiones en que se consigue mejorar la conducta del niño.
Sin embargo, a veces el problema es tan grave que se convierte en causa de
fracaso escolar por lo que se recomienda una intervención temprana del
psicólogo para que valore el caso y ofrezca un programa de cambio en el cual
el niño, el profesor y la familia actúen de forma conjunta en el tratamiento.

CAUSAS

Diferentes estudios (Díaz-Aguado, Martínez Arias y Martín Seoane, 2004;


Olweus, 1998; Pellegrini, Bartini y Brooks, 1999; Salmivalli, Lagerspetz,
Björkqvist, Österman, y Kauklainen, 1996; Schwartz, Dodge, Pettit y Bates,
1997) señalan como causas más frecuentes observadas en los alumnos que
presentan problemas de conducta, las siguientes:

- Causas personales: situaciones sociales negativas con una acentuada


tendencia a abusar de su fuerza ya que son impulsivos, con escasas
habilidades sociales, con baja tolerancia a la frustración y con dificultad para
cumplir normas; unas relaciones negativas en el trato con adultos y un bajo
rendimiento académico; aparecen problemáticas personales que aumentan con
la edad, y suelen ser personas con poca capacidad de autocrítica y una
autoestima media o alta.

-Características familiares: ausencia de una relación afectiva cálida y segura


por parte de los padres, sobre todo de la madre; fuertes dificultades para
enseñar y hacerles comprender límites, combinando la permisividad ante
conductas antisociales con el frecuente empleo de métodos autoritarios y
coercitivos, utilizando en muchos casos el castigo corporal; menor
conocimiento, y por lo tanto disponibilidad de estrategias no violentas para la
resolución de conflictos.

- Características de la escuela tradicional: la incoherencia y el currículum


oculto respecto a la violencia, sobre todo, la tendencia a minimizar la gravedad
de las agresiones entre iguales, considerándolas como inevitables sobre todo
entre los chicos; el tratamiento tradicionalmente dado a la diversidad, actuando
como si esta no existiera; la insuficiencia de la respuesta que la escuela
tradicional suele dar cuando se produce la violencia entre escolares.
Normalmente deja a las víctimas sin la ayuda que necesitarían para salir de la
situación, y esto suele ser interpretado por los agresores como un apoyo
implícito (Díaz Aguado, 2005).

Añadir también que estos problemas se agudizan por la falta de respuesta del
profesorado tradicional orientado de forma casi exclusiva a impartir una
determinada materia. En este sentido, Zabalza (2002) en el Informe sobre
convivencia en los centros escolares de Galicia, reconoce que existe alarma
social respecto a la violencia en la escuela, sobre todo en los profesores, que
no saben cómo hacer frente al problema. La edad donde mayor número de
conflictos se producen es de los trece a los quince años cuando el alumnado se
encuentra cursando el primer ciclo de la enseñanza obligatoria (Díaz-Aguado,
2004; Pino Juste y García Regal, 2007). Desde esta perspectiva, un estudio
realizado en las escuelas de Sevilla,

Ortega y Mora Merchán (2000), aportan datos que refuerzan la necesidad de


abandonar las intervenciones más tradicionales, solo centradas en la figura de
agresores y víctimas y asumir modelos más generales donde todos los
alumnos se encuentran implicados desde diferentes roles.

Así, teniendo en cuenta estos factores de riesgo, Reichle y Wacker en 1993


denuncian otros factores relacionados con los problemas conductuales, como
el desempleo masivo en zonas rurales que produce cambios a nivel escolar,
rendimiento y comportamiento en los niños; que las escuelas dan poca
respuesta a la crisis comunitaria; y que existen aspectos problemáticos en el
acercamiento ideológico al tratamiento de los trastornos de conducta e
intrusismo de medicación psicoactiva(Kemp, 1996).
RECOMENDACIONES PARA PREVENIR PROBLEMAS DE CONDUCTA EN
LA ESCUELA

Muchos maestros se quejan de las dificultades que existen para controlar a los
niños en el salón de clases, lo paradójico es que los problemas se presentan
cuando el maestro estructura mal su rutina de actividades en el aula, a
continuación se presenta una serie de recomendaciones para prevenir la
aparición de problemas en el salón de clases1:

• Es importante que mantenga a sus alumnos en observación constante,


la mayor parte de los accidentes y conflictos se presentan en el aula
cuando los maestros están en reuniones de trabajo, en un convivio,
juntas sindicales o platicando con los otros maestros. Haga cada cosa
en el momento apropiado, en el periodo de clases este con sus alumnos,
aun en el recreo es importante que este usted al tanto de lo que ocurre
con sus alumnos.

• Conviva con sus alumnos. Un maestro no puede tener influencia sobre


el grupo si no convive con ellos. Participe en actividades con ellos.
Programe algunas actividades extraescolares divertidas.

• Para controlar la conducta del niño no utilice el castigo, al contrario debe


usted premiar al niño cuando se comporte apropiadamente y cobrarle
de alguna manera cuando se comporte inapropiadamente. Por ejemplo
cuando vea que el alumno completó un trabajo diga “Que bien hoy
trabajaste mas rápido”, en cambio si el niño pinto las paredes
simplemente le deberá usted indicar que la limpie o lave y si es
necesario que la vuelva a pintar. No es necesario que le regañe pegue o
maltrate simplemente cobre de alguna forma por la conducta
inapropiada. Respecto a los premios se trata de darle lo que usted le da
todo los días pero solo después del comportamiento apropiado.

• Incorpore a los alumnos a actividades de apoyo académico. Diversas


actividades como borrar el pizarrón, escribir la gaceta de la escuela,
registrar un diario, servir de tutor son estimulantes para los niños,
involúcrelos en estas actividades

1
Aguilar Morales, J. E. y Vargas-Mendoza J.E. (2006) Recomendaciones para
prevenir problemas de conducta en la escuela. México: Asociación Oaxaqueña de
Psicología A.C.
• El ambiente del salón es importante, vigile que la posición de los
muebles no impidan que los alumnos presten atención, haga confortable
su lugar de trabajo, esmere porque sea cómodo.

• Es importante que organice la actividad del niño, de tal manera que no


existan momentos en que no tenga nada que hacer y se presenten
conductas inapropiadas. Mantenga al alumno ocupado. Prepare una
serie de actividades para los alumnos que acaben primero, pídales que
les ayude a revisar otros trabajos, a realizar algunas actividades que
requiere el aula, tenga a la mano una serie de juegos que puedan utilizar
sin hacer alboroto los que acaben primero, fomente la lectura, promueva
que quien acabe primero tome un libro de la biblioteca. Asegúrese que
las actividades que pida usted que realicen los alumnos aventajados
sean considerados como premios.

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