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H. Galván*1
Aquellos momentos…
Yo no pude vivir los momentos estelares del movimiento por la reforma y la democratización
de la enseñanza del 1961 al 1965 en la UASD, que se nutrió del movimiento de Córdoba
(1919), así como del de Paraná (Brasil) recogido en el ensayo titulado "La Carta de Paraná",
de la Federación de Estudiantes del Paraná, Brasil. (¡Me hubiera embriagado vivirlos!)
Aquellos vientos, motivados por personas como José Espaillat, Pedro Mir, Pericles Franco,
Abelardo Vicioso, Tulio Arvelo, Dato Pagán, Hugo Tolentino, los hermanos Bolívar y
Guarocuya Batista del Villar, entre otros, trajeron nuevas tempestades. La autonomía,
conquistada el 1ro de enero del 1962, fue el gran logro.
Tampoco pude vivir el auge del movimiento y la organización estudiantil, la lucha por un
mejor presupuesto, por mejorar las condiciones de la academia, por la transformación social
desde la universidad.
Fundada la FED, con gran incidencia social, el movimiento estudiantil en FRAGUA se viste de
gala, y en Asdrúbal Domínguez y Amín Abel ve una generación que se entrega a la lucha por
los mejores valores.
Así, la nueva UASD, democratizada y fundada sobre los valores de democracia, puertas
abiertas sin discriminación, autonomía plena, co-gobierno, libertad de cátedra, defensa de
los derechos humanos, y convertida en un fortín para la resistencia antibalaguerista y para la
lucha revolucionaria, etc, comienza posteriormente un período de estancamiento y
perversión.
El declive…
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Economista, militante social. triunfaremos@gmail.com
Por otro lado, el régimen subsidiado, la falta de incentivos para mejorar y la falta de
penalización, han conducido a la Universidad a un caos institucional donde nada funciona,
donde nada queda bien, donde nada es útil.
d) A pesar de contar con la comunidad intelectual más grande del país, la UASD nunca opina
sobre nada. Ni la presencia de tropas extranjeras, ni la corrupción reinante, ni la enajenación
de los recursos ambientales, ni los abusos policiales, ni el metro, ni la isla artificial, ni nada,
han sido motivo de perturbación para la universidad como academia. El catedrático uasdiano
no piensa, ni escribe, ni opina de nada, es la mejor muestra de la falta de compromiso y
conciencia social, un palo de indiferencia. (Salvo muy honrosas excepciones)
e) La universidad Autónoma tiene una de las mejores y más modernas bibliotecas del mundo
(Al estilo FUNGLODE, cuerpo del delito de la corrupción peledeísta), sin embargo, los baños
son humillantes, las instalaciones de las facultades no pueden estar en peores condiciones y
el comedor estudiantil es un foco de enfermedades de toda índole.
f) Acaban de remodelar costosamente el AULA MAGNA, sin embargo, hay secciones de clase
que sobrepasan los cien estudiantes. ¿Metodológicamente como puede impartirse docencia
en esas condiciones?
g) La UASD posee una editora, pero sólo hay que observar las portadas de los libros
impresos allí, para darse cuenta como salen las cosas cuando existe una previa
determinación en que salgan mal hechas. (Esto probablemente ha cambiado)
El nivel académico y la valoración del egresado uasdiano están por el suelo; no existe
creación de conocimiento. La burocracia en la UASD es increíblemente inepta, la situación no
podía ser peor, y empeora.
El momento actual.
A un año del cambio de rector, en unas elecciones donde se elegiría el peor dentro de los
malos, la UASD se encuentra inmersa en una profunda crisis.
La lucha por el treinta por ciento salarial parece ser el único problema de una universidad
infuncional. Es el único argumento.
Una universidad al servicio del proceso y las transformaciones sociales es un logro de toda la
nación dominicana. Una universidad realmente autónoma, convertida en una verdadera
academia
Los estudiantes, que deberían estar encabezando la lucha para profundizar el proceso
reivindicativo y poner en el centro la transformación universitaria, se desgastan exigiendo
docencia en el diálogo de sordos entre maestros y trabajadores y el rector.
En la comunidad uasdiana no hay una visión del interés colectivo, dejo hace tiempo de ser
una comunidad.
Cabe destacar sin embargo que hay una parte de los sectores en lucha que agrupados en el
Comité de Lucha en la UASD, han tratado de enrumbar la lucha por otros caminos. Primero
haciendo hincapié en un carácter asambleario, y segundo tratando de hacer emerger una
nueva dirección de dichos sindicatos, y para evitar el aislamiento impulsando comités de
apoyo con la lucha.
Este esfuerzo en ciernes, con muchas dificultades, debe ser alentado, así como la misma
lucha. El apoyo a la actual huelga debe ser un apoyo militante, critico y profundizador. La
lucha en la universidad debe ser contra la institucionalidad reinante, contra el poder
corrompido, contra las deficiencias académicas, contra las limitaciones, contra los
comportamientos nocivos, contra el burocratismo, contra la ineficiencia, contra la
charlatanería, contra la politiquería, contra el derroche de los recursos, contra el nepotismo,
contra la centralización del poder en manos del rector, contra la corrupción, contra la perdida
de valores, contra la ineptitud, y contra todos aquellos males que afectan nuestra
universidad.
Si bien muchos no vivimos aquel proceso, sí estamos viviendo este. La crisis actual de la
UASD, merece una acción conciente de quienes nos interesa la universidad, de quienes nos
preocupamos por su futuro y de quienes deseamos que cumpla su función de academia, de
institución para el desarrollo del pueblo dominicano.
Por lo pronto una buena iniciativa resultaría una reunión con interesados y expertos,
que se discuta la situación y se tracen líneas de acción para el rescate de la
universidad. Manos a la obra.