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MONICIÓN INICIAL:
Hermanos: En esta tarde Santa, a la misma hora aproximada en la que Jesús se reunió
con sus discípulos para celebrar la Cena Pascual, nosotros, como comunidad creyente,
nos unimos también a su Mesa, reviviendo aquel momento.
Jesús, sabía que aquella era su "ultima cena"; sabía que estaba decretada su muerte.
Por eso antes de despedirse de los suyos, quiso resumir con unos gestos todo el sentido
de su vida: partirse y derramarse por los hombres. Y dijo: "Haced esto en memoria mía".
Una vez terminada la Cena, se quitó el manto, echó agua en una jofaina y se puso a
lavarles pies a los que estaban con Él.
Desde entonces, generaciones de cristianos de todos los tiempos, han conservado vivos
estos recuerdos y los han transmitido hasta nosotros.
Hermanos: Vivamos este momento y, en su memoria, hagamos que cada día crezca
entre todos los hombres la fraternidad que Él quería cuando nos dejó este testamento:
¡amaos, amaos como yo os he amado!
ACTO PENITENCIAL:
Y hablando de amor. A menudo nuestro pecado está en no hacer todo que podríamos
para mostrar que hay amor en nosotros. A menudo volvemos la cara a otro lado para no
complicarnos. Por eso, al comenzar este memorial, pidamos perdón por nuestros
pecados de omisión de amor al hermano y al Padre.
( leen varios lectores desde distintos lugares de la asamblea)
SACERDOTE:
Señor, te pedimos que leas en lo más íntimo de nuestro corazón, allí donde nos
reconocemos humanos, imperfectos. Danos la paz que nace al sentirnos escuchados y
perdonados por ti, y condúcenos hacia la vida plena. PJNS.
INTRODUCCIÓN AL GLORIA:
Después de toda la Cuaresma sin cantar el canto del gloria, sin exteriorizar nuestro
reconocimiento de su grandeza, vamos a hacerlo ahora, en este Jueves Santo, día de
amor fraterno.
LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN:
Escuchemos ahora la Palabra de Dios.
Leeremos en primer lugar la historia de la Cena de Pascua de los judíos, en la que
celebraban su liberación de Egipto. El propio Jesús celebró el Jueves Santo esta cena
antes de su muerte, la cambió y así comenzó nuestra Eucaristía.
LECTURAS:
PRIMERA LECTURA: Ex 12, 1-8.11-14 (se lee desde algún lugar de la asamblea)
SEGUNDA LECTURA: 1Cor 11,23-26 (se lee desde algún lugar de la asamblea)
CANTO DE ACLAMACIÓN AL EVANGELIO (se pone música de fondo que durará todo
el lavatorio de los pies)
SACERDOTE: Id a la ciudad, a casa de fulano, y dadle este recado: “el maestro dice
que su hora está cerca y que va a celebrar la pascua en tu casa con
sus discípulos”.
Monición:
La Iglesia, en sintonía con la última voluntad de Jesús de que nos amemos y nos
sirvamos los unos a los otros, como Él lo hizo, realiza el gesto simbólico del lavatorio de
los pies.
Las personas que a continuación van a ser lavadas, representan a todos los colectivos
humanos que, de una u otra manera, sufren entre nosotros.
Con este gesto del lavatorio de pies, toda nuestra comunidad se ofrece en actitud de
servicio ante las necesidades de nuestros hermanos y pide al Padre por todos.
Por los millones de niños que sufren violencia y explotación, enfermedad y hambre. Por
los millones de niños que sufren muerte premeditada.
- Para que obtengan el derecho a la vida, a una familia y la esperanza de un futuro
mejor. Roguemos al Señor.
Por todos los que van quedando marginados a causa del fracaso escolar. Por los que
tras años de esfuerzo y superación tienen serias dificultades para acceder a su primer
puesto de trabajo.
Por tantos jóvenes desencantados que escogen el camino falso del alcohol y de la droga.
Por los que no se deciden a adquirir compromisos definitivos de cara al amor, a la fe y a
la comunidad.
- Para que tengan las fuerzas necesarias para vivir con ilusión y esperanza. Roguemos al
Señor.
Por tantas mujeres y hombres que han acumulado una experiencia amplia y profunda
en la vida.
- Para que llenemos su vida de ternura, cariño y consideración y, sepamos empaparnos
de su experiencia. Roguemos al Señor.
Y, las mayorías económicamente débiles. Para que nuestro corazón se abra a ellos y,
aceptando sus diferencias, acojamos la inmensa riqueza que nos aportan con sus formas
de ser y de vivir. Que veamos con claridad, en ellos la imagen de que Tú eres el Padre
de todos. Roguemos al Señor.
SACERDOTE: Dice el Evangelio: ¿comprendéis lo que he hecho con vosotros?
Vosotros me llamáis maestro y Señor, y con razón, porque lo soy. Pues
si yo, el maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis
lavaros los pies los unos a los otros. Porque os he dado
ejemplo para que hagáis vosotros lo mismo. Sí, os lo aseguro:
un criado no es más que su amo, ni un enviado más que el
que lo envía. ¿Lo sabéis?, pues dichosos vosotros si lo
cumplís.
Hijos míos, me queda muy poco de estar
entre vosotros. Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros, igual que yo os he amado. En esto
conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros.
PALABRA DEL SEÑOR.
HOMILÍA (Breve)
LITURGIA EUCARÍSTICA
SE INCIENSA EL ALTAR
PREFACIO:
Ahora, vamos a hacer aquello que Jesús confió a los apóstoles en la última cena: comer
el pan y beber el vino, que son su cuerpo y su sangre. Pero antes voy a rezar, en nombre
de todos la oración de acción de gracias: lo que llamamos la Plegaria Eucarística.
“Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por
vosotros”.
CANTO DE PAZ:
ORACIÓN DE POSTCOMUNIÓN:
Concédenos, Dios todopoderoso, que la Cena de tu Hijo, que nos alimenta en el tiempo,
llegue a saciarnos un día en la eternidad de tu reino. PJNS.
CANTO DE PROCESIÓN:
Tras la Cena, Jesús partió hacia el monte de los Olivos, donde pidió a sus discípulos que
vigilaran y oraran. Hoy, nos hace la misma invitación a cada uno de nosotros. Por eso os
invitamos a volvernos a reunir esta noche para orar y estar con Él.
Mañana, Viernes Santo, nos volveremos a reunir para recordar los momentos de su
muerte en la cruz.