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“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron” Salmo 27:1, 2.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron” Salmo 27:1, 2.
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“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron” Salmo 27:1, 2.
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Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Porque Darío estaba muy impresionado de la conducta de Daniel, quien vivió una vida pura y santa. Dios estaba primero para él. Dondequiera que reine el verdadero cristianismo en el corazón, será revelado en el carácter.
Daniel 5:31; 6:1-3; Test. Para Ministros pág. 451
Los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo ENVIDIA relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron: ¡Rey Darío, para siempre vive! Todos los gobernadores del reino, magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de 30 días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. La envidia es una de las peores características satánicas que puedan existir en el corazón humano. La conducta intachable de Daniel excitó aún más los celos de sus enemigos. Daniel 6:4-7; P. y Reyes pág. 397; P. y Prof. Pág. 407 Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Firmó, pues, el rey Darío el edicto y la prohibición. Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. “… no cambió [Daniel] su conducta en un solo detalle. ¿Por qué dejaría de orar ahora, cuando más necesitaba hacerlo?... No permitiría que aquellos que maquinaban su ruina pudieran ver siquiera la menor apariencia de que su relación con el Cielo se hubiese cortado” . Daniel 6:8-10; Profetas y Reyes, pág. 398 Juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real. Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres veces al día hace su petición. Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado.
Daniel 6: 11-15; Com. Bíblico Advent., Tomo 4, pág. 1193
La Ley de Dios. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley. Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. La muerte de Cristo, lejos de abolir la ley, prueba que es inmutable. Daniel fue echado al foso de los leones porque se mantuvo fiel al cielo.
Mateo 5:18, Lucas 16:17; Daniel 6:16-17; C.S. pág. 520-521
SI. El rey se fue a su palacio, y se le fue el sueño. Se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Daniel respondió: Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; no hice nada malo. Se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. Y dio orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres. “Dios no impidió a los enemigos de Daniel que le echasen al foso de los leones. Permitió que hasta allí cumpliesen su propósito los malos ángeles y los hombres impíos; pero lo hizo para recalcar tanto más la liberación de su siervo y para que la derrota de los enemigos de la verdad y de la justicia fuese más completa. Daniel 6:18-24; Profetas y Reyes pág. 340 Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones. Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa. Hay consuelo y gozo en el servicio de Cristo. Demostrad al mundo que la vida de Cristo no es fracaso.
Daniel 6:25-28; Ministerio Curación, pág. 389
Estudiad la historia de José y de Daniel. El Señor no impidió las intrigas de los hombres que procuraban hacerles daño; pero hizo redundar todos aquellos ardides en beneficio de sus siervos que en medio de la prueba y del conflicto conservaron su fe y lealtad… “No necesitamos llevar cuenta de las pruebas, dificultades, pesares y tristezas, porque están consignados en los libros, y no los olvidará el Cielo. Mientras rememoramos las cosas desagradables, se escapan de la memoria muchas que son agradables, tales como la bondad misericordiosa con que Dios nos rodea a cada momento, y el amor que admira a los ángeles, el que le impulsó a dar a su Hijo para que muriese por nosotros. Si al trabajar para Cristo creéis haber experimentado mayores pruebas y cuidados que las que afligieron a otros, recordad que gozaréis de una paz desconocida de quienes rehuyeron esas cargas. Hay consuelo y gozo en el servicio de Cristo. Demostrad al mundo que la vida de Cristo no es fracaso.