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El aborto, entendido como la interrupción del embarazo, puede ser producido voluntaria
o involuntariamiente.
Cuando se trata del aborto, se suele hacer una relación directa hacia aquellos causados
voluntariamente por la mujer embarazada o por un tercero; dejándose de lado al aborto
natural, aquel que puede ocurrir en contra y sin la voluntad de la gestante, y cuya
consecuencia en términos prácticos sigue siendo la misma, esto es la interrupción del
embarazo.
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Abogada y Conciliadora. Candidata a Maestra en Política Social. Especialista en Género, Población y Desarrollo.
Ha realizado sus estudios en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos y participado en el Programa de Investigadores visitantes del Centro de Política Social para América Latina
de la Universidad de Texas/USA. Trabaja como consultora y coordinadora de proyectos en su país natal, Perú.
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en formación conlleve al nacimiento graves taras físicas o psíquicas, siempre
que exista diagnóstico médico.
Esta descripción penal de los distintos tipos de aborto (7), genera diversas reflexiones.
Revisando detenidamente cada tipo legal, encontramos que la violación del derecho a
la vida del concebido, no es protegido de forma idéntica en todos los supuestos que
enuncia el Código Penal, pues en el caso del autoaborto, la pena es no mayor de dos
años, y en el caso del aborto sentimental es no mayor de tres meses.
Así ocurre con cada uno de los tipos de abortos punibles en el Código Penal, lo cual
resulta sumamente interesante, pues si sumamos además el derecho a la vida del
concebido en un aborto terapéutico, encontramos que la vida de la madre se asume
como un bien jurídico superior a la vida del concebido, y por ello no se penaliza.
También observamos que una mujer que es violada por su cónyuge dentro del
matrimonio, no podría invocar el aborto sentimental sino probablemente caería dentro
del autoaborto, aborto consentido u otros similares, cuyas penas son mayores.
Estas apreciaciones nos pueden generar más dudas que certezas, y es que podríamos
añadir más, por ejemplo en el caso de un aborto causado con violencia, llamado aborto
preterintencional. Si una mujer está embarazada y es golpeada, el agresor podría decir
que no fue su intención provocar el aborto, pese a que le constaba el embarazo de la
mujer o que éste era notorio. Aquí la pena es no mayor de dos años para el agresor,
idéntica a la de la mujer en el autoaborto, con una pequeña gran diferencia, en este
caso, la mujer no quería abortar, sino que abortó como consecuencia de sufrir violencia,
por lo que debiéramos partir del supuesto que aquel que golpea a una mujer
embarazada no tiene ni idea que la golpiza le puede ocasionar un aborto contra su
voluntad.
Según el Dr. Aníbal Faundes, “es un falso dilema considerar que existen personas a
favor y personas en contra del aborto. La diferencia está en considerar cuál es la
solución al problema del aborto. Algunos consideran que es condenando a la mujer que
aborta y otros creen que hacerlo tiene un costo muy alto.”2
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Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología y Flora Tristán. Seminario Taller Nacional 6-7 de agosto de 2004.
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Para este especialista, el número de abortos de un país no depende de la legalidad sino
más bien de la existencia del acceso a la anticoncepción, la equidad de género, y el
respeto a los derechos.
En países como el nuestro, en el que las brechas de género atentan contra los
derechos reproductivos de las personas, y su capacidad a decidir libremente, a recibir la
información y servicios adecuados, además de la mayoría de la población debajo de la
línea de pobreza, la penalización del aborto trae como consecuencia directa que las
mujeres pobres expongan su salud acudiendo a realizarse abortos clandestinos o
realizándoselos ellas mismas sin ningún tipo de protección a su salud ni a su integridad
física.
La Dra. Rocío Villanueva, indica que si bien la Constitución señala que toda persona
tiene derecho a la vida, hay distinción entre la persona y el concebido, y el proyecto del
Código Penal de 1990 tenía previsto despenalizar los casos de aborto terapéutico, por
violación, eugenésico y por inseminación artificial no consentida. Si además
constatamos el rango de las penas, observamos que en estos casos las mismas son
simbólicas y que en la práctica no se cumplen. El aborto no es sancionado como un
homicidio, es un hecho y tipo legal distinto, es decir, la ley hace por sí misma una
distinción. Otro hecho importante es que en los centros penitenciarios no se encuentran
internadas mujeres por aborto, pues debido a que la pena es mínima, no hay privación
de la libertad.
Por otro lado, la maternidad segura, saludable y voluntaria, es parte de los derechos
humanos. “La mayoría de mujeres, busca realizar su sueño de procrear (aunque
algunas deciden no tener descendencia) y celebran cuando esto ocurre. Pero no todas
lo hacen. Miles de mujeres por distintos motivos y circunstancias, conciben sin haberlo
planeado y, si bien algunas aceptan el hecho y tienen un hijo al que quieren, otras
sufren ante la disyuntiva de tener un hijo no deseado o de interrumpir la gestación sin
importarles que sea ilegal, ni las condiciones en que lo hacen, a pesar de lo difícil que
puede ser este proceso. De lo que se trata entonces, es que las mujeres reduzcan al
mínimo la alternativa de interrumpir el embarazo, lo que implica abordar con seriedad
las condiciones y causas que llevan a las mujeres a tomar esta decisión.”4
“La falta de accesibilidad geográfica, económica o cultural a los servicios de salud, las
actitudes personales, los patrones culturales y la desinformación sobre el uso correcto
de los métodos y sus efectos secundarios determinan que el 56% de las mujeres
peruanas en edad fértil y el 31% de mujeres unidas no usen ningún método de
planificación familiar o no lo hagan correctamente. Estos obstáculos técnicos y
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Sociedad Peruana de Obstetricia y Ginecología y Flora Tristán. Seminario Taller Nacional 6-7 de agosto de 2004
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Flora Tristán. Pathfinder International. El aborto clandestine en el Perú. Hechos y Cifras. Marzo 2002.
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humanos se conjugan en lo que se denomina protección insuficiente que es un
concepto más amplio que el de necesidad insatisfecha de planificación familiar porque
incluye en el grupo de alto riesgo de embarazo no deseado a mujeres sexualmente
activas –unidas o no- que no desean más hijos o no los desean en los próximos dos
añor pero: no usan método anticonceptivo alguno, están embarazadas por falla de
método, o usan la abstinencia periódica pero no conocen su periodo fértil.”5
Un componente adicional que ayuda a clarificar esta temática son los datos sobre
mortalidad maternal y aborto. “La Tasa de Mortalidad Materna estimada por la Endes
2000, de 185 por cien mil nacidos vivos para alrededor de 1997, y que el MINSA ha
aceptado como válida, no parece ser una cifra real, porque, entre otras cosas, se basa
en una técnica indirecta que descansa en la memoria de las informantes para un
periodo pasado bastante largo y con la existencia de muy pocos casos; combinando
datos del INEI sobre estimaciones de muertes de mujeres en edad reproductiva con
datos del Ministerio de Salud sobre muertes maternas
“Los gobiernos deberían tomar medidas oportunas para ayudar a las mujeres
a evitar el aborto, que en ningún caso debería promoverse como método de
planificación de la familia, y proporcionar en todos los casos un trato
humanitario y orientación a las mujeres que han recurrido al aborto.”6
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Flora Tristán. Pathfinder International. El Aborto clandestine en el Perú. Hechos y Cifras. Lima, marzo 2002.
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Capítulo VII. Derechos Reproductivos y Salud Reproductiva. Medidas 7.24.
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La Recomendación General 24 del Comité para la Eliminación de la
Discriminación Contra la Mujer de la CEDAW, ha recomendado al Estado
peruano:
Bibliografía