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Boletin del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr, Emilio Ravignani” Tercera serie, ntim. 11, If semestre de 1995 DE SUBDITOS A CIUDADANOS. LOS POBLADORES RURALES BONAERENSES ENTRE EL ANTIGUO REGIMEN Y LA MODERNIDAD* ORESTE CARLOS CANSANELLO** Abreviaturas utilizadas: AGN: Archivo General de la Nacion AHPBA: Archivo Hist6rico de la Provincia de Buenos Aites HsR: Honorable Sala de Representantes de Buenos Aires RoRA: Registro Oficial de la Republica Argentina RONA: Registro Oficial de ta Nacién Argentina RoPBA: Registro Oficial de la Provincia de Buenos Aires 1, INTRODUCCION SUBSISTE UNA PERCEPCION distorsionada acerca de Ja relacién que tenfan los habi- tantes con los poderes piblicos después de la Revolucién de Mayo. Suele afimarse que los siibditos de la corona espafiola se convirtieron en ciudadanos por obra de las medidas tomadas durante la primera década revolucionaria. No es ésta, sin embargo, una idea correcta: la ciudadanfa es un fenémeno modemo que se manifiesta plena- mente a principios del siglo que corre, y no es un producto exclusivo de la voluntad de los legisladores sino el resultado de un proceso que incluy6 numerosos cambios, a veces imperceplibles, En el sistema imperial todos los habitantes libres eran stbditos de la corona, pe- ro s6lo una parte de ellos, los vecinos, mantenfa una relacién politica privilegiada con * Agradezco las atentas lecturas de A. Guliani, N. Calvo y G. Castagnola, asi como las sugerencias de los drbitros externos y las indicaciones de N, Goldman, $, Amaral y J.C. Chiaramontc. ‘**Universidad Nacional de Lujén, Universidad Nacional de Buenos Aires. 113 las autoridades. El resto poseia derechos en diverso grado, de acuerdo con una con- cepcidn estamental de origen medieval. Podian estas leyes estar escritas a no, lo cier- to es que eran por todos conocidas y aceptadas. En el extremo opuesto al modelo colonial indicado, se encuentra el del Estado na- ional y la ciudadania, en donde cada individuo mantiene un vinculo directo con los poderes piblicos en una situacién que se define juridicamente como igualitaria, La Constitucién de 1853 aseguré en su parte dogmética (articulos | al 35) los derechos in- dividuales a trabajar, ejercer industria licita, navegar y comerciar, peticionar, transitar el tervitorio, enseftar y aprender. La ciudadania se interpret més tarde con el agregado de los llamados derechos politicos, que no fueron ¢n esa oportunidad enumerados y que se suponen comprendidos en el articulo 33. No obstante, al respecto decia Bendix “que la cuestidn reside en el grado de inclusividad con que se define la ciudadania”.! Escapa al tema precisar en qué momento ésta alcanza plenitud, aunque de tomar- se en cuenta la universalizacién de los derechos politicos es evidente que tard bas- tame tiempo en Megar, El presente trabajo esté dirigido a demostrar que la in de los poderes piiblicos y de la sociedad bonaerense en el perfodo pos- terior a Ja independencia se Ilev6 a cabo mediante la integraci6n de la ciudad puerto con el mundo rural que se extendia hacia el sur. Asimismo, mosiraré la importancia de los habitantes que lograron establecerse, a los que se denomina aqut dor y a los cuales, por el conjunto de derechos que acumularon, se puede corsiderar co- mo verdaderos vecinos. En efecto, estos habitantes gozaron de una condicién supe- tior a Ia de los que transitaban —transetintes—. El vecino rural de referencia no es igual al anterior del Antiguo Régimen, pero tampoco es el “ciudadano” que se invoca en algunas proclamas. Es un individuo que se integra a una comunidad local de una sociedad en formacién. Es la reedicion de una relacién bésica —individuo/poder estatal— sobre la que se establecieron las nor- mas y se edificé el sistema juridico. Ente el sibdito de la Corona y el ciudadano modemo hubo un sinadmero de cambios significativos, y una de las facetas de mayor interés fue la ampliacién pro- gresiva del estatus vecinal. Las fuentes de este fenémeno estuvicron en la disolucién del vinculo colonial, el anacronismo de la representaci6n capitular y el crecimiento de la sociedad bonaerense. Los cambios en Ja relacién habitante-Estado que se operaron en la etapa indepen- diente no pueden observarse sino hasta comienzos del afio 1815. Conjuntamente, la creacién de un gobierno exclusivo para los bonaerenses pero dependiente del Central aceleré el proceso de las transformaciones.” A ello hay que agregar que el crecimien- to notable de la campatia oblig6 a que se la inctuyera en el juego de Jas representa- 'R, Bendix, Estado nacional y ciudadania, Buenos Aites, Amorrortu, 1974, p. 78. EI Triunvirato ere6 el cargo de gobemnador-intendente en 1812 con intervencién en Jas cuairo causas: policia, hacienda, guerra y justicia, para el que se nombré al coronel Miguel de Azcuénaga. 114 ciones politicas. Finalmente, la autonomia provincial en 1820 dio el impulso decisi- vo para trasponer los limites de la ciudad, hasta entonces unico centro estatal y terri- torial, para abarcar al mundo rural que se incorporaba. En Ia Colonia la condicién de vecindad habia permanecido sujeta a la propiedad; si bien esto es evidente en las ciudades, no lo es en la campafia, donde las exigencias fueron més laxas. Sin embargo, resulta imposible comparar a los vecinos de la cam- pafia, que no elegian autoridades, con los vecinos de la ciudad, que sf 1o hacfan. Las leyes escritas y la fuerza de las costumbres locales imponfan una diferenciacién im- Portante en lo referente al servicio de milicia para la defensa de las fronteras: s6lo los “habitantes, vecinos y moradores” lo cumplian, lo que les otorgaba “derecho de pe- licién”. En el proceso que se te entabla en 1783 al comandante de la frontera norte, Juan J. de Sardén, por la invasién de indios en el Partido de Areco se puede ver que quien 1o inicia es el sargento mayor de la milicia, F. J. De Cafias, y que aparecen co- mo deponentes todos los integrantes de ésta.* Por otra parte, las exenciones para quienes se incorporaban a las milicias impo- nian una clara distincion entre los que gozaban de derechos y los que carecian de ellos. Segiin el reglamento de 1802, “de ningtin modo se les podré exigir (...} contri- buciGn alguna para poner tiendas, vender cualquier cosa, trabajar en su oficio” 5 En el perfodo independiente la cléusuta de “casa poblada” perdié importancia, sobre to- + Sobre el trénsito de ta Colonia a la Revolucién, véase T. Halpcrin Donghi, Revolucién y guerra, Buenos Aires, Sigho xxi, 1972; idem, Reforma y disolucién de los imperios ibéricos 1750-1850, Madrid, Alianza, 1985; F. X. Guerra, Modemidad e independencias, Madrid, Maple, 1992; idem, Hacia una nueva historia politica actores sociales y actores politicos, tomo Iv, Tandil, Anuario 16115, 19% Annino et al., América Latina: del estado colonial al estado nacién, vol. lt, Milin, F. Angeli, 1987; , “Practicas criollas y liberalismo en la crisis del espacio urbano colonial”. Boletin nim. 6, ¥ serie, Jastituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani”, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1992; J, C, Chiaramonte, “La cuestidn regional en ¢] proceso de gestacién del Estado nacional argentino. Algunos problemas de interpretaciGn’, en: Estado y sociedad en el pensamiento nacional, Buenos Aires, ‘Cantaro, 1989; idem, “El federatismo argentino en la primera mitad del siglo XIX”, en: M. Carmagnani {comp }, Federalismas latinoamericanos, Fondo de Cultura Beonémica, 1993; idem, El mito de los oci- genes en la historiografia latincamericana”, Cuadernos dei Instituto “Dr. Emilio Ravignani”, wim. 2, Buenos Aires, 1991; idem, “Formas de identidad en el Rio de la Plata luego de 1810", Boletin nim. 1, 3° serie, Instituto “Dr. Emilio Ravignani”, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1989. ‘Para el servicio de milicias, véease J. Marchena Ferndndez, Ejército y milicias en el mundo colonial ‘americano, Madrid, Mapfre, 1992, pp. 100 y ss. También S. G. Suérez, Las milicias, intituciones milisa- es hispancamericanas, Caracas, ANB, 1984, y, en especial, J. Beverina, El Virreinato de las Provincias del Rio de la Plata, Buenos Aites, 1935, pp. 197-293. El sumario seguido a J.J. de Sardén, en ACN S 1x, Subinspeccién 1762-1784, leg. 28.6.2. La informaciGn sobre esta documentacidn es de D. H. Vizquez, quicn la analiz6 en Milicias de vecinos y la construccién de relaciones sociales de poder en la campaiia bonaerense (fines del sigho xvui), Mas del Plata, MS, 1993. * Sobre el fuero militar civil y criminal, que permita pedir justicia oon intervencién de oficiales supe- tiores, articulo 42; para exenciones, articulo 43; ambos en: Reglamento para las milicias disciplinadas de infanteria y caballeria del Virreynato de Buenos Aires, aprobado por S.M. y mandado observar invio- Jablemente, Buenos Aires, Real Imprenta de Nitios Expésitos, 1802. 115

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