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Este documento discute la tendencia decreciente de la relectura y su importancia. Afirma que aunque se lee mucho, lo que menos se vende son obras literarias y de pensamiento que requieren un esfuerzo mayor de relectura. La relectura, como acto de concentrarse y demorarse en comprender un texto a profundidad, está en declive debido a la cultura de lo efímero y rápido. Esto tiene consecuencias como una menor capacidad de escuchar con detenimiento diversas perspectivas.
Este documento discute la tendencia decreciente de la relectura y su importancia. Afirma que aunque se lee mucho, lo que menos se vende son obras literarias y de pensamiento que requieren un esfuerzo mayor de relectura. La relectura, como acto de concentrarse y demorarse en comprender un texto a profundidad, está en declive debido a la cultura de lo efímero y rápido. Esto tiene consecuencias como una menor capacidad de escuchar con detenimiento diversas perspectivas.
Droits d'auteur :
Attribution Non-Commercial (BY-NC)
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Este documento discute la tendencia decreciente de la relectura y su importancia. Afirma que aunque se lee mucho, lo que menos se vende son obras literarias y de pensamiento que requieren un esfuerzo mayor de relectura. La relectura, como acto de concentrarse y demorarse en comprender un texto a profundidad, está en declive debido a la cultura de lo efímero y rápido. Esto tiene consecuencias como una menor capacidad de escuchar con detenimiento diversas perspectivas.
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Se equivocan quienes insisten en afirmar que hoy ya no se lee. Esta
queja habitual de quienes quieren defender la lectura está mal dirigida. Porque se lee y, además, se lee mucho.Ahí están, para probarlo, las generosas estadísticas de tanto editor satisfecho, de tanto librero exitoso. Quizá es otra la cuestión que conviene meditar. Y esa cuestión, claro está, no atañe al interés por la lectura, sino a su calidad. Les aseguro que aquello que menos se vende es lo que exige un esfuerzo desusado, el de ser releído: la gran ficción, la poesía, el pensamiento mayor. Reverso del zapping que no se detiene ni siquiera para ver cómo sigue una historia cuyo comienzo tampoco se conoce, el acto de releer es siempre un arte pero, desgraciadamente, un arte en extinción. Como todo aquello que exige afición a la soledad y aptitud para concentrarse, el apego a la relectura está severamente impugnado por las costumbres de hoy. Nuestro tiempo, que ha hecho de lo efímero un valor, reniega de lo que no resulta rápido, digerible, sustituible y desechable. Y releer es insistir, persistir, demorarse, volver a preguntar y querer llegar hasta el fondo. Hay entre la curiosidad y el auténtico interés una diferencia esencial. La primera se alimenta de estímulos renovados de manera casi permanente. El segundo requiere grandes dosis de constancia, de tenaces replanteos. La curiosidad pide y exige, incesantemente, nuevos escenarios, paisajes sucesivos, caras que desfilen, ropajes de brillo fugaz.. El interés, en cambio, se siente convocado por los múltiples sentidos posibles de una misma imagen, de un mismo concepto, de un mismo discurso. La curiosidad trabaja en extensión. El interés en profundidad. La curiosidad es nómade; el interés, sedentario. Hay personas que despiertan nuestra curiosidad. Y personas que despiertan nuestro interés. Sólo las segundas invitan a ser frecuentadas. Sucede lo mismo con los libros. La mayoría de los que se editan y profusamente se venden responden a una demanda de contacto fugaz. A una cultura que ha hecho de la frivolidad la única variable de relación entre las personas. Confieso que me atraen más que los lectores los relectores. Pero lo cierto es que la relectura es un arte en extinción. El hecho no sería tan grave si se tratara de su sola agonía. Pero acaso con la pérdida de esta pasión provechosa, algo más se está perdiendo y algo fundamental. Por ejemplo, la posibilidad de escuchar con detenimiento lo que se nos dice, lo que no se nos dice, lo que se calla. El país está pidiendo a gritos más profundidad, más conciencia crítica y sentido solidario. [...] Kovadloff, Santiago. Sentido y riesgo de la vida cotidiana. Bs. As.,Emecé,1998