Nicolás Maquiavelo- El Príncipe

Rafael Alberto Ruiz González

Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue uno de los pensadores políticos más

importantes del Renacimiento italiano; su pensamiento ha causado

críticas y polémica a lo largo del tiempo debido a que, no obstante las

interpretaciones diversas, gran parte de éste se resume en la frase “el

fin justifica los medios”,1 la cual incluye actos amorales o represivos.

Para Maquiavelo, el hombre es el centro del universo, es existencia

y las cuestiones metafísicas y del “más allá” no son verdaderamente

importantes; rompe con las doctrinas de filósofos anteriores; sin

embargo, su pensamiento no se opone a la creencia de un Dios, pues,

incluso, pensaba que se podía controlar a la sociedad con esta idea; más

bien, estaba en contra del catolicismo, religión que debilita al hombre,

que lo hace rendirse ante la adversidad al implantar la idea de una vida

mejor después de la muerte.

El Príncipe (escrito en 1513) es el libro más importante de

Maquiavelo y le otorgó fama sin precedentes; lo catalogó como individuo

astuto, hipócrita, cruel y oportunista. A lo largo de la historia, el libro se

ha interpretado de maneras distintas, se ha leído como tratado, manual

o teoría política y, hoy por hoy, sigue conservando halo de misterio.

1En ningún escrito de Maquiavelo se encuentra textual esta frase, es más una
interpretación de su pensamiento, el cual se guiaba por la conveniencia y las acciones
tanto justas cuanto injustas para alcanzar los fines (como dice Leo Strauss en Historia
de la filosófia política).
 El libro describe las formas de alcanzar el poder y cómo

preservarlo; no reprocha los crímenes de los gobernantes por alcanzar el

bien común sino sus indecisiones y titubeos; sus errores. Durante siglos,

El Príncipe se estudió desde una perspectiva moral y como teoría

general de política por lo que causó polémica y críticas negativas; sin

embargo, no es manual de ética y moral; es un conjunto de juicios

políticos. Maquiavelo nunca quiso establecer la teoría política para

generaciones futuras, sino para sus contemporáneos; sólo manifestó

costumbres y modo de pensar de su época.

Maquiavelo escribió este libro basado en su experiencia, en lo que

consideraba prudente para el gobierno de su tiempo. Por esto, pensaba

que los principios morales eran inútiles para la política y consideraba

que el príncipe debía tener dos naturalezas: hombre y bestia; debía ser

astuto como zorro y fuerte como león para mantener poder y orden.

Para Maquiavelo, el hombre se enfrenta a dos fuerzas: la fortuna

y la necesidad. La primera es negativa, se identifica con el destino, es

incierta y provoca guerras; la segunda busca el beneficio personal,

ordena y regula la convivencia del ser humano.

Con el paso del tiempo, El Príncipe comenzó a leerse

objetivamente y Maquiavelo se convirtió en figura de respeto, héroe y

mártir de la libertad. Su clara, fría y lógica habilidad política demostró

su capacidad para establecer orden en el Estado. Hoy por hoy, El

Príncipe es referente obligado para entender la política.