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MIS OJOS VERÁN TU SALVACIÓN

Lucas 2:25-32

CONTEXTO
- Tras el nacimiento de Jesús, es llevado a Jerusalén.
- Como mandaba la ley de Moisés y era costumbre establecida, Jesús fue circuncidado a
los 8 días de su nacimiento, entonces le pusieron de nombre Jeshua, en español Jesús
(significa Jehová es la salvación) Mateo 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
- Después a los 40 días y siguiendo el mandato de la ley, Jesús fue llevado al templo de
Jerusalén para ser presentado a Dios, por ser hijo varón primogénito (Éxodo 13:2)
“Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así
de los hombres como de los animales, mío es” esta consagración rememoraba la
liberación de Israel de Egipto a través de la última plaga (muerte de primogénitos) y para
la purificación ritual de María (Levítico 12:7) “y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará
expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a
luz hijo o hija.” María llevó las ofrendas de las mujeres pobres (2 tórtolas, v.24)
- Durante el tiempo de nacimiento de Jesús, al ser llevado a Jerusalén, se producen algunos
encuentros con algunos personajes que veremos a continuación.

1. Un hombre piadoso en una ciudad decadente (v.25-27 a)


“Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y
piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.” v.25
- El nombre Simeón era un diminutivo de Sema-ël, que significa “Dios ha oído”, o también
de Sema-yäb, que sería el Señor ha oído.
- No se dice nada excepcional en cuanto a grandeza humana, Simeón era simplemente un
hombre, que no pertenecía a la alta clase de la sociedad de aquel tiempo.
- El testimonio que se da de él es que era un hombre justo y piadoso.
- No se trataba de religiosidad lo que le hacía piadoso, sino que era así porque vivía una
vida de respeto reverente en relación con Dios. En una sociedad eminentemente corrupta,
alejada de Dios, incrédula a las promesas divinas, hay siempre alguna persona que se
mantiene fiel al Señor y confía en Sus promesas.
- La esperanza de Simeón, era la de Israel, que aguardaba la manifestación del Mesías
prometido. Este hombre esperaba la consolación de Israel. Sin duda la primera
manifestación de esta esperanza era la liberación de los enemigos que afligían a la
nación.
- Lucas dice que el Espíritu Santo era sobre él, Simeón era piadoso y justo, porque el
Espíritu Santo estaba sobre él.
v.26 “Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que
viniese al Ungido del Señor.”
- Nada se dice cuál fue el modo en que el Espíritu reveló a Simeón ese conocimiento, lo que
se manifiesta en el texto es que había tenido esa revelación por el Espíritu.
Simeón estaba sometido al Espíritu Santo, del Espíritu Santo recibió la revelación que no
moriría antes de ver al Ungido del Señor.
Dios revela sus secretos a aquellos que están sometidos a él, así como reveló a Daniel el
sueño del rey Nabucodonosor y a Eliseo se le revelaba los planes del rey de Siria contra el
pueblo Israel. En este contexto aparece también otro título para Jesús, él es el Ungido. La
palabra “Ungido” en el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento proviene de la
palabra que se usa para Cristo. El Ungido del Señor es Jesús, el Cristo. Él es aquel sobre
quien Dios derramó todas sus bendiciones para cumplir con eficacia el designio de Su
voluntad.
27a. “Y movido por el Espíritu, vino al templo.”

- Simeón se dirigió al templo por impulso del Espíritu, Se necesitaba de guía divina para
que coincida en el templo con Jesús, María y José.
- Simeón fue persuadido por el Espíritu para ir y encontrarse con Jesús el momento
preciso.
- El templo comprendido por el atrio, el lugar Santo y el lugar Santísimo. El único lugar a
donde los tres, José, María y Jesús, podían acceder era al atrio de las mujeres.
- Es interesante notar que una persona guiada por el Espíritu de Dios, siempre se dirige al
templo, a la búsqueda de Dios, a la consagración y al servicio.
- . Aquí tenemos un buen cuadro de lo que es la Salvación. Somos salvos cuando recibimos
a Cristo como nuestro Salvador, pero para que esto acontezca tenemos que ser guiados o
«movidos» por el Espíritu Santo. Así como todos nacemos de padre y madre, el nuevo
nacimiento o el nacimiento espiritual se da cuando el Espíritu Santo y la Palabra de Dios
obran en una persona impartiéndole vida espiritual.

2. La salvación que todo hombre debe ver antes de morir (v.27b-30)

“Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al
rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:” (v.27b-28)

- Simeón al encontrarse con Jesús recién nacido, supo en su corazón que era lo que estaba
esperando, supo que era la promesa dada por el Espíritu de Dios. El Espíritu que lo
condujo al templo, también le hizo saber que aquel niño era la esperanza de Israel que por
tantos años había aguardado.
- No pudo esperar más tiempo para tomarlo en sus brazos.
- Debemos abrazar las promesas de Dios en nuestras vidas.

Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra;


Porque han visto mis ojos tu salvación (v.29-30)

- Simeón sabía que ya su momento de partir de esta tierra había llegado, pero no sin antes
ver cumplida la promesa de Dios en su vida. Como hijos de Dios debemos anhelar ver
cumplidas las promesas de Dios en nosotros antes de partir de esta tierra.
- Simeón vio a un niño recién nacido, Simeón vio al Mesías.
- La salvación que Simeón vio, no era una cosa, ni era una acción, la salvación es en una
persona, la salvación es en Jesús y solo en ÉL.

3. La salvación es para todos los hombres (v.31-32)


La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los
gentiles,
Y gloria de tu pueblo Israel. (v.31-32)
- Dios había anunciado por medio de Isaías que a Su Siervo, lo enviaba para ser luz a las
naciones y para que la salvación alcanzase hasta lo último de la tierra (Is. 49:6) “también
te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.”. La
misión del Mesías no era sólo la de levantar a Israel, sino la de ser luz de salvación a
todas las naciones.
- Pero, quien es luz a las naciones es también gloria para su pueblo Israel. Ambas cosas,
luz y gloria deben considerarse como resultados de la salvación de Dios.
- No puede olvidarse que la salvación viene de los judíos (Jn. 4:22) “Vosotros adoráis lo
que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los
judíos”. Dios que escogió a Israel como Su pueblo, le ha dado privilegios y gloria como a
ninguna otra nación de la tierra, y fue elegido para que de él viniera Cristo (Ro. 9:5) “de
quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios
sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén”. Sin embargo, conviene afirmarse en
que la salvación no hace diferencia alguna entre personas, que no son sólo algunos los
que pueden alcanzarla, sino todo aquel que crea (Jn. 3:16).
- Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
- Romanos 10:9-10 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree
para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
- Juan 3:17-18 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no
cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

CONCLUSIONES
- Seamos como Simeón, llevemos una vida justa, piadosa, guiados por el Espíritu Santo.
- Así como Simeón, Dios también tiene promesas para nuestra vida por las cuales debemos
orar que se cumplan antes de partir de esta tierra
- Dios en su misericordia ha permitido que al igual que Simeón tengamos disponible esa
salvación tan grande.

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