Vous êtes sur la page 1sur 5

Envejecimiento y Consciencia

Desde el descubrimiento de la incidencia e importancia del rol que


cumple el sistema nervioso dentro del proceso del envejecimiento, se
han formulado una serie de hipótesis en relación a que éste estaría
predeterminado. Todo este conocimiento sería parte de nuestra
programación genética (ADN) lo cual correspondería a la existencia de
un reloj biológico y ciclos de vida viables en cada especie, cuyos rango
en el ser humano se encontraría entre los 115 a 130 años de edad
aproximadamente. Por lo tanto los genes no sólo son estructuras físicas
sino que son expresiones únicas de conocimiento que trascienden a la
materia.

Los genes son el mecanismos fundamental de la naturaleza, y a


pesar de la predisposición que los definiría, su composición permite
que lo incambiable transmute con cada movimiento, siendo al igual que
nuestros pensamientos, mutables.

Para poder comprender la magnitud de lo anterior es de vital


importancia añadir como factor determinante el concepto de tiempo;
pero ¿qué es el tiempo?
Krishnamurti, un sabio pensador y maestro de la India, llamó al tiempo
“el enemigo psicológico del hombre…”, aludiendo a éste el temor que se
le atribuye al envejecer.

Según la ciencia antigua, se consideró al tiempo, el espacio y los


órganos de los sentidos como si estuviesen en un continuo, principio que
fue derrocado por la teoría general de la relatividad de Einstein. El
tiempo es un mecanismo mental, un constructo, en donde cada uno crea
su propia realidad por lo que la salud y la enfermedad corresponderían
a construcciones provenientes de nosotros mismos. De esto se
desprende que cualquier modificación que se realice a estos constructos
modificaría invariablemente la propia realidad.
Zukav (1981), nos entrega a través de la ciencia (física cuántica),
una verdad que diversas culturas de la filosofía oriental reconoce como
tal, desde tiempos inmemoriales, “Compartimos la paternidad en la
creación de la realidad física”, lo que trajo consigo el quiebre de la
concepción de considerar al hombre como un mero espectador de su
propia realidad. Con la autoridad que le hemos concedido a la ciencia,
ésta nos dice que pusimos nuestra fe en algo erróneo… ellos, tres siglos
después nos explican que han reunido pruebas para la clave y
comprensión del universo…la cual eres tú.

Desde los postulados de la física, Einstein nos transmite, que la


creencia de que la materia era diferente a la energía era falsa, ya que en
sus propias palabras “la energía tiene masa y la masa representa
energía”, del mismo modo que la mente y el cuerpo son indisolubles.

Esa mente que es el propio yo y que a la vez es nuestra


inteligencia consciente, según postula Chopra (1990), sería capaz de
cambiar nuestro destino final. Según el autor nuestras antiguas
suposiciones creadas de experiencias aflictivas son las generadoras de
la enfermedad y el envejecimiento, y estas últimas persisten debido a
mitos y prejuicios que nos condicionan por cultura y enseñanza a ligar la
vejez y la enfermedad.

La conexión psicofisiológica se torna central para comprender que


nuestros pensamientos y nuestras convicciones se transmiten a través
del sistema nervioso central, así como nuestros antiguos pensamientos
echaron raíces en nuestras células.
En el libro Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo, el autor Deepak
Chopra, en el capitulo dos “envejecimiento y consciencia” expone a
través de diversos estudios la relación que existe entre la creencia y el
cuerpo que envejece, lo que además diversos teóricos de la psicología
han concluido.
Prueba de lo anterior, es lo que postula el psicólogo Abraham
Maslow quien dedicó su carrera al estudio de las personas a las que
llamo autorrealizadas, las cuales habían triunfado y la sociedad
premiaba, pero Maslow fue más allá y se interesó en el interior de ellas
descubriendo que tales personas, eran más saludables, felices, y sabias
de lo normal. Éstas habían hecho por si mismas la conexión
psicofisiológica, donde su mente y cuerpo trabajaban juntas para
producir salud (Maslow, 2001).

La conexión psicofisiológica permite un mayor grado de


consciencia, lo que lleva a una focalización de la atención tanto a
emociones positivas, negativas como a situaciones, por lo tanto estas
crecerán en nosotros, lo que se podría manifestar en una fatiga de
consciencia. Chopra citando a Tao Te Ching proclama que “todo lo
flexible y fluyente tenderá a crecer; todo lo rígido y bloqueado se
marchitará y morirá” apoyando tal estado de consciencia.

Por mente consciente el autor entiende aquellos pensamientos


que están bajo nuestro control consciente, de los cuales tenemos
consciencia en forma de ideas.

La fatiga de consciencia, podría estar siendo generada por


procesos sociales derivados de la imitación, este que comienza como un
ciclo individual culmina como uno colectivo. Por lo tanto se entiende que
el cuerpo envejecido o envejecimiento normal responde al
condicionamiento social, el cual es en realidad una serie de síntomas
nacidos de un condicionamiento anormal. La salud es el estado natural
del hombre.

Al hablar de normalidad nos referimos a parámetros y sucesos


establecidos por el ciclo vital y conceptualizados médicamente, lo
anterior hace referencia al concepto de edad biológica, lo que ayuda a
comprender sólo una parte del proceso de envejecimiento. El factor
determinante para revertir este suceso sería la edad psicológica.

Cambiar la edad psicológica involucra factores personales y


sociales que se mezclan enmarañados y hacen que exista una confusión
entre donde se pone la atención la cual centra la consciencia en una
percepción local, y la intención la que provoca un cambio en dicha
percepción, ambas generalmente aprendidas socialmente.

Desaprender involucra saber lo que queremos promover en


nosotros, lo que nos es positivo, lo que progresa, lo que evoluciona y lo
que realza la vida. No obstante la intención de vivir según esa norma,
depende de la conexión psicofisiológica y de crearnos un hábito
espontáneo de rechazar todos los tipos erróneos de funcionamiento y
de promover los correctos.

Cuando dejemos de interferir y seamos lo suficientemente hábiles


para permitir que la conexión psicofisiológica trabaje para nosotros y no
en nuestra contra, la mente se dirigirá con rapidez hacia la salud
perfecta. Esto nos hará adaptables, librándonos de las respuestas
condicionadas, y creándonos hábitos saludables.

Vous aimerez peut-être aussi