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CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y ORGANIZACIONES INTERNACIONALES DE APOYO A LA DEMOCRACIA

Nosotros, los ciudadanos de la República de Nicaragua que somos amantes de la democracia y del Estado de Derecho, nos sentimos en la obligación y la
necesidad de denunciar ante la opinión pública internacional los constantes abusos y violaciones a nuestros derechos y libertades, y a nuestra Constitución por
parte del ciudadano Presidente Daniel Ortega Saavedra.

El Presidente Ortega intenta perpetuarse en el poder a toda costa y convertirse en la cabeza de una nueva dinastía al mejor estilo de la familia Somoza, que
tanto dolor, lágrimas y sangre dejó a nuestro pueblo. Y al mejor estilo de esa familia, se ha enriquecido enormemente, y de una forma vertiginosa se ha
convertido en un magnate que posee empresas de todo tipo. Para conseguir sus objetivos, está utilizando todos los medios a su alcance, principalmente los que
le han sido facilitados por el contubernio que mantiene con el ex-Presidente Arnoldo Alemán Lacayo, líder del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), y quien
proporciona una parte de los funcionarios serviles y corruptos que controlan los cuatro Poderes del Estado.

Al igual que Anastasio Somoza, Daniel Ortega está logrando hacer que la Policía Nacional y el Ejército pierdan la incipiente neutralidad que estaban
consiguiendo, al “alinearlos” al partido que ha convertido en propiedad suya y de su familia, y ha transformado a estas dos instituciones en cómplices de los
abusos de su gobierno y de sus “ turbas” que son utilizadas como arma para atemorizar y desanimar, por medio del terror y la violencia, cualquier movimiento
de protesta o manifestación pública que la ciudadanía intente realizar.

La ciudadanía está indefensa ante la persecución y hostigamiento de diversas formas, de cualquier persona que no simpatice con su gobierno/partido. No es
posible sentirse seguros bajo un gobierno que se queda mudo y no da explicaciones ni aclaraciones sobre las “oportunas” muertes de personas que
participaban en política, pero que no estaban mostrando disposición alguna a agachar la cabeza y obedecer y actuar a la conveniencia de Ortega.

En los 80’s Ortega controlaba a la ciudadanía por medio de los Comités de Defensa Sandinista (CDS). Hoy el FSLN ha creado los llamados Consejos del Poder
Ciudadano (CPC), que bajo el mando de Rosario Murillo, (la poderosa mitad del binomio Ortega-Murillo), constituyen el nuevo esquema organizativo para
ejercer la “democracia directa”, y cuyos supuestos objetivos son desarrollar y ejecutar los proyectos sociales del gobierno (Hambre Cero, Usura Cero, Casas
para el Pueblo, etc.) Estos Consejos están integrados por gente fanatizada que ha sido comprada mediante prebendas y la facultad de ejercer el poder al
desplazar la autoridad de los funcionarios debidamente nombrados en los Ministerios, Entes Autónomos y Alcaldías, con lo que el matrimonio Ortega-Murillo
eventualmente controlará absolutamente todo desde su casa/Despacho Presidencial/Secretaría del FSLN.

En todas y cada una de las entidades estatales y oficinas públicas, el gobierno de Ortega ha despedido a personal capacitado y con conocimiento y experiencia,
y los ha reemplazado por gente sin preparación pero que son comprobados Sandinistas/Orteguistas y obedecen ciegamente a él y al Partido.

Daniel Ortega está también manipulando la Fe Católica que profesan la mayoría de nicaragüenses, mediante la influencia que el corrupto y ya tristemente
célebre Cardenal Miguel Obando y Bravo todavía pueda tener sobre las masas, y quien se ha plegado a los designios y caprichos del dictador, a cambio de
beneficios económicos y poder para él y para su protegido, el repudiado, despreciado y detestado Presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE), Roberto
Rivas Reyes.

El Presidente Daniel Ortega Saavedra se alzó con una victoria amañada en las Elecciones Municipales de Noviembre del 2008, con la directa y total colaboración
del Consejo Supremo Electoral (CSE), presidido por Roberto Rivas Reyes, uno de los principales artífices del fraude en dichas elecciones, y quien continúa a la
cabeza de dicho Consejo, a pesar de habérseles vencido su período tanto a él como al resto de Magistrados. Este mismo Consejo Supremo Electoral, ilegal y
corrupto, el 28 de Octubre recién pasado convocó a elecciones para elegir al Presidente, Vice-Presidente, Diputados nacionales y departamentales ante la
Asamblea Nacional y ante el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), sin importar que no han sido legalmente electos para continuar en sus respectivos
cargos, y que aún a estas alturas, la mayoría de votantes de las elecciones robadas del 2008, seguimos esperando que nos expliquen que sucedió con los miles
y miles de votos y todas las Juntas Receptoras que “misteriosamente” desaparecieron. Por supuesto, nosotros sabemos muy bien qué sucedió con ellos. Hay
muchas fotografías que dan constancia de miles de votos que fueron lanzados a diversos basureros cuando se dieron cuenta de que no estaban ganando como
esperaban, y cometieron errores garrafales en sus intentos desesperados de retener el poder.

El Presidente Ortega está legalmente y expresamente inhibido por nuestra Constitución para participar en las próximas elecciones del 2011, por lo que el y sus
secuaces se las han arreglado para hacer mil y una reformas a nuestra Constitución de modo que pueda salirse con la suya y reelegirse para otro quinquenio, en
lo que claramente seria la entronización de una nueva dictadura: La de la familia Ortega-Murillo. O como ellos lo llaman, “El Pueblo Presidente” o “El Gobierno
de los Pobres”. Esto último está cobrando mucho sentido ahora, ya que este gobierno nefasto y corrupto ha convertido en pobres a todos los nicaragüenses.

Nicaragua ha sido convertida por Ortega, en refugio de delincuentes y terroristas internacionales, a quienes su gobierno les brinda todo tipo de ayuda y
protección, con más diligencia y comedimiento que a los mismos nacionales. Y por si eso fuera poco, nos está volviendo unos siervos del dictador venezolano
Hugo Chávez, a través de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) y de la ayuda que presta supuestamente para el pueblo, la cual está siendo usada para
único beneficio y enriquecimiento de Daniel Ortega, su familia, partido y allegados. En fin, está adueñándose poco a poco y contundentemente de Nicaragua
entera, la que, de consumar el fraude que él y sus incondicionales planean, pronto será su hacienda particular, irónicamente emulando las intenciones de
Anastasio Somoza Debayle en su época.

Tristemente, señores, los nicaragüenses estamos siendo pisoteados y despojados de toda esperanza para el futuro nuestro y de nuestros hijos, debido al nuevo
pacto de Daniel Ortega con Arnoldo Alemán, puesto que ambos saben que sus probabilidades de ganar en las elecciones del 2011 no son muy altas. Daniel
Ortega cuenta únicamente con un 38% de los votos (el voto cautivo) o quizás un poco más que eso debido a las estrategias y políticas populistas que ha
adoptado en los últimos meses con el fin de hacerse con un número mayor de seguidores, pero sabe que tiene en contra a la inmensa mayoría que de aliarse
bajo una sola bandera partidaria, daría al traste con sus sueños de convertirse en el Fidel Castro de Centroamérica.

Producto del pacto, Arnoldo Alemán Lacayo consiguió ser amnistiado y dejado en libertad sin cumplir la condena de 20 años que se merecía cien veces, y ahora
de ex-convicto ha pasado a ser nuevamente un candidato a la Presidencia de la República. A pesar de ser rechazado por la mayoría del pueblo, que jamás le
perdonará haberlo traicionado al haber actuado en contra de los intereses del mismo, se ha mantenido empecinado en no ceder su lugar a nadie más dentro de
su partido, y se ha auto-erigido como el único líder capaz de derrotar a Daniel Ortega.

Lo cierto es que Daniel Ortega Saavedra y Arnoldo Alemán Lacayo tienen ya escrito el final de la historia, y este es uno en el que Ortega gana las elecciones y
Alemán conserva sus cuotas de poder político y económico, además de su libertad, a cambio de hundir a Nicaragua todavia más en la miseria y la desesperanza
que todo gobierno izquierdista/populista trae consigo.

Con este fin, se han estado llevando a cabo todas las componendas, sobornos, extorsiones, chantajes y demás arsenal de triquiñuelas que el FSLN de Ortega
acostumbra usar, para lograr que en una futura sesión de la Asamblea Nacional sea aprobada su re-elección, y de este modo darle a su plan una cierta
semblanza de “legalidad”.

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El plan del Presidente Ortega es tan maquiavélico que incluso se ha provocado deliberadamente una crisis política con el vecino país del sur, Costa Rica, para
poder tapar todas las violaciones y barbaridades que está cometiendo y así tranquilamente organizar su fraude, mientras desvía la atención pública del proceso
electoral del 2011 e intenta disminuir el revuelo que ha desatado entre el pueblo la actuación de un Consejo Supremo Electoral (CSE) que ya no goza
absolutamente de ninguna credibilidad. De paso, manipula nuestros sentimientos patrióticos para tratar de conseguir nuestro total apoyo, lo cual le permitiría
además, convertirse en "el gran defensor de nuestra soberanía".

En medio de todo este caos social y económico que reina en el país, hemos vislumbrado un rayo de esperanza al surgir un candidato con suficiente influencia
sobre el electorado como para unificar el voto de los otros partidos y el de “los sin partido”, en la persona de un muy conocido y popular periodista de la
radiodifusión nicaragüense, el Sr. Fabio Gadea Mantilla. Este candidato gana más simpatías cada dia que pasa y podría poner a Nicaragua en el rumbo de la
democracia nuevamente, de no ser por el capricho y las mañas de Daniel Ortega y su socio en el pacto, Arnoldo Alemán, quienes sin ninguna duda han
empezado a poner obstáculos y zancadillas a quien sería la única opción para captar el voto de la “mayoría silenciosa” e iniciar lo que el llama “La Revolución
de la Honestidad”.

Por todo lo antes expresado, estamos pidiendo ayuda a toda la Comunidad Internacional y a todos los Organismos Internacionales de Apoyo y Protección a la
Democracia, para que ejerzan algún tipo de presión sobre el gobierno de nuestro país con todos los medios que tengan a su alcance, de forma que sea
persuadido de permitir la observación internacional en las próximas elecciones, y que cesen las violaciones a la Constitución y a los derechos de los
nicaragüenses.

Si las naciones democráticas no nos auxilian en esta empresa de salvaguardar la pureza del proceso electoral del 6 de Noviembre del 2011, Nicaragua podría
estar indefectiblemente perdida en todos los sentidos, pues ya Daniel Ortega con sus actitudes dictatoriales y sus pobres decisiones, ha venido realizando su
mejor esfuerzo para aislarnos, provocando el retiro de la ayuda de la Comunidad Europea, y ahuyentando la inversión extranjera que tanto necesitamos para
nuestro desarrollo económico y social.

Nicaragua está siendo saqueada, violada, escarnecida, y reducida a su más mínima expresión por aquellos malos hijos que juraron defenderla y protegerla. Los
nicaragüenses estamos cansados de soportar tantas vejaciones, tanta pobreza y tanto desempleo, y de no poder ofrecer un futuro decente a nuestros hijos.
Estamos cansados de tener que emigrar para buscar una vida mejor, y de ser testigos impotentes de cómo todo lo que más valoramos es impunemente
destruido y pisoteado. Estamos cansados de buscar justicia y jamás encontrarla y más bien terminar siendo victimizados por el mismo sistema que está
supuesto a defendernos.

Y como corolario de todo lo antes expuesto, el Presidente Daniel Ortega envió tres iniciativas de Ley el pasado 26 de Noviembre a la Secretaría de la Asamblea
Nacional, solicitando trámite de urgencia de las mismas, con la intención de que sean aprobadas a más tardar el próximo lunes 6 de Diciembre del 2010. Ortega
asegura que tiene los votos necesarios para su aprobación. Lo grave de esto es que dichas iniciativas de ley violentan la Constitución Política, especialmente en
lo pertinente a derechos ciudadanos fundamentales. Tanto apuro solo puede deberse a que estas leyes le permitirían llevar a cabo el reclutamiento forzoso de
los ciudadanos (expresamente prohibido en el Artículo 96 de nuestra Constitución) y además, supeditar el poder civil al poder militar. Con esto, se acerca un
paso más a la instauración de su dictadura.

Los nicaragüenses no deseamos que se derrame más sangre, no queremos más guerra ni más violencia. Tampoco queremos ver a nuestros jóvenes siendo
forzados a alistarse en el ejército para que un dictador vea coronados sus sueños de gloria a costas de nuestro dolor. Solo pedimos una oportunidad, un respiro
en esta cadena de desgraciados gobiernos que nos han esclavizado y exprimido, para poder demostrarle al mundo que sí es posible hacer realidad nuestros
sueños de democracia, paz y libertad. Deseamos que se nos respete nuestro derecho a la libre elección de nuestro destino, y que prevalezca la voluntad de la
mayoría. Ya no queremos dictaduras ni imposiciones. Queremos paz, y eso depende directamente de que nuestros mas elementales derechos ciudadanos y
humanos sean respetados. ¡No a la Reelección! ¡No al Continuismo! ¡No a la Dictadura!
No al Socialismo del Siglo XXI!!!

Resistencia Nicaragüense

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