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GL 61A Geología de Campo II, Semestre de Otoño año 2007.


(15 UD) Horas Semanales: 7.5

Profesor: Victor Maksaev, Geólogo, Ph.D.

Objetivo del curso

El curso Geología de Campo II es un curso de carácter práctico en el que el alumno debe


demostrar su capacidad para realizar un levantamiento geológico, poniendo énfasis en los
principios, conceptos y técnicas de levantamiento en terreno y su representación
cartográfica-geológica. El mapeo geológico consiste en la representación gráfica de las
características geológicas de un sector de la superficie terrestre, con su estructura y
relaciones de contacto. El mapeo es fundamental para la solución de problemas
estratigráficos y estructurales, así como a la prospección de recursos minerales.

Este es un curso de síntesis, donde el alumno debe aplicar todos los conocimientos básicos
adquiridos durante sus estudios de la carrera de geología. Es requisito, además del trabajo
de terreno, la confección de un mapa geológico, con sus respectivas secciones geológicas
interpretadas (en forma consistente con el mapa y con la misma escala horizontal y
vertical), la elaboración de un informe geológico de nivel profesional y la presentación de
los datos obtenidos en una charla al final del semestre.

Dado que Geología de Campo II es un curso avanzado de la carrera de Geología los


alumnos se suponen capacitados para realizar un levantamiento geológico de terreno
(mapeo) y se espera también que sean capaces de comprender por si mismos el entorno
geológico del área a estudiar y caracterizarla adecuadamente en una representación
cartográfica (mapa geológico). En otras palabras, se espera que los alumnos lideren el
estudio en terreno con el apoyo y guía de los profesores (cátedra y auxiliar) y no sean
entes pasivos esperando instrucciones.

En este curso el objetivo primario es desarrollar en forma práctica los métodos de mapeo
geológico de campo. Se realizará una salida a terreno de 14 días de duración (24 de Abril a
7 de Mayo del 2007 en la zona de la Quebrada Asientos III Región) en la cual se efectuará
un levantamiento geológico a escala 1:25.000, para lo que se utilizará fotografías aéreas
color a escala 1:20.000, una base topográfica 1:50:000 del Instituto Geográfico Militar y
como apoyo una imagen de satélite. La información obtenida en terreno debe ser vertida en
un mapa geológico con la adecuada simbología y leyenda. El trabajo de terreno deberá
producir un mapa geológico que represente debidamente las unidades estratigráficas
mapeadas, los cuerpos intrusivos y estructura geológica existente. Se deberá realizar la
interpretación de secciones geológicas del área levantada y se redactará un informe
describiendo la geología y la interpretación de la historia geológica del sector estudiado. El
énfasis del informe debe ser en la presentación e interpretación de los datos obtenidos en
terreno.

Mediante la experiencia del curso, se espera que los estudiantes aprendan realizando un
trabajo geológico en una situación real y demuestren capacidad en lo que se refiere a
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técnicas de observación en terreno, mediciones e identificaciones suficientes como para


elaborar mapas geológicos de las rocas aflorantes, sedimentos superficiales y formas del
relieve. El cumplimiento de esas labores será evaluado en base al mapa geológico
producido, sus respectivas secciones y columnas estratigráficas y los informes individuales
preparados por los estudiantes.

Requisitos

1. La asistencia diaria y participación activa en todas las salidas a terreno y actividades


relacionadas. 25% de la nota final (promedio de calificación por apreciación de
profesor de cátedra y del auxiliar).
2. Mapa geológico, secciones geológicas interpretadas y columna estratigráfica
respectiva. 30% de la nota final.
3. Informe final 30% de nota final.
4. Presentación verbal (charla) del trabajo realizado y las conclusiones que emanan del
estudio una vez concluido (fin de semestre). 15% de la nota final.

Materiales

Los mapas serán elaborados sobre una base de fotografías aéreas, escala 1:20.000, mapas
topográficos y una imagen de satélite. Estos materiales les serán entregados conforme sea
necesario.
El equipo de campo mínimo que necesita cada integrante del grupo se enlista en la
siguiente tabla.

Equipo geológico personal (brújula, martillo, lupas, lápices, porta-mapa, etc.)


Equipo adicional
(por persona o grupo, previo acuerdo)
Libreta de terreno
Carpa para acampar (y los accesorios necesarios para lo mismo, como linterna, etc.)
Lápices (duros y suaves)
Gomas (duras y suaves)
Saco de dormir
Artículos de aseo personal
Lápices de colores
Ropa para campo (frío y calor; incluyendo sombrero/gorra, bototos, etc.). La zona de
estudio es desértica de altura y en la época de la salida a terreno pueden haber tanto días de
calor (sobre todo en las quebradas) como días de frio y viento (sobre todo en los cordones
montañosos).
Un buen calzado (bototos) es importante para el trabajo de terreno, ya que se debe caminar
por terrenos montañosos y basta una espina de cactus clavada en un pie para limitar
severamente la capacidad de moverse y realizar el trabajo encomendado.
Utensilios para la comida y cubiertos
Lupa (10-14X)
Cantimplora
Brújula con clinómetro integrado
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Mochila para trabajo de campo


Martillo

Plumón (para marcar rocas)


Bolsas para muestras
Corchetera o similar para cerrar bolsas

¿Qué es Geología de Campo?

La geología de campo es aquella que se desarrolla en terreno (campo) esencialmente para la


obtención de datos (información geológica). Las rocas, minerales, sedimentos y suelos
están en terreno y es allí donde pueden observarse. Entonces, la geología de campo
consiste en los métodos para observar, describir e interpretar las estructuras y materiales de
los afloramientos.

La metodología para la recolección de información en terreno depende esencialmente del


propósito específico del trabajo de terreno y su escala. Algunos estudios pueden ser tan
simples como visitar un afloramiento específico o cantera, realizando notas y dibujos
esquemáticos de las relaciones entre ciertas rocas y/o recolección de algunas muestras.
Otros trabajos requieren de varias semanas o meses de mapeo geológico, muestreo
sistemático; además de una cuidadosa integración de información de terreno y datos
laboratorio.

Uno de los propósitos más comunes del trabajo de campo es la confección de mapas
geológicos y sus respectivas secciones. En este caso es muy importante la identificación
de las rocas aflorantes (litología), la estructura de las mismas (medición de rumbo y manteo
de estratos) o de la zona (medición de rumbos y manteos de fallas y/o fracturas), así como
determinar su extensión areal, relaciones de contacto con otras rocas y representarlas
cartográficamente en forma correcta (simbología y códigos de colores). El mapeo
geológico es tan esencial que para muchos es considerado sinónimo de geología de
campo.

Sin embargo, existen otros estudios de terreno que no necesariamente son de mapeo
geológico propiamente tal. Por ejemplo, también es posible representar cartográficamente
características específicas de las rocas como alteración hidrotermal, mineralización,
estructuras o medidas estructurales, composición química, características geofísicas, etc.

En estudios de detalle es virtualmente imprescindible representar distintos tipos de


información en mapas separados, los que tradicionalmente se han realizado y todavía se
realizan en medios transparentes para que puedan sobreponerse encima de un mapa
geológico o topográfico base para interpretar la información que representan. Sin embargo,
en la actualidad existen los Sistemas de Información Geográfica (SIG o “GIS” en inglés)
que son bases de datos computacionales diseñadas para el manejo de información
georeferenciada. En los SIG los datos se manejan en distintas capas de información
(“layers”), las que se pueden combinar a voluntad del operador de acuerdo a algún
propósito específico (por ejemplo, se puede combinar datos de geología con geofísica y/o
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geoquímica). Estos sistemas permiten el manejo de grandes volúmenes de datos. Sin


embargo, el geólogo sigue siendo quien debe proveer la información (datos de terreno) para
incorporarla a la base de datos georeferenciada (las capas del SIG). Se debe tener en cuenta
que el propósito primordial del curso de Geología de Campo es realizar un ejercicio
práctico de recoger información en terreno e integrarla en un mapa geológico y las
respectivas secciones, interpretándola adecuadamente. El manejo de información
georeferenciada se facilita a al realizarlo en forma computacional, pero es esencial la
obtención de dicha información en terreno, donde es imprescindible la observación del
geólogo.

Muchas características geológicas no son obvias en terreno, por ejemplo muchos pliegues,
fallas o discordancias solo pueden descubiertas por el mapeo geológico sistemático y
aunque estas estructuras geológicas puedan ser eventualmente visibles en algún
afloramiento ellas deben mapearse en áreas extensas para comprenderlas a cabalidad. Los
mapas geológicos sirven para construir secciones geológicas que nos permiten visualizar lo
que ocurre en subsuperficie y los mapas geológicos y respectivas secciones son el medio
ideal de representar una gran cantidad de información para otras personas. Mucho del
trabajo práctico del geólogo consiste en la interpretación y representación de información
geológica en mapas y secciones a distintas escalas, independientemente que esto se realice
en papel o mediante el uso de un computador en forma analógica o numérica.

Aunque el mapeo geológico es esencial para el estudio de campo, las observaciones


hechas en afloramientos individuales son fundamentales. Para poder mapear rocas estas
deben ser primero identificadas y se debe determinar si son representables a una
determinada escala. En este curso la escala de trabajo será 1:25.000, lo que significa que 1
mm en el mapa equivale a 25 m en terreno. Esto implica que unidades de roca de pocas
decenas de metros de extensión no pueden ser representadas adecuadamente en el mapa
geológico a dicha escala; por ejemplo, esto es aplicable a diques, pero su eventual presencia
debe ser descrita en el informe, así como su litología y su orientación preferencial si es que
tienen alguna.

Muchas relaciones genéticas de las rocas solo se pueden comprender después de una
observación cuidadosa de los afloramientos. Por ejemplo, si se presenta una roca ígnea
concordante dentro de una secuencia estratificada de rocas sedimentarias ella puede
corresponder a tanto a una colada de lava como a un sill, solo una detallada observación de
uno o varios afloramientos nos puede definir cual es la alternativa correcta.

Por otra parte, una de las tareas importantes de los geólogos es realizar o supervisar
muestreos en terreno. Estos pueden ir desde la recolección de fragmentos de rocas que
sirvan para apoyar la descripción de las rocas en terreno con estudios más finos en gabinete
mediante lupa de mayor aumento o en secciones transparentes, muestreos paleontológicos
de fósiles y hasta muestreos sistemáticos de afloramientos o trincheras en el caso de
yacimientos minerales o proyectos de exploración minera (en este caso usualmente para su
análisis químico). Toda muestra geológica debe tener una identificación (usualmente un
código y un número correlativo) y un registro que puede ser gráfico como la ubicación en
un plano topográfico o numérico en coordenadas (x,y,z) o idealmente ambos. Las
muestras sin identificación o sin datos de ubicación no sirven para nada y son un gasto
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inútil. Además, cualquier muestreo que realice un geólogo debe tener en consideración la
representatividad de la muestra. Aunque sea un fragmento de roca para un estudio
petrográfico macro o microscópico es necesario que dicho fragmento sea representativo de
la unidad que se intenta describir. Es relativamente frecuente que durante el trabajo de
terreno se extraigan muestras de aquellas rocas que son raras, en desmedro de aquellas que
realmente son representativas de las unidades de rocas relevantes de una zona, lo que puede
redundar en un sesgo respecto a la realidad geológica que se intenta representar.

El trabajo de terreno es intrínseco de la geología y no es raro que algunos geólogos,


sobre todo aquellos que trabajan en exploración minera, pasen largos períodos en terreno
(con todos los problemas que ello implica para la vida familiar o emocional). La
observación, medición, descripción, representación gráfica y muestreo geológico debe
hacerse en el campo (aunque campo pueda significar realizar observaciones en una mina
bajo tierra). El geólogo debe ser capaz de recoger toda la información necesaria para el
propósito específico que está realizando, mapeo geológico, estudio estratigráfico, análisis
estructural, mapeo de estructuras mineralizadas, etc. Obviamente un especialista en un
determinado tema podrá obtener más información de un afloramiento respecto de ese tema
específico que un novato o un geólogo no especializado. Sin embargo, poner un geólogo
en terreno representa un costo significativo, por lo que un geólogo debe obtener toda la
información que requiere recolectar de un afloramiento en una sola visita y registrarla
adecuadamente (anotarla en una libreta, obtener fotografías si corresponde o un esquema
dibujado). El geólogo que debe regresar a un afloramiento porque le faltó información de
una observación previa es un profesional ineficiente.

Estudios de Campo y el Método Científico.

Debido a que el geólogo está observando continuamente relaciones y haciendo


interpretaciones en el campo su metodología general puede compararse al clásico método
científico.

En su forma convencional, el método científico consiste en varias etapas. El investigador


primero observa y recolecta datos. Entonces formula una hipótesis para explicar esos
datos. Luego pone a prueba la hipótesis en todas las formas posibles, particularmente
estudiando relaciones adicionales que pueden ser predecirse basadas en ellas. Si la
hipótesis resiste se la considera tentativamente verificada y si no, tiene que formularse otra
hipótesis y ponerse nuevamente a prueba.

En estudios geológicos es más efectivo trabajar con hipótesis múltiples de trabajo porque
entonces es posible descubrir antagonismos mutuos o inconsistencias entre las hipótesis y
desarrollar pruebas que necesariamente eliminaran algunas de las alternativas para
consideración posterior. El poner a prueba las hipótesis es entonces un proceso de
eliminación, al menos hasta que se eliminen todas las hipótesis menos una. Si se utiliza una
sola hipótesis, o si una se adopta demasiado rápidamente existirá la tendencia de pasar por
alto evidencia que podría descartarla. Por ejemplo, en un afloramiento de granodiorita y
afloramientos vecinos de andesita, la tendencia inmediata es pensar que la granodiorita
intruye a las andesitas, pero la aceptación a priori de esta relación puede pasar por alto
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otras alternativas, tales como un contacto por falla o un contacto por depositación de las
andesitas sobre la granodiorita. Por lo que el geólogo debería partir considerando las tres
hipótesis como posibles y de acuerdo a las relaciones observadas en terreno descartar
aquellas que no son válidas.

Una razón para considerar muchas hipótesis en terreno es que los afloramientos no pueden,
ni deberían ser re-visitados para probar cada nueva idea. Además, los distintos tipos de
datos pueden estar tan interrelacionados que deben estudiarse en conjunto para poder
entenderse. Por lo tanto, los estudios de terreno deben ir mucho más allá de un simple
mapeo o recolección de muestras o estructuras. Aun una muestra de roca carecerá de
significado potencial si no se selecciona a la luz de todas las características asociadas. Es
necesario usar la imaginación en terreno y ser objetivo en el afloramiento (la subjetividad o
asumir relaciones entre unidades de rocas conduce a conclusiones erróneas!). A veces
ninguna de las hipótesis funciona porque los datos se recolectaron en base a supuestos
incorrectos o porque la información fue clasificada sin consistencia en un mapa. Otras
veces las hipótesis planteadas son demasiado simples para explicar eventos naturales, y
deben considerarse alternativas más complejas.

A menudo se bromea en el sentido que en terreno pueden haber más interpretaciones que
geólogos y mientras más geólogos hay en terreno, menos acuerdo existe respecto al
significado de la geología. La razón natural de las divergencias entre geólogos deriva del
hecho que un conjunto dado de datos geológicos de terreno puede interpretarse de distintas
maneras, es decir es frecuente que sean factibles múltiples hipótesis. Sin embargo, es obvio
que la realidad es una sola y si un geólogo no hace el esfuerzo de eliminar alternativas
incorrectas todas pueden aparecer como válidas.

Por otra parte, es muy importante, tanto en terreno como en los respectivos informes
geológicos, separar siempre los datos objetivos de las interpretaciones que surgen de
ellos. Si en un afloramiento se encuentra una brecha, se debe determinar su ubicación,
extensión, sus características petrográficas, observar dentro de lo posible sus relaciones de
contacto con otras rocas circundantes y representarla adecuadamente en un mapa. La
brecha y sus características físicas distintivas (tamaño de fragmentos, color, tipo y cantidad
de matriz, etc.) son datos que deben ser adecuadamente presentados (descritos) en el
informe. Por otra parte, la brecha puede ser producto de una explosión, de fenómenos
hidrotermales, de falla, ser sedimentaria, de remoción en masa (derrumbe), etc. Por lo
tanto, su origen se interpretará acorde a sus características observables y a su distribución
en un plano geológico. Esto debe ser expresado adecuadamente en el informe. (¡no
mezclar datos e interpretaciones en las descripciones de las unidades mapeadas!)

Interpretación de relaciones complejas.

Las características geológicas simples como las que se encuentran en libros de texto rara
vez se encuentran en terreno. Incluso características geológicas que a primera vista pueden
parecer simples habitualmente tendrán complejidades que aun siendo pequeñas serán
importantes. Esas complejidades no son impedimentos, ellas a menudo son la clave para
entender una asociación de características geológicas.
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Una de las complejidades se presenta cuando hay dos procesos han actuado al mismo
tiempo. Por ejemplo la meteorización de una roca es un efecto de varios procesos
químicos y mecánicos. Para comprender el proceso global es necesario entender como
cada proceso actúa independientemente y entonces considerar como los procesos podrían
modificarse uno al otro. Examinando varios afloramientos es probable encontrar lugares
donde uno solo de los procesos es dominante.

Un segundo tipo de relación compleja es cuando hay sobreimposición de dos o más


eventos geológicos. La determinación de la edad relativa a partir de este tipo de
afloramientos permite determinar la historia geológica. La edad relativa se determina
simplemente observando como características antiguas han sido afectadas por las más
nuevas. Por ejemplo una secuencia plegada cortada por un dique; si el dique no está
plegado significa que intruyó con posterioridad al plegamiento y, a su vez, el plegamiento
ocurrió con posterioridad a la depositación de la secuencia plegada. La presencia de vetas
mineralizadas frecuentemente revela también superposición de eventos geológicos, las
vetas se forman a lo largo de fallas pre-minerales (tectónica previa) desarrolladas en rocas
pre-existentes, los planos de las fallas permiten o controlan el emplazamiento de magmas a
niveles corticales someros y la circulación de fluidos hidrotermales, lo que lleva a la
precipitación de minerales de mena y alteración hidrotermal asociada. Esto permite
reconstruir la secuencia de eventos geológicos registrados: depositación de las rocas (Ej.
volcánicas) → fallamiento → circulación hidrotermal → mineralización → denudación
(producto de la cual es posible observar las vetas en la superficie en la actualidad).

Un serio error que debe evitarse estudiando detalladamente relaciones de edad es concluir
que ciertas características tienen una relación genética simplemente porque ellas están
asociadas cercanamente en el espacio. Es fácil incurrir en éste error si la asociación calza
con una teoría bien establecida. Por ejemplo, si una veta de cuarzo está asociada con rocas
córneas en un área dada, será tentador concluir que el metamorfismo de contacto y la veta
de cuarzo fueron producto de un mismo agente (un magma intrusivo). Sin embargo, un
estudio detallado podría mostrar que la veta también se encuentra en rocas mucho más
jóvenes y no estar relacionada genéticamente al metamorfismo de contacto. A lo mejor su
asociación con las rocas córneas se debe a que estas se fracturan más fácilmente.

Los afloramientos son a veces tan complejos o tan escasos que no se puede llegar a
conclusiones ciertas basado en el estudio de campo. Sin embargo, el estudio todavía puede
ser de gran valor si las observaciones se describen en un informe en forma completa. En
muchos casos un geólogo puede exponer las distintas hipótesis posibles y establecer la
probabilidad de cada una. Las dudas podrían ser resueltas más adelante cuando haya más
disponibilidad de datos o cuando se hagan pruebas de laboratorio o modelos matemáticos.

Planificación de una campaña de terreno

Las campañas de terreno generalmente involucran tres etapas:

Planificación (pre-terreno)
Mapeo, observación y recolección de muestras (en terreno)
Escritura del informe (oficina)
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La efectividad del trabajo de terreno está determinada, en gran medida, por la etapa de
planificación. Hay pocos casos en los que un geólogo puede estudiar detalladamente todo
tipo de datos y sus relaciones. Por lo tanto, debe seleccionar el objetivo de su estudio y
planificar su trabajo de modo que se recolecten los datos más pertinentes a dicho objetivo.
Por ejemplo, no tiene sentido describir detalladamente los fósiles presentes en una capa de
caliza, cuando el objetivo primario es determinar su contenido de CaCO3 para su eventual
uso en la fabricación de cemento. Es esencial saber cual es el objetivo de un proyecto
dado; el propósito debe ser simple y claro desde el principio, como en algunos estudios de
depósitos minerales. En estudios puramente científicos, el propósito debe establecerse
luego de considerable lectura, discusión y pensamiento. Además, de un objetivo principal
pueden existir varios objetivos subsidiarios, los cuales a menudo son difíciles de evaluar
hasta que el trabajo de terreno está bastante avanzado.

Es recomendable planificar un proyecto de tal manera que el objetivo pueda ser expandido
o cambiado en un grado razonable durante la campaña de terreno. Por esta razón, puede ser
adecuado llevar a terreno una cantidad moderada de equipo extra y de provisiones. Aunque
los pasos específicos pueden variar, las siguientes recomendaciones generales deben ser
consideradas en la planificación de campañas de terreno.

1.- Determinar si otros geólogos están trabajando en o cerca del área de interés consultando
a los organismos estatales y compañías y colegas apropiados. Conversar con ellos para ver
si el nuevo estudio podría duplicar inútilmente un trabajo ya realizado por ellos.

2.- Acumular y estudiar informes y mapas de la región para obtener una comprensión de las
características generales de la geología y la geografía. Determinar lo que se conoce,
específicamente del problema y relaciones que caen dentro del objetivo específico del
estudio en planificación.

3.- Visitar el área para reconocer su topografía y geología y para obtener los permisos para
acampar, mapear y recolectar muestras. Si una visita no es posible, hay que hacerse una
idea de estas cosas tan completa como sea posible a partir de conversaciones, discusiones o
datos publicados.

4.- Determinar las escalas y cantidad de mapas y fotos aéreas del sector. Si esas no proveen
una base adecuada para el mapeo geológico, hay que considerar que medios se usarán para
construir un mapa. ¿Se requerirá un mapa topográfico con curvas de nivel?, ¿Cuál será la
escala más pequeña que será útil?, ¿Cuál será el método de levantamiento más eficiente o le
dará suficiente precisión al trabajo?

5.- Evaluar el programa y costos del proyecto. Para hacerlo efectivamente, hay que
considerar no solo los procedimientos de mapeo, sino que también la calidad de exposición
de las rocas, que tan accesible es el área desde el campamento base o la oficina, y en que
grado el tiempo puede interferir con el trabajo de terreno (los costos pueden involucrar
sueldo y viático del geólogo, sueldos del(los) ayudante(s), uso de vehículo, combustible,
alimentación, pasajes, alojamiento, equipo de terreno, transporte de muestras, arriendo de
animales, etc.).
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6.- Ordenar mapas, fotos aéreas y los equipos de terreno y oficina necesarios, dejando
suficiente tiempo para que estos puedan ser enviados.

7.- Leer críticamente todos los informes pertinentes del área, así como libros o
publicaciones que presenten ideas básicas y métodos congruentes con el proyecto.
Acumular una biblioteca de terreno lo más completa posible y copie la parte de interés o
haga un resumen de aquello que no puedan llevarse a terreno.

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U.CHILE Geología 550.88 C738 1 Libros Colección General
U.CHILE Geología 550.88 C738 2 Libros

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U.CHILE Ingeniería Civil 551 C739 1970 1 Colección Reserva
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U.CHILE Ingeniería Bca. Central 551 L95E 1960 1 Libros Colección General
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U.CHILE Ingeniería Bca. Central 551 L95E 1960 2 Libros
U.CHILE Ingeniería Bca. Central 551 L95E 1960 3 Libros
U.CHILE Ingeniería Bca. Central 551 L95E 1960 4 Libros

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